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Aceites Vegetales

En el mundo de la cosmética natural,


consideramos a los aceites vegetales como el
oro líquido.

Se trata de aceites que se extraen directamente de las semillas y en algunos casos


de los frutos de las plantas. Todas las plantas contienen aceites, pero únicamente
son aptos para su extracción industrial los procedentes de las plantas oleaginosas.
Los aceites vegetales, están cargados de
propiedades nutritivas y beneficiosas para la
piel.

Sin embargo, su característica más importante es que presentan un alto porcentaje


de ácidos grasos esenciales, los cuales son indispensables para realizar ciertas
funciones de nuestro organismo y que además nuestro organismo es incapaz de
sintetizar, por lo que requiere su obtención desde fuentes externas.

La composición química de los aceites vegetales, corresponde en la mayoría de


los casos a una mezcla de triglicéridos y otros componentes en menor medida
como los ácidos grasos libres, esteroles, ceras, etc.

Los ácidos grasos que componen a los aceites


vegetales, pueden dividirse en tres grandes
grupos:

1. Ácidos grasos saturados: este tipo de ácidos grasos son más comunes de
encontrar en las grasas animales. Tienen un punto de fusión más elevado que
los ácidos grasos insaturados, por lo que se presentan sólidos a temperatura
ambiente.

En su estructura molecular, todos los átomos de hidrógeno que presenta son


simples, es decir, que no presenta dobles enlaces, lo que se traduce en una
estructura rectilínea de su molécula. Esta característica, hace estos aceites sean
especialmente resistentes a la oxidación.
Algunos de los principales ácidos grasos
saturados de origen vegetal que podemos
encontrar son los siguientes:

− Lóricos: como el de Copra, Palmito y Babasú.


− Palmíticos: como el de Palma.
− Esteáricos: como la manteca de Karité.

2. Ácidos grasos monoinsaturados: este tipo de ácidos grasos se diferencia de los


ácidos grasos saturados, porque presenta un doble enlace de carbono en su
molécula, es decir, presenta una sola insaturación en su estructura. El más
importante de estos ácidos grasos es el Oleico, mayormente conocido como
Omega 9. Se encuentra presente en casi todas las grasas naturales como la de
Aceituna, Cacahuete, Colza o Sésamo.

3. Ácidos grasos poliinsaturados: este tipo de ácidos grasos, `presenta varios


dobles enlaces de carbono en su molécula, es decir, presenta más de una
insaturación en su estructura. Dentro de este grupo podemos encontrar el
ácido linolénico, comúnmente conocido como Omega 3 y Omega 6 que son
esenciales para nuestro organismo.

Este tipo de ácidos grasos, comúnmente se encuentra líquido a temperatura


ambiente y debido a su característica de poseer varios dobles enlaces de
carbono en su estructura, son también muy sensibles a la oxidación.
Algunos de los principales ácidos grasos
poliinsaturados que podemos encontrar son los
siguientes:

− Linoleicos: como el de Girasol, Algodón, Maíz y Soja.

− Linolénicos: como el de Soja, Chía y Borraja.

− Araquidónico: los vegetales contienen muy poca cantidad de este ácido

graso esencial, por lo que se obtiene comúnmente del pescado azul.

− Estearidónico: como el de Onagra


El método de extracción de los aceites vegetales
es muy sencillo.

Estos aceites vegetales se extraen mediante dos métodos principalmente, que son
el prensado en frío y la extracción mediante disolventes.

Para obtener aceites de gran calidad, el método más recomendado es el de la


extracción en frío, ya que el método de extracción mediante disolventes implica
que deba refinarse posteriormente el aceite vegetal para retirar el disolvente y
podrían quedar pequeñas cantidades de estos disolventes presentes en el aceite
aun después del proceso de refinado, sin mencionar que durante el proceso de
refinado podrían perderse valiosas propiedades del aceite vegetal.

En el proceso de prensado en frío, se muelen las semillas y se prensan a bajas


temperaturas. De esta manera se asegura que el aceite vegetal no pierda
propiedades sensibles a las altas temperaturas y no requiere de proceso de
refinado, por lo que el aceite se mantiene virgen y conserva todas sus propiedades
de aroma, vitaminas, minerales, etc.

Algunos ácidos grasos, a pesar de ser obtenidos mediante prensado en frío, son
sometidos posteriormente al proceso de refinado para blanquearlos o despojarlos
de aroma. Algunos de los aceites que frecuentemente se pueden encontrar en
este formato son los de Coco, Karité e incluso la cera de Abejas. Sin embargo, los
aceites de más alta calidad son los que se mantiene vírgenes y con todas sus
propiedades y características intactas, sin pasar por procesos de refinado,
blanqueamiento o desodorización.

Los aceites vegetales son hidratantes,


antioxidantes, nutritivos, regeneradores,
protectores y emolientes.
Por sí solos representan un gran poder como producto cosmético. En la mayoría
de los casos pueden ser aplicados directamente sobre la piel y son bien tolerados
por todos los tipos de piel, incluyendo las pieles grasas o seborreicas. Con ellos
podemos elaborar cremas, ungüentos, pomadas, macerados, bálsamos y obtener
todo tipo de texturas.

Presentan grandes propiedades no solo para piel, sino también para las uñas y el
cabello. La gran mayoría de estos aceites son comestibles, por lo que al ingerirlos
crudos estamos aportando a nuestro organismo los ácidos grasos esenciales que
él no es capaz de sintetizar y que son indispensables para el buen funcionamiento
de nuestro organismo.

Estos aceites deben ser almacenados en lugares


frescos, secos y apartados de la luz solar para
evitar su oxidación y consiguiente
enranciamiento.
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