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1.- El personal: que se traduce en que el aborigen debe ser juzgado según sus
usos y costumbres. Para ello hay que indagar si entendía o no la ilicitud de la
conducta, su conciencia étnica y el grado de aislamiento de la cultura a la que
pertenece.
2.- El geográfico: que implica que la comunidad pueda juzgar los hechos que
suceden en su territorio de acuerdo con sus normas, entendiendo el concepto de
“territorio” desde una proyección amplia.
Sin embargo, en el evento tres el juez deberá decidir verificando todos los
elementos del caso concreto y los demás factores que definen la competencia de
las autoridades tradicionales, de manera que el elemento objetivo no es
determinante en la definición de la competencia (M. P. Patricia Salazar Cuéllar).
Antes de cumplirse la pena, este ciudadano salió en libertad, gracias a una acción
de tutela que interpuso el personero municipal de Coyaima. En efecto, el Juzgado
Segundo Municipal de esa misma población concedió el amparo por considerar
que la jurisdicción indígena no tenía competencia para juzgar a esta
persona.
Así lo dejó claro la Corte Suprema de Justicia señalando además que si bien la
integridad sexual de los niños es un bien jurídico compartido por las dos
jurisdicciones, la ordinaria y la especial, no puede perderse de vista que en los
casos donde la víctima de agresión sexual tenga la doble condición, esto es, mujer
y menor de edad, obliga al “Estado a garantizarles sus prerrogativas
superiores, dando aplicación al principio de la prevalencia de éstos frente a
los demás”.
Y que para que se active esta jurisdicción especial se deben tener en cuenta un
conjunto de criterios tomando en consideración cuatro tipos de factores:
I. El personal.
II. El geográfico.
III. El objetivo y
IV. El institucional.
Tales factores fueron tenidos en cuenta por la Sala Civil al proferir una sentencia
de tutela frente al caso de una menor de edad de origen campesino, como
elemento objetivo, víctima de agresión sexual por parte de un integrante de
una comunidad indígena que pedía ser juzgado en el marco de su cultura.
“Tal autoridad indígena cuenta con las instituciones necesarias para investigar la
ocurrencia de un hecho delictivo y de imponer un castigo a los responsables, pero,
en tratándose de delitos sexuales, no cuentan al interior de la comunidad con
mecanismos que propendan por garantizarle los derechos fundamentales a
la víctima, en especial de brindarle el acompañamiento psicológico
necesario para superar el trauma que este tipo de conductas le genera”,
puntualizó la Sala (M. P. Margarita Cabello).