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Recurso de Apelación Sentencia Civil

Acto núm.____________________________. -
En la Ciudad y Municipio de San Francisco de Macorís, Provincia Duarte, República Dominicana, a los
________________________________(__________) días del mes de ________________ del año dos
mil veintidós (2022); Actuando a requerimiento del señor Juan Pablo Gabin Rodríguez, dominicano,
mayor de edad, portador de la cédula de identidad y electoral núm. 056-0108507-8, domiciliado y
residente en la avenida presidente Antonio Guzmán Fernández, de la Ciudad y Municipio de San
Francisco de Macorís, Provincia Duarte, República Dominicana, lugar donde hace elección de domicilio
a los fines y consecuencias legales del presente acto y la entidad aseguradora Compañía aseguradora
Dominicana de Seguros, S.A., entidad comercial organizada de acuerdo a las Leyes de la República
Dominicana, con Registro Nacional de Contribuyentes (RNC) núm. 101-00158-5, que actúa en su
calidad de entidad aseguradora quien actúa conforme a las disposiciones del artículo 131 párrafo único
de la Ley núm. 146-02, de fecha 9 de septiembre del 2002, sobre Seguros y Fianzas de la República
Dominicana, con su domicilio social en su establecimiento principal ubicado en la Avenida 27 de
Febrero, núm. 302, sector Bella Vista, de esta Cuidad de Santo Domingo de Guzmán, Distrito Nacional,
República Dominicana, lugar donde hace elección de domicilio a los fines y consecuencias legales del
presente acto, debidamente representada por su presidente el señor Ramón Molina Cáceres,
dominicano, mayor de edad, comerciante, portador de la cédula de identidad y electoral núm. 001-
1227063-2, domiciliado y residente en esta ciudad de Santo Domingo de Guzmán, Distrito Nacional,
con elección de domicilio en la entidad antes indicado, quienes tienen como abogados constituidos y
apoderados especiales a los Licdos. Clemente Familia Sánchez, José Simón Vargas de la Cruz, y el
Dr. Jorge N. Matos Vásquez, dominicanos, mayores de edad, portadores de las cédulas de identidad y
electoral números 012-0061561-3, 056-0031227-5 y 001-0066573-6 respectivamente, abogados de los
Tribunales de la República, con estudio profesional abierto en común en la Avenida 27 de Febrero núm.
302, sector de Bella Vista de esta ciudad de Santo Domingo de Guzmán, Distrito Nacional, y domicilio
Ad-hoc en la calle Club Leo, núm. 24, Segundo Nivel, esquina Santa Ana (Oficina Abogados Vargas &
Asociados), detrás del Palacio de Justicia de la ciudad de San Francisco de Macorís, Provincia Duarte,
lugar donde hacen formal elección de domicilio sus abogados apoderados a fin de recibir Avenir o
recordatorio única y exclusivamente como consecuencia del presente acto contentivo del recurso de
apelación de que se trata, con teléfonos: 809-535-1030.
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debidamente nombrado, recibido y juramentado para el ejercicio de los actos de mi ministerio,
expresamente y en virtud del anterior requerimiento, me he trasladado, siempre dentro de los límites
de mi jurisdicción en esta misma ciudad de San Francisco de Macorís, PRIMERO: en la entrada las
pajas S/N, los Zancones, de la Ciudad y Municipio de San Francisco de Macorís, Provincia Duarte,
República Dominicana, lugar donde tiene su domicilio y residencia conocida el señor Jesús Francisco
Rosario Paulino, en su calidad de demandante originario, según acto núm. 2296/2019, de fecha
08/11/2019, instrumentado por el ministerial Epifanio Santana, Alguacil Ordinario del Juzgado de la
primera sala de la suprema corte de justicia, contentivo de notificación de sentencia y una vez allí
hablando personalmente
con________________________________________________________________________ quien me
declaró y dijo ser ______________________________________________de mi requerido y tener
calidad legal para recibir acto de esta naturaleza en su nombre según su propia declaración;
SEGUNDO: en el Bufete jurídico Aquino Jiménez S.R.L, Ubicado en la calle 27 de febrero num.113,
Primer Nivel, de la Ciudad y Municipio de San Francisco de Macorís, Provincia Duarte, lugar tiene su
domicilio y estudio profesional el Licdo. Julio Antonio Aquino Jiménez, en su calidad de abogado
constituido y apoderado especial del señor Jesús Francisco Rosario Paulino, según acto núm.
866/2022, de fecha once (11) del mes de junio del año dos mil veintidós (2022), instrumentado por el
ministerial Epifanio Santana, Alguacil Ordinario del Juzgado de la primera sala de la suprema corte de
justicia, contentivo de notificación de sentencia y una vez allí hablando personalmente con
_____________________________________________________quien me declaro y dijo ser
____________________________________________ de mi requerido y tener calidad legal para recibir
acto de esta naturaleza en sus nombres según su propia declaración y que es de mi conocimiento, en tal
virtud, he notificado, a mis requeridos, los señores Jesús Francisco Rosario Paulino, y su abogado
apoderado Licdo. Julio Antonio Aquino Jiménez, en sus calidades antes indicadas en este acto, que
mis recurrente la entidad aseguradora Compañía Dominicana de Seguros, S. A., por medio del
presente acto interponen formal Recurso de Apelación contra la Sentencia civil núm. 132-2021-SCON-
00653, de fecha treinta y un (31) días del mes de agosto del año dos mil veintiuno (2021), relativa al
expediente núm. 132-2019-ECON-00967, dictada por la Primera Cámara Civil y Comercial del Juzgado
de Primera Instancia del Distrito Judicial de Duarte, en sus atribuciones civiles, cuya parte dispositiva
aparece copiada más adelante en otra parte de este acto, por no estar de acuerdo con las motivaciones,
fundamentación y parte dispositiva de la misma, al contener una incorrecta aplicación de la ley, de
valoración de las pruebas y del derecho y falta de motivación en violación a las disposiciones del
artículo 141 del Código de Procedimiento Civil, violación a los artículos 40, 68 y 69 de la Constitución
de la República Dominicana, artículos 131 y 133 de la Ley núm. 146-02, sobre Seguros y Fianzas de la
República Dominicana, del 09 de septiembre del año 2002, cuyos medios y fundamentos del recurso
serán desarrollando ampliamente en el presente acto.-

Y a los mismos fines, requerimientos, constitución de abogado y demás menciones contenida en el


presente acto, le he notificado a mis requerido señor Jesús Francisco Rosario Paulino, en sus
calidades antes indicadas en este acto, que mis requirentes, el señor Juan Pablo Gabin Rodríguez y la
entidad Compañía Dominicana de Seguros, S.A., por medio del presente acto le citan y emplazan
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para que comparezca por ministerio de abogado como fuere de derecho en el plazo de la Octava Franca
de la Ley a las nueve (9:00 A. M) horas de la mañana, por ante la Cámara Civil y Comercial de la
Corte de Apelación del Departamento Judicial de San Francisco de Macorís, en sus atribuciones
civiles, por ante uno de los salones de la Segunda Planta, del edificio que aloja el Palacio Justicia de San
Francisco de Macorís, sito, en la calle 27 de Febrero, Esquina Licdo. Emilio Conde P., de la ciudad y
municipio de San Francisco de Macorís, Provincia Duarte, para una vez allí conocer el recurso de
apelación en contra de la referida Recurso de Apelación contra la Recurso de Apelación contra la
Sentencia civil núm. 132-2021-SCON-00653, de fecha treinta y un (31) días del mes de agosto del año
dos mil veintiuno (2021), relativa al expediente núm. 132-2019-ECON-00967, dictada por la Primera
Cámara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de Duarte, a los fines y
medios siguientes:

RELACIÓN DE LOS HECHOS:

Atendido, que en la Carretera San Francisco-Tenares (próximo al negocio D" Boss), que el día sábado
22 del mes de septiembre del año 2018, aproximadamente a las cinco y cincuenta horas de la tarde (5:50
p.m.), mientras el señor Juan Pablo Gabin Holguín, transitaba por la avenida fue impactado por la parte
derecha, por la motocicleta modelo X-100LF110, color azul, placa 0273466, conducido por el señor
Jesús Francisco Rosario Paulino, según el acta policial de tránsito núm. P1390-18, de fecha veintidós
(22) del mes de diciembre del año dos mil veintidós (2022), levantada por la Sección de Procedimiento
Sobre Accidente de Tránsito Amet, San Francisco.

Atendido, que el señor Jesús Francisco Rosario Paulino, mediante los actos números: 2295/2019, de
fecha ocho (08) del mes de noviembre del año dos mil diecinueve (2019), de demanda principal,
instrumentado por el Ministerial Epifanio Santana, Alguacil Ordinario del Juzgado de la primera sala de
la suprema corte de justicia, incoaron una demanda en Reparación de Daños y Perjuicios en contra de
los señores Juan Pablo Gabin Rodríguez, y con oponibilidad de la sentencia a intervenir a la entidad
aseguradora Compañía Dominicana de Seguros, S.A., fundamentando las pretensiones de su demanda
en los artículos 1382, 1383 y 1384 del Código Civil Dominicano.

Atendido, que de las demandas en cuestión, designado mediante auto número 2019-02493, de fecha 24
del mes de octubre del año 2019, resultó apoderada la primera Cámara Civil y Comercial del Juzgado
de Primera Instancia del Distrito Judicial de Duarte, que luego de celebrar audiencia pública y
contradictoria, dictó la Sentencia civil núm. 132-2021-SCON-00653, de fecha treinta y un (31) días del
mes de agosto del año dos mil veintiuno (2021), relativa al expediente núm. 132-2019-ECON-00967,
dictada por la Primera Cámara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial
de Duarte, cuya parte dispositiva copiada textualmente es la siguiente:

FALLA:

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PRIMERO: Declara buena y válida, en cuanto a la forma, la presente demanda
Daños y Perjuicios en Responsabilidad Civil, intentada por el señor Jesús
Francisco Rosario Paulino, en contra de los señores Juan Pablo Gabin
Rodríguez, Víctor José Reyes Cabral y la compañía aseguradora Dominicana
de Seguros, por ser hecha de acuerdo al procedimiento establecido en la
Constitución y leyes de la República.

SEGUNDO: En cuanto al fondo de la misma, Acoge la referida demanda, en


consecuencia, se condena a los señores Juan Pablo Gabin Rodríguez y Víctor
José Reyes Cabral al pago de una indemnización de trescientos mil pesos
dominicanos (RD$300,000.00), por los daños físicos padecidos por el señor
Jesús Francisco Rosario Paulino, producto del accidente de tránsito, en virtud
de los motivos expuestos.

TERCERO: Declara la sentencia a intervenir común oponible y ejecutoria


contra la compañía aseguradora Dominicana de Seguro, C. x A., dentro de los
límites del riesgo asegurado, por ser la entidad aseguradora del vehículo que
causó los daños. Cuarto: Rechaza la solicitud de ejecución provisional de la
sentencia, por las razones expuestas. Quinto: Condena a la parte demandada al
pago de las costas del procedimiento, ordenando su distracción a favor del
abogado de la parte demandante, licenciado Julio Antonio Aquino Jiménez,
quien afirma haberla avanzado en su totalidad. Y por esta nuestra sentencia así
se pronuncia, ordena y firma, Firmado: Mag. Antonia Rosario Ventura, Jueza;
Aldonsa Damil Martin Jiménez, Secretaria Auxiliar.

DADA Y FIRMADA, ha sido la sentencia que antecede por la magistrada que


figura en el encabezamiento, la cual fue leída íntegramente, firmada y sellada el
día treinta y uno (31) del mes de agosto del año dos mil veintiuno (2021), por
ante mí, secretaria que certifica que la presente copia es fiel y conforme a su
original que reposa en los archivos de esta Cámara, que se expide, sella y firma
a solicitud de la parte interesada, hoy día treinta y uno (31) del mes de agosto
del año dos mil veintiuno (2021). Firmado: Aldonsa Damil Martín Jiménez,
Secretaria auxiliar.

Atendido, que mediante el acto núm. 866/2022, de fecha once (11) del mes de junio del año dos mil
veintidós (2022), instrumentado por el ministerial Epifanio Santana, Alguacil Ordinario del Juzgado de
la primera sala de la suprema corte de justicia, a requerimiento del señor Jesús Francisco Rosario
Paulino,, fue notificada la Sentencia civil núm. 132-2021-SCON-00653, de fecha treinta y un (31) días
del mes de agosto del año dos mil veintiuno (2021), relativa al expediente núm. 132-2019-ECON-
00967, dictada por la Primera Cámara Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito
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Judicial de Duarte, que mediante el presente acto se recurre en apelación al señor Juan Pablo Gabin
Rodríguez.

EN CUANTO A LA ADMISIBILIDAD DEL RECURSO DE APELACIÓN:

Atendido, que artículo 68 de la Constitución de la República, dispone: “Garantías de los derechos


fundamentales. La Constitución garantiza la efectividad de los derechos fundamentales, a través de los
mecanismos de tutela y protección, que ofrecen a la persona la posibilidad de obtener la satisfacción de
sus derechos, frente a los sujetos obligados o deudores de los mismos. Los derechos fundamentales
vinculan a todos los poderes públicos, los cuales deben garantizar su efectividad en los términos
establecidos por la presente Constitución y por la ley”.

Atendido, que artículo 69 de la Constitución de la República, dispone: que “Tutela judicial efectiva y
debido proceso. Toda persona, en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos, tiene derecho a
obtener la tutela judicial efectiva, con respeto del debido proceso que estará conformado por las
garantías mínimas entre la que se establecen: 9) Toda sentencia puede ser recurrida de conformidad
con la ley. El tribunal superior no podrá agravar la sanción impuesta cuando sólo la persona
condenada recurra la sentencia, y 10) Las normas del debido proceso se aplicarán a toda clase de
actuaciones judiciales y administrativas”

Atendido, que el artículo 443 del Código de Procedimiento Civil (Modificado por la Ley 845 del 15 de
julio de 1978), establece que “El término para apelar es de un mes tanto en materia civil como en
materia comercial. Cuando la sentencia sea contradictoria por aplicación de los artículos 149 y
siguientes, el término se contará desde el día de la notificación de la sentencia a la persona condenada o
a su representante o en el domicilio del primero. Cuando la sentencia no sea contradictoria ni se repute
contradictoria, el término se contará desde el día en que la oposición no sea admisible. El intimado
podrá, sin embargo, interponer apelación incidental en cualquier trámite del pleito y aun cuando hubiese
notificado la sentencia sin reserva”.

Atendido, que el artículo 130 de la Ley núm. 146-02 sobre Seguros y Fianzas de la República
Dominicana del 09 de septiembre de 2002, establece que, “Cuando el asegurador del vehículo o
remolque causante del accidente ha sido puesto en causa para que responda por los daños causados, los
recursos (ordinarios o extraordinarios) que interpongan el prevenido como el asegurado, beneficiarán a
ese asegurador y la sentencia que intervenga no podrá ser ejecutada hasta tanto se conozca del recurso
de que se trate. De igual manera, el recurso interpuesto por el asegurador es suspensivo de la ejecución
de la sentencia contra el prevenido y el asegurado, aun cuando estos no la hayan recurrido”.

Atendido, que el artículo 1033 del Código de Procedimiento Civil, Modificado por la Ley núm. 296 del
30 de mayo de 1940), establece entre otras cosas que, el día de la notificación y el del vencimiento no se
contarán en el término general fijado por los emplazamientos, las citaciones, intimaciones y otros actos
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hechos a persona o domicilio. Este término se aumentará de un día por cada treinta kilómetros de
distancia; y la misma regla se seguirá en todos los casos previstos, en materia civil o comercial, cuando
en virtud de leyes, decretos o reglamentos haya lugar a aumentar un término en razón de las distancias.
Las fracciones mayores de quince kilómetros aumentarán el término de un día, y las menores no se
contarán para el aumento, salvo el caso en que la única distancia existente, aunque menor de quince
kilómetros, sea mayor de ocho, en el cual dicha distancia aumentará el plazo de un día completo. Si
fuere feriado el último día de plazo, éste será prorrogado hasta el siguiente.

Atendido, que la sentencia objeto del recurso de apelación, fue notificada mediante el acto núm.
866/2022, de fecha once (11) del mes de junio del año dos mil veintidós (2022), instrumentado por el
ministerial Epifanio Santana, Alguacil Ordinario del Juzgado de la primera sala de la suprema corte de
justicia, a requerimiento del señor Jesús Francisco Rosario Paulino,, fue notificada la Sentencia civil
núm. 132-2021-SCON-00653, de fecha treinta y un (31) días del mes de agosto del año dos mil
veintiuno (2021), relativa al expediente núm. 132-2019-ECON-00967, dictada por la Primera Cámara
Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de Duarte, que mediante el
presente acto se recurre en apelación al señor Juan Pablo Gabin Rodríguez.

Atendido, que conforme a lo indicado más arriba procede en derecho Declarar bueno y válido en cuanto
a la forma el presente Recurso de Apelación interpuesto mediante el presente acto por el señor Juan
Pablo Gabin Rodríguez y la entidad Compañía Dominicana de Seguros, S.A., contra la Sentencia
civil núm. 132-2021-SCON-00653, de fecha treinta y un (31) días del mes de agosto del año dos mil
veintiuno (2021), relativa al expediente núm. 132-2019-ECON-00967, dictada por la Primera Cámara
Civil y Comercial del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Judicial de Duarte, la cual fue notificada
mediante el acto núm. 866/2022, de fecha once (11) del mes de junio del año dos mil veintidós (2022),
instrumentado por el ministerial Epifanio Santana, Alguacil Ordinario del Juzgado de la primera sala de
la suprema corte de justicia, por haber sido hecho en tiempo hábil, conforme a la ley al derecho y las
normas procesales vigentes.

MEDIOS, MOTIVOS FUNDAMENTOS DE HECHO Y DERECHO DEL PRESENTE


RECURSO DE APELACIÓN:

Atendido, que la Juez del tribunal a-quo en la Sentencia civil núm. 132-2021-SCON-00653, de fecha
treinta y un (31) días del mes de agosto del año dos mil veintiuno (2021), objeto del presente recurso,
incurrió en falta de motivación y desnaturalización de los hechos, ya que procedió infundadamente a
atribuirle la falta generadora del accidente al conductor demandado y ahora recurrente Juan Pablo
Gabin Rodríguez, de conducir de manera descuidada e imprudente, estando su vehículo parado para
hacer el giro y entrar al otro tramo de la avenida y es en momento en el cual es impactado por el
conductor demandante, exonerando la juez a-quo de falta y culpa al otro conductor de la motocicleta y
demandante el señor Jesús Francisco Rosario Paulino, fue quien irrumpió en la intersección ,inobservó
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también que el demandante no portaba licencia de conducir, por tanto no sabía conducir y no estaba
autorizado por la ley a conducir vehículos de motor en la vía pública en violación, a la ley 36-17, lo que
constituye un peligro público y por eso no se percató que el vehículo estaba parado para hacer el retorno
al otro carril y en ese patrón de falta de acción y negligencia fue exonerado por el simple hecho de que
este resultara con lesiones y por la simples declaraciones incoherente, imprecisa e inverosímil
desprovista de toda veracidad del testigo Francisco José Beato Paulino, de las cuales es imposible
atribuirle la falta y responsabilidad civil al conductor demandado pues quedo probado ante el tribunal
a-quo que el causante del accidente fue el conductor de la motocicleta demandante y ahora recurrido
quien impactó al conductor demandado y ahora recurrente.

Atendido, que la juez a-quo en una falta de motivación y desnaturalización de los hechos y medios de
pruebas documentales y testimonial al no otorgarle su verdadero sentido y alcance probatorio, le
atribuye erróneamente al conductor demandado y ahora recurrente el señor Juan Pablo Gabin
Rodríguez, del accidente endilgándole como falta generadora del accidente conducción imprudente, y
temeraria, pero resulta que la juez a-quo como todos fue imparcial y neutral al momento de fijar los
hechos, establecer la falta y la responsabilidad civil, debió tomar en cuenta y dejar reflejado en su
sentencia el patrón falta cometida por victima el conductor de la motocicleta quien conducía de manera
descuidada sin porta licencia de conducir, sin casco protesto por tanto no sabía conducir y no estaba
autorizado por la ley, pero no lo hizo y sólo se limitó a retener la falta al demandado para establecer la
condena.

Atendido, que de igual forma la juez del tribunal a-quo incurrió en violación a las disposiciones del
artículo 68 y 69 numerales 2, 3, 4, 6, 7 y 10 de la Constitución Dominicana, que consagra las garantías y
las reglas de los derechos fundamentales, del debido proceso y de la tutela judicial efectiva, al condenar
a la parte demandada el señor Juan Pablo Gabin Rodríguez, en la forma como lo hizo, en base a las
declaraciones del testigo incoherente, imprecisa e inverosímil desprovista de toda veracidad, cuyo texto
constitucional dispone y establece que, toda persona, en el ejercicio de sus derechos e intereses
legítimos, tiene derecho a obtener la tutela judicial efectiva, con respeto del debido proceso que estará
conformado por las garantías mínimas, por tanto, toda persona sometida a la acción judicial tiene
derecho a ser oída por una jurisdicción competente, independiente e imparcial, a que se presuma su
inocencia y a ser tratada como tal, mientras no se haya declarado su culpabilidad por sentencia
irrevocable, además tiene derecho a un juicio público, oral y contradictorio, en plena igualdad y con
respeto al derecho de defensa, pues nadie puede ser obligado a declarar contra sí mismo, y ninguna
persona puede ser juzgada sino conforme a leyes preexistentes al acto que se le imputa, ante juez o
tribunal competente y con observancia de la plenitud de las formalidades propias de cada juicio, donde
las normas del debido proceso se aplicarán a toda clase de actuaciones judiciales y administrativas.

Atendido, que la sentencia objeto del presente recurso, la juez a-quo solo se basó en el testimonio
incoherente de Francisco José Beato Paulino, para erróneamente en un error en la determinación de
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los hechos atribuirle al conductor demandado la falta generadora del hecho al establecer de manera
infundada que, el accidente fue causado por la conducción descuidada e imprudente del señor Juan
Pablo Gabin Rodríguez, sin embargo, contrario a lo establecido por la juez a-quo el conductor
demandante Jesús Francisco Rosario Paulino, en sus propias declaraciones en su exponencia ante el
plenario en su comparecencia personal, manifestó que el conductor demandado iba para la salida de
Tenares, cuando el dio el giro en la entrada frente a de Boss, es cuando el demandante manifestó que
impacta manifestado el con su propia palabras es decir él está consiente que no pudo evitar frenar la
motocicleta, y supuestamente dice que no lo vio debido a la alta, velocidad, sin darle tiempo a evadirlo a
que este conducía su motocicleta, lo que evidencia que la juez a-quo incurrió en desnaturalización de los
hechos y en falta de motivación, según la motivación establecida en el numeral 19 de la página 17 de la
sentencia objeto del recurso.

Atendido, que la juez del tribunal a-quo incurrió en falta de motivación de su sentencia y en
desnaturalización de los hechos de la causa, ya que el accidente de tránsito ocurrió en una vía pública
entre dos vehículos que se desplazaban en la vía pública maniobrados y conducidos por sus conductores
y la conducta imprudente del conductor de la motocicleta el señor Jesús Francisco Rosario Paulino,
quien conducía, sin licencia de conducir, y sin la debida autorización de ley lo que indica que no estaba
autorizado a conducir vehículo de motor en la vía pública, constituyendo una falta y la causa eficiente y
determinante del accidente y que revela la realidad de los hechos que originaron el accidente, donde el
tribunal a-quo debió evaluar adecuadamente dicha conducta para establecer la falta, las implicaciones de
la relación causa y efecto, y la responsabilidad eficaz, lo que no hizo, incurriendo en desnaturalización
de los hechos.

Atendido, que en la sentencia objeto del presente recurso, la juez a-quo incurrió en violación a las
disposiciones del artículo 141 del Código de Procedimiento Civil, al no contener una exposición sumaria
de los fundamentos de hecho y de derecho que justifiquen la condena establecida en el dispositivo en
falta de motivación y desnaturalización de los hechos y medios de pruebas, al acoger la demanda en la
forma como lo hizo sin antes establecer los textos legales en los cuales encontró porte jurídico su
decisión en una franca violación al principio de legalidad, así como tampoco estableció bajo cual
régimen de la responsabilidad civil fundamento de la responsabilidad civil establecida en su sentencia,
pues teniendo la demanda su origen en accidente de tránsito entre vehículos de motor que se reputa y
conocer como un delito correccional por aplicación directa de las disposiciones del artículo 128 de la
Ley núm. 146-02, sobre Seguros y Fianzas de la República Dominicana, del de fecha 9 de septiembre
del 2002, no dejó claramente establecido bajo cuales de los regímenes de la responsabilidad civil
instituida en los artículos 1382, 183 y 1384 del Código Civil Dominicano, resolvió la demanda puesta a
su consideración, pues no estableció ni dejo claro si lo hizo por el hecho personal, por el hecho del otro
por el hecho de la cosa del cual se debe responder o por el hecho de la cosa inanimada, configurando en
la sentencia apelada una ambivalencia y una ambigüedad, según las motivaciones infundadas y
erróneas establecidas en sentencia objeto del recurso, lo que hizo en una falta de motivación, violación
al debido proceso y en una arbitrariedad con la ley.

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Atendido, que en la Sentencia dictada por el tribunal a-quo, objeto del presente recurso, el juez a-quo
incurrió en violación a las disposiciones del artículo 141 del Código de Procedimiento Civil, por la falta
de motivación y desnaturalización de los hechos sobre lo cual el juez a-quo aplicó incorrectamente la ley
al no contener su sentencia motivación razonada convincente con los puntos de hecho y derecho con los
fundamentos claros y precisos en los cuales encontró apoyo y soporte jurídico para condenar a la parte
demandada y ahora recurrente señor Juan Pablo Gabin Rodríguez, al pago de la arbitraria, exorbitante,
excesiva y desproporcional indemnización por la suma de Trescientos Mil Pesos Dominicanos
(RD$300,000.00) a favor del señor Jesús Francisco Rosario Paulino, por los daños físicos padecidos a
causa del accidente de tránsito en el cual el demandante sufrió lesión temporal, con una incapacidad de
ciento ochenta (180) días, y no tienen lesión permanente ni perdieron ninguna de sus extremidades, ni
quedaron imposibilitados de dedicarse a sus valores habituales y de proveerse de su sustento, según
certificado médico de fecha 12/11/20218, donde la juez a-quo aprobó la exagerada indemnización, que
constituyen una fuente de enriquecimiento ilícito a su favor porque la misma está apartada de los
principios de la racionalidad, razonabilidad y proporcionalidad, ya que las indemnizaciones deben ser
proporcional a la gravedad y magnitud de falta cometida por la víctima y cuando son una consecuencia
directa de la falta que comete la víctima y la indemnización aprobada en una desnaturalización de los
hechos por la juez a-quo no tiene armonía entre la motivaciones establecidas y lo plasmado en el
dispositivo o fallo, ya que la juez a-quo estableció una condena desproporcional e injusta al disponer en
su ordinal segundo que condena a la parte demandada al señor Juan pablo Gabin Rodríguez, a pagar la
suma de trescientos mil pesos (RD$300,000.00) por los daños físicos y morales recibidos, donde la juez
a-quo no deja claramente establecido si la indemnización por los daños económicos demostrados de
RD$300,000.00 por daños físicos morales, lo que denota una falta de motivación y desnaturalización.

Atendido, que la juez a-quo en una violación a las disposiciones del artículo 141 del Código de
Procedimiento Civil, por la falta de motivación clara y precisa respecto a la automatización del monto de
la indemnización establecido por el tribunal a-quo, desbordando el poder soberano y discrecional de que
gozan los jueces del fondo en la apreciación del contenido probatorio de los medios de pruebas para
establecer los hechos cualitativos y cuantitativos para fijar la cuantía del monto reclamado,
constituyendo los hechos más allá de lo que son en una desnaturalización benefició a los demandantes
Jesús Francisco Rosario Paulino, con indemnización excesiva por los daños físicos padecidos, más
allá del contenido probatorio y en una arbitrariedad con la ley, sobre los cuales el demandante no aporto
prueba ni la suma de dinero que dejaron de percibir; que de igual forma la juez del tribunal a-quo no
estableció la forma y no estableció las circunstancias que rodearon el hecho y su circunstancias que dio
lugar a la condena indemnizatoria arbitraria, por lo que, la decisión de la juez del tribunal a-quo,
conforme al derecho es errónea por desnaturalización de los hechos de la causa y carente de motivación
y fundamentación, donde la juez no estableció claramente cuál de los conductores cometió el ilícito
penal o violación a la ley 63-17, de Movilidad, Transporte Terrestre, Transito y Seguridad Vial y solo se
limitó a establecer consideraciones de hecho conforme las motivaciones establecidas en su sentencia, de
que verifico la falta cometida por el conductor del vehículo, el perjuicio sufrido por el demandantes y la
relación de causa y efecto vínculo de causalidad entre la falta, pero no explico en su sentencia las
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implicaciones reales del accidente para llegar a la conclusión de retener la falta, e imponer la
indemnización desproporcional en una arbitrariedad con la ley, por lo que, habiendo ocurrido el
accidente de tránsito en una vía pública en las circunstancias establecida en el acta policial de tránsito, la
conducta imprudente del demandante revela la realidad de los hechos que originaron el accidente, donde
el tribunal a-quo debió evaluar adecuadamente la conducta del conductor demandante y para establecer
con certeza la falta, la responsabilidad eficaz, lo que no hizo la juez del tribunal a-quo, lo que da lugar a
la revocación de la sentencia.

Atendido, que la juez del tribunal a-quo ha incurrido en una incongruente y contradicción de motivos en
la motivación de la sentencia, la parte dispositiva de la misma y con sentencia de principio
jurisprudencial de la Suprema Corte de Justicia, al fundamental la decisión en hechos irreales e inciertos,
que en el caso que nos ocupa la juez del tribunal a-quo no estableció los textos legales aplicable al caso
en los cuales encontró fundamento su decisión, no estableció de manera clara y precisa en que consistió
la falta real eficaz en violación a la Ley núm. 63-17, de Movilidad, Transporte Terrestre, Transito y
Seguridad Vial del 24 de febrero del 2017, cometida por el conductor demandando ahora recurrente, no
estableció de manera inequívoca la relación de causa y efecto para retener responsabilidad civil, no
estableció cuál de los conductores tenía el derecho de preferencia en la vía pública, lo que revela que el
tribunal no evaluó de manera independiente y adecuadamente la conducta de cada uno de los
conductores involucrados en el accidente de tránsito, que es la forma idónea de determinar
responsabilidad civil, ni estableció si la conducta del demandante el conductor de la motocicleta, tuvo
alguna incidencia para que se produzca la colisión, ya que el hecho de que el demandante haya recibido
daños del accidente no libera a dicho conductor ni lo exime de su falta, no lo libera de la inobservancia a
las reglas y leyes de tránsito, ni de la imprudencia y falta exclusiva cometida por éste.

Atendido, que la sentencia impugnada, también carece de motivación, fundamentación y consideración


racional de las pruebas valoradas, toda vez que en el caso de la especie, el hecho que dio origen a la
demanda sobre la cual el tribunal a-quo emitió la decisión apelada, nace de un ilícito penal, de una
violación a la ley 63-17, de Movilidad, Transporte Terrestre, Transito y Seguridad Vial de la República
Dominicana, del 24 de febrero del 2017, cuyos vehículos estaban en movimiento en la vía pública, bajo
el dominio y control de sus respectivos conductores, cuya responsabilidad que se caracteriza es la
personal por el hecho del hombre, donde la falta no se presume, sino que la misma debe ser probada por
quien alega haber recibido el daño, donde en este caso, el demandantes, estaban en la obligación de
probar la falta penal cometida por el demandado recurrente.

Atendido, que la juez del tribunal a-quo en su sentencia incurrió en contradicción y en contraposición
con la sentencia núm. 22, de fecha 17 de febrero del 2010, B. J. 1191, de la Suprema Corte de Justicia,
que es fuente de jurisprudencia nacional, que obliga a los jueces del orden jurisdiccional apoderado del
conocimiento de los hechos, en materia de accidente de tránsito, a ponderar y tomar en consideración si
las partes envueltas en la colisión han observado las obligaciones que la ley pone a su cargo a fin de
estar en condiciones de recorrer las vías públicas del país con la debida seguridad, sentencia mediante la
cual la Suprema Corte de Justicia estableció: “que el tribunal apoderado del conocimiento de los
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hechos, en materia de accidente de tránsito, debe ponderar y tomar en consideración si las partes
envueltas en la colisión de que se trate, han observado las obligaciones que la ley pone a su cargo a fin
de estar en condiciones de recorrer las vías públicas del país con la debida seguridad, tales como ser
titular de licencia para conducir, circular en un vehículo provisto de placa, contar con el seguro de ley
obligatorio, transitar en un vehículo dotado de luces, y en el caso de los motociclistas, usar el casco
protector (sentencia No. 22, de fecha 17 de Febrero del 2010, B. J. 1191).

Atendido, que de igual forma la juez del tribunal a-quo en su sentencia incurrió en contradicción y en
contraposición con la sentencia de fecha 02 de septiembre del 2009, de la Suprema Corte de Justicia,
que es fuente de jurisprudencia nacional, por ser la sentencia del tribunal a-quo arbitraria con la ley y la
jurisprudencia, al establecer la monstruosa, exorbitante, excesiva, descomunal y desproporcional
indemnización no sostenida con el hecho juzgado y acreditado en justicia, ya que mediante la indicada
sentencia la Suprema Corte de Justicia estableció, “que si bien es cierto, en principio, que los jueces del
fondo tienen un poder soberano para establecer los hechos constitutivos del daño y fijar su cuantía, no
menos cierto, que ese poder no puede ser tan absoluto que llegue a consagrar una iniquidad o
arbitrariedad y sin que las mismas puedan ser objeto de críticas por parte de la Suprema Corte de
Justicia, y como ámbito de ese poder discrecional que tienen los jueces, se ha consagrado que las
indemnizaciones deben ser razonables en cuanto a la magnitud de la falta cometida, y proporcionales
con relación a la magnitud del daño recibido; que a juicio de esta Cámara Penal de la Suprema Corte
de Justicia, el monto indemnizatorio acordado por la Corte a-qua en provecho de los actores civiles, no
reúne los parámetros de proporcionalidad, por lo que procede acoger dicho aspecto (Sentencia
Suprema Corte de Justicia de fecha 2 de septiembre de 2009)”.

Atendido, que la juez del tribunala-quo incurrió en contradicción con lo establecido en la Sentencia de
fecha 17 de octubre de 2012 de la Suprema Corte de Justicia, fuente de jurisprudencia, al contener
desnaturalizan de los hechos sometido a su competencia y consideración por la falta de motivación de la
sentencia objeto del recurso al no contener una explicación suficiente con una exposición sumaria,
concisa y precisa de los puntos de hecho y de derecho con sus fundamentos claro, en una contrariedad
con la ley y al no referirse a la falta exclusiva y violación a la cometida por la víctima y conductora de
la motocicleta, Sentencia Suprema Corte de Justicia, que en cuanto a la motivación de la sentencia
estableció que, “la ausencia de motivación cierta y valedera convierte la sentencia en un acto
infundado e inexistente, que produce en los justiciables un estado de indefensión, por efecto de la
ausencia de razones y criterios que puedan ser discutidos de contrario, de ahí que, la decisión del
tribunal a-quo objeto del recurso de apelación no encuentra sustento en el hecho sucedido y sometido a
la consideración del tribunal a-qua que aplicó incorrectamente la ley, toda vez que en la Litis,
constituyendo la misma en una arbitrariedad, dado que no se explica en la misma los argumentos
demostrativos de su legalidad, lo que también constituye una desnaturalización de los hechos de la causa
al no darle su verdadero sentido y alcance a los medios de pruebas sometidos a su competencia y
desnaturalizar lo mismo”.

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Atendido, que de igual forma la sentencia de la juez del tribunal a-quo es contraria y contradictoria a la
Sentencia de fecha 17 de octubre de 2012, que es jurisprudencia, de la Suprema Corte de Justicia por la
ausencia de motivación cierta valedera que la rustiquen, mediante la cual la Suprema Corte de Justica,
en cuanto a la motivación de la sentencia estableció, “que la simple lectura del fallo impugnado, pone
de relieve que el mismo adolece de falta o ausencia de motivos, lo que constituye una flagrante y
desnuda violación al artículo 141 del Código de Procedimiento Civil, el cual exige para la redacción de
las sentencias, la observación de determinadas menciones consideradas sustanciales, esto es, los
fundamentos de hecho y de derecho que le sirvan de sustentación, así como las circunstancias que han
dado origen al proceso; que finalmente, y a título de cierre conceptual, es preciso destacar, que la
ausencia de motivación cierta y valedera convierte la sentencia en un acto infundado e inexistente, que
produce en los justiciables un estado de indefensión, por efecto de la ausencia de razones y criterios
que puedan ser discutidos de contrario, por lo que procede, de oficio, casar la decisión bajo examen
por violación al artículo 141 del Código de Procedimiento Civil (sic)”, Sentencia de fecha 17 de
Octubre de 2012”-.

Atendido, que la sentencia de la juez del tribunal a-quo al carecer de motivación justificada en hecho y
derecho mediante una clara y precisa fundamentación, también entra en contradicción con la Sentencia
núm. 18, del 20 de octubre del año 1998, de la Suprema Corte de Justicia que ha establecido
constantemente que la motivación de la sentencia constituyendo uno de los postulados del debido
proceso, la que sólo puede ser lograda cuando se incluya una valoración adecuada de las pruebas
conforme a las reglas de la sana critica, lo que fortalece la seguridad jurídica a que aspiran disfrutar los
ciudadanos de manera objetiva, y en consecuencia mediante la sentencia indicada estableció: “la
motivación de la sentencia es la fuente de legitimación del juez y de su decisión, permite que la decisión
pueda ser objetivamente valorada y criticada, garantiza contra el perjuicio y la arbitrariedad, muestra
los fundamentos de la decisión judicial, facilita del control jurisdiccional en ocasión del recurso; en
vista de la conclusión de una controversia judicial se logra mediante sentencia justa, para lo cual se
impone a cada juez, incluso con opinión disidente, la obligación de justificar los medios de convicción
en que la sustenta; constituyendo uno de los postulados del debido proceso, la que sólo puede ser
lograda cuando se incluya una valoración adecuada de las pruebas conforme a las reglas de la sana
critica, lo que fortalece la seguridad jurídica a que aspiran disfrutar los ciudadanos de manera
objetiva. Sentencia S.C.J. No. 18, del 20 de octubre del año 1998.

EN CUANTO A LA RECURRENTE COMPAÑÍA DOMINICANA DE SEGUROS, S. A-,

Atendido, A que la juez del tribunal a-quo incurrió en falta de motivación, en contradicción y en
inobservancia, errónea aplicación e interpretación de las disposiciones de los artículos 131 y 133 de la
Ley núm. 146-02, Sobre Seguros y Fianzas de la República Dominicana, al declarar la sentencia común,
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oponible y ejecutable, dentro de los límites del riesgo asegurado, en una trilogía de conceptualización
en la forma establecida el ordinal Segundo de la sentencia objeto del recurso en contradicción entre la
motivación establecida en los numerales 13 de la página, 15, de la sentencia, establece oponibilidad
hasta el monto que alcance la póliza contratada y al mismo tiempo hace acopio de la norma legal del
artículo 133 de la Ley núm. 146-02, Sobre Seguros y Fianzas de la República Dominicana, el cual
transcribió en su sentencia, dando por establecido única y exclusivamente la oponibilidad dentro de los
límites de la póliza, pero en la parte dispositiva estableció lo contrario en una contradicción con lo
establecido en la ley y erróneamente utilizó las terminologías ambiguas “común y ejecutoria” que están
expresamente prohibida por la ley y que no están establecida por la ley de Seguros y Fianzas que es
una ley especial y por tanto, dicha terminología empleada de manera errónea deben ser excluidas de la
sentencia porque no están permitida ni establecida por la ley que regula la entidad aseguradora
recurrente, ya que la propia ley 146-02 sobre Seguros y Fianzas sólo manda a la juez a-quo por el propio
imperio de la ley a establecer pura y simplemente la oponibilidad de la sentencia dentro de los límites de
la póliza emitida por el asegurador, y no como lo hizo erróneamente la juez a-quo.

Atendido, que la juez del tribunal a-quo al declarar la sentencia común, oponible y ejecutable, dentro d
los límites del riesgo asegurado, a la aseguradora recurrente, excluyó de sus sentencia la verdadera
terminología establecida “dentro de los límites de la póliza” e incurrió en inobservancia, errónea
aplicación e interpretación de las disposiciones del artículo 133 de la citada Ley núm. 146-02, sobre
Seguros y Fianzas, que expresa de manera taxativa que las condenaciones pronunciadas por una
sentencia solamente pueden ser declaradas oponibles al asegurador, dentro de los límites de la póliza,
pero nunca puede haber una condenación directa en contra del asegurador, salvo el caso que se
considere que éste ha actuado en su propio y único interés, como cuando niegue la existencia de la
póliza, sus límites o pura y simplemente niegue que el riesgo se encuentra cubierto. En ninguno de estos
casos la sentencia contra el asegurador podrá exceder los límites de la póliza.

Atendido, que la juez del tribunal a-quo, incurrió en falta de motivación y en inobservancia, errónea
aplicación e interpretación del artículo 131 de Ley 146-02, sobre seguros y Fianzas del 09 de septiembre
del 2002, el cual dispone y establece que, el asegurador sólo estará obligado a hacer pagos con cargo a la
póliza cuando se le notifique una sentencia judicial con autoridad de la cosa irrevocablemente juzgada
que condene al asegurado a una indemnización por lesiones o daños causados por el vehículo de motor o
remolque accidentado y por las costas judiciales debidamente liquidadas, y siempre con la condición de
que el asegurador haya sido puesto en causa mediante acto de alguacil en el proceso que hubiere dado
lugar a la sentencia por el asegurado o por los terceros lesionados; en cuyo párrafo el citado texto legal
el legislador le otorga calidad al asegurador para alegar en justicia todo cuanto tienda a disminuir el
monto de los daños reclamados, así como la no existencia de la responsabilidad del asegurado o la no
existencia de su propia responsabilidad, lo que da lugar a la revocación de la sentencia impugnada.

Atendido, que la juez del tribunal a-quo citó en su sentencia las disposiciones del articulo 133 antes
citado que forman parte de ley 146-02, sobre Seguros y Fianzas que rige la materia en el caso de la
especie, pero lo inobservó al no establecer en su sentencia la debida motivación y fundamentación clara
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y precisa, en la cuales encontró fundamento para fallar la sentencia en la forma como lo hizo en
contradicción con la ley y en contraposición con sentencia jurisprudenciales constante de la Suprema
Corte de Justicia que ha establecido de manera reiterada que la sentencia solo pueden ser declarada
oponible a la aseguradora dentro de los límites de la paliza contratada.

Atendido, que la sentencia de la juez del tribunal a-quo al utilizar y emplear en la misma la dualidad de
conceptualización y terminologías ambiguas “común y ejecutoria”, no permitida ni establecida por la
ley 146-02, sobre Seguros y Fianzas que regula la materia y las entidades aseguradora que es una ley
especial, entra en contradicción y en contraposición con la sentencia núm. 295 de fecha veinticuatro (24)
de abril del año dos mil diecisiete (2017) y la Sentencia núm. 2252, de fecha diecinueve (19) de
diciembre del año dos mil dieciocho (2018), dictada por la Segunda Sala de la Suprema Corte de
Justicia, al emplear dichas terminologías ambiguas, sentencias mediante las cuales la Segunda Sala de
la Suprema Corte de Justicia estableció lo siguiente: Sentencia 295 de fecha 24 de abril del año 2017
“que en cuanto al argumento invocado por los recurrentes, relativo a la terminología utilizada por el
tribunal en cuanto a la condenación común, oponible y ejecutable la decisión en cuanto a la póliza de
seguro, el examen de la decisión impugnada pone de manifiesto que ciertamente en el ordinal sexto de
la sentencia recurrida, la Corte a-qua condena a Dominicana de Seguros, C. por A., hasta el límite de
la cobertura de la póliza, incurriendo en este sentido en inobservancia del artículo 133 de la Ley núm.
146-02, el cual establece “Las condiciones pronunciadas por una sentencia solamente pueden ser
declaradas oponibles al asegurador, dentro de los límites de la póliza, pero nunca puede hacer una
condenación directa en contra del asegurador…”; quedando así precisado que las compañías
aseguradoras de vehículos de motor solo le pueden ser oponibles las sentencias, al ser puestas en
causa”.

Y de igual modo mediante la Sentencia civil núm. 132-2021-SCON-00653, de fecha treinta y un (31) días del mes
de agosto del año dos mil veintiuno (2021), estableció lo siguiente: “Considerando, que sobre el extremo
del argumento expuesto en el segundo aspecto del presente medio y lo desarrollado en su tercer motivo
de casación, analizados en conjunto por su similitud, la recurrente invocó lo relativo a la terminología
utilizada por el tribunal de sentencia en torno a la condenación común y oponible la decisión, en
cuanto a la póliza de seguro, el examen de la decisión impugnada pone de manifiesto que ciertamente
en el ordinal noveno de la sentencia de juicio, condena a Dominicana de Seguros, S. R. L., hasta el
monto de la cobertura de la póliza, incurriendo en este sentido en inobservancia del artículo 133 de la
Ley núm. 146-02, el cual establece “Las condenaciones pronunciadas por una sentencia solamente
pueden ser declaradas oponibles al asegurador, dentro de los límites de la póliza, pero nunca puede
hacer una condenación directa en contra del asegurador…”; quedando así precisado que las
compañías aseguradoras de vehículos de motor solo le pueden ser oponibles las sentencias, al ser
puestas en causa; en consecuencia, comprobada la pertinencia del vicio denunciado, por economía
procesal y en atención a las disposiciones del artículo 427.2.a del Código Procesal Penal, esta Segunda
Sala de la Suprema Corte de Justicia, actuando como Corte de Casación, procederá a dictar
directamente la sentencia del caso, bajo el entendido de que se trata de un aspecto que no invalida lo
decidido por la Corte a-qua respecto a lo ante ella reprochado, procede acoger este alegato y casar ese

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aspecto de la decisión, por vía de supresión y sin envío, excluyendo directamente las terminologías de
“común” de las mismas;

Atendido, que en ese orden, la Suprema Corte de Justicia mediante Sentencia de fecha 17 de Octubre
de 2012, que es jurisprudencia, en cuanto a la motivación de la sentencia estableció, “que la ausencia de
motivación cierta y valedera convierte la sentencia en un acto infundado e inexistente, que produce en
los justiciables un estado de indefensión, por efecto de la ausencia de razones y criterios que puedan ser
discutidos de contrario, por lo que procede, de oficio, casar la decisión bajo examen por violación al
artículo 141 del Código de Procedimiento Civil”, Sentencia de fecha 17 de Octubre de 2012.

Atendido, que la juez del tribunal a-quo incurrió en falta de motivación y en contradicción de motivos al
condenar al demandado Juan Pablo Gabin Rodríguez, al pago de las costas del procedimiento, lo que
da lugar a que en derecho que la Corte revoque en todas sus partes el ordinal quinto de la sentencia
objeto del recurso que condena al demandado ahora recurrente al pago de las costas del procedimiento
en distracción a favor del abogado de la parte demandante, toda vez que la parte demandante sucumbió
en varios puntos de su demanda y pretensiones, cuyas pretensiones de la parte demandante ahora
recurrida, en parte fueron rechazada, tal y como consta en la sentencia objeto del recurso.

Atendido, que la sentencia impugnada, tal y como se puede comprobar con los documentos a que ella
se refiere y las motivaciones que sirvió como base para sustentar y motivar la decisión, las aseveraciones
que hace la juez del tribunal a-quo en la misma no están sustentada en derecho probado, ni pruebas
fehacientes certificantes, por lo que la sentencia objeto del recurso es manifiestamente infundada, y debe
ser revocada en todas sus partes por improcedente, carente de motivación, fundamentos, pruebas y base
legal que la sustente, y por ser violatoria a las disposiciones del artículos artículo 141 del Código de
Procedimiento Civil, y por vía de consecuencia, declarar inadmisible la presente demanda por todos los
motivos expuestos en el presente recurso y en caso contrario, Rechazar en todas sus partes la Demanda
en Reparación de Daños y Perjuicios de que se trata, incoada por el señor Jesús Francisco Rosario
Paulino, mediante el acto núm.615-2019, de fecha cuatro (04) del mes octubre del año dos mil
diecinueve (2019), instrumentado por la ministerial Lic. Epifanio Santana, Alguacil Ordinario de la
Corte de apelación del distrito judicial de Santiago en contra del señor Juan Pablo Gabin Rodríguez,
con oponibilidad de la sentencia a intervenir a la entidad aseguradora Compañía Dominicana de
Seguros, S.R.L., por improcedente, mal fundada, carente de prueba y base legal que la sustente, por no
haber probado la falta proveniente de un ilícito penal o violación de la ley 63-17 sobre tránsito de
vehículos de motor cometida por el demandado, ni los hechos alegados en justicia y toda vez que todo
accidente de vehículo de motor o remolque se reputa como delito correccional por aplicación del
artículo 128 de la Ley núm. 146-02, sobre Seguros y Fianzas de la República Dominicana, de fecha 09
de septiembre 2002, que unificado con la ley 63-17, sobre tránsito de vehículos de motor establecen que
para su conocimiento y determinación de la falta requerirá la competencia establecida por la ley sobre
tránsito de vehículos, y siendo su competencia de origen el Juzgado de Paz Especial de Transito o
Juzgado de Paz Ordinario el cual en este caso se archivó de manera definitiva en fecha 26/09/2018,
distada por el juzgado de primera instancia del Distrito Judicial de Duarte, que condene al demandado
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por violación a la ley 63-17 sobre tránsito de vehículos de motor, para que el tribunal civil pueda retener
falta civil, lo que no fue probado por el demandante, por tanto, no puede haber responsabilidad civil si
no existe falta penal probada, y mucho más aún cuando la demanda lanzada por la parte demandante
ahora recurrida, no está basada en documentos y pruebas que demuestren lícitamente su procedencia, y
por los demás motivos y fundamentos expuestos y desarrollados ampliamente en el cuerpo del presente
acto como medios y fundamentos del recurso.

Atendido, que el artículo 456 del Código de Procedimiento Civil, establece que, “El acto de apelación
contendrá emplazamiento en los términos de la ley a la persona intimada, y deberá notificarse a dicha
persona o en su domicilio, bajo pena de nulidad”. -

Atendido, que el artículo 131 de la Ley núm. 146-02 sobre Seguros y Fianzas de la República
Dominicana del 09 de septiembre de 2002, establece que, “el asegurador sólo estará obligado a hacer
pagos con cargo a la póliza cuando se le notifique una sentencia judicial con autoridad de la cosa
irrevocablemente juzgada que condene al asegurado a una indemnización por lesiones o daños causados
por el vehículo de motor o remolque accidentado y por las costas judiciales debidamente liquidadas, y
siempre con la condición de que el asegurador haya sido puesto en causa mediante acto de alguacil en el
proceso que hubiere dado lugar a la sentencia por el asegurado o por los terceros lesionados.

Párrafo. -El asegurador tendrá calidad para alegar en justicia todo cuanto tienda a disminuir el monto de
los daños reclamados, así como la no existencia de la responsabilidad del asegurado o la no existencia de
su propia responsabilidad”.

Atendido, que el artículo133 de la Ley núm.146-02 sobre Seguros y Fianzas de la República


Dominicana del 09 de septiembre de 2002, establece que, “las condenaciones pronunciadas por una
sentencia solamente pueden ser declaradas oponibles al asegurador, dentro de los límites de la póliza,
salvo el caso que se considere que éste ha actuado en su propio y único interés, como cuando niegue la
existencia de la póliza, sus límites o pura y simplemente niegue que el riesgo se encuentra cubierto. En
ninguno de estos casos la sentencia contra el asegurador podrá exceder los límites de la póliza.”

Atendido, que por aplicación de los artículos 130 y 133 del Código de Procedimiento Civil, toda parte
que sucumba en Justicia, deberá ser condenada al pago de las costas del procedimiento, razón por la cual
solicitamos condenar a el señor Jesús Francisco Rosario Paulino, al pago de las Costas del
procedimiento con distracción de la misma a favor y provecho de los abogados concluyente, Dr. Jorge
N. Matos Vásquez, y el Licdo. Clemente Familia Sánchez.

Por todas las razones expuestas y las que se alegarán en tiempo y lugar oportuno, la que los jueces
sabrán suplir de oficio por su amplio conocimiento de la materia y su elevado espíritu de justicia, Oiga
mi requerido el señor Jesús Francisco Rosario Paulino, a mis requerientes recurrentes en Apelación el

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señor Juan Pablo Gabin Rodríguez y la entidad aseguradora Compañía Dominicana de Seguros, S.
R. L., pedir en el presente recurso de apelación y a la Corte apoderada:

F A L L A R:

PRIMERO: Declarar bueno y válido en cuanto a la forma el presente Recurso de Apelación


interpuesto mediante el presente acto por el señor Juan Pablo Gabin Rodríguez y la entidad
Compañía Dominicana de Seguros, S. R. L., contra la Sentencia civil núm. 132-2021-SCON-00653,
de fecha treinta y un (31) días del mes de agosto del año dos mil veintiuno (2021), relativa al expediente
núm. 132-2019-ECON-00967, dictada por la Primera Cámara Civil y Comercial del Juzgado de Primera
Instancia del Distrito Judicial de Duarte, notificada mediante el acto núm. 866/2022, de fecha once (11)
del mes de junio del año dos mil veintidós (2022), instrumentado por el ministerial Epifanio Santana,
Alguacil Ordinario del Juzgado de la primera sala de la suprema corte de justicia, a requerimiento del
señor Jesús Francisco Rosario Paulino.

SEGUNDO: ANULAR en toda sus partes la Sentencia civil núm. 132-2021-SCON-00653, de fecha
treinta y un (31) días del mes de agosto del año dos mil veintiuno (2021), relativa al expediente núm.
132-2019-ECON-00967, dictada por la Primera Cámara Civil y Comercial del Juzgado de Primera
Instancia del Distrito Judicial de Duarte, dictada por el tribunal a-quo, objeto del recuro, por ser la
misma a toda luz del derecho, improcedente, mal fundada, carente de motivación, fundamentos, pruebas
y base legal que la sustente, por existir en la misma una congruente contradicción de motivo entre la
motivación de la sentencia y lo decidido y establecido en la parte dispositiva o fallo y por ser
contradictoria con la ley y la jurisprudencia constante de la Suprema Corte de Justicia, y contener
desnaturalización de la esencia del proceso, de los hechos de la causa y de los medios de pruebas
sometidos al escrutinio y consideración de la juez del tribunal a-quo por la falta de motivación cierta y
valedera al no darle la juez del tribunal a-quo su verdadero alcance y sentido probatorio, y darle un
valor probatorio que no tienen, desvirtuado a la realidad de los hechos, por ser violatoria a la ley, así
como voltaria a la disposiciones del articulo 141 del Código de Procedimiento Civil, que impone al juez
la obligación de motivar la sentencia, violatoria a los artículos 40 numerales 14 y 15, 68 y 69 numerales
2, 3, 4, 6, 7 y 10 de la Constitución Dominicana.

TERCERO: Subsidiariamente y sin renunciar a las conclusiones anteriores, para el hipotético caso de
que la sentencia no sea anulada, la Corte por autoridad de la Ley, REVOQUE en todas sus partes la
Sentencia civil núm. 132-2021-SCON-00653, de fecha treinta y un (31) días del mes de agosto del año
dos mil veintiuno (2021), relativa al expediente núm. 132-2019-ECON-00967, dictada por el tribunal a-
quo, y en sus ordinales primero, segundo, tercero y quinto por ser la misma a toda luz del derecho,
improcedente, mal fundada, carente de motivación, fundamentos, pruebas y base legal que la sustente,
por existir en la misma una congruente contradicción de motivo entre la motivación de la sentencia y lo

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decidido y establecido en la parte dispositiva o fallo, contener desnaturalización de los hechos de la
causa por la falta de motivación cierta y valedera al no darle la juez del tribunal a-quo su verdadero
alcance y sentido probatorio, al desvirtuar a la realidad de los hechos, y por ser contradictoria con la ley
y la jurisprudencia nacional constante de la Suprema Corte de Justicia, entre ella con la sentencia de
fecha 02 de septiembre del 2009, sentencia núm. 22, de fecha 17 de Febrero del 2010, B. J. 1191,
sentencia de fecha sentencia 17 de octubre de 2012 sobre la motivación, sentencia de fecha 19 de
septiembre del año 2012, indicadas todas en el desarrollo del recurso de apelación y contener la
desnaturalización de los hechos de la causa por la falta de motivación al no darle la juez del tribunal a-
quo su verdadero alcance y sentido probatorio que no tiene, desvirtuando a la realidad de los hechos,
violatorias a la disposiciones del artículo 141 del Código de Procedimiento Civil, por la falta de
motivación cierta y valedera y toda vez que la juez a-qua en una insuficiencia de pruebas condenó a la
parte demandada el señor Juan Pablo Gabin Rodríguez , al pago de una indemnizaciones arbitraria,
exorbitante, excesiva y desproporcional por la suma de Trescientos Mil Pesos (RD$300,000.00) por
daños y perjuicios a favor de Jesús Francisco Rosario Paulino, en una desnaturalización de los hechos
por la juez a-quo que no tiene armonía entre la motivaciones establecidas y lo plasmado en el dispositivo
o fallo, ya que la juez a-quo estableció una indemnización pero no deja claramente establecido su
justificación plena, lo que denota una falta de motivación y desnaturalización donde la ha condenado al
demandado en una aberración ya que la indemnización establecida no tiene sustento en los principios de
razonabilidad, racionalidad, proporcionalidad y de reparación integral con el hecho juzgado en una
arbitrariedad con la ley, donde la juez a-quo inobservó la falta exclusiva de la víctima el demandante
ahora recurrido no porta licencia de conducir lo que implica que no sabe conducir ni estaba autorizado
por la ley a circular en la vía publica conduciendo vehículo de motor, no portaba casco protector ni
seguros obligatorio, patrón conductual faltivo y violatorio a la ley de tránsito a lo que la juez a-quo
omitió referirse, lo paso por desapercibido y por inadvertido e inobservó verificar despojado de
sentimentalismo emocional, sin referirse a la falta cometida por la victima lo que constituye un eximente
de responsabilidad civil a favor de la partes demandada ahora recurrida, lo que no genera que la juez a-
quo le aprobara la exagerada indemnizaciones establecida en ordinal segundo del dispositivo o fallo de
la sentencia, que están apartada de los principios rectores de la responsabilidad civil la falta, el daño y
vinculo de causalidad entre el daño y la falta, ya que la indemnización aprobada por la juez a-qua la
realizo con una exclusión del límite de la discrecionalidad, de su apreciación y con una exclusión del
poder soberano de que estaba investida la juez a-quo para establecer los hechos cualitativos y
cuantitativos para fijar la cuantía del monto de las indemnizaciones que la ha constituido en una fuente
de enriquecimiento ilícito a favor del demandante ahora recurrido, constituyendo los daños reclamados
en más allá de lo que son y no en una reparación integral del daño, desbordando la juez a-quo el poder
soberado y discrecional de que gozan los jueces de fondo para establecer los hechos cualitativos,
cuantitativos y fijar la cuantía de los daños reclamado, traspasó los límites y facultades de su
apoderamiento, en una arbitrariedad con la ley y en una exclusión del límite de la discrecionalidad, de
su apreciación y con una exclusión del poder soberano del que estaba investida la juez a-quo para
establecer los hechos cualitativos y cuantitativos para fijar la cuantía del monto de las indemnizaciones
que la ha constituido en una fuente de enriquecimiento ilícito a favor del demandante ahora recurrido,
constituyendo los daños reclamados en más allá de lo que son y no en una reparación integral de los
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mismos, y por los demás motivos y fundamentos expuestos y desarrollados ampliamente en el cuerpo
del presente acto como medios y fundamentos del recurso.

CUARTO: REVOCAR dicha sentencia por la falta de motivación y desnaturalización de los hechos,
ya que la juez a-quo no le otorgo el verdadero sentido alcance y valor probatorio a las pruebas sometidas
a la consideración y escrutinio, cuya sentencia está basada en una mala interpretación de los elementos
de pruebas, de ahí que, la decisión de la juez del tribunal a-quo, es errónea por desnaturalización de los
hechos de la causa y carente de motivación y fundamentación, ya que nadie está obligado a lo
imposible, y en este caso el conductor demandado y condenado ahora recurrente en apelación Juan
Pablo Gabin Rodríguez, no puede evitar que el conductor de la motocicleta y víctima del accidente
violara e inobservara las normas y reglas de la ley de Tránsito de Vehículos de Motor, sin licencia de
conducir, por tanto, no estaba autorizado por la ley a maniobrar vehículos de motor en la vía pública
porque no sabía conducir, y quien lamentablemente resulto lesionado, y puso en peligro la vida del
conductor del vehículo demandado quien posee su licencia de conducir y que está autorizado a circular y
maniobrar vehículos en la vía pública, como lo es el caso del demandado ahora recurrente que transitaba
en la vía pública en apego a la Ley No. 63-17, de Movilidad, Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad
Vial de la República Dominicana con su licencia de conducir y que al tratarse de una demanda que tiene
su origen en un accidente de tránsito donde el régimen de responsabilidad civil aplicable es la delictual
por el hecho personal donde el demandante debe probar la falta, el daño causado y el vínculo de
causalidad entre el daño y la falta, lo que no probo, y no existiendo falta penal probada no procede
retener falta civil, por tratarse de una infracción a la ley penal sobre un hecho personal en donde la falta
no se presume sino que debe ser probada por quien alega haber sufrido el daño, y por los demás motivos
y fundamentos expuestos y desarrollados ampliamente en el cuerpo del presente acto como medios y
fundamentos del recurso.

QUINTO: REVOCAR la sentencia objeto del recurso por carecer de motivación y fundamentación
cierta y valedera, toda vez que la juez del tribunal a-quo no estableció de manera clara y precisa en que
consistió la falta real eficaz y violación a la Ley No. 63-17, de Movilidad, Transporte Terrestre, Tránsito
y Seguridad Vial de la República Dominicana, cometida por el demandado ahora recurrente Juan Pablo
Gabin Rodríguez, pues no existe sentencia del tribunal penal que lo condene por la violación a la ley de
tránsito, por tanto, la juez a-quo solo se limitó a atribuirle al demandado ahora recurrente la falta
generadora del accidente en base a los elementos de pruebas depositados que fueron desvirtuada, por el
tribunal a-quo y no estableció de manera inequívoca la relación de causa y efecto para retener
responsabilidad civil, no estableció cuál de los conductores tenía el derecho de preferencia en la vía
pública, no evaluó de manera independiente y adecuada la conducta de cada uno de los conductores
involucrados en el accidente de tránsito, que es la forma idónea de determinar responsabilidad civil, ni
estableció si la conducta del conductor de la motocicleta y víctima del Jesús Francisco Rosario
Paulino, tuvo o no alguna incidencia para que se produzca la colisión entre los dos vehículos, y toda vez
que en el caso de la especie el hecho de que en el accidente haya resultado lesionado el conductor de la
motocicleta, no libera ni exime al conductor de la motocicleta de su propia falta, no lo libera de la
inobservancia a las reglas y leyes de tránsito, ni de la imprudencia y falta exclusiva cometida por la
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victima quien no portaba licencia de conducir, por tanto no sabía conducir y no estaba autorizado por la
ley a conducir vehículos de motor en la vía pública, y no portaba seguros obligatorio por la ley en
franca violación a las disposiciones del artículo 112 de la Ley 146-02, sobre Seguros y Fianza de la
República Dominicana, y por las razones y demás motivos y fundamentos expuestos y desarrollados
ampliamente en el cuerpo del presente acto como medios y fundamentos del recurso.

SEXTO: REVOCAR el ordinal PRIMERO de la Sentencia civil núm. 132-2021-SCON-00653, de


fecha treinta y un (31) días del mes de agosto del año dos mil veintiunos (2021), relativa al expediente
núm. 132-2019-ECON-00967, dictada por el tribunal a-quo, por la contradicción ente sus motivaciones,
por la falta de motivación y desnaturalización de los hechos.

SÉPTIMO: REVOCAR el ORDINAL SEGUNDO de la Sentencia civil núm. 132-2021-SCON-00653,


de fecha treinta y un (31) días del mes de agosto del año dos mil veintiunos (2021), dictada por el
tribunal a-quo, por falta de motivación cierta, valedera y razonada, violatorias a la disposiciones del
articulo artículo 141 del Código de Procedimiento Civil, y por contener violación, inobservancia,
errónea aplicación e interpretación de las disposiciones de los artículos 131 y 133 de la Ley núm. 146-
02, de fecha 09 de septiembre 2002, sobre Seguros y Fianzas de la República Dominicana, y entrar en
contradicción y en contraposición con la sentencia núm. 295 de fecha veinticuatro (24) de abril del año
dos mil diecisiete (2017) y la Sentencia núm. 2252, de fecha diecinueve (19) de diciembre del año dos
mil dieciocho (2018), dictada por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia, que son sentencias
jurisprudenciales vinculante a los jueces del orden judicial donde la Suprema Corte de Justicia que ha
establecido de manera reiterada que la sentencia sólo pueden ser declarada oponible a la aseguradora
dentro de los límites de la paliza, siempre y cuando se comprueba la vigencia y cobertura, y toda vez
que la juez del tribunal a-quo declaro la sentencia común, oponible y ejecutable, dentro de los límites
del riesgo asegurado, en una trilogía de conceptualización en contradicción entre la motivación
establecida en los numerales 13 de la página, 15, de la sentencia, que establece oponibilidad hasta el
monto que alcance la póliza contratada y al mismo tiempo hace acopio de la norma legal del artículo 133
de la Ley núm. 146-02, Sobre Seguros y Fianzas de la República Dominicana, el cual transcribió en su
sentencia, dando por establecido única y exclusivamente la oponibilidad dentro de los límites de la
póliza, pero estableció todo lo contrario en una contradicción con lo establecido en la ley y
erróneamente utilizó las terminologías ambiguas “común y ejecutoria” que están expresamente
prohibida por la ley y que no están establecida por la Ley núm. 146-02, de fecha 09 de septiembre
2002, sobre Seguros y Fianzas de la República Dominicana, que es una ley especial, que expresa de
manera taxativa que las condenaciones pronunciadas por una sentencia solamente pueden ser declaradas
oponibles al asegurador, dentro de los límites de la póliza y que el asegurador sólo está obligado a
hacer pagos con cargo a la póliza cuando se le notifique una sentencia judicial con autoridad de la cosa
irrevocablemente juzgada que condene al asegurado a una indemnización por lesiones o daños causados
por el vehículo de motor o remolque accidentado y por las costas judiciales debidamente liquidadas, y
por vía de consecuencia, EXCLUIR de la sentencia las terminologías ambiguas “común y ejecutaría ”
empleada erróneamente por la juez a-quo contrario al imperio de la ley que sólo manda a la juez a-quo
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por el propio imperio de la ley a establecer pura y simplemente la oponibilidad de la sentencia dentro de
los límites de la póliza emitida por el asegurador, y no como lo hizo erróneamente, y DECLARAR la
sentencia a intervenir no oponible a la Compañía Dominicana de Seguros, S. R. L., y en caso contrario
DECLARAR solo declarar la sentencia oponible dentro de los límites de la póliza como lo establece el
textos legal de la norma especial, por los motivos y fundamentos expuestos y desarrollados
ampliamente en el cuerpo del presente acto como medios y fundamentos del recurso.

OCTAVO: REVOCAR en todas sus partes el ordinal QUINTO de la sentencia recurrida, por
improcedente, mal fundada, carente de motivación, fundamentos, pruebas y base legal que la sustente,
que condena la parte demandada ahora recurrente Juan Pablo Gabin Rodríguez pago de las costas del
procedimiento, toda vez que la parte demandante ahora recurrido sucumbió en varios puntos de su
demanda y pretensiones, conforme las motivaciones establecidas en la sentencia y lo decidido, cuyas
pretensiones de la parte demandante ahora recurrido, en parte fueron rechazada, tal y como consta en la
sentencia objeto del recurso, y por las razones y demás motivos y expuestos en este acto contentivo del
recurso.

NOVENO: Rechazar en todas sus partes la Demanda en Reparación de Daños y Perjuicios por violación
de que se trata, incoada parel señor Jesús Francisco Rosario Paulino, mediante el actos números:
2295/2019, de fecha ocho (08) del mes de noviembre del año dos mil diecinueve (2019), de demanda
principal, instrumentado por el Ministerial Epifanio Santana, Alguacil Ordinario del Juzgado de la
primera sala de la suprema corte de justicia, en contra del señor Juan Pablo Gabin Rodríguez, con
oponibilidad de la sentencia a intervenir a la entidad aseguradora Compañía Dominicana de Seguros,
S.R.L., por improcedente, mal fundada, carente de prueba y base legal que la sustente, por no haber
probado la falta proveniente de un ilícito cometido por el demandado, ni los hechos alegados en justicia
y toda vez que todo accidente de vehículo de motor o remolque se reputa como delito correccional por
aplicación del artículo 128 de la Ley núm. 146-02, sobre Seguros y Fianzas de la República
Dominicana, de fecha 09 de septiembre 2002, que cuya responsabilidad que se caracteriza es la personal
por el hecho del hombre, donde la falta no se presume, sino que la misma debe ser probada por quien
alega haber recibido el daño, donde en este caso, el demandante ahora recurrido Jesús Francisco
Rosario Paulino, está en la obligación de probar la falta cometida por el conductor del vehículo
envuelto en el accidente para estar en condiciones de reclamar indemnización civil para el presente caso
la del señor Juan Pablo Gabin Rodríguez, para que el tribunal pueda retener falta civil, lo que no fue
probado por el demandante pues no existe sentencia del tribunal penal que lo condene por la violación a
la ley, y en el caso de la especie al tener la demanda su origen en un accidente de tránsito de vehículo de
motor que configura un ilícito penal, no puede haber responsabilidad civil si no existe falta penal

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probada, y mucho más aún cuando la demanda lanzada por la parte demandante ahora recurrido, no está
basada en documentos y pruebas que demuestren lícitamente su procedencia, por las demás razones
expuesta en este acto contentivo del recurso.

DECIMO: Condenar a la parte recurrida, el señor Jesús Francisco Rosario Paulino, al pago de las
costas civiles del procedimiento del presente recurso, con distracción de la misma a favor y provecho del
Dr. Jorge N. Matos Vásquez, Licdos. Clemente Familia Sánchez, quienes afirman haberlas
avanzados en su mayor parte.

Bajo las más amplia Reservas de Derechos y Acciones

Y para que mi requerido, señor Jesús Francisco Rosario Paulino, no pretenda alegar ignorancia, ni
desconocimiento del contenido del presente acto, así se lo he notificado, declarado y advertido,
dejándole en manos de las personas con quienes dije haber hablado en los lugares de mis traslados copia
íntegra fiel y conforme al original del presente acto, el cual consta veinticuatro (22) paginas, todas
debidamente, selladas, firmadas y rubricadas, por mi Alguacil actuante, que Certifico y Doy Fe.-
Costo RD$ _________________________./

Doy Fe

El Alguacil

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