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Claves para evitar la dependencia emocional.

Informe.
La autoestima se refiere a la valoración o apreciación que tiene una persona de
sí misma.
Es muy importante saber y reconocer qué pasó en nuestra infancia, cuáles
fueron las carencias que se tuvo de pequeño, si hubo maltrato, todo eso es
muy importante para saber porqué se tiene poca autoestima. La capacidad de
autoanálisis es muy importante para poder sanar y reconocer todo lo que ha
pasado, así se puede evitar el victimismo.
Una autoestima saludable implica tener un sentido positivo de sí mismo,
confianza en las propias habilidades y capacidades, así como la capacidad de
aceptar y aprender de los errores. Por otro lado, una autoestima baja puede
llevar a la inseguridad, la falta de confianza y dificultades en las relaciones
personales.
La autoestima también se manifiesta en nuestras decisiones cotidianas.
Aquellos con una autoestima positiva tienden a tomar decisiones con mayor
confianza, mientras que aquellos con una baja autoestima pueden sentirse
paralizados por el miedo al fracaso o al juicio de los demás. La capacidad de
establecer metas ambiciosas y perseverar en su consecución está
intrínsecamente ligada a la autoestima.
Cultivar una autoestima saludable es un proceso continuo que implica varios
aspectos. En primer lugar, la autoconciencia es clave. Conocer nuestras
fortalezas y debilidades nos permite abordar las áreas que necesitan
crecimiento y celebrar los logros, por pequeños que sean. La autocompasión
también desempeña un papel vital; aprender a tratarnos con gentileza y
comprensión en momentos de dificultad refuerza la autoestima.
La aceptación de la crítica constructiva es otro componente esencial. En lugar
de percibir la retroalimentación negativa como un ataque personal, podemos
usarla como una oportunidad para aprender y crecer. Además, establecer
límites saludables en nuestras relaciones
Las personas con una autoestima sólida pueden establecer límites saludables
en sus relaciones y tomar decisiones que promuevan su bienestar. Esto implica
decir no cuando es necesario y defender sus propias necesidades y valores.
Según investigaciones la autoestima se construye entre lo 4 años y 10 años de
los niños, pero a medida que pasa el tiempo cuando se llega a la edad de los
60 aproximadamente se suele tener mejor autoestima, de todas formas,
mientras más viejo y problemas de salud suele disminuir la autoestima.
La baja autoestima contribuye al miedo al rechazo y al abandono, que son
componentes clave de la dependencia emocional. Las personas con baja
autoestima pueden temer perder la conexión emocional con los demás, lo que
las lleva a aferrarse de manera excesiva a las relaciones, incluso si estas son
disfuncionales.
Es recomendable tener metas y propósitos para poder tener mejor autoestima,
vivir de forma saludable también es parte de tener autoestima.
La autoestima en la adolescencia se suele reconocer cuando son inseguros,
están dudando todo el tiempo de las decisiones que toman, se comparan
constantemente con sus amigos, para evitar que un adolescente tenga menos
autoestima es recomendable hacerlo sentir seguro, no compararlo con los
demás ni sobreprotegerlo.
La autoestima y la arrogancia se suele confundir, es fundamental que una
persona pueda saber que es importante o valiosa al igual que todas las demás
personas, no es mejor que los demás o más valioso, es igual de valiosa que las
demás personas y no caer en la comparación.
Es importante también analizar la conducta que se tiene con nosotros mismos,
si todo el tiempo repetimos que no valemos, que somos incapaces,
efectivamente nuestro cerebro creerá que no somos capaces y nos bloqueará.
Es mejor siempre alentarnos a nosotros mismos, convertir los pensamientos
negativos a positivos.
Otro tema relacionado con la autoestima y en este caso es si no se tiene
autoestima, se suele tener una dependencia emocional hacia una persona.
Una persona con dependencia emocional no es capaz de terminar una relación
a pesar de no estar conforme con esa persona o no sentirse a gusto.
La dependencia emocional se manifiesta cuando una persona encuentra su
sentido de valía y seguridad en las relaciones con los demás. Este patrón de
comportamiento puede surgir de diversas fuentes, incluyendo experiencias
pasadas, inseguridades personales y la búsqueda constante de aprobación
externa. En lugar de ser una expresión saludable de amor y conexión, la
dependencia emocional puede convertirse en una prisión emocional que limita
la autonomía y el crecimiento personal.
Una de las posibles causas de la dependencia emocional radica en las
experiencias previas, como relaciones familiares disfuncionales o traumas
emocionales. Las personas que han experimentado la falta de apoyo emocional
pueden desarrollar una necesidad intensa de buscar validación y seguridad en
las relaciones posteriores. La baja autoestima también puede contribuir a la
dependencia emocional, ya que la persona busca constantemente la
aprobación externa para compensar una percepción negativa de sí misma.
Cuando se tiene dependencia hacia una persona y esa persona se tiende a
alejar, la persona con dependencia entra en un estado de sumisión y hace todo
lo posible por complacer a esta persona a pesar de cruzar los límites.
La autoestima y la dependencia emocional están estrechamente relacionadas,
y la forma en que una persona se valora a sí misma puede influir
significativamente en la dinámica de sus relaciones, incluida la propensión a la
dependencia emocional.
Las personas con baja autoestima son más propensas a desarrollar
dependencia emocional. Si una persona no se valora lo suficiente o tiene una
imagen negativa de sí misma, puede buscar constantemente la validación y la
aprobación de los demás para sentirse valiosa y aceptada.
Superar la dependencia emocional es un proceso desafiante pero fundamental
para el crecimiento personal. La primera fase implica la toma de conciencia y el
reconocimiento de los patrones de dependencia. La autoexploración y la
comprensión de las propias necesidades y motivaciones son pasos esenciales
en este camino. La terapia psicológica también puede ser una herramienta
valiosa, proporcionando un espacio seguro para explorar las raíces de la
dependencia y desarrollar estrategias para cambiar los patrones de
comportamiento.
También hay que tener mucho cuidado con las personas manipuladoras, que
con los actos demuestran que no te quieren, una persona con dependencia
emocional es capaz de estar consciente que está pasando, pero no es capaz
de reconocerlo y darle fin a esa relación.
El otro caso de dependencia emocional, en muchas relaciones está también el
maltrato psicológico.
Cuando hay dependencia emocional siempre viene de la mano con las
relaciones tóxicas, lo que no debemos hacer con las personas tóxicas es
hacerlas notar el mal que causan, no tomar el rol de querer cambiarlos.
La dependencia emocional puede afectar negativamente la calidad de vida de
una persona y sus relaciones. Es importante abordar este patrón de
comportamiento a través de la autoconciencia, el desarrollo de la autonomía
emocional y, en algunos casos, con la ayuda de profesionales de la salud
mental, como psicólogos o terapeutas.
Superar la dependencia emocional y resistir la manipulación implica un proceso
de autodescubrimiento, fortalecimiento emocional y desarrollo de habilidades
para establecer relaciones saludables y equilibradas.
Volviendo al tema de la adolescencia y tomando en cuenta los temas antes
mencionados, la dependencia emocional en la adolescencia se puede
identificar cuando se ven cambios constantes de humor, se alejan de las
amistades, todo el tiempo están apagados o tristes, lo mejor que se puede
hacer ante un adolescente con dependencia es tratar de demostrarles y
decirles que cuentan con nosotros, que los apoyamos, no exigirles ni decirles
qué hacer per sí demostrarles que tiene apoyo, si no funciona y parece que
todo está empeorando también podemos sugerir visitar a un profesional.
Los celos van constantemente ligados con la autoestima, las personas que
tienen baja autoestima suelen tener muchos problemas, y quieren controlar la
vida del otro, saber qué hace todo el tiempo, a quién mira o con quién habla.
También es importante reconocer que existen dos tipos de celos, los celos
reales que son causados intencionalmente por una persona tóxica y
manipuladora.
Los celos reales pueden ser justificados si hay comportamientos genuinamente
inapropiados o señales de que la relación está en riesgo. Sin embargo, también
pueden ser injustificados si la percepción de amenaza está distorsionada o
exagerada.
y los celos causados por la imaginación de la persona que es celosa.
Los celos imaginarios pueden ser igualmente intensos y perjudiciales para una
relación, ya que la persona afectada puede experimentar emociones intensas
sin una razón aparente. Esto puede generar tensiones y conflictos
innecesarios.
Es importante abordar tanto los celos reales como los imaginarios en una
relación. La comunicación abierta, la confianza mutua y la empatía son
elementos clave para superar los celos. En casos más intensos o persistentes,
buscar la ayuda de un profesional de la salud mental, como un terapeuta de
pareja, puede ser beneficioso para entender y abordar las causas subyacentes
de los celos y desarrollar estrategias para fortalecer la relación.
Fomentar una autoestima saludable es esencial para prevenir o superar la
dependencia emocional. Cuando una persona se valora a sí misma y tiene
confianza en sus habilidades y valía intrínseca, es menos probable que
dependa de manera desmedida de las relaciones para satisfacer sus
necesidades emocionales.

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