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UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES.

FACULTAD DE PSICOLOGÍA

LICENCIATURA EN MUSICOTERAPIA

Trabajo Práctico nº 1
Musicoterapia en Salud Mental
Cód 316

Docentes

Lic. Pendino, Mabel Carmen

Lic. Graciela Fernandez

Nahuel Prado

Estudiantes

Emanuel Porres, Javier Portela, Santiago Regidor

29/09/2017
Personajes históricos.

1- UBIQUE EN TIEMPO Y LUGAR EN EL QUE VIVIÓ EL PERSONAJE. ¿QUË ESPACIO


SE LE DABA A LA PSIQUIATRÍA EN ESA ÉPOCA Y CUÁLES ERAN LOS TRATAMIENTOS
EXISTENTES?

2- ¿CREE QUE SU PERSONAJE MERECE SER RECORDADO CON EL APODO DE


LOCO/A? JUSTIFIQUE SU RESPUESTA.

3- A LA LUZ DE LA NUEVA CONCEPCIÓN DE LA SALUD MENTAL, ¿A QUÉ CUADRO SE


ASEMEJAN SUS ACTITUDES Y COSTUMBRES?

4- ¿QUÉ SITUACIONES DE SUS VIDAS CREE QUE PUEDEN HABER INCIDIDO EN EL


DESARROLLO DE SUS PADECIMIENTOS?
Federico Manuel Peralta Ramos

BIOGRAFIA:

El “ángel gordo” es una figura entrañable en el ámbito artístico de finales del siglo XX.
participó activamente en el under porteño en diversas aristas entre las que se encuentra, el
arte plástico, una serie de publicaciones en la revista “La Semana”, una serie de
intervenciones televisivas en el programa de Tato Bores, e incluso un single producido por
Sony music.
Nació en Mar del plata el 29 de enero de 1939. Criado en el campo familiar, de niño
pasó su vida cazando, pescando e incluso practicando diversos deportes.
En 1957, siguiendo la tradición familiar ingresó en la carrera de arquitectura en la
Universidad de Bs AS. estudios que abandonó faltando diez materias para concluirlos. Su
padre, Federico Peralta Ramos, fue un reconocido arquitecto

En el año 1961 partió a perú, un destino poco turístico por entonces, donde recorre
principalmente el Machu Pichu. Federico recordaría: “ en Machu Pichu tuve revelaciones
que me dieron nociones de infinito, creo que la inmanencia latinoamericana es un depósito
de fe para todo el universo. Europa en cambio, está acabada. Lo mejor que tiene es la ropa,
debería llamarse en-ropa” (citado del Libro Retrospectiva).
También en Perú descubrió la existencia del “firmamento interno” eje de una teoría
propia que más adelante deja plasmada en sus sendas obras “El firmamento interno es el
endocosmos (...) es como una noche estrellada que está adentro tuyo”
Otros viajes realizados por Peralta Ramos fueron al sur, a Brasil, cuyo objetivo era el
de visitar a Hugo rodríguez, un escultor argentino radicado en RÍo de Janeiro. Con los años
dejaría de viajar, convencido de que en Buenos Aires estaba el futuro.

En 1960, alentado por Rafael Squirru, se presentó en una muestra individual en la


Galería Rubbers. Autodidacta como artista plástico, realiza las pinturas en la terraza de su
casa, y en muchos casos, también en el zaguán o en la vereda.
En 1962, presentó en la galería Wicomb, una exposición compuesta por obras de
gran tamaño. Esto le trajo dificultades tanto para colgar las obras como para meterlas por la
puerta de la galería, lo que Federico resolvió serruchando en partes algunas de las obras
más grandes. Una vez colocadas contra las paredes, los empastes de pintura que estaban
aún frescos comenzaron a caer “en formas de boas que avanzaban por los pisos del
Wicomb” (citado del Libro Retrospectiva) hecho que federico incorporó rápidamente a su
producción.
Esta exposición comienza a mostrar algunas de las estrategias que federico utilizará
en su posterior desarrollo artístico como lo son: las sistematica desacralización de la obra,
la incorporación del humor y la inclusión del azar.
Con esta exposición, Federico es becado por el Departamento de Estado de EEUU,
y junto con otros artistas plásticos recorrió durante 45 días los principales museos de
américa del norte.
Invitado por el instituto DI TELLA, presentó lo que sería su obra más conocida:
“Nosotros afuera.” Se trataba de una instalación integrada por un gran cuadro que ocupaba
prácticamente toda la pared de la sala, un obelisco y un enorme Huevo realizado en yeso y
madera (protagonista de la obra). Las características de producción y muestra de la obra
hicieron que Federico pasará a la historia por su desopilante desfachatez.

En el año 1967, protagoniza uno de los episodios con mayor importancia para la
elaboración del siguiente trabajo: la compra de un toro campeón en una subasta en La
Rural utilizando su apellido (de familia terrateniente) como respaldo. El episodio fue relatado
por el propio Federico de la siguiente manera:

“Un dia me llevaron a un remate y apareció el que más tarde sería el


subcampeón de la raza Charolais. El rematador dijo que ese toro tenía una base de
800 mil pesos. Entonces sentí un impulso muy fuerte, oferte el dinero. Sobrevino una
puja breve pero emocionante. Finalmente compre el toro en 1.500.000 pesos: yo no
tenía ni un peso partido en dos para el colectivo de la vuelta. Fue entonces cuando
se me ocurrió una manera de pagar el toro: iba a hacer una exposición en el Di Tella
con el Charolais, un fórmula 3, una montaña de dinero y un pura sangre de carrera.
Todo eso en el Hall. En la calle la gente iba a hacer una chichada gigante con una
soga de 180 metros: los que ganasen ser llevaban la exposición. La idea fallo
porque Di Tella no consiguió permiso municipal para la chichada.”

Aunque no poseemos fuentes directas para aseverar bajo qué condiciones, y la


intimidad de sucesos que catalizan lo que sucedió luego, lo que sí podemos afirmar es que
justo después de este incidente, Federico Manuel fue internado en un neuropsiquiátrico
durante cuatro meses por su familia, que habría llegado a un arreglo con la casa de remates
para evitar un escándalo nacional, un pleito judicial y el pago de la deuda. Situación que,
como sabemos hoy en día, habría tenido un acontecer diferente debido no solo a la ley
vigente respecto de una internación compulsiva por parte de familiares, sino a una serie de
aspectos que se acumulan en una especie de vórtice que implica a lo social, lo económico,
la salud mental y las responsabilidades penales.

Solo un año después, en 1968 obtuvo la Beca Guggenheim, que por entonces
consistía en un premio de 6000 dólares. Con la primera remesa de dinero Federico decidió
dar una cena de gala en el distinguido hotel Alvear. “En vez de pintar una comida, dí una
comida”, justificando con esta postura el gasto del dinero de la beca, acción que se ha
convertido en una de las leyendas más comentadas del mundo artístico. En correlato con su
accionar, para ese entonces ya sostenía como propias las teorías acerca del fin de la
contemplación estética, acercándose cada vez más a la necesidad de disolver el arte en la
vida social, y por lo tanto la transformación de la propia vida en una situación artística, lo
cual caracterizaría la existencia de Federico Manuel a lo largo de toda su vida pública.
Con fecha de 14 de junio de 1971, Federico envió a la fundación Guggenheim la
explicación de su accionar y de su posicionamiento artístico. Allí decía que dado que él
creía que la aventura del artista era el desarrollo de su personalidad y de acuerdo con su
actitud filosófica siendo en el mundo, con el dinero de la beca se mandó a hacer tres trajes,
pagó las deudas en la galería de arte nuevo de una exposición anterior, invirtió otra parte en
una financiera de interés mensual, y compró cuadros a su madre y padre.
Ante la indignada respuesta de la fundación que encontró “insatisfecho el uso de los
fondos otorgados” y que en consecuencia pidió la devolución de la mitad del monto
otorgado al artista, Federico respondió:

“Mi carta del 14 de junio es un homenaje a la libertad. Una organización de


un país que ha llegado a la luna que tenga la limitación de no comprender y valorar
la invención y la creación que ha sido la forma como yo gaste el dinero de la beca,
me sumerge en un mundo de desconcierto y asombro. Devolver los 3000 dólares
que ustedes me piden sería no creer en mi actitud, por lo tanto he decidido no
devolverlos. Espero que estas líneas sean interpretadas con temperamento artístico,
saludo a ustedes muy atentamente.”

Las acciones realizadas con el dinero de la beca Guggenheim, representan una


nueva etapa en la producción de Federico, quien para entonces abandona la pintura para
dedicarse a intervenir en el mundo artístico con estrategias resueltamente conceptuales.
En 1968 había inventado la religión “Gánica” cuyos mandamientos publicó y repartió
entre sus amigos con la sugerencia de clavarlos con una chinche en la pared.

Hacia la década del 70’ abandona definitivamente la pintura y se dedica a “vivir en el


Arte” convirtiéndose él mismo en objeto artístico (citado del Libro Retrospectiva) , lo cual era
similar al modus vivendi dadaísta que había influenciado fuertemente a Federico Manuel. La
idea, y no la concreción de la obra, se volvió cada vez más importante sustituyendo en
varias oportunidades el objeto artístico por el mismo discurso.
Siguiendo esta línea de pensamiento cabe mencionar su objetivo de convertir al café
“Florida Garden” en un “Templo de la ternura” mediante un trabajo de situaciones y
aperturas de vida. El proyecto, en palabras de Federico:
“Ocurre que actualmente el Florida es un lugar despiadado. Un sitio que no
perdona a fracasados como yo. Casi todos sus concurrentes son ejecutivos o gente
que se las tira de tales, y el que no lo es, se embroma. Entonces, (...) he iniciado el
trabajo a través del ablandamiento de los mozos. Uno de ellos, César, tiene la orden
de darme un servilletazo en la cabeza cada vez que pasa a mi lado. Estamos
haciendo unos progresos bárbaros: Hasta los tipos más copetudos cuando despues
de venir algunas veces entienden que se trata de una broma, se ríen.
Siguiendo con esta concepción, durante la segunda década del 70, su obra más
importante fue hacer una dieta que le permitió adelgazar 41 kg: “El objeto artístico, ha
adelgazado” decía mientras con su gran amigo Quique Barilari creaban el “Adelgaz-Arte”

Federico Manuel se auto definía como un ser inverosímil e inenarrable, un fenómeno


paradojal que ya que desde su más tierna infancia tuvo la suerte de tener un enorme
carisma. Vivio siempre en la casa de sus padres, decía que trabajaba de hijo; para su niñera
Malena seguía siendo el niño Federiquito y recibía una mensualidad, casa comida y
psicoanálisis (citado del Libro Retrospectiva) . Federico consideraba que más importante
que ganar plata, era ganarse la vida:
“Mis padres son conservadores, pero yo soy algo así como los
anhelos demorados de ellos, en todas las familias siempre hay un emergente que es
el que hace los disparates que toda la familia no hace, a mi me necesitan para vivir y
soy valorizado por ellos”

En 1969 conoció al humorista Tato Bores, quien le ofreció un contrato para su


programa “Tato, siempre en domingo” donde Federico recitaba sus poemas y cantaba sus
canciones no figurativas, con las cuales participó en abril de ese mismo año en el teatro
Payró.
En 1970 grabó su primer y único disco, con una tirada de 1333 copias que se
vendieron en farmacias y disquerías y que contenía canciones como “Soy un pedazo de
atmósfera" y "Tengo un algo adentro que se llama coso". Al respecto de su variada carrera
artística, solía declarar “Pinté sin saber pintar, escribí sin saber escribir, canté sin saber
cantar; la torpeza repetida se transformó en mi estilo”

En 1974 concretó una de las acciones estéticas que pasaron al recuerdo de la


sociedad: “Le vendió un buzón” a la vedette Egle Martin, quien compró la obra (réplica
idéntica de los buzones de la época) en una subasta.
En 1977 participó de espiART, una iniciativa de Marta Minujín, donde Federico se
expuso a sí mismo como objeto artístico, y en su habitación colgó una frase que decía “Me
siento un ser insignificante”

A principio de los 80’ anunciaba que vendrían tiempos mejores donde se acabarían las
hipocresías tradicionales, lo que plasmó en el siguiente discurso:
“...Ya pasó la época de denunciar, obstruir y oponerse, en eso consistía el
periodo revolucionario. La prolongación exige anunciar, construir y proponer. No
tiene más sentido denunciar la hipocresía, porque el mundo careta se está
derrumbando solo. El problema es que no cualquiera sabe hacer la prolongación, el
enemigo de los arquetipos revolucionarios es la repetición, o la regresión a lo que
denunciaban. Entonces esta es una etapa serena y difícil, en la que hay que ver muy
bien cómo continuar sin repetirse porque está bárbaro ser el rey de televisión, rey de
la bohemia romántica o rey de la noche, pero lo que no hay que ser es el
rey-terativo”. (citado del Libro Retrospectiva)

DESARROLLO:

“Para no ser un recuerdo hay que ser un re-loco”


Federico Manuel Peralta Ramos

Federico Manuel Peralta Ramos, en lo sucesivo FMPR, dedicó su vida al disfrute, el


arte, los amigos y según él mismo decía, recordando el espíritu de los alquimistas, a hacer
de sí mismo su “gran obra”, hecho que no pasó desapercibido en la sociedad argentina, ni
tampoco para el propio Federico al declarar “Sufro proliferación de ideas”. Tomando las
palabras de su amigo Rafael Squirru, puede verse una invitación a pensar el porqué de la
existencia material del presente trabajo acerca de FMPR:
“La vigencia es un estado del ser que vive su vida con una intensidad de rara
pasión. Para tener vigencia hay que saber custodiar la propia niñez, hay que vivir en
estado de permanente inocencia, esto es, de pureza.” (Rafael Squirru, Prólogo a
Retrospectiva)

”Allí, subido a una escalera de dos hojas, el día de la inauguración procedió a


declarar fundada la ciudad de “Mal de Plata”

Su familia estuvo destinada a la esfera pública de la sociedad Argentina desde que


su tatarabuelo fundó la ciudad de Mar del Plata. Sin embargo, FMPR se destacó por
diferenciarse del molde que había forjado su linaje; él mismo se denominaba
“psicodiferente”, caracterización que quizás haya ido elaborando en conjunto con su
psicoanalista en los incontables años de terapia.
Teniendo en cuenta este dato auto referencial, vale preguntarse si su filosofía con
respecto a la vida como arte, era efecto o causa de su comportamiento considerado
socialmente “anormal”. Nos atrevemos a pensar que algo del relato de FMPR fue
artesanalmente construido en el encuadre psicoterapéutico para darle sentido a la
particularidad de su historia. Dos vertientes tientan nuestra curiosidad, por un lado, la de
pensar que “lo diferente” en FMPR fue producto de la no-separación del núcleo familiar y la
segunda, que la vida fecunda y libre que presenta nuestro personaje histórico, pudo
desarrollarse gracias a la contención económica y afectiva de su familia. La respuesta
según intuimos en este trabajo, es una interrelación inescindible entre ambas vertientes,
siendo Federico Manuel Peralta Ramos un sujeto cuya condición de posibilidad fue
inseparable de su contexto. Pedro Roth, artista plástico e íntimo amigo en una reciente
entrevista desarrolla lo sostenido en las líneas anteriores:
"De alguna manera estaba preso de una clase social. La diferencia que hay
entre un revolucionario y un excéntrico es que el primero quiere romper. Federico
era un excéntrico: él giraba no en una órbita redonda sino en una diferente, pero le
gustaba el Sol alrededor del cual él giraba en esa órbita irregular. Le gustaba el lugar
al que pertenecía" (Infobae, 28 de enero de 2016)

Resulta relevante en el contexto familiar y en lo esperable en los linajes de grandes


hombres aristócratas y de familias terratenientes del suelo criollo, que Federico Manuel, a
contramano del legado paterno, decide abandonar la carrera que lo hubiera llevado a ser
arquitecto como su padre, Federico Peralta Ramos, quien fue un reconocido y exitoso
profesional con su propia empresa de construcciones. Freud en “Introducción al
Narcisismo”, articula las grandes expectativas que tienen los padres sobre sus hijos desde
el momento mismo de la concepción del bebé, lo cual puede explicar la herida narcisística
que produjo en Federico las elecciones a contra-ley que tuvo Federico Manuel en diversos
momentos de su vida:
“Deberá realizar los deseos incumplidos y llegar a ser un gran hombre o un héroe en
lugar de su padre o si es hembra casarse con un príncipe, para tardía compensación de su
madre. El punto más espinoso del sistema narcisista, la inmortalidad del yo, tan duramente
negada por la realidad, conquista su afirmación refugiándose en el niño. El amor parental,
tan conmovedor y tan infantil en el fondo, no es más que una resurrección del narcisismo de
los padres, que revela evidentemente su antigua naturaleza en esta su transformación en
amor objetal.” (Freud, en Fainblum, 2004)

Alicia Fainblum, en su texto :”Discapacidad Intelectual y proceso adolescente: La


rebelión del eterno niño” propone que el niño eterno, eternamente hijo, alude a padres
eternos, eternamente jóvenes, completos y fecundos. Se estaría frente a una estrategia
tendiente a eludir lo que según Freud sería el tema más espinoso para el yo: la propia
muerte. Sobre esta relación eternos padres con eternos hijos, Fainblum analiza:

“(...) el difícil trabajo de los padres, (…) encontrar un equilibrio a cada nuevo
paso entre ese “contener” y ese “separarse”(…) resulta empobrecido u obstaculizado
en la fetichización de un hijo como maniobra de restitución narcisistica, puede
vislumbrarse el efecto de haber ubicado masivamente a ese hijo como objeto de
goce” (p. 3; Fainblum).

Fainblum además ubica ciertas situaciones en los que frente a la adolescencia de


ciertos hijos, puede ocurrir un “tambaleo” del marco simbólico, en el que se observa una
carencia de recursos significantes para responder y para sostener haciendo soporte este
proceso de maduración del niño, con una amenaza de abandono implícitamente expresada.
Este entramado subjetivo en la que el joven es puesto en el lugar del eterno niño, puede
originar una relación en la que se hace presente la aniquilación del yo o el riesgo a
desintegrarse ante el abandono del otro, “todo madre/todo padre potente”.
“(…) La tarea del adolescente es asesinar al padre, esto se vislumbra como
imposible porque la muerte de uno implica la caída propia”. (p. 4; Fainblum)

Estas “determinaciones psíquicas” que FMPR define como ser “psicodiferente”


tienen su origen en lo vincular y en el seno de la familia primaria. Sobre el origen vincular de
lo que genera marcas a nivel psíquico, Marta Schorn, en su texto Discapacidad: Una mirada
distinta, una escucha diferente, sostiene:
“Todo niño y nosotros mismos formamos parte de una estructura familiar
previa inconsciente, estructura familiar que se conforma a partir de la estructura
psíquica de cada miembro de la pareja, quienes aportan sus propias historias
personales; por ello todo niño tiene una “historia y es miembro de una historia antes
aún de su nacimiento”. Esto nos hace pensar que la marca orgánica de estos hijos
actúan en el psiquismo de estos padres como verdaderos agentes virales
discapacitantes, profundizando o acentuando la desvalorización o aspectos
depresivos previamente ya instalados en ellos.”(Schorn, 2004, p. 66)

Creemos que algo de lo que está en juego en el núcleo familiar Peralta Ramos es
esta ambivalencia y co-construcción del vínculo con sus padres. Teniendo en cuenta lo
anterior, otorgamos cierto sentido al hecho de que al poco tiempo de morir su padre, muere
su madre y en el término de 3 meses, con la partida de Federico Manuel luego de un infarto
masivo y sorpresivo, el completo núcleo familiar de FMPR es tomado por la muerte.
Entonces este interjuego se manifiesta entre la contención afectiva y la retención subjetiva;
de ubicarse algo del orden de lo patológico, consideramos que su etiología está sustentada
una gran parte en lo vincular. Sobre este vínculo familiar de los Peralta Ramos que en lugar
de generar ese equilibrio entre “contener” y “separar”, es importante lo que Schorn explicita
en las vinculaciones que terminan siendo detrimentales para el desarrollo del sujeto:

“Algunos padres sienten que son responsables por lo que les pasa a sus
hijos. De ahí que buscan con esa excesiva sobreprotección reparar aquello
imaginado. Estos sentimientos tan fuertes son peor que las verdaderas
discapacidades de los hijos, y son los verdaderos agentes inhibitorios del desarrollo
psíquico de estos niños, muchos de ellos apresados por estos sutiles velos que
opacan sus propias vidas.” (Schorn, 2004, p. 67)

Por otro lado, continuando con el desarrollo psíquico del sujeto, resulta necesario
incluir lo teorizado por Erikson, ya que, aunque hayamos buscado por diversas fuentes la
existencia de algún tipo de vínculo de pareja de FMPR, ha resultado infructífera la búsqueda
y nos lleva a plantearnos la pregunta si, en correlato con lo anterior, Federico haya podido
desarrollarse psicosexualmente hacia fuera de la propia familia.
“La madurez psicosexual del adolescente tiene su culminación en lo que la
psicoanálisis llama momento de la genitalidad, que consiste en la capacidad de
desarrollar una relación sexual saludable, con un partícipe amado del otro sexo, con
quien pueda y quiera compartir con confianza mutua y regular, los ciclos de vida de
procreación, de trabajo y ocio, a fin de asegurar a la descendencia futura unas
mejores condiciones de vida y de trabajo.” (Bordignon; 57)

Esta última cita se interrelaciona con el niño eterno planteado por Fainblum, en el
cual los padres de FMPR podrían haber fetichizado a su hijo como una maniobra de
restitución narcisistica para ser padres todo potentes y eludir el tema de la propia muerte, ya
que es posible llegar a especular que la madurez psicosexual de Federico podría no
haberse desarrollado sin ruidos ya que fue detenido en el tiempo de la niñez por toda su
familia (incluída su niñera que aún de adulto lo llamaba “Federiquito”). La separación
necesaria para que el sujeto se desarrolle fuera del seno familiar no habría estado dada ya
que los testimonios obtenidos en esta búsqueda revelan la contención en el lugar de niño
que conservó Federico, con mensualidad, y casa y comida dentro del seno familiar donde
nació, hasta el momento de su muerte, semanas después de la muerte de su padre y
madre, a la edad de 53 años.
Consideramos que las razones expuestas anteriormente son fundamentales al
momento de considerar la particularidad de la vida de FMPR por fuera del ambiente artístico
en el cual pudo construir su relato de ser él mismo su mejor obra.

Por otro lado, a cuenta de la vida y obra de FMPR, los siguientes fragmentos de la
Ley Nacional Nº26.657 de Salud Mental en vigencia desde 2010, resultan pertinentes y
relevantes.

ARTÍCULO 3º.- En el marco de la presente ley se reconoce a la salud mental


como un proceso determinado por componentes históricos, socio-económicos,
culturales, biológicos y psicológicos, cuya preservación y mejoramiento implica una
dinámica de construcción social vinculada a la concreción de los derechos humanos
y sociales de toda persona.
Se debe partir de la presunción de capacidad de todas las personas. En ningún
caso puede hacerse diagnóstico en el campo de la salud mental sobre la base
exclusiva de:
a) Status político, socioeconómico, pertenencia a un grupo cultural, racial o
religioso.
b) Demandas familiares, laborales, falta de conformidad o adecuación con
valores morales, sociales, culturales, políticos o creencias religiosas prevalecientes
en la comunidad donde vive la persona.
c) Elección o identidad sexual.
d) La mera existencia de antecedentes de tratamiento u hospitalización.
ARTÍCULO 5º.- La existencia de diagnóstico en el campo de la salud mental
no autoriza en ningún caso a presumir riesgo de daño o incapacidad, lo que sólo
puede deducirse a partir de una evaluación interdisciplinaria de cada situación
particular en un momento determinado.

A la luz de la nueva concepción de salud mental reflejado en los párrafos


anteriormente citados, FMPR no puede ser catalogado dentro de un cuadro patológico en
términos de la psiquiatría clásica. Si bien sus actitudes se caracterizan por ser algo
excéntricas o en el límite de lo esperable socialmente, no está dentro de nuestra
competencia formular algún tipo de diagnóstico, aún más teniendo en cuenta el escaso
material recolectado de fuentes directas e íntimas que pudieran dar cuenta de episodios que
manifestaran una presunción de un diagnóstico a nivel salud mental que indique
incapacidad o riesgo de daño para el sujeto.
Sin embargo, con la información recabada en el desarrollo de este trabajo, es
posible delinear algunas suposiciones respecto de los determinantes de su constitución
psíquica, tal como se ha mencionado anteriormente. Cabe mencionar que las
características de la vida de FMPR están fuertemente influenciadas por su origen y clase
social, tanto en su constitución como sujeto, como también en relación a las posibilidades y
contención con la que contó durante su vida.
A la vez que estas circunstancias lo proveyeron de la posibilidad de convertirlo en un
artista reconocido, las mismas circunstancias ambivalentes lo colocaron como depositario
de juicios por parte de la sociedad por su lugar social proveniente de familia aristocrática.
Tenemos en cuenta que justamente por su origen de familia acomodada, su trato en el
mundo artístico fue de personaje pintoresco y creativo, en lugar de terminar abandonado en
un manicomio al expulsarlo de toda contención familiar y económica, tal como podría haber
sucedido ante los episodios de la compra del toro. El carácter de niño-eterno y de
“personaje” de FMPR, sus apariciones artísticas y sus incursiones en las esferas de la
cultura, su inclusión en la televisión como personaje recurrente en el programa de humor
político de Tato Bores con sus frases y diálogos de inusitada profundidad para su “condición
de loco”, pueden ser observadas como formas que mantuvieron a FMPR integrado en lo
socio-cultural de la sociedad argentina. Esto último apoya y destaca la importancia de la
nueva concepción de la Salud Mental como proceso de construcción social cuyo desarrollo
en el caso de FMPR fue generada en torno a él mismo como personaje excéntrico y
artístico, sosteniéndolo como sujeto y como creador de arte, lo que indudablemente suscita
el proceso salugénico, que en este caso pueden verse anclado fundamentalmente en sus
componentes socio-económicas (la contención familiar y del arte) y en su componente
cultural (la activa participación de FMPR en lo artístico). Es innegable que el desarrollo vital
de Federico Manuel Peralta Ramos en este contexto que lo transformó en un “personaje de
Buenos Aires” del cual se cuentan miles de anécdotas con gran alegría y afecto,
seguramente haya sido lo mismo que lo mantuvo estable y creativo a lo largo de su
existencia.
Para hablar respecto a la psiquiatría y a los criterios de salud y enfermedad de los
años en los que FMPR desarrolló su vida, es necesario realizar una articulación entre los
planteos de Foucault y los de la psiquiatría del siglo XX. Es necesario partir de la premisa
que el concepto de salud-enfermedad tal como se concibe actualmente es un proceso
complejo al ser una construcción socio-cultural e históricamente determinada. Las
concepciones morales, filosóficas y psicológicas imperantes en el clima de cada época,
construyen la carga valorativa específica que determina los criterios de valoración que
diferencian lo “normal” de lo “patológico”.
Con el objetivo de comprender el concepto de salud - enfermedad utilizado por la
psiquiatría del siglo XX (contexto social de FMPR) debe explicarse brevemente quien fue
Emil Kraepelin, considerado como el fundador de la psiquiatría moderna y cuál fue su
trasfondo teórico sobre el cual organizó y clasificó las enfermedades mentales tan
exhaustivamente en sus ocho ediciones del Tratado de psiquiatría.

Kraepelin se formó en la escuela organicista y neuropatológica alemana del siglo


XIX cuyo espíritu formalista correspondía a su carácter lógico y riguroso. Lo esencial de su
obra se halla contenido en el tratado anteriormente citado, que desarrolló y profundizó
desde 1883 a 1915, en el cual propuso clasificaciones minuciosas de las enfermedades
mentales, fundadas en las nociones de evolución de origen organicista, estableciendo las
bases de lo que hoy entendemos por la psiquiatría. Estos volúmenes sostienen la teoría
higienicista a partir de la cual se conciben los problemas existenciales y sociales
interrelacionadas con categorías médicas y orgánicas.

La psiquiatría actual se reconoce como heredera directa de esa tradición


clasificatoria cuando acepta al Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders DSM
IV-TR (APA, 2000) que se define como neo-kraepeliniano. La vigencia del discurso de
Kraepelin actualmente conduce a preguntarnos por aquella estructura teórico-metodológica
originada en el siglo XIX de raigambre declaradamente higienicista; los clásicos problemas
propios del higienismo que preocuparon a Morel, a Magnan y a los intelectuales de la teoría
de la degeneración reaparecen en el discurso de Kraepelin, tales como la degeneración
hereditaria, la herencia mórbida, los estigmas de degeneración, las lesiones cerebrales
consideradas al mismo tiempo como efecto y causa de comportamientos desviados, así
como también la transmisión hereditaria de desvíos tales como el alcoholismo o el crimen,
el alcoholismo como causa de degeneración y enfermedad mental, los desvíos morales o
físicos como indicadores de patologías psiquiátricas.
Así, en el texto Über Sprachstörungen im Traume hace un intento por explicar las
complejas relaciones existentes entre hechos sociales y transformaciones biológicas a partir
de las cuales se producen las enfermedades, se debilitan los cuerpos y degeneran las
familias y razas. Preocupación, que sin dudas, no es inaugurada por el autor, ya que por el
contrario integraba la agenda de los médicos y alienistas desde inicios del siglo XIX.
Por lo que, en términos de Kraepelin y al contrario de lo que estipula la ley vigente de salud
mental de nuestro país, los hechos sociales no pueden ser considerados causa de
enfermedades psiquiátricas, idea que mantiene y profundiza a lo largo de toda su obra, ya
que, para este autor, las llamadas causas psíquicas (un amor infeliz, negocios fracasados,
exceso de trabajo) son el producto y no la causa de la enfermedad, al ser la mera
manifestación de una condición pre-existente cuyos efectos dependen de la constitución
biológica del sujeto.

Por otro lado, para entender el contexto institucional psiquiátrico del siglo XX,
tomamos al autor Michel Foucault para explicar el origen de las instituciones totales a partir
de la evolución del modelo de control de la peste originado en la edad media, quien propone
la existencia de dos modelos de control social a lo largo de la historia de las instituciones
humanas: la exclusión del leproso y el control de la peste.
La exclusión de los leprosos constaba de la marginalización, la puesta de distancia a
través de una regla de no contacto con los sujetos afectados por la enfermedad, y su
expulsión al mundo exterior, junto con la descalificación político-jurídica del enfermo.

Con la desaparición del modelo de control de leproso en el siglo XVIII toma


importancia la segunda forma de control social mencionada por Foucault: el relevamiento de
la ciudad apestada. Esta última tiene algunas particularidades que la diferencian del primer
modelo.
● Aunque los sujetos son aislados, no se los excluye a territorio desconocido, sino que
se los encierra en un espacio específico.
● Dentro de este espacio, los sujetos son analizados minuciosamente a través de un
sistema piramidal de poder, de carácter continuo (nunca se detiene).
● Se observan aquella serie de diferencias muy finas entre el sujeto enfermo y el sano.
● Esta observación tiene un carácter cercano y meticuloso, y responde a un campo de
regularidad a partir del cual se va a calibrar sin descanso a cada individuo para
saber si se ajusta a la regla de la normalidad.

Este estatus de “lo normal”, tiene un carácter clasificatorio (aquel que define cuál es
la regularidad) y un carácter coercitivo, el cual va a imponerse en el cuerpo de los sujetos,
dando origen de esta forma a las llamadas disciplinas, destinadas a estudiar el cuerpo de
los sujetos, siendo de carácter científico, y proponiéndose como fin disciplinar el cuerpo de
los sujetos. Dentro de estas disciplinas se encuentra la psiquiatría.
La gran característica de estas instituciones es el hecho de que sean productoras de
saberes (a partir de la disciplina), los cuales proporcionan más herramientas para el
acrecentamiento del poder. Vale aclarar que estos saberes producidos son reproducidos por
las instituciones presentes en la sociedad, las cuales afectan la subjetividad de las
individualidades generando un consenso social sobre la normalidad, a partir del cual, la
sociedad termina por individualizar a aquellos que “se salen de la norma”.
Es así que FMPR, por su particularidad, resulta valioso para denunciar numerosos
aspectos tenidos en cuenta en la ley de salud mental vigente. Criado en una familia rica
nunca tuvo que vérselas con el estrés del mundo laboral, ni tuvo, a nuestro conocimiento,
participación en situaciones violentas. Al rozar los límites de lo jurídico (en el episodio de la
compra del toro) se ve enfrentado al límite que la sociedad le impone, y la salida o escape a
la responsabilidad legal (y monetaria de una suma astronómica de dinero) es la internación
en un neuropsiquiátrico. Es curioso que lo que lleva a esta situación, tiene que ver con
bienes materiales, monetarios y responsabilidades legales, tema que al año siguiente
reaparece en torno a la beca del Guggenheim, situación que tendrá un final distinto. En esta
segunda situación es la institución que le otorga la beca la que, a partir de la respuesta del
artista, cambia su proceder institucional en cuanto a la regulación sobre el uso del dinero de
las becas otorgadas, aspecto que resulta notable y da cuenta de un quiebre de
posicionamiento. Como sintetiza Graciela Fernández sobre un texto de Galende:
El autor parte de esta mutua determinación–producción subrayando que la
subjetividad es cultura singularizada tanto como la cultura es subjetividad objetivada
en los productos de la cultura, las formas de intercambio y las relaciones sociales
concretas.

Debido a su origen acomodado a nivel socioeconómico, es factible aseverar que


quizás un personaje como FMPR en un contexto de menores recursos económicos y con
faltas estructurales producto de esta carencia, podría haber terminado sometido a los
tratamientos psiquiátricos que la población institucionalizada en el siglo XX recibía sobre el
cuerpo y su subjetividad, tales como electroshock, intervenciones quirúrgicas,
sobremedicación, etc. Aunque Federico Manuel Peralta Ramos pudo ser considerado un
“loco” por una parte de la población argentina, es importante destacar su labor como artista
conceptual y su aporte a la cultura y el arte argentino del siglo XX, desde su forma tan
subjetiva y tan innovadoramente diferente lo cual lo transformó en ese personaje tan
recordado sobre el cual trabajamos en estas páginas y si bien gracias a su posición estable
y contenida a nivel socio-económico por parte de su linaje familiar, es también importante
destacarlo como representante de una búsqueda socio-cultural, ya que artista y contexto
son indisociables entre sí y tal como Federico Manuel Peralta Ramos define al arte, tal es la
participación que tuvo él mismo, como su mayor obra de arte, en la sociedad argentina de la
segunda mitad del siglo XX
"El arte es hacerse cargo del dolor y la alegría de una época.
El arte es dar vida metafísica a un mundo superfísico.
El arte es emerger de un viejo desorden y construir un nuevo orden.
El arte es hacer reír y pensar a la gente
El arte es tener talento para vivir una vida maravillosa"

Peralta Ramos

Bibliografía
Marta Schorn, 2004, Discapacidad: Una mirada distinta, una escucha diferente, Buenos
aires, Editorial: Lugar Editorial

Alicia Fainblum, 2004, Discapacidad – Una Perspectiva Clínica desde el Psicoanálisis,


Buenos Aires, Editorial Tekné

Bordignon, Nelson Antonio, 2005, El desarrollo psicosocial de Erik Erikson. El diagrama


epigenetico del adulto. Antiokia, Colombia, Revista lasallista de investigación.

Fainblum, Alicia, Discapacidad intelectual, y proceso adolescente: la rebelión del eterno


niño.

Museo de Arte Moderno (Compilador), 2003, Federico Manuel Peralta Ramos:


Retrospectiva. Editorial Museo de Arte Moderno de Buenos Aires.

http://www.infobae.com/2016/01/28/1786106-federico-peralta-ramos-el-excentrico-personaje
-que-fue-su-propia-obra-arte/ - Visitado en 09/2017

http://www.ambito.com/886256-peralta-ramos-el-dandy-de-fines-del-siglo-pasado - Visitado
en 09/2017

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