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5.1. LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA: ANTECEDENTES Y CAUSAS.

BANDOS EN CONFLICTO Y FASES DE


LA GUERRA
A la muerte de Carlos III (14 de diciembre 1788) le sucede su hijo Carlos IV (1788-1808), quien inició el reinado
conservando los ministros anteriores y aboliendo la Ley Sálica (1789), que posteriormente sería una fuente de conflictos.
El crecimiento económico de las décadas anteriores se agotó, las sucesivas hambrunas generalizadas dieron lugar al
aumento de la conflictividad social. La población debilitada por el hambre y la escasez se vio sometida a nuevas
epidemias como la fiebre amarilla. Este periodo coincide con la Revolución Francesa (asalto a la Bastilla el 14 de julio
de 1789) y sus consecuencias. Podemos diferenciar varias etapas:

Durante la hostilidad con Francia, el ministro Floridablanca ante el movimiento revolucionario impone el “cordón
sanitario” (prohibición de llegada de noticias, prensa, estudios en el extranjero, etc.) y rompe el Tercer Pacto de Familia
(1761). Floridablanca es sustituido por el Conde de Aranda y este por Godoy convertido en Secretario de Estado desde
1792. La ejecución de Luis XVI el 21 de enero de 1793 en la guillotina provoca la Guerra de los Pirineos o Guerra del
Rosellón. El General Ricardos invadió el Rosellón, un territorio que había pertenecido a España hasta 1648, sus
habitantes eran catalanes, católicos y contrarios a las imposiciones de los jacobinos. En el contexto de unas fiestas
religiosas los habitantes del Rosellón fueron castigados y el general Ricardos cruzó la frontera y se enfrentó victorioso a
los franceses en Céret. Con la muerte de Ricardos (marzo 1794) se pierden las ventajas militares y los ejércitos
franceses invaden la zona vasca y Cataluña, provocando la formación de Juntas de Defensa Militar (por primera vez). El
asesinato de Robespierre en la guillotina y el estancamiento militar lleva a firmar el Tratado de Basilea (1795) por la que
los franceses se retiran de territorio español, obtienen a cambio la isla de Santo Domingo.

En la alianza con Francia la revolución continúa de una forma más moderada, se conforma la Primera República
gobernada por un Directorio de cinco miembros. Con España, en 1796 se reanuda la línea de los Pactos de Familia con
la firma del Tratado de San Ildefonso. Francia en guerra con Inglaterra, nos lleva a enfrentarnos con los ingleses con las
consecuencias de la derrota de la escuadra española en el Cabo de San Vicente y la pérdida de Trinidad. El directorio
francés dio paso al Consulado, un grupo de tres cónsules donde Napoleón fue nombrado Primer Cónsul en 1799. En
1800, se firma con Napoleón nuevos tratados por los que España se compromete a declarar la guerra a Portugal por el
incumplimiento del bloqueo continental a Inglaterra. Se produce la Guerra de las Naranjas (1801) por la que España
obtiene la plaza de Olivenza en la Paz de Badajoz. En 1804 Napoleón ya convertido en Emperador, convence a Carlos
IV y Godoy de la división del mundo en dos imperios: uno Continental dirigido por Francia y otro de Ultramar que sería de
España, si se vencía a Inglaterra. La ambición de Godoy de conseguir un Principado en Portugal y el temor a la invasión
francesa, dio lugar a una nueva guerra contra Inglaterra en la que tiene lugar la derrota naval franco-española en
Trafalgar, en el Cabo de Cádiz en octubre de 1805, que supone el final del poderío naval español, España pierde el
monopolio comercial con América y la supremacía inglesa en el Océano. Las consecuencias de este ciclo de guerras
fueron además de las pérdidas demográficas, el endeudamiento de la Hacienda Real y la crisis del comercio colonial.

En el mes de octubre de 1807, España firmó el Tratado de Fontainebleau con Francia que preveía el reparto de Portugal
en tres zonas. Además se autorizaba el paso de las tropas francesas por el territorio español, en noviembre el General
Junot había ocupado Portugal. En territorio nacional, en marzo de 1808 había plazas españolas ocupadas por franceses,
lejos de las rutas hacia Portugal, en este contexto Godoy y Carlos IV preparan el traslado de la Corte de Aranjuez a
Sevilla con la intención de partir a América, pero el malestar del pueblo por la presencia de las tropas francesas y
alentada por el partido fernandino provoca el Motín de Aranjuez frente a la casa de Godoy que el 17 de marzo fue
depuesto de su cargo. Dos días después tiene lugar la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando VII (Abdicaciones
de Bayona), quien hará su entrada en Madrid al tiempo que el General Murat. Napoleón convocó en Bayona a Carlos IV,
quien declara nula su abdicación, y posteriormente a Fernando VII, y una vez allí, hijo y padre abdican de la Corona de
España que Napoleón concede a su hermano José Bonaparte, como Jose I de España, dejando prisioneros a los
miembros de la familia real española. En este sentido, el nuevo rey hizo publicar el Estatuto de Bayona una “carta
otorgada” que quería hacer las veces de texto constitucional, que fijaba el nuevo régimen político bajo el gobierno de
José I. Era un texto parcialmente reformista pues incluía en su contenido el reconocimiento de ciertos derechos
individuales (libertad de imprenta, de industria y comercio, igualdad fiscal), pero reservaba al rey casi toda la práctica de
los poderes, incluidas las atribuciones legislativas y se conservaban gran parte de los privilegios estamentales. No llegó
a ponerse en práctica por el estallido de la guerra. José Bonaparte contó con el apoyo de los afrancesados.

Los conflictos armados de la Guerra de Independencia (1808-1813) se inician con el Levantamiento del Dos de Mayo en
Madrid. Grupos de madrileños comenzaron a concentrarse ante el Palacio Real. Los soldados franceses pretendían
sacar al infante Francisco de Paula para llevárselo a Francia con el resto de la Familia Real, asaltaron las puertas del
palacio. El choque desencadenó la reacción espontánea de toda la ciudad. La represión del ejército francés hizo de ese
día una jornada sangrienta que años después representaría Goya en La Carga de los Mamelucos y Los fusilamientos del
3 de Mayo. El levantamiento popular del 2 de mayo de Madrid, se extendió y supuso el inicio de una guerra de liberación
con carácter nacional. Ante el vacío de poder el pueblo asume la soberanía, se crean las juntas patrióticas, que reunirán
al ejército regular que se separa del gobierno del rey José I y se aliaron de nuevo con el ejército inglés. En poco tiempo,
las juntas patrióticas se convierten en juntas provinciales (hubo 13 Juntas Regionales) y estas terminan creando una
Junta Central Suprema en Aranjuez dirigida por el Conde de Floridablanca.

Junta Central: Organizada a petición de la Junta de Valencia (1808) con la denominación de Junta Suprema Central
Gubernativa del Reino, como órgano de dirección suprema de los asuntos políticos y militares. Su primer presidente fue
el Conde de Floridablanca y sus sedes sucesivamente: Aranjuez, Sevilla y Cádiz.

La Regencia: Con sede en Cádiz (1810) en que se sustituyó a la Junta Central, fue el órgano de gobierno de España
hasta el regreso de Fernando VII en 1814. Compuesta por cinco miembros, existieron cinco Consejos de Regencia
destacando en su labor la convocatoria de las Cortes de Cádiz que elaboraron la Constitución de 1812. Dinámica de la
Guerra de Independencia – enfrentamiento con Francia, fue un conflicto civil entre los “afrancesados” partidarios de José
I y los llamados “patriotas”.

Tuvo tres fases fundamentales:


Primera fase (1808): Tras el levantamiento del pueblo de Madrid el 2 de mayo, el objetivo del ejército francés es
mantener el camino libre entre Madrid y la frontera de Francia, y llegar a Cádiz donde la escuadra francesa está
bloqueada, en mar por los ingleses y desde tierra por las baterías españolas. Los franceses, con el general Dupont,
ganan terreno hasta Andalucía, la Junta Central se repliega hasta Sevilla. El ejército inglés actúa desde Portugal. Dupont
divide su ejército en Andalucía para cerrar el paso de Despeñaperros y esto lo aprovechan las tropas españolas con el
general Castaños al mando para presentar batalla en Bailén (1808), que supone la primera derrota del ejército francés
en Europa. La derrota obliga a que Jose I abandone Madrid y el ejército francés se repliegue en el Norte.
Segunda fase (1809-1812): La derrota francesa en Bailén origina la llegada de Napoleón a España con la Grande Armée
y a dirigir personalmente la guerra. Rompe la línea del Ebro, fuerza los pasos de Somosierra con el regreso de José I a
Madrid y toda la Península queda en poder francés menos Cádiz. La Junta Central que estaba en Sevilla tiene que
replegarse a Cádiz, nombrar una Regencia y convocar Cortes (Constitución de 1812).
Las modalidades de la guerra fueron los sitios de Zaragoza (general Palafox) y Gerona, y, la guerrilla, que fue la forma
habitual de lucha en el medio rural, eran unidades de soldados independientes al grueso del ejército, de composición
mixta de soldados y civiles. Algunos guerrilleros fueron “El Empecinado”, “El Cura Merino” o Francisco Espoz y Mina.
Tercera fase (1812-1813): Aprovechando el desgaste francés y la retirada de tropas con destino al frente ruso. El duque
de Wellington llega con sus tropas desde Portugal, vuelve la guerra regular, el reconformado ejército español bajo el
mando del general Castaños. Aunque dirigía Wellington como Generalísimo. En la reconquista suceden los triunfos en
las batallas de Arapiles (1812), Vitoria y San Marcial (1813).
Fin de la guerra (1813): La victoria en Arapiles provoca el abandono definitivo de Madrid de José I y con las derrotas, los
franceses se repliegan al otro lado de los Pirineos y en diciembre de ese año se firma el Tratado de Valençay por el que
Napoleón reconoce a Fernando VII como rey legítimo de España.

La guerra fue una gran catástrofe por la destrucción económica y demográfica que supuso. Hubo un millón de muertos
entre la guerra, las represalias y las enfermedades. Las tierras quedaron arrasadas, se produjo una tala de bosques
sistemática, la destrucción de los incipientes centros industriales, la destrucción de las vías de comunicación, y, el
saqueo y expolio por los franceses de obras de arte y patrimonio. Todo ello unido a la escasez de dinero y al recorte de
suministro de metales, oro y plata de las colonias españolas, en proceso de independencia. La economía española se
hundió con una deflación, el abandono de tierras y la no circulación monetaria que produjo en algunos lugares la vuelta
al trueque. Moralmente, en España, se instaló un clima de violencia y una actitud de desorden y caos, con un exceso de
la población armada y sumida en la pobreza, se instaló el bandolerismo. Por destacar algún aspecto positivo, se produjo
un aumento de los valores de la unidad española. España no participará en el Congreso de Viena, por decisión de
Inglaterra, lo que le dejará al margen del ámbito internacional.

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