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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Superior

Universidad Politécnica Territorial José Antonio Anzoátegui

El Tigre, Edo Anzoátegui

TALLER

PROFESOR: BACHILLER.
Maria Capasso Anthony Guillent
CI. 27.592.993

TRAYECTO 1
SECCION 02
PNF: Mantenimiento
Las actuaciones del ser humano pueden considerarse como cultura

El hombre, al crear sus medios sociales y culturales, transforma su medio y se


transforma a sí mismo, logrando un nuevo ambiente cultural. Estudiar las
manifestaciones de la producción material y espiritual de la sociedad, es decir de
la cultura, es adentrarse en el hombre mismo. Sin embargo, este estudio requiere
en la actualidad de un enfoque transdisciplinario desde una concepción histórico-
culturalista con el hombre entramos en la historia. Precisamente, una de las
formas de existencia de la actividad histórica de los hombres lo constituye la
cultura creada por él.

La educación es el principal nexo formativo entre el individuo y la cultura en el


proceso de socialización. Los constructos culturales constituyen factores
potencialmente determinantes de variabilidad genérica del hombre como ser
humano y de su desarrollo personal como ser social.

Existe un amplio espectro conceptual de cultura; esta puede asumirse como un


conjunto de ciertos modos de vida aprendidos y creaciones humanas, que
caracterizan a una determinada sociedad. Entre esos ciertos modos de vida se
cuentan organizaciones sociales, formas de hacer las cosas, ética, religión,
lenguaje, conocimiento científico, arte, tecnología y, en general, todas las
creaciones de la mente humana. Así, a medida que crea los productos culturales y
se sirve de ellos, el hombre se desarrolla como tal. La sociedad, como un proceso
totalitario, debe facilitar y proveer al hombre de los recursos necesarios, debe
brindarle las posibilidades reales de desarrollo personal.

Por tal razón, la actividad económica de la sociedad, como forma de actividad


cultural, debe estar en consonancia con lo apuntado; es decir, el desarrollo
económico debe tributar a la satisfacción de las necesidades materiales y
espirituales de la sociedad: al desarrollo humano.

La amabilidad

Como amabilidad denominamos la cualidad de amable. En este sentido, se refiere


al acto o el comportamiento en el cual nos mostramos corteses, complacientes y
afectuosos hacia los demás. La palabra, como tal, proviene del
latín amabilĭtas, amabilitātis.
La amabilidad es un valor social que se funda en el respeto, el afecto y
benevolencia en nuestra forma de relacionarnos con el otro.
La amabilidad es esencial para la convivencia en sociedad. Diariamente, en
nuestra vida, estamos obligados a interactuar con distintos tipos de personas (el
vecino, el colega, el jefe, el subordinado, el familiar, el dependiente, el amigo, el
desconocido, etc.)
Tolerancia

Tolerancia se refiere a la acción y efecto de tolerar. Como tal, la tolerancia se basa


en el respeto hacia lo otro o lo que es diferente de lo propio, y puede manifestarse
como un acto de indulgencia ante algo que no se quiere o no se puede impedir, o
como el hecho de soportar o aguantar a alguien o algo.

La tolerancia es un valor moral que implica el respeto íntegro hacia el otro, hacia


sus ideas, prácticas o creencias, independientemente de que choquen o sean
diferentes de las nuestras.

Bondad

La bondad es una virtud propia de los seres humanos, se caracteriza por la


compasión que sienten, en un momento dado, las personas por sus semejantes y
también por los animales, actuando siempre en beneficio de ellos sin ningún tipo
de interés personal, simplemente el hecho de hacer sentir al prójimo, seguro, feliz,
y querido. La persona que practica la bondad se le llama “bondadoso”, el ser
bondadoso significa ser benevolente con los que se encuentren a su alrededor,
siempre procurando el beneficio del prójimo a través de acciones humanitarias,
aliviando el dolor humano, defendiendo los derechos humanos y atendiendo sus
necesidades más fundamentales

La globalización es causante de la perdida de la identidad cultural

Aunque creo que el argumento cultural contra la globalización no es aceptable,


conviene reconocer que, en el fondo de él yace una verdad incuestionable. El
mundo en el que vamos a vivir en el siglo que comienza va a ser mucho menos
pintoresco, impregnado de menos color local, que el que dejamos atrás. Fiestas,
vestidos, costumbres, ceremonias, ritos y creencias que en el pasado dieron a la
humanidad su frondosa variedad folclórica y etnológica van desapareciendo, o
confinándose en sectores muy minoritarios, en tanto que el grueso de la sociedad
los abandona y adopta otros, más adecuados a la realidad de nuestro tiempo. Éste
es un proceso que experimentan, unos más rápido, otros más despacio, todos los
países de la Tierra. Pero, no por obra de la globalización, sino de la
modernización, de la que aquélla es efecto, no causa. Se puede lamentar, desde
luego, que esto ocurra, y sentir nostalgia por el eclipse de formas de vida del
pasado que, sobre todo vistas desde la cómoda perspectiva del presente, nos
parecen llenas de gracia, originalidad y color. Lo que no creo que se pueda es
evitarlo. Ni siquiera los países como Cuba o Corea del Norte, que, temerosos de
que la apertura destruya los regímenes totalitarios que los gobiernan, se cierran
sobre sí mismos y oponen toda clase de censuras y prohibiciones a la
modernidad, consiguen impedir que ésta vaya infiltrándose en ellos y socave poco
a poco su llamada "identidad cultural". En teoría, sí, tal vez, un país podría
conservarla, a condición de que, como ocurre con ciertas remotas tribus del África
o la Amazonía, decida vivir en un aislamiento total, cortando toda forma de
intercambio con el resto de las naciones y practicando la autosuficiencia. La
identidad cultural así conservada retrocedería a esa sociedad a los niveles de vida
del hombre prehistórico.

En verdad, el alegato a favor de la "identidad cultural" en contra de la


globalización, delata una concepción inmovilista de la cultura que no tiene el
menor fundamento histórico.  Para dar con ellas hay que ir a buscarlas entre las
pequeñas comunidades primitivas mágico-religiosas, de seres que viven en
cavernas, adoran al trueno y a la fiera, y, debido a su primitivismo, son cada vez
más vulnerables a la explotación y el exterminio. Todas las otras, sobre todo las
que tienen derecho a ser llamadas modernas -es decir, vivas-, han ido
evolucionando hasta ser un reflejo remoto de lo que fueron apenas dos o tres
generaciones atrás.

Como contrarrestar la cultura antivalores

Vivimos en una sociedad que muestra un franco deterioro en la capacidad de


convivencia entre los seres humanos (incluso con la naturaleza). Todo esto, se
debe a la pérdida de valores por cualquier causa, termina en la insensibilidad, en
la falta de respeto, en la ausencia de honestidad, y en la falta de justicia.

La sociedad de hoy ya no es lo que era, obviamente. Ha cambiado muchísimo,


para bien y para mal, pero en su mayoría y en mi opinión está cambiando para
mal. La mentira, el miedo, la corrupción, la violencia, el robo, son la realidad
cotidiana. Los anti valores han invadido todos los sectores: familiares, social,
político, económico, cultural, religioso. El sentimiento de vergüenza, honor y culpa,
ha desaparecido. No sé si es por culpa de la mala costumbre de la vida diaria,
culpa de los gobiernos actuales, de la distancia que existe entre las familias por la
modernización y la tecnología.

Ser una persona educada no es tan difícil. Simplemente debemos saber respetar,
saber saludar de forma correcta, como buenos días, buenas tardes, saber
controlar las palabras, para no herir a los demás, Una persona educada, no lo es
simplemente por sus modales, o por saber que cubierto utilizar en una mesa. Una
persona educada debe serlo en todo momento y con todo el mundo. Con los
empleados, con sus compañeros, con sus vecinos, con sus amigos.

La familia es el primer núcleo de toda  sociedad. En esta nacemos, crecemos,


adoptamos conductas y construimos los primeros valores en los cuales marcarán
nuestra vida, forma de ser y la manera de aplicarlos con la sociedad. 
 
Lamentablemente existen familias donde los  anti valores están presentes en todo
momento, esta lleva el nombre de familia disfuncional, en efecto, la mayoría de los
integrantes suele tener problemas en su entorno social y afecta a terceros por la
falta de atención, comunicación y sensibilidad en casa. 

Sin embargo existen valores y antivalores, ambos los aprendemos en casa en las
primeras etapas de desarrollo, posteriormente adoptamos nuevas conductas
cuando conocemos y queremos ser parte de un círculo social.
 
En la escala de antivalores o valores inmorales podemos encontrar los siguientes:
 Violencia, Deshonestidad, Arrogancia, Odio, Envidia, Irrespeto, Irresponsabilidad,
Suciedad, Pereza, entre otros.

Para combatir los antivalores mencionados anteriormente se necesitan dos


factores muy importantes: La aceptación y disposición de  cambiar.
En conclusión: En todas las etapas de nuestra vida es esencial  identificar los
valores que nos hacen ser únicos y especiales. También, es necesario conocer en
qué escala tenemos cada uno de ellos. De igual forma, esto nos ayuda a enfrentar
conflictos  aprender a tomar decisiones importantes para nosotros y los demás

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