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RECURSO DE APELACIÓN SENTENCIA CIVIL

ACTO NÚM.____________________________
En la Ciudad y Municipio de Santo Domingo Oeste, Provincia Santo Domingo, República Dominicana,
a los______________________________________ (________) días del mes de Diciembre del año dos
mil veintidós (2022); Actuando a requerimiento del señor 1) JORGE BOCIO DIAZ, dominicano,
mayor de edad, portador de la cédula de identidad y electoral núm. 229-0013882-1, domiciliado y
residente en la calle Rosa Duarte, sector de Herrera, de esta ciudad de Santo Domingo Oeste, República
Dominicana, en su calidad de conductor, lugar donde hace elección de domicilio a los fines y
consecuencias legales del presente acto, según acta de Transito núm. Q6806-16, de fecha 02 de junio del
2016, levantada por la Sección de Procedimientos de Quejas y Querellas de Accidente de Tránsito de
Santo Domingo Oeste Ciudad Agraria, (Las Caobas), 2) El señor DIGNO ANTONIO CASTILLO
CORNELIO, dominicano, mayor de edad, portador de la Cédula de Identidad y Electoral No. 001-
0786951-3, domiciliado y residente en la calle Duarte núm. 1 del sector de Herrera, del Municipio de
Santo Domingo Oeste, Provincia Santo Domingo, en su calidad de propietario de vehículo, lugar donde
hace elección de domicilio a los fines y consecuencias legales del presente acto, y 3) y de COMPAÑÍA
DOMINICANA DE SEGUROS, S. A., entidad comercial organizada de acuerdo a las Leyes de la
República Dominicana, con Registro Nacional de Contribuyentes (RNC) num.1-01-00158-5, que en su
calidad de entidad aseguradora actúa conforme a las disposiciones del artículo 131 párrafo de la Ley
núm. 146-02, sobre Seguros y Fianzas de la República Dominicana del 09 de septiembre del año 2002,
con su domicilio social en su establecimiento principal ubicado en la Avenida 27 de Febrero núm. 302,
sector Bella Vista, de esta Cuidad de Santo Domingo de Guzmán, Distrito Nacional, República
Dominicana, debidamente representada por su presidente el señor RAMÓN MOLINA CÁCERES,
dominicano, mayor de edad, comerciante, portador de la cédula de identidad y electoral núm. 001-
1227063-2, domiciliado y residente en esta ciudad de Santo Domingo de Guzmán, Distrito Nacional,
con elección de domicilio en el de la entidad antes indicado, quienes tienen como abogados constituidos
y apoderados especiales al DR. JORGE N. MATOS VASQUEZ y el LICDO. CLEMENTE
FAMILIASANCHEZ, dominicanos, mayores de edad, portadores de las cédulas de identidad y
electoral números 001-0066573-6 y 012-0061561-3 respectivamente, abogados de los tribunales de la
República, miembros activo del Colegio de Abogados de la República Dominicana, con estudio
profesional abierto en común en la Avenida Rómulo Betancourt núm. 405, Plaza Oliver Marín I, Tercer
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Piso, sector Bella Vista de la ciudad de Santo Domingo de Guzmán, Distrito Nacional, correos
electrónicos:clemente467@hotmail.com/ c.familia@dominicanadeseguros.com y teléfono: 829-979-
1234, lugar donde la entidad aseguradora recurrente y sus abogados apoderados hacen formar y
expresa elección de domicilio a los fines de recibir constitución de abogado y memorial de defensa a
los fines y consecuencia legales del presente acto.-

Yo, FRANKLYM VASQUEZ ARREDONDO, Alguacil Ordinario de la Suprema Corte de Justicia,


dominicano, mayor de edad, portador de la cédula de identidad y electoral núm. 001-1644309-4,
domiciliado y residente en la calle Progreso núm. 5, del sector El Chucho, Municipio Los Alcarrizos,
Provincia Santo Domingo, debidamente nombrado, recibido y juramentado para el legal ejercicio de los
actos de mi ministerio, EXPRESAMENTE en virtud del anterior requerimiento, me he TRASLADADO
siempre dentro de los límites de mi jurisdicción en esta misma ciudad, PRIMERO: a la calle Rafael
Pérez, núm. 29, Manzana 3, Residencia Álamo, Provincia de Santo Domingo Oeste, República
Dominicana, lugar donde tiene su domicilio y residencia el señor TOMAS EMILIO RODRÍGUEZ
MOJICA, en su calidad de demandante originario y ahora recurrido en apelación, según el acto núm.
1137/2022, de fecha ocho (08) del mes de noviembre del año dos mil veintidós (2022), instrumentado
por el ministerial Joel Liquito Romero Pujols, Alguacil de Estrado de la Sexta Sala del Juzgado de Paz
Especial de Transito del Distrito Nacional, contentivo de notificación de la sentencia y Mandamiento de
Pago Tendente a Embargo y una vez allí hablando personalmente
con________________________________________________________________________ quien me
dijo ser __________________________________________________de mi requerida y tener calidad
legal para recibir acto de esta naturaleza en su nombre según su propia declaración; SEGUNDO: a la
calle Rafael Pérez, núm. 29, Manzana 3, Residencia Álamo, Provincia de Santo Domingo Oeste,
República Dominicana, lugar donde tiene su domicilio y residencia la señora ARABELLIS
LORENZO DOMÍNGUEZ, en su calidad de demandante originario y ahora recurrida en apelación,
según el acto núm. 1137/2022, de fecha ocho (08) del mes de noviembre del año dos mil veintidós
(2022), instrumentado por el ministerial Joel Liquito Romero Pujols, Alguacil de Estrado de la Sexta
Sala del Juzgado de Paz Especial de Transito del Distrito Nacional, contentivo de notificación de la
sentencia y Mandamiento de Pago Tendente a Embargo y una vez allí hablando personalmente
con____________________________________________________________quien me dijo
ser__________________________________________ de mi requeridos y tener calidad legal para
recibir acto de esta naturaleza en su nombre según su propia declaración; TERCERO: a la Av. los
Beisbolista, num.05 casi esquina Autopista Duarte, Plaza Fácil, 3er. Nivel, del municipio Santo
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Domingo Oeste, de la provincia Santo Domingo, y domicilio ad-hoc en la Calle Padre Pina, núm. 55,
Local 04-AEdificio García, Zona Universitaria, Distrito Nacional, Republica Dominicana, lugar donde
tienen su domicilio y estudio profesional abierto en común los LICDOS. RAÚL ALMANZAR y
MARILYN MIREYA GUTIÉRREZ STUBBS, Teléfonos: 809-701-1752 / 809-842-9311, en sus
calidades de abogados constituidos y apoderados especiales de los señores TOMAS EMILIO
RODRÍGUEZ MOJICA y ARABELLIS LORENZO DOMÍNGUEZ, según el acto núm. 1137/2022,
de fecha ocho (08) del mes de noviembre del año dos mil veintidós (2022), instrumentado por el
ministerial Joel Liquito Romero Pujol, Alguacil de Estrado de la Sexta Sala del Juzgado de Paz Especial
de Transito del Distrito Nacional, contentivo de notificación de la sentencia y Mandamiento de Pago
Tendente a Embargo y una vez allí hablando personalmente con
______________________________________________________ quien me dijo ser
__________________________________________de mi requeridos y tener calidad legal para recibir
acto de esta naturaleza en su nombre según su propia declaración; En tal virtud, HE NOTIFICADO, a
mis requeridos, los señores TOMAS EMILIO RODRÍGUEZ MOJICA y ARABELLIS LORENZO
DOMÍNGUEZ y sus abogados los LICDOS. RAÚL ALMANZAR y MARILYN MIREYA
GUTIÉRREZ STUBBS, en sus calidades antes indicadas en este acto, que mis requirentes, los señores
JORGE BOCIO DIAZ y DIGNO ANTONIO CASTILLO CORNELIO, y la entidad aseguradora
COMPAÑÍA DOMINICANA DE SEGUROS, S. A., por medio del presente acto interponen formal
Recurso de Apelación contra la Sentencia civil núm. 551-2022-SSEN-00389, de fecha quince (15) del
mes de agosto del año dos mil veintidós (2022), relativa al expediente núm. 551-2021-ECIV-DYP-
00077, dictada por la Tercera Sala de la Cámara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del
Distrito Judicial de la Provincia de Santo Domingo, en sus atribuciones civiles, cuya parte dispositiva
aparece copiada más adelante en otra parte de este acto, por no estar de acuerdo con las motivaciones,
fundamentación y parte dispositiva de la misma, al contener una incorrecta aplicación de la ley, de
valoración de las pruebas y del derecho y falta de motivación en violación a las disposiciones del
artículo 141 del Código de Procedimiento Civil, violación a los artículos 40, 68 y 69 de la Constitución
de la República Dominicana, artículos 131 y 133 de la Ley núm. 146-02, sobre Seguros y Fianzas de la
República Dominicana, del 09 de septiembre del año 2002, cuyos medios y fundamentos del recurso
serán desarrollando ampliamente en el presente acto.

LE HE NOTIFICADO a mi requeridos, los señores TOMAS EMILIO RODRÍGUEZ MOJICA y


ARABELLIS LORENZO, en su calidad antes indicada en este acto, que mis requirentes los señores
JORGE BOCIO DIAZ y DIGNO ANTONIO CASTILLO CORNELIO, y la entidad aseguradora
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COMPAÑÍA DOMINICANA DE SEGUROS, S. A., por medio del presente acto le CITAN y
EMPLAZA para que comparezca por ministerio de abogado como fuere de derecho en el plazo de la
Octava Franca de la Ley a las nueve (9:00 A. M) horas de la mañana, por ante la CÁMARA CIVIL Y
COMERCIAL DE LA CORTE APELACIÓN DEL DISTRITO NACIONAL, en una de sus salas
que resulte asignada al efecto, la cual celebra sus audiencias en uno de los salones del Segundo Piso, del
edificio que aloja Las Cortes de Apelación del Distrito Nacional, sito ubicado en la esquina formada por
las calles Lic. Hipólito Herrera Billini, esquina Juan de Dios Ventura Simó y Juan B. Pérez del Centro
de Los Héroes de Constanza, Maimón y Estero Hondo, del sector La Feria de la Ciudad de Santo
Domingo de Guzmán, Distrito Nacional, para conocer allí el recurso de apelación interpuesto contra la
Sentencia civil núm. 551-2022-SSEN-00389, de fecha quince (15) del mes de agosto del año dos mil
veintidós (2022), relativa al expediente núm. 551-2021-ECIV-DYP-00077, dictada por la Tercera Sala
de la Cámara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de la Provincia de
Santo Domingo, fundamentado en los motivos y medios siguientes:

RELACIÓN DE LOS HECHOS:

Atendido, que en fecha dos (02) del mes junio del año dos mil dieciséis (2016), ocurrió un accidente de
tránsito entre el vehículo tipo autobús, marca Hyundai, modelo H-1, año 2002, color blanco, Placa
No.1063407, chasis No.KMJRD37BP3K5589, conducido por el señor Jorge Bocio Díaz, y el peatón
menor de edad Jacob Rodríguez Lorenzo, según acta de transito No. Q6806-16, de fecha diez (10) del
mes de junio del año dos mil dieseis 2016, emitida por la Autoridad Metropolitana de Trasporte, Sección
de Denuncia y Querellas sobre Accidente de Tránsito de Santo Domingo Oeste, ciudad agraria (Las
Caobas).

Atendido, que los señores TOMAS EMILIO RODRÍGUEZ MOJICA y ARABELLIS LORENZO,
mediante el acto núm. 334/2016, de fecha veintidós (22) del mes de diciembre del año dos mil dieciséis
(2016), instrumentado por el ministerial Audalio Radhames Romero, Alguacil Ordinario de la Segunda
Cámara Civil y Comercial del Distrito Nacional, interpuso una demanda en Reparación de Daños y
Perjuicios, en contra de los señores JORGE BOCIO DIAZ y DIGNO ANTONIO CASTILLO
CORNELIO, con oponibilidad de la sentencia a intervenir a la entidad aseguradora COMPAÑÍA
DOMINICANA DE SEGUROS, S.A., fundamentando las pretensiones de su demanda en el artículo
1384 Párrafo I del Código Civil Dominicano.

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Atendido, que de la demanda en cuestión resultó apoderada la Tercera Sala de la Cámara Civil y
Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de la Provincia de Santo Domingo, la
cual luego de celebrar audiencia pública y contradictoria, dictó la Sentencia civil núm. 551-2022-SSEN-
00389, de fecha quince (15) del mes de agosto del año dos mil veintidós (2022), relativa al expediente
núm. 551-2021-ECIV-DYP-00077, cuya parte dispositiva copiada textualmente es la siguiente:

F A L L A:

PRIMERO: En cuanto a la forma declara buena y válida la demanda en reparación de


daños y perjuicios, interpuesta por los señores Tomas Emilio Rodríguez Mojica y
Arabelis Lorenzo Domínguez, quienes actúan en representación de su hijo menor de
edad Jacob Rodríguez Lorenzo, en contra de los señores Jorge Bocio y Digno A,
Castillo C., y con oponibilidad de sentencia a la razón social Compañía Dominicana de
Seguros, S.A., Por haber sido incoado conforme al derecho.

SEGUNDO: En cuanto al fondo, acoge en parte la demanda en reparación de daños y


perjuicios, interpuesta por los señores Tomas Emilio Rodríguez Mojica y Arabellis
Lorenzo Domínguez, quienes actúan en representación de su hijo menor de edad Jacob
Rodríguez Lorenzo, en contra de los señores Jorge Bocio y Digno A. Castillo., y con
oponibilidad de sentencia a la razón social Compañía Dominicana de Seguros, S.A.,
por ser justa reposar sobre prueba legal y en consecuencia:

A) Condena a las partes demandadas, señores Jorge Bocio Díaz y Digno A. Castillo.,
al pago de la suma de setecientos mil pesos dominicano con 00/100
(RD$700,000.00), a favor de los señores Tomas Emilio Rodríguez Mojica y
Arabellis Lorenzo Domínguez, quienes actúan en representación de su hijo menor
Jacod Rodríguez Lorenzo, como justa indemnización por los daños físicos y
morales sufridos por este.

TERCERO: Condena a las partes demandadas, señores Jorge Bocio Díaz y Digno A. Castillo
C., a pagar los interese judiciales de un 1.5% mensual sobre el monto de la condenación, a
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partir de la notificación de la presente decisión y hasta la total ejecución de la sentencia a
intervenir.

CUARTO: Condena a las partes demandadas, señores Jorge Bocio Díaz y Digno A. Castillo
C.,al pago de las costas del procedimiento con distracción y provecho a favor de los licenciados
Raúl Almanzar y Marilyn Gutiérrez Stubbs, quienes afirman haberlas avanzado en su totalidad.

QUINTO: Declara esta sentencia común, oponible y ejecutable a la razón social Compañía
Dominicana de Seguro, S.A, hasta el límite de la póliza contratada.

EN CUANTO A LA ADMISIBILIDAD DEL RECURSO DE APELACIÓN CIVIL:

Atendido, que mediante el acto núm. 1137/2022, de fecha ocho (08) del mes de noviembre del año dos
mil veintidós (2022), instrumentado por el ministerial Joel Liquito Romero Pujol, Alguacil de Estrado de
la Sexta Sala del Juzgado de Paz Especial de Transito del Distrito Nacional, contentivo de notificación
de la Sentencia y Mandamiento de Pago Tendente a Embargo, fue notificada la Sentencia civil núm.
551-2022-SSEN-00389, de fecha quince (15) días del mes de agosto del año dos mil veintidós (2022),
relativa al expediente núm. 551-2021-ECIV-DYP-00077, dictada por la Tercera Sala de la Cámara Civil
y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de la Provincia de Santo Domingo,
que mediante el presente acto se recurre en apelación, a la entidad aseguradora COMPAÑÍA
DOMINICANA DE SEGUROS, S. A.-

Atendido, que el artículo 68 de la Constitución de la República, dispone: “Garantías de los derechos


fundamentales. La Constitución garantiza la efectividad de los derechos fundamentales, a través de los
mecanismos de tutela y protección, que ofrecen a la persona la posibilidad de obtener la satisfacción de
sus derechos, frente a los sujetos obligados o deudores de los mismos. Los derechos fundamentales
vinculan a todos los poderes públicos, los cuales deben garantizar su efectividad en los términos
establecidos por la presente Constitución y por la ley”.

Atendido, que artículo 69 de la Constitución de la República, dispone: que “Tutela judicial efectiva y
debido proceso. Toda persona, en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos, tiene derecho a
obtener la tutela judicial efectiva, con respeto del debido proceso que estará conformado por las
garantías mínimas entre la que se establecen: 9) Toda sentencia puede ser recurrida de conformidad
con la ley. El tribunal superior no podrá agravar la sanción impuesta cuando sólo la persona

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condenada recurra la sentencia, y 10) Las normas del debido proceso se aplicarán a toda clase de
actuaciones judiciales y administrativas”

Atendido, que el artículo 443 del Código de Procedimiento Civil (Modificado por la Ley 845 del 15 de
julio de 1978), establece que “El término para apelar es de un mes tanto en materia civil como en
materia comercial. Cuando la sentencia sea contradictoria por aplicación de los artículos 149 y
siguientes, el término se contará desde el día de la notificación de la sentencia a la persona condenada o
a su representante o en el domicilio del primero. Cuando la sentencia no sea contradictoria ni se repute
contradictoria, el término se contará desde el día en que la oposición no sea admisible. El intimado
podrá, sin embargo, interponer apelación incidental en cualquier trámite del pleito y aun cuando hubiese
notificado la sentencia sin reserva”.

Atendido, que el artículo 130 de la Ley núm. 146-02 sobre Seguros y Fianzas de la República
Dominicana del 09 de septiembre de 2002, establece que, “Cuando el asegurador del vehículo o
remolque causante del accidente ha sido puesto en causa para que responda por los daños causados, los
recursos (ordinarios o extraordinarios) que interpongan el prevenido como el asegurado, beneficiarán a
ese asegurador y la sentencia que intervenga no podrá ser ejecutada hasta tanto se conozca del recurso
de que se trate. De igual manera, el recurso interpuesto por el asegurador es suspensivo de la ejecución
de la sentencia contra el prevenido y el asegurado, aun cuando estos no la hayan recurrido”.

Atendido, que el artículo 1033 del Código de Procedimiento Civil, Modificado por la Ley núm. 296 del
30 de mayo de 1940), establece entre otras cosas que, el día de la notificación y el del vencimiento no se
contarán en el término general fijado por los emplazamientos, las citaciones, intimaciones y otros actos
hechos a persona o domicilio. Este término se aumentará de un día por cada treinta kilómetros de
distancia; y la misma regla se seguirá en todos los casos previstos, en materia civil o comercial, cuando
en virtud de leyes, decretos o reglamentos haya lugar a aumentar un término en razón de las distancias.
Las fracciones mayores de quince kilómetros aumentarán el término de un día, y las menores no se
contarán para el aumento, salvo el caso en que la única distancia existente, aunque menor de quince
kilómetros, sea mayor de ocho, en el cual dicha distancia aumentará el plazo de un día completo. Si
fuere feriado el último día de plazo, éste será prorrogado hasta el siguiente.

Atendido, que la sentencia objeto del recurso de apelación, fue notificada mediante el acto 1137/2022,
de fecha ocho (08) del mes de noviembre del año dos mil veintidós (2022), instrumentado por el

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ministerial Joel Liquito Romero Pujol, Alguacil de Estrado de la Sexta Sala del Juzgado de Paz Especial
de Transito del Distrito Nacional, contentivo de notificación de la Sentencia y Mandamiento de Pago
Tendente a Embargo, a la entidad aseguradora COMPAÑÍA DOMINICANA DE SEGUROS, S. A.-

Atendido, que conforme lo indicado más arriba procede en derecho Declarar bueno y válido en cuanto a
la forma el presente Recurso de Apelación interpuesto mediante el presente acto por los señores JORGE
BOCIO DIAZ y DIGNO ANTONIO CASTILLO CORNELIO y la entidad aseguradora COMPAÑÍA
DOMINICANA DE SEGUROS, S. A., contra la Sentencia y Mandamiento de pago Tendente a embargo
núm. 551-2022-SSEN-00389, de fecha quince (15) días del mes de agosto del año dos mil veintidós
(2022, relativa al expediente núm. 551-2021-ECIV-DYP-00077, dictada por la Tercera Sala de la
Cámara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de la Provincia de
Santo Domingo, la cual fue notificada mediante el acto 1137/2022, de fecha ocho (08) del mes de
noviembre del año dos mil veintidós (2022), instrumentado por el ministerial Joel Liquito Romero Pujol,
Alguacil de Estrado de la Sexta Sala del Juzgado de Paz Especial de Transito del Distrito Nacional, por
haber sido hecho en tiempo hábil, conforme a la ley al derecho y las normas procesales vigentes.

MEDIOS, MOTIVOS, FUNDAMENTOS DE HECHO Y DERECHO DEL PRESENTE


RECURSO DE APELACIÓN:

Atendido, que es de derecho declarar nulo de nulidad absoluta de pleno derecho por aplicación de la
ley y de los artículos 156 y 443 del Código Procesal Civil, modificado por la Ley 845 del 15 de julio de
1978, y de los artículos 68, 69 y 73 de la Constitución de la República Dominicana, del acto procesal
de notificación de la Sentencia y Mandamiento de pago Tendente a embargo núm. 551-2022-SSEN-
00389, de fecha quince (15) días del mes de agosto del año dos mil veintidós (2022), relativa al
expediente núm. 551-2021-ECIV-DYP-00077, dictada por la Tercera Sala de la Cámara Civil y
Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de la Provincia de Santo Domingo,
notificado a la entidad aseguradora COMPAÑÍA DOMINICANA DE SEGUROS, S.A., instrumentado a
requerimiento del señor TOMAS EMILIO RODRÍGUEZ MOJICA Y ARABELLIS LORENZO,
mediante el cual ha sido notificada la indicada Sentencia civil núm. 551-2022-SSEN-00389, de fecha
quince (15) días del mes de agosto del año dos mil veintidós (2022) dictada por el tribunal a-quo, toda
vez dicho acto procesal conforme la normativa procesal civil, es nulo porque contiene una violación
substancial a una regla del orden público, al debido proceso de ley y a la tutela judicial efectiva, que a su
vez violenta los derechos fundamentales de la persona y la entidad notificada y violentan, alteran y
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subvierten el orden constitucional, lo que constituye agravios que consisten en una violación a la ley en
el incumplimiento de una formalidad substancial de fondo, de rigor y de una regla de orden público
prevista y sancionada por el referido artículo 156 del Código de Procedimiento Civil al no advertir ni
establecer a la persona y la entidad notificada del plazo para ejercer de manera efectiva el derecho
constitucional que le asiste de recurrir en apelación dicha sentencia en el plazo previsto por la ley que es
de un (1) mes y no de treinta (30) días, donde el citado texto legal dispone y establece la obligatoriedad
que debe contener todo actos de la notificación de una sentencia contradictoria por aplicación de la ley,
al disponer entre otras cosas que, dicha notificación deberá, a pena de nulidad, hacer mención del plazo
de la apelación previsto en el referido artículo 443 de la normativa Procesal Civil vigente, que dispone
que el término para apelar es de un (1) mes tanto en materia civil como en materia comercial, y no de
treinta (30) días como se ha advertido en el acto procesal por la parte recurrida.

Atendido, que la Juez del tribunal a-quo en la Sentencia civil núm. 551-2022-SSEN-00389, de fecha
quince (15) días del mes de agosto del año dos mil veintidós (2022), objeto del presente recurso,
incurrió en desnaturalización de los hechos por falta y omisión de estatuir y en falta de motivación, lo
que se comprueba en la motivación de la sentencia y la parte dispositiva de la misma al no establecer el
juez a-quo ni contestar de manera convincente con motivación clara, precisa, aún sean insuficientes, las
conclusiones vertidas por la parte demandada en el proceso en la audiencia pública y contradictoria
sobre al escrito justificativo escrita por la parte demandada en el proceso y sobre el rechazo total de la
demanda por improcedente, mal fundada, carente de pruebas y de base legal que la sustente, por
insuficiencia de medios probatorios que demuestren las condiciones de la falta generadora del daño
cometido por el demandado, y por no haber demostrado la parte demandante la culpabilidad y
responsabilidad de los hechos los que se le imputan, pruebas y en el cual el error deviene del peatón
transeúnte en el cual se introdujo en la calle sin el debido cuidado y atención, quien por el descuido de
sus padres en el cual no lo observaron cruzo la calle sin observar que transitaba un autobús
produciéndose el accidente, por la falta de la víctima, a la que la juez a-quo no se refirió ni contestó pese
a que la ley y la jurisprudencia le imponen la obligación de resolver por que atan al juez, ya que dicha
conclusiones fueron depositada, y toda vez que del depósito de la documentación y medios de pruebas
aportada por la demandante y descrita en la sentencia, no implica de manera alguna, imputación de falta
penal por violación a la ley de tránsito de vehículos de Motor, al conductor demandado y ahora
recurrente JORGE BOCIO DIAZ y DIGNO ANTONIO CASTILLO CORNELIO, cuya demanda fue
interpuesta a raíz de una infracción a la ley penal un delito correccional, por tanto el juez a-quo en
virtud de la ley no era competente para determinar la falta y debió aficionadamente declinar el
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expediente por ante la Jurisdicción competente que es el Juzgado de Paz Especial de Transito es el
tribunal competente para establecer la falta que proviene de un delito, y que además la falta debe ser
probada por quien alega haber recibido el daño, lo que da lugar a la anulación o revocación de la
sentencia recurrida.

Atendido, que la juez del tribunal a-quo, en una violación al principio de legalidad que es un
principio fundamental en virtud del cual todo ejercicio de un poder público debe realizarse acorde a la
ley vigente, dar prevalencia a la ley y no a la voluntad de las personas o de las partes de un proceso ,
principio que además sustenta el estado de derecho y los poderes públicos como lo es el Poder Judicial
en su condición de administrador de justicia a través de sus jueces está sometido a la ley y a la correcta
aplicación de derecho como garantía de la supremacía de la ley, pero la juez a-quo en una franca
violación a dicho principio rector paso como inadvertido y por desapercibido que el hecho del cual fue
apoderado es un delito correccional y no un cuasidelito y que no existe sentencia firme e irrevocable del
tribunal penal competente el Juzgado de Paz Especial de Transito, que condene al conductor demandado
JORGE BOCIO DIAZ, por violación a los artículos Art. 49.- Golpes o heridas causadas
involuntariamente con el manejo de un vehículo de motor de la República Dominicana, y en virtud de
los cuales la parte demandante apoyó y sustento su demanda, y en una ausencia total de falta penal
probada por el ilícito penal y delito correccional como lo es el accidente de tránsito entre vehículos de
motor, según lo establece el artículo 128 de la Ley núm. 146-02, sobre Seguros y Fianzas, no puede
establecerse una responsabilidad civil eficaz.

Atendido, que de igual forma el juez del tribunal a-quo violo las disposiciones del artículo 40 numerales
14 y 15 de la Constitución Dominicana, al no establecer en su sentencia motivación razonada sobre la
condena indemnizatoria por reparación de daños y perjuicios establecida en ocasión del accidente de
tránsito, y lo hizo erróneamente, toda vez que por el hecho que el demandante depositara el acta policial,
y los certificados médicos, certificación de la Dirección General de Impuestos Internos y otros
documentos, de los mismos no se comprueba en modo alguno que el demandado ahora recurrido haya
conducido su vehículo de manera imprudente para impactar a la víctima, como lo sostiene
equivocadamente la juez a-quo, cuya demanda que apodero al tribunal a-quo fue interpuesta a raíz de
una infracción a la ley penal que trata sobre un accidente de tránsito de vehículos de motor, que tipifica
un ilícito penal al ser una violación a la ley 241 sobre tránsito de vehículos de Motor, modificada por la
Ley 114-99, cuya determinación de la falta le compete al tribunal penal, por tanto, la juez a-quo para
establecer el hecho faltivo y la responsabilidad civil a cargo de los demandados ahora recurrentes lo hizo
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en una presunción de falta que no aplica para el caso de la especie, por lo que lo hizo violentando el
debido proceso que se sostiene en los principios de oralidad, concentración, contradicción, inmediación,
no autoincriminación y presunción de inocencia, principios los cuales por mandato de la Constitución. la
juez a-quo estaba obligado a tutelar de manera parcial e inflexible en todo estado de causa y no lo hizo
porque condenó a los demandados en ausencia de falta penal probada, incurriendo en violación a las
disposiciones del referido texto constitucional, pues nadie es penalmente responsable por el hecho de
otro, y a nadie se le puede obligar a hacer lo que la ley no manda ni impedírsele lo que la ley no prohíbe.

Atendido, que el juez del tribunal a-quo incurrió en una arbitrariedad y en violación a las disposiciones
de los artículos 68 y 69 numerales 2, 3, 4, 6, 7 y 10 de la Constitución Dominicana, que consagra las
garantías y las reglas de los derechos fundamentales, del debido proceso y de la tutela judicial efectiva,
al establecer las responsabilidad civil en ausencia de falta penal probada y al condenar al demandado y
ahora recurrente el señor JORGE BOCIO DIAZ en base a las declaraciones testigo la señora
NATTALY MASSIEL HERASME DE LOS SANTOS, las cuales fueron incoherente e inverosímil
desprovista de credibilidad y objetividad, quien mostro ser un testigo interesado en el proceso por sus
declaraciones amañada e interesada, ya que es una vecina en la cuales son conocido de los padres del
niño, pues lo único que pudo establecer en el tribunal fue la ocurrencia del accidente, en la cual
manifestó que iba adentro de un vehículo público de donde sucedió los hecho es decir que la zona es
transcurrida por vehículo público y privado y en la cual no se considera que estaba dentro de un
residencia, y en la cual manifestó que el chofer iba por una zona que no le correspondía sin saber que
ella misma iba por esa misma ruta como pasajera de trasporte público, y en la cual manifestó que los
niño iban solo sin el debido cuidado de los padres dejándolo a la pura suelte en la vía publica y según
declaraciones de la testigo en la página 8 de la sentencia, incurriendo el juez a-quo en una
desnaturalización de los hechos, y por tanto, por mandato constitucional toda persona, en el ejercicio de
sus derechos e intereses legítimos, tiene derecho a obtener la tutela judicial efectiva, con respeto del
debido proceso, donde tiene derecho a ser oída por una jurisdicción competente, independiente e
imparcial, tiene derecho a que se presuma su inocencia y a ser tratada como tal, mientras no se haya
declarado su culpabilidad por sentencia irrevocable, tiene derecho a un juicio público, oral y
contradictorio, en plena igualdad y con respeto al derecho de defensa, pues nadie puede ser obligado a
declarar contra sí mismo, y no poder ser juzgado sino conforme a leyes preexistentes al acto que se le
imputa, ante juez o tribunal competente y con observancia de la plenitud de las formalidades propias de
cada juicio, donde las normas del debido proceso se aplicará a toda clase de actuaciones judiciales y

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administrativas, lo que no ocurrió en el caso de la especie, ya que la juez a-quo desnaturalización de los
hechos, al establecer la condena en contra de los demandados.

Atendido, de que el juez a-quo solo se basó en el testimonio incoherente de la señora NATTALY
MASSIEL HERASME DE LOS SANTOS, y por dicha declaración le atribuyó los hechos al demandado
que transitaba correctamente en la vía pública en una avenida trascurrida, aclaración que confirma en el
numeral 10 de la página 12 de la sentencia en su ponderación en la cual la juez a-quo manifestó que
ciertamente el hecho ocurre por parte de la víctima al penetrar intempestivamente en la vía en la que
transitaba el autobús, el juez del tribunal a-quo no tomo en consideración las causas reales y
circunstancias de los hechos, ni las causas que rodearon el hecho para establecer responsabilidad eficaz
de los demandados, ni tomo en cuenta el grado de responsabilidad de la víctima del accidente quien se
encontraba en la vía de transitando de forma irregular sin tomar ningún tipo de precaución, causa esta
que dio lugar a que se produjera el hecho provocado obviamente por la falta de precaución de la víctima,
por lo que, el juez del tribunal a-quo no debió endosar la falta al conductor del vehículo demandado, ya
que la falta de la víctima conjuga una eximente de responsabilidad civil de fuerza mayor que escapa al
dominio y control del demandado ahora recurrente.

Atendido, que el juez del tribunal a-quo incurrió en falta de motivación de su sentencia y contradicción
entre sus motivaciones no estableció en su sentencia la causa, la forma, manera y circunstancia de como
ocurrió el accidente y sus implicaciones, no estableció la forma y manera de como llego a la apreciación
de los daños reparados, no estableció las circunstancias que rodearon el hecho y su circunstancias que
dio lugar a la reparación del daño reclamado, por lo que, la decisión del juez del tribunal a-quo,
conforme al derecho es errónea por desnaturalización de los hechos de la causa y carente de motivación
y fundamentación, donde el juez a-quo no estableció la forma y manera de como llego a la apreciación
de los daños teniendo el conductor demandado y ahora recurrente el derecho de preferencia en la vía
pública ni estableció en su sentencia las implicaciones reales del accidente para llegar a la conclusión de
retener la falta penal e imponer la indemnización, incurriendo en desnaturalización de los hechos, lo que
da lugar a la revocación de la sentencia.

Atendido, que la sentencia del juez del tribunal a-quo es violatoria a las disposiciones del artículo 141
del Código de Procedimiento Civil, por la falta de motivación y desnaturalización de los hechos en el
cual el juez a-quo que aplicó incorrectamente la ley al no contener su sentencia motivación razonada
convincente con los puntos de hecho y derecho con los fundamentos claros y precisos en los cuales
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encontró apoyo y soporte jurídico para condenar a la parte demandada y ahora recurrente el señor
JORGE BOCIO DIAZ y el señor DIGNO ANTONIO CASTILLO CORNELIO, al pago solidario de la
arbitraria, exorbitante, excesiva y desproporcional indemnización por la suma de Setecientos Mil Pesos
(RD$700,000.00) en favor de los demandantes TOMAS EMILIO RODRÍGUEZ MOJICA y
ARABELLIS LORENZO, por reparación de daños físicos y morales, indemnización aprobada en su
provecho que no tiene sustento en los principios de razonabilidad, racionalidad y proporcionalidad con
el hecho juzgado y acreditado judicialmente, en una arbitrariedad con la ley, que construye una fuente
de enriquecimiento ilícito, en falta de motivación y desnaturalización de los hechos que ha desbordado
el poder soberano y discrecional de que gozan los jueces de fondo para apreciar el contenido de las
pruebas sometidas a su consideración, establecer los hechos cualitativos, cuantitativos y fijar la cuantía
del daño reclamado, así como también al pago de un uno punto cinco por ciento (1.5%) de interés
judicial, computado sobre el monto de la condenación y hasta la ejecución de la sentencia, daños
reparados los cuales no están plenamente justificado, según consta en las motivaciones erróneas
establecidas por el juez a-quo en los numerales 15, 16 de las páginas 14 y 15 de la sentencia, ya que no
se probó que el demandado ahora recurrente haya manejado su vehículo de manera negligente e
imprudente, hecho en el cual la falta la víctima incidió definitivamente para que se produzcan los daños
reclamados y por los cuales el juez a-quo le ha indemnización erróneamente, a los demandante en
ausencia de pruebas fehacientes e idónea, configurando una contradicción de motivo entre las
motivaciones establecida en la sentencia, y en una desnaturalización de los medios de pruebas tarifados,
lo que da lugar a la anulación o revocación de la sentencia objeto del recurso.

Atendido, que la juez del tribunal a-quo incurrió en falta de motivación de su sentencia y en
desnaturalización del monto de la indemnización y en contradicción entre la motivación por la suma en
el dispositivo o fallo de la sentencia en las cuales los gastos médicos incurridos asciende a la suma de
ciento cincuenta y tres mil cuatrocientos cuatro pesos dominicanos con 93/100 (RD$153,402.94), y las
indemnizaciones fijadas por la juez a-quo de indemnización por la suma de Setecientos Mil pesos
(RD$700,000.00), Conforme las factura comprobación de pagos, indemnizaciones diferente en el
dispositivos y desnaturalizadas y fueron establecidas en una falta de motivación, excesiva, exorbitante,
descomunal, desbordante y desproporcional, no tiene justificación plena y no tienen sustento legal en
los principios rectores de la responsabilidad civil en los principios de razonabilidad, racionalidad y
proporcionalidad con el hecho juzgado, que constituyen una fuente de enriquecimiento ilícito a favor de
la parte demandante ahora recurrida TOMAS EMILIO RODRÍGUEZ MOJICA y ARABELLIS
LORENZO, y desnaturalizan el poder soberano del juez a-quo para fijar en moto de la indemnización
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por daños físico morales, ya que el peatón sufrió lesiones que dieron lugar a una incapacidad médica
legal en la cual no son lesiones temporales no parmente, y no perdió ningunas de sus extremidades ni
quedo imposibilitades productivas, ni aporto al tribunal certificación de certificación médico legal
(INACIF).

Atendido, que el juez del tribunal a-quo ha incurrido en una incongruente y contradicción de motivos
con sentencia de principio jurisprudencial de la Suprema Corte de Justicia, al fundamentar la decisión en
hechos irreales e inciertos, que en el caso en concreto no ha estableció los textos reales aplicables al
caso, no estableció de manera clara y precisa en que consistió la falta real eficaz en violación a la Ley
241 sobre Tránsito de Vehículos de Motor cometida por el conductor demandado y ahora recurrente, y
solo se limitó a atribuirle la falta generadora del daño responsabilidad civil del accidente porque resulto
una un peatón menor de edad lesionado, pero no estableció de manera inequívoca la relación de causa y
efecto para retener responsabilidad civil, no evaluó de manera independiente y adecuada las
circunstancias del accidente de tránsito, que es la forma idónea y eficaz para determinar responsabilidad
civil, ni estableció si la conducta imprudente del menor, tuvo o no alguna incidencia para que se
produzca el accidente donde este resultó lesionado, quedando evidente la contradicción e incorrecta
apreciación de las pruebas, hecho en el cual el juez del tribunal a-quo ha traspasado los límites de sus
facultades de su apoderamiento, ya que el hecho de que el niño haya sufrido lesiones producto del
accidente, quien no estaba haciendo un uso correcto de la vía pública al atravesarse de repente en la
misma., según se comprueba en la incidencia recogida en los testimonio.

Atendido, que la sentencia impugnada, también carece de motivación, fundamentación y consideración


racional de las pruebas valoradas, toda vez que en el caso de la especie, el hecho que dio origen a la
demanda sobre la cual el tribunal a-quo emitió la decisión apelada, nace de un ilícito penal, de una
violación a la Ley 241 sobre Tránsito de Vehículos de Motor, cuyo vehículo estaba en movimiento en la
vía pública, bajo el dominio y control de su respectivo conductor que se reputa como delito tal y como
establece el artículo 128 de la ley 146-02, de fecha 09 de septiembre del año 2002, sobre Seguros y
Fianzas de la República Dominicana, cuya responsabilidad que se caracteriza es la personal por el hecho
del hombre, donde la falta no se presume, sino que la misma debe ser probada por quien alega haber
recibido el daño, donde en este caso, el demandante y ahora recurrido TOMAS EMILIO RODRÍGUEZ
MOJICA y ARABELLIS LORENZO está en la obligación de probar la falta penal cometida por el
conductor demandado, para el presente caso la del señor JORGE BOCIO DIAZ, mediante sentencia
firme e irrevocable del tribunal penal, para que el tribunal civil pudiera retener falta civil, lo que no fue
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probado por el demandante ahora recurrido a quien no probo la falta, el daño y el vínculo de causalidad
entre la falta y el daño, y en ausencia de falta penal probada, entonces el juez no debió establecerle
responsabilidad civil al demandado, y mucho más aún cuando la demanda lanzada por el demandante y
ahora recurrido, en virtud del cual el juez del tribunal a-quo dictó la decisión, no está basada en
documentos y pruebas que demuestren lícitamente su procedencia que sostenga la indemnización
impuesta por el juzgador a-quo.

Atendido, que en la Sentencia dictada por el tribunal a-quo, objeto del presente recurso, el juez a-quo
incurrió en falta de motivación y desnaturalización de los hechos que ha desbordado el poder soberano
y discrecional de que gozan el juez a-quo de fondo para apreciar el contenido de las pruebas sometida a
su consideración, establecer los hechos cualitativos, cuantitativos y fijar la cuantía del daño reclamado,
que lo ha hecho el juez a-qua en una desnaturalización sin justificación plena, ni sustento en los
principios de razonabilidad, racionalidad y proporcionalidad con el hecho juzgado en una arbitrariedad
con la ley, lo que constituye una fuente de enriquecimiento ilícito a favor de los demandantes, ya que
las pruebas valoradas para establecer el hecho cualitativo y cuantitativo y fijar la cuantía de los daños
reclamados, no justifican en modo alguno la indemnizaciones fijada por el juez del tribunal a-quo.

Atendido, que de igual forma el juez del tribunal a-quo en su sentencia incurrió en contradicción y en
contraposición con la sentencia de fecha 02 de septiembre del 2009, de la Suprema Corte de Justicia,
que es fuente de jurisprudencia nacional, por ser la sentencia del tribunal a-quo arbitraria con la ley y la
jurisprudencia, al establecer una indemnización excesiva, exorbitante, descomunal e irracional en una
desnaturalización de los hechos juzgado que no tiene sustento en los principios rectores de la
responsabilidad civil, ya que mediante la indicada sentencia la Suprema Corte de Justicia estableció lo
siguiente, “que si bien es cierto, en principio, que los jueces del fondo tienen un poder soberano para
establecer los hechos constitutivos del daño y fijar su cuantía, no menos cierto, que ese poder no puede
ser tan absoluto que llegue a consagrar una iniquidad o arbitrariedad y sin que las mismas puedan ser
objeto de críticas por parte de la Suprema Corte de Justicia, y como ámbito de ese poder discrecional
que tienen los jueces, se ha consagrado que las indemnizaciones deben ser razonables en cuanto a la
magnitud de la falta cometida, y proporcionales con relación a la magnitud del daño recibido; que a
juicio de esta Cámara Penal de la Suprema Corte de Justicia, el monto indemnizatorio acordado por la
Corte a-qua en provecho de los actores civiles, no reúne los parámetros de proporcionalidad, por lo

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que procede acoger dicho aspecto (Sentencia Suprema Corte de Justicia de fecha 2 de septiembre de
2009)”.

Atendido, que la sentencia del juez del tribunala-quo al carecer de motivación justificada en hecho y
derecho mediante una clara y precisa fundamentación, entra en contradicción con la Sentencia núm. 18,
del 20 de octubre del año 1998, de la Suprema Corte de Justicia, que ha establecido constantemente
que la motivación de la sentencia constituyendo uno de los postulados del debido proceso, la que sólo
puede ser lograda cuando se incluya una valoración adecuada de las pruebas conforme a las reglas de la
sana critica, lo que fortalece la seguridad jurídica a que aspiran disfrutar los ciudadanos de manera
objetiva, y en consecuencia mediante la sentencia indicada estableció: “la motivación de la sentencia es
la fuente de legitimación del juez y de su decisión, permite que la decisión pueda ser objetivamente
valorada y criticada, garantiza contra el perjuicio y la arbitrariedad, muestra los fundamentos de la
decisión judicial, facilita del control jurisdiccional en ocasión del recurso; en vista de la conclusión de
una controversia judicial se logra mediante sentencia justa, para lo cual se impone a cada juez, incluso
con opinión disidente, la obligación de justificar los medios de convicción en que la sustenta;
constituyendo uno de los postulados del debido proceso, la que sólo puede ser lograda cuando se
incluya una valoración adecuada de las pruebas conforme a las reglas de la sana critica, lo que
fortalece la seguridad jurídica a que aspiran disfrutar los ciudadanos de manera objetiva. Sentencia
S.C.J. No. 18, del 20 de octubre del año 1998.”

Atendido, que de igual forma la sentencia del juez del tribunal a-quo es contraria y contradictoria a la
Sentencia de fecha 17 de octubre de 2012, de la Suprema Corte de Justicia, por la ausencia de
motivación cierta valedera que la justifiquen, sentencia mediante la cual la Suprema Corte de Justica,
en cuanto a la motivación de la sentencia estableció, “que la simple lectura del fallo impugnado, pone
de relieve que el mismo adolece de falta o ausencia de motivos, lo que constituye una flagrante y
desnuda violación al artículo 141 del Código de Procedimiento Civil, el cual exige para la redacción de
las sentencias, la observación de determinadas menciones consideradas sustanciales, esto es, los
fundamentos de hecho y de derecho que le sirvan de sustentación, así como las circunstancias que han
dado origen al proceso; que finalmente, y a título de cierre conceptual, es preciso destacar, que la
ausencia de motivación cierta y valedera convierte la sentencia en un acto infundado e inexistente, que
produce en los justiciables un estado de indefensión, por efecto de la ausencia de razones y criterios
que puedan ser discutidos de contrario, por lo que procede, de oficio, casar la decisión bajo examen

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por violación al artículo 141 del Código de Procedimiento Civil (sic)”, Sentencia de fecha 17 de
Octubre de 2012”-.

EN CUANTO AL INTERÉS JUDICIAL COMPENSATORIO

Atendido, que la juez del tribunal a-quo incurrió en una errónea aplicación de la ley y del derecho en
una falta de motivación y en una desnaturalización de los hechos al fijar un interés judicial a título de
indemnización de un uno punto cinco por ciento (1.5%) de interés judicial, computado sobre el monto de
la condenación y hasta la ejecución de la sentencia, daños reparados los cuales no están plenamente
justificado, lo que es injusto y no procede, según lo dispuesto en la parte dispositiva o fallo del tercero y
de la motivación infundada y falta de motivación establecida en el numeral 28 de la página 17 de la
sentencia, cuando dicho interés judicial, según la jurisprudencia constante y reiterada de la Primera Sala
de la Suprema Corte de Justicia, sólo puede ser aplicado por los jueces de fondo a partir de la fecha de la
notificación de la sentencia porque los daños son evaluado el día que se dicta el fallo, y no a partir de la
fecha de la sentencia, por lo que, lo dispuesto por la juez a-quo contradice la jurisprudencia nacional de
la Suprema Corte de Justicia contenida en la sentencia de fecha 19 de septiembre de 2012 y la sentencia
núm. 3353/2021, de fecha 30 de noviembre del año 2021, al establecer el referido interés judicial a partir
de la fecha de la sentencia, dejando de ser entonces una reparación integral del daño y constituyéndolo
en una fuente de enriquecimiento ilícito, por tanto, el interés fijado no es justo ni es conforme al interés
fluctuante fijado por el Banco Central de la República Dominicana que la ha fijado en un cuatro punto
cincuenta por ciento (4.50%) ANUAL que equivale a un 0.375 MENSUAL y la juez a-quo lo fijo 1.5%
mensual que equivale a un 18% anual por encima de la tasa fijada por el Banco Central.

Atendido, que la juez del tribunal a-quo incurrió en una falta de motivación de su sentencia y en
violación al principio de reparación integral y en contradicción con sentencia de la Primera Sala de la
Suprema Corte de Justicia al establecer el uno punto cinco por ciento 1.5%) de interés judicial,
computado sobre el monto de la condenación y hasta la ejecución de la sentencia, daños reparados los
cuales no están plenamente justificado, lo que no procede en derecho, según la jurisprudencia antes
indicada de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia que dispuso que dicho interés solo puede ser
aplicado a partir de la fecha de la notificación de la sentencia lo que ratifico mediante la sentencia núm.
3353/2021, de fecha 30 de noviembre del año 2021 de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia,
mediante la cual reitero que los intereses judiciales solo pueden ser establecidos a partir de la fecha de la
notificación sentencia.

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Atendido, que la juez del tribunal a-quo hizo una mala aplicación del derecho e incurrió en violación a
la ley por inobservancia y falta de aplicación de la norma legal y en una mala aplicación de las
disposiciones del artículo 1153 del Código Civil de la República Dominicana, toda vez que el interés
judicial puesto a correr a partir de la fecha de la sentencia, transgrede las disposiciones del citado texto
legal, el cual establece que, en las obligaciones que se limitan al pago de cierta cantidad, los daños y
perjuicios que resulten del retraso en el cumplimiento, no consisten nunca sino en la condenación a los
intereses señalados por la ley, y en caso de la especie no resulta de la falta de cumplimiento de una
obligación de pago, y no existe una obligación de pago de una deuda o suma de dinero, no existe un
retraso en el cumplimiento del pago o de alguna obligación, no existe un acreedor y un deudor, sobre un
crédito, líquido y exigible, y la indemnización por reparación de daños morales por un accidente de
tránsito de vehículo de motor establecida por el tribunal a-quo que dio lugar al interés judicial a título de
indemnización complementaria, no resulta de la falta de cumplimiento de una obligación de pago.

Atendido, que de igual forma la juez del tribunal a-quo incurrió en violación a la ley por inobservancia,
ya que no existe ninguna ley que establezca el interés judicial fijado por el juez a-quo ni establece el
interés convencional de las partes y dictó una sentencia que es violatoria a lo establecido por el Código
Monetario y Financiero, en su artículo 91, quedó derogada la Orden Ejecutiva núm. 311 del 01 de junio
de año 1919 que instituyó el interés legal, y también derogó todas las disposiciones legales o
reglamentarias en cuanto se opongan a lo dispuesto en dicha ley.

Atendido, que de igual forma la juez del tribunal a-quo incurrió en falta de motivación de su sentencia,
violación a la ley por inobservancia y en contradicción y contraposición con la Sentencia de fecha 19 de
septiembre del año 2012 y la sentencia núm. 3353/2021, de fecha 30 de noviembre del año 2021, de la
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia que constituye una fuente jurisprudencia y en violación el
principio de reparación integral, al establecer condena del pago de interés judicial a partir de la fecha de
la sentencia, lo que no procede y viola el principio de reparación integral y en caso de que proceda, solo
puede ser establecido a partir de la fecha de la notificación de la sentencia, debido a que es de principio
conforme a la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia, que los daños son evaluado el día que se
dicta la decisión, y en consecuencia el juez del tribunal a-quo al hacerlo en la forma como lo hizo, violó
el principio de reparación integral, según el cual se debe reparar solo el daño al momento de producirse
el fallo y nada más, por lo que, dicho interés judicial solo puede ser aplicado por los jueces a partir de la
fecha de la notificación de la sentencia.
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Atendido, que el juez del tribunal a-quo al condenar a los demandados los JORGE BOCIO DÍAZ y el
señor DIGNO ANTONIO CASTILLO CORNELIO, al pago del referido interés suplementario de un
uno punto cinco por ciento 1.5%) de interés judicial, computado sobre el monto de la condenación y
hasta la ejecución de la sentencia, daños reparados los cuales no están plenamente justificado, incurrió
en violación a la ley por inobservancia, transgrede y violó las disposiciones del artículo 1153 del
Código Civil de la República Dominicana, que establece que, en las obligaciones que se limitan al pago
de cierta cantidad, los daños y perjuicios que resulten del retraso en el cumplimiento, no consisten nunca
sino en la condenación a los intereses señalados por la ley.

Atendido, que la juez del tribunal a-quo incurrió en una falta de motivación de su sentencia en
violación al artículo 141 del Código de Procedimiento Civil, por inobservancia, al no establecer
motivación razonada que conforma parte integral de la sentencia que justifique interés mensual de un
uno punto cinco por ciento (1.5%) de interés judicial, computado sobre el monto de la condenación y
hasta la ejecución de la sentencia, según lo dispuesto parte dispositiva o fallo en el tercero de la
motivación infundada y falta de motivación establecida en el numeral 28 de la página 18 de la sentencia,
lo que contradice y es contraria a la jurisprudencia nacional constante de la Suprema Corte de Justicia
contenida en la sentencia del de fecha 19 de septiembre de 2002, al establecer el referido interés judicial
a partir de la demanda en justicia lo que no procede, dejando de ser entonces una reparación integral del
daño y constituyéndolo una doble indemnización y en una fuente de enriquecimiento ilícito, toda vez
que según la jurisprudencia antes indicada en interés compensatorio en caso de que proceda solo puede
ser aplicado por los jueces de fondo a partir de la fecha de la notificación de la sentencia y no a partir de
la fecha de la menada como lo hizo erróneamente y contrario a la jurisprudencia el juez a-quo, lo que da
lugar a su revocación.

EN CUANTO A LA RECURRENTE COMPAÑÍA DOMINICANA DE SEGUROS, S. A.,

Atendido, que el juez del tribunal a-quo en cuanto a la recurrente COMPAÑÍA DOMINICANA DE
SEGUROS, S. A., incurrió en falta de motivación y en inobservancia, errónea aplicación e
interpretación de las disposiciones de los artículos 131 y 133 de la Ley núm. 146-02, Sobre Seguros y
Fianzas de la República Dominicana, y en contradicción entre la motivación y lo establecido en el

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dispositivo o fallo y lo establecido por la referida Ley 146-02, al declarar la sentencia común y oponible
hasta el límite de la póliza contratada, en la forma establecida en la parte final del ordinal primero de la
sentencia objeto del recurso, bajo la carencia de motivación establecida la sentencia, pues solo se limitó
a establecer que el vehículo estaba asegurado al momento del accidente, pero no estableció en su
sentencia la prueba que valoro la contactarlo y no estableció los textos legales de la ley en los cuales
encontró fundamento, apoyo y soporte jurídico su decisión una omisión y desconocimiento de la norma
legal, para utilizar una dualidad de conceptos y terminologías ambiguas “ común y hasta ” no permitidas
ni establecidas por la ley que regula la materia que es una ley especial, ya que la propia ley que regula la
materia solo establece pura y simplemente la oponibilidad de la sentencia, dentro de los límites de la
póliza, y no como lo hizo erróneamente el juez a-quo que excluyo de su sentencia la verdadera
terminología “dentro de los límites de la póliza” que es la que está expresamente establecida por la ley, y
la por las terminologías “ común y hasta el límite de la póliza contratada” que no están establecidas en
la ley, ya que la propia ley 146-02 que regula la entidad aseguradora recurrente, solo manda al juez por
el propio imperio de la ley a establecer pura y simplemente la oponibilidad de la sentencia, dentro de los
límites de la póliza, emitida por el asegurador, cuando se haya comprobado la vigencia y cobertura, y es
necesario y obligatorio que su decisión establezca la norma legal aplicable en la cual encontró sustento
legal, lo que no ocurrió en el caso de la especie, ya que el juez a-quo no establece los textos legales que
le sirvieron de soporte a su decisión, por tanto no le dio legalidad y legitimidad a su decisión.

Atendido, que el juez del tribunal a-quo en una violación al principio de legalidad que es un principio
fundamental en virtud del cual todo ejercicio de un poder público debe realizarse acorde a la ley
vigente, utilizó las terminologías “común y hasta” en inobservancia, errónea aplicación e interpretación
de las disposiciones de los artículos 131 y 133 de la citada Ley núm. 146-02, sobre Seguros y Fianzas,
toda vez que el artículo 133 expresa, de manera taxativa que, las condenaciones pronunciadas por una
sentencia solamente pueden ser declaradas oponibles al asegurador, dentro de los límites de la póliza,
pero nunca puede haber una condenación directa en contra del asegurador, salvo el caso que se
considere que éste ha actuado en su propio y único interés, como cuando niegue la existencia de la
póliza, sus límites o pura y simplemente niegue que el riesgo se encuentra cubierto. En ninguno de estos
casos la sentencia contra el asegurador podrá exceder los límites de la póliza;

Atendido, que el juez tribunal a-quo incurrió en falta de motivación y en violación al artículo 131 de la
Ley núm. 146-02, sobre Seguros y Fianzas de la República Dominicana, ya que el referido texto legal
establece de manera expresa que, el asegurador sólo estará obligado a hacer pagos con cargo a la póliza
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cuando se le notifique una sentencia judicial con autoridad de la cosa irrevocablemente juzgada que
condene al asegurado a una indemnización por lesiones o daños causados por el vehículo de motor o
remolque accidentado y por las costas judiciales debidamente liquidadas, y siempre con la condición de
que el asegurador haya sido puesto en causa mediante acto de alguacil en el proceso que hubiere dado
lugar a la sentencia por el asegurado o por los terceros lesionados.

Atendido, que el juez del tribunal a-quo incurrió en falta de motivación y en contradicción de motivos al
condenar a la parte demandada al pago de las costas del procedimiento, pues no delimito a cuál de las
partes condenó, siendo parte demandada la entidad aseguradora Compañía Dominicana de Seguros,
S.A., dicha condena podría interpretarse en contra de la aseguradora y condena en costa que está
prohibida por la ley en cuanto a la aseguradora que está regulada por una ley especial, lo que da lugar a
que en de derecho que la Corte revoque en todas sus partes el ordinal segundo de la sentencia objeto del
recurso por aplicación directa de los artículos 131 y 133 de Ley núm.146-02, sobre Seguros y Fianzas de
la República Dominicana, del 09 de septiembre del 2002, y toda vez que la parte demandante sucumbió
en varios puntos de su demanda y pretensiones, conforme las motivaciones establecidas en la sentencia y
lo decidido en el dispositivo, cuyas pretensiones de la parte demandante ahora recurrida, en parte fueron
rechazada, tal y como consta en la sentencia objeto del recurso.

Atendido, que la sentencia del juez del tribunal a-quo al declarar la oponibilidad utilizando las
terminologías “ común y hasta” y no establecer pura y simplemente la oponibilidad, dentro de los
límites de la póliza, como lo expresa la ley, resulta ser contradictoria y se contrapone con la sentencia
núm. 295 de fecha veinticuatro (24) de abril del año dos mil diecisiete (2017) y la Sentencia núm. 2252,
de fecha diecinueve (19) de diciembre del año dos mil dieciocho (2018), dictada por la Segunda Sala de
la Suprema Corte de Justicia, al emplear dichas terminologías ambiguas, sentencias mediante las cuales
la Suprema Corte de Justicia estableció lo siguiente: sentencia núm. 295 de fecha 24 de abril del año
2017, dictada por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia, mediante la cual estableció “ que en
cuanto al argumento invocado por los recurrentes, relativo a la terminología utilizada por el tribunal
en cuanto a la condenación común, oponible y ejecutable la decisión en cuanto a la póliza de seguro, el
examen de la decisión impugnada pone de manifiesto que ciertamente en el ordinal sexto de la
sentencia recurrida, la Corte a-qua condena a Dominicana de Seguros, C. por A., hasta el límite de la
cobertura de la póliza, incurriendo en este sentido en inobservancia del artículo 133 de la Ley núm.
146-02, el cual establece “Las condiciones pronunciadas por una sentencia solamente pueden ser
declaradas oponibles al asegurador, dentro de los límites de la póliza, pero nunca puede hacer una
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condenación directa en contra del asegurador…”; quedando así precisado que las compañías
aseguradoras de vehículos de motor solo le pueden ser oponibles las sentencias, al ser puestas en
causa; en consecuencia, procede acoger este alegato y casar ese aspecto de la decisión, por vía de
supresión y sin envió, excluyendo directamente las terminologías de “común” de las mismas.

Y de igual modo mediante la sentencia núm. 2252, de fecha 19 de diciembre del año 2018, estableció lo
siguiente: “Considerando, que sobre el extremo del argumento expuesto en el segundo aspecto del
presente medio y lo desarrollado en su tercer motivo de casación, analizados en conjunto por su
similitud, la recurrente invocó lo relativo a la terminología utilizada por el tribunal de sentencia en
torno a la condenación común y oponible la decisión, en cuanto a la póliza de seguro, el examen de la
decisión impugnada pone de manifiesto que ciertamente en el ordinal noveno de la sentencia de juicio,
condena a Dominicana de Seguros, S. R. L., hasta el monto de la cobertura de la póliza, incurriendo en
este sentido en inobservancia del artículo 133 de la Ley núm. 146-02, el cual establece “Las
condenaciones pronunciadas por una sentencia solamente pueden ser declaradas oponibles al
asegurador, dentro de los límites de la póliza, pero nunca puede hacer una condenación directa en
contra del asegurador…”; quedando así precisado que las compañías aseguradoras de vehículos de
motor solo le pueden ser oponibles las sentencias, al ser puestas en causa; en consecuencia,
comprobada la pertinencia del vicio denunciado, por economía procesal y en atención a las
disposiciones del artículo 427.2.a del Código Procesal Penal, esta Segunda Sala de la Suprema Corte
de Justicia, actuando como Corte de Casación, procederá a dictar directamente la sentencia del caso,
bajo el entendido de que se trata de un aspecto que no invalida lo decidido por la Corte a-qua respecto
a lo ante ella reprochado, procede acoger este alegato y casar ese aspecto de la decisión, por vía de
supresión y sin envío, excluyendo directamente las terminologías de “común” de las mismas.

EN CUANTO A LA DEMANDA PRIMARIA

Atendido, que la sentencia impugnada, tal y como se puede comprobar con los documentos a que ella se
refiere y las motivaciones que sirvió como base para sustentar y motivar la decisión, las aseveraciones
que hace el juez del tribunal a-quo en la misma no están sustentada en derecho probado, ni pruebas
fehacientes certificantes, por lo que la sentencia objeto del recurso es manifiestamente infundada, y debe
ser revocada en todas sus partes por improcedente, carente de motivación, fundamentos, pruebas y base
legal que la sustente, y por ser violatoria a las disposiciones del artículos artículo 141 del Código de

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Procedimiento Civil, y por vía de consecuencia, Rechazar en todas sus partes la Demanda en Reparación
de Daños y Perjuicios de que se trata, interpuesta los señores TOMAS EMILIO RODRÍGUEZ
MOJICA y ARABELLIS LORENZO, mediante el acto núm. 334/2016, de fecha veintidós (22) del mes
de diciembre del año dos mil dieciséis (2016), instrumentado por el ministerial Audalio Radhames
Romero, Alguacil Ordinario de la Segunda Cámara Civil y Comercial del Distrito Nacional, en contra
del señor JORGE BOCIO DIAZ y el señor DIGNO ANTONIO CASTILLO CORNELIO, con
oponibilidad de la sentencia a intervenir a la entidad aseguradora COMPAÑÍA DOMINICANA DE
SEGUROS, S.A., por improcedente mal fundada, carente de prueba y base legal que la sustente, y por
no haber probado la demandante los hechos alegados en justicia y sometido al escrutinio del juez del
tribunal a-quo y no haber probado la falta de violación a la ley sobre tránsito de vehículos de motor
cometida por el conductor del vehículo demandado y ahora recurrente el señor JORGE BOCIO DIAZ,
toda vez que el hecho que dio origen a la demanda nace de un ilícito penal, de una violación a la Ley
241 sobre Tránsito de Vehículos de Motor de la República Dominicana, un accidente de vehículos de
motor que se reputa como un delito correccional por aplicación del artículo 128 de la Ley núm. 146-02,
sobre Seguros y Fianzas de la República Dominicana, del fecha 09 de septiembre 2002, cuyo falta del
accidente no se probó que ocurriera por la falta exclusiva del demandado y recurrente el señor JORGE
BOCIO DIAZ, y en el caso de la especie al tener la demanda su origen en un accidente de tránsito de
vehículo de motor que configura un ilícito penal, no puede haber responsabilidad civil si no existe falta
penal probada, y mucho más aún cuando la demanda lanzada por la demandante ahora recurrida, no está
basada en documentos y pruebas que demuestren lícitamente su procedencia, por las demás razones
expuesta en este acto contentivo del recurso.-

EN CUANTO AL DERECHO:

Atendido, que el artículo 456 del Código de Procedimiento Civil, establece que, “El acto de apelación
contendrá emplazamiento en los términos de la ley a la persona intimada, y deberá notificarse a dicha
persona o en su domicilio, bajo pena de nulidad”.

Atendido, que el artículo 457 del Código de Procedimiento Civil establece que, tienen efecto suspensivo
las apelaciones de las sentencias definitivas o interlocutoras que, en los casos autorizados, no se declaren
con ejecución provisional. La ejecución de las sentencias indebidamente calificadas en última instancia
no podrá suspenderse sino en virtud de fallo del tribunal ante el cual se apele, obtenido en audiencia en
justicia por el apelante, con emplazamiento a breve término del intimado. En cuanto a los fallos no

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calificados en primera instancia, dictados por los jueces a quienes correspondiere la facultad de
pronunciarlos en última instancia, los tribunales ante los cuales se apele de ellos, podrán decretar la
ejecución provisional de los mismos en audiencia en justicia y en virtud de simple acto. -

Atendido, que el artículo 128 de la Ley núm. 146-02 sobre Seguros y Fianzas de la República
Dominicana del 09 de septiembre de 2002, establece que, Todo accidente de vehículos de motor o
remolque se reputa como un delito correccional y para su conocimiento se requerirá la competencia
establecida por la ley sobre tránsito de vehículos.

Atendido, que el artículo 131 de la Ley núm. 146-02 sobre Seguros y Fianzas de la República
Dominicana del 09 de septiembre de 2002, establece que, “el asegurador sólo estará obligado a hacer
pagos con cargo a la póliza cuando se le notifique una sentencia judicial con autoridad de la cosa
irrevocablemente juzgada que condene al asegurado a una indemnización por lesiones o daños causados
por el vehículo de motor o remolque accidentado y por las costas judiciales debidamente liquidadas, y
siempre con la condición de que el asegurador haya sido puesto en causa mediante acto de alguacil en el
proceso que hubiere dado lugar a la sentencia por el asegurado o por los terceros lesionados.

Párrafo. -El asegurador tendrá calidad para alegar en justicia todo cuanto tienda a disminuir el monto de
los daños reclamados, así como la no existencia de la responsabilidad del asegurado o la no existencia de
su propia responsabilidad”.

Atendido, que el artículo 133 de la Ley núm.146-02 sobre Seguros y Fianzas de la República
Dominicana del 09 de septiembre de 2002, establece que, “las condenaciones pronunciadas por una
sentencia solamente pueden ser declaradas oponibles al asegurador, dentro de los límites de la póliza,
pero nunca puede haber una condenación directa en contra del asegurador, salvo el caso que se
considere que éste ha actuado en su propio y único interés, como cuando niegue la existencia de la
póliza, sus límites o pura y simplemente niegue que el riesgo se encuentra cubierto. En ninguno de estos
casos la sentencia contra el asegurador podrá exceder los límites de la póliza.”

Atendido, que por aplicación de los artículos 130 y 133 del Código de Procedimiento Civil, toda parte
que sucumba en Justicia, deberá ser condenada al pago de las costas del procedimiento, razón por la cual
solicitamos condenar al señor TOMAS EMILIO RODRÍGUEZ MOJICA y ARABELLIS LORENZO, al

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pago de las Costas del procedimiento con distracción de la misma a favor y provecho de los abogados
concluyente, LICDO. CLEMENTE FAMILIA SANCHEZ y el DR. JORGE N. MATOS VASQUEZ. -

Por todas las razones expuestas y las que se alegaran en tiempo y lugar oportuno, la que los jueces
sabrán suplir de oficio por su amplio conocimiento de la materia y su elevado espíritu de justicia, Oigan
mi requerido la señora TOMAS EMILIO RODRÍGUEZ MOJICA y ARABELLIS LORENZO, a mis
requirentes en Apelación el señor JORGE BOCIO DIAZ y DIGNO ANTONIO CASTILLO
CORNELIO, y la entidad COMPAÑÍA DOMINICANA DE SEGUROS, S.A., pedir en el presente
recurso de apelación y a la Corte apoderada: -

F A L L A R:

PRIMERO: Declarar bueno y válido en cuanto a la forma el presente Recurso de Apelación


interpuesto mediante el presente acto por el señor JORGE BOCIO DÍAZ Y DIGNO ANTONIO
CASTILLO CORNELIO y la entidad COMPAÑÍA DOMINICANA DE SEGUROS, S. A., contra la
Sentencia y Mandamiento de pago Tendente a embargo núm. 551-2022-SSEN-00389, de fecha quince
(15) días del mes de agosto del año dos mil veintidós (2022), relativa al expediente núm. 551-2021-
ECIV-DYP-00077, dictada por la Tercera Sala de la Cámara Civil y Comercial del Juzgado de Primera
Instancia del Distrito Judicial de la Provincia de Santo Domingo, notificada mediante el acto núm.
1137/2022, de fecha ocho (08) del mes de noviembre del año dos mil veintidós (2022), instrumentado
por el ministerial Joel Liquito Romero Pujols, Alguacil de Estrado de la Sexta Sala del Juzgado de Paz
Especial de Transito del Distrito Nacional, contentivo de notificación de la sentencia y Mandamiento de
Pago Tendente a Embargo por haber sido hecho en tiempo hábil, conforme a la ley al derecho y las
normas procesales vigentes.

SEGUNDO: ANULAR en todas sus partes la Sentencia núm. 551-2022-SSEN-00389, de fecha quince
(15) días del mes de agosto del año dos mil veintidós (2022), relativa al expediente núm. 551-2021-
ECIV-DYP-00077, dictada por la Tercera Sala de la Cámara Civil y Comercial del Juzgado de Primera
Instancia del Distrito Judicial de la Provincia de Santo Domingo, objeto del recurso, por ser la misma a
toda luz del derecho, improcedente, mal fundada, carente de motivación, fundamentos, pruebas y base
legal que la sustente, por existir en la misma desnaturalización de los hechos y medios de prueba al darle
un sentido y alcance distinto a la que tienen, una congruente contradicción de motivo entre las
motivaciones de la sentencia y lo decidido y establecido en la parte dispositiva o fallo, por ser
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contradictoria con la ley y jurisprudencia constante de la Suprema Corte de Justicia, violatoria a las
disposiciones del artículo 141 del Código de Procedimiento Civil, que impone al juez la obligación de
motivar la sentencia, violatoria a los artículos 40 numerales 14 y 15, 68 y 69 numerales 2, 3, 4, 6, 7 y
10 de la Constitución Dominicana, y a la Ley 241 sobre Tránsito de Vehículos de Motor y violatoria a
los artículos 131, 133 y 128 de la Ley núm. 146-02, de fecha 09 de septiembre 2002, sobre Seguros y
Fianzas de la República Dominicana, toda vez que el juez del tribunal a-quo estableció una
indemnización arbitraria, excesiva, exorbitante y desproporcional a los hechos juzgados apartada de los
principios de racionalidad, razonabilidad, proporcionalidad y de reparación integral, traspasando los
límites y facultades de su apoderamiento que desbordan la facultad, poder y soberana apreciación de que
gozan los jueces del fondo para apreciar la magnitud de los daños sometidos a su consideración, en una
desnaturalización de los hechos, convirtiendo su sentencia en una fuente de enriquecimiento ilícito a
favor de la parte demandante, cuya demanda tiene su origen en un accidente de tránsito de vehículos de
motor que constituye un delito por aplicación directa del artículo 128 de la Ley núm. 146-02, de fecha
09 de septiembre 2002, sobre Seguros y Fianzas de la República Dominicana, que dispone que todo
accidente de vehículo de motor o remolque se reputa como delito correccional y para su conocimiento se
requerirá la competencia establecida por la ley sobre tránsito de vehículos de Motor, y siendo su
competencia de origen el Juzgado de Paz Especial de Transito el cual en este caso no ha dictado decisión
definitiva con carácter firme e irrevocable que condene al conductor demandado y ahora recurrente por
violación a la Ley 241 sobre Tránsito de Vehículos de Motor y por los demás motivos y fundamentos
expuestos y desarrollados ampliamente en el cuerpo del presente acto como medios y fundamentos del
recurso.

TERCERO: Subsidiariamente y sin renunciar a las conclusiones anteriores, para el hipotético caso de
que la sentencia no sea anulada, la Corte por autoridad de la Ley, REVOQUE en todas sus partes la
sentencia recurrida marcada con el núm. 551-2022-SSEN-00389, de fecha quince (15) días del mes de
agosto del año dos mil veintidós (2022), dictada por el tribunal a-quo, y en sus ordinales, segundo,
numeral A) tercero, cuarto y quinto, por ser la misma a toda luz del derecho, improcedente, mal
fundada, carente de motivación, fundamentos, pruebas y base legal que la sustente, por existir en la
misma desnaturalización de los hechos y medios de prueba, una congruente contradicción de motivo
entre las motivaciones de la sentencia y lo decidido y establecido en la parte dispositiva o fallo, por ser
contradictoria con la ley y jurisprudencia constante de la Suprema Corte de Justicia contenida en las
sentencias de fecha 02 de septiembre del 2009, Sentencia núm. 18, del 20 de octubre del año 1998,
Sentencia de fecha 17 de octubre de 2012 y la Sentencia de fecha 19 de Septiembre del año 2012, ser
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violatoria a la ley por la inobservancia y errónea aplicación e interpretación y sobre todo al condenar
ahora recurrente el señor JORGE BOCIO DÍAZ y DIGNO ANTONIO CASTILLO CORNELIO y al
pago solidario de la arbitraria, exorbitante, excesiva y desproporcional indemnización en una
desnaturalización a los hechos juzgados, apartada de los principios de racionalidad, razonabilidad,
proporcionalidad y de reparación integral, por la suma de Setecientos Mil Pesos (RD$700,000.00) en
favor del demandante y recurrido TOMAS EMILIO RODRÍGUEZ MOJICA y ARABELLIS
LORENZO, por reparación de daños físico y morales sobre la víctima del accidente indicio
definitivamente para que se produzcan al atravesarse e introducirse en la vía pública sin tomar ningún
tipo de precaución, indemnización establecida en falta de motivación y desnaturalización de la
indemnización que ha desbordado el poder soberano y discrecional de que gozan los jueces de fondo
para apreciar el contenido de las pruebas sometidas a su consideración, establecer los hechos
cualitativos, cuantitativos y fijar la cuantía del daño reclamado en una aberración con la ley, lo que
constituye una fuente de enriquecimiento ilícito, así como también al pago de un uno punto cinco por
ciento 1.5%) de interés judicial, computado sobre el monto de la condenación y hasta la ejecución de la
sentencia, daños reparados los cuales no están plenamente justificado establecido una doble condena del
monto indemnizatorio por el mismo daño fisco reclamado, y al pago de las costas del proceso,
indemnizaciones que fueron establecida soberanamente por el juez a-quo en una desnaturalización de
los hechos y medios de pruebas con una exclusión en la apreciación de los límites de la discrecionalidad
constituyendo los daños físico reparados en más allá de lo que son y no en una reparación integral del
daño, traspasó los límites y facultades de su apoderamiento, en una arbitrariedad con la ley y en una
exclusión del límite de la discrecionalidad, de su apreciación y con una exclusión del poder soberano
para establecer la cuantía del monto de la indemnización y por los demás motivos y fundamentos
expuestos y desarrollados ampliamente en el cuerpo del presente acto como medios y fundamentos del
recurso.

CUARTO: ANULAR o REVOCAR en toda sus partes la sentencia recurrida marcada con el núm.
551-2022-SSEN-00389, de fecha quince (15) días del mes de agosto del año dos mil veintidós (2022),
dictada por la Tercera Sala de la Cámara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito
Judicial de la Provincia de Santo Domingo, objeto del presente recurso de apelación, ya que la misma
resulta ser violatoria al derecho defensa, a la tutela judicial efectiva y al debido proceso, pues la juez a-
quo aplico un cambio de calificación jurídica a los hechos sin advertirlo en la instrucción del proceso,
pues los demandante fundamento su demanda bajo el régimen de la responsabilidad civil por el hecho de

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la cosa inanimada instituida en el artículo 1384 párrafo 1ero. del Código Civil Dominicano. y la juez sin
advertir a las partes en la audiencia y sin ordenar reapertura de los debates resolvió la demanda bajo el
ámbito de la responsabilidad civil instituida en los artículos 1384 párrafo 3ero. del Código Civil
Dominicano, para proteger los intereses de la víctima pero violando los derechos fundamentales de la
parte demandada como es el derecho de defensa y no tuvieron la oportunidad de defenderse de la
responsabilidad civil aplicada por la juez a-quo que al cambiar la calificación jurídica luego de cerrado
los debates, ha inobservado y pasado por inadvertido el criterio constante del Tribunal Constitucional y
de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia, el cual establece: que si bien es cierto que en
principio, corresponde a los jueces de fondo dar a los hechos de la causa su verdadera denominación
jurídica, de acuerdo al principio iura novit curia, no menos cierto es que esta calificación debe realizarse
en la instrucción del proceso en el cual los jueces advierten que la normativa alegada por las partes no se
corresponde con los hechos fijados en el proceso, por lo que la juez apoderado está en la obligación de
advertir a las partes que está facultado para darle a los hechos de la causa una calificación distinta, la
cual debe comunicarles a fin de que estos puedan hacer sus observaciones sobre la norma que el tribunal
considere que pueda aplicar al caso, toda vez que si el tribunal cambia en la solución del caso la norma
aplicable al mismo, sin darle la oportunidad a las partes de pronunciarse sobre esta posibilidad de
cambio de calificación, se violentaría el derecho de defensa de las partes y el debido proceso, y por los
demás motivos y fundamentos expuestos y desarrollados ampliamente en el cuerpo del presente acto
como medios y fundamentos del recurso.

QUINTO: Subsidiariamente y sin renunciar a las conclusiones anteriores, para el hipotético caso de que
la sentencia no sea anulada, la Corte por autoridad de la Ley, REVOQUE en todas sus partes la
sentencia recurrida marcada con el núm. 551-2022-SSEN-00389, de fecha quince (15) días del mes de
agosto del año dos mil veintidós (2022), dictada por la Tercera Sala de la Cámara Civil y Comercial del
Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de la Provincia de Santo Domingo, objeto del presente
recurso de apelación y en sus ordinales segundo, numeral A) tercero y cuarto, por ser la misma a toda
luz del derecho, improcedente, mal fundada, carente de motivación, fundamentos, pruebas y base legal
que la sustente, por existir en la misma desnaturalización de los hechos y medios de prueba, mala
aplicación del derecho, una congruente contradicción de motivo entre la motivaciones de la sentencia y
lo decidido y establecido en la parte dispositiva o fallo, por ser contradictoria con la ley y jurisprudencia
constante de la Suprema Corte de Justicia contenida en la Sentencia núm. 18, del 20 de octubre del año
1998, la sentencia de fecha 02 de septiembre del 2009, la Sentencia de fecha 19 de septiembre del año

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2012, Sentencia de fecha 17 de octubre de 2012 y la sentencia núm. 3353/2021, de fecha 30 de
noviembre del año 2021, y por ser violatoria a la disposiciones del artículo 141 del Código de
Procedimiento Civil, que impone al juez la obligación de motivar la sentencia en hecho y derecho
mediante una clara y precisa fundamentación, por la falta de motivación, y por la inobservancia y
errónea aplicación e interpretación de la ley en la que incurrió la juez a-quo, que fue apoderada de una
demanda en reparación de daños y perjuicios que tiene su origen en un hecho en el cual estuvo
involucrado un solo vehículo, y condeno al conductor por las declaraciones recogidas en el acta de
tránsito, de la cual no se comprueba en modo alguno que el conductor demandado y ahora recurrente
JORGE BOCIO DÍAZ haya incurrido en falta, el cual no cometió falta alguna pues no incurrió en
inobservancia del deber de cuidado, de protección y seguridad del peatón, pues es precisamente el
peatón transeúnte en el cual se introdujo en la calle sin el debido cuidado y atención, quien por el
descuido de sus padres en el cual no lo observaron cruzo la calle sin observar que transitaba un autobús
produciéndose el accidente, por la falta de la víctima y lanzarse a cruzar la autopista sin tomar el debido
cuidado contra el vehículo conducido por el demandado JORGE BOCIO DÍAZ no ha reconocido su
falta por las declaraciones vertida en el acta de tránsito, como lo sostiene equivocadamente la juez a-quo
ni que haya admitido los hechos, no fue probada la falta a cargo del demandado y recurrente quien hacía
uso correcto de la vía pública, no fue probado que el demandado y recurrente haya inobservado las leyes
de tránsito, ni que haya atropellado al peatón por una falta exclusiva del demandado y recurrente, por
tanto, la juez a-quo condenó al demandado en ausencia de pruebas y en violación al principio de no auto
incriminación, conforme las pruebas descrita en la sentencia, en una falta de motivación, en violación a
las garantías y las reglas del debido proceso y de la tutela judicial efectiva, y por los demás motivos y
fundamentos expuestos y desarrollados ampliamente en el cuerpo del presente acto como medios y
fundamentos del recurso.

SEXTO: REVOCAR el ordinal QUINTO de la sentencia recurrida en apelación marcada con el núm.
551-2022-SSEN-00389, de fecha quince (15) días del mes de agosto del año dos mil veintidós (2022),
dictada por el tribunal a-quo objeto del recurso de apelación, por falta de motivación cierta, valedera y
razonada, por ser violatoria al principio de legalidad, contener una mala aplicación del derecho,
violatoria a la disposiciones del artículo 141 del Código de Procedimiento Civil, y por contener
violación, inobservancia, errónea aplicación e interpretación de las disposiciones de los artículos 131 y
133 de la Ley núm. 146-02, de fecha 09 de septiembre 2002, sobre Seguros y Fianzas de la República
Dominicana, contener contradicción entre la motivación, el dispositivo o fallo y lo dispuesto por la ley y
entrar en contradicción y en contraposición con la sentencia núm. 295 de fecha veinticuatro (24) de abril
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del año dos mil diecisiete (2017) y la Sentencia núm. 2252, de fecha diecinueve (19) de diciembre del
año dos mil dieciocho (2018), dictada por Suprema Corte de Justicia, que son sentencias
jurisprudenciales vinculante a los jueces del orden judicial, toda vez que el juez a-quo declaró la
sentencia “común y oponible a la vez hasta y monto de la póliza”, al amparo de la carencia e ineficiente
motivación establecida en el numeral 32 de la página 17 de la sentencia, donde el juez a-quo solo se
limitó a establecer que la póliza estaba vigente, pero no estableció los textos legales reales en los cuales
encontró apoyo, fundamento y soporte jurídico su decisión para darle legalidad, omitiendo aplicar la ley,
ya que hizo todo lo contrario a lo que manda la ley que regula la entidad aseguradora que es una ley
especial, lo que contradice su motivación con lo que establece la ley 146-02, sobre Seguros y Fianzas, y
incurrió en contradicción con la ley, y utilizo una trilogías de conceptos y terminologías ambiguas
“común, hasta y monto” no permitidas ni establecida por la ley que regula la materia y excluyó de su
sentencia la verdadera terminología “dentro de los límites de la póliza” que es la que está expresamente
establecida por la ley 146-02, que solo manda al juez por el propio imperio de la ley a establecer pura y
simplemente la oponibilidad de la sentencia, dentro de los límites de la póliza, emitida por el asegurador,
ya que el asegurador solo estará obligado a hacer pagos con cargo a la póliza cuando se le notifique una
sentencia judicial con autoridad de la cosa irrevocablemente juzgada que condene al asegurado a una
indemnización por lesiones o daños causados por el vehículo de motor o remolque accidentado y por las
costas judiciales debidamente liquidadas, dentro de los límites de la póliza, por tanto, el legislador le ha
otorgado calidad a la entidad aseguradora recurrente para alegar en justicia todo cuanto tienda a
disminuir el monto de los daños reclamados, así como la no existencia de la responsabilidad del
asegurado o la no existencia de su propia responsabilidad; de igual forma, EXCLUIR de la sentencia
objeto del recurso, las terminologías ambiguas “ común, hasta y monto” empleada por la juez a-quo
fuera de la ley y declarar la sentencia a intervenir no oponible a la Compañía Dominicana de Seguros, S.
A., y en caso contrario solo declararla oponible, dentro de los límites de la póliza, como manda la ley,
por los motivos y fundamentos expuestos y desarrollados ampliamente en el cuerpo del presente acto
como medios y fundamentos del recurso.

SEPTIMO: RECHAZAR en todas sus partes la Demanda en Reparación de Daños y Perjuicios


interpuesta por los señores TOMAS EMILIO RODRÍGUEZ MOJICA Y ARABELLIS LORENZO,
mediante el acto núm. acto núm. 334/2016, de fecha veintidós (22) del mes de diciembre del año dos mil
dieciséis (2016), instrumentado por el ministerial Audalio Radhames Romero, Alguacil Ordinario de la
Segunda Cámara Civil y Comercial del Distrito Nacional, en contra de los señores JORGE BOCIO

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DIAZ y DIGNO ANTONIO CASTILLO CORNELIO, con oponibilidad de la sentencia a intervenir a la
entidad aseguradora COMPAÑÍA DOMINICANA DE SEGUROS, S.A., por improcedente mal
fundada, carente de prueba y base legal que la sustente, y por no haber probado la demandante los
hechos alegados en justicia y sometido al escrutinio del juez del tribunal a-quo y no haber probado la
falta de violación a la ley sobre tránsito de vehículos de motor cometida por el conductor del vehículo
demandado y ahora recurrente el señor JORGE BOCIO DIAZ, toda vez que el hecho que dio origen a la
demanda nace de un ilícito penal, un accidente de vehículos de motor que se reputa como un delito
correccional por aplicación del artículo 128 de la Ley núm. 146-02, sobre Seguros y Fianzas de la
República Dominicana, del fecha 09 de septiembre 2002, cuyo vehículo estaba en movimiento en la vía
pública, bajo el dominio y control de su conductor, cuya falta del accidente no se probó que ocurriera
por la falta exclusiva del demandado y recurrente el señor JORGE BOCIO DIAZ, y en el caso de la
especie al tener la demanda su origen en un accidente de tránsito de vehículo de motor que configura un
ilícito penal, no puede haber responsabilidad civil si no existe falta penal probada, y mucho más aún
cuando la demanda lanzada por la demandante ahora recurrida, no está basada en documentos y pruebas
que demuestren lícitamente su procedencia, y por las demás razones expuesta en este acto contentivo del
recurso, y por los demás motivos y fundamentos expuestos y desarrollados ampliamente en el cuerpo del
presente acto como medios y fundamentos del recurso de apelación .

OCTAVO: Condenar a la parte recurrida, los señores TOMAS EMILIO RODRÍGUEZ MOJICA Y
ARABELLIS LORENZO, al pago de las costas civiles del procedimiento del presente recurso, con
distracción de la misma a favor y provecho del LICDO. CLEMENTE FAMILIA SANCHEZ y el DR.
JORGE N. MATOS VASQUEZ, quienes afirman haberlas avanzados en su mayor parte.

BAJO LAS MÁS AMPLIA RESERVAS DE DERECHOS Y ACCIONES

Y para que mis requeridos, el señor TOMAS EMILIO RODRÍGUEZ MOJICA y ARABELLIS
LORENZO, y sus abogados los LICDOS. RAÚL ALMANZAR y MARILYN MIREYA GUTIÉRREZ
STUBBS, no pretendan alegar ignorancia, ni desconocimiento del contenido del presente acto, así se lo
he notificado, declarado y advertido, dejándole en manos de las personas con quienes dije haber hablado
en los lugares de mis traslados copia íntegra fiel y conforme al original del presente acto, el cual consta
de treinta y uno (31) paginas, todas debidamente, selladas, firmadas y rubricadas, por mi Alguacil
actuante, que Certifico Y Doy Fe. --

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Costo RD$ _________________________./

Doy Fe

El Alguacil

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