Está en la página 1de 18

Universidad de San Carlos de Guatemala

Centro Universitario del Sur-Occidente CUNSUROC


Licenciatura de Ciencias Jurídicas y Sociales, Abogado y Notario
Lcda. Ana Karina García Valdez
Curso:Derecho Procesal y Constitucional

Trabajo
Habeas Corpus “Exhibición Personal”

Grupo I Cuarto Semestre Sec. “A”


Integrantes
Grodin Hernán Mérida Coronado 200540905
Stephanie Sarai Arroyo Maquin 201646097
Over Andy Barrios Lopez 201341758
Josué Daniel Hernández Marroquín 201200000
José Luis Barrios Molina 201541700
Carlos Estuardo Hernández Blanco 201641635
Claudia Azucena López Días 201644335
Estefany Yohana Esteban Pérez 201641268

Suchitepéquez, Mazatenango 22 de Septiembre del 2017


INTRODUCCION

En el siguiente trabajo de investigación daremos a conocer como se fue dando


históricamente una garantía constitucional, desde siglos pasados hasta nuestro
días y que ha venido fortaleciendo en gran manera el principio de exhibición
personal de cada una de la personas que han sido detenidas y los procesos que
se deben realizar dentro de la misma, en el derecho guatemalteco al ser
implementados desde el código de Livingston hasta nuestra fecha vamos a dar a
conocer como han venido evolucionando, y que a su vez del cambio que han
sufrido las constituciones de nuestro país se han venido implementando como una
garantía constitucional, esta garantica del a exhibición personal, ha sido uno de los
elementos principales dentro del derecho mismo desde la época medieval hasta
nuestros días, y que es la forma de como poder conocer el estado de un detenido,
así como también se explicaran los pasos a seguir para poder hacer un
procedimiento en el derecho guatemalteco.
HABEAS CORPUS

Es la garantía típica de la libertad de la persona y de la seguridad personal, cuya


historia se remonta en nuestro país en el siglo pasado.

DEFINICIÓN:

El Hábeas Corpus es una Acción de Garantía Constitucional de la libertad


física y corporal de las personas. Es de naturaleza sumaria, dirigida a restituir la
libertad que ha sido vulnerada o amenazada por actos u omisiones provenientes
de autoridades, funcionarios o particulares.

El Hábeas Corpus, es un procedimiento destinado a la protección del


derecho a la libertad personal, por el que se trata de impedir que la autoridad o
alguno de sus agentes puedan prolongar de forma arbitraria la detención o la
prisión de un ciudadano. A través del hábeas corpus, una persona privada de
libertad puede obtener su inmediata puesta a disposición de la autoridad judicial
competente, que resolverá acerca de la legalidad o no de la detención.

El Hábeas Corpus tiene origen anglosajón y se caracteriza por ser un


procedimiento sumario y rápido que debe finalizar en un periodo breve de tiempo.
Es también un proceso sencillo y carente de formalismos que no precisa la
presencia de abogado. El hábeas corpus procede no sólo en los casos en que, en
principio, se ha producido una detención ilegal, sino también en aquellos otros en
los que la detención ha sido conforme a la ley.

Dado que el procedimiento de hábeas corpus tiende a la protección de un


derecho fundamental como es el derecho a la libertad personal, las legislaciones
permiten que pueda instarlo no sólo la persona privada de libertad, sino también
su cónyuge, ascendientes, descendientes y hermanos e incluso puede iniciarse de
oficio por la autoridad judicial competente. Si concurren los requisitos para su
tramitación, el juez inicia el procedimiento ordenando a la policía que lleve a su
presencia a la persona detenida. La autoridad judicial, una vez que ha escuchado
al detenido y a las personas implicadas en el arresto, decide acerca de la legalidad
o no de la misma, y decreta, en caso de apreciar irregularidades, el rápido
enjuiciamiento del detenido (si es que la detención ha devenido ilegal por haber
transcurrido el plazo establecido por la ley), o bien su libertad.
CLASES
En su origen histórico y acepción tradicional, el habeas corpus surge como
remedio de una detención. Sin arresto, el hábeas corpus parece que no tiene
razón de ser, ya que es un remedio, precisamente, contra aprensiones ilegales. Su
meta natural, por lo demás, estiba en disponer una libertad. Sin embargo, el
desarrollo posterior del instituto del habeas corpus lo ha hecho proyectar hacia
situaciones y circunstancias que si bien son próximas a un arresto, no se
identifican necesariamente con él. La pertinencia de su prolongación del habeas
corpus se estudiara al considerar cada uno de los distintos habeas corpus en
vigencia.

a) Desde el punto de vista cronológico, y con relación a sus efectos sobre el


acto lesivo, del habeas corpus puede ser reparador, si ataca a una lesión ya
consumada; o prevención, si pretende impedir una alusión que se puede
producir.
b) En cuanto al radio de la cobertura del hábeas corpus, este asume en
nuestra experiencia local cinco alternativas.
1) Habeas corpus principal. Cuando tiene por objeto cuestionar una
detención o prisión ilegitima, producida (habeas corpus tradicional o
clásico), o por producirse (amenaza de arresto).
2) Habeas corpus restringido, también llamado accesorio o limitado. En
tales casos, tiene por fin (por vía de prevención o reparación) evitar
perturbaciones o molestias menores a la libertad individual, que no
configuren una detención o prisión. Surge por medio de una corriente
doctrinaria y legislativa que postula la aplicación del habeas corpus, no
para atender supuestos de arrestos (o de su amenaza), sino del caso de
molestias restrictivas (pero no extintivas) de la libertad física. En tales
situaciones, el sujeto agraviado no es privado completamente de su
libertad corporal, pero enfrenta hechos de vigilancia abusiva, de
impedimento para acceder a ciertos lugares (aras de trabajo, paseos
públicos, algún establecimiento oficial o privado, su mismo domicilio
etc.) “por nuestra pate conjeturamos que si el habeas corpus tiene por
meta principal amparar el derecho de locomoción el ius movendi et
ambulandi, que atañe intrínsecamente a la liberad física o corporal, debe
tutelar tanto la lesión completa de esa libertad (prisión), como las
lesiones más o menos leves que también perjudican tal derecho. Estas
lesiones menores, en síntesis, merecen su protección pertinente, y para
ellos aparece, como instrumento eficaz el habeas corpus.
3) Habeas corpus correctivo, que procura preventiva o reparadoramente
impedir tratos o traslados indebidos a personal detenidas legalmente.
Para quienes lo promueven tienen por meta “cambiar el lugar de
detención cuando no fuera adecuado a la índole del delito cometido o la
causa de la detención, y también, reparar el trato indebido al arrestado.
Actuaria asimismo, para subsanar la agravación de las limitaciones
legalmente impuestas. El fin de esta habeas corpus no es procurar la
libertad del detenido, sino enmendar la forma o el modo en que se
cumple la detención, sin ellos son vejatorios.
4) El habeas corpus de pronto despacho, instrumentado para impulsar
tramites administrativos necesarios para disponer la libertad e un
detenido, ante la negligencia u omisión de funcionar público. Es decir es
reparado.
5) Habeas corpus por mora en la traslación de un detenido, que es de
naturaleza reparadora; su objetivo es procurar la libertad de una
persona requerida por una autoridad distinta de la del lugar de la
detención, y que no ratifica su interés en el arresto, o no dispone de
medios necesarios para el traslado del preso
SU FINALIDAD:

La acción de Hábeas Corpus, tiene como fin inmediato el restablecimiento


de la libertad personal vulnerada o amenazada. Esto significa regresar a la
situación anterior en que se encontraba el sujeto, en uso de su libertad. A decir de
Ortecho Villena, este propósito resulta perfectamente claro, tratándose de la
libertad corporal, frente a un arresto, pero resulta un tanto impreciso, pero no por
eso menos efectivo, cuando se trata de otros aspectos de la libertad personal,
como p. ejemplo, en la omisión de otorgar un pasaporte o el de ser asistido por un
abogado, en caso de encontrarse detenido ilegalmente o en el caso de
incumplimiento de una excarcelación ya ordenada.

CARACTERÍSTICAS.-

a.- ES UNA ACCIÓN DE GARANTÍA CONSTITUCIONAL:


Esto significa la concurrencia de una persona y el obrar procesalmente de
la misma ante un organismo jurisdiccional competente, según sea el caso, para
conseguir la protección a su libertad personal. Esta terminología de acción y no de
recurso, como algunas veces se ha término “recurso” se reserva para los medios
impugnatorios que se emplean para las resoluciones judiciales o administrativas.
También nos permite distinguir un derecho de un mecanismo para defender ese
derecho, como lo es una acción de garantía, ya expresada anteriormente.

b.- ES DE NATURALEZA PROCESAL:

En efecto el Hábeas Corpus no es una situación de derecho sustantivo, sino de


derecho procesal o adjetivo, pues implica el desarrollo de un procedimiento
judicial, con la única particularidad que es especial, por la libertad que se cautela o
por la naturaleza del mismo procedimiento, que un sentido preferencial y urgente.

ES DE PROCESAMIENTO SUMARIO
Quizá si debiésemos calificarlo de sumarísimo, pues su tramitación es muy
breve o sumamente breve abarca todo cuanto se trata de aplicar para el caso de
restablecer la libertad, frente a una detección arbitraria. Y aquí nuevamente
insistimos en el carácter especial y extraordinario que tiene el valor de la libertad,
que exige un remedio inmediato y efectivo, en el que, como veremos más adelante
se dan todas las facilidades procesales.
El carácter sumario de este procedimiento exige la referencialidad por parte de los
jueces; cuando los accionistas recurren en uso de Hábeas Corpus, se prohíben
toda clase de articulaciones que entorpezcan su desenvolvimiento.

ANTECEDENTES:

La historia y evolución general del hábeas corpus como institución es bien


conocida. Sus orígenes hay que encontrarlos en la Inglaterra medieval y a partir
de la promulgación de la llamada Magna Carta en el año 1215 y en la cual se
establecieron ciertos derechos, o libertades, como les llama dicho documento, a
favor de los barones y grandes del reino limitando el poder real y creando
garantías de tipo procesal. La influencia del Derecho Romano se hizo sentir a
través de la adopción de un procedimiento semejante al de los interdictos para
ventilar aquellos asuntos referentes a 1. Libertad individual.

Esta evolución procesal originó los llamados "writs' que son tanto la
denominación del procedimiento y del memorial con el cual se inicia la petición
ante un juez o tribunal, como el auto, decreto o sentencia interlocutoria por el que
son resueltos estos procedimientos. Esta paulatina evolución se afirma bajo el
reinado de Enrique VII, terminada la primera gran guerra civil inglesa o Guerra de
las Rosas, pues comienzan a emplearse los writs" en contra de los actos de las
autoridades y a favor de personas puestas en prisión por órdenes del Consejo del
Reino, Ya al llegarse al siglo XVII la práctica jurisprudencial había consagrado la
institución del habeas corpus y su correspondiente 'writ" como medio adecuado
para investigar los actos de prisión ilegal cometidos por tribunales o funcionarios
de la Corona. Puede decirse que este lento proceso de evolución culmina al
terminar la segunda guerra civil inglesa, pues restablecida la monarquía después
de la dictadura de Cromwell se emite la ley de hábeas corpus en 1679 y que
faculta a los jueces a decretar la exhibición de presos y la investigación de las
causas de su prisión y les permite imponer penalidades severas a quien resulte
responsable de haber ordenado una detención ilegal. Con esto el hábeas corpus
se transforma en la garantía procesal básica de la libertad de los ciudadanos
ingleses y así pasa a todas las regiones del mundo en las que es aceptado el
derecho común británico.

Las colonias inglesas que llegaron a constituir los Estados Unidos de


América fueron regidas desde un principio por las normas del derecho británico y
el hábeas corpus formó siempre parte integrante de ese derecho, como una de las
instituciones fundamentales de defensa de la libertad individual. Tanto en
Inglaterra como en los Estados Unidos, por el carácter jurisprudencial de su
derecho y por la amplísima facultad que tienen los jueces y tribunales de
interpretar las leyes y de ajustar los precedentes a las nuevas situaciones que se
vayan planteando, erháiieas: corpus llega a adquirir una importancia fundamental,
aunque evolucionando de manera distinta en ambas regiones. Recordaremos
como manifestaciones relevantes del habeas corpus, la Carta de Virginia,
promulgada el 12 de Junio de 1776 y que contenía un catálogo de los derechos
fundamentales de los habitantes de la Colonia, precisando así un estatuto
personal de los ciudadanos y la Constitución de los Estados Unidos de América,
promulgada el 17 de septiembre de 1787 y enmendada por vez primera en 1791,
introduciendo un amplio reconocimiento y protección a las más elementales
garantías constitucionales, de las que destaca la prohibición de suspender el
habeas corpus cuya existencia se reputaba como perpetua, gracias al Empeño de
Jefferson.

El hábeas corpus llega a Guatemala como una consecuencia de la


adopción de los llamados Códigos de Livingston y es de interés para esta tesis
investigar este tema, pues el hábeas corpus es posiblemente lo único que
sobrevivió de dichos códigos. Podría decirse que la intención que, se tuvo al emitir
los Códigos de Livingston no fue la de establecer la institución del hábeas corpus,
pues aparentemente esto ocurrió casi en forma lateral y secundaria, ya que lo que
se perseguía declaradamente no era establecer un procedimiento para la
exhibición personal, sino establecer el juicio de jurado.
"CAPITULO VI
De la supresión de los delitos
Contra la libertad personal.
Art 56, El remedio represivo de los delitos de la naturaleza indicada en la materia
de este título, es por el auto de exhibición de la persona —La naturaleza de este
remedio, y el modo de aplicarlo están detallados en las siguientes secciones de
este capítulo.

SECCION 1

Definición y forma de este auto.

Art. 57- •Un auto de exhibición de la persona es una orden dada por escrito,
espedida en nombre del Estado por juez o Corte de jurisdicción competente,
dirigida a cualquiera que tenga una persona en su custodia, o bajo su restricción,
mandándole presentar aquella persona en cierto tiempo y lugar, y. haciéndole
manifestar la razón por que es tenida en custodia o bajo restricción.
Art. 58.- El auto de exhibición de la persona debe ser en cuanto lo permitieren las
circunstancias en la forma
Siguiente:
Juez de tal (o la Corte de tal) a nombre del Estado de Guatemala os mando que á
N. de, que tenéis detenido en nuestra custodia según se dice, o. bajo vuestra
restricción, lo traigáis ante mí el día de, a las. De la mañana o de la tarde (según
sea el caso) del mismo día, en (nombrando el lugar) o inmediatamente (según sea
el caso) y que vos entonces y en tal lugar manifestéis por escrito la causa de
detener a dicha persona y expongáis la autoridad que tenéis para hacerlo así; lo
que cumpliréis bajo las graves penas impuestas por la ley contra los que
desobedezcan este auto,

Art, 59?,- El auto de exhibición de la persona, si es espedido por el juez debe ser
firmado por él, 6 si emana de la Corte debe ser firmado por el Secretario, y sellado
con el sello de tal Corte.

Art, 60. Los procedimientos á que da lugar este auto se consideran como la más
eficaz salvaguardia de la libertad personal contra las tentativas públicas 6
particulares para invadirla, Declárese por tanto, que en todos los casos en que
ofreciere alguna duda la inteligencia de cualquiera disposición de este capítulo se
le dará la que sea más favorable a la persona en cuyo socorro y remedio se haya
espedido, y que diere la acción mas extensa en todos los casos a los remedios
aquí proveídos contra la detención ilegal.

Art. 61. El auto de exhibición de la persona no puede ser desobedecido por ningún
defecto de forma, —Es suficiente:

1º, Si la persona a quien es dirigido se designa por su oficio 6 empleo (si tiene
alguno) o por otro apelativo, 6. Descripción que haga inteligible á cualquiera
entendimiento común, que él es la persona de quien se trata y a quien puede
notificarse este auto, que tiene en efecto bajo su custodia a la persona que se
manda prescular ante el juez, o que él ejerce alguna restricción sobre ella; en tal
caso no puede excusarse de obedecerlo aunque el auto sea dirigido a él con un
nombre injurioso, equivocado o que sea dirigido a él bajo el nombre de otro.

2o. Es suficiente si la persona que se manda presentar ante el juez es designada


por • un nombre, o cuando el nombre sea desconocido o incierto, si esta persona
es descripta por algún otro modo tal que haga perceptible á uno de entendimiento
común que es ella la persona de que se trata.

3o. El nombre y el oficio del juez o el título de la Corte que expide el auto debe
manifestarse 6 en el cuerpo de él o en las firmas que los suscriben, de modo que
se manifieste suficientemente la autoridad' con- que se, ha espedido. Si en el auto
se omitiere el tiempo de hacer el retorno diligenciado, debe ser obedecido sin
dilación: si no se .expresa el lugar, ha de ser igualmente obedecido enviando el
retorno diligenciado a la casa de habitación del juez, o al lugar usual de sesiones
de la Corte que lo ha espedido.

Art. 62.- La inserción en el auto de palabras distintas de las que se han dado antes
para su forma, 6. La omisión de algunas otras que se han insertado en dicha
forma, no viciará el auto, siempre que se dé el lleno o las partes sustanciales
enumeradas en el artículo que precede
.
Como se ve, la reglamentación que hace este Código es minuciosa, pues la
Sección 2o, 3o, 4o, 5o., 6o. y 7o del mismo capítulo, contemplan los demás
aspectos del modo de proceder en las exhibiciones personales.
Más adelante en el Libro III del mismo Código al detallar las fórmulas que deben
usarse en los procedimientos judiciales, se vuelve a referir al hábeas corpus
definiéndolo como el medio de defensa contra los delitos que amenacen la libertad
personal. Así, el Artículo

603 dice:

"Art. 603.- El remedio supresivo de los delitos contra la libertad personal es el auto
de exhibición de la persona. Las reglas para obtener y ejecutar este auto están
detalladas circunstanciadamente en el capítulo séptimo, título segundo del primer
libro de este código. Aquí se dan las fórmulas para asegurar la uniformidad en la
práctica, pero ninguna parte de ellas es esencial, sino las que están declaradas
serlo en el capítulo antes citado—.-

Esta institución fue incorporada en los llamados códigos de


Livingston, de efímera vida en Guatemala, durante el gobierno de Mariano Gálvez.
Se llaman así en honor al nombre del autor Eduardo Livingston, quien redacto
cuerpos legales similares para el Estado de Louisiana. Fueron traducidos en 1831
en Guatemala por José Francisco y Barrundia e incorporados al sistema penal y
procesal penal del país. Se derogaron por presión política ejercida por los
enemigos del gobierno de Mariano Gálvez después de haber dejado este
gobernante el poder. Aunque este es, realmente el aparecimiento histórico de la
institución en Guatemala, se han señalado como valiosos antecedentes.
los artículos 41 (Todas las personas presas y no puestas en libertad o
en juicio dentro del mes de su prisión, podrán recurrir directamente por sí,
sus parientes o representantes, y por medio de petición, a la Junta Senatoria
de Libertad Individual.)
Articulo 130 (Todo alcalde o carcelero estará obligado, sin que pueda
ser dispensado por orden alguna, a presentar la persona que estuviere presa
al magistrado encargado de la policía de la cárcel, siempre que por él sea
requerido) de la constitución de Bayona de 6 de julio de 1808.
Artículo 298(la ley determinara la frecuencia con que ha de hacerse la
visita a las cárceles, y no habrá preso alguno, que deje de presentarse a ella
bajo ningún pretexto)
De la constitución de Cádiz promulgada el 19 de marzo de 1812. Los
códigos de Livingston dieron origen a importante leyes en Guatemala en el orden
penal y procesal penal. Comenzó la reforma con el nuevo sistema de legislación
penal decretado por la asamblea legislativa el 30 de abril de 1834; el decreto de
26 de abril de 1834 de reforma y disciplina de las prisiones; la ley orgánica de la
administración de justicia por jurados votada por la Legislatura del Estado el 27 de
agosto de 1835 y sancionada por el ejecutivo año siguiente; el código de
procedimientos criminales, el código de pruebas judiciales y un libro final de
definiciones, votados por la Legislatura el 10 de diciembre de 1835 y sancionadas
por el Ejecutivo el año siguiente. Toda esta labor previa de preparación legislativa
y de adaptación de nuestros sistemas, llevo a la efectiva promulgación de los
Códigos de Livingston el primero de enero de 1837, suscitándose de inmediato la
polémica sobre la implementación del nuevo sistema. Cuando Gálvez ceso de su
gobierno, por decreto de la asamblea legislativa de 13 de marzo de 1838, en
tiempo del presidente Mariano Rivera Paz, fueron derogados los códigos de
Livingston, pero se dispuso que se conservara la garantía del habeas corpus. Esto
demuestra que, no obstante los tiempos difíciles que vivía Guatemala, había fe y
confianza en la institución, o al menos se recurría a ella.
Durante el gobierno del Presidente Mariano Rivera Paz, no se implementó
la exhibición personal ya que según la constitución no había un porque
implementarlas, ya que no era de conveniencia según el para el estado de
Guatemala.

El 5 de diciembre de 1839 la Asamblea Constituyente del Estado de


Guatemala emitió el decreto 76 que contiene la Declaración de los Derechos del
Estado y sus Habitantes, entre los cuales está precisamente *el auto de exhibición
de la persona* (Art. 19) cuando cualquier habitante del Estado se encontrara
ilegalmente detenido en prisión. Este decreto fue sancionado por el presidente
Mariano Rivera Paz el 14 de diciembre de 1839.
“Articulo 19. Ningún habitante del estado puede ser ilegalmente detenido en
prisión, y todos tienen derecho a ser presentados ante juez competente, quien en
el caso deberá dictar el auto de exhibición de la persona”,

Con posterioridad, se impusieron algunas restricciones relacionadas con los


delitos de sedición o rebelión, casos en los cuales no podía ordenarse la libertad,
sino hasta que estuviera demostrada la inocencia (Decreto de Asamblea
Constituyente del Estado de Guatemala de 16 de octubre de 1848) y otra orden de
la misma Asamblea, de fecha 30 de octubre de 1848, sobre que no procede librar
el auto de exhibición personal cuando alguna persona es compelida al servicio
militar.

No hubo ninguna modificación en el acta Constitutiva de la República de


Guatemala, promulgada por la Asamblea Constituyente el 19 de octubre de 1851,
cuando ejercía la presidencia Mariano Paredes, ni en la ley reglamentaria
adicional a la de 5 de diciembre de 1839, que decreto la referida Asamblea el 23
de diciembre de 1851 en tiempo del presidente Rafael Carrera; y de esa forma, se
llega la Constitución liberal promulgada el 11 de diciembre de 1879, la que en el
artículo 34 simplemente decía: “La constitución reconoce el derecho de habeas
corpus o sea la exhibición personal”. Esta época que correspondió a la del
gobierno de Justo Rufino Barrios, fue una época de convulsión política y de
reformas legislativas pero según se desprende de los precedentes judiciales, si
se utilizaba el recurso de exhibición personal.

La garantía de habeas corpus fue reglamentada por el decreto legislativo


No. 354, de fecha 3 de abril de 1897, en tiempo del gobierno de Manuel Estrada
Cabrera. Es importante este antecedente legislativo por medio del cual se
concedía acción a cualquiera del pueblo para que pidiera la libertad de quien
estuviera detenido injustamente.

En la reforma decretada por la Asamblea Nacional Constituyente el 9 de


abril de 1921, en tiempo del presidente Carlos Herrera, fue reformado el artículo
34 de la constitución de 1879 para reconocer el derecho de amparo y remitir su
regulación a una ley constitucional. En la reforma introducida por la Asamblea
Constituyente el 20 de diciembre de 1927, al mismo artículo 34, se comprendió el
habeas corpus, especificadamente, dentro del régimen del amparo, solo se
estableció la limitación relativa a la libertad de las personas cuya extradición se
hubiese solicitad en virtud de algún tratado.

Llegamos a la constitución de 11 de marzo de 1945, que marca otro


acontecimiento político transcendental en la historia de Guatemala, por ser esta
Constitución producto de una revolución popular que derroco al gobierno de Jorge
Ubico, continuado por Federico Ponce Vaides. En ella el habeas corpus sigue
figurando como parte del régimen del amparo y como una garantía individual (Art.
51).
“Articulo 51. Toda persona tiene derecho de pedir amparo en el caos para
los efectos siguientes:
a) Para que se le mantenga o restituya en el goce de los derechos y
garantías que la constitución establece;
b) Para que, en casos concretos, se declare que una ley, un reglamento o
cualquier disposición de la autoridad, no le es aplicable. Toda persona
ilegalmente presa, detenida o cohibida de cualquier modo en el goce de
su libertad individual, o que sufriere vejámenes aun en su prisión legal,
tiene derecho a pedir su inmediata exhibición, ya que sea con el fin de
que se le restituya en su libertad, se le exonere de los vejámenes, o se
haga cesar la coacción a que estuviere sujeta. Si el tribunal decretare la
libertad de la persona ilegalmente recluida, ésta quedará libre en el
mismo acto y lugar. cuando así se solicite o el juez o tribunal lo juzgue
pertinente, la exhibición a que se alude en este inciso, se practicara en
el lugar donde se encuentre el detenido, vejado o coaccionado, sin
previo aviso ni justificación.

La constitución de 1956, decretada por la Asamblea constituyente el 2 de


febrero de este año, incluyo el habeas corpus dentro de los derechos humanos y
lo considero como una garantía individual. Dedico dos artículos a esta institución
(Art. 81 y 86) regulándolo con bastante amplitud y creo el delito de plagio para las
autoridades o agentes que en cualquier forma burlaren esa garantía.
Artículo 81. Toda persona que se encontrare ilegalmente presa, detenida o
cohibida de cualquier modo en el goce de su libertad individual, o que se sufriere
vejámenes aun cuando su prisión o detención fuere fundada en la ley, tiene
derecho a pedir su inmediata exhibición ya sea con el fin de que se le restituya su
libertad, se hagan cesar los vejámenes o termine la coacción a que estuviere
sujeto. Si el Tribunal decretare la libertad de la persona ilegalmente recluida, ésta
quedará libre en el mismo acto y lugar. Cuando así se solicite o el juez o Tribunal
lo juzgue pertinente, la exhibición reclamada se practicará en el lugar donde se
encuentre el detenido, sin previo aviso ni notificación a las partes. Es ineludible la
exhibición personal del detenido en cuyo favor se hubiere presentado el recurso
de hábeas corpus. Las autoridades que ordenaren y los agentes que ejecutaren el
ocultamiento del detenido, se negaren a presentarlo al tribunal respectivo o en
cualquier otra forma burlaren esta garantía, incurrirán en el delito de plagio y serán
sancionados conforme al Código Penal.
Artículo 86. El recurso de exhibición personal podrá interponerse por el
interesado, por sus parientes o por cualquier persona, sin sujeción a requisitos de
ninguna clase.

La constitución vigente de (1965) en una mismo capítulo, trata del habeas


corpus y del amparo, pero la diferencia con toda claridad.
CAPITULO II
Habeas corpus y Amparo
Artículo 79. Quien se encuentre ilegalmente preso, detenido o cohibido de
cualquier otro modo en el goce de su libertad individual, amenazado de la pérdida
de ella, o sufriere vejámenes, aun cuando su prisión o detención fuere fundada en
la ley, tiene derecho a pedir su inmediata exhibición ante los tribunales de justicia,
ya sea con el fin de que se le restituya su libertad, se hagan cesar los vejámenes o
termine la coacción a que estuviere sujeto. Si el tribunal decretare la libertad de la
persona ilegalmente recluida, ésta quedará libre en el mismo acto y lugar. Cuando
así se solicite o el juez o tribunal lo juzgue pertinente, la exhibición reclamada se
practicará en el lugar donde se encuentre el detenido, sin previo aviso ni
notificación a las partes. Es ineludible la exhibición personal del detenido en cuyo
favor se hubiere presentado el recurso de habeas corpus. Las autoridades que
ordenaren el ocultamiento del detenido o se negaren a presentarlo al tribunal
respectivo, o que en cualquier otra forma burlaren esta garantía, así como los
agentes ejecutores incurrirán en el delito de plagio y serán sancionados de
conformidad con la ley.
La Asamblea Constituyente de Guatemala con fecha 20 de abril de 1966
emitió el decreto No. 8 Ley de Amparo, Habeas Corpus y de Constitucionalidad,
que entro en vigor el 5 de mayo de ese año y que es la que actualmente vigente.
Dicha ley se emito porque deben de existir normas y recursos que garanticen el
respeto debido a las libertades ciudadanas, a los derechos del hombre y a las
normas fundamentales que rigen la vida del país, a fin de asegurar el régimen de
derecho. (Considerando 1) de esta ley son aplicables a la exhibición personal,
específicamente los artículos 75 a 95, y además las disposiciones
complementarias contenidas en los artículos 112 a 116.

Objeto:

Ya se indicó anteriormente que este proceso constitucional tiene la finalidad


importantísima de proteger la libertad y la seguridad de las personas, o sea que
se aplica a quienes se encuentren ilegalmente presos, detenidos o cohibidos de
cualquier otro modo en el goce de su libertad individual, amenazados de la perdida
de ella, o sufrieren vejámenes, aun cuando su prisión y detención fuera fundada
en ley. Si prospera, debe restituirse su libertad al afectado o deben hacerse cesar
los vejámenes o terminar la coacción a que estuviere sujeto.

Como puede verse, el propósito y la finalidad de esta institución son muy


amplios, y aplicados normalmente pueden constituir una verdadera garantía de la
libertad y seguridad. Tenemos que señalar, como dato concreto, que este es uno
de los procesos más recurridos en nuestro medio, sobre todo cuando las
marejadas y turbulencias políticas dan a lugar a la aplicación de medidas
extraordinarias de restricción de garantías. Desafortunadamente, por disposición
del mismo Decreto No. 8 de la Asamblea Constituyente cuando la detención de
una persona fuere debida a medidas de seguridad dictadas en aplicación de la
Ley del Orden Publico, la exhibición se practicara en el lugar de la detención y se
limitara a establecer el tratamiento del detenido, procediéndose en la demás
conforme a las reglas usuales (Art. 95). No obstante esta limitación existente con
respecto a las personas detenidas, en esas circunstancias, sin embargo, debe
reconocerse que la medida procesal si ha sido benéfica por cuanto que evita,
hasta donde es posible, la eventualidad de malos tratos detenido, ya que este
puede solicitar su exhibición personal cuantas vedes lo desee y se han presentado
casos en el Habeas Corpus se solicita reiterada y periódicamente, y los tribunales
las han ordenado.

Tribunales Competentes:

Conforme a los lineamientos que trae la constitución con respecto a


tribunales de jurisdicción ordinaria y de jurisdicción privativa, los cuales desarrolla
la Ley del Organismo Judicial (Art. 27), los Tribunales de Exhibición Personal o de
Habeas Corpus pertenecen a esta última jurisdicción. Conocen de esta materia
con atribuciones específicas y con normas especiales. Debe aclararse que no son
tribunales diferentes de los de la jurisdicción ordinaria, sino que la ley (Dto. No. 8
Asamb. Const.) Fija las diferentes competencias y grados de la misma, según la
autoridad, funcionario, empleado o persona, contra quien vaya dirigida la acción
constitucional.

De acuerdo con los dispuesto en el artículo 75, párrafo 2º. Del Dto. No. 8
Asamb. Const., la competencia de los tribunales de exhibición personal se rige por
las reglas de competencia determinadas para la interposición de los amparos,
pero no obstante, la petición podrá plantearse ante cualquier tribunal, el cual
tendrá facultad para dicta, a prevención, las providencias urgentes que el caso
requiera, pasando sin demora el conocimiento del asunto, como informe de los
actuado, al tribunal competente.

En consecuencia basta examinar la competencia de los tribunales de


exhibición personal. Esta competencia se distribuye jerárquicamente desde el
tribunal extraordinario de amparo, que se integra por magistrados de las salas de
apelaciones por el procedimiento indicado por la ley, continua con la corte
suprema de justicia, con las salas de la corte de apelaciones del orden común y
termina con los jueces de primera instancia también del orden común. Cada uno
de estos tribunales tiene asignada una competencia específica.
Iniciación y desarrollo.

Según la ley citada el planteamiento de la acción es totalmente anti


formalista. Puede interponerse por escrito, por telégrafo o verbalmente, por el
agraviado o por cualquier persona (acción popular), sin necesidad de acreditar
representación alguna y sin necesidad de acreditar representación alguna y sin
sujeción a requisitos de ninguna clase (Art. 76). Los tribunales pueden iniciarla y
promoverla de oficio (Art. 77). Aunque no es necesario, porque no constituyen
formalidades esenciales según lo expresa el Art. 79, el planteamiento debe llenar
un mínimo de requisitos para poder identificar a la persona del agraviado y a la
persona señalada como culpable, así como los hechos en que se funda el
reclamo. Estos elementos son los que permiten establecer el conflicto que se
plantea a través de este proceso constitucional, toda vez haya una imputación
específica a una persona que se considera culpable y a quien forzosamente tiene
que oírse por las consecuencias que de la procedencia de la acción pueda
sobrevenirle.

Precisamente, al tramitar la petición, el tribunal que sea competente señala


día y hora para que sea presentado el ofendido por la autoridad, funcionario
empleado o persona presuntamente responsable, quien deberá acompañar el
proceso o antecedentes que haber y rendir informe detallado sobre los hechos que
motivaron la acción (Art. 80). No se trata de una contestación de demanda en
sentido formal, pero sí de la necesaria audiencia que supone todo debido proceso.
Y así debe ser, toda vez que de acuerdo con el art. 92, al comprobarse los hechos
que dieron origen al procedimiento, debe agotarse la pesquisa a fin de establecer
quienes son los directamente responsables y certificar lo conducente al tribunal
correspondiente para su encausamiento bajo presencia de culpabilidad.

Sentencia y Ejecución.

De acuerdo con lo establecido en al art. 85 de Dto. 8 Asamb. Const. Si del


estudio del informe y antecedentes resultare que es ilegal la detención o prisión,
se decretara la libertad de la persona afectada y esta quedara libre en el mismo
acto y lugar.

Desde luego, si se comprobaren malos tratos o vejámenes o la comisión de


algún otro delito, como antes se dijo, los responsables deben ser enjuiciados
penalmente. La ley establece la condena obligatoria en las costas cuando la
acción fuere declarada con lugar, en cuyo caso del tribunal debe indicar quien es
el responsable (art. 87 parr.2º.). Aunque estos son efectos económicos del
proceso, de todos modos, es indudable que hay una condena accesoria y un
responsable, lo que revela que estamos ante un conflicto que se resuelve a través
de un proceso constitucional.

Para la ejecución de la sentencia que se dicte, los tribunales y el ejecutor


pueden pedir el auxilio de la fuerza pública, a fin de obtener el cumplimiento de
sus resoluciones: el ejecutivo debe darlo inmediatamente bajo la responsabilidad
que prescribe el Código Penal (art. 90). Como la ley lo dice cuál es esa
responsabilidad debe entenderse que se refiere a los delitos que tipifican la
desobediencia.
CONCLUSIÓN
El habeas Corpus ha servido dentro del derecho guatemalteco, como garantía
constitucional dentro del marco jurídico guatemalteco, ya que expone en forma
clara y con fundamentos la exhibición personal de una persona cuando ha sido
detenida ilegalmente o han sido violada sus derechos como tal, es por tal motivo
que desde su concepción ha venido evolucionando dentro del marco jurídico, y
que a sus vez se suma como una garantía constitucional dentro apegado a la ley
del derecho guatemalteco desde que se implementó hasta nuestros días
BIBLIOGRAFIA
El Habeas Corpus y las resoluciones del Tribunal Constitucional. Zelada Bartra,
Jaime Víctor

Digesto Constitucional, Revista del colegio de Abogados de Guatemala, Lic. René


Arturo Villega Lara

Derecho Procesal Constitucional, Alberto Pereira Orozco, guatemala

Digesto Constitucional, Mario Aguirre Godoy, Guatemala

También podría gustarte