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Jardín Escuela Fantasías Infantiles

Col. La Sosa, Tegucigalpa M.D.C.

Estudiante: Zabdi Alessandra Martínez


Grado: Cuarto
Grupo: “B”
Profesor: Kevin Maradiaga
Álbum de los Grupos Étnicos de Honduras
Clase: Ciencias Sociales

Fecha de Entrega: 13 de Octubre de 2022.

Índice:

 Portada
 Introducción
 Contenido
 Conclusiones

Introducción

En el presente álbum, se da a conocer la diversidad de grupos étnicos que se


encuentran en el territorio hondureño, su forma de vida, vivienda, tradiciones, lengua,
etc. Desde la llegada del colonizador español hasta nuestros días, se cuentan más de
cuatro siglos. En el transcurso de este tiempo, el Indígena hondureño ha pasado de
poseedor de vastos recursos a esclavo y de esclavo a extraño en su propia tierra, su
situación puede resumirse en dos palabras: olvido y miseria.

Es importante que conozcamos de dónde venimos, quiénes fueron nuestros


antepasados y dónde están actualmente, para saber quiénes somos en realidad,
aprendamos a cuidar nuestros patrimonios y traslademos a nuestros hijos la historia de
nuestra gente con verdadero orgullo.

Las raíces indígenas del pueblo Hondureño han logrado sobrevivir al mestizaje y el
folklore.

La etnia no constituye una unidad estática, por lo que sus características pueden variar
a lo largo del tiempo. El incremento de la población puede generar su desplazamiento,
separación o transformación, al sufrir el contacto con otros grupos étnicos.
Contenido

Antecedentes Históricos

Según datos históricos, los indígenas primitivos de Honduras llegaron provenientes de


Asia a través del Estrecho de Behring hace aproximadamente unos 30 mil años. Sin
embargo, la cultura indígena de Honduras data de unos tres mil años atrás, cuando se
extendió por toda Mesoamérica una gran civilización indígena proveniente del hombre
americano.

Desde la llegada de los españoles a Honduras, hasta la actualidad, los pueblos


indígenas han pasado varios procesos donde algunos ya dejaran de existir. En la
actualidad Honduras cuenta con nueve etnias o grupos indígenas que se sitúan por
toda la República compuesta por una población total de 1,529,400 en 2,128
comunidades.

Por supuesto, es importante que conozca el origen de los antepasados, de dónde


venimos y en dónde están actualmente.

Importancia de los Grupos Étnicos

Los pueblos indígenas son muy importantes, ya que cada uno de ellos nos aportan
tradiciones, riqueza cultural y lenguas únicas como país. Según la Organización de las
Naciones Unidas (ONU), la población indígena mundial se compone de más de 370
millones de personas, con más de 5,000 grupos étnicos, en 90 países, los cuales son
parte fundamental de nuestros orígenes e historia.

Asimismo, cada grupo etnico ha sido de gran aporte para el progreso de Honduras por
su experiencia en la gestión de ecosistemas, donde no solo aportan a la diversidad
biológica sino al patrimonio cultural y la seguridad alimentaria.

Son pueblos que comparten afinidades culturales, tienen sus propias historias,
costumbres, religiones, tecnologías, lenguajes, artes y folklore.

Son pueblos étnicos con conocimientos tradicionales muy importantes para la ciencia,
la tecnología y la actividad económica, y los conocimientos son de gran valor actual y
futuro para el desarrollo sostenible de nuestras comunidades.

Son el fruto del estrecho contacto de los pueblos con la naturaleza, de su necesidad de
dominarla y de buscar soluciones a sus problemas en ella, y de la rica biodiversidad la
que se dispone.

Herencia de Conocimientos de Generación a Generación


Los conocimientos colectivos de los pueblos indígenas aportan información
directamente aplicable acerca de nuevas formas de aprovechamiento de la diversidad
biológica. Asimismo, pueden ser y de hecho son utilizados como fuente de información
(base) para la investigación y desarrollo de nuevos productos, para la industria médica,
agraria, etc.

1. Lencas
El Lenca constituye el pueblo originario más numeroso de Honduras y actualmente se
distribuye en los departamentos de Lempira, Intibucá y la Paz en Honduras y en los
departamentos de Usulután, San Miguel, Morazán y La Unión de El Salvador.
El tamaño de la población lenca varía considerablemente dependiendo de la fuente y
criterios que consideremos. Atendiendo al XVII Censo de Población y VI de Vivienda
2013, el último realizado hasta la fecha por el país que posee datos étnicos de
Honduras se autoidentifican como lencas 453.672 personas, aunque si atendemos a
criterios puramente de tradición cultural -es decir comunidades que conservan y
elaboran una tradición- ronda los 100.000 miembros (Rivas, 2000). A ellos que habría
que sumar unos 37.000 en El Salvador.

Ubicación: Se encuentran localizados en la región de Comayagua, al norte de La Paz,


en el núcleo y el sur del departamento de Francisco Morazán. De igual manera los
primeros restos arqueológicos que se consideran proto-lencas se datan entre el período
formativo y el clásico temprano (1000 a.C. - 250 d.C.), en sitios arqueológicos de
Yarumela (Dixon, B. et al., 1994) en el valle de Comayagua y Los Naranjos a las orillas
del Lago de Yojoa (Baudez y Bequelin, 1973, 1976; Dixon et al., 1994; Dixon et al.,
2001).

En el año 1537, también son los lencas los protagonistas del levantamiento más célebre
de resistencia a la conquista de Centroamérica a través del jefe guerrero del grupo
Cerquín, Lempira. Lempira logró una alianza con todo el pueblo lenca, es decir, cares,
potones, cerquines y lencas para luchar contra los conquistadores españoles.

LA RELIGIÓN lenca presenta un obvio sincretismo entre los rasgos prehispánicos


(coherentes con las cosmovisiones mesoamericanas, apoyando este origen): visión
animista de la realidad, jerarquía de seres espirituales, oraciones complejas o rituales,
nahualismo. Estos elementos han pervivido (Rivas, 2000) en ciertas creencias y
prácticas religiosas, rituales del ciclo de vida, productivos y de la naturaleza y formas
ancestrales de organización socio religiosa.

Catolicismo
La mayoría de los lencas profesan la religión católica. En Intibucá son devotos del
Cristo Negro, con el cual durante el tiempo de colonización se sintieron identificados
debido al color de piel. Algunas costumbres ancestrales de los lencas como El
Guancasco y La Compostura, sufrieron modificaciones para que se pudieran seguir
practicando aún con las nuevas creencias religiosas.
LA VESTIMENTA original de los lencas era de tela de manta, fue luego que adoptaron
su forma tradicional de vestir. Utilizan en su vestimenta tradicional colores vibrantes y
energéticos. Los colores son un rasgo destacado de esta cultura; la definen y la
caracterizan.

VIVIENDA: La casa lenca no se ha modificado sustancialmente a excepción de la


sustitución de los techos de zacate por el de teja o zinc. Suelen ser casas de uno o dos
cuartos con paredes de bahareque y los suelos de tierra aplanada.

Uno de los hogares de los lencas es Intibucá. Sus verdes paisajes son el escenario en
que esta etnia se desenvuelve en su diario vivir. Es muy común ver este tipo de
viviendas en las comunidades lencas, en las cuales, el principal material de
construcción es el bahareque y el barro. El bahareque se usa entretejido como
estructura de las paredes y luego se recubre con barro. Tradicionalmente el techo era
de zacate. En una estructura bastante sencilla por dentro, estas casas son como un
salón, no tienen subdivisiones y por ello se agrupan los enseres en cada esquina.

En algunos lugares se encuentran casas con pisos de cemento y paredes de adobe.


Los enseres suelen ser tradicionales: piedra de moler, comal y recipientes de barro,
aunque no son infrecuentes los recipientes y los molinos metálicos y los vasos y jarras
de porcelana. Para cocinar se utilizan cocinas de barro a base de madera que es
llevada a espaldas de mujeres o niños mayores.

ECONOMIA: La economía de los lencas es informal y de subsistencia. Producen para


sustento de su hogar y el excedente lo ofertan en los mercados. Los mercados son de
gran importancia para los lencas ya que es aquí donde venden sus productos, y, donde
a la vez adquieren otros que no producen.

El trabajo de las mujeres se orienta a la producción doméstica que permita la


reproducción de la fuerza de trabajo familiar y a la producción agrícola (en muchos
casos trabajan a la par del hombre en el campo) aunque se espera que vayan siendo
reemplazadas a medida que los hijos vayan creciendo. A pesar de este papel clave de
la mujer en el sustento familiar, son despreciadas y minusvaloradas desde la infancia.
El respeto por la naturaleza impregna la tradición y cosmovisión lenca conectándolos
con la tierra y el agua que les sustenta como seres vivos.

Se trata de un pueblo eminentemente agrícola, aunque en la actualidad explotan


diversas artesanías como telas y cerámicas. La división de trabajo por sexos es clara
(Rivas, 2000), es tarea del hombre labrar la tierra, sembrarla y cosechar los frutos de la
milpa, construir y reparar la casa utilizando la “mano vuelta” (ayuda recíproca).

Producción artesanal de calidad que los lencas elaboran y ofertan. En las fotografías:
artesanías de pino, artesanía de barro blanco y tejidos lencas.
TRADICIONES
El Guancasco. Esta es una danza practicada ancestralmente por los lencas para
celebrar el encuentro entre dos pueblos y fortalecer así los lazos de amistad. Los lencas
lo practican desde antes de la colonización española por lo que cada elemento usado
en su celebración era auténtico de la cultura, luego, con la religión se vio modificada.

La Compostura. Es un tributo de agradecimiento a la Madre Tierra por permitir la


bondad de producir en ella. La Compostura sufrió adaptaciones a las creencias
católicas.

LA CULTURA LENCA está tejida por manos de mujer. Las mujeres cumplen varios
roles fundamentales para el funcionamiento de esta cultura, tanto en su familia como en
su comunidad:
 Son ellas quienes son generadoras de vida.
 Son ellas líderes de hogar.
 Son ellas líderes comunitarias.
 Son ellas las proveedoras y sustentadoras de múltiples necesidades.

Una madre lenca atraviesa el Valle de Azacualpa en Intibucá mientras transporta a su


hija de forma tradicional. En la espalda carga un costal lleno de elotes (maíz). En una
muestra de fuerza y amor, las madres llevan cotidianamente a sus hijos de esta
manera, aún cuando hay más carga que transportar sin importar que los niños ya
puedan caminar. Este esfuerzo se debe a la necesidad de avanzar más rápido para
llegar a sus destinos.

2. TOLUPANES
Tolupanes, una etnia en vía de extinción. Morazán, donde se ubica la capital de
Honduras y en el Municipio de Orica, en una de sus montañas denominada La Flor, se
encuentra esta milenaria etnia que procede de enclaves sureños del Tronco Hokán-
Xioux procedentes de de los pueblos indígenas que vivían al sudoeste de los Estados
Unidos y al Norte de México. Se supone que llegaron a territorio hondureño en sus
actividades nómadas por buscar alimentos. Hoy en día, algunos de ellos conservan su
lengua, denominada Tol, además siguen vigentes sus formas de gobierno internos,
dirigidos por caciques. Llegaron de Norte América a finales de la época prehispánica,
se ubicaron en varias zonas de Honduras, juntos no suman más de 20 mil personas,
viven en hacinamiento, en medio de montañas donde la tierra no les pertenece y en
lugares donde las autoridades les mantienen en un olvido, pareciera planificado.

Montaña de La Flor, Francisco Morazán. Ancestralmente han sido víctimas del


exterminio. Siempre fueron perseguidos. En épocas pasadas, durante la colonización,
para venderlos como esclavos; en tiempos modernos son objeto de indiferencia por
parte de los gobiernos de turno. Sus vidas transcurren inmersas en los bosques del
departamento de Yoro y Francisco Morazán, donde hay unas diez pequeñas
comunidades. Los Tolupanes, también son conocidos como Xicaques, sin embargo
éste último es un término español que se asignaba para referirse a los indígenas
rebeldes. En Francisco.

Se supone que llegaron a territorio hondureño en sus actividades nómadas por buscar
alimentos. Hoy en día, algunos de ellos conservan su lengua, denominada Tol, además
siguen vigentes sus formas de gobierno internos, dirigidos por caciques.
Los más pequeños juegan entre los árboles, sus cuerpecitos diminutos denotan
desnutrición, sus ojos vivaces se perciben hambrientos de comida, salud y educación
que se les ha negado durante décadas, teniéndolos reducidos a ayudas emergentes
esporádicas y a visitas turísticas para mostrarles como un grupo étnico que subsisten
en territorio hondureño.

Sus necesidades
Los tolupanes, enfrentan además flagelos como la delincuencia, son víctimas de la
deforestación de las zonas donde viven, no tienen títulos de sus tierras, las condiciones
de las viviendas son infrahumanas, además de que tienen padecimientos como la
tuberculósis y el mal de chagas, comenta Salvador Zúniga, miembro del Consejo de
Pueblos Indígenas de Honduras, COPIN. Las casas donde viven son pequeñas,
limitadas a espacios para dormir, construidas a base de lodo y paja, lo que les facilita
ser picados por chinches y contagiados del mal de chagas. Las seis comunidades
tienen un solo centro escolar, donde no siempre llegan los maestros, y los que se
encargan de dar clases imparten la enseñanza en idioma español, por lo que su
dialecto está destinado a la extinción.

3. CHORTÌS
La cultura chortí es un grupo indígena que habita el territorio de lo que hoy pertenece a
Honduras y Guatemala. Se les considera descendientes de los mayas, más
estrechamente relacionados con los mayas de Yucatán, Belice y parte norte de
Guatemala. Y parientes de los Choles que habitan Chiapas, México.

Según las fuentes científicas, el pueblo chortí es uno de los más antiguos, dentro de la
familia maya-quiché, lo que confirma el arcaísmo de su idioma. En Honduras el chortí
se considera una lengua muerta; los únicos lugares en donde se puede estudiar es en
los pueblos guatemaltecos de Jocotán y Camotán, donde se manifiesta el idioma chortí
en su expresión más pura, aunque ya han adoptado un amplio vocabulario en español.
En Honduras aún se pueden encontrar algunos vestigios de esta lengua en las
comunidades de El Paraíso, Carrizalón y Ostumán. La lengua nativa es el «tcor ti» (en
español chortí). El español es actualmente la lengua comercial por excelencia, ya que la
emplean en los mercados para negociar con los ladinos e inclusive hasta entre ellos
mismos durante la compraventa.

Históricamente, los Maya-Chortís de Honduras se localizaban en los departamentos de


Ocotepeque, Copán y una estrecha franja del norte de los departamentos de Cortés y
Santa Bárbara.
Los Chortís muy bien pueden ser descendientes directos de la población que habitaba
Copán antes de la conquista y su lengua puede ser, en lo fundamental, la misma que se
hablaba en el antiguo Copán.

El maíz y los frijoles son los únicos alimentos considerados absolutamente


indispensables y probablemente, tenga mayor importancia que los restantes cultivos
domésticos juntos. Tanto para los chortís de Guatemala como para los de Honduras,
las tortillas de maíz y los frijoles simbolizan el alimento y sus nombres ancestrales
(entre los chortís de Guatemala) significan comida. La caña de azúcar parece ser casi
tan importante como el maíz, pues muchas familias locales destinan una tercera parte o
la mitad de sus tierras a su cultivo. La importancia de animales domésticos es mucho
menor. Si se excluye a las gallinas y jolotes (pavos), su uso y cuidado parece ser una
actividad ocasional, que requiere escasa atención y planificación; los animales de carne
comestible están considerados como una fuente de alimentación secundaria. Son
pocos los que comen carne o subproductos animales, pues en su mayoría suelen
venderlos a los ladinos y de esta manera agenciarse un poco de dinero para cubrir
otras necesidades básicas.

4. TAWAHKAS
Los Tawahkas o sumos, como también se les denomina, son uno de los grupos
indígenas que habitan tierra adentro de la costa misquita viven los Tawahkas. La
mayoría de ellos en la aldea de Krausirpi, ubicada en la margen del río Patuca en el
corazón de la zona selvática hondureña. Los Tawahkas de Honduras constituyen un
grupo pequeño.

Historia
Histórica y culturalmente son una etnia que ha soportado la influencia misquita, si bien
han adaptado muchos de sus patrones culturales aún conservan elementos de su
propia cultura que los hace distinguirse como pueblo indígena. Entre las características
que mantienen se encuentra la lengua, sus relaciones sociales y sus características de
producción y de mutua solidaridad. El primer contacto que tuvieron con los españoles
fue en el año de 1604. Los Tawahkas o sumos eran uno de los grupos indígenas más
extensos de Centroamérica durante el período colonial. Se extendían hacia el sur desde
el Río Patuca en Honduras, a través de la sierra central de Nicaragua, hasta el Río
Rama.

Los documentos coloniales indican que fueron el grupo dominante en esta zona por lo
menos cuatro siglos. Durante la época colonial, se vieron obligados a replegarse hacia
el interior del país, ante la belicosidad e intransigencia de los misquitos o zambos; así
fue como se establecieron en la región central. Al parecer los Tawahkas tienen
parentesco cercano con los misquitos.

Lengua
Los Tawahkas llaman a su lengua twanka, que muestra una similitud con la
denominación que, a principios del siglo XVII los españoles dieron a los indios de la
zona del Guayape – Guayambre: Tahuajcas. Hay muchos rasgos socioculturales que
los asemejan y la lengua es uno de esos elementos.

Cultura y Tradición
Los Tawahkas muestran un alto grado de penetración cultural misquita. Durante el siglo
XIX, estuvieron a punto de extinguirse debido al reducido número de mujeres Tawahkas
por razones aún no determinadas y a que sus varones no deseaban unirse con las
mujeres misquitas.

Ocurre lo contrario con los Misquitos, quienes, sin problema alguno deciden juntarse
con las Tawahkas. Una muestra de influencia Misquita es una de las bebidas más
tomadas por los Tawahkas: el guabul, bebida elaborada de puré de plátano maduro
disuelto en agua o leche y puesto a hervir.

Además de estas elaboran vinos de varias especies de palmas y de caña de azúcar; del
arroz y del maíz preparan bebidas embriagantes como la chicha.

De la palma llamada supa consumen el fruto cocido y el tronco les sirve para construir
arcos y flechas (igual que los misquitos). Consumen contrario a los misquitos, en menor
medida: ajo, cebolla, café y tés de varias hierbas.

Educación
La ancianidad entre Tawahkas de ninguna manera implica soledad y desocupación. Las
personas de edad avanzada siguen dedicándose a sus labores cotidianas, en la medida
que sus fuerzas se lo permitan.

La anciana Tawahka tienen a su cargo la educación de los niños pequeños y ciertas


labores domesticas, como la preparación parcial de alimentos y algunos trabajos
artesanales.

5. MISKITOS
Los Misquitos son uno de los grupos indígenas de Honduras que habitan en el
departamento de Gracias a Dios.

Los Misquitos están ubicados en la región Nororiental de Honduras, zona conocida


como “La Mosquitia Hondureña”. Específicamente se localizan desde la
desembocadura del Rio Wanks, Coco o Segovia hasta el Rio Tinto o Negro,
departamento de Gracias a Dios.

En la actualidad, la población estimada del pueblo Misquito de Honduras es de 76,000


habitantes y se estima que igual cantidad de personas de esta etnia vive en la
República de Nicaragua.
Idioma Misquito
El Misquito es una lengua indígena perteneciente a la familia lingüistica Misumalpa,
hablada en Honduras, la costa este de Nicaragua y zonas aledañas.

El Misquito es una lengua morfológica y sintáticamente muy parecida a la lengua


Tawahka, pero ámbas poseen diferencias marcadas; el idioma Misquito moderno o
criollo que hablan actualmente los Misquitos de Honduras posee una gran cantidad de
extranjerismos provenientes del idioma inglés, español y africano.

Aspecto Religioso-Cultural del Pueblo Misquito


Antes de la invasión religiosa europea, especialmente la Morava a la región de la
Mosquitia Hondureña Los Misquitos eran politeístas. Creían en la existencia de muchos
dioses y espíritus encarnados en los elementos y astros de la tierra, entre ellos
mencionamos:

 Prahaku = dios del viento


 Kumadora = diosa del arcoiris
 Wandisi = Nuestro Padre
 Kati = diosa de la Luna
 Li Dawanka = dios de la lluvia
 Yulapta = dios del sol
 Alwalani = dios del trueno

Actividad económica de Los Misquitos


La principal actividad económica del pueblo Misquito es la agricultura, sin embargo en
los últimos años también desempeñan trabajos asalariados temporales como buzos y
cayuqueros en la industria pesquera de camarón y langosta que provienen entre otros
sitios de Las Islas de La Bahía.

La dieta alimenticia de Los Misquitos esta compuesta principalmente por yuca, ñame,
malanga, plátano, arroz y frijoles. También consumen carne de gallina, cerdo y peces
que ellos mismos cazan y pescan.

Entre las bebidas tradicionales Misquitas están: el guabul y el ulang; que son bebidas
embriagantes de yuca, maíz, caña de azúcar y supa (pejivalle).

Aspiraciones para el futuro


Como resultado de los grandes desafíos en el territorio de La Moskitia descritos en los
capítulos anteriores, se han identificado en distintas asambleas y congresos ordinarios
de MASTA, las principales aspiraciones del Pueblo Miskito para el futuro18, entre ellos:

1. Procurar la unidad del Pueblo en todos los niveles, comunal, territorial y político.
2. Lograr la autonomía territorial y auto-gobierno en la nación Miskita de manera que
podamos buscar nuestro buen vivir comunitario desde nuestra propia cosmovisión.
3. Crear la comisión de tierra, prohibir la venta de tierras, y hacer que el Gobierno
respete el derecho a la titulación de tierras indígenas de La Moskitia.

6. PECH
Ellos se autodenominan "Pech" ("gente"), para referirse a los demás utilizan los
términos "Pech-akuá" ("la otra gente"). Los nombres "Payas", "Payar", "Poyers",
"Palyers", "Pahayas", con los que algunos los refieren, son considerados peyorativos
pues hacen alusión a "bárbaro" o "incivilizado"
Aunque algunos autores sostienen que hablaban una lengua aislada, la opinión de
mayor consenso la ubica dentro de las lenguas Chibcha.

Sus asentamientos ancestrales, fueron las tierras bajas del este de Honduras, en la
región conocida como La Mosquitia. Durante la colonia ocuparon los territorios
comprendidos entre los ríos Aguan y Patuca.

Eran nómadas. El inglés Thomas Young en su libro "Narración de la residencia en la


Costa Mosquito durante los años 1839, 1840 y 1841", refiriéndose a los Pech, acota:
"Hay otros payas menos civilizadas que se les llama salvajes, porque vagan por los
bosques haciendo sus siembras, que no vuelven a ver hasta que vuelven a recoger la
cosecha. Solo por interés visitan a los otros pueblos de payas, viven en los márgenes
del Río Sico y por eso se les llama Sicos".

Aspecto Físico.
De estatura mediana, entre 1.50 Y 1.75 metros; tienen espaldas anchas, cuello corto;
pómulos salientes, nariz pequeña. La barba y bigote es muy escaso; el cabello es de
color negro, grueso, liso y abundante; el cuerpo en ambos sexos, carece casi
completamente de vello, muchos tienen los ojos oblicuos dándole alguna semejanza
con la raza mongólica.

Los Pech son extraordinariamente fuertes, perseverantes, capaces de llevar grandes


pesos sobre sus espaldas, recorrían grandes distancias transportando sus productos a
los centros comerciales. Sostenían la carga se sostiene por medio de un bambador o
mecapal que se colocaba en la frente (Tikimi-Ká, en Pech).

Las mujeres llevan bultos más pesados que los hombres, un cronista ha relatado: "he
visto una mujer anciana regresando de la plantación, vacilando y bajo una carga
pesadísima; mientras que el marido sigue a poca distancia, no trayendo más que su
machete, escopeta y chuspa (bolsa)".

Vivienda y organización social


Vivían en pequeñas aldeas, construidas sobre colinas cerca de las quebradas.
Construían sus casas utilizando varas de madera y lodo, o sea de bajareque y cubrían
el techo de su casa con tapuca, pacaya y manaca, era levantada sobre 4 horcones, los
que servían para tender hamacas fabricadas de corteza de árbol como chumeco, pita,
etc
La organización social del pueblo Pech descansaba en la familia extensa compuesta
por varios miembros unidos por diferentes grados de parentesco, que compartían la
misma vivienda. Había jefes tribales, consejeros, sacerdotes y chamanes. En el área
productiva se dividían en cazadores, agricultores y pescadores.

Las mujeres Pech participan mucho en la vida económica de su aldea, ellas han sido
artesanas, agricultoras, pescadoras, curanderas y chamanes. Durante el embarazo se
las separaba de sus tareas, para proteger la procreación.

Economía
La economía pech se caracteriza porque su producción es a nivel de subsistencia, todo
se consume según las necesidades, no se crean excedentes.

La agricultura se caracterizaba por ser itinerante, con un sistema de roza y quema. El


área usada para cultivar variaba según la estación. Por lo general, la tierra la dejaban
descansar de 5 a 8 años. Sus cultivos principales eran la yuca, los frijoles y el maíz.
Para recolectar el maíz del cual elaboran comidas, bebidas alimenticias y embriagantes,
tomaban en cuenta las fases de la luna, pues, si lo hacían en luna tierna (luna nueva) el
maíz se "picaba".

Conocedores de los ricos bosques que habitaban, recolectaron pimienta, explotaron el


oro en los ríos y quebradas y dedicaron gran parte de su tiempo a la explotación de la
resina del liquidámbar, actividad productiva que ha trascendido con el tiempo. Era
tradicional la caza de especies menores como las aves.

Cultivaban algodon, a partir del cual las mujeres obtenían telas. La confección de
objetos artesanales utilitarios formaba parte importante dentro de la economía pech. Se
elaboraban cuerdas, hamacas y bolsos de henequén y de otra fibra extraída del mahoe
o majagua, así también ropa de cama y hamacas de la cáscara del tuno, del palo are-
katore-ha y del árbol del hule.

Trabajaban madera, hueso de animales, cerámica y piedra.


Historia
Durante el siglo XVI la región habitada por los pech formaba parte de la provincia de
Varaguas o de Cartago, que se extendió desde Panamá hasta el cabo Gracias a Dios.
Posteriormente, La Mosquitia. fue constituida como parte de la provincia de
Tegucigalpa. Según estudios realizados, los conquistadores tardaron mucho tiempo en
penetrar el área Pech. La primera expedición se llevó a cabo en 1564 pero, debido a la
fuerte oposición de los indígenas, se decidió que debían utilizar la penetración religiosa
para dominarlos.

Al parecer, habitaron las Islas de la Bahía durante el siglo XVII junto a comerciantes
mayas debido a que se encontraron artefactos similares a los de tierra firme.
A mediados del siglo XVIII piratas ingleses, franceses y holandeses se establecieron en
la Mosquitia hondureña y usaron a la tribu misquito que también habitaba la región. Les
proporcionaban armas de fuego, con éstas obligaron a otros grupos indígenas, entre
ellos los pech a replegarse al interior del territorio selvático.

Los datos históricos señalan que a lo largo de todo el siglo XVIII, los misquitos
cometieron muchas atrocidades contra los pech, con el fin de capturarlos y venderlos
como esclavos a los comerciantes ingleses. La población Pech se redujo
drásticamente. Para ese entonces vivían en el corazón de la zona selvática de Agalta,
su actividad productiva fundamental era la caza y la pesca, con una incipiente
agricultura basada, principalmente, en el cultivo de tubérculos como la Yuca dulce y,
eventualmente el del maíz.

De acuerdo a los relatos de ancianos: "Por cuatro siglos, los pech vagaron errantes por
la selva de Agalta, buscando escondrijos, para no ser encontrados por los
colonizadores y los zambos, quienes los perseguían para venderlos como esclavos en
las Antillas". La ventaja de ser un pueblo nómada y su estrategia de supervivencia
étnica-cultural, les permitió sobrevivir y mantener viva su cosmogonía, su religiosidad,
su organización social y su tradición alimenticia.

A partir de 1985, los Pech se organizaron en una Federación de Tribus. La Federación


de Tribus Indígenas Pech de Honduras (FETRIPH), que está integrada por diez tribus
asentadas en los departamentos de Olancho, Gracias a Dios y Colón, con un total
aproximado de 3.000 miembros. Las comunidades son:

 El Culuco
 Jocomico
 Agua Zarca
 Brisas de Pisijire
 Subirana
 El Zopilote
 Santa María del Carbón
 Vallecito
 Silín Colón
 Las Marías

7. LA ETNIA GARÍFUNA EN HONDURAS

La población garífuna habita en la Costa Atlántica del país, desde Masca, departamento
de Cortés, hasta el departamento de Gracias a Dios.
Los Garinagu descienden de los pueblos caribes, arawakas y negros africanos, quienes
llegaron a la isla escapando de la esclavitud.
Según la tradición oral, son descendientes de las etnias africanas Efik, Ibo, Fons,
Ashanti, Yoruba y Congo, raptados de las regiones costeras de África occidental
(correspondiendo a los estados modernos de Costa de Marfil, Ghana, Nigeria, Camerún
y Congo) por barcos esclaveros españoles y portugueses.

Se sabe además que en el Siglo XVII, más de una de esas embarcaciones naufragó
frente a la Isla Yurumain (San Vicente), en la cual se refugiaron los esclavos,
cruzándose gradualmente con los indios caribes nativos, surgiendo así, el pueblo
garífuna.

Cómo llegaron
En abril de 1797, los garífunas fueron expulsados de San Vicente y conducidos en un
convoy naval británico hacia la isla de Roatán.

Luego se establecieron en Trujillo. Poco después de llegar a Trujillo, algunos hombres


exploraron la costa en dirección a Belice y hacia Nicaragua.
El árbol de campeche (o palo de tinte) y la caoba eran los principales artículos de
exportación. Los ingleses, dedicados al corte de madera, les agradó darle trabajo a los
garífunas que se aventuraran por Belice.

Cultura Garífuna
Su forma de producción (El barbecho y la rotación de culturas), les ha permitido vivir en
armonía con la tierra y sus recursos, gracias a su organización social donde la mujer
juega un papel preponderante en las actividades agrícolas y culturales.

Asimismo, muchas mujeres contribuyen de forma importante al Ingreso familiar


dedicando buena parte de su tiempo a la preparación y venta de casabe, pan y aceite
de coco. Históricamente en la organización social garífuna resalta la figura de un Jefe y
Consejo de Ancianos.

Además de las ocupaciones tradicionales como la agricultura y la pesca tienen una gran
variedad de comidas y bebidas ricas en proteínas, vitaminas y calorías como el tatau
(tapado garífuna con variedad de tubérculos y mariscos en sopa de coco), la areba o
casabe (tortilla grande de yuca horneada), el hudutu (machuca).

Entre las bebidas está el Hin, especie de cerveza hecha de yuca, el mármara, bebida
preparada a base de maíz fermentado, caldo de caña de azúcar y el guifiti, entre otros.
En cuanto al canto, baile y ritos la manifestación más Importante y significativa, es el
rito denominado Daga, dedicado a los muertos donde se canta el abaimahani por las
mujeres y la punta, una de fertilidad dedicada a la reproducción del pueblo. El Chugú es
también un rito a los espíritus.

En relación al canto, baile y ritos, la situación es Igual; entre estos elementos culturales
se puede mencionar el Digui, el cual es un rito dedicado a los muertos, entre el canto y
arumahani, cantado por los hombres, estos últimos son interpretados en los rezos a los
muertos; también está la punta, una danza dedicada a la reproducción del pueblo, el
Sanvey y el Vanarogua.

Idioma
El idioma garífuna pertenece a la familia de idiomas arahuacos y ha sobrevivido a siglos
de discriminación y dominación linguística. Poseen una gran riqueza de úragas, relatos
que se narraban durante las veladas o las grandes reuniones. Su lengua es el garífuna,
perteneciente a la familia lingüística arahuaca, que sobrevivió a muchos años de
persecución y dominación de lenguas indígenas.

El idioma garífuna es hablado por la mayor parte de los garífuna de Honduras y también
hablan el español. A raíz de su procedencia y permanencia por siglos en la Isla de San
Vicente la lengua garífuna es mixta, que ha sufrido muchos cambios importantes en su
estructura morfológica.
Gastronomía
La base de la alimentación del pueblo garífuna es el coco y la yuca. El pulali, una
especie de atol, se hace con coco, nuez moscada, canela, vainilla o frambuesa que le
cambia su natural color amarillento. La base de la alimentación del pueblo garífuna es
el coco y la yuca.

Conclusiones
Desafortunadamente, los pueblos indígenas a menudo pagan el precio de ser diferentes
y con enorme frecuencia son objeto de discriminación. A lo largo de los siglos, se han
visto desposeídos de sus tierras, territorios y recursos y en consecuencia muchas veces
han perdido su identidad y el control sobre su propia manera de vivir.

Si las etnias desaparecen, quedaran muchas incógnitas de los grandes conocimientos


perdidos, coexistamos con sus tradiciones, su gastronomía, su música, a fin de que no
abandonen sus lugares de origen y sufran la marginación por las migraciones a
ciudades en busca de oportunidades, que en sus pueblos no la tuvieron.

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