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UNIDAD DE APRENDIZAJE:
Bioética y Tanatología.
PROFESORA:
Rosa María Espinosa Moguel.
TEMA 5:
Tanatología.
EQUIPO 1:
Cruz Soto Fatima Monserrat.
Flores Ruvalcaba Fernando.
Franco Hernández Edna Sarai.
Pedraza Rodríguez Mirna.
Ramírez Cruz Pedro Antonio.
B. ENFERMO TERMINAL:
El concepto de paciente terminal surge de la atención a personas con cáncer en
fase avanzada y posteriormente se extendió a otras enfermedades que comparten
algunas características similares.
Enfermedad en fase terminal es aquella que no tiene tratamiento específico curativo
o con capacidad para retrasar la evolución, y que por ello conlleva a la muerte en
un tiempo variable; es progresiva; provoca síntomas intensos, multifactoriales,
cambiantes y conlleva un gran sufrimiento en la familia y el paciente.
En las situaciones terminales el objetivo de la atención médica no es “el curar” sino
el de “cuidar” al paciente, a pesar de la persistencia y progresión irreversible de la
enfermedad. Se trata de proporcionar la máxima calidad de vida hasta que
acontezca la muerte.
Surgiendo así una nueva forma de atención médica especializada en el cuidado
integral, denominada cuidados paliativos.
Rol del Médico Tratante.
Los objetivos del tratamiento deben orientarse a aliviar los síntomas que hacen sufrir
al enfermo, proporcionarle períodos apropiados de descanso y sueño, lograr la
mayor movilidad e independencia que su condición le permita y aliviar los
sentimientos de impotencia o culpa que el enfermo pudiera tener.
Cuidados Paliativos.
Los cuidados paliativos inicialmente se desarrollaron en Inglaterra como filosofía
hospice, y la OMS asume la denominación general de cuidados paliativos como “el
enfoque que mejora la calidad de vida de pacientes y familias que se enfrentan a
los problemas asociados con enfermedades amenazantes para la vida, a través de
la prevención y alivio del sufrimiento, por medio de la identificación temprana y la
impecable evaluación y tratamiento del dolor y otros problemas físicos,
psicosociales y espirituales”.
Objetivos:
El Sufrimiento.
El sufrimiento es el padecimiento, la pena o el dolor que experimenta un ser vivo.
Se trata de una sensación, consciente o inconsciente, que aparece reflejada en
padecimiento, agotamiento o infelicidad.
Se describen dos tipos de sufrimiento:
- Duelo crónico: Es el que tiene una duración excesiva y nunca llega a una
conclusión satisfactoria. Un duelo crónico puede llegar a ocupar toda una
vida.
Rituales Terapéuticos de Despedida: El Duelo
Durante esta fase se lleva a cabo la mayor parte del trabajo sobre el duelo y otras
experiencias traumáticas. Cuando este proceso comienza, la mayoría de las
personas presentan un incremento de sueño sobre el difunto y el pasado.
Este experimenta un estado de profunda desesperación y depresión cuando se
da cuenta de que el significado de su existencia no puede continuar proviniendo del
difunto y que tendrá que desligarse de los vínculos que lo mantiene unido, o al
menos conceder a la persona muerta un lugar menos central en su vida.
A veces, es una ocasión apropiada para limpiar y sacar de los armarios las ropas y
otras pertenencias del difunto. Ciertos objetos se pueden regalar y, de esta forma,
reducir o perder contacto con estos símbolos. La finalidad es disminuir la
preparación por el muerto y con frecuencia se evidencia que la cumplimentación
del ritual “pone algo en su sitio” con respecto a la persona(s) de quien(es) se está
despidiendo.
Duelo complicado: fracaso o incapacidad para afrontarlo que impide alcanzar los
niveles de bienestar emocional y del funcionamiento previos a la pérdida”. Se
pueden encontrar alteraciones en la intensidad de la respuesta ya sea por demasía
(excesivas, atípicas o de duración más allá de lo aceptado) y por defecto (ausencia
de manifestaciones).
El duelo normal puede convertirse a un duelo complicado, hay que recordar que
cada persona vive la etapa de afrontamiento y de superación a su forma, que
depende de que tanto era tan apegada a la persona, pero si no hay una disminución
de síntomas y reacciones del duelo normal, esto podría convertirse a un duelo
complicado.
Hay que conocer las variables que se deben mediar para no caer en un duelo
complicado.
- Cáncer.
- Hipertensión.
- Disfunción del sistema inmunológico.
- Eventos cardíacos.
- Impedimentos funcionales.
- Comportamientos adversos para la salud.
- Reducción de la calidad de vida.
- Intentos de suicidio y hospitalización.
El concepto de cadáver:
La Ley General de Salud es clara al decir que los cadáveres deben ser tratados con
respeto, dignidad y consideración, no obstante, es en la noción misma de dignidad
en la que se puede dar pauta a un conflicto, ya que respeto y consideración puede
tenerse también a las cosas al respetar su naturaleza, pero la dignidad a través de
los años ha sido considerada como un elemento ontológico del ser humano, por lo
que el hablar de dignidad en un cadáver, el cual ya no es, puede generar muchas
dudas.
Tanatopraxia:
Cuidados post mortem: son las intervenciones que se le brindan al cuerpo del
paciente después de la muerte, para ser trasladado a la morgue.
El amortajamiento es una función propia de los enfermeros, quienes pueden delegar
dicha función, movilizando al cadáver. El amortajamiento deberá realizarse en la
mayor intimidad posible y en el menor plazo, para evitar que aparezca el rigor
cadavérico (rigidez del cadáver o rigor mortis) y, posteriormente, el cadáver pueda
ser trasladado al mortuorio. La enfermería en los servicios de hospitalización se
enfrenta en muchas ocasiones a una urgencia y emergencias cuyo desenlace es
fatal, con el consecuente fallecimiento del paciente. El campo de actuación
hospitalario es muy variado y los decesos pueden producirse en cualquier lugar y
circunstancia, lo que demanda y exige una actuación estandarizada para el cuidado
del cuerpo del fallecido y el apoyo emocional y cognitivo de los familiares, amigos y
acompañantes. Enfermería brinda el cuidado de pacientes en fase terminal y la
convivencia con el sufrimiento ajeno y el mismo proceso de amortajamiento, las
experiencias más temidas. De sobra es conocido que la sociedad oculta la muerte
y que el hecho, también nos suceda a nosotros los profesionales de la salud, hasta
el punto que actuar con los cuidados de un cadáver (amortajamiento), y esto cause
estrés por falta de información.
CONCLUSIÓN:
Hoy tenemos un manejo del dolor constituido y floreciente. Sin embargo, todos
sabemos que aún se sufre mucho en el mundo y que será necesario seguir
enfrentándose al sufrimiento humano por los siglos de los siglos. Debido a la radical
unidad psicofísica y espiritual del ser humano, el dolor biológico va siempre unido a
un significado, a un sentido espiritual.
El ser humano tiene que aprender a aceptar la muerte así como ha aceptado la vida,
este proceso es muy duro, pero es el fin de un ciclo que ha terminado, el proceso
de duelo de una perdida es muy difícil, pero es un proceso normal de adaptación
ante las pérdidas. Aunque se ha estimado que 12 meses es el tiempo aceptable
para concluir este proceso, lo importante es transitar y resolver cada etapa del
duelo.
Una de ellas es el trato al cadáver, el cadáver es aquel cuerpo que se ha
deshumanizado, que ha perdido definitiva e irreversiblemente su condición de
persona. La bioética ha enseñado consideración y respeto porque le es inherente
una dignidad la cual no puede ser separada del cuerpo muerto, lo que obliga a un
cuidado y manejo (tanatopraxia) para su destino final, ya se la cremación,
incineración, etc.
En este trabajo concluimos de todos los aspectos que lleva afrontar la etapa del
duelo, la pérdida de un familiar o de un paciente, que aunque hay diferente tiempo
o formas de afrontarlos existen síntomas que se presentan y que los relacionamos
con alguna enfermedad cuando no es algo patológico, el estudio del duelo está en
constante auge para entender el comportamiento de los seres humanos.
BIBLIOGRAFÍA:
Meza E., García S., Torres A., Castillo L., Suárez S., Martínez B. (2008). El
proceso del duelo. Un mecanismo humano para el manejo de las pérdidas
emocionales. Revista de Especialidades Médico-Quirúrgicas, vol 13, pp 28-
31.