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Huesos pélvicos
Las paredes laterales de la pelvis verdadera de una mujer adulta son algo convergentes.
Con extensión desde la parte media del borde posterior de cada isquion, se encuentran
las espinas ciáticas, las cuales tienen gran importancia obstétrica porque la distancia
entre ellas suele representar el diámetro más breve de la cavidad pélvica. También sirven
como puntos de referencia anatómicos valiosos en la determinación del nivel al cual ha
descendido la presentación del feto en la pelvis verdadera
Articulaciones pélvicas
En la parte anterior, los huesos de la pelvis se unen a la sínfisis del pubis, estructura que
consta de fibrocartílago, así como de los ligamentos púbicos superior e inferior. En la
parte posterior, los huesos pélvicos se hallan unidos por articulaciones entre el sacro y la
porción iliaca de los huesos coxales para formar las articulaciones sacroiliacas.
Plano de entrada pélvica También se conoce como estrecho superior, la entrada pélvica
es además el plano superior de la pelvis verdadera. Como se indicó antes, está limitado
atrás por el promontorio y las alas del sacro, a los lados por la cresta pectínea y adelante
por las ramas horizontales y la sínfisis del pubis. Durante el trabajo de parto, el
encajamiento de la cabeza fetal se define por el paso del diámetro biparietal fetal a través
de este plano. Para favorecer este paso, el plano de entrada en la pelvis femenina, por lo
general es más redondeado que ovoide.
La pelvis media se mide a nivel de las espinas ciáticas, y corresponde al plano medio o de
dimensiones pélvicas menores. Durante el trabajo de parto, el grado de descenso de la
cabeza fetal en la pelvis verdadera puede describirse por estación; la parte media de la
pelvis y las espinas isquiáticas sirven para marcar la estación cero.
Se describen casi siempre tres diámetros del plano de salida pélvica: anteroposterior,
transverso y sagital posterior. A menos que haya un trastorno pélvico óseo significativo,
la salida pélvica pocas veces obstruye el parto vaginal.
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Es tan importante conocer los diámetros de la pelvis como los de la cabeza fetal, ya que
cuando existe desproporción cefalopélvica puede serlo a expensas tanto de los diámetros
pélvicos como de la cabeza del feto. Por lo regular, el feto promedio no representa ningún
problema, pero sí lo es cuando el feto tiene alguna anomalía estructural, y en tales
situaciones adquiere relevancia valorar la vía de resolución.
Los diámetros que se exponen a consideración son los promedios y consisten en:
Las formas de esos segmentos se usan para clasificar la pelvis como ginecoide,
antropoide, androide o platipeloide. La característica del segmento posterior determina
el tipo de pelvis y, la del segmento anterior, la tendencia.
• Pelvis ginecoide. Es el tipo de pelvis que se considera más apto para el trabajo de
parto. Se caracteriza por tener un diámetro anteroposterior de dimensiones
similares al transverso, sacro sin rectificaciones, paredes laterales rectas, espinas
ciáticas poco prominentes y un ángulo subpúbico mayor de 90°.
• Pelvis androide. El diámetro anteroposterior es menor al transverso, el sacro y el
ángulo sacro presentan inclinación anterior, las espinas ciáticas son prominentes
y cerradas, y el ángulo subpúbico es agudo. De origen, los autores concluyeron
que este tipo de pelvis predomina en los varones.
• Pelvis antropoide. Se caracteriza por tener el diámetro anteroposterior mayor
que el transverso, sacro largo y rectificado o recto. Las paredes laterales son
convergentes y estrechas, y el ángulo subpúbico es agudo pero menor que el
androide. Los autores le asignaron este nombre por ser un tipo de pelvis
semejante a la de los primates. De acuerdo con ellos, 30% de las mujeres tiene
este tipo de pelvis.
• Pelvis platipeloide. ¡Es el tipo de pelvis más desfavorable para el trabajo de parto;
el diámetro anteroposterior es muy breve y el transverso, muy amplio. El sacro
está rectificado o curvo corto y poco móvil, las espinas ciáticas son muy
prominentes, el ángulo subpúbico es amplio u obtuso. Conforma 5% de todas las
pelvis.
Pelvimetría
Esta valoración de la pelvis ósea antes del parto vaginal se puede llevar a cabo con una
tomografía computarizada (CT), resonancia magnética o radiografía simple. se prefiere la
tomografía por su precisión, dosis baja de radiación y distribución amplia.
Aunque son variables, muchos médicos sugieren tomar ciertas medidas para planear el
parto vaginal:
Otros utilizan una correlación con la biometría materno-fetal. Los valores adecuados
incluyen: la suma del conjugado obstétrico del estrecho superior de la pelvis menos el
diámetro de la cabeza BPD sea ≥15 mm; el diámetro transverso del estrecho superior de
la pelvis menos el BPD sea ≥25 mm, y el diámetro interespinoso a la mitad de la pelvis
menos el BPD sea ≥0 mm (Michel, 2011).
Pelvimetría Interna Se la realiza por intermedio del tacto vaginal que con
entrenamiento y experiencia mediante los dedos medio e índice se consigue medir
diámetros del estrecho superior, medio e inferior, reconociendo los puntos anatómicos
como el promontorio, espinas ciáticas, sacro, isquion, pubis, etc. Con este método el
diámetro mas importante que se determina es el PromontoSubpubiano que excede
normalmente 1,5cms al Promonto Pubiano Mínimo o Conjugata Vera que es el diámetro
útil u obstétrico del Estrecho Superior Otro elemento que se valora en la pelvimetria
interna es el ángulo subpubiano, que puede ser recto agudo u obtuso.
Medidas Externas:
Las otras medidas serían la distancia del diámetro biespinoso (24 cm) y la distancia entre
ambas crestas iliacas o diámetro bicrestileo (28 cm) y el diámetro bitrocantéreo, cuyo
valor normal es de 32 cm