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EL LENGUAJE ARTÍSTICO Y LA EDUCACIÓN ARTÍSTICA EN LA ESCUELA PRIMARIA.

El arte surge como una profunda necesidad de expresión del ser humano, dicho en otras

palabras de una profunda e imprescindible necesidad de decir algo.

El arte es, sin duda, un lenguaje por medio del cual el hombre pretende decir algo,

comunicarlo a los demás. No se puede concebir el arte sin un público que lo comprenda y

lo aprecie y es en este sentido un fenómeno social. Desde este punto de vista, el arte está

condicionado por la posibilidad del diálogo, que es uno de los fundamentos esenciales de

todo lenguaje humano. Pero el arte es un lenguaje de formas específicas, derivado de las

formas naturales de la expresión humana, para hacerlas servir a otros fines que cambian su

sentido expresivo.

Para confirmar la idea de que la expresión artística tiene rasgos propios que la

hacen diferente de otras expresiones, está el hecho de que las bellas artes han creado su

propio lenguaje en el transcurso de la historia de la cultura. Existe un lenguaje poético, un

lenguaje musical, un lenguaje pictórico, etc. Estos lenguajes se apoyan en ciertas formas

elementales, determinadas por el material expresivo de que cada una de las artes dispone.

Las palabras para la poesía, los sonidos para la música, los colores para la pintura.

(Ramos, S. 1994 pp38)

Si nosotros como docentes entendemos que el término lenguaje, tal como lo afirma Samuel

Ramos, tiene que ver con el diálogo, con un discurso expresivo, entonces estaremos empezando a

cumplir, con el pie derecho, las solicitudes del Programa de Educación Artística en la Primaria.

Porque, si como docentes partimos de la enorme responsabilidad que el término lenguaje

artístico implica, nos concientizaremos también de las necesidades pedagógicas que tenemos enfrente.
Cuando el Programa de Educación Artística solicita que los niños “desarrollen la competencia

artística y cultural a partir del acercamiento a los lenguajes, procesos y recursos de las artes, con base

en el trabajo pedagógico diseñado para potencializar sus capacidades, atender sus interés y satisfacer

sus necesidades socioculturales” (Programa de Estudio 2011. Educación Básica Primaria México, S.E.P pp.

177), está solicitando que los niños sean capaces de tener un diálogo propio, a través de los lenguajes

artísticos, es decir, del lenguaje musical, del lenguaje visual o del lenguaje corporal.

El siguiente ejemplo, ocurrido en una Escuela Pública de Atizapán de Zaragoza sirve para

ilustrar, como en ocasiones, el docente y sus alumnos en el afán de obtener productos “bonitos”,

pierden rumbo y olvidan la finalidad última de la Educación Artística en la Escuela:

Un docente de sexto grado pidió asesoría a la Promotora de Educación Artística con el tema

“Tridimensionalidad” correspondiente al área de Artes Visuales. La idea detonadora elegida por el

docente había sido: “El Centenario de la Revolución Mexicana”. Los alumnos habían hecho su trabajo

en casa y lo compartían ahora en el salón, los trabajos estaban realizados con diferentes técnicas y

algunos eran realmente vistosos. Grande fue la sorpresa de la promotora, cuando al preguntar al

niño: ¿Quién es el personaje representado en tu obra?, ¿Para qué la elaboraste?, ¿Sientes alguna

empatía con el personaje representado? ¿Qué quieres decir en tu creación? El niño, francamente no

sabía que contestar, pues se había tomado el atajo de copiar una obra ya hecha, sin saber para qué-

El niño había trabajado sin sentido, ¡No sabía, siquiera quién era el personaje plasmado en su

escultura! ¡Esto es inconcebible! No es posible entender como es el que niño muestra una escultura,

de la cual no tiene nada que decir. ¿Por qué hacerla entonces? ¿Qué sentido tiene? ¿Qué está

expresando ese niño, por medio de las artes visuales y de la escultura? Lo primero, la fuerza motora,

el punto de partida, siempre es la necesidad de expresión. ¿Qué se pretende decir a través del Arte?

Tener claro esto, ayuda entonces a elegir los materiales y recursos adecuados
Ninguna de las disciplinas que componen la asignatura de Educación Artística pretenden que el

niño sea un imitador de trabajos bonitos dignos de presunción, la asignatura tiene fines más altos y

sublimes, y es el que el niño encuentre en ellas una opción de autoconocimiento y comunicación.

No es fabricar objetos “bonitos” e impresionantes para la exposición o para halagar la

vanidad personal; realizar trabajos “feos o difíciles”, ni decorativos, útiles o inútiles; promover

tendencia artística alguna; realizar arte infantil; preparar productores de obra plástica o artística,

ni condicionar futuros consumidores comerciales de la obra de arte […]Pretende algo más

complejo: atender las necesidades intelectuales, sensibles, expresivas y creativas que,

satisfechas, son fuerzas insustituibles, inmensamente útiles durante la vida (Venegas, 2002 pp.

66).

El Arte dice con lenguaje propio lo que por otro medio no sería posible. Como decía la gran

bailarina estadounidense Isadora Duncan (1877-1927) “Si pudiera decirlo con palabras, no tendría que

danzarlo”. Cabe preguntarnos ¿Cómo se puede traducir a palabras la intensión expresiva en la quinta

de Beethoven, o en la serie de movimientos ejecutados por el bailarín ruso Mijaíl Barýshnikov?

La expresión artística sin duda tiene un lenguaje propio.

Si el niño no tiene nada que decirnos, si él únicamente “copia”, “reproduce”, “imita” algo

convencionalmente bonito, estamos entonces frente a un fenómeno hueco, sin alma. El niño, también

tiene que decirnos, por medio del lenguaje artístico, aquello que no puede expresar con palabras

cotidianas.

Y claro que para que el niño sea capaz de estructurar un lenguaje artístico, tiene que saber de

qué va hablar, y para eso es necesario echar mano de otras áreas del conocimiento. Un actor, por

ejemplo, no puede representar una enfermedad, si no ha investigado los síntomas de ésta, para poder

entonces, actuarla con asertividad. De otra forma... el actor miente, o ¿Cómo podría un pintor

elaborar la imagen de un fenómeno que no conoce? El Arte va de la mano con la investigación, es su


inseparable aliada. El arte tiene que ver con la exploración, con el espíritu curioso y por supuesto con

la Historia. ¿De qué otra forma se puede hacer una obra de teatro ubicada en la Revolución

Mexicana? ¿O a qué se refiere entonces el eje de contextualización, si no es a situar al niño en una

circunstancia tiempo-espacio de la obra artística?

El Programa de Educación Artística pretende la formación de niños capaces de establecer un

diálogo con su interlocutor a través de otros lenguajes. Pretende la formación de niños creadores,

propositivos, críticos y pensantes. Es decir, pretende la formación de alumnos con pensamiento

artístico a través del desarrollo del lenguaje.

Para Vygotski, en su obra Pensamiento y Lenguaje (1934)

El lenguaje es el instrumento que regula el pensamiento y la acción. El niño, al

asimilar las significaciones de los distintos símbolos lingüísticos que usa, su aplicación en la

actividad práctica cotidiana, transforma cualitativamente su acción. El lenguaje como

instrumento de comunicación se convierte en instrumento de acción.

(Ros Nora. El lenguaje artístico, la educación y la creación. Revista Iberoamericana

de Educación. pp. 2)

La Educación Artística en el aula debiera propiciar la siguiente fórmula:

Niños con inquietudes Niños curiosos, con espíritu de investigación Propositivos ante sus

ideas. Capaces de articular un lenguaje Niños con capacidad de acción y resolución

Niños COMPETENTES.

Resumiendo, cuando hablamos de niños con pensamiento y lenguaje artísticos, hablamos de

niños que son protagonistas de sus propias creaciones, de niños capaces de expresar sus ideas

mediante la acción y la creación.

La Educación Artística ofrece enorme oportunidades de aprendizaje para el educando, por eso

se debe renunciar definitivamente a la idea de esta asignatura como una asignatura de


ornamento o complemento. La Educación Artística y los lenguajes que ésta maneja, deben

resurgir como lo que son: Conocimientos imprescindibles e insustituibles en la Educación

El desarrollo de la sensibilidad humana y la oferta de programas

que aborden los diversos medios para representar la experiencia

proposicional,- literario, poético, visual, auditivo, coreográfico-deberían

ser metas fundamentales de la Educación (Eisner, E. 2002 p 36.)

Elaboró: Lic. Elvira Vázquez Trejo.

Tel. 56 66 74 89 Móvil 5524185691 correo: trejoelvir@hotmail.com

FUENTES

IMPRESAS.

 Ramos S. (1994) Filosofía de la vida artística. México. Colección Austral.

 Vigoski, L. (2010) Pensamiento y lenguaje. Paidos Ibérica.

 Eisner, E. (2000) Educar, la visión artística. Chile.

 Venegas, A. (2002), Las artes plásticas en la educación artística y estética infantil, México,

Paidós.

NO IMPRESAS.

 Ros Nora. El lenguaje artístico, la educación y la creación. Revista Iberoamericana de Educación

(ISSN: 1681-5653) http://www.rieoei.org/deloslectores/677Ros107.PDF

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