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RATIO DESCIDENDI: SENTENCIA T-454/13

En la sentencia mencionada, se solicita la protección de los derechos a la vida, a la salud e


integridad personal, al debido proceso y a la igualdad, interpuesta contra el Gobernador
suplente del cabildo Ipiales en un caso específico protagonizado por una mujer residente en
la vereda Guacán de la parcialidad indígena de Inchilán (Cabildo Indígena de Ipiales), de
59 años de edad que padecía de Gastritis Nerviosa. Pese a lo anterior, la accionante había
sido sometida a la sanción de flagelación, fundamentada en los usos y costumbres propios
de esa jurisdicción especial. Dicho lo anterior, se debe tener en consideración los siguientes
aspectos: respeto por el debido proceso y que la modalidad de sanción se aplique de
acuerdo a las condiciones físicas y psicológicas de las personas. Se analiza el caso frente a
la postura de que la accionante fue reincidente, se procedió a la sanción propia de los usos y
costumbres de ese pueblo indígena, por lo que se determinó que la corporación del Cabildo
de Ipiales no desconoció los derechos invocados, una vez que se ordena la abstención de
imposición de sanciones a los integrantes de la comunidad cuando no exista prueba
suficiente para determinarlo y evitar ejecutarlas cuando se trate de personas mayores o
enfermas, para proteger su vida, integridad y dignidad. Lo anterior se encuentra plasmado
en normas internacionales en torno a la jurisdicción especial indígena de Colombia, que
hacen parte del bloque de constitucionalidad, son (i) el Convenio 169 de la OIT, artículos
8°, 9° y 10°[11]; y (ii) la Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos, Indígenas,
artículo 18[12].
Una vez planteado el caso y la normatividad bajo la cual se rige la decisión, se resalta la
regla de la maximización de la autonomía de las comunidades indígenas que conlleva a su
vez, la minimización de las restricciones para salvaguardar los intereses de superior
jerarquía; que se encuentra contenida en el desarrollo del principio de la diversidad cultural
citada en las normas constitucionales. Estableciendo así, que al ponderar dichos intereses,
pueden interferir con el principio de la preservación de la diversidad étnica de la Nación;
razón principal que ejerce como pilar fundamental el hecho de que solo son admisibles las
restricciones a la autonomía de las comunidades una vez que se haya establecido el
cumplimiento de las siguientes determinaciones: Que se trate de una medida necesaria para
salvaguardar un interés de superior jerarquía (v.g. la seguridad interna) y que se trate de la
medida menos gravosa para la autonomía que se les reconoce a las comunidades étnicas.
Teniendo en cuenta el planteamiento inicial, se ordenó el cumplimiento del debido proceso,
el cual consiste en la verificación de la existencia de las pruebas contundentes y en el caso
de no hallar los argumentos suficientes, el Gobernador Suplente del Cabildo Indígena de
Ipiales está llamado a abstenerse de imponer sanciones a los integrantes de la comunidad y
evitar ejecutarlas si se trata de personas mayores o enfermas, para proteger su vida,
integridad y dignidad; teniendo en cuenta que el accionar del mismo hubiere desconocido
las indicaciones cuando se le sancionó a la accionante con 2 azotes.
Ahora bien, resulta sumamente necesario enfatizar la consideración de que en medio de su
autonomía, dicha jurisdicción establece que la sanción por fuetazos se ajusta a los usos y
costumbres de su pueblo, y cuando se infringe a una mujer, corresponde a una forma
simbólica para representar el castigo, debido a esto, en el caso de la demandante fue
impuesta a razón de que se trata de una persona reincidente en agresiones verbales y físicas
a miembros de su familia, quien tampoco acata lo requerido o aconsejado por las
autoridades del cabildo.
De esta manera se concluye que, los asuntos asumidos por la Jurisdicción Especial Indígena
deben ser respetados por la Jurisdicción Nacional, incluidos los jueces de tutela; dicho
argumento se fundamenta en el principio constitucional del respeto a la diversidad étnica y
cultural una vez que las autoridades de las agrupaciones en las cuales reside esa autonomía
se ajusten a la ley y a la Constitución política de Colombia, respetando de esa manera los
valores de dicho texto y los derechos fundamentales que resultan producto de la
ponderación requerida para establecer un consenso intercultural funadmentado en las
normas anteriormente citadas como lo es la Declaración Universal de Derechos de los
Pueblos Indígenas.

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