Capítulo 1

UN FUNDAMENTO CRISTIANO PARA LA TERAPIA DE

ESQUEMAS

La terapia de esquemas es consistente con las creencias cristianas

sobre Dios en cómo nos relacionamos con Dios y en las acciones de
amor hacia los otros. Utilizamos la Biblia y escritos e investigaciones
de autores cristianos a lo largo de este libro para mostrar cómo los
creyentes pueden usar la terapia de esquemas de formas que
defiendan y honren su fe.
En la terapia de esquemas, la manera en que pensamos,
sentimos e interactuamos se forma por nuestras relaciones con los
otros –en especial, las relaciones tempranas en nuestras familias.
Mucho de lo que ahora comprendemos sobre la importancia de la
infancia y la primera infancia se explica en la teoría del apego, la cual
fue desarrollada inicialmente por John Bowlby. La terapia de
esquemas emplea la teoría del apego, entre otras teorías, para
orientar la comprensión y el cambio. En breve, veremos cómo la
teoría del apego encaja muy bien con las creencias cristianas sobre
Dios y cómo Dios quiere que nos relacionemos con Él.
Primero, vemos la importancia del apego en la primera infancia
porque esto ayudará a comprender el primer contexto en el que los
esquemas (patrones de conducta) se desarrollaron. Ese contexto
siempre es interpersonal y formador para la vida posterior.

LA NATURALEZA Y LA IMPORTANCIA DEL APEGO HUMANO

El apego se refiere a un vínculo relacional, inicialmente entre un
padre y un hijo. Cuando el bebé se siente solo, afligido o
amenazado de alguna manera, llora para expresar su protesta de
que su madre se ha ido e influir en la madre para que regrese.
Cuando la madre regresa, y tal vez abraza a su hijo, el niño siente la
seguridad de esa cercanía y la calidez de la madre como un refugio
de seguridad. Finalmente, la madre lo bajará y, si el bebé se ha
calmado, jugará en su cuna mientras mira a la madre de vez en
cuando.

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 Mary Ainsworth (1985) describió acciones tales como buscar
la cercanía a un cuidador como un refugio seguro, protestar por
la separación y usar al cuidador como una base segura mientras
juega, como conductas de apego. Con el tiempo, los patrones de
relación en momentos de estrés forman estilos seguros o inseguros
de apego en el bebé.

Los bebés que están apegados a sus madres u otros cuidadores

llorarán o se acercarán a ellos cuando estén angustiados y
encontrarán consuelo en esa cercanía. Por otro lado, los bebés que
están inseguros pueden ignorar a sus madres cuando están
angustiados, o aferrarse sin calmarse, o alternar entre aferrarse y
evitar.
 Reflexione: ¿Ha visto a una madre calmar a un bebé o niño
pequeño que lloraba amargamente porque su madre se había
ido por un corto tiempo (haciendo una protesta de separación)?
¿Fue el llanto un intento de acercarse a la madre? ¿Qué hizo
la madre para ser un refugio seguro? Cuando el bebé que
lloraba se detuvo, ¿Cómo era la madre una base segura para
alentar el juego sin más lágrimas?
Otros teóricos del apego, como Jessica Benjamin (1995) y
Allan Schore (2003) escribieron sobre la sintonía en una relación
de apego seguro. La sintonía se refiere a un intercambio
recíproco de emoción. En el caso de un cuidador e infante, la forma
más obvia de sintonía es cuando el cuidador y el bebé se miran
entre sí. Cuando el bebé está feliz, la madre le mira con alegría a los
ojos y la sonrisa del bebé se ensancha; cuando está angustiado, ella
le devuelve la mirada con tristeza y seriedad, y él se calla. La
frecuencia y la intensidad de la mirada mutua ayudan al bebé a
aumentar el placer y a experimentar angustia compartida que luego
se convierte en angustia silenciada a través de sus interacciones.
Las primeras experiencias de apego son importantes porque
contribuyen a la forma en que se desarrollan nuestros cerebros en
los primeros años de vida. En particular, dan forma a la forma en que
manejamos las emociones intensas (es decir, las experiencias de
apego moldean nuestros patrones de regulación emocional). Cuando
el apego es seguro, el cuidador alivia los sentimientos de excitación
y distrés en el niño y así regula la emoción intensa, o el cuidador
estimula a un niño aburrido y pasivo con el habla o el juego y así
regula las emociones.

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 Sin embargo, cuando el apego es inseguro, el cuidador no puede
ayudar al niño a regular las emociones, dejando al niño muy afligido
o agotado y apático.
Las experiencias repetidas de apego seguro cambian las vías en
las áreas del cerebro asociadas con la regulación emocional, y el niño
firmemente apegado comienza a regular sus propias emociones. Por
el contrario, los niños con experiencias repetidas de apego inseguro
no pueden desarrollar esas vías cerebrales sanas y les resulta muy
difícil regular sus propias emociones.
 Reflexione: si usted estuviera en una isla desierta, ¿Quiénes
serían las cinco personas que escogería para que estén con
usted? ¿Qué orientó su elección? ¿Incluyó a algunas personas
de quienes no podía soportar estar separado?, ¿O fueron sus
capacidades prácticas que orientaron su elección?
Las primeras experiencias de apego también son importantes
porque establecen patrones para la forma en que nos relacionamos
con las personas. Esos patrones, que se llaman “modelos de
funcionamiento internos”, comprenden sentimientos y recuerdos de
interacciones repetidas con los cuidadores en momentos de
amenaza y angustia. Antes de que el cerebro infantil madure para
poder procesar los recuerdos verbales, las experiencias se
almacenan como recuerdos preverbales, inconscientes y
emocionales. Esos recuerdos de apego temprano inconscientes se
activan en experiencias posteriores con los cuidadores. En una etapa
posterior, cuando el niño puede pensar y hablar sobre sus
experiencias, puede establecer recuerdos que son, en parte,
conspicuos y verbales. De esta manera, las experiencias preverbales
tempranas se pueden integrar y almacenar con aspectos conscientes
de las experiencias posteriores de apego, como modelos de
funcionamiento internos. Los modelos de funcionamiento internos del
apego temprano se convierten en expectativas parcialmente
inconscientes en posteriores relaciones cercanas con amigos o
compañeros de vida.
Los modelos de funcionamiento internos son expectativas de los
demás en las relaciones con nosotros y, en parte, ideas no
expresadas sobre nosotros mismos en relaciones importantes.
Actúan como patrones de cómo nos entendemos a nosotros mismos
como dignos de alivio, cuidado y nutrición, y cómo entendemos a los
demás como listos y dispuestos a proporcionarnos el cuidado y la
nutrición que necesitamos.

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 Los niños y adultos con estilos de apego seguros tienen modelos
de funcionamiento internos positivos: se consideran dignos de
crianza; y otros, como dispuestos a proporcionar nutrición. Sin
embargo, las personas con estilos de apego inseguros tienen
modelos de funcionamiento internos negativos: se ven a sí mismos
como indignos de nutrición, ven a los demás como personas que no
están dispuestas a proporcionar nutrición, o ambas cosas.
He aquí algunos ejemplos de las personas con estilos de apego
seguro e inseguro.
Pam estaba devastada por la muerte de su hermana. Trató
de ayudar a sus padres pero necesitaba su propio apoyo. En las
primeras semanas, se reunía con sus amigos cristianos la
mayoría de los días para llorar y hablar de cómo se sentía.
Gradualmente, se sintió mejor, descubrió que lloraba menos y
se dio cuenta de que podía concentrarse adecuadamente en el
trabajo.
Pam estaba seguramente apegada a sus amigos. Buscó cercanía
cuando la necesitaba y dejó que sean un refugio. Con el tiempo, sus
amigos pudieron proveer una base segura para que trabajara bien.
Bella fue diagnosticada con una enfermedad grave. Se
mostraba aprehensiva en cuanto al tratamiento y cómo le
afectaría. No le dijo nada a nadie y trató de continuar como
siempre a pesar de sus miedos. Se negó a ver a un consejero o
ir a un grupo de apoyo. Su ansiedad permaneció alta y debilitó
su capacidad para disfrutar de las pequeñeces de la vida.
Bella fue evitativa en su apego. Rechazó la cercanía y no pudo
hallar un refugio emocional en los otros. No confió en los demás para
que satisficieran sus necesidades. En el fondo, sentía que los otros
no estaban dispuestos o eran incapaces de apoyarla.
June era intimidada por un gerente en el trabajo. Fue sutil,
pero incluyó humillaciones frente a los demás y excluyéndole a
ella de la información que necesitaba para su trabajo. June sintió
que debía ser su culpa. Ella le contó a algunos amigos, que
fueron de apoyo, pero luego abandonó el grupo. Después de
eso, June contactó a una consejera y quería hablar con ella
durante horas todos los días. Cuando la consejera dijo que no
podía hacerlo, June lo dejó abruptamente, pensando que no
merecía ayuda.

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 June estaba apegada ambivalentemente a las personas. Ella
alternaba entre aferrarse y rechazar. En el fondo, se sentía indigna y,
o bien trataba de quedarse con la gente de apoyo o los alejaba antes
de que descubrieran lo inútil que se sentía.
 Tarea: todos sentimos la necesidad de cercanía y apoyo de
vez en cuando estamos estresados. A veces, vamos donde
nuestros padres, amigos, nuestra pareja o Dios –las personas
que funcionan como una figura de apego para nosotros. De
otro modo, tornamos a nosotros mismos. Considere quiénes
podrían ser figuras de apego para usted mientras responde y,
luego, designe un puntaje a las siguientes preguntas.

Preguntas a quién
Las siguientes preguntas “A quién”, las que se basan en Hazan et al.
(1991), lo ayudarán a ver quiénes son sus figuras de apego –
personas que están cerca, son reconfortantes, calmantes y de apoyo.
Son personas a las que busca cuando está en necesidad.
Es útil ver en quiénes usted depende porque aquellas son
relaciones muy importantes. Si sus figuras de apego son pocas,
podría necesitar trabajar en aumentar su red de apego.
Además, las preguntas “A quién” pueden ayudar a comprender
sus conductas de apego

 Usted puede ver si busca cercanía (proximidad) a sus

figuras de apego; o
 ¿Acude a sus figuras de apego como refugio (refugio
seguro)?, o
 ¿Las usa como una base segura para actividades cuando
usted está estresado, consiguiendo apoyo y, luego, actúa
por su cuenta?

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 Para cada pregunta, escoja una persona a partir de esta lista:
Dios, madre, padre, mejor amigo, pareja romántica, usted mismo,
otros, nadie. Escríbalo en el siguiente espacio al lado de la pregunta.
Respóndalas todas lo mejor que pueda.
1. ¿Quién es la persona con quien le gusta pasar más
tiempo?
2. ¿Quién es la persona de la que no le gusta estar lejos?
3. ¿Quién es la persona que extraña más cuando no está con
ella?
4. ¿Quién es la persona a la que se siente más cercano?
5. ¿Quién es la persona con la que quiere estar cuando las
cosas se ponen difíciles?
6. ¿Quién es la persona con la que quiere estar cuando se
siente molesto o mal?
7. ¿Quién es la persona con la que puede contar mayormente
para un consejo?
8. ¿Quién es la persona a la que le puede contar cualquier
cosa?
9. ¿Quién es la persona que le calma mejor cuando está
molesto?
10. ¿Quién es la persona que quiere como un refugio en
momentos difíciles?
11. ¿Quién es la persona con la siempre siente que puede
contar?
12. ¿Quién es la persona que siempre estará allí para usted?
13. ¿Quién es la persona quien haría casi cualquier cosa por
usted?
14. ¿Quién es la persona que “cuida sus espaldas” cuando el
problema llega?
15. ¿Quién es la persona que le alienta para “aguantar”
durante las dificultades?

 Puntaje: dé 1 punto para cada nombre en la lista cada vez que

ese nombre sea la respuesta. Por ejemplo, si “Dios” es la
respuesta a las preguntas 4, 9, 11 y 14, designe 4 puntos para
“Dios”. Los puntajes más altos indican a las personas quienes
son las figuras de apego claves para usted. Las preguntas 1-5
reflejan la búsqueda de proximidad. Las preguntas 6-10
reflejan el refugio seguro. Las preguntas 11-15 reflejan la base
segura.

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  Reflexione: fuera de las figuras humanas objetivo, ¿Quiénes
a menudo son figuras de apego para usted? ¿Tiene una figura
de apego definida, una serie de figuras de apego o ninguna
figura de apego humano? Ahora reflexione sobre cómo Dios
se ajusta como una figura de apego. ¿Escribió “Dios” al lado
de alguna de las preguntas? Si es así, ¿Con qué frecuencia en
comparación con las veces que nombró humanos? Si escribió
“Dios” con poca frecuencia o no lo hizo en absoluto, ¿Cree que
Dios sería su segunda opción para algunas de estas
preguntas, o tercera opción, o una opción más baja?
Consideramos a Dios como una figura de apego con más
detalle a continuación.
Los vínculos de apego seguros son importantes para el
funcionamiento psicológico posterior. La investigación resumida por
Mikulincer y Shaver (2007) muestra que los adolescentes y adultos
con un estilo de apego más seguro disfrutan de una mejor salud
psicológica que aquellos con estilos de apego inseguros. En
comparación con las personas con estilos de apego inseguros, las
personas con apego seguro son más empáticas y creativas,
tienen un sentido más estable de autoestima, muestran un
funcionamiento interpersonal más efectivo y competencia social,
están más satisfechos en las relaciones, tienen una expresión
emocional más sana y son capaces de hacer frente a las emociones
y situaciones negativas de mejor manera. En otras palabras, tienen
mejores relaciones con los otros y más recursos necesarios
para nutrir a los demás.
Estos hallazgos plantean la pregunta: ¿Pueden cambiarse los
estilos de apego inseguros para que las personas puedan
disfrutar de los beneficios del apego seguro más adelante en la
vida, incluso si sus primeras experiencias no fueron tan
buenas?
La buena noticia es que los estilos de apego inseguros pueden
cambiarse, y es posible que los cristianos recurran a recursos
espirituales para cambiar. Un recurso espiritual muy importante
disponible para los cristianos es su apego a Dios. Tener a Dios como
recurso espiritual es importante para los cristianos que utilizan la
terapia de esquemas para ayudarlos a cambiar porque la terapia de
esquemas puede mejorar su salud espiritual, así como su salud
psicológica.

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 Apego a Dios
Entendemos que Dios es revelado en la Biblia como un ser
personal que nos alimenta, y cómo una relación segura con Dios
puede ayudarnos a cambiar la forma en que nos relacionamos
con los otros, con el resultado de que podemos disfrutar una
buena salud psicológica.

El Dios cristiano como Trinidad

Esta sección es un breve resumen de un documento publicado en la
Revista de Psicología y Teología (Miner, 2007).
Para los cristianos, Dios es la Trinidad. Esto es importante para
entender nuestra relación de apego con lo divino. Esta concepción
surgió en la iglesia primitiva cuando las personas luchaban por
comprender cómo se relacionaban Jesús, Dios y el Espíritu Santo. Al
final del Concilio de Calcedonia del año 451 DC, el cristianismo
occidental afirmó su creencia en un Dios (un ser) en tres personas
(Padre, Hijo y Espíritu), y cada uno de los tres compartía la vida de
los otros dos. Es una declaración importante de cómo se puede
entender a Dios como una unidad, pero también como personas
distintas, y cómo Dios puede estar muy cerca y ser también la causa
principal de todo lo que hay.
Como los teólogos han escrito sobre Dios como Trinidad en el
siglo pasado, han enfatizado que Dios es una comunidad de
personas. El Padre, el Hijo y el Espíritu en relación estuvieron
involucrados en la Creación y, por lo tanto, toda la creación es
relacional. Debido a que los humanos fueron creados a la imagen de
Dios, las personas son relacionales, están hechas para relacionarse
con otras personas y con Dios.
Lo más importante, Dios es el Padre, el Hijo y el Espíritu los cuales
se relacionan entre sí dándose amor. Vemos tal amor por los demás,
y por los seres humanos creados, en el registro del plan de salvación
de Dios en la Biblia, en la crucifixión, cuando Jesús murió por los
pecados del mundo. En la crucifixión, el Padre, el Hijo y el Espíritu
sufrieron para redimir a la humanidad. Como escribió el teólogo Colin
Gunton, el Padre “Debe ser visto tanto para mandar como para sufrir
la identificación total de su Hijo con el hombre bajo juicio” (2002, p.
129); el Hijo “se permitió activamente estar sujeto de forma pasiva a
los principados y potestades” (p. 128); el Espíritu como medio para
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que el Hijo se identifique con la condición humana perdida “permite
que el sufrimiento de Jesús sea redentor, para que tenga significado
escatológico” (p. 130). En estas citas, vemos que el Padre sufrió con
el Hijo en la cruz, el Hijo sufrió permitiendo que el poder del pecado
lo separara del Padre y matara su cuerpo, el Espíritu sufrió como el
vínculo de amor con el Hijo sufriente y con los humanos perdidos y
pecadores.
En este acto supremo de amor y sufrimiento, Dios como Padre,
Hijo y Espíritu hizo todo lo que fue necesario para que los humanos
cambien profundamente y sean atraídos por Dios. En vez de estar
separados de Dios y llegar a Dios con miedo por medio de sacerdotes
y sacrificios, los humanos pueden tener el Espíritu dentro de ellos –
un espíritu de amor que atrae a la gente a Dios.
 Reflexione: diga las palabras de la Oración del Señor
lentamente, como si Jesús le hablara al Padre y el Espíritu lo
atrajera más cerca a Dios (lea Mateo 6:9-13). Ahora, repita la
Oración del Señor como usted mismo. ¿Qué significó la
oración para usted? ¿Cómo una perspectiva de Dios como la
Trinidad nos da una diferente forma de comprender la Oración
del Señor y 1 Juan 4?

Apego a Dios como Trinidad

Puede estar empezando a ver cómo la comprensión de Dios como
Padre, Hijo y Espíritu en una relación de amor entre sí, y llegar a amar
a toda la creación, resuena con las ideas de la teoría del apego. El
vínculo de apego es una relación cercana y amorosa. Dios es
una relación amorosa, y Dios formó a los humanos para estar en
una relación amorosa con él y con los demás. Dios nos lleva a
relaciones amorosas y nos ayuda a disfrutarlas.

Sintonía
Una cualidad central de las relaciones de apego es la sintonía.
Vemos la sintonía de Dios con los humanos de la manera en que
Dios nos conoce, “nos mira” y nos cuida profundamente. A través del
sufrimiento divino en la Crucifixión, el Dios trinitario demuestra una
sintonía que va más allá del amor empático y la identificación plena
en el punto de la necesidad más profunda de la humanidad. Algunas
de las acciones de un cuidador hacia un niño cuando el niño está
en peligro o angustiado son como las acciones de Dios para con
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nosotros cuando estamos angustiados o en peligro. Esas
acciones incluyen funciones de apego de cercanía (proximidad),
refugio seguro, base segura y protesta en la separación.

1. Cercanía (proximidad)
Así como una madre o un cuidador tienen que estar más cerca
de su hijo para protegerlo del peligro, el Dios cristiano está cerca
de nosotros. Dios el Padre estaba cerca de su pueblo elegido en el
Antiguo Testamento (como el fuego y la nube que los acompañaba
durante el Éxodo, por ejemplo), Dios el Hijo vivió entre los primeros
discípulos como Jesús, y el Espíritu está cerca de los cristianos en la
era actual. El Espíritu Santo está con nosotros para guiarnos y habita
en nosotros (vea Juan 14-17). Los cristianos buscan la cercanía
con Dios a través de la oración y la adoración: estas son
conductas de búsqueda de proximidad de naturaleza espiritual.
 Reflexione: lea Salmo 34:18 y Salmos 145:18 sobre la
cercanía de Dios a nosotros. Si Dios ya está cerca de nosotros,
¿Qué hacemos para acercarnos a Él? ¿Cómo nos sentimos
cuando Dios está cerca?

 Nota: si siente que Dios no está cerca de usted ahora (o si no

siente que puede depender de Dios en este momento), los
síntomas que usted desea cambiar con la terapia de esquemas
podrían estar obstaculizando el camino. Eso es normal.
Esperamos que pueda sentirse más cerca de Dios y más
capaz de depender de Dios después de trabajar en este libro.

2. Refugio seguro
El tema del apego del “refugio seguro” implica que un cuidador sea
receptivo y calmante cuando el bebé esté distresado. La
respuesta de Dios a los humanos en apuros se ve en las imágenes
del pastor que cuida y aliviador (Salmo 23; Juan 10:11-21) y enseña
directamente sobre el cuidado de Dios para los pobres y necesitados
(por ejemplo, Mateo 25:37-8). El Espíritu Santo es nuestro
consolador (Juan 14:26) y alivia nuestro espíritu cuando descubrimos
que estamos tan enojados que no podemos orar (Romanos 8: 26-
27).
 Reflexione: mientras piensa en Dios como un guiador o
consolador, ¿Qué le gustaría decirle a Él? ¿Alguna vez ha
buscado el alivio de Dios? ¿Qué sucedió? ¿Cómo se sintió?
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 3. Protesta en la separación
La protesta de separación ocurre cuando hay una sensación de
desconexión emocional del cuidador, y el anhelo por el otro da
lugar a expresiones de dolor. Puede parecer extraño hablar sobre
la separación de Dios, cuando Dios se ve siempre presente, siempre
con nosotros. Sin embargo, hay muchos relatos de cristianos que
lamentan la aparente pérdida de su presencia, a veces descrita como
la “noche oscura del alma”. Los cristianos propios pueden
experimentar un sentido de separación de Dios, como se tipifica en
el lamento del abandono de Cristo en la cruz y como se expresa en
los escritos místicos. En la escritura clásica de San Juan de la Cruz
en el siglo XVI, Juan describe un sentido de favor espiritual, seguido
de oscuridad espiritual, sequedad y amargura. Esta sequedad se
compara con un bebé al que se le niega la leche materna. La poesía
de Juan expresa el dolor de la separación percibida de Dios, así como
el Hijo experimentó la separación de Dios el Padre en la Crucifixión.
Sin embargo, la sensación de pérdida y separación puede
acercarnos a Dios: sabemos que Dios está presente a través del
Espíritu y estamos motivados para buscarlo de todo corazón en
nuestras oraciones y alabanzas.
 Reflexione: San Juan de la Cruz escribió sobre su sufrimiento
cuando él deseó la presencia de Dios pero sintió solamente la
ausencia de Dios. Un verso de su poema: “Estrofas del alma”
lamenta una sensación de separación, incluso durante la
Santa Comunión:

Y cuando trato de aliviar mi dolor

Observándote en la Hostia,
Ah, parece que sufro más.
No puedo encontrarte, aunque me esfuerzo
Por ti, y la angustia aumenta de nuevo.
Con deseo insatisfecho lloro
Y muero porque no muero.
¿Alguna vez se ha sentido así? ¿Qué hizo?

4. Base segura
El tema del archivo adjunto de “base segura” expresa la función del
cuidador como un punto de referencia para explorar y actuar en

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el entorno. Cuando un cuidador está en sintonía y responde, el
niño puede alejarse (tal vez mirando hacia atrás de vez en
cuando) y explorar su mundo. Del mismo modo, Dios es como una
base segura para los cristianos, que se sienten apaciguados,
perdonados y cómodos en su presencia. Los cristianos no necesitan
pasar todo su tiempo en oración, adoración o cualquier otro ritual
religioso para permanecer cerca de Dios. El Espíritu está dentro de
ellos cuando abandonan momentos de devociones personales o
comunitarias y “van al mundo” del trabajo, la familia, las amistades y
el ocio. Si los cristianos se sienten estresados en su trabajo o en otras
esferas de la vida, pueden “volver” a Dios en oraciones rápidas, o
consultar un versículo de la Biblia o una escritura similar para
continuar con sus actividades. El sentido de la presencia y
receptividad de Dios (debido al Espíritu Santo) proporciona una base
segura para los cristianos.
 Reflexiona: la mayor parte del tiempo, no estamos orando ni
alabando –vivimos y trabajamos en el mundo. ¿Qué hacemos
cuando nos estresamos en la casa o trabajo? ¿Alguna vez
acudimos a Dios por ayuda o consuelo? ¿Qué sucede cuando
lo hacemos?

Modelos internos de apego a Dios

Hemos considerado cómo Dios es como un cuidador y cómo algunas
de las acciones de los creyentes pueden ser vistas como funciones
de apego de proximidad, refugio seguro, protesta de separación y
base segura. En momentos de peligro o angustia, las personas que
tienen experiencias repetidas de Dios como cuidador desarrollarán
patrones de pensamiento y sentimientos acerca de Dios y de ellos
mismos –sus modelos de funcionamiento internos del apego a Dios.
En el apego a Dios, los modelos de funcionamiento internos del yo
son pensamientos y sentimientos acerca de ser amable y digno de
este cuidado. Esos modelos de Dios son pensamientos y
sentimientos acerca de Dios como alguien capaz y dispuesto a cuidar
de nosotros. Sobre la base de muchas experiencias de amenaza o
angustia, se desarrollará un patrón de modelos internos seguros o
inseguros cuando un cristiano siente la necesidad de Dios.
He aquí algunos ejemplos de estilos seguros e inseguros de
apego a Dios.

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 Terry invirtió muchos de sus ahorros en una empresa
comercial que fracasó, y ahora, era una lucha para pagar los
alimentos y el alquiler. En su desesperación, Terry oró por la paz
y la protección de Dios. Poco a poco sintió que Dios estaba
proveyéndole, y comenzó a tener un trabajo de nuevo.
Terry estaba seguramente unido a Dios. Él buscó a Dios como su
refugio seguro y su base segura para acciones sabias.
Owen acababa de terminar de construir su hermosa casa
cuando una gran tormenta la socavó y parte se derrumbó.
Luego, descubrió que la compañía de seguros disputaba si le
cubriría los daños provocados por las tormentas. Aunque era
cristiano, Owen no rezó por sus preocupaciones ni por su
sentimiento de pérdida. Le dijo a su pastor que no creía que Dios
estuviera interesado en tales detalles. Owen luchó solo por la
crisis y eventualmente reconstruyó.
Owen era evitablemente inseguro en su estilo de apego a Dios.
Él no confió en el cuidado de Dios y abordó los problemas a su
manera.
Pedro fue atacado y robado por un grupo de jóvenes
armados con cuchillos. Después de que fue tratado en el
hospital por sus heridas, rezó fervientemente por la presencia
de Dios y su calma, pero continuó sintiéndose abrumado por
sentimientos de temor, enojo y odio hacia sí mismo. Dios
parecía haberlo abandonado, y Peter se deprimió mucho.
Pedro estaba apegado ambivalentemente a Dios. En momentos
de gran estrés, respondió aferrándose a Dios, pero no pudo mantener
una sensación de intimidad y sintió que Dios lo rechazaba.

Cómo el apego seguro o inseguro se desarrolla

La fuente más importante de vínculos de apego son las experiencias
con otra persona (la figura de apego). Durante la infancia y la niñez,
los vínculos de apego se desarrollan a partir de experiencias directas
de cuidado. Los infantes están biológicamente preparados para
vincularse con sus cuidadores: cuando están asustados o en
necesidad, lloran “automáticamente”, mueven sus cuerpos
hacia fuentes de comodidad y se aferran a su cuidador. Si estas
experiencias tempranas proporcionan protección y comodidad,
se almacenan como recuerdos de experiencias de apego
seguras. Con el tiempo, el bebé espera que el cuidador sea nutritivo
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(un modelo positivo del otro) y, luego, desarrolla un sentido de sí
mismo como adorable (un modelo positivo de sí mismo).
Sin embargo, a veces el bebé tiene problemas físicos o está muy
nervioso y es difícil de calmar. En ocasiones, el cuidador no puede
brindar la mejor atención debido a una enfermedad física o
mental, o un alto nivel de estrés debido a factores tales como la
pobreza, las dificultades de relación con una pareja, las altas
exigencias de otros hijos o las crisis familiares. En tales casos
(y a menudo a pesar de los mejores esfuerzos de la familia), las
experiencias tempranas con el cuidador pueden fallar en
proporcionar suficiente protección y consuelo. El bebé
almacena recuerdos de sentirse ignorado, o muy frustrado, y
experimentar altos niveles de miedo o estrés. Esos recuerdos se
almacenan como modelos internos del otro como incapaces o
no dispuestos a brindar cuidados, de sí mismo como no amable,
o ambos. En estos casos, el apego es inseguro.
De las enseñanzas cristianas de Dios como Trinidad, está claro
que estamos espiritualmente preparados para unirnos a Dios. Somos
creados como seres relacionales, y el Espíritu Santo está en el
mundo para acercar las personas a Dios. Tenemos una tendencia
innata a unirnos a Dios. En el lenguaje de apego, el Espíritu,
actuando como el agente del Padre, mantiene a cada persona en la
relación tal como una madre sostiene a un recién nacido en una
relación, incluso antes de que el bebé y la madre puedan desarrollar
patrones de dar y recibir cuidado.
A medida que crecemos en las familias humanas, desarrollamos
relaciones de apego más o menos seguras o inseguras con nuestros
cuidadores. También aprendemos acerca de Dios, ya sea en casa o
en la iglesia o a través de los medios o de alguna otra manera. Si
tenemos un vínculo seguro con nuestros cuidadores humanos, es
más probable que sintonicemos las cualidades de Dios como
amorosas y afectuosas. Por otro lado, si tenemos un apego inseguro
a nuestros cuidadores humanos, es más probable que sintonicemos
las cualidades de Dios como distantes, desinteresadas o
castigadoras.
Aunque la enseñanza acerca de Dios es la misma, es probable
que dos personas con diferentes relaciones humanas de apego
absorban una comprensión emocional diferente de Dios. Esos
entendimientos emocionales actúan como filtros para futuras
experiencias de Dios y enseñanzas acerca de Dios. Con el tiempo,
las experiencias acumuladas de Dios como lejanas o castigadoras
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(incluso si se configuran mediante la atención selectiva a lo negativo
en lo que se enseña y experimenta) pueden llevar a un apego
inseguro a Dios. En el lado positivo, el apego seguro a los cuidadores
le permite al niño absorber la enseñanza positiva de él. Esas
expectativas ayudan al niño a tener experiencias espirituales
positivas que se desarrollan en un apego seguro a Dios1.
Las personas que desarrollan un apego inseguro a Dios no son
“malas”. Nuestro apego a Dios refleja la inseguridad en las relaciones
de apego humano. El vínculo de apego más temprano depende del
temperamento del niño y la receptividad del padre. El
“temperamento” se refiere a los aspectos heredados de nuestra
personalidad –ya sea que estemos calmados o nerviosos, que
busquemos tranquilidad o busquemos estimulación, que seamos
reservados o sociables, y así sucesivamente. No elegimos nuestro
temperamento, y no somos responsables de ello. Los padres pueden
encontrar difícil responder a la angustia de su hijo debido a sus
propias circunstancias. En la mayoría de los casos, el apego humano
inseguro no es culpa del niño ni del presente, sino que surge de un
desajuste de necesidades y capacidades en momentos críticos. No
se trata de culpar al niño o al padre.
 Tarea: responda las siguientes preguntas, las cuales se
relacionan con su sensación de apego a Dios. Estas preguntas
lo ayudarán a ver cuán seguro o inseguro es su apego a Dios.
Responda a cada declaración indicando cuánto está de
acuerdo o en desacuerdo con ella, utilizando una calificación
del 1 al 7.
Muy en desacuerdo Mezcla/neutral Muy acuerdo
1 2 3 4 5 6 7

1. En momentos de dificultad, busco a Dios por medio de la

oración o la lectura de la Biblia.
2. Recurro a Dios en momentos de distrés.
3. Mi confianza en la cercanía y sensibilidad de Dios me alienta a
recurrir a Él.
4. En momentos de distrés, cuando recurro a Dios, encuentro una
sensación de seguridad.

1
Para investigar la enseñanza religiosa, las relaciones de apego humano y el apego a Dios, vea el trabajo
de Pehr Granqvist y sus colegas (2010, 2012, 2013).

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 5. Cuando me siento deprimido(a) recurro a Dios por consuelo y
comprensión.
6. Es a Dios a quien recurro por ayuda cuando tengo distrés.
7. Dios me alienta a seguir, a escalar las montañas en el viaje de
la vida.
8. Durante los momentos desafiantes del pasado, confié que Dios
estaría conmigo.
9. Debido a sentir la cercanía de Dios, tengo la valentía de
confrontar los desafíos de la vida.
10. A veces le he gritado a Dios cuando parece estar lejos.
11. Insisto en gritarle a Dios cuando parece distante en mis
problemas.
12. Cuando parece que Dios me ha abandonado, lamento con
expectativa de su regreso.

 Puntaje: puede sumar sus puntajes en cada uno de los

aspectos del apego. Cuanto más alto sea el puntaje, más
seguro será su sentido del apego. Su puntaje en cada función
de apego variará de 7 a 21, y su puntaje en la escala total
oscilará entre 12 y 84. Ítems 1-3: búsqueda de proximidad.
Ítems 4-6: refugio seguro. Ítems 7-9: base segura. Ítems 10-12:
protesta de separación.

 Reflexione: en general, Qué tan seguro o inseguro es su

sentido de apego a Dios (es su puntaje más cercano al 12 o
al 84)? ¿Hasta qué punto recurre a Dios para cada una de las
funciones de apego?

Por qué el apego a Dios es importante

Así como los estilos seguros de apego humano se asocian con
resultados positivos, y los estilos inseguros con resultados negativos,
también lo son los estilos de apego a Dios. Los investigadores en
esta área han descubierto que el apego seguro a Dios se asocia
con mejores formas de afrontamiento religioso, incluido el
acceso a Dios como fuente de fortaleza, participar en buenas
obras y mostrar menos expresiones de descontento o culpa de
Dios. El apego seguro a Dios también está asociado con
síntomas psicológicos reducidos y una mayor satisfacción con
la vida.
Por el contrario, el apego inseguro a Dios se asocia con una
mayor angustia psicológica, medida por los síntomas de ansiedad y

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depresión, y un menor bienestar religioso y espiritual. Los estudios
que muestran estas asociaciones con apego seguro e inseguro
indican que el apego a Dios tiene efectos importantes y un
funcionamiento psicológico.
 Reflexione: piense en las personas que conoce que parecen
tener un vínculo seguro con Dios: las personas que buscan a
Dios como su refugio seguro cuando están estresadas, y
confían en sus acciones en el mundo porque se sienten
respaldadas por Dios. ¿Cómo describiría su afrontamiento
espiritual, bienestar psicológico y satisfacción con la vida?
¿Cómo su apego seguro con Dios parece afectar sus vidas?
¿Son las personas con un apego seguro a Dios más capaces
o menos capaces de cuidar y nutrir a los demás?

Cambio de los estilos de apego inseguro

Estos hallazgos de investigación positivos son buenas noticias para
las personas con apego seguro a los cuidadores y a Dios, pero ¿qué
pasa con las personas con apego humano inseguro? ¿Están
condenados a luchas espirituales y psicológicas e insatisfacción con
la vida? Necesitamos recordar que el apego (a los humanos y a Dios)
no es solo un predictor de tales resultados (es un predictor pequeño,
pero significativo), y que otras cualidades personales y situacionales
afectan nuestra espiritualidad y funcionamiento psicológico.
Los estilos de apego inseguros pueden ser cambiados por un
mecanismo llamado “apego compensatorio”.
El apego compensatorio se refiere a nuevos vínculos de
apego que se forman cuando los cuidadores no pueden
proporcionar seguridad en momentos de peligro y angustia. A
veces, la nueva figura de apego (una persona que es un refugio
seguro y una base segura) es un abuelo u otro miembro de la familia,
a veces un maestro o mentor, a veces una nueva pareja romántica.
Esta nueva figura de apego no necesita estar físicamente
cerca (por ejemplo, un pariente, como un abuelo que vive en el
extranjero, puede ser una figura de apego útil, incluso si el único
contacto es por teléfono o por Internet). En el caso de un
cristiano con un apego inseguro a los humanos, se puede
desarrollar un apego compensatorio hacia Dios.

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 En tiempos de crisis o distrés, un cristiano con un estilo de apego
inseguro podría ser atraído a Dios en su desesperación. Sabemos
que el Espíritu Santo siempre está llevando a las personas hacia Dios
a través del amor, y por lo tanto, el anhelo de una relación con Dios
probablemente aumentará en las crisis. Supongamos que esa
persona desesperada es parte de una comunidad cristiana en la que
los miembros realmente se preocupan por los demás y también
hablan sobre el amor y el cuidado de Dios. Entonces, experimentarán
el amor de Dios a través de los miembros de la comunidad que
satisfagan sus necesidades (y particularmente la necesidad de
relacionarse con otros). La comunidad cristiana habla del amor del
apego de Dios y actúa sobre ello. Esa experiencia de cercanía
espiritual y seguridad en palabras y acciones en tiempos de crisis
puede cambiar las imágenes y las experiencias de Dios negativas a
otras más positivas.
Las relaciones genuinas de cuidado dentro de una
comunidad cristiana afectan los modelos de apego del yo y de
los demás y permiten mensajes positivos sobre Dios para
cambiar los modelos de Dios basados en la emoción. Las
experiencias de apego más positivas de Dios pueden, a su vez,
afectar otras experiencias de apego humano, de modo que las
relaciones generalmente se vuelven más positivas.
Los terapeutas y consejeros cristianos pueden ser parte del
proceso de cambio de estilos inseguros de apego a Dios y otros a
estilos más seguros. Cuando una persona se siente muy sola o
atrapada en relaciones difíciles, un terapeuta cristiano puede ser un
puente para mejorar las relaciones con Dios y con los demás. El
consejero cristiano que utiliza la terapia de esquemas está tratando
de ser un refugio seguro y una base segura de maneras que ayudan
a las personas a acercarse a Dios y tener relaciones sanas con los
demás.
 Tarea: piense en su propio estilo de apego a Dios con base en
las preguntas que ha respondido. Si tiene un vínculo seguro
con Dios, puede agradecerle por ser su refugio seguro y su
base segura en momentos de problemas. Si tiene un apego
inseguro a Dios, escriba frases de la Biblia o recuerde historias
bíblicas que lo describan como amoroso, cariñoso, protector,
calmante, de apoyo y guía. Luego, medite esas frases e
historias mientras imagina los momentos de problemas y
angustia en su propia vida. En cada imagen de la vida que
recuerde, imagine que va a Dios en busca de seguridad y

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 ayuda, y luego, se siente apaciguado y calmado. Ahora
imagine lo que diría y haría al sentirse seguro con Él. Repita
esta meditación con diferentes imágenes de tiempos difíciles
en su vida. A medida que repite la meditación, ¿Está pensando
y sintiendo de forma diferente acerca de Dios? ¿Sobre usted
mismo, piensa y se siente capaz de acudir a Dios y recibir
ayuda?

RESUMEN
En este capítulo, hemos descrito el apego a Dios como una base
cristiana para la terapia de esquemas. El apego a Dios tiene una base
sólida en la teología cristiana. Existen buenas investigaciones que
muestran cómo un apego seguro a Dios se relaciona con la salud
espiritual y psicológica. La teoría del apego también ubica esta
terapia en un contexto de experiencias de desarrollo primordiales
importantes, como veremos. La teoría del apego también es un
ejemplo de “aprendizaje oculto”, que es fundamental para la
formación de esquemas. Debido a que la terapia de esquemas se
basa parcialmente en las ideas de la teoría del apego, podemos usar
la teoría del apego cristiano y la investigación junto con el
conocimiento de la terapia de esquemas secular para la mejor terapia
de esquemas para los cristianos.

Para leer más

 Relaciones y estilos de apego niño-cuidador: Ainsworth (1985);
Benjamin (1995); Schore (2003).
 Consecuencias del apego seguro e inseguro en la adolescencia
y adultez: Mikulincer y Shaver (2007); Mikulincer et al. (2010);
Miner (2009).
 Por qué los cristianos pueden tener una relación de apego con
Dios: Gunton (2002); Miner (2007).
 Desarrollar una relación de apego con Dios: Granqvist et al.
(2011); Granqvist y Kirkpatrick (2013).
 Compensar las relaciones de apego inseguras: Miner (2007);
Miner, Dowson y Malone (2014).

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