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Act 7: Reconocimiento Unidad 2

DE LAS DIFERENCIAS A LAS DESIGUALDADES


A partir de las diferencias biológicas existentes entre hombres y mujeres “la
sociedad ha construido y designado roles y funciones para cada uno de los
sexos. Así, a los hombres se les ha privilegiado su participación en la esfera
pública de la vida, facilitándoles educación, participación política y empleo, lo
cual es base de su rol proveedor al interior de la familia.

A su vez, a las mujeres se les ha designado el “privilegio” del trabajo doméstico,


por extensión de su posibilidad biológica de ser madres. Se les encarga del
cuidado de los niños y las niñas, su alimentación y demás labores no
remuneradas del hogar. En consecuencia, esta construcción social de los
géneros plantea una desigualdad en las oportunidades de desarrollo para los
mismos, llamada “discriminación femenina”.

Este fenómeno perpetúa prácticas sociales sexistas que generan una sociedad
excluyente, lo que fomenta la rigidización de los roles de uno y otro sexo. 1”

Es cuestionable que a partir de tales diferencias se planteen procesos de


discriminación y desigualdad para las mujeres, que pese a sus capacidades, aún
enfrentan obstáculos de carácter cultural, para el logro del pleno desarrollo
humano y su participación activa en la política, el trabajo, su tiempo libre, etc.; es
decir, “para el ejercicio pleno de su ciudadanía.”2

De acuerdo con lo anterior, los movimientos y la teoría feminista plantean su


mayor debate contra la discriminación sexual puesto que las diferencias no
deben generar desigualdades entre los sexos. Para una mayor comprensión del
concepto diferencia, María Luisa Cavana, autora española nos presenta una
amplia exploración histórica del término y su relación con la conceptualización de
los estudios de género.

Para esta española, doctora en Filosofía, el concepto de diferencia de géneros


se refiere tanto a los procesos anatómicos y fisiológicos, como a los socio-
mentales3. Al analizar tal concepto, toma como referentes tres puntos de vista: el
patriarcal, el del feminismo de la diferencia y el del feminismo materialista.

Según la perspectiva patriarcal que es androcéntrica, el hombre es referente de


lo humano y por ello la diferencia de género se define como algo negativo e
inferior. Este modo de ver a los seres humanos ha caracterizado al pensamiento
en la historia de la humanidad, pero por otra parte, las feministas han procurado
superar ésta connotación negativa de la diferencia entre los géneros. De hecho,
algunas han procurado centrarse en la diferencia sexual como base para la
liberación de las mujeres en la búsqueda de su auténtica identidad sin grandes
referencias al hombre.

Ésta mirada androcéntrica de la diferencia sexual concibe una desigualdad de


valores en la cuál lo femenino es interpretado como una falta y en consecuencia,
se considera a la mujer como inferior al hombre en cuerpo, alma y espíritu; la
filosofia comenta que para autores como Aristóteles, una mujer es un hombre
mutilado como si fuera "una deformación de nacimiento", lo cual plantea lo
femenino como falta o defecto de la masculino. Esta concepción polarizada es la
base de una relación jerárquica de actividad vs pasividad, según la cual es lo
primero es lo más digno que lo segundo.

1
Ruiz, Patricia. Programa de desarrollo profesoral con perspectiva de género para docentes de la universidad nacional abierta y a
distancia – UNAD. Trabajo de grado para optar al título de Especialista en Proyectos de Desarrollo con Perspectiva de Género.
2002. p. 5.
2UNESCO, Ministerio de Educación Nacional y Dirección Nacional de Equidad para las Mujeres. Guía de Coeducación. Una

propuesta conceptual y metodológica para construir mejores alternativas de formación y desarrollo integral de las personas.
Bogotá. 1999. p. 13
3
Cavana, María Luisa . Diferencia . En: Amorós, Celia. Diez palabras clave para mujer . Verbo Divino, Pamplona. 1995.

Act 7: Reconocimiento Unidad 2


LOS FEMINISMOS
La corriente feminista no puede ser considera como una sola. Debido a que han
surgido en distintos momentos en la historia, dichas corrientes plantean algunas
diferencias con respecto de ver las realidades de mujeres y hombres, sus
relaciones y la forma de actuar en beneficio de las mismas.

Se denomina feminista a quien individual o colectivamente busca transformar la


situación de inequidad de las mujeres en un contexto social patriarcal, con el fin
de aportar a la cualificación de la calidad de vida de las mismas, reivindicando el
ejercicio de sus derechos. Dentro de los momentos de la humanidad, que
sobresalieron por fortalecer el movimiento feminista se hara referencia a cuatro
de ellos:

Feminismo de la Ilustración.

Durante la época de la modernidad, surgieron los movimientos feministas dentro


de la ilustración y la revolución francesa (1789-1799), siendo alli donde se dio
inicio al proyecto feminista como un proyecto político basado en las premisas de
la ilustración acerca de la igualdad y la libertad de los seres humanos. Las
mujeres de la época encontraron una gran contradicción entre dichas premisas
de igualdad, libertad y universalidad de la razón y la exclusión de las mujeres de
los beneficios laborales, civiles y educativos del Estado. Las mujeres que
participaron políticamente en la revolución fueron condenadas a la guillotina o al
exilio; en ésta epoca se destaca la feminista Olympe de Gouges.

Feminismo y socialismo.

En el siglo XIX, el feminismo se fortalece teórica y socialmente en el orden


internacional y empieza a ocupar un espacio importante por la busqueda de la
igualdad y por los problemas que ocaciono la revolucion industrial y el
capitalismo. Dentro del capitalismo se presentaron dos fenómenos: la
incorporación masiva de mujeres al trabajo industrial como mano de obra mas
barata y sumisa que los hombres; y en otras clases sociales las mujeres aun
permanecian en el hogar que se entendia como símbolo de estatus y exito
laboral del esposo. El socialismo por su parte, las mujeres habian logrado avaces
en su visibilización y participacion política, sin embargo no logro una adecuada
independencia económica de las mujeres basandose aun en los estereotipos
tradicionales. Mujeres como Flora Tristan y Alexandra Kollontai sobresalen en
esta época.

Feminismo Radical.

Se habla de feminismo radical pues pretende ir a la raiz de la situacion


problemática de las sociedades basándose en el concepto del patriarcado, para
abordar la realidad de dominación masculina y opresion feminina. Los grupos de
feministas radicales fomentaron la reflexión sobre sus propias vivencias para
fortalecer la idea de que el sistema de la sociedad conduce a relaciones de
opresión traen consigo baja autoestima, decepciones amorosas, relaciones
afectivas conflictivas en la pareja, la familia e incluso el trabajo. En consecuencia
se fortalecieron los movimientos antirracista, pacifista y feminista que proponian
nuevas formas de vida.

Feminismo Liberal.

Esta corriente se basa en la filosofía liberal, segun la cual todos debemos tener
iguales oportunidades, para lo cual se hace necesario cambiar las leyes que
impiden a las mujeres igual acceso a la educación, al trabajo y a los entes del
govierno. Supone que al derogar las leyes que impiden tal igualdad, las mujeres
llegaran a ser iguales que los hombres en cuanto a derechos y oportunidades se
refi Feminismo de la diferenciaere. Las campañas sufragistas por el derecho al
voto son ejemplo de las acciones realizadas por los grupos feministas liberales
que pretendian mayor participación de las mujeres en órganos del Estado, más
mujeres juezas y más mujeres jefas.

Act 8: Lección evaluativa No. 2


CONTEXTO TEORICO
Los estudios de género y sexualidad tienen su referente más popular en los
movimientos sociales feministas de la década de los años sesenta del siglo XX.
Debido a las desigualdades sociales de las que histórica y casi universalmente
han sido víctimas principalmente las mujeres, se genera un proceso de lucha
social que influye en los ámbitos privado y público de la vida incluyendo el
conocimiento.

Género y sexualidad son categorías estudiadas en las ciencias sociales, si bien


para el caso de la sexualidad humana hasta hace un tiempo se trataba tan solo
desde la medicina o el psicoanálisis. Pero al entender que los géneros se
constituyen no solo desde el referente biológico, sino desde lo cultural, es clara la
razón de su inclusión en las ciencias sociales. A los estudios de género aportan
diferentes disciplinas tales como la psicología, la sociología, la antropología, la
lingüística, la política, la economía, la medicina, la historia, la filosofía, el
derecho, etc., lo que la convierte en una categoría interdisciplinaria.

El surgimiento de este campo de conocimiento se relaciona de manera estrecha


con los movimientos sociales en este caso de mujeres cuestionadas por su falta
de derechos y de oportunidades y por la dimensión existencial de la mujer en la
sociedad, destinada casi con exclusividad a las labores domésticas con una
mínima participación en la educación, la política y el trabajo externo.

Al plantear tales tensiones, se da origen a un campo de conocimiento con una


epistemología y metodología particulares, cuya producción intelectual más
relevante aunque no la primera es la de la filósofa francesa Simone de Beauvoir,
(1908-1986), cuyo ensayo denominado El segundo sexo publicado en 1949, trata
de lo que significa ser mujer, las situaciones que viven las mujeres y cómo
ampliar sus libertades para mejorar su calidad de vida2. Este documento es
considerado la obra que dio origen al feminismo al cuestionar el ser femenino
desde lo psicológico, lo histórico, lo antropológico, lo biológico, la reproducción y
las relaciones afectivas y sexuales.

La tesis principal de Simone de Beauvoir se resume en que eso que entendemos


por "mujer", es un producto cultural que se ha construido socialmente y que se
ha definido tradicionalmente como madre, esposa, hija, hermana, siempre en
relación con alguien más y por tanto es fundamental la búsqueda de la propia
identidad.

Con base en lo anterior, sintetizó su propuesta con la siguiente célebre frase: "No
se nace mujer, se llega a serlo", con lo cual marcó un derrotero intelectual y
político que muchas de sus seguidoras aún cultivan y que ha producido grandes
frutos para la mitad de la humanidad, tales como una mayor participación de las
mujeres en la educación, la política y el campo laboral. En palabras de Florence
Thomas, la feminista franco-colombiana más conocida en los medios, a raíz de lo
mencionado, las mujeres hemos liderado la mayor revolución pacífica mundial,
sin decir que no haya aún espacios ávidos de acción.

Todo estudio que emplee la variable hombre / mujer, trata de analizar las diferencias que
puedan darse en función de ésta. La mayor parte de las diferencias tienden a beneficiar a
los hombres frente a las mujeres. Los hombres disfrutan de mejores empleos, de salarios
más elevados, de menor desempleo, poseen mayor representación pública y un status
social más elevado. La magnitud de las diferencias es tal que no se hablan tanto de
diferencias como de desigualdades.

La OMS define la desigualdad en función de las diferencias en materia de salud que son
innecesarias, evitables e injustas.

Otra variable es el tiempo. Las diferencias entre hombres y mujeres han evolucionado a lo
largo del tiempo, fenómenos como la incorporación a la actividad remunerada, la
adquisición de derechos políticos, los cambios en las pautas de fecundidad o los avances
de las mujeres en el terreno educativo e investigador son muestra de ello.

Las desigualdades en Salud con enfoque de Género han despertado el interés de la


investigación social. La distinción entre los términos sexo (biológico) y género (social) ha
resultado decisiva en el desarrollo de esta línea de investigación.

Las desigualdades de salud por género son producidas socialmente, aunque también son
fruto de diferencias biológicas entre los sexos.

Los procesos históricos, sociales y culturales aparecen como herramientas útiles para
explicar cómo han ido formándose las diferencias y desigualdades de género.
Xxxxxxxxxxxxxxxx

Plataforma de Beijing
La Plataforma de Acción de Beijing es el documento más completo producido por una conferencia
de Naciones Unidas con relación a los derechos de las mujeres, ya que incorpora lo logrado en
conferencias y tratados anteriores.

Las esferas de especial preocupación fueron:

1. La persistente y creciente carga de la pobreza que afecta a la mujer.

2. Disparidades e insuficiencias y desigualdad de acceso en materia de educación y capacitación.

3. Disparidades e insuficiencias y desigualdad de acceso en materia de atención de la salud y


servicios conexos.

4. La violencia contra la mujer.

5. Consecuencias de los conflictos armados y de otro tipo en las mujeres, incluidas las que viven
bajo ocupación extranjera.

6. Desigualdad en las estructuras y políticas económicas, en todas las formas de actividades


productivas y en el acceso a los recursos.

7. Desigualdad entre la mujer y el hombre en el ejercicio del poder y en la adopción de decisiones


a todos los niveles.

8. Falta de mecanismos suficientes a todos los niveles para promover el adelanto de la mujer .

9. Falta de respeto y promoción y protección insuficientes de los derechos humanos de la mujer .

10. Estereotipos sobre la mujer y desigualdad de acceso y participación de la mujer en todos los
sistemas de comunicación, especialmente en los medios de difusión

11. Desigualdades basadas en el género en la gestión de los recursos naturales y la protección del
medio ambiente.

12. Persistencia de la discriminación contra la niña y violación de sus derechos

La Plataforma define objetivos y metas a las que se han comprometido todos los países y que
constituyen objeto de evaluación. Debe señalarse que la CEPAL produjo un documento
conteniendo indicadores para evaluar el cumplimiento de la PAM Beijing, algunos de los cuales
emplearemos en este documento.

La evaluación de la Plataforma de Acción de Beijing a los cinco años (B + 5) representa una


oportunidad importante para avanzar la implementación de la Plataforma y la promoción de los
derechos humanos de las mujeres. A lo largo de los 90, las activistas de derechos humanos
lograron el reconocimiento por parte de las Naciones Unidas de que los derechos de las mujeres
son derechos humanos. Hoy en día, los conceptos de la protección y la promoción de los derechos
humanos de las mujeres han sido ampliamente incorporados en las declaraciones de los gobiernos
y las organizaciones inter-gubernamentales. Sin embargo, la realidad queda atrás de la retórica.
Las acciones concertadas y la asignación de los recursos necesarios para efectivamente reducir, y
ultimamente poner fin a las violaciones de derechos humanos de las mujeres no han sido
comprometidos.

El proceso de evaluación debería confirmar que la Plataforma de Acción de Beijing es un


documento que tiene sus fundamentos en los derechos humanos. La Plataforma representa una de
las expresiones más comprensivas de los compromisos de los gobiernos con los derechos
humanos de las mujeres y las niñas. Tiene su base en el entendimiento de que los derechos de las
mujeres son derechos humanos. Sus propuestas detalladas sirven para dar forma concreta a los
derechos humanos de las mujeres en todas las doce esferas de especial preocupación. Visto en
conjunto con los convenios de los derechos humanos La Declaración Universal de Derechos
Humanos, el Pacto Internacional sobre los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, el Pacto
Internacional sobre los Derechos Civiles y Políticos, la Convención sobre la Eliminación de todas
las Formas de Discriminación contra las Mujeres (CEDAW), entre otros y los documentos de las
otras conferencias de la ONU de los 90 la Conferencia Mundial sobre los Derechos Humanos, la
Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo
Social, la Cumbre Mundial para los Niños, la Segunda Conferencia de las Naciones Unidas sobre
las Habitaciones Humanas y la Conferencia de la ONU sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo
nos proporciona una visión y unas estrategias para la nueva década.

La evaluación Beijing + 5 no tiene que ver con los conceptos abstractos. Las leyes discriminatorias
y las otras violaciones de los derechos humanos de las mujeres afectan las vidas y son causa de
muerte de mujeres y niñas todos los días. Es esencial aprovechar de la evaluación para buscar
maneras de accelerar la implementación de la Plataforma así como maneras de medir el progreso
hacia las metas declaradas. En la Plataforma de Acción, está anotada que "Los derechos humanos
de la mujer, tal como han sido definidos por los instrumentos internacionales de derechos
humanos, solo serán letra muerta si no se reconocen plenamente y se protegen, aplican, realizan y
hacen cumplir efectivamente, tanto en el derecho como en la práctica. nacional, en los códigos de
familia, civiles, penales, laborales y comerciales y en las reglamentaciones administrativas." (párafo
218).

En este año 2000, hay que enfrentar el reto de buscar cómo aprovechar de la evaluación para
convencerles a los gobiernos de tomar pasos más concretos para avanzar los derechos humanos
de las mujeres. Un enfoque feminista con base en los derechos humanos podría ser útil para el
proceso. En un análisis feminista, las mujeres -- en toda su diversidad -- están colocadas en el
centro de la agenda y todas las políticas, prácticas y acciones están evaluadas por sus efectos,
reales o posibles, en las vidas de las mujeres, tomando en cuenta las múltiples encrucijadas de
raza, clase, edad, etnicidad, orientación sexual, afiliación religiosa, acceso a ingresos y tipos de
habilidades físicas y mentales.

Dos de los aspectos más importantes de un enfoque con base en los derechos humanos son la
estandarización y la responsabilidad. Los convenios de los derechos humanos aportan una
perspectiva ética y proponen estándares comunes para todos los pueblos y todas las naciones que
sirven para medir y promover el respeto para los derechos y las libertades de todos. La
responsabilidad significa que, no es simplemente una buena idea, sino que un deber de los
gobiernos, de las Naciones Unidas y de las otras agrupaciones inter-gubernamentales, hacer
máximos esfuerzos para implementar los compromisos que han hecho hacia los derechos
humanos. Dado que los gobiernos tienen la responsabilidad de implementar los estándares de
derechos humanos, es necesario que ellos mismos se los cumplan y que los implementen con
relación a otros: el sector privado que incluye las empresas transnacionales y otras entidades por
los cuales los gobiernos tienen la responsabilidad regulatoria y los individuos, sobre cuya conducta
tienen la responsabilidad jurídica.

Se puede medir la implementación más eficazmente si existen metas claras a nivel nacional,
regional e internacional. Aunque la Plataforma de Acción de Beijing es resulta de una de las
conferencias mundiales más visionarias de los 90, a diferencia con los documentos de otras
conferencias, casi no expresa metas específicas ni puntos de referencia para medir el progreso. Ya
es hora de fijar metas claras así como calendarizaciones e indicadores que puedan servir para
medir el progreso.

Para alcanzar las metas en cuanto a la implementación de la Plataforma de Beijing, un elemento


esencial es la asignación de recursos adecuados. Aunque pueda ser difícil para muchos gobiernos,
es necesario encontrar maneras creativas de reasignar los recursos existentes además de
estrategias para generar nuevos recursos. Algunas posibles estrategias podrían ser las siguientes:
evaluar los presupuestos con el fin de asegurar de que todos los programas sean sensibles al
género; emplear los recursos existentes para que reflejen las prioridades sensibles al género; y
asegurar que los recursos lleguen a las mujeres de base. Una falta de voluntad para tratar el
problema de los recursos es muestra de falta de voluntad política para trabajar hacia la igualdad de
género y la promoción de los derechos humanos de las mujeres.

Una expresión mínima de la voluntad política es la promulgación y la implementación de legislación


que ilegaliza toda violación de los derechos humanos de las mujeres, en conjunto con la
revocación de todas las leyes discriminatorias en los códigos nacionales. Otra expresión de la
voluntad política es la colección de información y estadísticas desagregadas por género y que
toma en cuenta el trabajo investigativo de los grupos de mujeres de base. Tal información se
puede utilizar para la formulación de políticas eficaces así como la estipulación de puntos de
referencia e indicadores de progreso.

CONTEXTO TEORICO
Los estudios de género y sexualidad tienen su referente más popular en los movimientos
sociales feministas de la década de los años sesenta del siglo XX. Debido a las
desigualdades sociales de las que histórica y casi universalmente han sido víctimas
principalmente las mujeres, se genera un proceso de lucha social que influye en los ámbitos
privado y público de la vida incluyendo el conocimiento.

Género y sexualidad son categorías estudiadas en las ciencias sociales, si bien para el caso
de la sexualidad humana hasta hace un tiempo se trataba tan solo desde la medicina o el
psicoanálisis. Pero al entender que los géneros se constituyen no solo desde el referente
biológico, sino desde lo cultural, es clara la razón de su inclusión en las ciencias sociales. A
los estudios de género aportan diferentes disciplinas tales como la psicología, la sociología,
la antropología, la lingüística, la política, la economía, la medicina, la historia, la filosofía,
el derecho, etc., lo que la convierte en una categoría interdisciplinaria.

El surgimiento de este campo de conocimiento se relaciona de manera estrecha con los


movimientos sociales en este caso de mujeres cuestionadas por su falta de derechos y de
oportunidades y por la dimensión existencial de la mujer en la sociedad, destinada casi con
exclusividad a las labores domésticas con una mínima participación en la educación, la
política y el trabajo externo.

Al plantear tales tensiones, se da origen a un campo de conocimiento con una


epistemología y metodología particulares, cuya producción intelectual más relevante
aunque no la primera es la de la filósofa francesa Simone de Beauvoir, (1908-1986), cuyo
ensayo denominado El segundo sexo publicado en 1949, trata de lo que significa ser mujer,
las situaciones que viven las mujeres y cómo ampliar sus libertades para mejorar su calidad
de vida2. Este documento es considerado la obra que dio origen al feminismo al cuestionar
el ser femenino desde lo psicológico, lo histórico, lo antropológico, lo biológico, la
reproducción y las relaciones afectivas y sexuales.

La tesis principal de Simone de Beauvoir se resume en que eso que entendemos por
"mujer", es un producto cultural que se ha construido socialmente y que se ha definido
tradicionalmente como madre, esposa, hija, hermana, siempre en relación con alguien más
y por tanto es fundamental la búsqueda de la propia identidad.

Con base en lo anterior, sintetizó su propuesta con la siguiente célebre frase: "No se nace
mujer, se llega a serlo", con lo cual marcó un derrotero intelectual y político que muchas de
sus seguidoras aún cultivan y que ha producido grandes frutos para la mitad de la
humanidad, tales como una mayor participación de las mujeres en la educación, la política
y el campo laboral. En palabras de Florence Thomas, la feminista franco-colombiana más
conocida en los medios, a raíz de lo mencionado, las mujeres hemos liderado la mayor
revolución pacífica mundial, sin decir que no haya aún espacios ávidos de acción.

Todo estudio que emplee la variable hombre / mujer, trata de analizar las diferencias que
puedan darse en función de ésta. La mayor parte de las diferencias tienden a beneficiar a
los hombres frente a las mujeres. Los hombres disfrutan de mejores empleos, de salarios
más elevados, de menor desempleo, poseen mayor representación pública y un status
social más elevado. La magnitud de las diferencias es tal que no se hablan tanto de
diferencias como de desigualdades.

La OMS define la desigualdad en función de las diferencias en materia de salud que son
innecesarias, evitables e injustas.

Otra variable es el tiempo. Las diferencias entre hombres y mujeres han evolucionado a lo
largo del tiempo, fenómenos como la incorporación a la actividad remunerada, la
adquisición de derechos políticos, los cambios en las pautas de fecundidad o los avances
de las mujeres en el terreno educativo e investigador son muestra de ello.

Las desigualdades en Salud con enfoque de Género han despertado el interés de la


investigación social. La distinción entre los términos sexo (biológico) y género (social) ha
resultado decisiva en el desarrollo de esta línea de investigación.

Las desigualdades de salud por género son producidas socialmente, aunque también son
fruto de diferencias biológicas entre los sexos.

Los procesos históricos, sociales y culturales aparecen como herramientas útiles para
explicar cómo han ido formándose las diferencias y desigualdades de género.

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