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Caminantes

Desperté jadeando en la oscuridad de mi habitación, el olor a humo penetraba mi


olfato como astillas en las manos, salí corriendo al pasillo, tropezando con las
sandalias en el suelo, al salir miré a ambos lados del corredor para ver donde
estaba el fuego, pero no había nada, la tranquilidad inundaba el corredor, el
silencio que reinaba era ensordecedor, no podía percibir ni siquiera a los
caminantes nocturnos que solían aparecer cada noche en que no dormía.
Regresé a la cama donde él continuaba durmiendo, ignorante de todas las
peculiaridades de mi persona, el penetrante aroma se había disipado y solo me
quedaba aquella sensación de vacío en el pecho... Sabía lo que significaba, sería
el titular de los periódicos la mañana siguiente, una nueva alma en pena se uniría
a los cientos y cientos caminantes nocturnos que ya me rodeaban... Calcinado,
con el rostro desfigurado y exigiendo respuestas... Respuestas que aún no tenía,
que quizá nunca llegarían, llevándome un paso más hacia la locura de la que he
intentado escapar durante tantos años.
El sueño se apoderó de mi cuerpo una vez más, agradecida de poder dormir aun
sabiendo lo que me esperaba al día siguiente cerré los ojos y me dejé llevar por
ese mundo de misterios que me atrapaba al dormir.
El grito lo despertó, yo estaba gritando muy fuerte, sentí cómo el cuchillo
desgarraba mi pecho y se insertaba en mi corazón, me sentí morir, pero al abrir
los ojos, cuando por fin pude dejar de gritar, busqué en mi pecho el cuchillo para
sacarlo, pero el objeto no estaba y el dolor se había ido, ahora solo estaba él,
mirándome con temor, con miedo de que algo malo me ocurriera.
Preguntó si me encontraba bien, pero no podía contestar; aunque ya no sentía
dolor, recuperarme de un episodio así requería tiempo y mientras más tiempo
pasa, más asustado está él y lo que menos quiero es tenerlo conmigo todo el día
hasta que me encuentre bien, no es lo que espero de una aventura de una noche,
ni siquiera debía quedarse; es más sencillo si no se quedan cuando ocurren todas
estas cosas, sé que no es normal que me ocurran cosas como esta, pero con los
años me he acostumbrado a lo que me pasa durante algunas noches y a veces en
el día; ha sido difícil encontrar un trabajo en el que morir una vez al día sea
normal, pero he logrado salir adelante; sin embargo, no es lo mismo con el
romance, a nadie le interesa una mujer que parece una loca, con ataques de
pánico o terrores nocturnos, o hablar con personas que no están ahí; es por eso
que solo tengo aventuras de una noche, sin que se queden a dormir o sin
quedarme con ellos en la cama, pero él se había quedado dormido casi
inmediatamente después de lo ocurrido y no tuve oportunidad de pedirle que se
fuera, ya que yo también estaba agotada.

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