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(Prologo):

- Realidad -

Desperté y me levanté de mi cama. Sentía que las puntas de mi cabello llegaban hasta la
parte de mi cintura lo cual me pareció raro por alguna extraña razón que ni yo misma
comprendía. Tuve un sueño extraño. Sí, eso es lo único y poco que recuerdo. Sali de mi
cuarto mirando hacia distintas partes de la casa como si no la hubiese visto en años. Estando
en el baño agarre unas filudas y delgadas tijeras con la que corte la gran mayoría de mi
cabello sin dudarlo ni por un segundo, pero seguía sin estar totalmente conforme.

Pasaron las largas horas y en la oscura noche cuando mi padre regreso del trabajo le dije
que me tiñera el pelo de azul. Él al principio se sorprendió de mi nuevo corte de cabello, lo
cual era extraño ya que normalmente a él no le importa lo que suceda conmigo. Luego sin
ningún tipo de excusa acepto mi extraño capricho. Si había una persona en este mundo que
pudiera aceptar ese tipo de cosas era mi raro padre. Después de que me lo tiñera volví al
baño y me eché agua en la cara ya que estaba con algo de sueño, eran las 10:14 de la noche
así que tenía sentido, ¿verdad?

Froté mis ojos y me vi en el espejo.

“Oh…”

¿Esa soy yo? Me pregunte aun sin creerlo del todo. Me veía… distinta. Sí, esa era la palabra
correcta. No tenía mejor o peor apariencia, simplemente era distinta. Si me preguntas por
qué rayos decidí cortarme y teñirme el cabello no sabría que decirte exactamente, pero si
tuviese que darte una respuesta diría que el sueño me animo a cambiarme a esa imagen.
Suena algo estúpido, pero era la única conclusión a la que había llegado. Además de eso
gracias a aquel extraño sueño también decidí volver repentinamente a la preparatoria que
no había ido en 2 largos años, algo de lo que ahora me arrepiento ya que las personas a las
cuales conocía ya ni me reconocían y aparte de eso algunos alumnos se burlaban de mí a mis
espaldas. Era el nuevo juguete del salón, y eso era muy irritante… Después de unos días me
uní a un club donde estaba la única amiga que de alguna forma me reconoció la cual
extrañamente también se había teñido el pelo, pero no de un color tan raro como era el azul.
Al sentarme junto con ella mi tristeza se difuminaba y prácticamente desaparecía, podía
sentir algo parecido a la felicidad. Parecía que por fin había encontrado a alguien que me
comprendiese, alguien que me aprecie, alguien que…

Pero,

…había un tercer asiento al costado nuestro que estaba completamente vacío. ‘’Debería
estar ocupado por alguien, ¿verdad?’’ Eso me decía la parte interior de mí.

Alguien. Si, una persona. Una importante persona.

Alguien faltaba en este club, en esta gris realidad, en este triste mundo. Alguien. Eso,
alguien. Estoy segura que falta una persona en este injusto y estúpido mundo. Pero, ¿quién?
¡¿Quién era?! Agarré mi maltratada libreta de notas y escribí, escribí cuanto pude…

“El chico que conocí en sueños”.


Capítulo 1:

- Otro amanecer más adentro de un placido sueño -


(Capitulo 1)

- Otro amanecer más adentro de un placido sueño -

Sentía un fuerte dolor que recorría absolutamente en todo mi cuerpo. Dije sentía ya que
aquel extraño dolor desapareció en menos de un instante. Solo había oscuridad y nada más
que solo eso. Repentinamente una luz brillante en forma de línea hacia arriba apareció, caí
del estrecho recipiente del cual me encontraba. Al parecer era una especie de armario, pero
eso no importaba.

Una chica… Sí, exactamente. Mis ojos no me mentían.

Felizmente logre sostenerme justo antes de caer sobre ella, pero a consecuencia de ello
quedamos en una posición muy vergonzosa. Pero eso no era lo peor… No, por supuesto
que no. Mis ojos por alguna extraña razón no dejaban de brotar lágrimas,

y… una de ellas callo sobre su asustado rostro.

Mientras recordaba eso me encontraba echado viendo una bombilla encima de mí que no
emitía luz alguna ya que estaba malogrado. Se que ya es algo tarde, pero me pregunto por
qué en aquel entonces estaba llorando…

Dejando eso de lado el olor y el polvo en esta habitación era completamente insoportables y
muchas veces no me dejaba dormir, esta vez no era la excepción. Realmente esta habitación
era todo lo opuesto a confortable, pero bueno supongo que es mejor que nada. Desde que
entre de una forma extraña a esté especie de ‘’sueño’’ todo no han sido más que problemas:
Problemas para dormir, problemas para recordar y… así podría seguir toda la noche. Hasta
incluso me he llegado a cuestionar si esto en realidad es un sueño, realmente parece muy
real. Demasiado real para ser un simple sueño.

Si realmente estoy en un sueño quisiera despertar de una vez porque todo esto no sería más
que una muy buena elaborada mentira. Sí, nada más que eso. Una mentira. Pero si fuese esto
algo real, algo autentico. ¿Realmente quisiera despertar? Me seguí cuestionando eso durante
toda la noche hasta que mi vista se nublaba al mismo tiempo que se oscurecía y poco a poco
empecé a quedarme completamente inconsciente.

Y amaneció.

Otro día más en este sueño. Ya perdí la cuenta de cuantos días llevo aquí, pero si quisiera
ponerle una fecha diría que ya paso un mes o algo así. No soy la mejor persona para que le
pongas a recordar las fechas, más ahora ya que por alguna extraña razón termino olvidando
cosas más rápido de lo usual. Recordar y olvidar esas palabras las he estado nombrando en
mi cabeza estos últimos días, no he parado de pensar en ellas ni por un solo instante.
Aquellas palabras van mucho de la mano y eso que son palabras completamente opuestas,
talvez eso es lo que las haga tan cercanas. Ya sabes los opuestos se atraen.

Deje de pensar y me levante de la cama de una vez aun con mucho sueño. El calor que
emitía el sol que entraba por la gran ventana y era muy cálido, me hacía olvidar de toda mi
incomodidad y dolores de cabeza que tenía. Era extraño que hiciese calor ya que estábamos
en invierno así que debía apreciarlo. Me dirigí hacia la ventana con los pies descalzos para
ver el cielo, y… tal como lo imagine estaba soleado, con algunas hermosas nubes que
embellecían el paisaje. Si por algo desearía quedarme en este sueño seria por aquellos
paisajes.

Mi vida… Me puse a pensar en eso de repente. No la recuerdo ni un poco.


Si, eso tienen los sueños. Cuando entras a uno esperas poder manipularlos a tu comodidad y
hacer locuras en él. Pero, en este caso es todo lo contrario. Es como si estuviese esclavizado
a olvidar completamente toda mi vida. Muchas veces me pregunto:

¿Quién era? ¿Tenía amigos?, ¿alguien a quien le importe?, ¿alguien que me recuerde y que
ahora yo le había olvidado cruel e injustamente? ¿De verdad hay alguien allí esperando que
me despierte de una vez?

O acaso…, ¿mi vida fue totalmente lo contrario?

Respire hondo y suspire esperando tranquilizarme, pero simplemente no pude. Me puse las
sandalias y salí delicadamente de la habitación, no quería despertar a las personas que vivían
aquí. Entre al baño y me lave las manos junto a mi cara. Mi pequeña depresión existencial
había vuelto y no quería salir de mi al igual que el oscuro polvo que tenía en mis manos.
Agarre el jabón para limpiarme aún más, por cierto, aquel jabón por muy poco se resbala de
mis manos. Realmente son muy incomodos, ¿a quién se le ocurrió la gran idea de crear algo
tan resbaloso y peligroso?

*¡tum, tum!*

Dos fuertes sonido desviaron todos mis pensamientos, venia del cuarto que estaba al frente
del mío. Me fui acercando lentamente con mucha curiosidad de que había pasado allí
dentro.

“Oh, e-este…” La puerta se abrió y ella apareció.

Podía ver su rostro por muy poco ya que la única luz que iluminaba el pasillo era la que venía
de una ventana rectangular. ¿Qué de quien estoy hablando? Bueno, ¿cómo debería
describirla? Es la chica del inicio, ¿la recuerdas? uhm… ¡Empezando su nombre es…! bueno,
no. No recuerdo su nombre, pero si su apellido: Katsukawa.

Chica tímida, 16 años, piyama verde, ojos negros y lo más importante para recordarla y
distinguirla: pelo azul.

Eso, ¿cuántas chicas en este mundo tienen pelo azul? Pocas, ¿verdad? Bueno, su pelo no es
azul exactamente, es más… azul oscuro. Sí, casi negro. Creo que eso es lo más cercano a una
buena descripción de su cabello. ¡Oh, cierto! Había olvidado mencionar que su pelo es
corto.

“¡Buenos di-!“ Me preparé para dar un saludo animado, pero…

*¡¡Pum!!*

…cerró la puerta antes de que pudiera saludarla. Ella además de ser tímida es muy
problemática en muchas ocasiones...

Espere un rato allí parado, pero no se atrevió a salir. No era nada inusual ya que era una
completa cobarde. Como eran las 6 de la mañana preferí regresar a mi cuarto.

Como ya era costumbre me volví a preguntar, ¿qué debería hacer ahora? No había nada que
hacer aparte de dormir, despertarme y volver a dormir. Me estaba empezando a aburrir,
aburrir de absolutamente todo. Mi vida actual no tiene objetivos ni deseos y aunque los
tuviese no desearía que se cumplieran, después de todo cuando las personas consiguen sus
objetivos luego terminan olvidándolos o creando otros nuevos. Los deseos no deben ser
más que solo eso, ‘’deseos’’. Algo que nunca se cumplirá, pero al menos te da ganas de
seguir viviendo, y si se cumple lo terminaras desechando como si nunca hubiese tenido algo
importancia. Realmente las personas somos muy estúpidas. Oh, valla. Mi depresión había
vuelto, pero al menos es mejor que pensar en nada, ¿verdad?
“…, ¿verdad?” Murmure mientras seguía viendo el paisaje.

*…rum, rum, rum, rum…*

Parecían pasos, pasos rápidos. Volví a dirigirme hacia mi puerta de forma rápida y la abrí. La
puerta de Katsukawa-san estaba también abierta, pero ella no estaba allí. Sali de mi cuarto y
escuche el sonido del retrete, luego de unos segundos Katsukawa-san salió del baño. Ella
estaba caminando un poco mareada y cansada, además su flequillo de la esquina de la parte
derecha le tapaba casi completamente su ojo. Pocas veces la veo de esa forma, no, espera.
¡Creo que nunca la había visto así!

Después de caminar lentamente por un rato se acercó a un metro y medio de distancia, se


estiro al mismo tiempo que bostezaba y comenzó a estornudar sutilmente. Se froto sus ojos y
finalmente… me miro.

“…”

“…”

Muchísimas preguntas inundaron mi pequeña mente en ese momento. La cara de


Katsukawa-san estaba completamente congelada. Me dije ¡¡Haz algo!! a mí mismo
mentalmente, pero al pensar tanto en que responder el tiempo seguía transcurriendo sin
que me percatase de eso. Katsukawa-san al ver que su mirada no tenía ningún tipo de
escapatoria simplemente miró hacia abajo. Decir Buenos días ya no tenía mucho sentido…

“¡Oigan, ya está el desayuno!” Una voz que venía del primer piso se sumergió en nuestro
incómodo momento. Era otra de las personas que vivía aquí, bueno… mejor dicho la última
ya que cuando entre a esté especie de sueño solo me encontré con ellos 2.

Aquella persona es el padre de Katsukawa-san y su nombre es Taichi, lo llamaba por su


nombre de pila para no confundirlo con su hija. Además, no quería tener que llamar a
Katsukawa-san por su nombre propio sabiendo que probablemente solo generaría aún más
incomodidad en nuestro ambiente. Dejando de lado que tampoco lo recordaba.

Volviendo al tema… En cuanto al aspecto físico de Taichi-san, él tiene: 35 años


aproximadamente, pelo corto y casi siempre lleva un tipo de muy ropa formal. En resumen, a
diferencia de su hija es imposible diferenciarlo físicamente de cualquier otra persona.
Respecto a su personalidad es algo descarada y su comportamiento es casi de lo mismo,
había sacado esa conclusión ya que parecía que no le importa que su hija no haya salido al
exterior por más de 2 años.

Uhm… es cierto me había olvidado de contar eso.

Por lo poco que me ha condado el padre de Katsukawa-san sé que ella dejo de asistir a la
preparatoria hace más 2 años y no solo eso, sino que tampoco salía de su habitación tan a
menudo y mucho menos al exterior. Con eso comprendí por que parecía que ella me tuviese
miedo, supongo que es normal después de no ver a ninguna otra persona por más de 2
años.

“……” Mi mente dejo de estar perdida en sus pensamientos y recordó que estaba en un
incómodo momento con Katsukawa-san. Ella aprovechando que su padre nos había llamado
bajo sin decir ni una sola palabra como si nunca nos hubiéramos quedado congelados por
más de 15 segundos.

Yo también baje ya que empezaba a tener hambre. En ese momento me cuestione que
había para comer, pero la respuesta está más que clara: un sándwich y una limonada. Si, eso
había estado comiendo absolutamente todos los días y ya me estaba empezando a hartar. Y
si te preguntas por qué rayos solo desayunamos, almorzamos y cenamos eso es porque
Taichi-san es una basura cocinando. ¡Tengo demasiadas pruebas para decirlo!

Los sándwiches los compraba de una tienda pequeña cerca a la casa y la limonada igual, ni
siquiera sabía preparar eso. Bueno… tampoco es que me pudiera quejar demasiado ya que
él fue el que me permitió quedarme aquí sin ningún tipo de razón. A veces me pregunto qué
me hubiese pasado si no me hubieran permitido quedarme aquí.

Dejé de pensar demasiado y seguí bajando los escalones hacia el primer piso.

Miré hacia adelante y vi que los dos ya estaban comiendo. Y… por alguna razón me sentí
algo feliz. Si, feliz. Feliz ya que recordaba que hace unos días Katsukawa-san no se atrevía a
salir de su cuarto y solo comía los desayunos, almuerzos y cenas adentro de él. Ya se estaban
pareciendo a una verdadera familia, eso me hizo sentir que era de alguna utilidad aquí.

“¿Que hacer ahí parado?” Pregunto Taichi-san mientras se tapaba la boca cuando comía. Me
percate que estaba parado en las escaleras sin hacer nada y me entro algo de vergüenza.

“Ah, em… sí.” ¿Sí? ¿Que quise decir con sí?

Me senté a dos sillas de distancia de Katsukawa-san para que la incomodidad no nos


fulminase, aun así, ella decidió comer rápido supongo que para irse lo más antes posible del
comedor.

“Oh, rayos se me hace tarde…” Susurro Taichi-san mientras veía su celular, se puso
rápidamente la parte de su chaqueta de su formal uniforme y luego su corbata. Finalmente
se despidió diciendo un simple Vuelvo en la noche lo cual era cierto, pero su noche no era la
misma para noche nosotros ya que siempre regresaba a las 11 o 12 cuando ya deberíamos
estar durmiendo. Me pregunté en donde rayos trabaja durante aproximadamente 7
segundos, pero luego me rendí al no encontrar respuesta alguna.

Una vez Taichi-san cerró la puerta Katsukawa-san no tardo en irse a su cuarto, pero esta vez
lo hizo sigilosamente para no levantar sospechas. Me quede solo en el comedor rodeado de
5 sillas, la limonada de Katsukawa-san que no la había tomado y el moderno celular de
Taichi-san que lo había vuelto a olvidar como ya era costumbre.

“Esta familia no tiene remedio” Susurre mientras miraba hacia el techo recostándome en la
silla al mismo tiempo que sonreía levemente. Me sentí algo solo. Si, ese sentimiento ya era
bastante usual en mí, supongo que no es necesario explicar el por qué. Pasaron los
segundos, minutos y me levante de mi asiento esperando que sucediese algo nuevo, algo
inusual, algo divertido, algo interesante, algo… algo…

¿Eh…?

“Este… ¡D-discúlpame por lo de hace un rato!” Mis deseos habían sido escuchados, pero no
de la forma en la que lo imaginaba exactamente. Katsukawa-san había bajado las escaleras
antes que me percatase de aquello, además llevaba arriba de su verdosa piyama su típica
gruesa chaqueta azul con la que recientemente salía a la calle.

Entonces, eso quiere decir que…

“¿Vas a ir a alguna parte?” dije eso sin pensarlo demasiado.

“Ah, ¿eh? este…” Ella estaba ablando avergonzadamente mientras sujetaba su chaqueta con
sus manos que claramente estaban temblando como si no se hubiera dado cuenta que lo
llevaba puesto.

*suspiro*
“Como dije antes, ¿vas a ir a alguna parte?”

“em…” Katsukawa-san miro hacia el techo mientras que se rascaba la cabeza y siguió sin
responder a esa sencilla pregunta así que por obvias razones era claro que sí quería ir a
algún lugar, lo cual era extremadamente raro.

“Parque… Q-quiero ir al parque.”

“Ya veo, ya veo.” Por fin lo admitió, pero seguía habiendo algo que no entendía del todo.

Se me quedo mirando con unos ojos peculiarmente tiernos mientras tenía la boca
entreabierta como si se tratase de un cachorro queriendo de decir que lo acompañe.

“Entonces…, ¿quieres que te acompañe?”

Sí respondió con su cabeza mientras su mirada huía al suelo. Ni siquiera tuvo el valor de
admitirlo. Bueno, no importa. Regrese a mi habitación para abrir la caja de zapatos que me
compro Taichi-san hace unos días. Abrí la puerta nuevamente y Katsukawa-san parecía que
había vuelto a su habitación también ya que su puerta estaba medio abierta.

*¡¡¡Tum!!!*

“¡¿Estas bien, Katsukawa-san?!” Un fuerte ruido se emitió desde adentro de su habitación lo


cual no se significaba algo bueno exactamente.

“S-sí.” Dijo mientras abría la puerta al mismo tiempo que se colocaba una especie de
sombrero.

“¿Eh?” Casi se me escapa y pregunto: ¿Quién eres?

¿Era otra chica?, pues no. Pero lo que si era cierto era que Katsukawa-san parecía
literalmente otra persona. ¿Por qué? Pues porque llevaba unos rojizos lentes y gran
sombrero blanco, lo suficiente para que no pudiera reconocerla fácilmente. Si te preguntas
por qué cuando ella cuando sale a la calle lleva ropa tan peculiarmente extraña es porque no
quiere que sus compañeros de la secundaria la reconozcan.

“¿V-vamos?”

“Si”

Aun me seguía pareciendo imposible que Katsukawa-san haya querido salir de la casa por
mérito propio ya que desde que aparecí aquí solo salió unas 3 veces, y encima siendo
obligada a hacerlo. ¿Ahora entiendes por qué la Katsukawa-san de hoy me parece tan
extraña?

Bajamos y abrí la temida puerta, después salí de la casa y miré hacia adentro esperando que
ella me siguiera.

El sol era muy brillante y cálido. Las nubes parecían ser parte de una gran pintura llamada
cielo que hacía que el paisaje se viera aún más hermoso además unas cuantas aves volaban
alrededor de él cómo puntos negros. Realmente parecía que este día era especial, un día
único, un día irremplazable.

“Perdón por la demora.”

“Oh…” Katsukawa-san había sacado una mochila parecida al de uno escuela, lucia bastante
vieja.

Y así empezamos a emprender el viaje. Un viaje demasiado agotado…


“Hace mucho calor, ¿verdad?”

“Ah, sí.” dije tímidamente mirando hacia el suelo.

Aquella cosa fue lo poco que duro nuestro repentino intento de conversación.

Cuando salimos el calor parecía algo de que agradecer, pero después de unos minutos
caminando se hizo completamente insoportable por culpa de la gruesa y ardiente chaqueta
que estaba llevando. Podía sentir el asqueroso sudor recorriendo en todo mi cuerpo. Quería
regresar a casa, tomar un helado y echarme en la cama totalmente estirada como una niña
de 5 años. ¿Tan difícil era que mis deseos se hicieran realidad?

Para aliviar un poco el calor decidí abrir el cierre de mi chaqueta, pero claramente seguía sin
ser ni un poco suficiente. Estando en las nubes por un momento agarre una de las heladas
botellas de agua que había sacado del refrigerador y puesto en mi mochila. Cuando salgo
siempre saco una de esas. Claro no es que salga mucho de casa, pero se podría decir que es
una pequeña costumbre. Sostuve la botella con mis dos manos y el simple hecho de
agarrarlo se sentía realmente bien, casi podía sentir la refrescante agua en toda mi boca. Sin
pensarlo demasiado abrí rápidamente la tapa de la botella para tomármelo de una vez por
todas ya que no podía aguantar hasta llegar al parque. Sería como un enfermizo infierno.

1 sorbo, 2 sorbos, 3 sorbos… ¡Glug!

Sin darme cuenta me quede parada tomando casi toda la botella, el chico paro de caminar y
voltio para esperarme. Luego de unos segundos me detuve y podía sentir toda la refrescante
agua recorriendo mi cuerpo por dentro. Parecía como si estuviera en las nubes.

“Cielos…” Dije justo después de sacar la tapa de la botella de mi saciada boca además de
hacer una boba sonrisa que no se me quitaba. Abrí los ojos y el chico me estaba mirando de
una forma peculiar. ¡Dios!, ¿porque rayos estaba sonriendo? Estoy segura que era la primera
vez que sonreía con alguien viéndome, al menos de lo que recuerdo.

Agarre mi sombrero blanco y me tape el rostro con él rápidamente mientras que me reía por
dentro de mí misma de mi estúpida situación en la que me encontraba, eso hizo que mi
sonrisa se viera aún más extraña de lo que ya era. Luego de eso seguí mirando para abajo
aun tapándome el rostro con el peculiar sombrero y una vez mi vergonzosa sonrisa
desapareció por completo deje de sujetar el sombrero.

“Ya llegamos.”

Su voz interrumpió todos mis pensamientos, como si fuera un gran meteorito cayendo en mi
planeta.

Era el parque donde jugaba de niña… cuanto tiempo.

“¿Dónde nos sentamos?” Pregunte instintivamente. Mi mente y mi cuerpo suelen ser cosas
completamente distintas en muchos momentos y este no era la excepción.

“Creo que por aquí está bien.” Dijo mientras se dirigía a un asiento que estaba en el medio
de todo el solitario parque. Me pregunte porque había elegido esa silla ya que todas las
demás estaban sin ocupar aparte de que solo estábamos nosotros.

Nos sentamos y sin darme cuenta había olvidado completamente mi objetivo inicial de por
qué había decido ir aquí. Como había refrescado mi boca de agua estaba totalmente
relajada y el sueño no me tardo en llegar.

“…”


Katsukawa-san repentinamente se inclinó ligeramente hacia el suelo dejando caer su raro
sombrero sobre sus muslos, además de eso sus falsas gafas también estaban cerca de
caerse.

“Eh… creía que íbamos a ir a tu casa, Kyoko. Que aburrida eres…”

Una aguda voz que venía de atrás mío me despertó de mi detenida mirada hacia la
durmiente Katsukawa-san.

Eran en total 5 niñas. Si, ni una más ni una menos. Eran cinco, pero había un problema…

“Tengo una idea. Vallamos a ese centro comercial.”

“Eso, eso.”

Avía una niña que estaba un poco más atrás que las demás. Pelo negro y largo, sin nada a
resaltar excepto de una mirada sin vida. No se reía cuando hacían bromas entre ellas y el
grupo tampoco intentaba interactuar con ella, ni siquiera molestándola.

Como si no existiese.

“…” Sin darme cuenta Katsukawa-san ya se había despertado y aparte de eso ella también
estaba viendo detenidamente a aquel ruidoso grupo de niñas.

“Katsukawa-san, tu sombrero se cayó.” Agregue para que dejara de estar en las nubes.

“Ah, es cierto.” Dijo mientras tocaba la parte superior de su cabeza. Volvió a ponerse su
sombrero con sus dos manos y luego se quitó sus lentes falsos para dejarlos adentro en su
mochila, talvez por comodidad o instintivamente. Después de eso aquel grupo de niñas
desapareció sin dejar rastro alguno como si se hubieran esfumado en menos de un segundo.
Por su lado Katsukawa-san estaba pensativa mirando hacia la nada. Bueno, no era algo tan
raro exactamente, pero de alguna forma me preocupaba.

Uhm… ¿qué clase de pensamientos puede tener una chica tímida? Me pregunte mientras la
estaba mirando.

¿Acaso sus pensamientos son extraños? ¿Acaso son completamente distintos a lo que su
inocente rostro hace parecer? ¿Acaso son perversos?

Seguía y seguía preguntándome sin parar, ya ni siquiera me reconocía. No era el tipo de


persona que era tan insistente en un tema en específico. De repente Katsukawa-san voltio y
nuestras miradas se encontraron. En ese pequeño momento podía ver claramente cada
pequeña y delgada parte de su azulado cabello que hacían un gran contraste con el
amarillento paisaje. Realmente se veía hermoso…

Yaqué pocas veces veo su rostro me quede mirándola por unos segundos como si estuviese
viendo un cometa que pasa una vez cada mil años con todos sus grandes y azules
esplendores en el cielo. Creo que nunca me va a dejar de sorprender su peculiar color de
pelo.

“P-perdón” Mi mente tardo un rato en volver a la tierra y termine trabándome un poco, algo
que no suelo hacer a diferencia de Katsukawa-san.

“No… no importa”

La incomodidad había vuelto y no volvimos a intercambiar miradas. Me empecé a preguntar


cuanto tiempo había pasado desde que salimos de casa y al no encontrar respuesta alguna
terminé mirando al cielo al igual Katsukawa-san.
El paisaje seguía casi exactamente igual la única diferencia eran las nubes, pero casi ni se
notaba.

Me estaba empezando a aburrir.

“¡Disculpa! Em… este, ¿qué te parece si vamos a…?” De repente Katsukawa-san interrumpió
el silencio que había entre nosotros.

“L-Lo que quiero decir es…” Cada vez parecía alterarse más como si sus palabras las
estuvieran carcomiendo, además su boca al igual que sus ojos parecían estar temblando.

Oh…, ¡un nuevo tipo de Katsukawa-san ha aparecido!

“Un lugar… grande, con muchas persona y tiendas.” Dijo eso mientras movía sus manos a
distintas direcciones para que la comprendiese mejor. ¿Acaso esto era una especie de
adivinanza?

“¿Te refieres a un centro comercial?” Fue lo primero que se me vino a la mente.

“¡Si!, ¡¡E-Eso!!” Dijo mientras se acercaba a mí al mismo tiempo que sus ojos brillaban de la
emoción. Creo que ella nunca había ido a uno.

“¿Eh? Pero para ir a un centro comercial tenemos que tomar un tren que nos lleve hasta una
ciudad y para eso necesitamos dine-“

“¡N-No hay problema! Tengo aquí 50,000 yenes” Dijo mientras sacaba de su mochila unos
montones de billetes de 1,000 yenes algo viejos.

“¡¿C-Como tienes tanto dinero?!”

“Eso no importa…” Dijo con una cara un poco molesta. Katsukawa-san molesta, que
interesante. Ahora me pregunto, ¿cuántas diferentes tipos de Katsukawas estoy conociendo
hoy?, realmente estoy bastante sorprendido.

“Podemos ir a pasear alrededor o talvez ir comprar ropa…, ¡incluso te puedo invitar a comer
a un restaurante!” ¿Incluso?

“Espera eso sonó algo extraño.” Agrego susurrando.

En ese momento me di cuenta que Katsukawa-san trataba de convencerme para ir allí. Por fin
lo había comprendido. Me quería convencer, ¿eh?, pero, ¿por qué? ¿Por qué a mí? Además,
¿por qué iba a gastar tanto dinero en tan solo un día?

“Te puedo dar 10,000 yenes. T-talvez 20,000 yenes… ¿30,000 yenes? Emm…”

“Está bien, no necesitas darme dinero…” ¿Enserio trataba de comprarme?

*suspiro*

Katsukawa-san suspirando, eso sí es inusual.

En ese momento me di cuenta que Katsukawa-san y yo estábamos actuando con más


naturalidad de lo normal. Claro, no la suficiente como para llamarnos ‘’amigos’’. Ahora que
me pregunto, ¿cuál es nuestra relación? No somos amigos, ni tampoco desconocidos.
¿Compañeros? Si, talvez sea lo más cercano.

Nos levantamos del asiento y empezamos a caminar en dirección a la estación de tren… o


eso creía.


Luego de caminar durante poco tiempo salimos del pueblo y llegamos a una pequeña
ciudad de una forma extrañamente rápida. Es muy extraño que dos lugares sean muy
distintos y que aun así estén muy cerca, ¿verdad?

Nos dirigimos a esta pequeña ciudad porque según algunas personas que nos ayudaron en
el camino aquí había una gran estación de tren, pero no la encontrábamos en ninguna parte.

Yaqué estábamos algo perdidos y no sabíamos que hacer nos sentamos en una banca que
tenía un oscuro plástico que nos protegía del infernal sol cerca de una ruidosa autopista.
Katsukawa-san empezó a sudar al mismo tiempo que se sentía mareada del calor que
emitían los autos junto a las personas. Me di cuenta de aquello y decidí que era mejor seguir
caminando, me levante y luego agarre su brazo tímidamente ya que no quería que ella se
perdiese aquí.

Como ella no pudo aguantar su sed tuvo que sacar otra de sus refrescantes botellas de agua
de su mochila justo antes de cruzar una autopista. Me dio ganas de pedirle un poco de ella,
pero supe que solo ocasionaría más problemas en nuestra rara relación. Ella levanto
lentamente su botella y puso la tapa en sus labios, el líquido poco a poco empezó a
defender de la botella hacia adentro a su boca. Cada segundo que pasaba hacía que sus
ojos se volvieran a la normalidad y que su soñolienta cara también desaparezca.

Todo parecía ir bien, pero…

“Hugh”

La refrescante agua no solo estaba en sus labios y en su cuerpo sino también en su ropa.

Un veloz y ruidoso auto había pasado cerca de 1 metro de Katsukawa-san, ella no pudo
contener su asusto y sin querer lanzó la botella por los aires dejando caer el agua encima de
su cara y de su ropa. Al final la botella después de rebotar muchas veces quedo tirada en el
medio del cruce de la autopista, para desgracia de Katsukawa-san no quedo ni una sola gota
de ella.

“Lo mejor será que te quites tu chaqueta.”

“Es cierto, pero…”

Abrió ligeramente su chaqueta y pude ver que llevaba su piyama verde, había olvidado
completamente que la llevaba puesta.

“Hmm…”

Mientras que ella estaba pensando las luces del semáforo cambiaron a verde y personas que
estaban alrededor nuestro empezaron a caminar hacia al frente. Paso cerca de un minuto y
sin querer mis ojos habían encontrado la estación de tren que estaba justo delante de
nosotros. Sin pensarlo demasiado empecé a correr hacia la estación, pero Katsukawa-san se
quedó parada sin hacer nada como si estuviera en las nubes así que grité un poco fuerte:
¡Apresúrate Katsukawa! para que me siguiera antes que las luces del semáforo cambiaran a
rojo. Sin querer la llamé sin el honorifico ‘’-san’’.

“¡Sí!” Respondió mientras empezaba a correr luego de haber recogido la botella que ella
tiro.

“¿Estas bien?”

“Sí… creo que sí. T-talvez…” Cada vez su positividad iba bajando. Su respiración era muy
rápida, tanto que podía sentir un poco de ella en mi rostro. Supuse que su estado físico se
debía a estar encerrada en su casa por bastante tiempo.
Y… finalmente llegamos a la estación de tren. Si, dejando de lado todas las cosas graciosas y
vergonzosas que habían sucedido en el camino lo habíamos conseguido.

“Whoa.”

Era mucho más grande y moderno de lo que probablemente habríamos imaginado.


Katsukawa-san al igual que una niña pequeña empezó a ver hacia todas partes de él. Si así
de grande es la estación, ¿cómo de grande va a ser el centro comercial? Bueno, no había
mucho tiempo para hacerme preguntas ya que el tren estaba a punto de llegar y si no nos
apurábamos lo íbamos a perder.

Empezamos a correr los más rápido que pudimos y luego de llegar a una esquina que según
un empleado estaba cerca de nuestro tren bajamos las escaleras eléctricas rápidamente
como si fueran escaleras normales ya que el poco tiempo se agotaba.

Felizmente el tren aún no había partido y logramos entrar de milagro.

Katsukawa-san se sentó en un asiento junto a una anciana y yo me quede parado al costado


de ella ya que casi todos los asientos ya estaban ocupados. La nerviosidad de Katsukawa-san
obviamente se hizo presente, me hizo recordar cuando recién la conocí. Bueno tampoco es
que nuestra relación haya evolucionado tanto que digamos.

Hum… es la primera vez que siento nostalgia en este sueño. Que extraño…

Cuando la anciana tuvo que salir del tren y pedirle permiso a Katsukawa-san ella se alteró
muchísimo, fue realmente muy gracioso. Después de ello me senté al costado de ella y luego
de un rato llegamos a nuestro destino, no paso nada interesante o divertido en el tren, así
que… ¿qué más puedo decir?

Salimos del tren y sorprendentemente el sol parecía seguir brillando igual de fuerte que en
esta mañana. Claro a diferencia que esta vez el cielo estaba un poco más oscuro que en
aquel entonces y no precisamente porque fuera tarde, sino porque había unas cuantas
gruesas nubes tapando al sol. Katsukawa-san por fin se quitó su extraño sombrero blanco,
probablemente porque supuso que ya no era tan necesario ya que ningún compañero suyo
de la secundaria vivía por aquí.

Después de salir de la estación entramos a el centro comercial. Era muy grande, gigante,
¡inmenso!, ¿acaso existe una palabra más exagerada para describirlo?

Había personas por cualquier lado que mirásemos. Katsukawa-san no tardo en mostrar
signos de timidez fusionada con miedo, eso me preocupo un poco ya que las únicas y pocas
veces que salió de casa fue a lugares con no mucha gente.

Si, ella claramente estaba muy asustada pero aun así había algo diferente, algo distinto, algo
inusual… Si, algo que ni yo mismo comprendía del todo.

“Vamos a algún lugar.” Dijo cerca de mi oído prácticamente susurrando.

Hum… Oh, ya veo.

Había descubierto que era lo extraño en esta nueva situación. Me tomo un tiempo darme
cuenta, la respuesta es: Ella en ningún momento sugirió volver a casa.

Hace unas semanas cuando por primera vez Katsukawa-san empezó a salir más
seguidamente, ella siempre en el camino sugería volver a casa. En cualquier momento,
aunque le diga que no en menos de 30 segundos lo volvía a sugerir, como si no le tomase
importancia a mis palabras. Eso, incluso en las últimas veces ella también lo seguía haciendo.
Se podría decir que me estaba empezaba a fastidiar un poco su exagerada timidez. Talvez lo
distinto se deba a que esta vez fue ella la que me pidió salir de casa. Si, es lo único que se me
ocurre.

“Cuantas luces.” Dije sin querer.

Habíamos subido las escaleras eléctricas y así de la nada, sin previo aviso aparecieron un
montón de juegos eléctricos con muchos niños además de adultos jugando en él.

“Quiero jugar.”

“¿Eh…? Katsukawa-san, no eres una niña, ¿verdad? Bueno, tampoco niego que haya
personas con más edad jugando aquí, pero a diferencia ti esas personas son prácticamente
solo niños y ancianos, no adolescentes como tú, Katsukawa-san.”

“¿Dónde puedo comprar boletos?” Pese a todo lo que dije me ignoro completamente.

“Bueno, supongo que allí.”

“Hmph… cuanta gente.” Agrego susurrando.

Hicimos una gran cola para poder comprar unas tarjetas que nos permitiría jugar aquellos
coloridos y brillantes juegos. Tanto era el miedo de Katsukawa-san a las personas que se
sujetó de la manga mi ropa mientras estábamos esperando, para suerte de ella la cola no
tardó mucho en moverse y rápidamente nos tocó el turno para comprar. Ella me dio cerca de
5,000 yenes en la mano. Tampoco es que valga demasiado ¿verdad?

No niego que podría estar algo nervioso, bueno… talvez enserio sí lo estaba. Aunque sea
cierto que no soy tan tímido como ella, hablar con un completo extraño sigue siendo algo
que no me es tan fácil conseguir.

“¿En que los puedo ayudar?” Una chica, lo deduje por su voz.

“Disculpe me podría dar una…” Espera, una… ¿qué? ¿Como se supone que se les llama a
esas especies de tarjetas? Me quede en blanco o mejor dicho en negro ya que no podía
pensar en nada. Era como una pequeña luz en una inmensa oscuridad llamada universo.

Espera, ¿qué tiene que ver el universo aquí?

Saliendo de las nubes gire mi mirada hacia Katsukawa-san esperando que de alguna forma
ella me ayudase. Claro, obviamente no me ayudo en lo absoluto como era de suposición
solo se avergonzó mirando hacia el suelo al ver que la empleada también la miro.

“Ha, ha, ha… ¿Por qué están tan tensos?” ¿Qué?, ¿acaso no se deduce?

Su risa era algo… irritante. Si, no quería decirlo, pero por más que buscase era lo que más se
acercaba al sentimiento que estaba sintiendo. Se que al ser una empleada tiene que actuar
de forma divertida o alegre, inclusive algo tonta, pero a consecuencia de ello Katsukawa-san
y yo éramos el nuevo foco del lugar. Las personas que estaban detrás y alrededor nuestro
nos empezaron a mirar, mayormente eran niños y ancianos los que estaban aquí.

Quiero morir, desaparecer, que el suelo me trague por completo, ¡irme a otro planeta
inclusive! Imaginé que eso estuviera pensando Katsukawa-san, talvez fui un poco exagerado.

“Ha, ha.” Trate de reír para calmar el ambiente, obviamente no salió tan bien como esperaba.

“Supongo que quieres esto.” Saco aquella extraña tarjeta mientras seguía sonriendo.

“Ah… em, sí.”

“Bueno, están de suerte. ¡Tenemos un descuento para parejas!”


En ese momento las orejas de Katsukawa-san se enrojecieron y de repente parecía intentar
decir algo. Bueno supongo que no es tan difícil deducirlo, ¿verdad?

“O, es que acaso ustedes no…”

“¡Si, claro! Sí lo somos.” Dije mientras la agarraba de su hombro y ella en respuesta dio un
ligero movimiento hacia arriba.

Probablemente te preguntes: ¿Por qué dije eso? Y bien… no sabría que responder. La oferta
de la tarjeta era cercana al 50% y el precio normal no era exactamente barato.

Y bueno, pues… em…

Si, ahora estoy arrepentido, completamente arrepentido de lo que había dicho.

“Oh, ya veo. Entonces disfruten.”

Después de dar el dinero salimos de la fila y todo siguió igual. Al menos eso quería creer.

A mí no me afectaba tanto fingir ser pareja con ella, bueno tampoco es que nos estuvieran
mirando o algo así. Pero savia que Katsukawa-san era un ser llenado de un peculiar liquido
llamado ‘’timidez’’ que recorría todo su cuerpo desde la cabeza hasta los pies y que cualquier
cosa podría darle ese común sentimiento. Si, lo savia, pero aun así…

“Este… ¿vamos a jugar?” …sorprendentemente estaba más calmada de lo que me esperaba.

“Claro.”

Mi mente estaba cansada, dando vueltas hacia cualquier lado y las brillantes luces solo
empeoraban la situación.

Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis… cincuenta y siete.

¡¿Cuántas veces ya había visto revotar a esa cosa?!

Yo y Katsukawa-san después de reposar en un restaurante estuvimos jugando muchos tipos


de juegos, para ser más exactos: ¡Demasiados! Hasta el cielo ya se estaba empezando a
oscurecer. Actualmente estábamos en un juego de mesa eléctrico llamado ‘’Aero-hockey’’.

Katsukawa-san no paraba de cubrir velozmente el disco que tiraba con todas mis fuerzas con
su mazo de hockey, realmente se lo estaba tomando muy enserio.

Ya que en ese momento solo estaba concentrado en los movimientos de sus veloces manos
junto a los de su cabeza sin querer me puse a pensar en ella, para ser más preciso en el día
en el que la conocí.

Katsukawa-san… ¿hum?

Abrí mis ojos.

Una gota de mis lagrimas rozaba la mejilla de una chica. Mis brazos impedían que ella
escapara de esta embarazosa situación y pude ver su asustado rostro fusionado con un poco
de vergüenza.

Como esta situación no tenía ningún sentido supuse que estaba alucinando o que se trataba
de un sueño. Un sueño, ¿eh?

Si se trata de un sueño, entonces…


¿No es real?, ¿nada lo es?

¿Ni siquiera ella misma?

Aunque este asustada, aunque tenga amigos, aunque tenga sentimientos, aunque una
completa vida viviendo, acaso… Acaso ella, ¿simplemente no es real?

“¿Acaso no existes?” Si, esa fue la primera palabra que pronuncié en este sueño. Lo dije
desde el fondo de todos mis sentimientos. Por alguna razón, aunque no la conociese desee
que ella fuera real, autentica… Que ella enserio existiese.

“Oye, ¿cuándo piensas volver a la preparatoria?”

Abrí ese tema, un tema cerrado hace ya más de varios días. Primero me miro de manera
confusa como si no hubiese entendido el tema del cual estaba hablando. Luego golpeo muy
ligeramente el disco hacia mí mientras empezaba a temblar, al parecer ya lo había
comprendido. Miro hacia abajo con ligera timidez tratando de esquivar la pregunta como
muchas ya lo ha hecho. Mejor dicho, intentado ya que nunca lo logra.

“Eso, es un poco complicado...” Dijo aun sin mirarme a la cara.

Hum… si, esperaba ese tipo de respuesta.

“Enserio, ¿quieres seguir así por siempre?”

El disco quedo flotando en medio de la mesa sin poder llegar a ninguno de los dos y eso
hizo que el momento se pusiera aún más incómodo. El disco era Katsukawa-san y yo era
mazo que intentaba lograr que ella entrara a la portería que en este caso sería la
preparatoria. ¿Que debía hacer? ¿Insistir? ¿Dejarla ir?

No era una decisión tan fácil…

“Además… E- ¡¡Estoy bien!!” Dijo mientras hacia una vergonzosa pose en forma de una
persona con mucha energía al estar demasiada alterada, hum… Si, algo como esto: ╰(*°▽°*)╯

Suspiré y después de eso dije un simple Ya veo.

“¡Pues entonces no hay remedio!” Aprovechando que estaba distraída me incliné hacia la
mesa de forma que pude golpear el disco y anotar canasta. Luego hice una ligera sonrisa
queriendo decir que todo estaba bien.

Después de todo es su vida, ¿verdad?

“¿Eh?, ¡eso es trampa!”

“Je, je… Katsukawa, eso solo son habilidades de comunicación.” ¿Eh? ¿Estaba haciendo una
broma? ¿Yo? Además, la volví a llamar sin el honorifico ‘’san’’.

“¡Puf-!” Katsukawa-san no pudo contener la risa e hizo un sonido extraño con su boca. Luego
termino tapándose su cara con su azul chaqueta, aunque aun así podía ver su extraña cara.
Supuse que se estaba riendo de mi más que de la broma misma.

Hum… hice una broma. Que extraño, ¿verdad? Talvez el yo del mundo del cual venia era un
bromista o talvez todo lo contrario. A veces me pregunto si yo vengo del futuro o del
pasado, si era un humano super inteligente o un cavernícola. Bueno talvez solo este
fascinando… mejor dicho muy probablemente que lo esté.

“Es que… tu, y… P-¡¡Puf!!” Katsukawa-san intento calmarse respirando lentamente pero su
risa volvió de la nada como un bumerán y encima con mucha más fuerza. Nuevamente no
pudo aguantar su risa, esta vez tuvo que taparse la boca con ambas manos al no tener
suficiente tiempo para agarrar su chaqueta. Bueno, en resumen: no se le entendió
absolutamente nada de lo que estaba diciendo.

Volviendo al tema inicial, no seguí insistiendo en que ella volviera a la preparatoria. Yo solo
quería ser de utilidad aquí, en este lugar, en este sueño.

Ahora, lo único que tengo que hacer es simplemente proteger esa extraña e inusual sonrisa
ya que Katsukawa-san y Taichi-san son los más parecidos a una familia para mí.

Así que… así que…, ¿debería dejar de llamar a esta nueva vida sueño?

“¡Esta vez no me vas a engañar!”

¿En realidad, de verdad, realmente…

“Oh. Esa es la actitud, Katsukawa-san”

yo…

“Rayos.”

me…

“Je, je.”

…estoy divirtiendo?

¿Junto a ella?, ¿junto a Katsukawa-san? Ni en el más extraño de todos mis sueños me


imagine esta peculiar situación. Lo peor es que ni siquiera me percate de eso.

Nosotros estábamos super concentrados, demasiado para que tan solo se trate de un simple
juego. Katsukawa-san se movió a la derecha para agarrar un mejor ángulo y logro encestar.

4 vs 4

Cualquiera de los dos podía ganar.

“Miren es la pareja.” Oh, rayos lo había olvidado.

Un grupo de ancianos con unos cuantos niños curiosos nos vieron de repente. Katsukawa-
san se distrajo y gracias a eso anote la última canasta que era necesario para ganar. Bueno, el
juego ahora no es que importe demasiado, ¿cierto?

“Katsukawa-san, sígueme”

Escapar de los ancianos era una tarea sencilla, pero lo niños sí que iban a ser un gran
problema. Bueno eso pensaba, ya que no prestaron interés alguno en nosotros a excepción
de una niña. Talvez la mayoría no sabían el significado de ser una pareja. Subimos
rápidamente al tercer piso, allí no había tantas personas y la tensidad de Katsukawa-san se
hizo muy leve. Luego de eso entramos a un restaurante para asegurar nuestro escape. Vimos
a la niña pasar al costado de él y luego de un rato se fue, eso nos tranquilizó.

Giramos nuestra mirada hacia atrás y nos dimos cuenta que estábamos en una azotea.

Se podía ver el amarillento atardecer junto a todos los edificios que lo reflejaban de una
forma muy hermosa. Era una vista espectacular sin lugar a dudas. Las nubes se dispersaron
dejando al sol relucir todo su esplendor antes de dar su último aliento.

“Oye…”

“¿Hum?”
“Gracias.” ¿Gracias?

“Ah, sí.” Mi respuesta fue bastante vaga al igual que su agradecimiento. ¿Que había hecho yo
para ganarme un Gracias? Realmente estaba intrigado.

“Em este, también. Quiero decirte algo más.”

“Claro.” De repente se puso rígida al igual que un fino palo como si todo lo poco que había
avanzado nuestra relación se hubiera desmoronado y caído a los suelos en menos de un
segundo.

Levanto sus manos para luego apretárselas en sí mismas mientras empezaban a sudar, pude
deducir fácilmente que ella estaba nerviosa.

Sus ojos también empezaron a mirar a distintas direcciones tratando de buscar alguna salida
como si estuviesen temblando, o algo así. Luego se quedó callada mientras miraba hacia al
suelo por unos segundos pareciendo que esta situación iba a quedar como muchas veces ya
lo ha hecho: Ella sin poder decir lo que quiere y yo sin saber cómo ayudarla.

Finalmente, su cabeza se inclinó ligeramente hacia abajo dejando caer su delgado cabello.
Estoy seguro que Katsukawa-san nunca había llegado a tales extremos para decir algo.

Ella no estaba actuando como las anteriores veces. Si, de eso estoy completamente seguro.

“¡Lo que quiero decirte es, es… es que hoy!”

De repente levanto su cabeza y empezó a hablar fuertemente eso hizo que prestara más
atención a los que estaba pasando, probablemente porque hizo que me asustara un poco.
Pude aprecia la fusión de los anaranjados rayos del sol con su azulado cabello, eso daba
como resultado un color verdoso con un poco de marrón en su cabello. Parecía como si
estuviese ablando con Katsukawa-san antes de estar teñida. Después de eso hizo una pausa
algo larga mientras tenía la boca entreabierta.

Aproveché su pausa y me puse a pensar. Sí, a pensar. Todo este escenario, las nubes, el
anaranjado cielo que estaba sobre nosotros, toda esta nerviosidad e inseguridad que ella
emitía. Solo me dio como resultado que estaba enfrente de en una declaración de amor.

Realmente esta era una excelente situación para decir Me gustas, Te quiero o algo por el
estilo. Si, un escenario perfecto para ese tipo de cosas. ¿Cuánto tiempo tarde en darme
cuenta de eso? Hum…

Entonces abrí ligeramente mi boca para preparar una buena forma de rechazarla sin romper
el núcleo de la amistad que habíamos forjado en un mes.

“Hoy es… Mejor dicho, ¡¡hoy cumplo 17!!” Dijo prácticamente gritándome a la cara.

¿17? Ah, acaso ella quiso decir…

“¿Te refieres a que hoy es tu cumpleaños?”

“Sí, sí.” Dijo mientras afirmaba 2 veces con su cabeza velozmente.

Oh, ¿conque solo se trataba de eso? Me puse más tranquilo al ya no tener que pasar por
esa difícil situación. Si, rechazaría a Katsukawa-san como a cualquier chica sin importar
su aspecto o carácter, pero supongo que no es momento de pensar en ello, ¿verdad?

Dejando de lado ese tema creo que ahora entiendo mejor ese Gracias de hace un rato.
Supuse que ella no tenía personas a su alrededor con las que celebrar su cumpleaños
aparte de su familia, donde solo esta Taichi-san que para todo el día trabajando. Si, solo
me eligió a mí por descarte, no había nada de interés o amor detrás de eso.
Voltee a ver al sol, pero él ya se había marchado.

El cielo se torno a un azul claro que poco a poco se hacia mas leve dejando a relucir
todo el resplandor de las pequeñas e innumerables estrellas que estaban encima de
nosotros.

Es un poco triste, ¿no? Ya que es el final de este día, como si se tratase del fin de una
historia. Aunque no, no es verdad. Es el final, pero ahora que lo pienso los finales no son
más que el inicio de una nueva historia, de un nuevo capítulo, de un nuevo amanecer,
incluso aún más grande. Aún más resplandeciente.

Eso pensé…

La fría y oscura noche por más hermosa que fuera estaba por asechar sobre nosotros,
ahora solo teníamos que volver a casa. Claro algo bastante sencillo… o al menos eso
parecía. Los problemas solo acababan de comenzar, al igual que esta estúpida historia.

Hum… un día como hoy una vida surgió adentro de un sueño, ¿eh?
- Comentario -

¡Hola lector! Sinceramente no sé qué decir aquí exactamente ya que no estoy contando la
vida de un personaje o algo así, pero lo voy intentar.

Como ya lo he dicho antes me estoy dedicando a escribir novelas ya que quiero que más
personas en este pequeño mundo puedan leer historias interesantes y al mismo cómicas.

Crear historias puede ser más divertido de lo que parece, claro crearlas. El de escribirlas a
veces se convierte en un lio en mi mente, muchas veces las cosas no salen al 100% como
quisiera redactarlo así que tengo que empezar de nuevo y eso hace que me retrase bastante.
Ya que no soy un escritor profesional poco a poco estoy aprendiendo a como redactar mejor
y más velozmente.

Hum… ¡Ah! cierto. Olvide agradecerte.

Si has llegado hasta este punto realmente me sorprendes. Aunque me guste crear historias y
redactarlas, muchas veces cuando leo termino exhausto y algo cansado. Así que si aún no lo
has leído totalmente no te apresures puedes leerlo cuando gustes o tengas más energía.

╰(*°▽°*)╯

Bueno ahora me despido. Por favor si tienes alguna pregunta escríbela por correo.

¡Te estaré esperando en el siguiente capítulo!

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