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MÓDULO V Lección Nº 1

Conociendo al Espíritu Santo

Once –Villa Adelina- Escobar

¿QUIÉN ES EL ESPÍRITU SANTO?

Si queremos tener intimidad con él y trabajar en su compañía, necesitamos


conocerlo bien. Aunque hay una serie de metáforas impersonales sobre el
Espíritu Santo – el fuego, el viento, el agua, el aceite, la paloma y demás -
y todas tienen una base bíblica, han sido tan ampliamente usadas, que
algunas personas no conocen quién es él en realidad.

El Espíritu Santo es Dios

Como Dios Padre y Dios Hijo, el Espíritu Santo es miembro de la


Divinidad. Dentro de la historia de la Iglesia, hubo teólogos y seguidores
que lo han considerado como “un poder procedente del Dios eterno”, pero
estos grupo siempre han sido calificados de herejes por la Iglesia de
creencias ortodoxas. La Biblia misma llama Dios al Espíritu Santo. Entre las
cosas que Jesús les ordenó a sus discípulos inmediatamente antes de
ascender él a los cielos, se halla ésta: "Id, y haced discípulos a todas las
naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del
Espíritu Santo" (Mateo 28:19). Aquí Jesús sitúa claramente al Espíritu
Santo en la misma posición que el Padre y el Hijo. Afirma que tiene la
misma autoridad, el mismo poder y la misma gloria que ellos. Así sucede
a lo largo de toda la Biblia.
Podemos ver también que el Espíritu Santo es Dios en el hecho de que

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realiza una obra que nadie más que Dios podría realizar:
El Espíritu Santo creó los cielos y la tierra por voluntad de Dios (vea
Génesis 1:2;Job 26:13); resucita a los muertos (vea Romanos 1:4; 6:11);
hace nacer de nuevo (vea Juan 3:5-7); convence al mundo de pecado, de
justicia y de juicio (vea Juan 16:8); echa fuera demonios (vea Mateo
12:28).
Además de todas estas pruebas, el Espíritu Santo posee todos los atributos
divinos. Sólo Dios es eterno, omnisciente, omnipotente y omnipresente, y
el Espíritu Santo tiene todas estas cualidades (Hebreos 9:14; 1 Corintios
2:10; Lucas 1:35; Salmo 139:7-8) El Espíritu es también majestuoso, santo
y glorioso, como el Padre y el Hijo.

El Espíritu Santo tiene personalidad


Tan pronto como nos damos cuenta de que el Espíritu Santo es una
persona, una entidad con personalidad propia, como el Padre y el Hijo,
nuestras posturas hacia él cambian por completo. La naturaleza personal
del Espíritu Santo afecta de diversas formas nuestra relación con él.
No podemos sostener un diálogo con las piedras, los árboles o las fuerzas
impersonales. En cambio, por ser una Persona divina, el Espíritu Santo
puede comprender profundamente nuestros asuntos y ayudarnos. Esto nos
permite ir en busca de su auxilio. Si el Espíritu Santo no fuera una
persona, ¿de qué forma podría conocer nuestras circunstancias para
ayudarnos? Nuestras oraciones y cánticos de súplica al Espíritu serían algo
absurdo.
Cuando decimos que una entidad es una persona, hay quienes entienden
falsamente que estamos diciendo que dicha entidad debe poseer una
forma corporal. Sin embargo, Jesús mismo no tuvo una forma carnal como

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la nuestra después de su resurrección. Una entidad es personal, tenga
corporeidad o no, si tiene los atributos de una persona. Puesto que el
Espíritu Santo tiene todos los atributos de las personas, aunque no sea
visible, es persona. Veamos las pruebas bíblicas acerca de esto.
1. El Espíritu Santo habla: "El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu
dice a las iglesias" (Apocalipsis 2:7).
2. El Espíritu Santo nos ayuda en nuestra debilidad: "Y de igual manera el
Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad" (Romanos 8:26).
3. El Espíritu Santo ora por nosotros: "El Espíritu mismo intercede por
nosotros" (Romanos 8:26).
4. El Espíritu Santo nos enseña: "Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a
quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas,
y os recordará todo lo que yo os he dicho" (Juan 14:26).
5. El Espíritu Santo testifica sobre el Señor: "Pero cuando venga el
Consolador... él dará testimonio acerca de mí" (Juan 15:26).
6. El Espíritu Santo nos guía: "Pero cuando venga el Espíritu de verdad,
él os guiará a toda la verdad" (Juan 16: 13).
7. El Espíritu Santo les da órdenes a las personas que SIrven a Jesucristo:
"Les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia; y
cuando llegaron a Misia, mtentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se
lo permitió" (Hechos 16:6,7).
8. El Espíritu Santo llama a las personas a la obra de Dios y las coloca en
sus distintas posiciones dentro de ella: "Dijo el Espíritu Santo:
Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado"
(Hechos 13:2).
9. El Espíritu Santo fortalece a los creyentes: "Entonces las iglesias
tenían paz... y eran edificadas, andando en el temor del Señor, y se

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acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo (Hechos 9:31).
Al Espíritu Santo se le atribuyen características de las personas
Para ser persona, un ente debe tener ciertos atributos: conocer cosas y
hechos, tener sentimientos como gozo, ira, placer y tristeza, y tener
voluntad para decidir cuáles serán sus actitudes hacia esos sentimientos.
¿Tiene el Espíritu Santo todos estos atributos?
Primeramente, se le atribuye conocimiento, como lo demuestran los
siguientes pasajes: "Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu;
porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios" (1 Corintios
2:10); "Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del
Espíritu" (Romanos 8:27). El Espíritu Santo tiene el intelecto necesario para
buscar las cosas profundas de Dios, además de escudriñar y comprender
el corazón humano.
En segundo lugar, el Espíritu Santo tiene emociones y sentimientos,
como lo indican estos pasajes: "Y la esperanza no avergüenza; porque el
amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu
Santo que nos fue dado" (Romanos 5:5); "Y no contristéis al Espíritu Santo
de Dios" (Efesios 4:30); "El Espíritu mismo intercede por nosotros con
gemidos indecibles" (Romanos 8:26).
En tercer lugar, el Espíritu Santo tiene voluntad, y obra según esa voluntad
y sus planes. "Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu,
repartiendo a cada uno en particular como él quiere" (1 Corintios 12:11).
"Les fue prohibido por eI Espíritu Santo hablar la palabra en Asia; y cuando
llegaron a Misi, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió"
(Hechos 16:6,7).
Una de las tonterías más grandes que la gente trata de hacer hoy es usar
al Espíritu Santo para lograr sus propósitos. Él no es un ente impersonal,

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un objeto inanimado o poder desconocido que podamos utilizar. Es una
persona real, y usa personas para realizar su propia obra, y según su
voluntad.
No hay duda alguna de que la Biblia lo presenta como una persona real
que tiene conocimiento, sentimientos y voluntad. Él habita y obra dentro de
nosotros y con nosotros. Sabedores de esto, podremos dar nuevo impulso
a nuestra evangelización por medio de su poder sobrenatural, si lo
reconocemos, le damos la bienvenida y lo adoramos en nuestro caminar
personal y en nuestro ministerio público.

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