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«Aprenderás a saber quién es tu alfa de una vez por todas, omega.

Porque Jeongguk, un alfa puro de alto rango y boxeador, le daría al bonito omega de
cabellos cenizas una intensa noche llena de morbo de la cual no olvidará... Ni saldrá
ileso.

Con ustedes, bienvenidos al pecado capital de la Ira.

Prólogo.
Náuseas.76

Le daba náuseas el ambiente de esa noche. Era una mezcla de olores demasiados
pesados; apestaba a alfa y a omega hormonal, el humo de cigarro y habanos sumado el
fuerte olor a tabaco. ¡Ni hablar del olor a alcohol que tenían todos en el lugar!

Todos a excepción del bello omega sentado en una de las primeras filas frente al ring.
Observando todo con detenimiento y una notoria preocupación.

Y era entendible... Su alfa estaba ahí arriba, exhausto y adolorido.

¡Jeon Jungkook cayó en el cuadrilátero! ¡Repito! ¡Jeon Jungkook ha caído en el


cuadrilátero!86

El fornido alfa había impactado su frente contra el frío suelo del cuadrilátero. Su labio
rojizo y partido dejaba expuesto esas motas de sangre que brotaban con tranquilidad,
como si no estuviera en medio de una pelea con su enemigo y competencia de por vida.

Sin embargo, entre todo el bullicio del público y su intenso dolor agudo en su cabeza, el
pelinegro pudo divisar unos orbes cristalizados que se destacaban entre toda la
oscuridad y flashes de las cámaras.52
Y ese delicado aroma a jazmín chino y tilo llegó a sus fosas nasales, avisándole de esa
crisis interna que mantenía en secreto ese precioso ser el cual lo observaba con dolor.

El omega estaba asustado, con el corazón en la boca.

¿Y quién, en su sano juicio, no estaría asustado, sabiendo que tú pareja predestinada


estaba siendo brutalmente golpeada?53

El alfa en el suelo notó ese destello de la primera lágrima que salió de esos ojitos
asustados.

Y esa fue el detonante que hizo que el lobo de alto rango de Jeongguk reaccionara
violentamente.71

¡Por el amor a la luna, Mark! ¡Jeon Jungkook se levantó de un movimiento y azotó a


Wonho contra el piso! ¡Eso sí es de bestias!165

Tal como lo dijo el presentador, Jungkook sintió toda su adrenalina apoderarse de su


cuerpo, alzándose contra su contricante el cual le estaba ganando la batalla.

Claro que no lo dejaría. Mucho menos en frente de su omega.

Con un golpe en seco en el pómulo y un gancho de parte del alfa pelinegro, noqueó al
contrario luego de más de una hora y media de una ardua batalla donde la sangre,
sudor y lágrimas hicieron una buena presencia en los cuerpos y rostros de ambos
luchadores.52

—¡Tres! ¡Dos! ¡Uno! ¡Jeon Jungkook gana la pelea! —mencionó el referí alzando el
brazo del mencionado, en señal de una victoria justa.22

La gente se alborotaba en el lugar, saltando de un lado a otro, otros abrazándose como


los entrenadores del ganador que festejaban su gran triunfo del año y de su carrera,
algunos omegas suspiraban enamorados, y el bonito peligris suspiraba entre el alivio y
el susto más grande de su vida.5
Jamás olvidaría la desesperación y pavor que sintió él y su omega al ver al alfa tumbado
en el suelo, sangrando y sufriendo por el dolor que recorrió cada extremo de su fornido
y fibroso cuerpo.3

El presentador felicitó al boxeador, como también al perdedor, y Jungkook vió como sus
entrenadores subían al ring para alzarlo entre sus brazos y cargarlo cual rey que era.

El alfa se sentía cómo un jodido imponente puto ganador, y vaya que lo era, su lobo
aullaba con fervor a la luna que sabía que estaba en su punto culmine.

No obstante entre toda la euforia, su lobo alzó sus orejas, expectante y en alerta,
escuchando un leve sollozo de alguien que conocía bastante bien, a decir verdad.23

Jungkook buscó entre la muchedumbre a ese omega de hebras platinadas que hacían
contraste con las luces del estadio, logrando facilitarle la búsqueda de ese ángel en
medio de los mundanos.1

Y como si fuera por arte de magia, cazó su aroma al instante, girando su cabeza por
dónde lo guiaba los deliciosos jazmines chinos.

Lo vió, joder, lo vió ahí, a un costado del ring, mirándolo con suma preocupación y sus
celestiales ojos aguados.4

Jungkook sintió su pecho estrujarse.

Su omega seguía asustado. Lo sentía muy dentro de él, y se sentía pésimo, todo ánimo y
alegría que había sentido hasta ese momento se había ido sin dejar rastro.

—¡Muchacho lo lograste! —uno de sus entrenadores lo tomó del rostro,


interrumpiendo ese contacto visual con el omega a lo lejos— ¡Hoy haremos detonar tu
casa con la mejor puta fiesta del año! —Namjoom gritó, logrando traer más gritos de
emoción.51

El pelinegro volvió a buscar con la mirada al chico, encontrándose a esos ojitos tristes
buscando los suyos también.

Pero nuevamente su conexión fue cruelmente arrebatada.


Y por alguien que hizo a su lobo gruñir y mostrar sus afilados colmillos.

—¿Taehyung...? —llamaron al omega, sacándolo de su trance— ¿Estás bien, amor? —el


alfa alzó su mentón, procurando que no estuviera llorando.161

—¿Eh? Ah... Sí, sí... Estoy bien, solo es que hay mucho olor a alfa, y me está mareando
un poco, pero eso es todo, no te preocupes. —sonrió con desgano.

El alfa asintió, quitándole importancia, mientras agarraba algunas de sus pertenencias,


junto a sus entrenadores.

—Vámonos, amor. —declaró girandose, comenzando a caminar hacia los vestidores.

El omega volvió a rebuscar los oscuros ojos que los sentía clavados fijamente en él,
dándose cuenta que, en efecto, eran como dagas, las cuales lo observaban y se
empuñaban en él. Mierda. El alfa tenía la mandíbula malditamente tensada. El peligris
hasta pudo sentir ese gruñido bajo de esa bestia en el interior de Jeongguk, haciendo
que su pequeño lobo temblara en sumisión.2

Taehyung suspiró, dejando de lado la afilada mirada de Jungkook. —Ya voy, Wonho.

01
-¡Hoseok, trae los cajones de cerveza y vino! -gritó el bonito omega con hoyuelos en
medio del ruidoso ambiente infestado de gente a más no poder- ¡Hay que ofrecerle
nosotros mismos un trago al invitado más importante de la noche!33

El mencionado acató el pedido, ya demasiado entonado como para quejarse de que


unos hoyuelos bonitos no le decían que hacer.

Era medianoche y la fiesta estaba en su punto justo, pero faltaba el protagonista de la


noche.

Jungkook seguía en quién sabe dónde.


Los entrenadores del alfa estaban recibiendo a todos los invitados y presentes, ellos
eran tres y parecían uno solo de la tan buena unión que tenían, y ni hablar de su
relación con Jungkook, literalmente eran como hermanos. ser ellos se ocupaban de los
entrenamientos duros, uno de ellos de su dieta y nutrición, y el último pero no menos
importante, era su masajista y acupunturista.1

Aunque en éste preciso momento estaban quebrando todos sus protocolos que ellos
mismos fueron amoldado a medida que Jeon iba dando forma a esa carrera arriba del
ring que tenía hoy en día.

Claro, hoy romperían las estrictas dietas que habían construido junto con Seokjin,
también era seguro que después, Jungkook se tomaría unos días, no entrenaría ni
tocaría el gimnasio como solía hacer con Hoseok; su entrenador principal, y ni hablar
del dolor de cuerpo que tendrían los cuatro en total después de esa noche. Sería mucho
trabajo para las pobres manos expertas en masajes de Namjoon.

Sin embargo a todo eso... ¡Iba a ser la peda del año!51

Por supuesto que lo sería, no festejarían cualquier triunfo, no. Festejaban que el alfa
había ganado la pelea más esperada y épica del año, y con la cual más expectativas
hubo en el mundo del boxeo, pero también celebrarían que por fin Jungkook ahora
estaría a nada de firmar con el CEO que todo el mundo anhelaba; Min Yoongi, el famoso
alfa y dueño de la liga más poderosa y potente a nivel mundial en el ámbito deportivo, y
era obvio que Min quería firmar contrato con la nueva estrella y capricho suyo; Jeon
Jungkook, sin duda deseaba a esa futura leyenda en sus manos.

Ni Namjoon, ni Hoseok, y ni siquiera Seokjin dejarían pasar esa gran oportunidad para el
alfa, claro que no, eran un equipo, lo eran desde que eran unos cachorros con olor a
leche materna, y hasta el día de hoy, siendo ya todos alfas y un omega, esa bella
hermandad seguía intacta.21

Bueno... Casi intacta. Tenían algún que otro problema, claro, lo normal. Sin embargo
había un problemita mayor con nombre, apellido y olor a té con flores.7

Kim Taehyung.
Ese omega platinado que justo en este instante llegaba de la mano del alfa que había
peleado con Jungkook hace unas horas atrás.34

Las manos derechas de Gguk no eran tontos, sabían perfectamente lo que pasaba con
el omega y su muchacho, y sinceramente, no les gustaba en lo absoluto. Ese omega
distraía en demasía al alfa.

¿Y cómo no lo iba a hacer, sí era su alma gemela?16

Desde que Taehyung llegó, el lobo de Jeongguk lo había reconocido eternamente suyo,
y el pobre Jeongguk, confundido y encantado, había caído ante el hechizo del omega.

Taehyung no se quedaba atrás. Él recordaba bien ese día, más bien, esa noche en
donde lo vió por primera vez arriba del cuadrilátero haciendo su magia bruta.

Jamás se iba a olvidar cómo se sintió su lobo de inquieto. En ese momento aún no lo
entendía, pensó que su lobo estaba así por el asqueroso aroma a alfa impregnado en
todo el lugar, pero cuando terminó la pelea, y todos comenzaban a irse, Taehyung
perdió de vista a Bogum, su mejor amigo también omega. El pobre peligris, se imaginó
lo peor.26

Buscó por todas partes, sin éxito. Definitivamente lo mataría por haberlo dejado solo, y
nunca más lo acompañaría a ningún lado -mentira, mentira-. Llegó a a la entrada del
lugar, notando que aún había gente reunida en esa zona, y ahí vió las más bellas
almendras en ese par de ojos que se quedaron en una quietud plena al sentir a
su bestia aullarle a la luna en señal de que había encontrado a su otra mitad.

Así fue su primer encuentro de muchos, si hubiesen sido otra persona y otro momento,
a ambos les hubiera costado seguir, pero no, la historia fue otra. Se entregaron al otro
desde el primer momento, por más que al principio Jungkook trataba de mantenerse
reacio con sus emociones, su alfa lo delataba, mientras que Taehyung era tan
transparente, que Jungkook no pudo seguir en esa postura dura. El omega había
derretido por completo al más temido luchador.5
Fueron casi tres meses de puro cortejo, coqueteos y celos. Jungkook estaba
irreconocible, Taehyung lo cambió tanto en poco tiempo haciéndolo faltar a sus
entrenamientos, tener más compasión con el adversario en el cuadrilátero, a dudar más
al momento de atacar, pero la gota que derramó el vaso fue cuando el propio Jungkook,
en una cena con sus hyungs, mencionó que tal vez las peleas y el boxeo, no era lo de él,
y capaz le gustaría empezar a seguir el camino de un alfa de manada. Ahí fue cuando
unas de las primeras discusiones fuertes entre ellos sucedió, Seokjin gritó enfurecido a
Jungkook, diciéndole en la cara que él había cambiado, y el culpable era el omega con
olor a jazmines, mientras que Hoseok trataba de apaciguar la situación, que también lo
estaba poniendo al límite.

«¿En serio tienes pensado abandonar por todo lo que hemos luchado, Jeongguk? Y todo
por un capricho. ¡Todo por un omega! ¡Los omega van y vienen, maldita sea!»35

Esa noche terminó en desastre, ambos alfas discutiendo a más no poder, mostrándose
los colmillos, uno por faltarle el respeto a su predestinado y los otros por sentirse
amenazados. Estaban a un pelo de atacarse ferozmente, cuando pararon en seco sin
poder concretarlo gracias a Namjoon. Los tres alfas olfatearon el temor y tristeza en el
aroma del omega, llegando a ver como el lobito de Nam temblaba del miedo por culpa
de los alfas que estaban a punto de clavarse sus colmillos en el cuello del otro.140

Desde ahí supieron, que Taehyung era un arma de doble filo para Jungkook. Había que
tener cuidado al mencionar el nombre del omega delante del alfa. Era su joya, su
fortaleza y al mismo tiempo, Taehyung era el talón de Aquiles del intimidante Jeon
Jungkook.14

-Lee Hoseok, no pensé que vendrías. -mencionó Yoongi cuando vió a Wonho al mismo
tiempo que recibía gustoso el trago que le ofrecieron- Permiso, lindura, papi quiere
saludar a un viejo amigo. -le habló a su pareja; Jimin, el cual asintió sin levantarse del
regazo de su alfa, era un bonito y candente omega de cabellos rosados, bastante
mimado, era de esperarse si justamente era la pareja de Min.52

-Que bueno es verte por acá, Min.


-Lo mismo digo... Y veo que estás acompañado. -alzó una ceja expectante.

-Ah... Mis modales, Min, este ángel que ves aquí... Es mi pareja; Kim Taehyung. -con
todo el atrevimiento del mundo, agarró la fina mano del mencionado, besándola y
logrando enrojecer el rostro del omega.

Yoongi sin duda, quedó algo confundido, no era tonto, él había ido a visitar a Jeongguk a
uno de sus entrenamientos especiales, sin la presencia de los hyungs del alfa. El CEO
había entrado demasiado optimista por ver al pelinegro usar esas máquinas especiales
de último modelo, nuevas en la industria, y obviamente él había Sido el primero en
comprarlas y Jungkook el primero en probarlas, irónicamente, Yoongi deseaba al alfa
para que firmara con él, y así, ser intocable en la competencia.1

Pero lo que ese día, lo que se encontró, fue al boxeador todo sudado, semidesnudo, y
no precisamente por un exhaustivo entrenamiento.61

Recuerda muy bien ese día, entró a una de los últimos pisos del edificio, yendo por el
pasillo a medida que unas feromonas demasiadas dulces lo hizo taparse su nariz, siguió
hasta la puerta principal, donde apenas la abrió, vió a Jungkook semidesnudo, contra los
grandes ventanales que mostraban a la magnífica Seúl siendo testigo de cómo el alfa
estaba colando sus dedos en la entrada del omega que ahora estaba frente a él.115

Y también recuerda a la perfección como el cuerpo de Jeongguk estaba relajado y en


una milésima de segundo, se tensó por completo detectando su aroma.

El alfa de Jeongguk se puso en alerta al instante, nadie se robaría a su tesoro, menos en


ese estado tan frágil, el cual chillaba y temblaba al sentirse invadido.

Pobre Min Yoongi, por más alfa que sea, no era un idiota. No sé metería con ese
fortachon que le llevaba una cabeza de alto, y el cuádruple de sus músculos. Volvió por
donde vino, evitando hacer más ruido, tratando de apurarse antes que Jungkook le
moliera los huesos. De todas formas, lo entendía, claro que lo entendía, él estaría igual
o peor si interrumpieran sus momentos íntimos con Jimin, y más cuando tanto él como
Jungkook habían encontrado a su predestinado.21
No hacía falta que se lo dijera el boxeador, bastaba con solo verle esa mirada de
_bestia_ al momento que se dió cuenta que había alguien amenazando al omega.1

-Tienes un bonito nombre, Taehyung. -halagó Yoongi.

El mencionado tampoco era imbécil, el mismo día en que folló con su Ggukie a la vista
de todo Seúl, después del imprevisto del famoso "intruso" que hizo al alfa perder los
estribos, al terminar todo, recogieron sus cosas, bajaron en el ascensor, donde
Jungkook le dijo que era un buen lugar para tener otro polvo, y antes de salir del
establecimiento, la recepcionista principal les dijo que Min lo estaba buscando y no
quiso interrumpir.

Los cachetes de Taehyung se pusieron tan rojos como una cereza, como ahora que
ataba los cabos sueltos.

-G-gracias, tú también, digo, usted también. -el omega no pudo evitar bajar el rostro
avergonzado, desviando la mirada para el otro lado.

Eso fue suficiente para incomodar a Taehyung, que de tanto en tanto permanecía en
silencio esperando pacientemente a que apareciera el dueño de la casa.

⚫⚪⚫⚪⚫⚪

Dos horas pasaron desde que la gente había llegado, dos horas en que Taehyung se
aburrió por completo, dos horas en las que Jungkook no apareció por completo.

Y el peligris tenía el corazón en la boca pensando que el alfa estaba enredándose con
otro omega que sí lo iba a poder complacer... No como él, claro.
Empezó a pensar tantas cosas así, que no se dió cuenta cuando su lobito se removía
incómodo.

-Bebé, ¿Estás bien?- interrogó Hoseok.

Taehyung sólo llegó a asentir, levantándose del lugar para dirigirse al baño.

-Voy al toilet, ya vengo. -respondió con fingida calma, a la cuál Hoseok respondió con un
leve movimiento de cabeza.83
El de aroma a flores y té pasó entre en medio de toda la gente, siendo chocado por
varias personas de manera accidental y a propósito, Taehyung se había dado cuenta
que algunos omegas lo empujaban para que su alfa no sintiera su dulce olor. ¡Pero no
era su culpa si a alfas ajenos les gustaba su olor y no lo disimulaban frente a su pareja!

Era agotador tener un aroma tan... Exótico y dulce que llamaba la atención de todos.20

Taehyung apresuró su paso hasta llegar a los pasillos de la primera planta del lujoso
penthouse, los cuales empezaban a estar vacíos, y es que el bonito peligris no fue a
cualquier baño, sino, que fue al que usaba Jungkook cuando no iba al de su habitación.

Caminó hasta el final del pasillo donde estaba el toilet, y justo antes de entrar sus fosas
nasales capturaron cierto olor que lo hizo abrir sus ojos e inflar sus pulmones de ese
aroma.

Jungkook estaba excitado.

El lobo de Taehyung se mantuvo quieto unos segundos, esperando captar algún olor
dulzón de omega junto con el de Jeongguk, y para su sorpresa, no percibió nada.2

¿Lo estaban llamando acaso?4

No.

No, él ya tenía un alfa... Uno que no amaba, desgraciadamente.38

El omega se sentía fatal con eso, él no pretendía herir a Hoseok, mucho menos ser
interesado con él, pero es que, tanta insistencia de parte de él, logró presionarlo hasta
tal punto de aceptarlo solo por obligación.52

Entró al baño cerrando con rapidez la puerta e impedir que las feromonas de Gguk lo
maréaran más de lo que ya estaba.

¿Por qué era tan difícil amar?3

Su lobito sollozó con suavidad al no poder hacer nada para complacer a su alfa.1
El peligris estuvo varios minutos dentro de ese cubículo esperando a que sus sentidos y
animal se tranquilicen.

Antes de salir del lujoso baño, Taehyung se dió una miradita en el gran espejo,
checando su maquillaje no se hubiese corrido, al igual que sus leves ondas no
estuvieran desarmadas y que sus joyas se mantuvieran en el lugar, tanto sus anillos y
aros como la cadenita que mantenía oculta bajo su pecho, esa que le había regalado
cierto alfa pelinegro.

Maldición, Kim Taehyung era perfecto. Ese hombre daba una imagen tan celestial e
inalcanzable para cualquiera que lo viera, y no había nada que se pudiera hacer al
respecto. Sin dudas, era el deseo hecho en carne y hueso. Pero Taehyung sabía
perfectamente que cualquier omega sería mejor opción que él. Ese pensamiento lo
mortificaba. El saber que había mejores opciones que él, omegas muchísimo mejores
que él.43

Tomó el picaporte, y salió no sin antes dar un suspiro al sentir su piel reaccionar por el
aroma que captaba con precisión al pasar cerca de la habitación de Gguk.

Lo que pasaba dentro de esas cuatro paredes no era nada más ni nada menos que el
imponente alfa sufriendo de un adelanto de celo... Uno muy potente, a decir verdad.10

Postrado en la cama, con una bata de seda puesta y el cabello húmedo, Jeongguk
estaba recostado, adolorido, no por los jodidos hematomas y lastimaduras de la pelea
hace unas cuantas horas. Si no que el causante de esos malestares era su puto celo
carcomiendolo por la calentura.1

El alfa tenía una ola de calor en su cuerpo que lo hizo derribar sobre el colchón, sin
poder sacarse correctamente la única prenda que tenía puesto, y dejándole una
prominente erección sin atender.1

Puta madre, necesitaba tanto meter su gorda polla en cualquier agujero, y saciarse
hasta quedar satisfecho de su apetito sexual.66
Otra ola de calor recorrió su cuerpo, tumbandolo en la cama, haciéndole cerrar sus ojos
por la intensa molestia y obligándolo a atenderse él mismo. Llevó su diestra a su
miembro, comenzando a bombear de arriba hacia abajo, por todo su falo, aumentando
la velocidad de su mano con cada jalada que se daba.

Sin embargo, eso no se sentía tan bien como follarse a alguien.

Cómo fllarse a Kim Taehyung, por ejemplo.

No, follarse a Kim Taehyung era rozar el cielo con sus dedos.

Kim Taehyung.10

Su mente jugó en su contra, recordándole automáticamente la primera vez que pudo


intimar con el omega, y lo dichoso que se sintió hacerlo. Era la primera jodida vez del
peligris. El alfa fue su primero y único.1

-¿G-gukkie? -se escuchó una voz reconfortante y temblorosa.3

El alfa mantenía la mirada tan oscurecida como su pelo; negro como la noche, pareciera
que las almendras se habían consumido en fuego hasta quedar carbonizadas. Pupilas
más que dilatadas. Mandíbula tensada y mirada perdidamente en él.2

Abalanzandose como tigre con su víctima, abrió la puerta y el alfa en su esplendor su


lado más primitivo, estampó con un poco de brusquedad al omega contra la pared del
pasillo, restregandose contra él y olisqueando ese riquísimo aroma de jazmines chinos
con tilo. Escanpandole un gruñido bastante pronunciado al detectar la asquerosa
esencia de otro alfa sobre la delicada figura ajena.

Eso había dejado sin aliento al omega.

Joder, el lobito interior de Taehyung tembló con ese gruñido, hasta pudo sentir la boca
de esa bestia abrirse en su cuello, tanteandole una mordida llena de posesión.4

Mi omega.3

El lobo de Jeongguk reclamaba lo que le pertenecía por destino, por luna y por la Diosa.1
Y esa misma noche, lo iba a dejar muy en claro que Kim Taehyung, era suyo.

02
El alfa metió al omega dentro del cuarto, de su territorio, tomándolo por las caderas y
cargandolo en su hombro como si este fuera un saco de papas.52

Taehyung ni si quiera respiró al sentir las grandes manos del mayor en su cintura, y
luego en su retaguardia, el alfa estaba caliente, en todos los sentidos posibles, Jeongguk
no llevaba camisa, apenas unos pantalones y el cinto, parecía que se estaba preparando
para la fiesta de afuera, pero el celo lo atacó por la espalda, eso daba explicación a la
elevada temperatura de su cuerpo, y sin sumar que cuando el alfa se enfadaba, todo de
él irradiaba ese calor sofocante que te hacía alejarte de él, aunque eso hacía suspirar al
omega.

Jeongguk se adentró en su cuarto, cerró la puerta de un portazo, colocó el pestillo y tiró


al peligris en la cama, sin ninguna delicadeza mucho menos cuidado, su parte racional
usualmente tendría sumo cuidado con todo lo que respecta a Taehyung, pero ahora, su
lado racional estaba dormida, y su instinto más primitivo dominaba su ser.1

Ese depredador gruñía al tener al lobito bajo su poder. Esa sensación de imponerse ante
él, ver su cuello ladeado para él, el aroma a miedo y emoción a causa de él, y sentir el
poder que ejercía en el animal más pequeño, lograba que esa gran bestia perdiera el
control con precipitación.8

El cuerpo del menor se tensó al no poder aguantar la mirada juzgadora del alfa, se
sentía demasiado intimidado, y lo peor era que le gustaba en demasía sentirse de esa
manera. Intimidado por el alfa, su alfa. ¿A quién querría engañar? Claro está que ellos
dos se merecían, maldita sea, se merecían más que cualquier otra cosa en el mundo,
sus lobos lo sabían, ellos lo sabían, y aún así, ambos cometieron equivocaciones al
dudar sobre la unión que la Diosa había creado.

Ellos fueron, son y serán predestinados.27


Y no existía nada, ni nadie, ni la mismísima Diosa, que pudiera romper ese fuerte lazo de
dos almas dispuestas a conectar, enalazar y coincidir en un punto del espacio y del
tiempo.3

Mío.

El gran lobo reclamaba lo que le pertenecía.

Lo único que Taehyung pudo hacer en ese momento fue mostrar su cuello en completa
sumisión y total entrega al alfa. Tenía miedo y a la vez una inquietante sensación de
emoción combinada con adrenalina al saber lo que ocurriría.

Todo era bastante agridulce. La situación. Ellos. Sus lobos. Todo.

Un ambiente donde los aromas de los dos estaban impregnando esas cuatro paredes, y
al mismo tiempo los delataba con fervor a esa mezcla de emociones.

Jeongguk no quitó su mirada de los orbes del contrario, tal como un cazador que
examinaba a su presa desde el silencio. Se acercó al cuerpo del menor, colocando una
pierna alrededor de la marcada cintura del omega, el cual notó una vez más la afilada y
tensa mandíbula ajena. Eso lo hizo tragar saliva, más no se atrevió a cortar el contacto
visual.

Estaba de más decir que las miradas delataba lo que el corazón callaba.

El ceño de Jeongguk se frunció al detectar el aroma de un intruso, un asqueroso aroma


perteneciente al maldito alfa que ya conocía.

Su lobo gruñó de la rabia.

- Me llenaste las bolas, Taehyung -la voz ronca y áspera de Jeongguk hizo poner aún
más tenso al omega- pero debo admitir que admiro tus agallas, mi amor. -su tono duro
sonó aterciopelado, supiendo que solo era otra jugada del alfa, en efecto, lo era, estaba
probándolo.- Venir de la mano del puto alfa que habló mierda de mi a mis espaldas y
llegar hasta mi territorio, verle la cara a mis colegas sabiendo aún todo lo que pasó
entre tú y yo, atreverte a venir, buscarme, enfrentarme, de verdad, cariño mío, lo
admiro.67
Dios, Taehyung sentía que cada palabra que salía de la boca del alfa era similar a un
puñal en su conciencia y pecho.

Los dos cometieron errores, sí, eso traía consecuencias, lo sabían, y el omega lo había
pagado con lágrimas, dolor y su pobre lobito desahuciado y con el orgullo roto.

Hace tiempo, ambos se apuñalaron con caprichos, ninguno era un santo, y en caso de
que algún vez lo hubiesen sido, olvidan el hecho de que todos los santos tenían su
pasado.1

Gguk volvió a inhalar el aroma ajeno, tornando el tuyo con un leve aire a furia.34

- Hueles a él.15

Taehyung sabía que era en vano decir algo, no con el alfa en celo, el cual lo nublaba de
su juicio. ¿Qué podía hacer? Ya estaba metido hasta a las narices del problema, y sabía
muy bien que gguk iba a destrozarlo.

Y él ya estaba más que decidido a entregarse a su alfa.

El azabache jaló hacia atrás los rizos plateados, exponiendo el cuello del omega. Acercó
su rostro hasta esa íntima zona y aspiró del delicioso aroma a jazmín chino y té de tilo,
suspirando deseoso por dejar su mordida en ese cuello de cisne negro. Estaba seguro
que Kim Taehyung sería un cisne negro, no uno blanco; el blanco representaba pureza e
inocencia, y él más que nadie sabía que el omega ya no poseía eso. Era un cisne negro
con deseos tan oscuros como sus plumas, y un morbo que lo ocultaba con ese exterior
de ángel.39

Oh, esa criatura se complementaba tan a la perfección con él, que hasta el mismísimo
Jeongguk se sorprendía por eso.

Volvió a jalar de los rizos plateados, y sintió como una delicada mano se apoyó en su
hombro en un impulso rápido. Mala jugada.

El alfa con su mano libre, atrapó la ajena que lo había tocado y la otra que estaba libre,
posicionándolas debajo del cuerpo del omega y presionando con fuerza ambas
muñecas con su propia mano, la cual le ganaba en tamaño y obviamente en fuerza.
-Quieto. -demandó dando otro nuevo jalón en los rizos maltratados, obligando a
Taehyung a mirarlo a la cara, y antes de que el chico pudiera reprocharle el dolor que
sentía en sus muñecas, sintió como pequeñas gotitas babosas caían en su rostro. En
efecto, Jeongguk le había escupido en la cara, y eso bastó para que la media erección
que Taehyung llevaba desde que entró en el nido del alfa, se pusiera duro por
completo.247

El azabache no pasó por desapercibido la reacción del menor, ni mucho menos las
feromonas de excitación condensadas con el leve aroma a miedo que comenzaron a
brotar con rapidez.- ¿Eso te gustó, dulzura? -se deleitó con esa peculiar fragancia en el
aire e hizo fricción su erección con la contraria por encima de la ropa- ¿Acaso él sabe
cómo complacerte? -fingió una embestida que hizo jadear al omega- ¿Sabe cómo
tocarte?20

Rojo. Estaba rojo el rostro de Taehyung, desde sus mejillas hasta la punta de sus orejas.

- G-gukkie... -se escuchó tan lascivo, que fue el detonante para que Jeongguk soltara sus
pobres rizos y su diestra rodeara con presión su cuello, logrando que en cuestión de
segundos dejara de fluir el oxígeno en sus pulmones.97

- Tú sabías que estabas jugando con fuego, Taehyung. -su boca estaba a escasos
centímetros de la otra que se esforzaba por respirar, al alfa le pareció irónico que
pudiera sentir sus respiraciones chocar, una tan cargada de furia y la otra tan débil.- Y
ahora, amor mío, mírate, quemándote a fuego lento.31

Ya las lágrimas hicieron presencia en el rostro del omega. Logró liberar sus manos para
tratar de alejar la fuerte mano del alfa cuando ya sentía que iba a desvanecerse debajo
de él, sus ojos lentamente se iban para atrás y comenzaba a ver borroso por la falta de
aire.25

Jeongguk solamente lo soltó cuando vio que el peligris quedaría inconsciente en


cualquier momento, eso sí que no se lo permitiría, no cuando él y su lobo estaban
gozando de la sumisión e humillación del omega. Lo dejó respirar y atacó a mordiscos su
cuello, el cual tenía la marca de su mano alrededor de la zona.15
Taehyung respiró con pesadez entre jadeos, no era la primera vez que el alfa lo
asfixiaba, ya habían varias veces que se lo permitía y le gustaba, no obstante, era la
primera vez que se llevó el susto de su vida.68

Un gemido ahogado se escuchó de parte del menor, el azabache pellizco uno de sus
pezones, joder, eso le había provocado una oleada de placer desde la punta de sus pies
hasta su recorrer toda su espina dorsal, arqueandose al sentir otra mordida y chupón en
el otro pezon, ya la ropa lo estaba fastidiando demasiado, y cómo si Jeongguk pudiera
leerle la mente, el sonido en seco de tela romperse y botones salir disparados hicieron
presencia.

El lobo del mayor, esa bestia había puesto su pata en la garganta del lobito, el cual
permanecía en el suelo, boca arriba, y mostrando su pancita, acto que hizo que la bestia
se regocijara de satisfacción por la sumisión de su alma gemela. El animal, por más
dominante y duro que fuera, su instinto y corazón le impedían lastimar de alguna forma
a su pareja, ningún lado de Jeongguk podría querer hacerle daño a Taehyung, ni aunque
se mereciera el mismísimo infierno.24

Mordidas fueron repartidas por el pecho canela, cada una más fuerte y prologanda que
la anterior, dejando marcas violáceas que seguro tardarían varios días y noches en
abandonar la fina piel.

Las manos de Jeongguk fueron a parar entre las largas y delicadas piernas cubiertas por
ese pantalón negro entallado, que fácilmente se veía como una segunda piel, sin dejar
nada a la imaginación del que vieran esos malditos muslos. Ante el tacto del alfa,
Taehyung amagó a cerrar sus piernas, impidiendole al azabache acomodarse a su gusto
en ellas.

Algo que Jeongguk amaba de Taehyung, eran sus reacciones cuando estaban en
situaciones así de íntimas, el de hebras cenizas siempre llevaba un poco de timidez
consigo, por más que el alfa ya lo conociera más de lo debido, supiera de sus lunares
más íntimos, y dominara los puntos cardinales más sutiles del omega a la hora de
calentarlo.6
Un gruñido salió de su garganta cuando abrió bruscamente las piernas del omega,
haciendo que se estremezca. En un movimiento rápido, el alfa quitó el pantalón y el
bóxer del omega, deleitándose con esa escena tan obscena; su entrada llorando de la
excitación, dejando rastros del lubricante natural por la zona. Jeongguk se relamió sus
labios, queriendo satisfacer al menor, pero no lo haría, Taehyung no se lo merecía
después de todo.68

El mayor observó los ojos claros y aguados de su compañero, para luego levantar su
pierna derecha, apoyandola en su hombro y comenzar a depositar mordidas a lo largo
de su muslo interno.

- Dime, Taehyung. -no lo miró, apenas se alejó de la suave carne, el nombrado pudo
sentir la respiración del alfa contra su muslo- ¿Te ha tocado? -su rosada lengua pasó por
esa zona.

No recibió respuesta de parte del peligris, solo jadeos. Eso hizo que el azabache
perdiera la cordura y la paciencia.

En un rápido y preciso movimiento, él se arrodilló sobre el mullido colchón, y situó al


omega boca abajo sobre sus trabajados muslos, alzando su culo a su vista. Enrolló un
poco su cinto en su diestra.4

Y el sonido del cuero azotar su culo se escuchó.30

- Responde. -demandó.

- No...

Otro cintazo golpeó la piel de algodón.

- ¿No qué?1

- Él no me tocó. -respondió con voz temblorosa.4

Y otro azote más fue repartido en sus nalgas, repitiendo los azotes varias veces más.12

- Yo te lo dije, Taehyung. Lo hice. -acarició con el cuero la lastimada piel que ya


empezaba a abrirse un poco y dejar salir minúsculas gotitas rojizas.74
A la mierda, Jeongguk no necesitaba de un puto pedazo de cuero para impartirle dolor a
Taehyung, no. Alzó su diestra, la misma mano con la que había noqueado al alfa en
discordia la última vez que pisaron el cuadrilátero, e impactó contra una de las nalgas
maltratadas.43

Su diestra se manchó con las gotitas de sangre que surgieron de la maltratada piel, eso
no le importó, todo acto traía consecuencias, y Taehyung las estaba pagando, y al
mismo tiempo, las gozaba. Su mano chocó otra vez contra ambas nalgas, una vez, dos
veces, tres, seis, nueve, siendo cuestión de segundos para que su mano quedara
grabada en el rojo vivo de la carne.

Cuando Jeongguk asimiló que fue suficiente, retiró sus pantalones y boxer, liberando su
erección prominente del líquido pre seminal. Tomó nuevamente sus nalgas, y las abrió,
obteniendo que el lubricante cayera con descaro en las blancas sábanas de su nido,
restregando su pene entre sus cachetes.4

- ¡J-jeongguk! ¡Mgh! ¡Alfa, por favor! -suplicó entre gemidos.

- Dime que es lo que quieres, omega. -fingió empotrarlo.

- Ggukkie~ ¡Ah~! Márcame, por favor~.41

El alfa lo colocó en cuatro, alzando ese culo respingón, dejando en evidencia todo el
daño que tenían su glúteos; era una paleta con la gama de los colores de una galaxia,
violáceas, azuladas, marrones, y si lo apreciaba con atención, podía ver el rojo seco del
líquido que antes había salido gracias al cuero, tonos rojos, corales, salmones y vino.
Una obra de arte. Su obra de arte.65

Acarició sus nalgas con suma devoción, y posicionó la punta de su glande en la entrada
ya lista para ser profanada por la persona indicada.

Lo penetró.19

Y, santa mierda, nunca se sintió tan cálido y placentero. Taehyung estaba derritiéndose
del éxtasis invadiendo su cuerpo, y Jeongguk, el alfa al adentrarse en él y sentir la
estrechez de sus paredes, lo hicieron suspirar deleitado.
Empezó un vaivén lento, entrando y saliendo de su omega, los aromas condesandose y
sus lobos uniéndose hasta ser uno.

- Jodida mierda, cariño. -gimió.- Estás tan apretado.31

El alfa no dudó en cambiar ese ritmo lento a uno rápido, embistiendo duramente al
peligris. El sucio sonido de los cuerpos chocar inundó la habitación, los gemidos de
Taehyung y los gruñidos de Jeongguk fueron sus íntimos secretos.

Las caderas del omega inconscientemente se hacían para atrás, quería recibir todo lo
que podía de su alfa, todo. Lo complacía y castigaba tan bien, no pensaba que podía
encontrarle un gusto a la disciplina que a veces le impartía el mayor.1

El pene del azabache rozó con algo que hizo que el omega de contrajera del placer, su
punto dulce. Decidió torturarlo lentamente, impulsandose hacia atrás y embestir con
dureza hasta golpear su próstata. La cabecera tapizada con palets de la cama
matrimonial era bastante pesada, y golpeaba con insistencia la pared debido a las
embestidas que Jeongguk implementaba.

Repitió la acción varias veces, sabía a la perfección que eso enloquecía a su amado
omega, sin embargo, cuando notó sus rodillas flaquear, cambió de posiciones.

Su mano tiró de sus rizos desarmados y transportados, atrayendolo para su


lado.Taehyung recostó su cabeza para atrás, cayendo en el hombro del alfa, ya no podía
mantenerse, no después de que el placer se instalara en todo su cuerpo. El brazo del
alfa rodeó su pancita y parte de su pecho, alcanzando uno de sus pezones para
apretarlo, él sabía que tantas estimulaciones haría que Taehyung se corriera en
cualquier instante.24

- Y-yo... ¡Ah! G-gukkie me vengo...8

- No. -su voz de alfa salió por si sola.6

Eso puso aún más duro a Taehyung, adoraba en demasía sentirse dominado, pero
cuando era dominado por Jeongguk, se sentía tan correcto y lo calentaba tanto, que
podría correrse tranquilamente al oír su voz de mando.
- Te correrás sólo cuando yo lo permita.44

El mayor tapó la hendidura del glande con sus dedos en señal de lo que había dicho,
esperó unos segundos, y apresó el falo del omega entre su mano, subiendo y bajando
con ritmos variados para poder llevarlo hasta el máximo de los placeres que alguna vez
hubiera experimentado, le enseñaría lo que verdaderamente era un orgasmo, el placer
y el deseo, cosa que fuera una experiencia que jamás olvidaría, y también, que no
olvidara quién era su alfa.

Y ese era él, claro que lo era.

Y ahora lo demostraría.

Sus encías picaron, eso solo indicaba una cosa, y con gusto lo haría. Taehyung
permanecía con su cabeza en el hombro del azabache, su rostro era un desastre, un
precioso desastre, sus maquillaje que alguna vez fue el más delicado de la noche, ahora
estaba completamente corrido, sus ojitos llorosos corrieron el rímel, el sudor que
también le caía por sus rizos húmedos y desarmados, sus mejillas y orejas tan coloradas
como el fruto prohibido, y por último, su boquita de caramelo rojo, ahora con sus labios
hinchados y lastimados, con el labial en cualquier parte menos en donde debería ir. Era
el desastre más bello de todos, siendo él causante de esa obra de arte, porque
Taehyung era una obra de arte para los ojos de cualquiera, sin embargo, Jeongguk sabía
que al lienzo del omega le faltaba un importante detalle para ser completado.26

Miró el cuello ladeado a centímetros de sus colmillos ya crecidos, listos para desgarrar
la carne y beber de la sangre derramada, y supo que su picazón en ellos se calmaría
cuando lo reclamara.

Hazlo. Te pertenece y tú le perteneces a él.

Su lobo le habló, ansioso de marcar al pequeño lobito debajo suyo.

Su boca se acercó a la curvatura ajena, tanteando la zona, rozando sus colmillos por la
piel, y fue en ese momento, ese maldito momento donde contempló el brillo en los ojos
del omega, esa manera devota en la cual se miraban.
Clavó sus colmillos en el cuello, mordiendo más de lo debido y forzando la carne, a la
vez que el nudo terminaba de formarse para acabar dentro del omega. Taehyung sintió
su piel ser ultrajada de la manera más placentera, dejando de respirar al momento en
que su cuello recibió a los dos intrusos. Jeongguk pudo notar como el brillo que
segundos antes estaba en los orbes del omega, ahora desaparecía por la mordida,
sintiendo los espasmos del cuerpo pegado a él, indicando el orgasmo del menor, los
hilos blanquecinos manchando su brazo y mano, y el torso del omega.28

Se separó de él, pasando su lengua por la sangre que comenzaba a emanar de la


reciente mordida, eso ayudaba a acelerar el proceso de cicatrización.

Poco a poco, Taehyung fue recuperando ese brillo en sus ojos, había sido tanto para su
frágil cuerpo que por un momento su lado animal se apoderó de su lado racional,
mandando el lobito en todo su ser.

Jeongguk atrapó el labio de Taehyung en los suyos, besándolo con parsimonia,


empezando a sentir ya los sentimientos y emociones del otro a través de su vínculo. Era
algo nuevo, totalmente nuevo, y quizás, hasta mágico1

Ambos esperaron a que el nudo se deshiciera en una lenta y fogosa sesión de besos,
terminando el mayor arriba del peligris para otra ronda intensa donde sus cuerpos se
hacían uno.17

//////

Taehyung ya había despertado hace un rato, permanecía en silencio mirando el fino


camino de saliva que tenía su alfa por dormir con la boca abierta, estaba
profundamente dormido. Era difícil que Jeongguk durmiera de esa forma, él siempre
estaba en alerta, hasta durmiendo, no obstante, ahora parecía a un nene al dormir.
Ante sus ojos, el gran Jeongguk, reconocido y aterrador boxeador, era el ser más
adorable del mundo.32

Una risita se le escapó, logrando que el pecho del alfa vibrara por el reciente lazo.
- ¿Me vas a seguir observando mientras duermo? -el alfa habló mientras seguía con los
ojos cerrados, su voz adormilada y ronca tomó por sorpresa al omega.

- No te estaba observando, tonto. -Taehyung trató de acomodarse entre las mantas, sin
embargo, su cuerpo estaba adolorido, más no le importaba en absoluto el dolor, él
estaba feliz.

Adolorido pero con el corazón rebosante de felicidad.

El alfa sintió su pecho vibrar al sentir la felicidad de su compañero, eso lo hizo esbozar
una pequeña sonrisa.

- A mi me parecía que me estabas observando, hasta puedo confirmar que también


estabas sonriendo. -continuó sin abrir sus ojos, y estiró sus brazos atrayendo al frágil
cuerpo para quedar pegados.

- Mmm~ pues, te pareció muy mal, Ggukie, yo estaba durmiendo. -respondió juguetón,
pasando sus manitos por el rostro del alfa, acariciando la pequeña cicatriz en uno de sus
pómulos, recuerdo de una de sus tantas peleas.

- Si estuvieras durmiendo, estarías roncando como un animal, amor. -abrió sus ojos,
amaba saber que lo primero que veía al despertar, eran esos ojitos claros, y hace
tiempo no sentía despertar tan feliz, con una sensación a hogar.35

El alfa unió sus bocas en un beso lento, sintiéndose dichoso por tener a una persona
como lo era Kim Taehyung a su lado, portador de su mordida y compañero de vida de
su lobo. Podría jurar que era un pedazo de cielo en la tierra.

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