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CRISTINA KAUFMANN,

A LA BÚSQUEDA DE LO ESENCIAL
Teresa Guardans

PRESENTACIÓN .................................................................................................................. 3
1. UNA VIDA EN UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN ................................................. 5
1.1. La vocación de una joven europea ............................................................... 5
1.2. Maduración y renovación ............................................................................... 8
1.3. Volver a las fuentes ......................................................................................... 10
1.4. «Regreso a las fuentes»... ¿A cuáles? .......................................................... 11
1.5. Al cuidado de la comunidad .......................................................................... 12
1.6. «Procuren ir comenzando siempre de bien en mejor...» ........................... 14
1.7. A la intemperie ................................................................................................. 17
1.8. Un rico magisterio ........................................................................................... 18
2. MAESTRA DE VIDA INTERIOR: UNA PEQUEÑA SELECCIÓN .................................. 22
BIBLIOGRAFÍA DE REFERENCIA ...................................................................................... 30
NOTAS .................................................................................................................................. 31
La idea de este cuaderno surgió del seminario «El lenguaje de los místi-
cos» que se impartió en Cristianisme i Justícia durante el curso 2010-
2011. Una parte de este seminario se dedicó a presentar la espiritualidad
de la religiosa carmelita Cristina Kaufmann. Aunque la colección EIDES
se centre de modo especial en la espiritualidad ignaciana, creímos que
era de un gran interés dar a conocer el testimonio y la obra de esta mís-
tica de nuestro tiempo.

Teresa Guardans es doctora en Humanidades y profesora del CETR (www.cetr.net). Su últi-


mo título publicado: La verdad del silencio: por los caminos del asombro (Herder, 2010).

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tificación, cancelación y oposición dirigiéndose por escrito a Barcelona, c/ Roger de Llúria 13.
PRESENTACIÓN

Cuando me llegó la propuesta de un seminario sobre Cristina Kauf-


mann (1939-2006), carmelita descalza, no estaba yo muy convencida
de poder hacerlo. Sin duda una gran persona, pero... Me preguntaba si
la experiencia vital de aquella monja, sus luchas, sus esfuerzos podían
ofrecernos hoy algo real, a mí, a la “gente de la calle”.
Mientras le daba vueltas y hojeaba los materiales que tenía a mano, me
encontré con el último correo electrónico que envió a sus hermanas de
la comunidad de Mataró, pocos días antes de la aparición de un bulto
en el cuello, el primer indicio del cáncer del que moriría cinco semanas
después. Es un texto breve que nos muestra a una mujer que, como
una esponja, no pierde ocasión para dejarse penetrar por la vida y
aprender de cada detalle: el camionero que se le acerca para que le
arranque la astilla de hierro clavada en la mano –manos jóvenes y
endurecidas que le hablan del trabajo de tantos para que todo funcio-
ne como es debido–; la factura del lampista que le recuerda las preo-
cupaciones económicas de la gente; el curso que prepara; la amabili-
dad del informático que en un abrir y cerrar de ojos le ha resuelto un
problema del ordenador portátil y se ha ofrecido a acercarse algún día
por la casa para conectarle el ADSL; los primeros jacintos en flor; una
chimenea que ha dejado barrida antes de salir, con la leña preparada
para la noche y que ha ardido durante su ausencia...: «me hace pen-
sar que a veces hay situaciones donde todo parece parado, apagado,
sin vida, sin posibilidades, y entonces viene, desde donde ni se ve ni
se espera, una centella que vuelve a avivar el fuego. Total, ha sido un
día lleno de enseñanza. Queridas, en conjunto nada, sólo una pequeña
aportación a la recreación. Un fuerte abrazo para cada una, Cristina».
«En conjunto, nada.» Simplicidad, apertura, receptividad, lucidez, aten-
ción plena, amor, agradecimiento, sinceridad... éste es el perfume que
desprende el mensaje. Toda una lección. Primero desde el monasterio,
después desde una vida eremítica, ella, más real, más auténtica, to-
cando más de pies en el suelo, que muchos de los que pasamos nues-
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tros días en medio del hormiguero social, buscando quizás protección
detrás de nuestros propios muros.
Así que sin darle más vueltas me puse manos a la obra, dejándome
guiar por los escritos de quien había sido capaz de transformar su cora-
zón, su mente y sus ojos hasta penetrar las realidades de aquella
manera: capaz de abrazar y leer el libro de la vida, descubriendo en
cada detalle la “Presencia” siempre presente.
Acercarnos a Cristina Kaufmann nos brinda la oportunidad de ser tes-
tigos de los vientos de cambio que cristalizaron en el Concilio Vaticano
II. De las esperanzas, los retos y las dificultades que vendrían. Testigos
de un esfuerzo de renovación encarnado en una Orden religiosa –el
Carmelo femenino–, en la vida de una comunidad –el Monasterio de
Mataró– y en la experiencia de la persona sobre la que recayó un des-
tacado papel de representación. Asimismo, nos permite saborear su
maestría espiritual, palabras que nacen de un itinerario de búsqueda,
de una progresiva desnudez, de una experiencia valiente que –como
todo proceso auténtico– trasciende las condiciones concretas en las
que se origina: búsqueda de absoluto de una mujer –subrayando,
como veremos, esa condición femenina–, una mujer comprometida con
un entorno determinado en unos tiempos de profunda y acelerada
transformación.
Estas páginas no pretenden ser más que una selección representativa
de textos a partir de la ya amplia bibliografía al alcance; algo así como
una pequeña muestra a modo de invitación a seguir profundizando en
el legado de la hermana Cristina.
La primera parte consiste en un esbozo biográfico que es, a su vez, la
“biografía” de una institución en transformación, acompañada de las
reflexiones de Cristina sobre la necesidad de renovación de las formas
religiosas. A continuación, damos paso a textos en los que nos habla
del sentido del trabajo interior, de la espiritualidad. Dos grandes apar-
tados que se corresponden, en cierto modo, con el “doble movimiento”
que caracteriza su caminar y del que hablaba a sus hermanas en el
año 2000:

«Creo que el momento presente exige a nuestras comunidades


un doble movimiento: primero, salir de una instalación en estruc-
turas de aislamiento para aprender a vivir en la intemperie de la
pluralidad y el desarraigo de seguridades penúltimas; y segundo,
entrar dentro de nosotras mismas, en el más profundo centro
dentro del “castillo interior”.»

Ese doble esfuerzo que orientó su vida, la convierte en fuente de sabi-


duría para todos nosotros.

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1. UNA VIDA EN UN MUNDO EN TRANSFORMACIÓN

«Mi vida de carmelita ha estado siempre desde el primer día marcada


por la categoría de cambio, de desarraigo, de tensión entre lo viejo y lo
nuevo, entre lo esencial y lo accidental. La fe en la vocación, la certe-
za de que el camino de Teresa de Jesús era también un camino para
mí, no me ha abandonado nunca.»1

1.1. La vocación de una joven la que ella respondía refiriéndose a dos


europea hechos: el impacto que, a los 12 años, le
causó la visión de una Mater Dolorosa
Christine Kaufmann nace en Baden
del Greco, en clase (¿de qué país podía
(Suiza) en 1939, e ingresa en el Carmelo
salir una imagen como aquella?); y una
de Mataró en 1964 –en pleno Concilio
representación teatral del Diálogo de
Vaticano II (1962-1965)–, adoptando el
Carmelitas de Bernanos, presenciada a
nombre de Cristina María de la Divina
los 14 años:
Gracia.
¿Qué es lo que guió a aquella joven «Una representación del drama en el
europea hasta un monasterio de clausu- teatro de mi ciudad natal penetró de
ra en España, hasta “el fin del mundo” lleno en lo que yo tenía por la expe-
–si nos situamos en la perspectiva de riencia más importante de mi vida
una familia suiza–, en aquellos años se- hasta entonces, los 14 años, el saber
senta en los que la inmigración españo- que existía una manera de mirar que
la se hacía sentir con fuerza en Europa volvía transparente toda la realidad:
y, muy especialmente, en Suiza? Una mirar –saber– amar como itinerario
pregunta que le hicieron a menudo y a del ser, que Dios es Dios de amor,
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con quien se puede vivir con pasión vivo aquel anhelo. Teresa de Jesús y
y con fascinación e intimidad toda Edith Stein, la madre y la hermana, los
una vida. Y que este amor pasaba por dos modelos que la acompañarán siem-
el corazón humano, mío y de otro, pre: dos mujeres lúcidas, valientes, mu-
pero no quedaba ahí, que era posible jeres de hondura, con cabeza y corazón.
quedarse como prendida por ese fue- En 1959, una vez finalizados los estudios
go.» (FdP, 20)2 de puericultura, viaja a Barcelona por
primera vez, quedándose en casa de una
«La experiencia con el Carmelo se- familia para hacerse cargo de los hijos
gún G. Bernanos no me acercó, sin durante casi un año. En seguida empie-
embargo, a la institución, a la reali- za a aprender el catalán y el castellano.
dad histórica, ni a lo que luego co- De vuelta a Baden, trabajará en la ma-
nocí como la obra de santa Teresa. ternidad y colaborará con una parroquia
Pero sí sabía que esta forma era la enseñando alemán a los inmigrantes
que correspondía a lo que llevaba españoles. En los tres años siguientes
dentro, sin saber bien de dónde me regresará varias veces a Barcelona, que-
venía esta certeza. La vida de Edith dándose en casa de la misma familia.
Stein, la carmelita judía asesinada en Una hermana suya recuerda que estaba
Auschwitz, me acercó algo más a la totalmente convencida de que Cristina
realidad concreta. Me hizo buscar se casaría con un español. Mientras tan-
las obras de Teresa y leer con aten- to, ella se debatía entre el deseo de una
ción la Vida que a la filósofa alema- vida “normal” y una llamada interior
na le había descubierto su propio ca- que no se apagaba. Desde 1962, la idea
mino dentro del cristianismo. Lo que de hacerse carmelita descalza en España
entendí claramente era que el Car- arraiga con fuerza. Escribe a algún mo-
melo me haría posible vivir lo abso- nasterio; en noviembre del 63 visita el
luto del amor de Dios en una radica- de la Inmaculada Concepción, en Mata-
lidad fascinante, en comunión con ró, y lo tiene claro: pide la admisión.
personas que lo habían vivido antes Volverá a Suiza para cerrar asuntos per-
que yo. Coincidía con Teresa de Je- sonales y despedirse de los suyos. En
sús en que no era una huida absurda marzo de 1964 ingresa en el monasterio
del mundo, que la clausura encerra- de Mataró. Una decisión difícil para su
ba la paradoja de una libertad y una familia, que desde entonces pasarían ca-
pasión más allá de todos los muros y da año las vacaciones en España, cerca
de todos los dogmas, algo que sobre- de ella, en un hotelito de Caldes de
pasaba todo lo que se podía entender Estrach, a pocos kilómetros de Mataró.
como institución o ideología cerra-
das sobre sí mismas.» (FdP, 22) «¿Qué es lo que encontré al entrar en
1964 en el Carmelo? Me encontré
Una visión de España y del Carmelo con la realidad. Había imaginado al-
idealizada y desencarnada, dirá años go sin cuerpo, sin historia, sin rea-
más tarde, pero que la impactaron con lismo. Me encontraba conmigo mis-
suficiente fuerza como para mantener ma. Ahí estaba la comunidad, las
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hermanas, las costumbres, la manera al centro de mi único deseo: seguir a
de vestir, de comer, las mentalida- Dios en la llamada que me dirigió y
des, la liturgia [...] Todo lo imagina- acoger su amor en la forma que Él
rio tenía ahora cuerpo, sonido, color me fuera enseñando. El no com-
y yo estaba ante el desafío de inte- prender, no sintonizar interiormente
grar todo ello en mi propia expe- con esas costumbres y formas de vi-
riencia y mi vocación. [...] Lo más vir, me parecía que era parte del mis-
importante para mí de aquellos pri- terio de Dios mismo. Hoy sé que en
meros años en el Carmelo fue la ex- todo ello había una profunda equi-
periencia de lo absoluto de Dios vi- vocación. Era la sacralización de
vido en la contingencia de una vida una manera de vivir. Lo que sí for-
diaria de lo más pequeña y vulgar. maba parte del misterio de Dios pa-
[...] En la crisis quedó en pie la ine- ra mí fue el aprender a vivir aquella
fable verdad de la llamada de Dios y situación con apertura teologal, fe,
la conciencia de esta llamada, pero esperanza y amor. Dios no lo quería,
fue necesario encarnarlo en la reali- ni lo permitía, pero sí, me salvaba,
dad que no tenía nada que ver con lo me liberaba en aquello. [...] Todo
que Bernanos describe en su obra esto fue posible gracias al gran amor
sobre la vida de comunidad en un afectivo y real que me demostraban
Carmelo.» (FdP, 23) todas las hermanas desde el primer
momento y sobre todo la que enton-
La adaptación a la nueva vida no fue ces era priora y maestra de novi-
nada fácil. Lo recuerda en su conferen- cias.» (FdP, 168-169)
cia en la Asamblea de la Federación de
Carmelitas Descalzas de Aragón y Va- Se trata de Madre Carmela (1909-
lencia, en 2005,3 una intervención en la 1997), una mujer franca, inteligente,
que quiso reflexionar a partir de su ex- enérgica, cordial, paciente, magnáni-
periencia de cuarenta años como carme- ma..., a la que Cristina, y toda la comu-
lita. La mujer madura, que podía mirar nidad de Mataró, recuerdan siempre con
atrás con perspectiva, distingue entre las agradecimiento y amor filial. A pesar
dificultades que formaban parte de un del rigor de aquellos tiempos, “sentía-
choque cultural entre su Suiza natal y mos libertad en todo nuestro ser”,
España, y las que surgían del forzar a la Madre Carmela hacía posible que se
vida espiritual a quedar prisionera de respirase “apertura, visiblemente y en
unas formas fosilizadas y obsoletas: verdad”; el ambiente era humano. La re-
lación con cada una de ellas era estre-
«Mi idealismo desencarnado se iba cha. Las hermanas recuerdan las difi-
desvaneciendo a lo largo de un cultades de adaptación de Cristina, que
aprendizaje y noviciado que abarca- llegó a enfermar y tuvo que guardar ca-
ba todo, cuerpo, historia, corazón, ma durante largas temporadas.4 Una
espíritu. Recuerdo cómo las “terri- “crisis” que duró casi tres años y que su-
bles noches oscuras” que me produ- peró con el apoyo y la confianza de
jeron estas cosas, me lanzaban más Madre Carmela.
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«En esta primera etapa, en la que la recto a la Biblia; los frailes, sí. Cristina
comunidad todavía vivía totalmente proviene de la Europa de la Reforma,
anclada en las tradiciones “peren- tierra de convivencia de comunidades
nes” de hacía 400 años, la superficie protestantes y católicas –sin olvidar una
de la vida ya se iba viendo rizada por significativa presencia judía–, un am-
el soplo del Espíritu Santo en el biente en el que la lectura de la Biblia
Concilio, como se riza la superficie alimentaba la espiritualidad. Ella mis-
de un lago con la brisa antes de que ma, con catorce años, la había leído de
se forme una tempestad de tramon- cabo a rabo. ¿Cómo no iba a ver el sin
tana [...]. La renovación conciliar sentido de unas normas que impedían la
abrió en mi interior el puente entre formación de las mujeres, que perpe-
lo que había vivido antes de ser tuaban temores y desprecios sin funda-
carmelita y lo que se tenía que des- mento alguno?
plegar más y más en la Iglesia y tam- El esfuerzo de concreción del “re-
bién en nuestras comunidades. Em- torno a lo esencial” que preconizaba el
pecé a ver que la diferencia entre la Concilio surgía, en verdad, de la vida in-
cultura en la que nací y crecí y la que terior de las comunidades; pero ésta se
reinaba en la comunidad podía ser construye con los itinerarios con los que
superada, se podían encontrar, y más cada uno llega a esa vida comunitaria, y
aún se podían enriquecer mutua- sus aportaciones a la misma. No podría
mente.» (FdP, 169) ser el mismo el ambiente que se respira
El abismo insalvable es el que se ge- en una comunidad en la que la mayoría
nera entre formas vivas y formas muer- de sus miembros son hijos o hijas de en-
tas, entre aquellas conectadas a la vida, tornos ampliamente agrícolas, en los
a la realidad, y las estériles. Si la vida que el peso de la religiosidad se hace
interior puede enraizarse en cultura vi- sentir todavía con fuerza... y el que se
va, sea la que sea, logra fructificar a pe- respira allá donde la gente proviene ma-
sar de las dificultades propias de todo yoritariamente de realidades urbanas
trasplante. fuertemente laicizadas y plurales. Por
Probablemente el hecho de vivir un ahí habría que buscar algunas de las cla-
desarraigo por partida doble –el cultural ves del difícil proceso postconciliar que
y el institucional– favoreció la capaci- se vivió en el Carmelo y que desembo-
dad de discriminación de la hermana có en la escisión.
Cristina, una mirada capaz de distinguir,
en aquel legado ancestral, entre lo que
1.2. Maduración y renovación
podían ser instrumentos al servicio de la
vida y la innecesaria y contraproducente En 1968 la hermana Cristina profesa so-
fijación a unas formas. Basta pensar, por lemnemente. Dos años después es ele-
ejemplo, en el trato otorgado a las Es- gida subpriora y maestra de novicias. En
crituras. En la etapa “pre-renovación”, 1973 será elegida priora, cargo en el que
las monjas –al igual que en los tiempos repetirá tres trienios más (hasta 1986),
de santa Teresa– no tenían acceso di- el máximo posible, con dispensa inclui-
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da; será reelegida de nuevo en 1989, con Desde, como mínimo, el siglo IX
renovaciones hasta julio de 2001. Al fi- a.C. el Monte Carmelo, en Palestina
nal de este cuaderno, adjuntamos un (Israel) fue lugar sagrado para varias
cuadro cronológico que facilita poderse tradiciones religiosas, acogiendo a bus-
hacer una idea rápida del curso de los cadores solitarios y a pequeñas comuni-
acontecimientos, los de la Orden y los dades. Desde el siglo IV también los ere-
de la vida personal. Las disposiciones mitas cristianos buscaron la soledad en
conciliares animan al aggiornamento de aquellos parajes, una tradición que se
las órdenes religiosas, a revisar las for- vio renovada en el siglo XII, cuando al
mas de vida invitando a un «retorno a finalizar la tercera cruzada, algunos de-
las fuentes»; toda su vida de carmelita votos calabreses, peregrinos o cruzados,
–dirá– «estaría marcada por el “cam- decidieron quedarse y establecerse en el
bio”, por la tensión entre lo esencial y lo monte. Aquella comunidad de eremitas
accidental». del Carmelo, de “carmelitas”, recibió el
reconocimiento por parte de Roma bajo
«No sé si acierto si digo que en nues- unas reglas de vida que pasaron por más
tras comunidades el movimiento de una redacción. La versión de 1247
empezó gracias a aquella frase con- fue la que en el futuro sería considera-
soladora y animadora del documen- da como la “Regla primitiva”. Se trata
to Perfectae Caritatis, “volver a las de un texto breve (no ocupa más de dos
fuentes”. Me parecía que esta invi- o tres hojas), firmado por Alberto, pa-
tación tenía en si todas las ventajas triarca de Jerusalén, que recoge en vein-
de ser un estímulo para la fidelidad ticuatro puntos unas orientaciones para
al carisma de cada orden pero apo- aquellos eremitas que viven en la mon-
yándola en un más profundo cono- taña bajo su jurisdicción. El primer pun-
cimiento del mismo. Con todo, daba to es el enunciado, y los tres siguientes
pie a interpretaciones encontradas: sintetizan la esencia del conjunto:
simplemente retroceder a lo que vi-
vían y hacían los fundadores, o bien «2. En muchos lugares y de muchas
salir al encuentro de los fundadores maneras los santos Padres estable-
en su tiempo y aprender de ellos có- cieron de qué suerte cada uno, cual-
mo salir nosotros al encuentro de quiera que sea la Orden a la que per-
nuestro momento histórico y vivir el tenezca o el modo de vida religiosa
carisma primigenio en este momen- que hubiere elegido, haya de vivir en
to.» (FdP, 173) obsequio de Jesucristo, y servirle
fielmente con corazón puro y buena
Anclarse en las formas de vida del conciencia. 3. Pero como nos pedís
siglo XVI o abordar el presente desde el que os demos una fórmula de vida
espíritu fundacional... Para entender adecuada a vuestro proyecto común
bien el alcance del conflicto y el espíri- y a la que deberéis ser fieles en el fu-
tu de cada uno de las dos opciones en- turo. 4. Ordenamos lo primero, que
contradas, recordemos cuáles son las tengáis por Prior a uno de entre vo-
“fuentes” del Carmelo. sotros…»
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Elección del prior, habitar en el lu- 1.3. Volver a las fuentes
gar que más convenga, sin propiedades
Teresa de Jesús funda el primer monas-
personales, comida en común, vida fru-
terio “reformado” en 1562, el de San
gal, castidad, trabajo, cultivo del silen- José en Ávila, no tanto como respuesta
cio, oración, servicio… una serie de al ambiente relajado de la Encarnación
orientaciones básicas para favorecer lo –dirá Cristina–, sino como renovación
esencial: «vivir en obsequio de Jesucris- del carisma contemplativo del Carmelo.
to». Unos años después la orden carme- En 1567 ven la luz las primeras Cons-
lita se expande por Europa conser- tituciones:
vando, en parte, el estilo eremítico y el
valor del silencio –rasgos tan caracte- «La Santa es consciente de que la
rísticos de la vida en la montaña sagra- norma que tiene que regir la nueva
da–, pero incorporando también el apos- familia por ella fundada es la Regla
tolado activo propio de las órdenes primitiva de la Orden del Carmen,
mendicantes que en aquel momento flo- toda ella un ramillete de textos bí-
recían con fuerza en una Europa herida blicos que centran toda la vida del
por las desigualdades y la miseria. Carmelo en este punto: “vivir en ob-
¿Había mujeres eremitas en el monte sequio de Jesucristo”. Cómo lo en-
Carmelo? Se sabe que había contempla- tiende santa Teresa para sus hijas, lo
tivas, desde el siglo III, en los desiertos expone en el Camino de Perfección.
de Siria, Egipto, Palestina, Turquía... Y resumiendo esta doctrina en for-
Son las Ammas, las madres del desierto. ma de Constituciones para que que-
Pero no hay rastro de ellas en el Carme- de una firmeza jurídica de su caris-
lo. Así pues, la Regla Primitiva es una ma, redacta unas pocas normas que
regla escrita por hombres, y para hom- sirvan de columna vertebral jurídica.
bres. Pero cuando el movimiento llegó Son de un estilo sumamente senci-
a Europa pronto contó con la incorpo- llo, corto, mucho más espirituales
ración femenina, pues hay noticia de que las abundantes prescripciones
unas “beatas carmelitas” en Italia, a fi- de las Constituciones antiguas que
nales del siglo XIII. Y en 1452 se produ- se guardaban en la Encarnación sin
ce la aprobación oficial de una regla pa- guardarlas. La Santa insiste con ve-
ra monjas carmelitas, estableciendo hemencia en su epistolario con el
para ellas la clausura como era obliga- P. Gracián y otros ante la definitiva
do para cualquier comunidad femenina. redacción de las leyes, que éstas fue-
En España los primeros monasterios ran esenciales, no pesadas, que con
serían el de Écija (1450) y el de la En- guardar la Regla ya se hacía bastan-
carnación de Ávila (1515), en el que te. Y ella confiesa que no “pudo aca-
entraría Teresa de Jesús en 1535: unos bar con ello”, pues los frailes car-
muros no pocas veces impuestos a hijas melitas no estaban en condiciones
de familias acomodadas, que procura- de entender el genio de esta mujer
ban sobrevivir a su confinamiento lo que sabía lo nefasto que era sentirse
mejor posible. aplastado por muchas leyes pesadas
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que no dejan respirar a las almas. Y 1.4. «Regreso a las fuentes»...
ella, como mujer, no podía interve- ¿A cuáles?
nir directamente en la redacción y
¿A la Regla primitiva? ¿A las Constitu-
tuvo que dejar este cometido al Ca-
ciones de 1567? ¿A las de 1581? ¿A unas
pítulo de sus frailes. Ella hizo una
especie de encuesta entre las herma- Constituciones marcadas por la condi-
nas y luego lo comunicaba al P. Gra- ción de la mujer en la Iglesia y en la so-
cián para que éste lo llevara al Ca- ciedad del siglo XVI, o salir al encuentro
pítulo. Insiste en que no se pongan del carisma primigenio desde el propio
preceptos menudos y complicados. tiempo histórico? En aquel período
[…] Teresa tiene necesidad urgente postconciliar se trabaja por unas Decla-
de ver unas Constituciones escritas e raciones inspiradas en la Regla y en las
impresas para que su obra quede Constituciones de santa Teresa, las de
bien asegurada de falsas interpreta- 1567; repensándolas desde el reconoci-
ciones, de los antojos de cada prio- miento de la vida de unas mujeres con
ra, de los humores cambiantes de los plenas capacidades, que no necesitan vi-
superiores que después vinieren.» vir supeditadas a la tutela masculina;
(FdP, 91-92)5 mujeres con derecho a la formación, a
hacer oír su voz, a tomar decisiones; una
No sólo no podía intervenir directa- redacción que busca vivificar la clausu-
mente; en 1581, un año antes de morir, ra como instrumento al servicio de la vi-
tuvo que ver cómo se modificaban las da interior, sin miedos ni desconfianzas.
Constituciones quedando reforzados y Poco a poco van desapareciendo las
ampliados aspectos normativos y jerár- rejas con sus púas, las liturgias invitan a
quicos. una mayor participación, se favorece la
«Teresa acoge en la Regla el estilo oración personal, se aligeran los hábi-
eremítico de la vida contemplativa: tos, se abren las posibilidades de forma-
“el estilo que pretendemos llevar es ción, se flexibiliza la vida comunitaria...
no sólo de ser monjas, sino ermita- Pero no todos los monasterios piensan
ñas” (C. 13,6). Luego ella le pone su igual. Un grupo de Carmelos, mayorita-
sello peculiar, justamente obligada riamente españoles, son de la opinión de
por la ley de clausura, por la tutela a que unas Constituciones, inspiradas por
la que está sujeta la mujer en la Igle- el Espíritu Santo, no necesitan actua-
sia de su tiempo. El lugar solitario lización de ningún tipo; que son atem-
del Monte Carmelo donde los ermi- porales y que las modernizaciones res-
taños erigen sus celdas alrededor del ponden, en gran medida, al deseo de
oratorio común se convierte en un disminuir la exigencia de la vida carme-
monasterio donde cada monja tiene lita. Destaca en este movimiento “tradi-
su celda en el mismo edificio y to- cionalista” el nombre de la Madre
das juntas quedan cercadas por el Maravillas (1891-1974), fundadora de
muro de la clausura.» (FdP, 209- numerosos monasterios; y el del Carme-
210)6 lo de La Aldehuela (Getafe), en el que
11
murió. La Madre Maravillas fue cano- aprobó las Constituciones según las
nizada en 2003. disposiciones del Concilio Vatica-
Para la elaboración de las nuevas no II. Las 763 comunidades restan-
constituciones, el Prepósito General de tes se acogieron a este nuevo texto.»8
la Orden, el padre F. Monahan, visitó to-
das las provincias recogiendo las suge-
1.5. Al cuidado de la comunidad
rencias de las carmelitas por boca de sus
delegadas. En 1975 se reúne con la dele- En todo aquel proceso la Comunidad de
gación catalana. El resultado de las con- Mataró y, muy especialmente, Cristina,
sultas son las Declaraciones a las Cons- no pudieron evitar ser el blanco de du-
tituciones “primitivas” de santa Teresa ras críticas. Las reflexiones del claretia-
para las Carmelitas Descalzas que se no S.M. Alonso nos permiten hacernos
aprueban en 1977, ad experimentum, una idea de la situación:
por cinco años. Cinco años después –en
1982– Roma envía un cuestionario pa- «Conozco algunas críticas que se
ra valorar el ensayo llevado a cabo. En han hecho a Cristina y a su querido
noviembre de 1984, tras un silencio de Monasterio de Mataró. Y tengo que
dos años y medio, todos los Carmelos confesar que me parecieron y me si-
reciben una carta firmada por el carde- guen pareciendo tristes, porque las
nal Casaroli, Secretario de Estado del considero infundadas. Suponer en
Vaticano, anunciando la redacción de Cristina algún deseo de protagonis-
unas nuevas Constituciones bajo la pre- mo o una intención de “reformar” el
sidencia de la Sagrada Congregación. Carmelo, cambiando o modificando
Se ponía así punto final al proceso de re- su verdadera identidad carismática
flexión iniciado;7 un duro golpe al que en la Iglesia, o algunos de los ele-
siguieron años de “tensiones fecundas”, mentos esenciales que la integran, y
de confrontación y de debate, pero tam- no, más bien, querer decididamente
bién de intrigas y de enemistades, hasta volver a lo esencial y, desde ese “nú-
que...: cleo” irrenunciable, interpretar y vi-
vir todo lo demás, “con prudencia y
«Después de años de sufrimiento, coraje a la vez, con fidelidad y crea-
trabajos y esfuerzos para caminar tividad”, es no sólo un gravísimo jui-
unidas en la diversidad, se consoli- cio temerario, sino una gravísima
dó la división de la Orden con la pro- falsedad. […] En todo caso, lo cierto
mulgación de las Constituciones pa- es que ella –Cristina– nunca se ha-
ra los monasterios de Carmelitas bría permitido juzgar a nadie con tan-
Descalzas, el 8 de diciembre de ta dureza ni “descalificarle” con
1990, por el Papa Juan Pablo II. tanta poca comprensión y caridad. Y,
Fueron aceptadas por sólo 123 co- menos todavía, en nombre de la fi-
munidades de monjas carmelitas de delidad. […] No hubo nunca en ella
diversos países. Y el 17 de septiem- un gesto o una palabra de rebeldía.
bre de 1991, la Sede Apostólica Pero tampoco vivió en la ciega su-
12
misión. Supo ser fiel y obediente sin renovación de la vida carmelitana a
traicionar su propia conciencia y la la luz del Concilio.
entera fidelidad a Dios, como “hija
El objetivo principal de la madre
de la Iglesia” […] Cuando se estaba
Cristina en su quehacer de madre y
viviendo aún esta misma dolorosa
guía de las hermanas, siguiendo el
situación me decía desde Mataró:
ritmo iniciado por la madre Carme-
“de momento hemos hecho lo que
la, fue dar a la comunidad una sóli-
podemos con nuestros pobres me-
da formación permanente a fin de
dios. Lo demás lo dejamos en manos
hacer crecer a cada hermana en li-
de Dios. Y confiamos y esperamos
bertad, responsables de su propia
contra toda esperanza. Siento que,
vocación.»10
en medio de todo, crece en mí el de-
seo de la paz y el silencio interiores. La formación fue una de sus preo-
Dios es el más importante; todo lo cupaciones permanentes. Hasta ese mo-
demás, leyes, intrigas, forcejeos… mento el saber atravesaba a cuentagotas
quedan tan en la periferia…” »9 los muros de las clausuras, “racionado”
según criterio de los responsables mas-
Sus hermanas subrayan el espíritu
culinos. Amparada por el ejemplo de
de servicio, la responsabilidad y el po-
Teresa de Ávila y Edith Stein, Cristina
co deseo de protagonismo con que
Cristina asumió la tarea para la que ha- lo tiene claro: la opción contemplativa
bía sido elegida. Así lo recuerdan ellas: no puede ser sinónimo de oscurantismo
e ignorancia. El estudio ha de poder ali-
«Amaba mucho a la comunidad, no mentar la vida interior de las monjas que
hizo nada sin ella. Actuaba siempre merecen las mismas oportunidades de
con ella y todas juntas proseguíamos formación que los frailes. Hay que su-
el camino de la renovación que nos perar desde las raíces un modelo que
había señalado el Concilio Vatica- supedita las mujeres a los hombres. Ni
no II. Aprendíamos a escucharnos, discriminación ni dependencia: reci-
ampliando la mirada hacia la Iglesia procidad, corresponsabilidad...
entera, hacia toda la humanidad, no
solamente hacia nuestro pequeño re- «La toma de conciencia de nuestra
cinto. En un afán de búsqueda de los dignidad de mujer va creciendo en
caminos para acercarnos al ideal que muchas de nosotras. A menudo se ve
nos traza santa Teresa nos propusi- alimentada por la presencia de muje-
mos ser una comunidad viva, evan- res jóvenes en nuestras comunidades
gélica, convocada por el amor de que tienen de ello una experiencia
Jesús, al servicio de su Iglesia y de más viva y directa de la que, posi-
los hermanos, en la contemplación y blemente, podamos tener las mayo-
la sencillez. Durante estos años nos res. [...] El flujo y reflujo de expe-
dedicamos enteramente al estudio, a riencias y de enseñanzas entre
la reflexión y a la profundización del hermanos y hermanas de la misma
carisma teresiano para una adecuada Orden, debe ser verdaderamente re-
13
cíproco. [...] La lectura de la bella Son años intensos de intercambio,
carta de Juan Pablo II [...] me per- de construcción de nuevas dinámicas.
mite afrontar este nuevo “comenzar” En 1999 viaja a Chile invitada por la
que nos inculca la Santa Madre asamblea federal chilena; en 2005 viaja
“ahora comenzamos y procuren ir a Estados Unidos. Participa en congre-
comenzando siempre de bien en me- sos, atiende demandas de conferencias,
jor”, desde una nueva libertad evan- cursos, jornadas de reflexión... que pro-
gélica, desde una nueva fraternidad vienen tanto del mundo académico
o “sororidad” dentro de la Orden, como de otras órdenes e instituciones
desde una creatividad amable y de- religiosas. Y con el tiempo –y los ojos
licada, pero no por ello menos de- abiertos a la imparable transformación
terminada e inteligente, perseveran- de las realidades humanas–, crece con
te y paciente.»11 fuerza una convicción: ya no basta
con reescribir unas Constituciones, es
Sin pretensiones de reformadora, sin preciso recomenzar, recoger la semilla
duda, pero es evidente que la comuni- de la contemplación y plantarla de nue-
dad de Mataró, con ella al frente, cons- vo, a la intemperie del siglo XXI, dejan-
tituyó un referente vivificador del mo- do atrás las antiguas estructuras.
vimiento de renovación.
La reflexión en el interior de las co-
munidades va unida al deseo y a la ne- 1.6. «Procuren ir comenzando
cesidad de establecer canales perma- siempre de bien en mejor=»
nentes de comunicación con los demás En octubre del año 2000, en el Encuen-
monasterios. Poco a poco se va conso- tro de presidentas federales con el padre
lidando un proceso federativo. En 1987 general Camilo Maccise, toma la pala-
Cristina es invitada a asistir a la asam- bra la madre Cristina12:
blea de la federación alemana; en un en-
cuentro en el que participan la presi- «Muchas energías de estos años han
denta de la federación alemana, la de la sido dedicadas a la tarea de respon-
holandesa y Cristina en nombre del mo- der a la llamada de la Iglesia a tra-
nasterio de Mataró, se constituye el vés del Concilio a la renovación de
Euro-Team (1989). Más adelante se su- nuestra Orden, de nuestras comuni-
marán las presidentas de las federacio- dades. Todos sabemos que han sido
nes de Gran Bretaña y Francia. La di- años de tensiones fecundas […] pe-
námica federativa se había iniciado en ro también de dolorosas divisiones
Cataluña en 1979, pero no será hasta […] Hace tiempo que yo siento den-
1993 en que se apruebe y quede consti- tro de mí como que este tiempo de
tuida la Federación de Santa María de controversia, de lucha, ha tocado a
Montserrat de las Carmelitas Descalzas su fin y me siento invitada a una nue-
de Cataluña y Baleares que siguen las va etapa, a concentrar todos mis es-
Constituciones de 1991. La madre Cris- fuerzos y mi interés en encarnar hoy,
tina es elegida presidenta de la misma. aquí, en el marco real que Dios me
14
brinda para realizar mi vocación, el ción” de Teresa a partir del texto pri-
carisma teresiano-sanjuanista. Estoy mitivo. Hay coincidencia en lo esen-
convencida de que una época con- cial de toda vida contemplativa, pe-
creta, la que va desde la fundación ro nada más.
de San José de Ávila en 1562 hasta […] Este ideal eremítico que la San-
hoy, toca a su fin para muchos ta vivió traducido a la manera que
Carmelos en Europa, quizá en el podía en su tiempo tiene que ser
mundo occidental en general. […] nuestro ideal ahora, traduciéndolo a
Desde las primeras veces que oía nuestra realidad. Los elementos cul-
leer la Regla en el refectorio me lla- turales del tiempo de la Santa no son
mó poderosamente la atención la solamente las rejas, los hábitos, los
frase “Vivir en obsequio de Jesucris- horarios, los trabajos y las ceremo-
to”. Sigo pensando que aquí está nias. Lo son igualmente la visión
condensado todo el contenido de que reinaba en aquella sociedad y
ella y aun todo el contenido de nues- aquella Iglesia sobre la realidad del
tra vocación como cristianos y car- ser de la mujer en esta sociedad y es-
melitas. Hoy esta frase me invita a ta Iglesia. […] Abrir los ojos a hori-
contemplar todo el panorama inte- zontes nuevos y reconocer en nuestra
rior de mi vida como carmelita, mi hora la vigencia del carisma, conte-
vida “en obsequio de Jesucristo”, la nido en la Regla y actualizado en su
vida desde Él y con Él y para Él y tiempo por la Santa y que ahora nos
para todos. Yo me pregunto si damos toca a nosotras transmitirlo vivo a
demasiado fácilmente por supuesto futuras generaciones de la Iglesia.»
este vivir en obsequio de Jesucristo.
Lo primero, lo esencial, lo único ne- Cristina pone de relieve el esfuerzo
cesario es esto. Para mí, esto es la vi- realizado durante 30 años en un proce-
da mística. Es un entrar más y más so de renovación; pero siente que ha lle-
en el misterio del Amor de Dios en gado el momento de profundizar en el
Cristo, el misterio de mi propia vo- ideal eremítico:
cación, mi vida real, la que ha trans- «Me parece que si estamos atentas a
currido durante 36 años en el Car- la realidad que ya nos envuelve, des-
melo. [...] Nos hemos acostumbrado de la experiencia interior viva, mís-
a que lo que es una norma de vida tica, entonces es cuando vamos ca-
para hombres del siglo XIII en minando y pasando de una forma a
Palestina y lo que es una legislación otra forma de vivir, de unas estruc-
constitucional para mujeres en el si-
turas a otras, no por amor al cambio
glo XVI en España, se puedan tener
sino por interior necesidad, porque
simultáneamente como normas de
el Espíritu mismo nos conduce y nos
vida para hombres y mujeres del si-
lleva. [...]
glo XX y XXI. No sé si en nuestras co-
munidades hemos experimentado Creo que el momento presente exi-
un auténtico asombro ante la “crea- ge a nuestras comunidades un doble
15
movimiento: primero, “salir” de una todo lo que esto significa y yo no sé
instalación en estructuras de aisla- explicar bien, lo intuyo y lo percibo
miento (clausura física mal interpre- desde la Palabra que me habita, en la
tada y clausura en sistemas de pen- que soy y estoy.
samiento) para aprender a vivir en la
[…] Por aquí van mis pensamientos
intemperie de la pluralidad y el desa-
cuando considero el posible papel de
rraigo de seguridades penúltimas, y
segundo, “entrar” dentro de nosotras nuestras comunidades en el futuro.
mismas, en el más profundo centro No me preocupa sólo la falta de vo-
dentro del ‘castillo interior’. No creo caciones, el envejecimiento físico de
en cambios estructurales externos las comunidades; la crisis es más
que se contentan con modificar los honda. Es cuestión de redescubrir
hábitos y los ‘hábitos’, con construir las raíces y hundirlas en la tierra que
edificios modernos y funcionales, Dios nos da, ahora y aquí. “Ahora
con adquirir algunas ideas nuevas y comenzamos y procuren ir comen-
formas “modernas” de vivir en co- zando siempre de bien en mejor”
munidad. Esto no puede renovar a (Fundaciones: 29,32). Creo nos urge
las personas, no puede responder a en el momento presente entrar en la
lo que el Espíritu nos pide. Pero sí dinámica de la fundadora que no da
creo en la fuerza de la vida interior, nunca su obra por acabada porque la
en el manantial irrestañable de vida vida que le bulle por dentro es el
nueva que brota en cada persona que amor y el amor no acaba nunca.»
es el Espíritu de Jesús (cf. Jn 4,37- (FdP, 209-224)
39). Podemos ser fuentes de agua vi-
Pronto veremos que cuando está
va para quien quiera descubrir su
propia sed. pronunciando estas palabras, Cristina
está a punto de dar un paso importante
La Regla como documento de para encarnar su vocación en una nueva
Oriente medio, lugar donde conflu- forma de vida. Pero antes de retomar el
yen los nacimientos de diferentes re- hilo biográfico, atendamos a sus pala-
ligiones, es para hoy y contiene pa- bras cinco años después, en su inter-
ra hoy, quizá implícitamente, una vención ante la Asamblea de la Fede-
llamada al ecumenismo, al diálogo ración de Aragón y Valencia (febrero
interreligioso. […] La hospitalidad 2005)13, profundizando sobre esa misma
espiritual y física, la acogida sin pre- intuición:
textos, la amistad ofrecida en liber-
tad y respeto, la comprensión cordial «La etapa de renovación conciliar
de las inquietudes de muchos, el tes- que a muchas de nosotras nos alcan-
timonio sobrio y sereno de nuestra zó en nuestros años de juventud en
alegría, la permanencia callada en la Orden se puede considerar como
nuestro lugar, son dones que pode- acabada con la declaración de las
mos ofrecer y compartir. Pero sobre nuevas Constituciones de 1991. Y to-
todo, deberíamos aportar el ser con do acabamiento, toda meta, es siem-
16
pre un nuevo punto de partida. […] más una auténtica comunidad de
Me parece importante que nosotras, comunidades.»
hoy, sepamos reconocer el acento de
riesgo que es inherente a la vocación Y sugiere algunos ejemplos: peque-
cristiana y teresiana y, al mismo ñas comunidades de tres o cuatro her-
tiempo, nos sintamos firmemente manas en plena ciudad, espacios de ora-
ción compartida con las gentes; casas de
arraigadas en nuestro ser de monjas,
carácter eremítico, casas en comunión
habitantes del silencio y de la sole-
con otras órdenes contemplativas, la po-
dad. La intemperie actual es nuestra
sibilidad de unirse a un estilo de vida
“clausura”, el riesgo y la pobreza de
contemplativa por períodos de tiempo
fuerzas son los muros que nos pro-
limitado... Cuando Cristina pronuncia-
tegen contra la mediocridad y la opa-
ba estas palabras, sabía lo que hablaba:
cidad y la vanidad. hacía ya cuatro años que “practicaba” el
[…] No tenemos que preguntar tan- carisma teresiano rompiendo con el mo-
to ¿hasta dónde tenemos que adap- delo conventual.
tarnos, forzadas por la situación?,
para responder al momento históri-
co que nos toca vivir, sino hasta 1.7. A la intemperie
dónde podemos ir en nuestra bús- «Pasando de una forma de vivir a otra,
queda de encontrar nuestro sitio en no por amor al cambio sino por interior
el mundo, para poder vivir el regalo necesidad» –decía en la asamblea de fi-
de nuestra vocación hoy, que sea una nales de octubre del 2000–. Dos meses
vivencia que nos construya como después, el 13 de diciembre, convocaba
personas y que esté al servicio para a las hermanas a Capítulo conventual
los demás. para exponerles que desde hacía unos
meses se sentía llamada a llevar una vi-
[…] Estoy convencida de que tene-
da más eremítica, de mayor soledad.
mos que salir de nuestras estructuras
Les habló del regalo de una “nueva vo-
de vida comunitaria. Todo el peso de
cación”:
la clausura material como la hemos
ido viviendo sustancialmente hasta «No me siento con vocación de fun-
hoy y la seguimos viviendo en mu- dadora, lo digo una vez más [...].
chos aspectos, ya no tiene el mono- Pero, sí, siento el regalo que Dios me
polio de ser la única forma de vida hace de vivir el carisma de santa
comunitaria que salvaguarde y ali- Teresa con unas formas diferentes de
mente la oración interior, la amistad las que he vivido hasta ahora, si la
con Dios y entre nosotras. Sigo afir- comunidad lo ve bien. [...] ¿Y mi re-
mando que tenemos que abrirnos a lación con la comunidad? Una vez
una variedad en la comunión. En una más quiero expresaros mi disposi-
federación deben poder caber distin- ción de total obediencia, de servicio,
tas formas de comunidad. La fede- de entrega, en la medida en que la
ración misma tiene que ser más y comunidad lo considere útil, tenien-
17
do en cuenta este nuevo estilo de vi- bidamente tratado, no será obstáculo pa-
da que llevaría.»14 ra seguir adelante con el proyecto. Sólo
se modificará el plan de visitas, pues
«No lo concibo como algo limitado
tendrá que acercarse a Mataró cada
en el tiempo, pero tampoco sé si será pa-
quince días para una revisión. El 30 de
ra siempre...» Propone evaluar la expe-
octubre inicia pues esa nueva etapa de
riencia pasado un año, «si a las herma-
vida y oración en soledad, y de inmer-
nas les parece bien». «La noticia cayó
sión en la naturaleza: «la lluvia, la nie-
como una bomba», escriben ellas. Tras
ve, el frío, el sol, el canto de los pájaros,
un intenso proceso de reflexión, el 25 de
marzo de 2001 la comunidad da su con- le entraba por todos los poros», el trato
sentimiento. Se concreta la marcha pa- simple y solidario de la gente de los al-
ra finales de octubre; en julio terminaba rededores... Cristina prepara algún cur-
el trienio como priora. Cristina vivirá so, charlas, artículos, traduce... Dos
en el “pajar” rehabilitado del Mas Torta- años y medio más tarde se traslada a una
dés, en una zona montañosa, las Gui- casa algo más grande, cerca del pueblo
lleries. El 12 de abril, Jueves Santo, de Espinelves, con capacidad para po-
siguiendo la costumbre, la priora lava der acoger a algunas hermanas de la co-
los pies a las hermanas, sirve la mesa y munidad o de la federación en períodos
pronuncia unas palabras. Aquel año el de retiro. Ella intensifica su actividad
ambiente, el tono, sonaba a despedida: participando en congresos, acompañan-
do ejercicios espirituales e impartiendo
«Hoy este momento me parece que cursos. Hasta el 18 de marzo de 2006,
está impregnado de una carga pecu- día en que nota un bulto en el cuello.
liar para mí, es como si anticipara el Viaja a Mataró; le diagnosticarán un
momento de dejar ya el servicio de cáncer linfático. El proceso será muy rá-
priora que he intentado llevar a cabo pido. Cristina se debilita día a día, no
durante muchos años con fidelidad responde al tratamiento. Se acerca Se-
al mandato que Jesús nos da hoy: ‘Si mana Santa; sus hermanos viajan desde
yo, el Maestro, el Señor, os he lava- Suiza. Martes de Pascua, Cristina se
do los pies, también vosotros debéis apaga: «querría deciros una palabra a
lavaros los pies unas a otras’ [... ] cada una... no puedo, no tengo fuerzas...
¿He sabido hacer feliz a cada una con sólo tengo una palabra que deciros:
mi presencia de amiga, de hermana, ‘Dios es amor’...». Muere aquella no-
de madre que ama sirviendo? Señor, che, el 18 de abril.
tú lo sabes... Por tu gracia, ahora me
siento preparada para volver a la hi-
lera de la comunidad. Empezar así 1.8. Un rico magiserio
una nueva etapa de mi vida, la últi-
ma, la del retorno a Dios. Quiero ser- Hasta aquí el esbozo biográfico de Cris-
virte en cada hermana...» tina y también el de un periodo de la vi-
da de su amado Carmelo. Del itinerario
En ese momento en una revisión mé- interior de Cristina se desprende un ri-
dica se le detecta un melanoma que, de- co magisterio del que ofreceremos algu-
18
nas pinceladas en las páginas siguientes. gran alegría de sentirme unida a to-
Un itinerario que ella, en la asamblea de das las hermanas de mi comunidad,
2005 a la que ya hemos hecho referen- federación y más allá, como la raíz
cia, sintetiza con la ayuda de una ima- está unida a las ramas, las hojas y las
gen: flores y sin ellas no tendría sentido
ser raíz. Otras veces se me abre el
«Me he sentido muchas veces como horizonte más allá de la circunstan-
quien está atada, muy segura a una cia de ser carmelita, de pertenecer a
cuerda elástica y se arroja a un pre- una Orden y me parece que toco la
cipicio, sabiendo de cierto que vol- desnuda realidad de la existencia hu-
verá a su punto de partida, que está mana, una cualquiera, que vive ante
firmemente anclado y por esto mis- Dios, desde Dios y pendiente de él,
mo puede avanzar sin temor hacia sin más adornos, ni consagraciones
profundidades desconocidas o leja- ni reglas, simplemente incorporada
nías inexploradas. En los años de a Cristo, viviendo el desmesurado
plena efervescencia de nuestra Or- misterio de la encarnación en un si-
den, cuando todo parecía que podía lencio existencial tejido de insigni-
tener un futuro inmediato glorioso y ficancia y de agradecimiento, de
lleno de luz mística, cuando me pa- pobreza y de serena alegría. La ora-
recía que de todas partes confluían ción, el silencio, el trabajo de escri-
signos de “inminente llegada del bir, el trabajo manual y la atención a
Reino de Dios” para las carmelitas, las hermanas que comparten algu-
esta sensación de poderme lanzar sin nos días conmigo, las caminatas por
temor creaba en mí un sentimiento el bosque en un ambiente sobrio, be-
de inmensa gratitud y también de ge- llo en su modestia, me van transfor-
nerosidad, de dejarme “utilizar” por mando por dentro. Voy caminando,
Dios de la manera que él quisiera. aunque ya tenga 65 años cumplidos,
[…] Cuando toda esta visión se iba hacia mi verdadero ser, mi verdad
transformando en un paisaje de nie- que ahora aflora con libertad. […]
bla espesa, de caminos barrados, de No está acabado el proceso de auto-
turbulencias en la navegación, la conocimiento. Comprendo ahora
misma imagen me servía para no mejor que antes lo que dice la Santa:
dejarme abatir por el desánimo, el que el propio conocimiento no pue-
miedo o la desconfianza hacia mí de faltar nunca.
misma y lo que había hecho. […] La imagen de Dios se ha ido
Desde ahí es fácil para mí leer la pos- transformando y continúa transfor-
terior inclinación hacia la vida ere- mándose […] La lenta transforma-
mítica, la soledad en la que me sitúo ción de aquella imagen en el Dios-
ahora como si la cuerda elástica se Abba-Madre de Jesús supone para
hubiera contraído en el punto de an- mí un morir y renacer que incluye
claje y ahí estoy. Hay momentos de dolor y gozo, esperanza y desalien-
mi vida de ahora en los que vivo la to, perplejidad y libertad. Es una pu-
19
rificación de toda la vida anterior, de fundidad y el sabor de verdad de su ca-
las profundidades de mi ser que no minar:
había experimentado antes. La puri-
ficación de la imagen de Dios, de mí «Cuando llegábamos a misa los do-
misma y de las relaciones, se me ha- mingos, la encontrábamos ya en la
bía hecho más necesaria, más actual iglesia rezando. Era una compañía
que nunca. La lectura de los Santos silenciosa que nos daba la bienveni-
Padres se me hace una vez más, nue- da. Luego solía salir a leer la epísto-
va, y al mismo tiempo comprendo la. Alta, con tejanos claros y un grue-
so jersey, con su toca marrón, leía
mejor que también ellos sólo son los
con voz suave y pausada. Su pre-
maestros, que lo que me toca hacer
sencia inundaba de luz la iglesia. Tan
a mí no me lo hacen ellos, ni aunque
serena, tan digna, tan sencilla. Al
supiera sus textos de memoria. La ac-
acabar la misa, como despedida,
titud de aprender es esencial. Es una
siempre nos sonreíamos como si
forma de humildad que ahora com-
fuéramos amigas de toda la vida.
prendo mejor que años pasados.»15
[…] Recuerdo que Cristina hablaba
Se aprende de los maestros, pero en sus charlas y escribía en sus es-
nadie puede recorrer por otro el camino critos sobre la ‘transparencia’. Esto
de la desnudez, que avanza de novedad era su sonrisa: transparente. Su vida:
en novedad, adentrándose más y más transparente. No hacía falta hablar,
en lo desconocido... Primero fue poner- sólo contestar a aquella sonrisa con
se al servicio de la renovación de la otra sonrisa confiada y agradecerle
Orden; después la búsqueda de lo esen- aquella mirada. […] Hoy al escribir
cial, más allá de modelos y de formas, estas líneas, he leído un pequeño
porque sólo desde “lo esencial” podría poema suyo:
ofrecerse experiencia viva y vivificado- Mi vocación consiste
ra a los hombres y mujeres del siglo XXI. en transparentar
Más allá del futuro de las instituciones en la mayor vulgaridad de
religiosas, la mirada y el corazón de una existencia humana
Cristina ya estaban en otro lugar, entre el glorioso misterio
la gente, a la intemperie, más allá de los de la vocación
muros, más allá de cualquier resguardo. a que Dios nos ha llamado
Esforzándose por disolver todo aquello En CRISTO = Cristina (1982)
que pudiera ensombrecer la “transpa- [...] Cuando me pidieron que escri-
rencia”. Ofrecerse: hacerse transparente, biera, confesé que sólo conocía su
hacer presente el Misterio. sonrisa. Su sonrisa, tan elocuente,
Valgan el recuerdo y las bellas pala- que es una muestra de cómo amar
bras de Roser Bofill –que pasaba tem- sin hacer nada que aparentemente
poradas en Espinelves (Girona)–, para trascienda de la vida normal. Pero es
podernos acercar a Cristina en esta “úl- una sonrisa que transparenta la pro-
tima etapa”; para poder sopesar la pro- fundidad de su amor a Dios y a to-
20
dos. Era una mística con los ojos por dónde van. A esa multitud de se-
abiertos. Sonreía a los árboles, a las res que somos nosotros, que busca-
flores, a los caminos, a las montañas, mos sólo eso, una sonrisa que nos
a las nubes, a los pobres, a los ricos, lleve con alegría al corazón de
a los enfermos, a los que no saben Dios.»16

21
2. MAESTRA DE VIDA INTERIOR: UNA PEQUEÑA
SELECCIÓN

Una charla sobre santa Teresa, o sobre san Juan, un curso, una con-
ferencia, el mensaje de la hermana-madre Cristina es insistente: «La
vida espiritual no es un manto que se pone encima de la persona, o una
melodía que acompaña la vida, sino que brota y se alimenta en ella
misma y necesita unos fundamentos humanos»17.

Ser plenamente nuestro ser verdadero. ro no es mutilación, no es negar la pro-


Transparencia y realización humana pia realidad. Al contrario: ser en ple-
plena: los dos pilares de la espirituali- nitud. Ser plenamente la mujer, el hom-
dad, para Cristina, dos conceptos que se bre, la persona joven o mayor, que
transforman en uno solo. Porque el Mis- somos. La Presencia no puede mostrar-
terio, o elAbsoluto, o la Plenitud, el Dios se en fantasmas; es en la especificidad
Padre-Madre, el Amor, el Seno ma- de cada existencia donde el Misterio ine-
terno... todo lo es, es en todo, la realidad fable dejar ver los rasgos de su rostro in-
es una: Presencia infinita. Percibirlo y finito. También en la feminidad:
transparentarlo, esa es la tarea. Tarea de «El rostro femenino de Dios es la
amor, amor a Aquel que se hace pre- gracia. [...] La gracia es transparen-
sente, amor a los otros. Espiritualidad: cia. Sobrepasa, depasa, supera lo
abrir los ojos, no poner obstáculos a la perceptible por los sentidos, abre in-
manifestación, hacerse transparente. finitos horizontes. La gracia es aber-
El camino de transparencia es cami- tura: libre y espontánea, gozosa,
no de progresiva desnudez, retirando los otorgada con alegría. La mujer sien-
velos, los muros que interpone el yo te en sí este estar abierta, esta mane-
(con sus miedos, deseos, anhelos...); pe- ra de existir que se parece a un fluir,
22
un movimiento misterioso que la ha- ve como “espiritualidad natural” al mar-
ce percibirse como una fuente que gen o anterior a la fe cristiana. Será a
tiene su origen en el misterio y que medida que se «adentra en el misterio
se derrama y se vuelca hacia el mis- de la encarnación» como se producirá el
terio.»18 «encuentro entre la fe y la experiencia
espiritual»,19 natural. Vida interior que
La insistencia de Cristina en el reco-
desborda las concretas formas simbóli-
nocimiento y potenciación de la femini-
cas religiosas que la han vehiculado, al
dad va más allá de la reivindicación jus-
tiempo que vivifica unas formas con-
ta y saludable de unos derechos, el
cretas de apuntar a una experiencia tras-
reclamo de una mayoría de edad. Son
cendente que ninguna palabra podría
muchos siglos de maestría espiritual por
nunca atrapar.
boca masculina; incluso las excepcio-
nes (el genio de una Teresa de Jesús) De todo ello habla y escribe Cristina.
fueron filtradas por los juicios masculi- Lo vive, y lo transmite con lenguajes y
nos de su época. Y la realización plena matices diferentes según el interlocutor
–la espiritualidad– fructifica en la reali- sea sus hermanas, otras comunidades
dad de la propia naturaleza, con sus pe- religiosas o los alumnos de una Facul-
culiaridades. Lo cual implica conocerse tad, o lo exprese en un poema. Lo que
y aprender a nombrar aquello que se re- no hace nunca es bajar el listón. Como
conoce, pues sólo toma forma, adquiere anunciábamos en la introducción, la
existencia, aquello para lo que tenemos breve selección que ofrecemos no pre-
palabras. Urge sacudirse las perezas, las tende ser más que una pequeña muestra,
dudas y los miedos, y dar un paso al una invitación a continuar la lectura.
frente: esforzarse en generar discurso,
comunicar desde la peculiaridad feme- ***
nina; comunicar para compartir expe-
riencia viva –presencia activa del Amor, Mi corazón de mujer:
del Misterio–, que no puede reservarse ciudad en la que habita
para sí misma. el destino de toda mujer
misterio de amor,
Quien tiene una luz en sus manos sa-
abierta, sin murallas,
be que tiene que ponerla en lugar visi-
es de Dios toda entera
ble, al servicio de los buscadores de la
verdad –muy especialmente–, creyentes (Fragmento de Offrande, 1991)20
o no creyentes, ya que Cristina pudo
*
constatar, en su propio recorrido vital,
que la experiencia espiritual traspasa las Venimos del Misterio, hacia él nos diri-
fronteras de las formas consideradas gimos y somos nosotros mismos miste-
propiamente religiosas. Veremos como rio. Digámoslo con nuestro lenguaje:
en una primera etapa, concibe la per- ¿Quién es Dios? Lo que el ser humano
cepción del “misterio infinito” como de encuentra cuando sale de sí mismo. ¿Y
un orden diferente al de la experiencia quién es el hombre? Lo que deviene
“religiosa” (es decir, “cristiana”): la vi- Dios cuando sale de sí mismo.21
23
Misterio tiene que ver con oscuridad, quien los quiere “experimentar” (erfah-
con trascendimiento de la razón. Es una ren). Dios es este paisaje en el que no-
realidad que no encaja con lo que nor- sotros nos adentramos a lo largo de la
malmente percibimos como realidad, vida, lo atravesamos como se atraviesa
pero que está presente en la vida a poco un campo, una región, un país. Dios no
que la vivamos conscientemente. La vi- nos entrega su misterio, pero nos deja
da misma es el misterio. […] Dejar que que transitemos por él, nos envuelve en
se nos afine el espíritu, el instrumento su misterio y en algunos instantes eter-
de relación con Dios-Amor, “adelga- nos nos hace percibir su melodía hecha
zándolo” para percibir a Dios en todo. de palabra y de viento desnudamente.
Si “adelgazamos” nuestra capacidad de Toda nuestra vida es como un viaje a tra-
percepción del misterio, logramos en- vés del campo de Dios.23
contrar a Dios en todo y trascendemos
la aparente contradicción entre Dios y la *
creación.22
Quisiera saber describir ahora qué en-
* tiendo por “interioridad”, a partir de lo
que he podido experimentar como mu-
¿Qué es la experiencia de Dios? ¿Se pue- jer cristiana y como carmelita. Si lo pu-
de experimentar a Dios? En alemán la diera expresar con una definición breve,
palabra Erfahrung, erfahren, expresa un lapidaria, diría que la “interioridad” es
movimiento sobre ruedas, un penetrar la viva conciencia de que todo está den-
en un país, en un territorio, sobre rue- tro de lo Absoluto, de Dios, del Amor,
das. Parece que visibiliza de alguna ma- de la Vida. La “interioridad” no es un
nera que la experiencia no es poseer lugar donde yo me retiro por decisión
aquello que se experimenta, sino que la propia, sino que es darme cuenta de que
realidad se abre a nosotros, se nos en- estoy dentro de Alguien. [...] La interio-
trega para que nos adentremos en ella, ridad es consustancial a la existencia.
no para apropiárnosla sino para cono- No es estática, es dinámica, es la cons-
cerla. El paisaje que atravesamos en co- tante fuerza centrípeta hacia lo Abso-
che no se mueve, no lo podemos llevar luto. La conciencia de estar “dentro” de
con nosotros, pero podemos entregar- Dios, de que todo está dentro de Dios;
nos a él y quedarnos con su belleza y su descubrir esta conciencia y gozarla es,
dolor, con el mensaje que tiene para no-
para mí, ser una persona interiorizada.
sotros. Podemos escuchar su melodía,
Creo que todo el mundo tiene la posibi-
su palabra histórica y actual, podemos
lidad de descubrir su interioridad, de
adentrarnos en el corazón de sus gentes,
descifrarla y, conociéndola, amarla y vi-
quedándonos con ellas. Todo ello puede
vir desde ella.
llegar a transformarnos por dentro, pue-
de influir en el rumbo de nuestra vida y [...] Vivir o recobrar la interioridad es vi-
abrirnos a horizontes insospechados, vir esta verdad, cada vez con mayor
pero el paisaje sigue ahí, íntegro, inago- consciencia. Recobrar la interioridad es
table en sus misterios y mensajes para recobrar la verdad de uno mismo: for-
24
mamos parte de un todo, del Único, de que yo veía que lo interior determinaba
la Realidad. Hoy se escribe mucho so- su exterior. Hacían visible la presencia
bre esto: las nuevas ofertas de espiritua- del misterio personal». En concreto, ha-
lidad y la antigua sabiduría de la huma- bla de un maestro de la escuela:
nidad nos lo atestiguan, y nuestra época
está sedienta de poder oír este testimo- «Siempre ponía de relieve lo que no
nio para aprender, de nuevo, a ser hu- cuenta, lo que pasa desapercibido, lo
manos. que la gente no valora, aquello que
es un mensaje de un mundo invisi-
[...] Para alcanzar la mística cristiana ble, espiritual. En particular, no se
creo que es importante compartir lo que me ha borrado nunca con qué ternu-
nos une con todos los seres humanos, ra y veneración nos explicaba la his-
que la mística no es camino de cultivo toria de Vincent Van Gogh, la oscu-
de la interioridad sino que es la vida de ridad de su vida y la luz de sus obras
ésta. O, en un sentido muy amplio, qui- que eran expresión de lo trascen-
zás transreligioso, podríamos decir: la dente que habita en el ser humano.
mística ES la interioridad. Estar dentro [...] Totalmente al margen de la reli-
de la Realidad, del Absoluto, como par- gión o de la fe cristiana, esa persona
te de ello, es la unión a la que está orien- me abrió la capacidad de ver “a tra-
tado todo ser.24 vés” de la realidad y descubrir el es-
píritu, la Realidad absoluta en aque-
* llo que resulta insignificante para
Ser espirituales hoy, ya sea como mon- una mirada superficial y egoísta. El
ja, como cristiana comprometida, como hecho de que esta enseñanza me lle-
persona humana que busca el camino gara, a menudo, por medio de per-
esencial para llegar a ser lo que ya es sonas no creyentes, ha dado a mi es-
–su “humanización” (Menschwerdung): piritualidad, desde el inicio, una
convertirse en lo que ya se es: persona dimensión universal. No podía ima-
humana– significa profundizar en las ginarme una frontera entre lo que se
actitudes básicas de humildad, de escu- hacía visible en personas como éstas
cha interior, de servicio, de espera, de y lo que yo entendía como mensaje
admiración y de agradecimiento, de po- del evangelio.
breza liberadora, de adoración. Ser cris- [...] De todo ello se desprendió esta
tiano significa mirar con Cristo lo que experiencia fundamental: ver a tra-
él mira con amor y ternura: al Padre y vés de las cosas. Percibir la realidad
los hermanos, y a todo lo creado.25 como transparente. Creo que es uno
de los regalos que he recibido de
* Dios. Recuerdo un día de primave-
Transparencia. Cristina recuerda la in- ra, tendría 12 años, estaba en clase
fluencia que tuvieron algunas personas de alemán y miré hacia el cerro que
(en su infancia y juventud) sobre su iti- limitaba en el horizonte sobre el po-
nerario espiritual: «Eran personas en las niente de la pequeña ciudad, y de
25
pronto comprendí que todo lo que menos fuerza, aunque siguen existiendo
veía era sólo una primera realidad: y pueden en un momento dado alboro-
que en todo había un mensaje, una tar la psicología, pero en general, el co-
revelación que trascendía lo que po- razón se va quedando con “una sola
dían captar mis ojos, y que la vida, cosa necesaria”: el amor, la penetración
la VIDA, se abría dentro de mí y a cordial de la realidad que informa mi vi-
mi alrededor más allá de los tejados, da y es mi vida. El amor va adquirien-
del bosque y de la colina, más allá do el rostro de la misericordia para con-
de las nubes. No era, en principio, migo misma. Voy haciendo las paces
una experiencia religiosa, pero me con mi pobreza que crece ante mi mira-
ayudó a comprender que la fe, Dios, da interior sin inquietarme. Creo que
Jesús, el Evangelio tenían que ver ahora sé quién soy porque la mirada de
con la transparencia de todo. Que las Dios está sobre mí y me ilumina con una
personas, al igual que aquel instante inexplicable alegría, callada y confiada.
ante la ventana de la escuela, esta- Su amor es llama de vida joven dentro
ban habitadas por un misterio infini- de mí. El amor es el hogar interior, es-
to; que se podía mirar a través de pacio o castillo con innumerables estan-
ellas hasta ese lugar secreto en el que cias, llenas de hermosura y riqueza.
mora Dios, el amor, lo bello y gran- Llena de luz, sí, luz y anchura es lo que
de que lo llenaba todo.»26 ha ido creciendo dentro de mí, es así co-
mo vivo el amor. Es la forma de la paz
que crece en las “profundas cavernas
*
del sentido”. La palabra se simplifica,
Intentaré hablar [...] desde mi propia ex- casi diría sin advertirlo yo. Al mismo
periencia a lo largo de los 36 años que tiempo, vivo una extraña, misteriosa
llevo en una comunidad contemplativa tensión entre el sosiego del yo enamo-
teresiana [octubre, 2000]. El ritmo en la rado que quiere guardar para sí las “co-
oración, en la soledad y convivencia, en sas secretas que pasan entre el alma y
el trabajo y la formación personal, sus- Dios” y la creciente apertura para hablar
tancialmente igual a lo largo de este de ello cuando me siento invitada. Todo
tiempo, deja sus huellas en la persona lo que intento decir ha pasado por esta
que se le entrega. Yo diría que una se ha- íntima contradicción mía. Se me ha he-
ce cada vez más simple. Mantengo mi cho terriblemente difícil componer toda
opinión de que este estilo de vida es ca- esta exposición. (Hablar con discreción
paz de hacer de una lo mejor o lo peor. y con sencillez de lo que es la propia vi-
Hay una simplificación que libera de to- da, lo que ahora mismo experimento en
do lo accesorio e innecesario, pero tam- una etapa de renacimiento y reflorecer
bién puede haber un empobrecimiento me ha supuesto una auténtica crisis de
que deja a la persona en un vacío que confianza en mí misma: ¿seré capaz
impide caminar hacia delante y ofusca de llegar a los oyentes, interesará este
toda visión creativa de futuro. [...] Los balbuceo, será lo que se me ha pedido?
deseos secundarios palidecen, tienen Hasta que llegó la luz de la única segu-
26
ridad: Que Dios lo puede aprovechar bes; su mirada y su oído se hacen per-
para algún bien). meables al silencio sonoro de la natura-
leza, llevada a su más alta expresión en
Me experimento ahora como más unifi-
el hermano. Así descubre el ritmo entre
cada por dentro, la simplificación com-
el silencio y la palabra, entre soledad y
prende la oración silenciosa: una sola comunión en el universo donde ella exis-
palabra –TÚ– me sustenta. Se expresa te y en el universo que ella misma es.28
en el deseo de una liturgia sobria en pa-
labras y gestos aunque llena de símbo- *
los y de melodía, de luz. Los sentidos
corporales e interiores me parece que Mientras cojo la tila
agudizan su capacidad profunda de per- nacen y mueren
cepción de la transparencia de todo. Un fragmentos de poesía
rayo de sol sobre las losas de la celda algo se vacía
puede sugerir un canto de presencia del la hermana se lleva
Amado. El encuentro con alguien des- gruñendo el cesto
conocido da alas al corazón y lo llena y con él lo que había
con el peso de un amor entrañable y so- de añoranza y compañía
lidaridad sufrida. Una recreación con y aprendo esto:
las hermanas deja en la piel del alma la ser obediente
certeza de que Dios está en medio de los al silencio y a la melodía
ser simplemente
que se reúnen en el amor de voluntad y
alguien
de sentimiento. [...] Desde esta vivencia
que coge tila.
interior contemplo la realidad de la vi-
da del Carmelo, hoy, de camino hacia el (Verano, 1978)
Tercer Milenio.27
*
* MAÑANA DE ENERO
La noche colgó su collar
El silencio viene a ser la madre, el úte- en el almendro
ro de la persona, ya que sólo desde él re- cuando mi alma
cibe vida que es comunicación. [...] Este se asomó a la ventana
fundamental silencio que lleva en sí la otra mañana
soledad de la persona y que la hace ser llora la aurora
ella misma, es la fuente y la condición tanta belleza
absoluta para que viva y se deje fecun- sola
dar por otras formas de silencio, todas no puede ser
ellas nacidas de este fondo único de la
persona. Desde allí cobra o recobra una (Enero, 1990)
aptitud de percibir el mensaje de todo lo
*
que le rodea. La capacidad para oír, es-
cuchar el silencio del mar, de las mon- En el corazón de la cotidianidad, que so-
tañas, de una flor, del viento y de las nu- mos nosotros mismos y que realizamos
27
en nuestro quehacer diario, está la ca- Si de alguna manera estamos heridos de
pacidad de transparencia, para ver la “llama de amor viva” en nuestro “más
Fuente y Origen de toda claridad. […] profundo centro”, a este centro nos vol-
Debemos redescubrir y reeducar nues- vemos y avanzamos en nuestra oración,
tra capacidad de admiración, el ‘espán- en nuestro enmudecido estupor, en
tame’de santa Teresa. El máximo asom- nuestro deseo de amor y de amar.
bro ante la Presencia del Misterio en Entonces la oración, la contemplación
todo lo creado y en nosotros mismos, el es un ‘espanto’ bienaventurado que pe-
asombro ante las cosas más pequeñas y netra, vivifica y glorifica la cotidianidad
vulgares de la vida de cada día, el asom- –sin por ello quitarle nada de lo humi-
bro que vuelve transparente y nos vuel- llante y doloroso que encierra– y la
ve transparentes en la luz de Dios. […] transforma en pantalla finísima de un
La experiencia del asombro es posible encuentro anticipado con Dios. Y sólo
precisamente cuando aceptamos humil- si aceptamos con humildad y concre-
demente la vulgaridad de lo cotidiano, ción lo cotidiano que se nos presenta en
la vivimos con amor, los ojos fijos en el el cambio y en la monotonía diarios, en
destino último. […] Cotidianidad, trans- las ‘horas estelares’ y en las heridas de
parencia, contemplación son, pues, cada instante, si crecemos en la concien-
otros tantos puntos entre los infinitos cia del propio vacío, seremos focos de
que constituyen la circunferencia de transparencia divina en un mundo que
nuestra existencia entera, puntos que a parece oscurecerse más y más en un mar
la vez son partida y llegada. Desde el de luces-espectros, hechas por nuestro
centro de la esfera o “diamante” con que orgullo, insolidaridad y desamor.29
compara santa Teresa a la persona hu- *
mana, irradia la luz divina, la gracia que
nos hace ‘ver’, que nos ofrece el diálo- INTERROGACIÓN
go con Dios. Y esta experiencia de la ¿Es el orgullo,
presencia de Dios en el alma, que nos es la vanidad,
viene dada de arriba, se hermana con es la ambición,
nuestra capacidad de asombro que se es el poder,
eleva desde lo cotidiano y nos hace vi- es el miedo
vir y gozar la transparencia del vivir dia- lo que me hace temblar?
rio con sus pequeñeces, vulgaridades y Es mi desnudez.
heridas. (Mayo, 1986)

28
Síntesis cronológica

1939 19 de octubre. Nace en Baden (Suiza alemana), la segunda de 7 hijos. Tras finalizar un secreta-
riado (que no le interesó), cursa Puericultura en Friburgo.
1959-60 Viaja a Barcelona para ocuparse de los pequeños de una familia (durante 10 meses). A su regre-
so a Baden, trabaja en la maternidad. Colabora con la parroquia en la atención de inmigrantes
españoles dándoles clases de alemán.
1959-63 Vuelve varias veces a Barcelona. Solicita ser recibida en el monasterio de Mataró.
1962-65 Concilio Vaticano II.
1964 7 de marzo, ingresa en el Monasterio de la Inmaculada Concepción, en Mataró.
1968 6 de octubre. Profesión solemne.
1970 Elegida subpriora. Maestra de novicias.
1973-86 13 de agosto, 1973. Elegida Priora por primera vez. Será reelegida tres trienios más (hasta 1986).
1974 4-8 de noviembre, Ávila: participa en unas Jornadas sobre la vida monástica femenina, organiza-
das por la Conferencia Episcopal Española.
1975 Noviembre, asiste, en Barcelona, a la reunión convocada por el Padre General del Carmelo, F.
Monahan, para escuchar las sugerencias de las carmelitas de Cataluña de cara a la redacción de
las nuevas Constituciones.
1977 Se aprueban ad experimentum, por cinco años, las Declaraciones a las Constituciones “primitivas”
de santa Teresa para las Carmelitas Descalzas.
1978-2005 Juan Pablo II, Papa.
1982 Cuestionario enviado a todos los Carmelos para valorar la experiencia.
1984 Mayo: entrevistada por Mercedes Milà en el programa Buenas Noches, de TVE, con motivo de una
serie televisiva sobre santa Teresa. Gran repercusión de la entrevista.
Noviembre: carta a los Carmelos, desde Roma, anunciando la elaboración de unas nuevas
Constituciones. Malestar, debates, reflexiones, tensiones...
1989 Reelegida Priora; y renovaciones en el cargo hasta julio 2001.
1990-91 Se produce la escisión. 8 de diciembre 1990: Roma promulga las Constituciones para los monas-
terios de Carmelitas Descalzas. Aceptadas por 123 comunidades. 17 de sept. de 1991, Roma
aprueba las Constituciones según las disposiciones del Concilio Vaticano II. Aceptadas por las 763
comunidades restantes.
1987-... Actividad federativa. Euro-Team (1991) de federaciones europeas. 1993: reconocimiento de la
Federación de Cataluña y Baleares. Elegida primera presidenta federal. Reelegida en 1996. 1995:
el padre general Maccise la convoca para colaborar en el diseño del plan de formación de las mon-
jas (7 mujeres y 3 hombres representantes de Europa). 1999: invitada en Chile para la asamblea
de carmelos latinoamericanos.
2000 13 de diciembre. Capítulo conventual en el que plantea el deseo de responder a la llamada de una
vida más eremítica “continuando el camino como carmelita”. Proceso comunitario de reflexión y
aceptación.
2001 Final de octubre. Inicio de la vida eremítica en el pajar de Can Tortadés (Guilleries).
2004 Traslado a Can Serrabassa (Espinelves), con más capacidad para la acogida. Conferencias, cur-
sos, jornadas (Congreso Internacional de Mística en Münsterschwarzach, Alemania, 2003). Lleida:
Congreso sobre Edith Stein. Fundación Joan Maragall, Aula d’Humanitats Pompeu Fabra, Girona,
etc. Acompaña ejercicios y jornadas de espiritualidad de Clarisas, Benedictinas, Maristas, etc.
2005 invitada por la Federación de Carmelos de USA.
2006 18 de marzo: Primer síntoma del cáncer linfático. Muere en el monasterio de Mataró el 18 de abril,
martes de Pascua.

29
BIBLIOGRAFÍA DE REFERENCIA

Recopilaciones de textos

KAUFMANN, Cristina; La fascinación de una presencia: hacia una experiencia sana de


Dios. Madrid: Espiritualidad, 2007, 239 pág.
KAUFMANN, Cristina; La Transparència de l’Invisible. Barcelona: Claret, 2007, 2 vol.
KAUFMANN, Cristina; El rostro femenino de Dios. Bilbao: Desclée de Brouwer, 1997, 204
pág.
KAUFMANN, Cristina; «...Aunque de noche»: poesia des del Carmel. Mataró: Monestir de
la Immaculada, 1989.

Estudios

COMUNITAT DEL CARMEL DE MATARÓ; Christine Kaufmann, Cristina Maria de la Divina


Gràcia. Mataró: Monestir de la Immaculada, 2007. 127 pág.
DIVERSOS AUTORES, Cristina Kaufmann en perspectiva. Madrid: Espiritualidad, 2011. 224
pág. (Una primera edición de esta compilación de artículos fue el monográfico de la
Revista de Espiritualidad, nº 272-273, julio-diciembre, 2009).
MENDIOLA, José Mª; «En el monasterio de las Carmelitas Descalzas de Mataró». En: En
busca de la experiencia de Dios. Barcelona: Obelisco, 1988. pág. 95-122.
GRANÉ, Francesc (dir.); Cristina Kaufmann: re-crear soledats. DVD. Eulogos Media,
2007.

La colección EIDES publicó, el año 2002, un cuaderno de Cristina


Kaufmann titulado: El lenguaje de los místicos. Santa Teresa de Jesús.
Se puede leer y descargar en www.cristianismeijusticia.net.

30
NOTAS

1. CARMELITAS DESCALZAS, «Aproximación a la Valencia (7-12 febrero 2005), en: KAUFMANN,


biografía de Christine Kaufmann», Revista de La fascinación..., pág. 167-201.
Espiritualidad, nº 272-273 (2009), pág. 354. 14. COMUNITAT DEL CARMEL DE MATARÓ, Christine
2. «La tradición contemplativa en el Carmelo», Kaufmann..., pág. 84; y también las páginas
Conferencia en el Seminario de Historia de las 83-117, el tercer apartado del libro («Vida ere-
Religiones, Universitat Pompeu Fabra, octu- mítica. Enfermedad. Muerte») para más deta-
bre del 2000, publicada en: C. KAUFMANN, La lles sobre los últimos años de vida.
fascinación de una presencia, Madrid, Espiri- 15. KAUFMANN, La fascinación..., pág. 171-173.
tualidad, 2007, pág. 13-43 (que citaremos 16. Rosario BOFILL, «El diálogo de la sonrisa»,
como: FdP). en: DIVERSOS AUTORES, Cristina Kaufmann...,
3. «Compartir, reflexionar, dialogar», en: KAUF- pág. 337-340.
MANN, La fascinación..., pág. 167-201. 17. KAUFMANN, La fascinación..., pág. 101.
4. COMUNITAT DEL CARMEL DE MATARÓ, Christine 18. KAUFMANN. El rostro femenino de Dios. Bil-
Kaufmann, Mataró, 2007. pág. 42-43. bao, Desclée de Brouwer, 1997. pág. 38-39.
5. «Santa Teresa de Jesús: experiencia y vida», 19. Ibídem. pág. 31.
Conferencia, Barcelona, Escuela Ignaciana, 20. Los poemas citados provienen de: «Vida espi-
2000. ritual y poesía en Cristina Kaufmann», DIVER-
6. Intervención en el Encuentro de presidentas SOS AUTORES, Cristina... pág. 491-533.
federales de la Orden y del P. General C. Mac- 21. KAUFMANN; La Transparència..., v.1, pág. 175.
cise, Zaragoza, 2000. 22. «Joan de la Creu, avui. Camí de retrobament
7. Ver la descripción de este complejo y difícil pro- amb el misteri». Conferencia, I Congreso de
ceso en: COMUNITAT DEL CARMEL DE MATARÓ, Espiritualidad, Lleida, 1991, En: KAUFMANN,
Christine..., pág. 69-72. La fascinación..., pág. 121-139.
8. Ibid. pág. 71. Para valorar el contraste entre am- 23. De la conferencia «La experiencia de Dios en
bas opciones, consultad, por ejemplo, la web: Edith Stein», Lleida, 2003. En: KAUFMANN,
http://carmelitasdescalzas1990.blogspot.com/ La fascinación..., pág. 151
9. Severino-María ALONSO, «El sentido de la gra- 24. «Interioridad y mística cristiana», artículo pu-
cia. Pequeña biografía interior de Cristina Kauf- blicado en la revista Sal Terrae, enero 2003.
mann», en: DIVERSOS AUTORES, Cristina Kauf- En: KAUFMANN; La Transparència..., v.1, pág.
mann en perspectiva. Madrid: Espiritualidad, 87-97.
2009, pág. 390-391. 25. KAUFMANN; La Transparència..., v.1, pág. 55.
10. CARMELITAS DESCALZAS, «Aproximación a la 26. «Com s’ha forjat la meva espiritualitat?», Con-
biografía de Christine Kaufmann», en: Ibid., ferencia. Hermanas de la Caridad. Sencelles
pág. 355. (Mallorca, 2004). En: KAUFMANN, La transpa-
11. «Reflexió sobre la carta del papa Joan Pau II a rència...,, pág. 29-30.
les dones» (1995) en: KAUFMANN; La Transpa- 27. «La tradición contemplativa en el Carmelo».
rència de l’Invisible, Barcelona, Claret, 2007, Conferencia. Seminario: Teoría y práctica de
v.1, pág. 435-436. la meditación en Oriente y Occidente. UPF,
12. Selección de «La Regla carmelitana: nuevas oct. 2000. En: KAUFMANN; La Transparèn-
perspectivas», Conferencia pronunciada en el cia..., v.1, pág. 40-43.
Encuentro de presidentas federales OCD y el 28. De la voz “silencio” en el Diccionario Teológi-
P. General Camilo Maccise (Zaragoza, 28-31 co de la Vida consagrada. Publicaciones Cla-
de octubre, 2000), en: KAUFMANN, La fascina- retianas, 1989. En: KAUFMANN, El rostro...
ción..., pág. 203-224. pág. 95.
13. «Compartir, reflexionar, dialogar». Conferen- 29. «Cotidianidad, transparencia, contemplación».
cia pronunciada ante la Asamblea de la Fede- Publicado en El Ciervo, nº 405 (nov. 1984).
ración de Carmelitas Descalzas de Aragón y En: KAUFMANN, El rostro... pág. 146-151.
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