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Luis Caballero también reconoció la seducción del arte pop tanto británico como
norteamericano, entre 1964 y 1967. Al comentar el Salón de Mayo de 1964, escribió desde
París: “En general, se ven muy pocas cosas que valgan la pena (...) sólo se salva el pop art.
Único movimiento joven y con vida en medio de tanta cosa muerta. (…) Los gringos están
haciendo cosas sensacionales, llenas de vida y juventud. Pop, Pop, Pop, Pop (...)”.[20]
El arte pop estaba en el aire. Álvaro Barrios aclara con lucidez su situación: “Yo hacía unos
collages acerca de un mundo imaginario donde convivían armónicamente Los Beatles, la
guerra del Vietnam, Batman y Robin, el Che Guevara, Dick Tracy, el cura guerrillero Camilo
Torres y Tarzán. Yo era perfectamente autodidacta y no sabía lo que estaba pasando en el
arte en el resto del mundo. ¡No sabía quién era Lichtenstein, por ejemplo!”.[21]
Nueve años después, en 1974, Marta Traba analizó la situación del arte pop, lo redefinió y
clasificó sin entrar en el terreno peligroso de las influencias y dependencias.
Situó a tres artistas, Bernardo Salcedo, Álvaro Barrios y Beatriz González en algo que
denominó “pop ubicado”. Según la crítica, “no habiendo, pues, un ‘Colombian way of
life’ (parafraseando la famosa frase que lleva a las justificaciones estéticas del pop art en
Estados Unidos), tampoco tiene por qué existir ni en el público, ni en los artistas nacionales,
la capacidad de comprender o de transmitir o de oponerse a lo que lisa y llanamente no
existe.[22] (…) Las tendencias pop surgidas en Latinoamérica (...) están condenadas a vivir
en el limbo de la mimesis; pero si volvemos a revisar el concepto de pop art, podremos
extraer de él algunos elementos básicos de estilo que, revitalizados, deberían ser recogidos
por artistas latinoamericanos con conciencia del problema”.[23]
Los elementos que han recogido los tres artistas antes mencionados, según Traba, son el
humor, los juegos, la neutralidad y la exaltación de la pintura o el objeto.
La obra de Warhol tuvo influencia en los talleres de grabado, en especial por el énfasis en la
serigrafía en gran formato. Al artista le hubiese parecido muy divertido que su apropiación
de la técnica comercial sirviera en Colombia al “Taller 4 Rojo” fundado por Umberto
Giangrandi (1943), Nirma Zárate (1936-1999) y Diego Arango (1942), comprometidos
políticamente con las corrientes de Moscú o de Mao.
En julio de 1974 se presentó en el Museo de Arte Moderno de Bogotá la primera exposición
individual de Warhol. Se trataba de seis serigrafías: Cow Wallpaper [Papel de colgadura de
vaca, 1966], Soup Cans [Latas de sopa,1968], Marilyn Monroe (1968), Flowers [Flores,
1970], Electric Chair [Silla eléctrica, 1971] y Mao Tse-Tung (1973). Con ingenio, el catálogo
estaba impreso en serigrafía. Al año siguiente, en la misma entidad, en la exposición Color
curada por el MOMA se presentaron 4 espléndidas serigrafías de Mao, prestadas por las
galerías Leo Castelli y Knoelder & Company.
En ese momento ya no era necesario explicar nada alrededor del arte pop. Un puente visual
había sido tendido.
notas
[1] Barbara Rose, “Pop Art at the Guggenheim”, Art International mayo, 1963,
p.p. 20-22.
[2] “Pintura prosaica” en: Life en Español, mayo 25 de 1964, p. 25.
[3] Ibíd.
[4] Grazia Livi, “Teoría del POP ART alucinante y obsesivo”, en: Suplemento
literario, El Tiempo, Bogotá, junio 7 de 1964.
[5] Ibíd.
[6] ía Victoria Aramendia, El Tiempo, junio 12 de 1964.
[7] Alba Lucía Ángel, “Un salón de primavera”, en: La Nueva Prensa, Bogotá, junio 16 de
1964.
[8] Arturo Bastidas, “¿Qué es exactamente el Pop Art?”, en: La Nueva Prensa, Bogotá, junio
27 de 1964.
[9] “Pintura, poesía, detonaciones, pop, etc.”, en: La Nueva Prensa N° 110, Bogotá, 10 de
julio de 1964.
[10] Marta Traba, “Los americanos terribles”, en: La Nueva Prensa, N° 120, Bogotá, 25 de
julio de 1964.
[11] Marta Traba, “Gutiérrez, Rojas, Noé León y Cía.”, en: La Nueva Prensa, N° 121, Bogotá,
8 de agosto de 1964.
[12] Marta Traba, “El primer salón de artistas jóvenes”, en: La Nueva Prensa, N° 122,
Bogotá, 1 de septiembre de 1964.
[13] María Iovino, Bernardo Salcedo, el universo en caja (catálogo), Bogotá, Banco de la
República, 2001, p. 11.
[14] El Espectador, agosto de 1964.
[15] Marta Traba, “Caminado entre imágenes”, en: revista Cromos, Bogotá, 9 de noviembre
de 1964.
[16] Marta Traba, “XVI Salón Nacional = XVI Panteón Nacional”, en: El Tiempo, 25 de
octubre de 1964.
[17] Marta Traba, “Las cajas de Salcedo. ¿En qué mundo vivimos?”, en: Magazín Dominical,
El Espectador, Bogotá, 14 de agosto de 1966.
[18] Jaime Ardila y Camilo Lleras, Verdades sobre arte, mentiras sobre papel, 1984, p. 78.
[19] Ibíd., p. 77.
[20] Carta de Luis Caballero a Beatriz González, París, 20 de octubre de 1964.
[21] Álvaro Barrios, “Entrevista a Álvaro Barrios”, en: Orígenes del arte conceptual en
Colombia (1968-1978), Bogotá, Alcaldía Mayor de Bogotá, 1999, p. 73.
[22] Marta Traba, Historia abierta del arte colombiano, Cali, Ediciones Museo La Tertulia,
1974, p. 203.
[23] Ibíd., p. 215.