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MODULO
ADMINISTRACIÓN DE PERSONAL I
1.- Reconocer los diferentes virus de la actitud que afectan a los empleados de las
empresas.
3.- Detectar la forma de cómo evitar la recaída de las personas infectadas con los
virus de la actitud.
DESARROLLO DE LA TEMATICA
El virus de la actitud es una metáfora que habla de un “virus” que está creciendo
cada vez más en todos los campos empresariales, y que puede traer consigo
problemas muy graves en todas las áreas de trabajo, ocasionando una baja en la
productividad, además de ser muy contagioso.
El alterado: siempre exagera las cosas. El perfeccionista: Quiere que todo quede
perfecto usando la palabra calidad como un arma en contra de los demás. El
resistente: Se resiste a los cambios, escudándose en hacer las cosas como
siempre las ha hecho. El “Ese no es mi trabajo”: Se niega a realizar cualquier
función que no esté especificada en su contrato. El esparcidor de rumores: Lo
hace en forma constante e infundada. El no comprometido: Toma su trabajo a la
ligera con mínimo interés. El pesimista: A todo le encuentra el lado malo.
Ante el “Virus de la Actitud”, adoptar una actitud positiva puede hacer la diferencia
porque se relaciona directamente con nuestra motivación y la productividad,
además, así podremos disfrutar de nuestra jornada laboral.
El primer paso que debemos dar para vacunar a los trabajadores es creo yo el más
difícil de todos, y consiste en reconocer que existe un problema de actitud, es decir,
la persona infectada debe responsabilizarse de su propia actitud y del impacto en
su productividad. El segundo paso consiste en ayudar a que un compañero haga
el diagnostico de su actitud, enfocándose en su conducta y no en su personalidad,
demostrando como esa conducta tiene un impacto negativo en las relaciones.
Tercer paso: El líder del equipo debe intervenir con la persona, mostrándole cómo
es que su conducta negativa produce un impacto en las metas de equipo.
Por ultimo: Monitorear los signos vitales de los miembros del equipo reforzando el
valor de las mejoras positivas por el cambio de actitud. (Las buenas actitudes
también se contagian).
En lo particular me ayudo a darme cuenta que de que yo he sido portador del virus
de la actitud, pero sobre todo y lo más importante, es que me ha ayudado a saber
cómo auto inmunizarme, y como poder curar a los demás. Ambas cosas son
realmente importantes en cualquier ámbito laboral, pero especialmente en el mío,
ya que debido al desempeño de mis funciones como funcionario público encargado
de hacer cumplir la ley, el adoptar una actitud negativa pude representar un riesgo
potencial para mí y para mis compañeros, riesgo que puede concluir con la perdida
de la vida misma.
Tener estos virus dentro del personal de nuestra empresa, nos puede causar daños
en productividad de un equipo en un corto tiempo.
Detectar el personal que posee estos virus es muy importante, así podemos hacer
las correcciones a tiempo y evitarnos muchos problemas posteriores.
Al igual que las malas actitudes, las buenas actitudes son contagiosas. Al modelar
el comportamiento que quisiéramos ver en los demás, estamos haciendo un impacto
positivo sobre nosotros.