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realiza una obra que nadie más que Dios podría realizar:
El Espíritu Santo creó los cielos y la tierra por voluntad de Dios (vea
Génesis 1:2;Job 26:13); resucita a los muertos (vea Romanos 1:4; 6:11);
hace nacer de nuevo (vea Juan 3:5-7); convence al mundo de pecado, de
justicia y de juicio (vea Juan 16:8); echa fuera demonios (vea Mateo
12:28).
Además de todas estas pruebas, el Espíritu Santo posee todos los atributos
divinos. Sólo Dios es eterno, omnisciente, omnipotente y omnipresente, y
el Espíritu Santo tiene todas estas cualidades (Hebreos 9:14; 1 Corintios
2:10; Lucas 1:35; Salmo 139:7-8) El Espíritu es también majestuoso, santo
y glorioso, como el Padre y el Hijo.
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la nuestra después de su resurrección. Una entidad es personal, tenga
corporeidad o no, si tiene los atributos de una persona. Puesto que el
Espíritu Santo tiene todos los atributos de las personas, aunque no sea
visible, es persona. Veamos las pruebas bíblicas acerca de esto.
1. El Espíritu Santo habla: "El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu
dice a las iglesias" (Apocalipsis 2:7).
2. El Espíritu Santo nos ayuda en nuestra debilidad: "Y de igual manera el
Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad" (Romanos 8:26).
3. El Espíritu Santo ora por nosotros: "El Espíritu mismo intercede por
nosotros" (Romanos 8:26).
4. El Espíritu Santo nos enseña: "Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a
quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas,
y os recordará todo lo que yo os he dicho" (Juan 14:26).
5. El Espíritu Santo testifica sobre el Señor: "Pero cuando venga el
Consolador... él dará testimonio acerca de mí" (Juan 15:26).
6. El Espíritu Santo nos guía: "Pero cuando venga el Espíritu de verdad,
él os guiará a toda la verdad" (Juan 16: 13).
7. El Espíritu Santo les da órdenes a las personas que SIrven a Jesucristo:
"Les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia; y
cuando llegaron a Misia, mtentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se
lo permitió" (Hechos 16:6,7).
8. El Espíritu Santo llama a las personas a la obra de Dios y las coloca en
sus distintas posiciones dentro de ella: "Dijo el Espíritu Santo:
Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado"
(Hechos 13:2).
9. El Espíritu Santo fortalece a los creyentes: "Entonces las iglesias
tenían paz... y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se
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acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo (Hechos 9:31).
Al Espíritu Santo se le atribuyen características de las personas
Para ser persona, un ente debe tener ciertos atributos: conocer cosas y
hechos, tener sentimientos como gozo, ira, placer y tristeza, y tener
voluntad para decidir cuáles serán sus actitudes hacia esos sentimientos.
¿Tiene el Espíritu Santo todos estos atributos?
Primeramente, se le atribuye conocimiento, como lo demuestran los
siguientes pasajes: "Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu;
porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios" (1 Corintios
2:10); "Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del
Espíritu" (Romanos 8:27). El Espíritu Santo tiene el intelecto necesario para
buscar las cosas profundas de Dios, además de escudriñar y comprender
el corazón humano.
En segundo lugar, el Espíritu Santo tiene emociones y sentimientos,
como lo indican estos pasajes: "Y la esperanza no avergüenza; porque el
amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu
Santo que nos fue dado" (Romanos 5:5); "Y no contristéis al Espíritu Santo
de Dios" (Efesios 4:30); "El Espíritu mismo intercede por nosotros con
gemidos indecibles" (Romanos 8:26).
En tercer lugar, el Espíritu Santo tiene voluntad, y obra según esa voluntad
y sus planes. "Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu,
repartiendo a cada uno en particular como él quiere" (1 Corintios 12:11).
"Les fue prohibido por eI Espíritu Santo hablar la palabra en Asia; y cuando
llegaron a Misi, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió"
(Hechos 16:6,7).
Una de las tonterías más grandes que la gente trata de hacer hoy es usar
al Espíritu Santo para lograr sus propósitos. Él no es un ente impersonal,
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un objeto inanimado o poder desconocido que podamos utilizar. Es una
persona real, y usa personas para realizar su propia obra, y según su
voluntad.
No hay duda alguna de que la Biblia lo presenta como una persona real
que tiene conocimiento, sentimientos y voluntad. Él habita y obra dentro de
nosotros y con nosotros. Sabedores de esto, podremos dar nuevo impulso
a nuestra evangelización por medio de su poder sobrenatural, si lo
reconocemos, le damos la bienvenida y lo adoramos en nuestro caminar
personal y en nuestro ministerio público.