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La sensibilización implica que cuanto más expuesto está uno a un estímulo, mayor será su respuesta a ese estímulo en el futuro. Las sensibilizaciones constituyen la mayoría de nuestras respuestas automáticas, ya que nos permiten procesar eficientemente los numerosos estímulos que recibimos. La presentación repetida de un estímulo puede provocar tanto una disminución (habituation) como un incremento (sensibilization) en la respuesta, dependiendo del vigor de la conducta elicitada.
La sensibilización implica que cuanto más expuesto está uno a un estímulo, mayor será su respuesta a ese estímulo en el futuro. Las sensibilizaciones constituyen la mayoría de nuestras respuestas automáticas, ya que nos permiten procesar eficientemente los numerosos estímulos que recibimos. La presentación repetida de un estímulo puede provocar tanto una disminución (habituation) como un incremento (sensibilization) en la respuesta, dependiendo del vigor de la conducta elicitada.
La sensibilización implica que cuanto más expuesto está uno a un estímulo, mayor será su respuesta a ese estímulo en el futuro. Las sensibilizaciones constituyen la mayoría de nuestras respuestas automáticas, ya que nos permiten procesar eficientemente los numerosos estímulos que recibimos. La presentación repetida de un estímulo puede provocar tanto una disminución (habituation) como un incremento (sensibilization) en la respuesta, dependiendo del vigor de la conducta elicitada.
La sensibilización se trata trata del aumento de una respuesta específica ante un
estímulo debido a la repetición de éste. Va muy ligada al concepto anterior e implica que cuantas más veces experimentemos el mismo estímulo, más veces daremos como resultado la misma respuesta.
Las sensibilizaciones constituyen la mayor parte de todo lo que hacemos. Son
el conjunto de respuestas automáticas a muchas tareas y estímulos que vamos viviendo y según hayamos experimentado la realidad, tendremos ciertas respuestas a ciertos estímulos y otras respuestas a otros estímulos, o dejamos de responder a otros, también. Es decir, que mecanizamos respuestas como si fuéramos robots, porque si no nos volveríamos locos procesando tantos estímulos. Ahora bien, desde que somos pequeños recibimos estímulos una y otra vez, muchos de estos similares en cuanto a contexto y contenido, estos estímulos pasan por nuestro filtro e inconscientemente la respuesta más repetida es la que queda asociada, siendo esta correcta o incorrecta.
La presentación repetida de un estímulo elicitante puede provocar tanto
disminuciones como incrementos en la respuesta. Las disminuciones de la tendencia a responder producidas por la estimulación repetida reciben el nombre técnico de efecto de habituación. Los incrementos de la tendencia a responder se llaman efecto de sensibilización.
Efecto de habituación: Disminución progresiva en el vigor de la conducta elicitada
que puede tener lugar con la presentación repetida del estímulo elicitante.
Efecto de sensibilización: Incremento en el vigor de la conducta elicitada que
puede resultar de la presentación repetida del estímulo elicitante o de la exposición a un estímulo externo intenso.
Proceso de sensibilización: mecanismo neural que incrementa la magnitud de
las respuestas elicitadas por un estímulo. Se asume que los procesos de sensibilización tienen lugar en el sistema de estado. Este sistema abarca otras partes del sistema nervioso que determinan el nivel general de disposición o tendencia a responder de un organismo. A diferencia del sistema E-R, que se activa cada vez que se presenta el estímulo elicitante, el sistema de estado se activa únicamente con eventos excitadores. Por ejemplo, permanece relativamente inactivo durante el sueño.