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Resumen: Los Códigos Escénicos: Falacia o Respuesta

El concepto de “código escénico” es un término muy estudiado pero rechazado. Su


significado se encuentra entre la forma y el estilo de la interpretación, haciendo
alusión a cómo el actor debe trabajar y sincronizarse con sus compañeros. Este
concepto no lo encontramos en la historia del teatro, es más, Ramón Moreno no lo
escucha hasta tercero de licenciatura de Arte Dramático.

Primero se intenta desbloquear al actor, para así conseguir que este se presente sin
ningún tipo de problema. El siguiente paso se basa en construir un personaje, un
camino que debe seguir solo culminando en un trabajo grupal para practicar la
generosidad, apareciendo aquí los “códigos''. Esta propuesta de estudio dramático
no consigue explicar todos los códigos y estos poco a poco desaparecen. Este
método no parece ser discutible pero causará problemas a los actores, quienes se
verán en discusiones constantes con los directores escénicos por las diferentes
perspectivas teatrales.

El autor destaca la importancia de la conexión y de la autoestima de los actores así


como del uso explicativo de los códigos escénicos, que consiguen que el actor
tenga más claro su trabajo, que comprenda lo que se le pide y que entienda por qué
lo hace. Se compara al actor con un jugador, este debe disfrutar su trabajo pero al
mismo tiempo seguir las normas. En el caso de los actores, estos también tienen
que aportar en el material dramático.

La figura del actor ha sido relegada a un segundo plano, cuando esta es una de las
más fundamentales junto al espectador. En pleno siglo XXI el actor gana
importancia por encima del director o los creadores e incluso este consigue la
posibilidad de proponer cambios siguiendo siempre el modelo buscado o elegido de
la obra.

El “código arbitrario” supone la actuación según parámetros ya definidos, en cambio


el “código autónomo” es más similar a lo que entendemos como contemporáneo.
Los códigos pueden ser asociados con géneros pero también con corrientes y
condicionan la interpretación del actor. Los códigos necesitan una definición para
ser entendidos y deben ser entendidos tanto por los actores como por el espectador
“se le ha de ofrecer la llave que le permita abrir ese nuevo lenguaje”. Los “signos”,
todo lo que ocurre en escena, también debe ser interpretado y el actor debe jugar
con esto para hacer que el espectador entienda lo que se busca representar.

Todas las organizaciones de códigos no deben ser rígidas, sinó cambiantes y


dispuestas a discusión así como a aprendizaje y eso es positivo. Nos podemos
equivocar pero grácias a los códigos tenemos una guía y un territorio común.

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