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FACULTAD DE MEDICINA
Tema: Preeclampsia-eclampsia
DOCENTE:
Licenciada Chicas
PRESENTADO POR:
CLASIFICACIÓN
Para ayudar a la estandarización del manejo de la PE-E, ésta ha sido clasificada en leve y
severa (se omite el término moderada). Casi 50% de las gestantes con preeclampsia
leve todavía muy distantes del nacimiento del producto, desarrollarán preeclampsia severa,
ya sea de forma gradual o súbita
PREECLAMPSIA LEVE
HTA y proteinuria presentes. PAS sostenida < 140 mm Hg, PAD < 90 mm Hg, proteinuria <
300 mg/L en orina colectada de 24 h, sin ninguna otra alteración funcional u orgánica. La HTA
de súbita aparición y sin antecedente previo (hipertensión arterial gestacional) debe ser
vigilada de manera muy estrecha ya que 10% de las eclampsias se pueden presentar sin
proteinuria previa o significativa. Los precursores en el diagnóstico de preeclampsia leve
incluyen también la súbita aparición de edema y aumento de peso, así como un inesperado
aumento de la PA sin llegar a ser diagnosticada como HTA del embarazo.
PREECLAMPSIA SEVERA
Puede haber 2 o 3 de los siguientes signos: PAS > 160 mm Hg, PAD > 100 mm Hg, proteinuria
de 5 g/L en orina de 24 h o +++ a ++++ en dos muestras de orina.
Otros síntomas son la cefalea, alteraciones en la visión, confusión, dolor en el cuadrante
superior derecho, alteraciones en el funcionamiento hepático, oliguria, anemia hemolítica
microangiopática, trombocitopenia, oligohidroamnios, edema pulmonar, alteraciones en el
desarrollo y crecimiento del feto.
INMINENCIA DE ECLAMPSIA
Cuando hay uno o más de los siguientes datos: PAS > 185 mm Hg, PAD > 110 mm Hg;
proteinuria > 10 g /L en orina de 24 h; oliguria de 30 mL/h o 400 mL/24 h; estupor, disturbios
visuales, dolor en epigastrio o en hipocondrio derecho, cefalea frontal, hiperreflexia, edema
agudo pulmonar (EAP), cianosis y vómitos súbitos y en proyectil.
ECLAMPSIA
Aquí es imprescindible la presencia de las convulsiones tónico-clónicas generalizadas
durante el embarazo, durante el trabajo de parto (u operación cesárea) e inclusive
siete días después del nacimiento del producto. Las crisis convulsivas son debidas a
complicaciones del embarazo (PE-E) y no a crisis epilépticas previas a la gestación
o por alteraciones orgánicas gruesas del cerebro (tumor, cisticercosis, etc.)
INCIDENCIA
Se estima que 15 a 20% de las mujeres que se embarazan cursan con alguna patología que
complica la gestación.
Los trastornos hipertensivos del embarazo son la forma de complicación más frecuente y se
ha estimado que en los EUA la preeclampsia complica el 5 a 7% de los embarazos.
La preeclampsia no diagnosticada, sin tratamiento o con terapéutica deficiente puede
evolucionar a eclampsia. En el mundo, cada tres minutos muere una mujer debido a
preeclampsia-eclampsia.
La HTA es la complicación médica más común del embarazo; sin embargo, para otros, es
la anemia es la complicación más frecuente, ocupando la HTA un segundo lugar. La
enfermedad hipertensiva del embarazo continúa siendo una de las causas más importantes
de morbilidad y mortalidad materna y perinatal a nivel universal, tanto en países
industrializados, como en los que están en vías de desarrollo. Su frecuencia de presentación
y lugar que ocupan como causas de morbilidad y mortalidad varían de acuerdo con las
condiciones socioeconómicas de la población, su asentamiento geográfico, así como con la
disponibilidad y accesibilidad a servicios profesionales de atención a la
salud.
Casi 85% de los casos de preeclampsia se presentan en mujeres durante su primer
embarazo. En ciertos grupos de pacientes se ha podido identificar un riesgo mayor para
desarrollar preeclampsia durante el embarazo, 18 estos grupos son:
- Primigestas adolescentes o de edad avanzada.
- Mujeres con hipertensión arterial crónica.
- Mujeres obesas.
- Pacientes con enfermedad renal subyacente de cualquier etiología.
- Mujeres con lupus eritematoso sistémico y enfermedades vasculares o de la colágena
relacionadas.
- Pacientes con embarazos múltiples
DIAGNÓSTICO
Establecer el diagnóstico temprano y correcto de la preeclampsia-eclampsia es de suma
importancia, pues de ello va a depender nuestro manejo y la decisión de interrumpir el
embarazo.
El control precoz y periódico del embarazo, con evaluación de parámetros clínicos y analíticos
constituye un buen método de diagnóstico, recordando que el desarrollo de HTA en una
paciente normotensa durante el tercer trimestre del embarazo es, por lo general, el primer
signo de preeclampsia.
Cuando interrogamos a la paciente embarazada, debemos de buscar de forma intencionada
los siguientes antecedentes:
a) Antecedentes hereditarios y familiares: HTA, cardiopatías, AVC, crisis convulsivas,
preeclampsia o eclampsia (antes toxemia) en madre o hermanas.
b) Antecedentes personales no patológicos: medio socioeconómico de dónde procede,
hábitos dietéticos, ocupación, tabaquismo, si utiliza fármacos psicotrópicos, edad y hábitos
de ejercicio.
c) Antecedentes personales patológicos: HTA, diabetes mellitus, nefropatía, preeclampsia-
eclampsia en embarazos anteriores, crisis convulsivas fuera y dentro del embarazo.
d) Antecedentes ginecológicos y obstétricos: nuliparidad, multiparidad, edad gestacional en
que fueron interrumpidos los embarazos anteriores, embarazo molar, hidrops fetal y diabetes
mellitus.
e) Realizar una buena exploración física, haciendo hincapié en su facies, presencia de
sobrepeso (obesidad), constitución física, tomar con cuidado la PA en ambos brazos y en
varias ocasiones y, sobre todo, después de cinco a diez minutos de reposo en decúbito lateral
izquierdo. En cardiopulmonar, buscar de manera intencional soplos, choque de la
punta del corazón y reforzamiento del segundo ruido pulmonar.
f) En la exploración obstétrica, corroborar si el fondo uterino corresponde con la edad
gestacional y buscar la presencia de polihidramnios y oligohidramnios.
En las extremidades, buscar la presencia de edema, sobre todo en miembros inferiores y
cara. En el examen del fondo de ojo, investigar datos de retinopatía hipertensiva crónica o
aguda.
g) Exámenes de gabinete: tomar una telerradiografía de tórax para ver si se observa
cardiomegalia; también un electrocardiograma (ECG) para buscar hipertrofia ventricular
izquierda.
h) Los análisis de laboratorio recomendados son los siguientes: biometría hemática completa,
química sanguínea completa, examen general de orina, depuración de creatinina, proteínas
séricas, pruebas de coagulación y volumen plasmático, tipo sanguíneo y Rh. Un examen
importante para ver la evolución de la preeclampsia-eclampsia es la determinación
de productos de degradación de la fibrina, sobre todo el dímero D.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Al evaluar la preeclampsia-eclampsia como un estado proinflamatorio y protrombótico, el
diagnóstico puede dificultar, ya que varias enfermedades presentan lesión a nivel
microangiopático y pueden presentarse durante el embarazo, por lo que el diagnóstico
diferencial debe hacerse con púrpura trombocitopénica trombótica, glomerulonefritis
aguda, HTA esencial crónica durante la gestación, tumores cerebrales, feocromocitoma,
lupus eritematoso sistémico, HTA renovascular, epilepsia e hígado graso.
Los diagnósticos diferenciales que deben tomarse en cuenta con la paciente eclámptica son:
a) Accidente cerebrovascular (hemorragia intracerebral, tromboembolismo arterial o venoso).
b) Enfermedad hipertensiva (encefalopatía hipertensiva, feocromocitoma).
c) Lesiones ocupativas intracraneanas productoras o no de hipertensión intracraneana
(tumores, abscesos, quistes).
d) Desórdenes metabólicos (secreción inapropiada de la hormona antidiurética –intoxicación
hídrica-,uremia, hipoglicemia).
e) Enfermedades infecciosas (meningitis, encefalitis).
f) Púrpura trombótica trombocitopénica.
g) Epilepsia primaria o idiopática.
PREVENCIÓN
No existen datos clínicos premonitorios consistentes que permitan predecir con certeza que
una paciente embarazada desarrollará preeclampsia o sus complicaciones. En preeclampsia
severa y eclampsia, en gestantes mexicanas, el signo clínico que se presenta de manera más
temprana y consistente, y que con frecuencia es subestimado es un aumento de peso
corporal que no es congruente con el que podría esperarse de un embarazo normal (p. ej., 1
kg o más de aumento de peso por semana). Por otro lado el edema generalizado es un
hallazgo muy poco común, por ejemplo, en la eclampsia.
La HTA sistémica que se considera el signo característico de la PE-E, no se presenta con las
cifras elevadas que a menudo se espera encontrar. El inicio de las convulsiones o el coma en
la eclampsia quizá se relaciona de manera más estrecha con un aumento de las cifras basales
o un incremento rápido de ellas, y no con cifras absolutas de PAD o PAM. En 15 a 20% de
los casos de eclampsia no se presentan datos clínicos que caracterizan
la fase prodrómica.
Los sistemas orgánicos que se afectan con mayor frecuencia son el cardiovascular,
respiratorio, nervioso central, renal, de coagulación, hepático, por último, y no por ello menos
importante, el feto.
En cuanto a los exámenes de laboratorio, debe obtenerse una muestra de orina para buscar
proteinuria, y si está presente, debe cuantificarse la proteinuria por litro y recolectada en 24
horas.
ETIOLOGÍA
Aún no existe un fundamento específico para determinar cuál es la etiología del desarrollo de
la preeclampsia; existen diversas teorías que intentan explicar esta entidad. Además, hay la
presencia de diversos factores de riesgo que se han visto asociados al desarrollo de ésta
ANATOMÍA PATOLÓGICA
La evidencia histopatológica de daño celular en la preeclampsia-eclampsia está representada
por la endoteliosis glomerular y cambios estructurales en el tejido placentario,
en los vasos de la unión uteroplacentaria, hígado y otros órganos más.
FACTORES DE RIESGO
Los factores de riesgo conocidos para desarrollar preeclampsia-eclampsia son nuliparidad,
multiparidad, historia familiar de preeclampsia-eclampsia, HTA o enfermedad renal
preexistente, diabetes mellitus, preeclampsia o eclampsia previa (33% en los subsecuentes),
hidrops fetal no inmune, embarazo molar, primigravida añosa, gran
multípara, enfermedad del tejido conectivo y vascular, síndrome de anticuerpos
antifosfolípidos, obesidad, raza afroamericana, primigesta joven con atención prenatal
deficiente y las temporadas de otoño e invierno.
FETO
El prolongar el embarazo por lo general es favorable para el feto, sin embargo en ocasiones,
tanto la madre como el feto se encuentran en riesgo conforme se prolonga la gestación a
causa de la terapéutica expectante. Por ejemplo, en el caso de madres con eclampsia y
síndrome de HELLP (hemólisis, enzimas hepáticas elevadas, plaquetopenia), el prolongar el
embarazo por terapias expectantes o de acondicionamiento para mejorar el estado orgánico
de la madre y el feto pueden ser controversiales.
TRATAMIENTO ANTIHIPERTENSIVO
Una presión arterial sistólica (PAS) persistente > 240/140 mm Hg es una verdadera urgencia
hipertensiva y el tratamiento debe ser inmediato. Al reducir la presión arterial (PA), el objetivo
es disminuir la presión arterial diastólica (PAD) y mantenerla entre 100 y 80 mm Hg, nunca
por debajo de esta última por el peligro de hipoperfusión e hipoxemia fetal. Otra razón para
iniciar el tratamiento antihipertensivo es prevenir la hemorragia intracraneal y el fallo
ventricular izquierdo, aunque algunos autores creen que puede evitar el vasoespasmo arterial
selectivo del cerebro que genera las crisis epilépticas. Los medicamentos antihipertensivos
no provocan restricción en el crecimiento fetal, desprendimiento prematuro de placenta o
incluso mejoría en la evolución perinatal. La evidencia ha demostrado que, de hecho, es la
disminución súbita, intensa y continua de la PA la que en realidad impacta en la perfusión
uteroplacentaria, produciendo efectos deletéreos en la unidad fetoplacentaria. De ahí que la
indicación de usar antihipertensivos es un beneficio materno que redunda en protección la
fetal.
Los parámetros que deben tomarse en cuenta para valorar la finalización inmediata del
embarazo y la extracción fetal en pacientes con preeclampsia-eclampsia grave son:
a) Valores de TA > 160/100 mm Hg a pesar del tratamiento.
b) Eliminación urinaria < 400 mL en 24 h.
c) Recuento plaquetario menor de 50 000/mm3.
d) Aumento progresivo de la creatinina sérica.
e) DHL mayor de 1 000 UI/L.
f) Desaceleraciones tardías repetitivas o disminución de la variabilidad.
g) Retardo en el crecimiento intrauterino grave con oligohidramnios.
h) Disminución o ausencia de los movimientos fetales.
EVALUACIÓN PREANESTÉSICA
Debe evaluarse la vía aérea superior, ya que la incidencia de vía aérea difícil en la paciente
obstétrica, en general es de casi 1 por cada 300 casos. La vigilancia hemodinámica en la
preeclampsia-eclampsia debe ser mucho más estrecha que en la paciente obstétrica sana,
incluyendo en ocasiones, técnicas de monitorización invasiva como el catéter venoso central
(CVC), presión arterial continua invasiva, presión de oclusión de la arteria pulmonar (POAP),
gasometrías arteriales, etc.
La vigilancia de la PA es capital y debe ser al menos horaria; en el caso del riñón, los
laboratoriales deben contemplar en su examen general de orina con la cuantificación de
proteínas (g/dL) colectadas en 24 h; los azoados (urea y creatinina) y el ácido úrico sanguíneo
son muy importante; asimismo, la cuantificación horaria del ingreso y egreso de líquidos es
indispensable.
En base al estado fisiológico del feto, el estado físico de la madre, la gravedad del binomio
materno-fetal, la presencia o no del trabajo de parto y la fase en la que se encuentre, del
planeamiento médico-quirúrgico del obstetra y si la atención del nacimiento del bebé puede
ser programado o urgente, el anestesiólogo podrá elegir entre una múltiple variedad de
técnicas anestésicas que sean propicias para el estado físico materno-fetal, desde la
aplicación única de anestesia local para la práctica de una simple episiotomía, hasta
anestesia general para operación cesárea; privilegiando, incluso en casos graves, y si es
posible, la analgesia regional peridural o subaracnoidea. El anestesiólogo debe tener un buen
entrenamiento en las diversas técnicas anestésicas, tener experiencia en el manejo de
pacientes preeclámpticas e incluso en aquellas con crisis convulsivas tónico-clónicas bien
establecidas (eclampsia), reconocer y saber tratar todas y cada una de las complicaciones
que de forma potencial puede presentar la paciente con preeclampsia-eclampsia, debe ser
práctico y flexible, tener una óptima comunicación con el obstetra tratante para que de manera
conjunta ofrezcan el mejor tratamiento farmacológico-quirúrgico a la paciente y planear con
bastante antelación y eficacia la mejor técnica anestésica.
Antes de aplicar la técnica anestésica es importante asegurarse que la HTA ha sido tratada y
controlada. Es importante no disminuir la PAD por debajo de los 80 mm Hg, de manera
preferente mantenerla entre 85 y 90 mm Hg; corregir también problemas como el EAP y las
crisis convulsivas en la paciente eclámptica. La analgesia regional (epidural o subaracnoideo)
puede ser aplicada sin riesgo alguno en pacientes con cuenta plaquetaria > 100 000/mm3.
En caso de valores entre 65 000 y 100 000 por mm3, el bloqueo epiduralespinal se
administrará sólo en base a la situación clínica, la ausencia de equimosis, petequias y
sangrados espontáneos, tiempo de sangrado no prolongado y la contraindicación absoluta
(muy rara) de aplicar anestesia general. La incidencia de hematoma epidural, incluso con
valores prolongados de tiempo de protrombina y de tromboplastina parcial es muy rara.
- Tiempo de sangrado: el tiempo de sangrado en la gestante sana oscila entre uno a nueve
minutos. Desde el punto de vista clínico, un tiempo de sangrado > 10 min no predice de
manera confiable y absoluta, alteraciones en la hemostasia durante el parto o la operación
cesárea. Asimismo, una pequeña incisión en la piel, con tiempo de sangrado mayor de 10
min, tampoco predecirá en forma certera alteraciones en la coagulación. Algunos estudios
han confirmado que la administración de 60 mg/día de ácido acetilsalicílico no prolonga el
tiempo de sangrado, por lo que en ausencia de coagulopatía evidente no es necesario
determinar el tiempo de sangrado en gestantes que ingieren dosis bajas de AAS.
MANEJO OBSTÉTRICO Y ANESTÉSICO
El equipo de anestesia forma parte esencial para el manejo de la paciente con preeclampsia-
eclampsia, dada su experiencia y conocimientos en farmacología, manejo de la vía aérea y
técnicas de monitorización invasiva y no invasiva, debe participar desde el inicio en la
evaluación y atención de la paciente hasta varias horas después de la cirugía (por lo general,
48 h). Es fundamental que el anestesiólogo aborde a la embarazada de forma temprana
durante su padecimiento.
La resolución final de la preeclampsia se inicia con la interrupción del embarazo. Sin embargo,
el abordaje inicial de todos los casos, en particular los de preeclampsia severa complicada
(eclampsia, HELLP, fallas orgánicas, etc.) se debe ajustar a protocolos de manejo
establecidos con anterioridad, revisados y actualizados siempre que sea necesario.
Asimismo, las políticas médicas y administrativas, de transferencia o traslado oportuno y
apropiado de pacientes preeclámpticas de unidades médicas de atención primaria a centros
hospitalarios de atención terciaria (o de tercer nivel de atención) deben ser claras y estar
fundamentadas en el completo entendimiento de los beneficios potenciales de la
estabilización del binomio antes del envío.