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Universidad Juárez Autónoma de Tabasco

División Académica de Ciencias Sociales y Humanidades

Alumna:
Sandra Janet Velasco May

Carrera:
Lic. en Derecho

Semestre:

Grupo:
D7C

Materia:
Criminalística

Profesor:
Dr. José Manuel Marenco Juárez

Trabajo a entregar:
Carpeta de investigación: Mar adentro

Villahermosa tabasco a 19 de octubre de 2022.


Esta carpeta de investigación, no pretende involucrar al lector en la inacabada
disertación que existe respecto al polémico tema de la Eutanasia. El objeto
únicamente es el de conocer algunos aspectos y antecedentes que han dado pauta
útil para incorporar el concepto en diversos marcos normativos, entre ellos el que
dio origen a la Ley de Voluntad Anticipada del Distrito Federal, hoy Ciudad de
México, y de esta manera revisar los requisitos que la citada ley, la legislación penal
y la legislación sanitaria vigentes, tienen contemplado en lo que se considera un
acto de beneficencia para el paciente con determinada o específica condición de
salud.

Eutanasia, antecedentes, ley de voluntad anticipada del D.F. y comparativo


internacional.
La legislación de la eutanasia se inicia en Holanda y se globaliza por casi toda
Europa. Esta acepción ha ganado adeptos desde que, en los países bajos, después
de una discusión pública que duró 20 años, llegaron a la conclusión, en 1983, de
que la eutanasia sólo puede ser entendida como la acción deliberada que quita la
vida a otra persona. Esta acción es un delito en Holanda y tiene una pena de prisión
y multa. Sin embargo, puede ser no punible, sí y sólo sí, se conduce bajo criterios
estrictos de supervisión médica y deseo expreso y repetido del paciente. Un juez es
quien lo determina en caso de que exista una controversia.

La práctica de ayudar a bien morir solamente se debe llevar a cabo en pacientes en


que esté debidamente comprobado que se encuentran en una etapa terminal y con
ello se les evitarán sufrimientos prolongados e innecesarios; es decir, que su
enfermedad sea incurable y que a corto plazo les llegará la muerte.

Es importante señalar que en la mayoría de los países donde se ha legislado sobre


el tema se distingue entre eutanasia y otro tipo de intervenciones médicas que
pueden llevar a la muerte del paciente:
a) La primera diferencia es la petición del paciente de suspender el tratamiento
o de la no intervención médica.
b) La segunda distinción es aquella intervención médica que sin intención
acorta la vida de un paciente moribundo, y
c) La tercera es aquella intervención médica que descontinúa u omite los
tratamientos médicos inútiles.

Los argumentos a favor de la eutanasia, entendiendo a ésta como un acto


deliberado que causa la muerte con el n de dotar de calidad de vida al paciente
en sus últimos momentos, centrando su atención en la inhibición de un
sufrimiento prolongado aludiendo razones humanitarias.

Se considera entonces que un adulto consciente de su enfermedad y en pleno


uso de sus facultades, y después de varias consultas médicas y reflexión
profunda, puede decidir, con plena autonomía, que quiere morir para evitar un
deterioro actual o futuro y merece ser ayudado para lograr este fin.

El Código de Bioética para el personal de salud, refiere que la Bioética


representa hoy un movimiento universal de responsabilidad profesional y por su
concepción de ética global es de la incumbencia de todos los seres humanos
para respetar la naturaleza, conservar los ecosistemas y favorecer la
supervivencia de la biodiversidad.

De esta forma, en su artículo 20 encontramos que “El enfermo, en cualquier


momento de su vida, puede expresar por escrito su voluntad anticipada para
evitar que si sus condiciones no le permiten tomar decisiones o expresarlas, se
le apliquen medidas extraordinarias por su alta complejidad o
desproporcionadas en relación con los resultados esperados, con las que se
intente prolongarle la vida, si no existen probabilidades razonables de regresar
a una vida física, psicológica o socialmente aceptable.
Por su parte en el Juramento Hipocrático en concordancia con la idea del
Código de Bioética en su parte conducente nos dice: “Juro por Apolo médico,
por Asclepio y por Higía, por Panacea por todos los dioses y diosas, tomándolos
por testigos, que cumpliré, en la medida de mis posibilidades y mi criterio el
juramento y compromiso siguiente: (…) No administraré a nadie un fármaco
mortal, aunque me lo pida, ni tomaré la iniciativa de una sugerencia de este tipo.
Asimismo, no recetaré a una mujer un pasivo abortivo; por el contrario, viviré y
practicaré mi arte de forma santa y pura (…)”

En la gaceta parlamentaria de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal del 13


de diciembre de 2011, se publicó el Dictamen de las Comisiones Unidas de
Salud y Asistencia Social y de Administración y Procuración de Justicia de
la Iniciativa de Decreto que reforma la Ley de Voluntad Anticipada para el
Distrito Federal y el Código Penal del Distrito Federal.

En el capítulo de Antecedentes se menciona que la Declaración Universal de


los Derechos Humanos en su artículo tercero reconoce el derecho a la vida,
aunque en el artículo quinto señala el derecho a no ser sometido a tortura ni a
penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes lo que abre la posibilidad a la
Eutanasia, la cual arma el promovente de la iniciativa puede ser un derecho,
pero siempre llenando requisitos y bajo ciertos requerimientos.

Precisa también que, en defensa de la dignidad humana, la Eutanasia


representa una opción, porque es más digno prolongar la vida cuando se sabe
de antemano que no hay remedio, por lo tanto, concluye la iniciativa pretende
fortalecer la dignidad humana y crear elementos legales que permitan, a quien
lo desee, acceder a una muerte digna.

En términos generales la propuesta de reforma contempla lo siguiente:

En la Ley de Voluntad Anticipada:


Define a la Eutanasia expresando que “tiene origen etimológico del griego; eu
que significa bueno y thanatos que es muerte, que se traduce como “Buena
muerte”; es el derecho que tiene un paciente a decidir la forma y el momento de
su muerte, con el objeto de evitar sufrimientos y agonía dolorosa como
consecuencia de una enfermedad grave e incurable.

Establece un Comité de Ética como órgano interdisciplinario dependiente de la


Secretaría de Salud quien será el que tome la determinación de autorizar lo
establecido en el documento de Voluntad Anticipada.

Propone que el Comité de Ética se integre por un médico especialista en la


materia, un especialista en Bioética, un sicólogo y un jurista designados por la
Secretaría de Salud.

Establece una serie de facultades para el Comité de Ética que en términos


generales es el de recibir y analizar si las solicitudes de voluntad anticipada,
cumplen con los requisitos legales.

Designar al médico que cumpla con la voluntad del paciente, en caso de que el
médico tratante sea objetor de conciencia.

En la Ley de Salud para el Distrito Federal:

Establece atribuciones del Gobierno Federal en materia de salubridad general


para desarrollar programas de salud para el cumplimiento de la voluntad
anticipada, ya sea a través de la aplicación de métodos letales para la eutanasia
o de cuidados paliativos para la ortotanasia, de conformidad con las
disposiciones correspondientes.
En el Código Penal para el Distrito Federal:
Establece excepción de aplicarse la pena que corresponde al homicidio, (que es
de 8 a 20 años de prisión), en aquellos casos en los que haya sido autorizado
por el Comité de Ética la solicitud de Voluntad Anticipada.

Ley de voluntad anticipada, legislación penal y ley de salud de la ciudad de


México.
El Código Penal para el Distrito Federal señala de manera general en su
artículo 123 que “al que prive de la vida a otro, se le impondrá de ocho a veinte
años de prisión”, y en su artículo 127 agrega que “al que prive de la vida a otro,
por la petición expresa, libre, reiterada, seria e inequívoca de éste, siempre que
medien razones humanitarias y la víctima padeciere una enfermedad incurable
en fase terminal, se le impondrá prisión de dos a cinco años”.

De lo anterior, se observa de manera clara que, aunque la ley contempla el


aspecto humanitario por causas de enfermedades incurables en fase terminal,
como elementos atenuantes, lo hace sin despenalizar esta conducta que
presenta un cuadro de eutanasia activa. Este mismo artículo 127, agrega un
segundo párrafo que dice: “los supuestos previstos en el párrafo anterior no
integran los elementos del cuerpo del delito de homicidio, así como tampoco las
conductas realizadas por el personal de salud correspondiente, para los efectos
del cumplimiento de las disposiciones establecidas en la “Ley de Voluntad
Anticipada para el Distrito Federal”, y un tercer párrafo que establece:
“Tampoco integran los elementos del cuerpo del delito previsto en el párrafo
primero del presente artículo, las conductas realizadas conforme a las
disposiciones establecidas en la Ley de Voluntad Anticipada para el Distrito
Federal suscritas y realizadas por el solicitante o representante, en el
Documento de Voluntad Anticipada o el Formato expedido por la Secretaría de
Salud para los efectos legales a que haya lugar”.
Por otro lado, el artículo 142 del mismo Código Penal para el Distrito Federal
establece que “al que ayude a otro para que se prive de la vida, se le impondrá
prisión de uno a cinco años, si el suicidio se consuma. Si el agente prestare el
auxilio hasta el punto de ejecutar él mismo la muerte, la pena aplicable será de
cuatro a diez años de prisión”, agregando que: Al que induzca a otro para que
se prive de la vida, se le impondrá prisión de tres a ocho años, si el suicidio
se consuma.
Si el suicidio no se consuma, por causas ajenas a la voluntad del que induce o
ayuda, pero sí se causan lesiones, se impondrá las dos terceras partes de la
pena anterior, sin que exceda de la pena que corresponda a las lesiones de que
se trate. Si no se causan éstas, la pena será de una cuarta parte de las
señaladas en este artículo.

En cuanto a la Ley de Voluntad Anticipada para el Distrito Federal, de su


artículo primero desprendemos que su objeto es el siguiente: “… establecer
las normas para regular el otorgamiento de la voluntad de una persona con
capacidad de ejercicio, para que exprese su decisión de ser sometida o no
a medios, tratamientos o procedimientos médicos que pretendan
prolongar su vida cuando se encuentre en etapa terminal y, por razones
médicas, sea imposible mantenerla de manera natural, protegiendo en todo
momento la dignidad de la persona”.

Por su parte, el artículo 11 de la Ley de Salud del Distrito Federal, describe


los derechos que los usuarios de los servicios de salud tienen, y para el tema
que nos ocupa encontramos en la fracciones I y XX los de acceder libremente
a los servicios de salud, en los términos previstos en la citada Ley; a una atención
terminal humanitaria, y en su caso, en los términos dispuestos conforme a lo
dispuesto (sic) en la Ley General de Salud y la Ley de Voluntad Anticipada
del Distrito Federal, para recibir toda la ayuda disponible para morir lo más
dignamente posible, así como a no ser sometidos a medios, tratamientos o
procedimientos médicos que pretendan prolongar innecesariamente su vida,
protegiendo en todo momento su dignidad como persona, de conformidad a lo
establecido en la Ley General de Salud y la Ley de Voluntad Anticipada del
Distrito Federal.

En lo que respecta al vínculo del tema que se está tratando y la película “Mar
adentro”, el autor del presente documento arma lo siguiente: Marc, uno de los
abogados del despacho que se encargó de llevar el caso de Ramón ante los
tribunales, en la escena correspondiente a la audiencia en el juicio, manifestó lo
siguiente: “…en un Estado laico, que reconoce el derecho a la propiedad privada
y cuya Constitución recoge también el derecho a no sufrir torturas ni tratos
degradantes, cabe deducir que quien considere su condición denigrante, como
Ramón Sampedro, pueda disponer de su propia vida, de hecho nadie que intente
suicidarse y sobreviva es procesado después, pero, cuando se necesita la ayuda
de otra persona para morir con dignidad entonces el Estado interfiere en la
independencia de las personas y les dice que la vida que dispone no es suya,
que no pueden disponer de ella, esto, Señoría, sólo puede hacerse basándose
en creencias metafísicas, es decir, religiosas, en un Estado, repito, que se
declara laico”…

En conclusión, podemos armar que, en un Estado Laico, querer morirse no es


eutanasia. Y que, para la Ley de Voluntad Anticipada, y la legislación sustantiva
Penal vigente en la Ciudad de México, “la Eutanasia” o la voluntad de una
persona con capacidad de ejercicio, para que exprese su decisión de ser
sometida o no a medios, tratamientos o procedimientos médicos que pretendan
prolongar su vida protegiendo en todo momento la dignidad de la persona, sólo
será aplicable cuando se encuentre en etapa terminal y por razones médicas.
De tal forma que el filme nos muestra un proceso de adaptación que desemboca
necesariamente en el deseo de un final voluntario de la propia vida.

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