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EXPEDIENTE N° 19-2019-1-5001-JS-PE-01
AUTORES:
ASESOR:
LÍNEA DE INVESTIGACIÓN:
Derecho Penal
PERÚ
2021
ANALISIS DE LA RESOLUCION DE LA SALA PENAL ESPECIAL DE LA
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPUBLICA
EXPEDIENTE N° 19-2019-1-5001-JS-PE-01
El caso que nos convoca se trata del análisis de la resolución judicial número uno,
expedida en el proceso penal seguido contra Ricardo Chang Racuay por la comisión del
delito de Cohecho Pasivo Específico, en agravio del Estado Peruano; la referida
resolución judicial resuelve declarando fundados los requerimientos fiscales de detención
preliminar e impedimento de salida del país contra el referido imputado, en el cual el
representante del Ministerio Público expone los siguientes hechos, según lo expresado en
la referida resolución judicial:
El principio de Proporcionalidad
1. Delitos contra la administración, previstos en el capito II del título XVIII del libro
segundo del Código Penal (…) y en acaso de estricta necesidad y 9. urgencia podrá
salida del país se adoptarse en tanto resulte indispensable para los fines del
debe ser resuelta inconstitucional, pero si puede resultarlo cuando las misma no
atribución del Juez penal dictar las medidas coercitivas pertinentes a fin de
asegurar el normal desarrollo y fines del proceso judicial, y por tanto, puede
Conforme a la descripción del tipo penal, se trata de un delito especial propio, por lo que
solo pueden ser autores a efectos penales, quienes tienen la calidad de Magistrado, árbitro,
fiscal, perito, miembro del Tribunal Administrativo o cualquier análogo; además, debe
contar con capacidad decisoria y/o resolutiva. El ofendido es el Estado, como titular de
los servicios públicos que brindan las personas detalladas en la redacción normativa. La
modalidad típica del segundo párrafo utiliza el verbo rector solicitar, en este caso se da
una sola forma: solicitar donativo, promesa o cualquier ventaja o beneficio. Asimismo, el
dolo requerido para perfeccionar la figura penal es el dolo directo.
Peligro procesal
El tercer presupuesto recoge dos hipótesis: cuando citado el imputado intenta eludir la
acción de la justicia (peligro de fuga) o trata de perturbar la acción probatoria (peligro de
entorpecimiento u obstaculización de la prueba). • La existencia de suficientes elementos
probatorios debe entenderse en el mismo sentido que en el requisito referido al hecho
criminal y la participación del imputado en el delito, es decir, como la probabilidad de
realización de un comportamiento que represente peligro procesal, (URQUIZO
OLAECHEA, 2017) Detención, p. 85.
De lo citado anteriormente en este punto y del análisis realizado, podemos inferir que el
investigado podría fugar del país, ello en razón de que contaría con los medios
económicos y logísticos, pues en su condición de Juez podríamos suponer que este tendría
la capacidad de salir del país en cualquier momento, que no tiene domicilio conocido,
además de que la pena a imponerse supera los 08 años y que el investigado no cuenta con
arraigo laboral.
Así mismo podrimos inferir que también nos encontraríamos frente a un escenario de una
posible obstaculización del proceso dado los nexos que tiene los que podrían servirle para
eludir su responsabilidad
"Se atribuye a RICARDO CHANG RACUAY en su condición de Juez Titular del Tercer
Juzgado Constitucional de Lima el haber solicitado a César Hinostroza Pariachi, Juez
Supremo Titular, que interceda a través de los Consejeros del Consejo Nacional de la
Magistratura, Sergio Iván Noguera Ramos, Julio Atilio Gutiérrez Pebe y Guido Aguila
Cuadros, para favorecerlo, en la convocatoria N° 001-2018-RATIFICACION/CNM y así
lograr ser ratificado en el cargo de Juez, para resolver en un proceso de amparo que era
de su competencia (Expediente N. 0 14078-2017) a favor del accionante César Hinostroza
Pariachi, por lo que Chang Racuay habría incurrido en delito de cohecho pasivo
específico en calidad de autor, -por Io que mediante Disposición N. 0 05 de 10 de abril de
2019 se dispuso ampliar la investigación preliminar contra Ricardo Chang Racuay por el
delito de Cohecho Pasivo Especifico, en virtud al principio de unidad de investigación.
toda vez que por Disposición N. 0 03 de 25 de febrero de 2 109, se abrió investigación
contra Walter Benigno Ríos Montalvo por los mismos hechos".
Así mismo, ha señalado que la detención judicial preliminar a imponer resulta ser
tanto suficiente como proporcional al peligro procesal sustentado por el Ministerio
Público: asimismo, es necesaria en tanto se requiere su presencia para realizar
diversos actos de investigación, tales como toma de declaración, reconocimiento
fotográfico, reconocimiento de documentos y de voz, allanamiento, registro e
incautación, acceso, lectura y registro de equipos, deslacrado de documentos y
evidencias, la declaración del investigado; y otros en razón de la declaración que
brinde como resultado de la presente medida.
Adicional a esto se debe contar con la autorización de la fiscalía de la Nación esto debido
a su condición de Juez Especializado, en el supuesto de que la Fiscalía decida ejercer la
acción penal correspondiente.
El delito investigado se realiza en clandestinidad, por lo que se requiere distintos actos de
investigación urgentes y acorde a la gravedad de la imputación.
Los presupuestos materiales de las medidas coercitivas muestran una serie de deficiencias
en cuanto a su fundamentación, ello es por lo que el juez solo tendría que verificar la
configuración de los presupuestos previstos en el artículo 268 del Código Procesal Penal
para dictar la medida cualquiera de estas medidas. Sin embargo, el magistrado tiene la
obligación de realizar una ponderación en cada caso concreto entre los principios en
tensión y, por tanto, habilitar la posibilidad constitucional de no imponer medidas
necesariamente.
Las medidas coercitivas deben ser aplicadas cuando sea estrictamente necesario para
lograr los fines del proceso. De modo que, la proporcionalidad exige que la medida
impuesta debe ser motivada y por consecuencia, estar sujeta al control jurisdiccional.
Con la aplicación de este principio se hace obligatorio la aplicación de las medidas menos
gravosas, la misma que no debe ser desproporcionada en relación con la gravedad del
hecho ni del eventual peligro que se trata de prevenir (equilibrio). Pues el Juez tiene
facultad para adoptar medidas menos gravosas que las solicitadas por el Fiscal, reformar
o sustituir las decretadas por otras menos intensas, ya que esta conducta forma parte de
sus competencias garantizadoras de los derechos del imputado. Así se deduce de lo
dispuesto en el art. 286 que autoriza al Juez a decretar la comparecencia simple si
considera improcedente la prisión preventiva solicitada, norma también aplicable a los
casos en que se pida la comparecencia con restricciones.
Entonces, dicho de otro modo, este principio conlleva a la aplicación del criterio de
ponderación sobre la realización de los intereses en conflicto en un determinado caso, en
atención a otros principios, como es el de idoneidad y necesidad, buscando así un balance
de intereses para determinar si el límite que se aplica a algunos de los intereses
individuales que representa la medida guarda una relación proporcionada con la
importancia del interés estatal que se trata de salvaguardar.
Con este derecho se asegura la prohibición de exceso, buscando así una aplicación de las
medidas de forma justa y con equilibrio, de manera que este principio funciona como una
herramienta para interpretar el contenido esencial de los derechos fundamentales frente a
una norma que los reglamenta o que los restringe, por lo que pasa a constituir un criterio
para la fundamentación de las decisiones judiciales en un determinado caso. La regulación
de este principio se justifica en que el derecho penal es una de las formas de sanción más
violenta que existe por lo que mediante el principio de proporcionalidad se busca
establecer la legitimidad adquiriendo así una función garantista precisamente en el ámbito
de las medidas de coerción tratándose como un medio de interdicción ante la arbitrariedad
judicial que pudiera cometerse, toda vez que la restricción a un derecho fundamental solo
tendría lugar cuando esto fuera indispensable, en la medida y el tiempo estrictamente
necesario, por lo que la privación de libertad del investigado debe ser imprescindible para
la determinación de una actividad probatoria concreta (Neyra, 2015).
- Medidas coercitivas de carácter personal
La libertad personal es uno de los derechos fundamentales que tiene gran importancia
para la persona humana, por ello es protegido a través de diversos dispositivos normativos
internacionales y nacionales como es, específicamente en el Art 2.24 de la Constitución
Política del Perú, por lo que la libertad personal posee una dimensión subjetiva y objetiva
entendiéndose que la primera tiene como principal finalidad garantizar que no se cometan
arbitrariedades dentro del contexto de la libertad corporal y locomotora del investigado
mientras que la dimensión objetiva está relacionada al deber que le corresponde al estado
para lo cual debe organizar y respetar el ordenamiento jurídico establecido haciendo lo
posible en la medida de que se cumpla esa dimensión subjetiva de la libertad personal
evitando de esta manera todo tipo de situación que perturbe el ejercicio de este derecho.
Para Ramos (2017) las medidas coercitivas precisamente aquellas de carácter personal se
realizan con el propósito de poder garantizar que el sujeto investigado se encuentre
presente en un proceso penal al cual se ha relacionado directamente porque sobre el recae
la acusación de determinados hechos y de esa manera en la medida de que esta
disponibilidad pueda ser debe darse. Sin embargo, también se establece que las medidas
cautelares en ocasiones carecen de fundamentación ello, ya que la esencia de estas está
más bien enfocada a realizar un anticipo sobre los efectos que genera la ejecución de la
misma.
La detención preliminar consiste en una institución jurídica procesal del derecho penal la
cual se convierte en una medida excepcional y provisional cuya finalidad consiste en
impedir que el investigado pueda escapar del proceso asegurando de este modo su
presencia en cada uno de los actos de la investigación o en su caso de las diligencias que
vayan a practicarse.
La detención preliminar judicial actualmente se encuentra regulada en el CPP en su
Artículo 261 donde claramente establece que es el juez de la investigación preparatoria
quién aprueba el requerimiento de parte del representante del Ministerio Público y para
lo cual no es necesario el realizar algún trámite, sino que teniendo a la vista las
actuaciones remitidas por este representante del ministerio público es que el juez tiende
a dictar este mandato de detención preliminar.
Respecto a los supuestos materiales los cuales se encuentran regulados en el artículo 161
del actual código procesal penal peruano, estos han sido materia de cuestionamiento pero
en sí están válidamente regulados en el ordenamiento jurídico Así es que, se encuentran
aquellos donde no haya mediado un supuesto de flagrancia delictiva y para ello antes de
iniciar o formalizar la investigación preparatoria es necesario que se ponga a disposición
esta medida cautelar ya que existen los fundamentos que lo motivan y que lo hacen
válidamente aceptable, además de qué se trata de motivos plausibles que consideran a que
la persona acusada ha sido el autor de determinado delito, existiendo además graves
elementos que generan convicción hasta sería conveniente afirmar que existe un alto nivel
o grado de certeza sobre los hechos ocurridos y que se encuentran siendo objeto de
investigación añadiendo a esto otros que vinculan al imputado con determinados hechos.
Esta interpretación debe estar atendiendo a razones válidas que al menos indiquen
fundamentos que generen una sospecha o un alto grado de probabilidad que este sujeto
haya cometido el ilícito penal.
En este sentido, se considera que se cree que respecto a este último choca contra los
objetivos anteriormente mencionados que anterior a ello su finalidad consistiría en la
captura del investigado con el propósito de alcanzar de que éste sea investigado y
procesado dentro del proceso penal, logrando de este modo su presencia física a lo largo
del mismo para que pueda ser partícipe de cada una de las diligencias que se vayan a
desarrollar dentro del mismo proceso y las cuales se caracterizan por ser diligencias
estrictamente obligatorias en ambos supuestos se está seguro que quizá la finalidad
fundamental para ello responde a la necesidad de disponer la detención preliminar
judicial.
Se comprende también que, el peligro de fuga es uno de los presupuestos cuyo propósito
consiste en garantizar la presencia del investigado durante todo el proceso. De modo que
a través de este lo que se busca es evitar que éste se fugué y por lógica frustre el proceso.
De esa manera es que, éste se define en una herramienta mediante la cual el órgano
jurisdiccional hace uso de su poder coercitivo, precisamente para aquellas situaciones
donde el investigado intenta huir a la acción penal.
Los derechos fundamentales individualmente cada uno está destinado a proteger un valor
esencial de la persona, entendiéndose que es está su justificación por cuanto el ejercicio
de los mismos posee una orientación tecnológica, la cual consiste en ejercer el derecho
más allá de lo que señale su finalidad sin ningún tipo de arbitrariedad al respecto. Cabe
señalar que los derechos fundamentales pueden ser subjetivos cuando éstos están
mediante una disposición a la cual pertenecen.
- La presunción de inocencia. -
- Derecho a la libertad
Los dos aspectos mencionados, tanto los materiales como los formales son importantes y
esenciales, ya que en aquellas situaciones de detención que son calificadas como legales
siempre debe de primar el respeto y el principio de tipicidad, así como aquellos que
debidamente se encuentran establecidos.
Así, el Ministerio Público como ente titular de la acción penal, y como director del
proceso de investigación, esta obligado a postular ante el órgano jurisdiccional
requerimiento de medida restrictiva descrita y regulada taxativamente en el Código
Procesal Penal, de manera que no puede imponerse ninguna restricción a derechos que
no se encuentre reconocida en la norma procesal de conformidad al principio de legalidad.
Por ello no es correcto que se practique una diligencia fuera de los supuestos establecidos
en la ley, los cuales además tienen que interpretarse de forma restrictiva pues el desborde
de los parámetros legales significaría una infracción por su carácter arbitrario e irracional
que incluso podría conllevar a la comisión de un delito; y, además debe tenerse en cuenta
que, la ejecución de la medida adquiere también legalidad luego de haberse contradicho
su requerimiento por parte de la defensa, esto es, cuando se manifiesta el principio de
contradicción siempre que pueda ser contradicha de manera previa una medida, pues una
orden de detención preliminar no se notifica a quien será detenido, sino que su defensa se
activará una vez que ya haya sido detenido, en razón a la naturaleza de su finalidad como
una medida urgente y sorpresiva.
Por tanto, se puede advertir que la finalidad de una medida de coerción es evitar que se
frustre el proceso penal, y se logre la respectiva sentencia condenatoria o absolutoria; y
las medidas de coerción personal descritas en el Código Procesal Penal son detención
policial (art. 259), arresto ciudadano (art. 260), detención preliminar judicial (art. 261),
prisión preventiva (art. 268), comparecencia (art. 286), detención domiciliaria (art. 290),
internación preventiva (art.293), impedimento de salida del país (art. 295) suspensión
preventiva de derechos (art. 297). Mientras que entre las medidas reales son: el embargo
(art. 303), orden de inhibición (art.310), desalojo preventivo (art. 311), medidas
anticipadas como la pensión anticipada de alimentos (arts. 312-314), incautación (art.
316).
En tal sentido, debemos señalar que existe un requisito de formalidad procesal que no
solo debe ser respetado por quien ordena la imposición de la medida, sino también por
quien la solicita, esto es, el Ministerio Público, de manera que la verificación de elementos
u evidencias suficientes que conduzcan a una imputación delictiva puedan ser el sustento
para la resolución de la autoridad judicial que ordena su ejecución; esto implica que, la
lucha contra la delincuencia tiene un límite y se llama proporcionalidad, el ejercicio de la
actividad persecutoria del Estado debe estar limitado en razón a su contenido gravoso
para los derechos fundamentales, y, en todo caso, a que la afectación de derechos sea
razonable y equilibrada”. Por tanto, es viable concluir que la legitimidad constitucional
de una limitación al ejercicio de los derechos fundamentales no se satisface con la sola
observancia del principio de legalidad ni de la formalidad que se requiere para su emisión,
sino que además de ambos, deben concurrir el requisito de proporcionalidad y
razonabilidad. De manera que se exige que la medida limitativa satisfaga a su vez los
subcriterios de i) idoneidad, ii) necesidad y iii) proporcionalidad en sentido estricto.
Siendo ello así, respecto a la idoneidad de la medida esto implica que debe ser idónea
para obtener el fin señalado respetando lo más posible la libertad del individuo y, de otra
parte, debe existir una relación razonable entre lo que se pretende obtener con la medida
restrictiva y los fines de la investigación, de modo que su no realización signifique la
frustración de la misma; la necesidad de la medida debe resultar además indispensable
para los fines del esclarecimiento del proceso, lo cual significa que no debe existir otro
medio menos gravoso que pueda aplicarse subsidiariamente, sino que, la aplicación de la
medida restrictiva que se pretende imponer es la más pertinente y no existe otra vía que
de mejor manera permita asegurar lo necesario para colmar los fines de la investigación;
y la proporcionalidad en sentido estricto de la medida, también llamada ponderación, se
supera este ítem al responder a lo siguiente «cuanto mayor es el grado de la no satisfacción
o de la afectación de un principio, tanto mayor tiene que ser la importancia de la
satisfacción del otro». En otras palabras, cuando las razones para declarar fundada la
medida limitativa de derechos son mayores como para afectar los derechos del imputado
aún sin haberlo condenado.
Ahora bien, del faccionamiento de la resolución en análisis se puede advertir que existen
suficientes y fundados elementos de convicción para considerar que Ricardo Chang
Rupay habría cometido el supuesto delito de Cohecho Pasivo Especifico, tal como se ha
descrito en el décimo octavo considerando de la resolución, asimismo se tomó en cuenta
que el imputado tiene vinculación con Hinostroza Pariachi – líder de la organización
criminal “Los Cuellos Blancos del Puerto”-, lo que le permite contar con varios recursos
de diversos tipos para eludir su responsabilidad penal, y, en igual forma existió peligro de
obstaculización procesal y riego razonable de que pueda salir del país en cualquier
momento y se sustraiga de la persecución penal, más aún si se desconocía su paradero, y
por ultimo ha sido valido estimar que la pena a imponer era superior a los cuatro años; y,
en tal sentido, es imperativo señalar que en la jurisprudencia en análisis se ha cumplido
con los siguientes principios: 1) El principio de intervención indiciaria, que viene del
vocablo indicio que tiene una doble acepción, en primer término, se refiere a hechos que
son vinculados a otros hechos mediante una relación de causalidad, necesitando para ello,
un razonamiento lógico entre uno y otro, lo que da lugar a la llamada prueba indiciaria;
y, el legislador recoge la figura de la prueba indiciaria en el numeral 3, del art. 158 del
Código Procesal Penal, al referirse sobre los requisitos la prueba por indicios requiere de
un hecho indiciario; una inferencia lógica y el hecho indicado, dicho en otras palabras se
requiere de un nexo entre el hecho conocido (indicio o hecho indiciario) y el hecho
desconocido que se pretende probar (hecho indicado), unidos gracias a un puente
inferencial o regla de inferencia lógica. 2) La justificación teleológica de la injerencia
estatal en la libertad de las personas, nos conduce a la redefinición de los conflictos
penales que se generan como consecuencia de la realización de un hecho punible, que
genera una tensión pugna entre el poder punitivo del Estado y la libertad del individuo,
en esa pugna subyacen íntimas y esenciales vinculaciones de orden político
constitucional, por esa razón el Derecho penal está fuerte e indisolublemente ligado a la
Constitución, y la privación de libertad impuesta coactivamente por el Estado al
individuo, es una consecuencia jurídica del delito; y, es expresión de una de las formas
más violentas de intervención del Estado que afecta de manera intensa la libertad y otros
derechos, por tanto, constituye un mínimo la exigencia de las razones constitucionales
que fundamenten el encierro de un ciudadano, por lo que el juez penal tiene el deber de
exponer las razones del porque se impone determinada calidad y cantidad de pena, y estas
razones deben ser Constitucionales y penales; sólo así se justificaría una sentencia penal,
en línea de reducción la habilitación del poder punitivo. Y 3) Requisitos intrinsicos de
proporcionalidad, está sustentada en función a la idoneidad, necesidad y proporcionalidad
estricta, lo que ha sido objeto de análisis en los párrafos precedentes, y ha sido
válidamente aplicado en el proceso penal.
Siendo esto así, se advierte que en la resolución objeto de análisis, se ha detallado los
fundados y graves elementos de convicción existentes para considerar que el indagado
seria autor del delito de Cohecho Pasivo Propio, así mismo, se ha señalado que el
investigado ejerció el cargo de Juez Especializado, que no tiene domicilio, y es renuente
a cumplir los mandatos de las autoridades y que se desconoce su paradero, por lo cual
carece de arraigo domiciliario en esta ciudad. Que, la gravedad de la pena es mayor a 8
años y estando al delito investigado, tendría que cumplir el integro de la pena impuesta.
Se ha acreditado su capacidad económica, lo que permite afirmar razonablemente la
posibilidad de a nivel de diligencias preliminares, el investigado no acudirá ni colaborará
para el esclarecimiento de los hechos. Se ha fundamentado que el investigado no cuenta
con arraigo laboral, al haber sido suspendido preventivamente y que su conducta delictiva
estaba orientada a obtener beneficios económicos, y estando a sus nexos le permitiría
valerse para eludir su responsabilidad.
Así mismo, ha señalado que la detención judicial preliminar a imponer resulta ser tanto
suficiente como proporcional al peligro procesal sustentado por el Ministerio Público:
asimismo, es necesaria en tanto se requiere su presencia para realizar diversos actos de
investigación, tales como toma de declaración, reconocimiento fotográfico,
reconocimiento de documentos y de voz, allanamiento, registro e incautación, acceso,
lectura y registro de equipos, deslacrado de documentos y evidencias, la declaración del
investigado; y otros en razón de la declaración que brinde como resultado de la presente
medida.
Por último, podemos concluir que en la jurisprudencia en análisis quedo establecido que,
resulta factible apreciar sospecha reveladora de la comisión del delito, ello sobe una base
acreditativa sustentada en actos de investigación lícitos, correlacionados e interpretados
contextualmente de forma indiciaria, destacándose que se presentan los caracteres del
injusto propio de un acto de Cohecho Pasivo Especifico, en agravio del Estado Peruano;
por lo que se confirmó lo atinente al mérito de la sospecha reveladora como presupuesto
de suficiencia incriminatoria (intervención indiciaria) del requerimiento fiscal de
detención preliminar judicial e impedimento de salida en contra delo imputado, y ello
hace que la medida de coerción impuesta resulte constitucional, adecuada y necesaria para
los fines del proceso penal.
5.- CONCLUSIONES Y SUGERENCIAS
1. La inasistencia del imputado a la citación fiscal para su declaración a nivel
preliminar no se erige como una conducta perturbatoria de la actividad probatoria,
ya que ella no se encuentra identificada como acto de prueba ya que constituye un
acto de defensa y rechazo de la imputación a menos que se trate de una confesión;
es así que no podemos establecer dicha situación como un presupuesto para dictar
detención preliminar.
2. La gravedad de la pena que se espera como resultado del proceso, no es un
presupuesto autónomo para dictar la detención preliminar ya que debe ser
motivado adecuadamente en armonía con el principio de proporcionalidad,
además de ello debe considerarse no sólo la pena concreta que establece el tipo
penal para la conducta ilícita, sino se debe razonar en base a otros parámetros
legales reconocidos en el Código penal para la determinación judicial de la pena,
como es el caso de las circunstancias atenuantes y eximentes y otros que
signifiquen disminución de quantum de la pena.
3. La proporcionalidad de la medida es un principio que fue vulnerado en la decisión
materia de análisis por cuanto no se ha expresado suficientemente la “razones
plausibles” entendida como la existencia de sospechas o indicios concretos y
determinados de que una persona ha cometido un delito, más aún si es que no se
ha expresado que se vaya a realizar actos de investigación urgentes o inaplazables
que requieran la presencia del investigado.
4. La formalidad procesal no solo debe ser respetado por quien ordena la imposición
de la medida, sino también por quien la solicita, esto es, el Ministerio Público, de
manera que la verificación de elementos u evidencias suficientes que conduzcan
a una imputación delictiva puedan ser el sustento para la resolución de la autoridad
judicial que ordena su ejecución; esto implica que, la lucha contra la delincuencia
tiene una límite y se llama proporcionalidad, el ejercicio de la actividad
persecutoria del Estado debe estar limitado en razón a su contenido gravoso para
los derechos fundamentales.
6.- REFERENCIAS
- SANCHEZ VERLARDE, Pablo, El Nuevo Proceso Penal, IDEMSA, Lima –Peru, abril
2009, paginas 333-334.
- Del Río Labarthe, Gonzalo. Prisión preventiva y medidas alternativas. Lima: Instituto
Pacífico, 2016, p. 463.
- Arbulú, V. (2015). Derecho Procesal Penal. Lima: Gaceta Jurídica.
- Preparatoria, P. J. (2019). 00979-2019-86-2601-JR-PE-03 FJ 4.
- San Martín, C. (2020). Derecho Procesal Penal: Lecciones . Lima: Instituto Peruano de
Criminología y Ciencias Forenses.