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INSTITUTO DE ESTUDIOS SUPERIORES EN ADMINISTRACIÓN

PÚBLICA

MAESTRÍA EN ADMINISTRACIÓN DE NEGOCIOS

Materia: CALIDAD TOTAL

Trabajo: Diagnostico Situacional.

Profesor: Dr. Javier Martín Ortega Escalona

Alumnos:
CARLOS EMILIO SANCHEZ RUIZ
JOHANA MONSERRAT RODRIGUEZ BARRERA
INTRODUCCIÓN
Antecedentes Históricos.
El Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga” es una institución de asistencia
pública perteneciente a la Secretaría de Salud de México, forma parte de una red de
seis hospitales que prestan salud pública en la zona central del país, se encuentra
ubicado en la colonia Doctores.
El proyecto del Hospital General fue aprobado el 22 de noviembre de 1895 por el
entonces presidente de la república, Porfirio Díaz, quien determinó la concreción del
esperado nombramiento del doctor Eduardo Liceaga como director médico. Las obras
se comenzaron el 23 de julio de 1896 y se terminaron el 31 de diciembre de 1904. Fue
inaugurado el 5 de febrero de 1905 por Porfirio Díaz, tuvo un costo de cuatro millones
ochocientos mil pesos, iniciado con cuatro especialidades básicas. El primer director del
Hospital General fue el médico militar Fernando López.
El hospital se integró con 49 pabellones, 19 garitones de vigilancia colocados en el
interior de la barda y 5 porterías en los pabellones de infecciosos, 1 de ginecología, 1
para pensionistas no infecciosos, 1 de observación y 3 de maternidad. Diecisiete
edificios fueron destinados a servicios generales. Su capacidad fue de 800 camas,
pudiendo ampliarse eventualmente a 900.
Nacía entonces una institución duradera, que perdura hasta nuestros días y ha dejado
una huella definitiva en el desarrollo de la atención, la docencia y la investigación
médica en México. No obstante las múltiples dificultades que ha enfrentado y que van
desde los recursos siempre insuficientes y los problemas de índole política y
burocrática, la institución ha crecido y se ha renovado, siendo la última gran
transformación la ocurrida después del sismo del 19 de septiembre de 1985, que
derrumbó los edificios de gineco-obstetricia y de residencia médica, y dejó decenas de
muertos entre doctores, enfermeras y pacientes muchos de ellos niños recién nacidos.
Antecedentes del Dolor.

El dolor surgió con el origen de la vida y tiene una importante función biológica
relacionada con la autoprotección y la sobrevivencia de las especies, millones de años
de evolución han desarrollado un sistema de alarma de alta sensibilidad y cada vez
más elaboradas respuestas asociadas a mantener la homeostasis y la seguridad del
individuo principalmente ante las amenazas del medio ambiente, pero también como
respuesta a cualquier daño interno.

El hombre primitivo creía que el dolor estaba localizado en el cuerpo y que lo causaban
demonios, humores malignos o espíritus de muertos que entraban en él. Los egipcios y
mesopotámicos lo percibían como un castigo de los dioses; de hecho, la palabra “pain”
en inglés deriva de poena en latín que significa castigo; lo localizaban en el alma. El
budismo del siglo V antes de Cristo señalaba que el dolor era una frustración de los
deseos y, por tanto, también lo localizaban en el alma. Los antiguos chinos creían que
era una pérdida del equilibrio del ying y el yang y para ellos estaba en el corazón.
Hipócrates, en 1420 a.c. planteaba que era una perturbación del equilibrio normal del
organismo, que yacía también en el corazón.

La medicina hipocrática concibe a las enfermedades como desequilibrio de los humores


fundamentales en esta época aparecen conceptos de terapia del dolor y manejo de
hierbas analgésicas como la mandrágora y la amapola. La medicina hipocrática está
llena de explicaciones religiosas e ideas arcaicas.

La evolución en el manejo del dolor fue lenta, casi siempre basada en empirismo,
efectos mágicos rezos, limpias, herbolaria y otros procedimientos relacionados a
vivencias religiosas, posteriormente, se descubren procedimientos y sustancias que
llegan a modificar el campo de la medicina tradicionalista y la cirugía. La explicación
científica de las enfermedades y fármacos como el éter, el ácido acetíl salicílico y la
morfina y sus derivados cambiaron radicalmente la conceptualización y el manejo del
dolor. Con estos elementos y con las experiencias obtenidas en las contiendas bélicas
(primera y segunda guerra mundial) crece la necesidad y el interés por combatir el dolor
que como secuela dejaron en los veteranos.

El dolor agudo es un padecimiento común en el ámbito hospitalario. Debido a la


complejidad que representa su manejo, resulta importante contar con parámetros de
práctica que asistan al personal médico y paramédico sobre la toma de decisiones en
este rubro. En México y diversos países se han formado grupos de consenso que han
generado recomendaciones para lograr este objetivo.

La enorme complejidad y multitud de aspectos y variantes que presenta el dolor; todos


sabemos perfectamente a qué nos referimos cuando hablamos de qué es el dolor y sin
embargo no significa lo mismo para ninguno de nosotros.
Se han propuesto gran número de definiciones del dolor lo cual refleja la enorme
dificultad para encontrar una definición exacta. El término dolor es definido en la última
Edición (2.a) del Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española,
basado en su etimología latina (dolor-oris) como: «aquella sensación molesta y aflictiva
de una parte del cuerpo por causa interior o exterior» y también como «un sentimiento,
pena o congoja que se padece en el ánimo».

La definición más aceptada actualmente, es la de la Asociación Mundial para el Estudio


del Dolor (IASP): «es una experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada
con un daño tisular, real o potencial, o descrita en términos de dicho daño »

El dolor se produce cuando llegan a distintas áreas corticales del SNC un número de
estímulos suficientes a través de un sistema aferente normalmente inactivo,
produciéndose no sólo una respuesta refleja, ni sólo una sensación desagradable, sino
una respuesta emocional con varios componentes: — Componente sensorial-
discriminativo: hace referencia a cualidades estrictamente sensoriales del dolor, tales
como su localización, calidad, intensidad y su característica temporo-espaciales. —
Componente cognitivo-evaluativo: analiza e interpreta el dolor en función de lo que se
está sintiendo y lo que puede ocurrir. Componente afectivo-emocional: por el que la
sensación dolorosa se acompaña de ansiedad, depresión, temor, angustia etc..
Respuestas en relación con experiencias dolorosas previas, a la personalidad del
individuo y con factores socio-culturales.

CLASIFICACION DEL DOLOR

Han sido muchos los intentos de clasificar los diferentes tipos de dolor, proponiéndose
clasificaciones basadas en la etiología, expectativa de vida, según la región afectada, la
intensidad, y el tiempo de duración entre otras.

Clasificación etiológica. El Subecomité de Taxonomía de la IASP ha dado la


siguiente clasificación:

● Dolor genético o congénito.

● Dolor postraumático, postquirúrgico, quemado.

● Dolor infeccioso, parasitario.

● Dolor inflamatorio, inmune.

● Dolor por cáncer.

● Dolor tóxico, metabólico.

● Dolor degenerativo, mecánico.

● Dolor disfuncional.
● Dolor de origen desconocido.

● Dolor psicológico.

Clasificación según la expectativa de vida, donde existen básicamente dos tipos


de dolor:

● El maligno, que es el producido a consecuencia del cáncer o del Sida.

● El benigno, mal denominado, ya que no puede considerarse como tal a


ningún tipo de dolor y que estaría representado por aquellos procesos que
no comprometen la supervivencia del individuo.

Clasificación según la región afectada. Según el Subcomité de Taxonomía de la


IASP se puede distinguir:

● Dolor de cabeza, cara y boca.

● Dolor de la región cervical.

● Dolor de la parte superior de la espalda y miembros superiores.

● Dolor de la región torácica.

● Dolor abdominal.

● Dolor bajo de espalda, columna lumbar, sacro y coccígeo.

● Dolor de miembros inferiores.

● Dolor pélvico.

● Dolor anal, perianal y genital.

● Dolor que afecta a más de tres regiónes.

Clasificación según las características temporales del dolor.

Se puede clasificar en episodios simples, dolor continuo, dolor recurrente o dolor


paroxístico. O bien, en dolor Agudo y Crónico, que desde el punto de vista práctico
utilizamos con mayor frecuencia por las grandes diferencias que existen entre uno y
otro, en cuanto a la modulación central del dolor, la repercusión sobre el individuo y
el enfoque terapéutico.

TIPOS DE DOLOR

Dolor Agudo: Es la señal de alarma del organismo agredido y una vez ha cumplido
su misión se transforma en algo inútil y destructivo, si no es aliviado. El dolor no
guarda ninguna relación cuantitativa con la lesión tisular que lo provoca, pero alerta
al paciente cuando su tolerancia al dolor ha sido alcanzada, induciéndole a solicitar
ayuda médica, sirviendo al médico como orientación diagnóstica y terapéutica.

El dolor agudo produce una serie de efectos indeseables, como consecuencia de la


llegada del estímulo doloroso a distintos niveles del SNC. Su duración es corta, bien
localizado, se acompaña de ansiedad y de signos físicos autonómicos (taquicardia,
hipertensión, taquicaredia, fleo, vómitos, sudoración, palidez, entre otros). Puede ser
superficial (piel y mucosas), profundo (músculos, huesos, articulaciones, ligamentos
y visceral.

El dolor superficial y profundo es transmitido por nervios somáticos (fibras A delta y


C), mientras que el visceral lo es por fibras A delta y C que acompañan a las vías
simpáticas. parasimpáticas y nervio frénico. Según su etiología, el dolor agudo
puede ser: Médico, Postquirúrgico o Postraumático y Obstétrico.

Dolor Crónico Benigno: Se acepta que el dolor crocino es aquel que persiste
mucho más que el tiempo de curación previsto, no resolviéndose con los
tratamientos efectuados cuando se tiene una expectativa de que esto ocurra.
También se define como el dolor que dura más de 3 a 6 meses, aún habiéndose
realizado los tratamientos adecuados.

Cuando el dolor crónico no está asociado con el cáncer o SIDA se denomina Dolor
Crónico Benigno. No responde al tratamiento de una causa específica y no hay
signos de actividad del Sistema Nervioso Autonómico. Se asocia con cambios de la
personalidad y depresión (tristeza, pérdida de peso, insomnio, desesperanza),
convirtiéndose el dolor no ya en un síntoma como en el caso del dolor agudo— sino
en una enfermedad. En la mayoría de los casos se requiere un enfoque terapéutico
pluridisciplinar.

Dolor Cronico Maligno: El dolor producido en el paciente oncológico constituye


una verdadera urgencia que debe tratarse de inmediato y en el que están
representados todos los tipos de dolor posibles. Puede ser un dolor continuo y
constante, si bien no es infrecuente que aparezcan períodos de agudización en
relación con la expansión del proceso tumoral.

El dolor puede estar causado por múltiples mecanismos: relacionado con el propio
tumor y sus metástasis, relacionado con los tratamientos efectuados o sin relación
con la enfermedad de base o su terapéutica. Entre los síndromes dolorosos más
frecuentes en pacientes oncológicos están: el dolor por invasión ósea (como lesión
primitiva o metastásica), dolor neuropático (por compresión nerviosa) y dolor
visceral. El dolor del cáncer estará además agravado por una serie de factores
como: insomnio, fatiga, anorexia, miedo a la muerte, rabia, tristeza, depresión,
aislamiento.
Dolor Somático: Es un dolor que procede de estímulos somáticos superficiales o
profundos que resulta de activación de nociceptores y es transmitido por los nervios
somáticos.

Dolor Visceral: El dolor visceral es un dolor sordo, difuso y mal localizado, cuyo
punto de partida son las vísceras huecas o parenquimatosas. Generalmente, es
referido a un área de la superficie corporal, siendo acompañado frecuentemente por
una intensa respuesta refleja motora y autonómica.

A nivel visceral, los estímulos que producen dolor son: espasmo del músculo liso
(vísceras huecas), distensión, isquemia, inflamación, estímulos químicos y tracción,
compresión o estiramientos de los mesos.

Dolor por Desaferentación: Es el único dolor que no es producido por la


estimulación de nociceptores periféricos y que puede resultar de una lesión del
Sistema Nervioso Periférico o de lesiones en el propio SNC. El dolor por
desaferentación posee unas características diferenciales con respecto al dolor
somático que podemos resumir como sigue: no aparece como respuesta a
estimulación de nociceptores periféricos; es un dolor que se percibe en forma de
hiperalgesia, hiperestesia, disestesia, alodinia; en un alto porcentaje de casos, el
dolor no coincide con la lesión neurológica siendo frecuente el retraso en el tiempo
entre el daño neurológico y el inicio del dolor (semanas, meses e incluso años); en
la mayoría de los casos está mal localizado y su alivio con analgésicos opiáceos es
sólo parcial y deficiente, incluso nulo, aunque puede ser aliviado con tiopental
intravenoso y psicofármacos. La severidad y el carácter crónico de este dolor no se
relaciona directamente con una etiología específica.

Dolor Psicógeno: El dolor psicógeno es un dolor no orgánico, que surge como


consecuencia de padecimientos de origen psíquico. Entre ellos, puede incluirse los
que aparecen en las neurosis (histeria, estados obsesivos compulsivos, estado de
ansiedad e hipocondriasis) y en la psicosis (esquizofrenia en forma de alucinaciones
y especialmente en los trastornos afectivos en forma de equivalentes). No hay que
olvidar que el dolor psicógeno forma parte de los síndromes dolorosos crónicos, que
es real y que precisa de un tratamiento específico por el psiquiatra.
Antecedentes de Clínica del Dolor

En el Hospital General de México de la Secretaría de Salud, en 1976 se reunió un


grupo de médicos interesados en combatir el dolor y así el Dr. Miguel Herrera Barroso,
jefe del servicio de anestesiología en ese año, basado en experiencias anteriores formó
la Clínica del Dolor. Con el transcurso del tiempo y por el aumento en la demanda de
servicios prestados por este grupo de médicos en octubre de 1980, se pide la
colaboración del Dr. Vicente García Olivera como asesor por su amplia experiencia y
conocimientos en el manejo del dolor con lo que se convierte esta clínica en el centro
principal de consulta y tratamiento para enfermos inválidos con dolor de los 15 centros
de rehabilitación de la Secretaría de Salud en la República.

En 1986 las autoridades observaron los buenos resultados obtenidos en el manejo y


control del dolor, además de que se incrementó el número de pacientes, motivo por el
cual se le asignó un área física y se elevó a “Servicio de Clínica del Dolor”, en 1999
Inaugurar el Servicio como Clínica del Dolor y Cuidados Paliativos, nombrando además
coordinaciones para incrementar la calidad de atención del Servicio. Debido a la
incapacidad de los pacientes en fase terminal de acudir a su control en la Clínica del
Dolor, se ve la necesidad de crear la Unidad de Cuidados Paliativos en donde no sólo
otorga al paciente apoyo y tratamiento al dolor, sino apoyo multidisciplinario,
otorgándole una vida digna antes de su muerte.

Actualmente brinda atención a pacientes con padecimientos crónicos degenerativos,


que presenten dolor intenso e incontrolable. Cuidados Paliativos a pacientes con
enfermedades crónicas sin posibilidades de curación adultos y pediátricos. Asesoría
medica de enfermería, nutricional, psicológica y tanatológica a cuidadores de pacientes
con enfermedades terminales. Cuidados paliativos domiciliarios. Línea telefónica para
atención y orientación a familiares y pacientes en cuidados paliativos. Pláticas a
familiares y enfermos sobre cuidados del paciente terminal.

Así mismo brinda una serie de estudios especializados, consultas de primera vez y
subsecuentes en un horario amplio de 08:00 – 10:00 hrs. Con una cuota de
recuperación para otorgar la atención ya que los fármacos utilizados son de alta
especialidad lo cual incrementa el costo de este.

Atendiendo en su mayoría las siguientes problemáticas.

● Padecimientos degenerativos osteomusculares


● Lumbalgia
● Dolor por Cáncer
● Neuropatías
● Herpes Zoster
● Neuralgias Craneofaciales
● Cefaleas
● Dolor Post - amputación
● Síndrome de Dolor Regional Complejo
● Enfermedades terminales
● Manejo de síntomas
● Orientación Higiénica y Nutricional
● Atención Psicológica
● Tanatología
● Manejo de Linfoedema
● Prevención y manejo de ulceras por presión
● Asesoría Nutricional
● Apoyo a Cuidadores

Contando con los siguientes recursos terapéuticos:

● Terapia farmacológica
● Bloqueos de nervios periféricos
● Bloqueos autonómicos
● Aplicación de radiofrecuencia
● Infiltraciones intraarticulares
● Electroestimulación nerviosa transcutánea
● Psicoterapia
IDENTIFICACIÓN DE PROCESO CRITICO.

La población con dolor crónico de origen NO oncológico de la Clínica del Dolor del
Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga” no tendrá adecuada adherencia al
tratamiento en un porcentaje aproximado del 50% pese a las facilidades y herramientas
que otorga.

JUSTIFICACIÓN

La falta de cumplimiento con el régimen terapéutico conlleva múltiples consecuencias,


tanto clínicas como económicas, derivadas del incremento de la mortalidad o la
morbilidad observado en los pacientes no cumplidores. En las últimas décadas se han
realizado grandes avances en la mejora del diagnóstico y el tratamiento de los
diferentes problemas de salud.2

En estudios se ha demostrado una asociación positiva entre la adherencia al


tratamiento y obtención de buenos resultados y por el contrario, los pacientes con baja
adherencia a la medicación tienen puntuaciones de satisfacción generales más bajas. 4
Sin embargo, la falta de adherencia a los tratamientos continúa siendo un obstáculo
para cumplir con el propósito de mejorar la salud y la calidad de vida de los pacientes.2

En los países desarrollados las tasas de adherencia a los tratamientos de las


enfermedades crónicas se sitúan alrededor del 50%, cifra que permite a la OMS
calificar la adherencia como “un problema mundial de gran magnitud”.2

En Estados Unidos se ha estimado un costo de 100 billones de dólares al año derivado


de la toma incorrecta de la medicación.6 La falta de adherencia a los medicamentos
debe considerarse como una condición médica diagnosticable y tratable.7
Desafortunadamente, el conocimiento de los médicos sobre si un paciente toma la
medicación prescrita parece ser poco más que una moneda lanzada al aire.
La capacidad de apego terapéutico a la medida objetiva es, por lo tanto, un requisito
previo para evaluar el impacto de cualquier intervención.8

La escala de Adherencia a la Medicación Morisky-Green permitirá identificar aquellos


pacientes adherentes o no adherentes al tratamiento, al ser de respuesta dicotómica
“si” o “no” 18 no deja en duda la adherencia y no contiene preguntas que puedan ser
subjetivas. Nuestro interés en éste estudio es medir la población adherente al
tratamiento.
OBJETIVOS

General.
1. Medir por medio de la escala de Adherencia a la Medicación Morisky-Green
(MMAS) la adherencia al tratamiento con opioides en pacientes con dolor crónico
no oncológico.

Objetivos específicos.
1. Identificar a los pacientes cumplidores (buena adherencia al tratamiento) y no
cumplidores (mala adherencia al tratamiento) por medio de la escala de
Adherencia a la Medicación Morisky-Green.
2. Relacionar la adherencia a la medicación con la Escala Numérica Análoga.
3. Comprobar que el mal apego al tratamiento con opioides en dolor crónico no
oncológico es parte fundamental del fracaso al tratamiento.
4. Identificar los factores que se relacionan con un mal apego al tratamiento.

MISIÓN Y VISIÓN DE LA UNIDAD

Misión.

Proporcionar atención médica especializada, con calidez y calidad a pacientes con


dolor crónico rebelde a tratamientos habituales de causa no oncológica u oncológica,
brindando cuidados paliativos éticos, humanos, científicos, completos y continuos intra
y extrahospitalarios a los pacientes con enfermedades terminales que lo requieran y su
familia, en coordinación con otras especialidades médicas, para otorgar diagnósticos y
tratamientos adecuados que contemplen el manejo de signos y síntomas, apoyo
psicoafectivo y tanatológico, con orientación higiénico nutricional, prevención y
tratamiento de escaras y manejo de linfoedema, con el fin de obtener la máxima
satisfacción del usuario y una mejor calidad de vida.

Visión.

Ser un Servicio líder a nivel nacional e internacional en la atención especializada de


pacientes con dolor crónico y enfermedades terminales con mala respuesta a las
terapéuticas habituales, que requieren cuidados paliativos tanto intrahospitalarios como
ambulatorios y domiciliarios, para mejorar la calidad de vida de los enfermos y su
familia, contribuyendo en la formación de recursos humanos a nivel médico, de
enfermería y paramédico; fomentando la investigación y publicación de artículos en
revistas de alto impacto.
ORGANIGRAMA

MATRIZ FODA

Falta de Adherencia al Tratamiento Terapéutico para el manejo del dolor crónico por causa no oncológica

FORTALEZAS OPORTUNINDADES

F1 Personal con Alto grado académico y experiencia en el O1 Utilizar los recursos económicos de la cuota de
SERVICIO
área. CLINICA DEL recuperación para medicamentos y material propios de la
DOLOR Y
CUIDADOS clínica.
F2 Apoyo didáctico para llevar la Promoción a la Salud
PALIATIVOS

con temas de manejo del dolor por causasCORDINACIÓN


diversas
DE
y O2 Capacitación continua al personal y usuarios
CORDINACIÓN
DE
oncológico. INVESTIGACIÓ ENSEÑANZA
N
O3 Gestionar mas recurso humano para la atención de
F3 Existencia de documentos técnicos – administrativos. necesidades
CONSULTA CUIDADOS ALGOLOGIA INTERVEN - JEFATURA DE TRABAJO PSICOLOGIA JEFE
F4EXTERNA
Se cuenta con la participación de la red de
PALIATIVOS unidades
CIONISMO ENFERMERIA SOCIAL ADMINISTRATI
VO
de investigación

F5 Se cuenta con la normatividad e instrumentos técnico-PERSONAL DE PERSONAL


ENFERMERIA ADMINISTRTIV
administrativos para otorgar el servicio O

DEBILIDADES AMENAZAS PERSONAL DE


LIMPIEZA
D1 Ratio Inadecuado personal/ paciente. A1 Falta de redes de apoyo

D2 Lo tratamientos son complejos de entender A2 Alta demanda en el servicio

D3 Hábitos nocivos A3 Complejidad de la enfermedad

D4 Comorbilidades persistentes A4 Estrés laboral

D5 Sobrepoblación usuaria del servicio A5 Problemas Familiares

A6 Deterioro en la calidad de atención

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