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Hqs ffiüY
(lcorge H. Mead

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Valdecanros - El itúividtr¡ y la historia
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de I conductivismo social
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lntroducción de Charles W. Morris
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l)rcsentación de la edición castellana de Gino Germani
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2l. La Persona y lo Subjetivo Pls.


t9t
22 El "Yo" y et "Mí" . .. ... ... :: 20t
21. Las Actituáes Social¿s y el Mundo Físico .
206
24. El Espíritu como ta IniernarizaciJn ;J-ñ;.;.;"'s*,.i .i .r nair¡¿". 2tt
77 y el "Mi', como Fases de l¡ persona
26. El'_Y""
La Realización de l¡ persona ." l"-Sii"r.ili'"5o.i.t ............. 218
225
27 . Las Contribucione¡ del ..yo', y el ..Mí"
28. La Creatividad Social de la peisona Emergente 2t2
29 Ccmp:ración entre las Teori¿s Individuarisü y sociar de t¡ persona 2t7
. 24+
PRESENTACIÓN DE LA EDICIÓN CASTELLANA
-

PARTE IV
Entre los falsos problemas que ca:.3cterizaban a la sociología del
SOCIEDAD pasado siglo, Gurvitch instala la clásica disputa sobre las nociones
30. La Base de ta Sociedad Humana: El Hombrc y tos Insectoc ie indiviluo.y sociedad y el problema corr€lativo de los1'vínculos
entre psicologia y sociología y sus reslrctivos objetivos
31. La Base de la Sociedad Humana: El Homb¡e 249 Fuente
f i", V.rt"U."d", . . 258
12. Organismo, Comunidad y Medio Ambiente .

26+ de las interminables controv€rsias y de la honda diferenciación en


)3. Los.Cimientos y Funcioneo Sociales del pensamiento
cación
y la Comuni_ "escuelas", que tan típicamente distinguían el pensamiento socio-
14. La Comunidad y Ia ¡nri¡ir.iji ...... :...... 27 I
lógico de la época, este probl€m¡ menos en cuanto a la sociolo'
35. La Fusión det "Yo" y_et ..Mí" en las Activii"¿., i".i"i.r' : . 278
:. . . . 289 gil, h psicología lisy demás -¡l
ciencias empíricas del hombre-
36. La uemocñ¡cia y la Universalidad en la Sociedad .

J7, Consideración Adicional de l¡s Actitud." n.iü¡"i" y 296


f,uede consid eraise telizmente sulxrado. Y en la historia de esa supe-
Econórnica . . . 103 a los lectores de habla
La Naturaleza de ta Simpatía ración, G. H. Mead y la obra presentamos
.
38. .....:... que
39. Conflicto. e Integración tl2 importancia'
40. I as Funciones de la Pe¡sonalidad y dc la Razón en ta Organización tt5 castellana ocupan un lugar de singular
Social Probablemente no exista síntoma más fidedigno del estado de
t22
4t. obstáculos y-e'o..us ;; .i D"r";;tt; á; i" s..i.¿r¿
r¿.¡ . . . . 328 madurez de una ciencia, que €l trcho de que diferentes y a veces muy
42 Suma¡io y Conctusión
.

3r7 alejadas y hasta opuestaa cotrientes de pensamiento converjan'


por
Enngos Euplementdrios disiintos caminos, en un mismo punto de confluencia, en una mis-
:
ma solución de ciertos problemas fundamentales'
I. La Función de la Imaginación
en ta Conducta
El Individuo Biotógicó ........-.. t44 uno de los ejemplos más notables en este sentido lo hallamos
ll. l-a Persona y el 35t en el d€sarrollo que lievó a la formulación de una teoría unitaría de
U Fragmentos
IV.
proceso de Reflexión 359 2
sob¡e Etic¡ . . . . . . _
38t la acción social. T. Parsons pudo demostrar que en ese desarrollo
Bibliografía de los escritos de George A. Ui¿ 39¡ han contribuído, en un pt(xeso de carácter acumulativo, los aportes
TNDICE DE NOMBRES de pensadores tan alejados entre sí como Pareto, Durkheim, Max
ÍNDICEANALITICO 395
396
WÁ., y Marshall. Y a nadie escapará la importancia del hecho de
qo., ,.ii.ntemente, pudiera alcanzarse una más comPleta expre-
,iór, d. esa teoría, no ya por obra de un estudioso aislado, sino en
virtud del trabajo de un equipo de sociólogos, pcicólogos y antro-
pólogos, precisamente partiendo de los resultados de aquel desarrollo
anterior 8.
1 G. GuRvlTcH: La oxation octuelle de la sxíologie. París, Presses lJniver-
¡itai¡eg de France, 1950, Pág. 7,5.
2 T. PrrRsoNS: TÉe Structuteof the S(fjial ,ktíon. New Yotk' Mac G¡aw
Hill. 1937.
---'; -f.pÁRSONS y E. A. sgrls (Ed.): Toutard a general theorg of action.
Cambridge, Harvard Univetsity Press, 1952.
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Ilfinois
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,,r. ,,¡,r,,rrrL.( irno (icrrmani

¡ rrl,¡¡ ¡¡,¡ ¡l¡. M:rr.io Eskenazi


CP 21,üs l¡
INDICE
P6E.
PReseNr¡clóN DE LA EDIcIóN CASTELLANA, por Grno Gecmani 9
PREFAclo, pot Charles W. Mo¡¡ís 19
INrnooucc¡ÓN. - GEORGE H. MEAD COMO PSICóLOCO Y FILGOFO SO.
ctAL, por Chadrl- W. Morch 2t

P.áRTE I
EL PUNTO DE VISTA DEL @NDUCTTSMO SOCIAL

I . Pcicología Social y Co¡ducti¡mo 19


2. La Signific¡ció¡ Conductiet¡ dc lai Actitude¡ 55
3 .'La Significación Conductist¡ d€ los C-'estos 60
4. Surgimicnto del Par¡telirÍlo cn la Ricologíe 64
5. El P¡r¡letiemo y la Ambigüedad de "Concienci¡" .. . 72
6. El Program¡ del Conductirüro . 77

PARTE TI
ESPIRITU
7. Wundt y el CorcePto del C¡¿¡to 85
ff:tl;Í:""T:Hl:rfl::[:'::iJl ra autorizac¡ón escrira de ros rirurares der ,,/,v¡,R/¡r.
( 8. La Imit¡ción y el Origen del Lengueje 9t
p- .urtqrl., reini". i.*iij;"t twer la reprodurción lolal o Darcial de esr¡ ;br; 9. El Gesto Vocat y el Símbolo Significante t0l
inrormárico. y r" ;;,;;;,:;;ü
:i'.,;;::l#"Ji;.".|i,[::"ñ,J[1,"1,';,1,j#IJ*;... 10. El Pensamiento, la Comunicación y el Símboto Significante lO7
ll. Significación llt
12. Universalidad.. 120
O 1973 de todas las ediciones
err castellano, It . La Naturaleza de la Inteligencia Reftexiva 127
Fdíciones paidós Ibérica, S.A., 14. Conductis¡no, Watsonismo y Pensamiento Reflexivo .... lt6
Av. Diagonal,662_664 _ 0g034
Barcelona ll. Conductismo y Paralelismo Psicológico .'. 144
www.paidos.com t 6 . Et Espíritu y el Símbolo I5l
17 . La Retación del Espíritu con ta Reacción y el Ambiente 158
ISBN: 978-84-493_07 I5 -7
l)epósito tegal: B-3 1.52612009
PARTE III
Impreso en Book print
Botánica, 176-I7g _ 0g908 L.t{ospitalet
de Llobregar (Barcetona)
LA PERSONA
lmpreso en España
- printed in Spain 18. La Persona y el Organismo .. '. 167
1t . l; ¡ire ceíaio de" la Pe¡sona 17 6
20. El Juego, el Depotte y el "Otro" generalizado 182
¡NTRODUCCTÓN
GEORGE H. MEAD COMO PSICÓLOGO
Y FILÓSOFO SOCIAL

En el terreno filosófico, Mead era un pragmatista; en el cientí-


fico, un psicólogo social. Perten€cía a una antigua tradición
-la
rradición de Aristóteles, Descartes y Leibniz, de Russell, whitehead
y Dewey- que no ve ninguna aguda separación, ningún antágo-
nismo, entre las actividades de la ciencia y de la filosofía, y cuyos
miembros son, ellos mismos, hombres de ciencia y filósofos. sería
difícil acentuar en exceso la contribución que hicieron a la filosofía
aquellos cuya filosofía se nutrió en sus propias actividades cientí'
ficas. Mead afirmó, en una de sus disertaciones, que "la filosofía
de un período es siempre un intento de interpretar su conocimiento
más se!uro". Si bien puede que esa declaración necesite algunas re-
,.ro", términos del lugar que las consideraciones axiológic¡u¡ ocu-
"r
pan en la genenlización filosófica, pro¡rorciona la clave del desarrollo
de Mead, y, por cierto, del pragmatismo en general'
Para fines del siglo pasado, ninguna parte del conocimiento pa-
recía más segura que la áoctrina de la evolución biológica. Esta doc-
trin¿ había llamado dramáticamente la atención hacia el factor del
cambio evolutivo en el mundo, así como la física y las matemáticas
habían exhibido previamente el elemento de constancia esttuctural.
Ello parecía significar que, no sólo el organismo humano, sino tam-
bién toda la vida del espíritu, tenían que ser interpretados dentro
del desarrollo evolutivo, comparriendo su cualidad de cambio y
surgiendo de la interactividad de organismo y medio. El espíritu
tenía que aparec€r dentro de l¿ conducta y, presumiblemente, trr-
manecer en ella. Las sociedades mismas tenían que sef vistas como
24 cEoRGE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 25

entidades biológicas complejas y adaptadas a ras categorías evoluti- prrcja aunque distinta estatura intelectual; ambos participaban en
vas. La tarea filosófica del pragmatismo ha consistido en reinterprerar un mutuo toma y daca, según su propio talento particular l. Si
Ios conceptos de espíritu e inteligencia en los términos biológicos, l)ewey proporciona alcance y visión, Mead dió profundidad ana-
psicológicos y sociológicos que destacaron las corrientes de pensa- tltica y precisión científica. Si Dewey es a la vez la llanta de roda'
miento posdarwinianas, y reconsiderar los problemas y ra tarea de tlura y los rayos de la rueda pragmática contemporánea, Mead es
la filosofía desde ese nuevo punto de vista. La faena no está en modo cl cubo de la misma. Y aunque, en kilometraje, la llanta de la rueda
alguno completada, como lo evidencia el hecho de que el período haga más recorrido, no puede ir más lejos, en línea recta, que su
formador de sistemas apenas sea visible. pero los .ontorr,oJ de un cubo. El pensamiento de Mead reposa íntimamente sobre unas pocas
icleas básicas que fueron refinadas y elaboradas durante muchos
naturalismo empírico erigido sobre datos y actitudes biológicos, psi-
cológicos y sociológicos son claramente discernibles; se trata de un ¡ños. Fiel a sus propias palabras, la filosofía a la que se dedicó
naturalismo que ve al hombre pensante en la naturaleza y que pre- crda vez más en sus últimos años fué una elaboración, una "gete'
tende evitar los dualismos heredados de espíritu y materia, de expe- ratización descriptiva", de las ideas básicas que r€presentaban el más
riencia y natanlez,a, de filosofía y ciencia, de teología y mecanicismo, t?guro conocimiento pertinente que como hombre de ciencia podía
de teoría y práctica. Es una filosofía que, en los términos emplea- obt.n.r. Nuestra tarea, empero, no es la de considerar aquí esa filo-
dos por Mead, opone entre sí "la otra mundanalidad de la ra- rofía en conjunto 2, sino, más bien, la base científica sobre la cual
zón. . . de la antigua filosofía, la otra mundanalidad del alma. . . dcscansa (base que Mead, como hombre de ciencia, ha hecho mucho
de la doctrina cristiana y la otra mundanalidad del espíritu. . . dc para crear) y algo cle sus dimensiones éticas y socialcs.
los dualismos renacentistas". Mucho se ha hecho también en cuanto
a rastrear las implicaciones de las actitudes acompañantes en lo refe-
¡Ente a la educación, la estética, la lógica, la ética, la religión, el II
métr¡do científico y la epistemología. La confianza pragmatista en
el método experimental, unida a la relación moral y evaruativa del Mead, como hombre de ciencia, fué un peicólogo social' En la
movimiento con la tradíción democrática, han producido una con- ¡ctualidad se reconoce comúnmente que la ciencia anda sobre dos
cepción de la filosofía que tendría una doble preocupación por los piernas: la teoría y la observación; que la fase lógica de la ciencia
hechos y los valores, y une concepción del probliema moral contem- básicas y de
poráneo como rcorientación y reformulación de los bienes humanos
ll" f"rr del aislamiento y definición de las categoríasque la activi'
la construcción de sistemas) es de igual importancia
en términos de actitudes y rcsultados der método experimental. El dad del buscador y verificador de verdades. Mead agrega poco o
darwinismo, el método experimental y la democracia son las fuen- nada al cuerpo de los hechos de las ciencias sociales, tal como está
tes de la corriente pragmatista. determinado por los métodos particulares de investigación; pero
En muchos sentidos, el resultado más seguro e imponente de agrega mucho a la estructura ideacional. Es cierto que los dos as-
la actividad pragmatísta, hasta la fecha, ha sido su teorítde la inte- .{.,or de la ciencia son, en definitiva, inseparables, y que las ideas
ligencia y el espíritu. Tal teoría es, naturalmente, la base de toda
científicas no pueden ser desarrolladas o analizadas fructíferamente
la estructura. El desarrollo y elaboracíón de esta teoría define la ein hacer referencia a los hechos; pero las observaciones a que re-
actividad de toda la vida de c-reorge H. Mead. Las obras de Mead y
curre Mead están en su mayor parte abiertas para cualquiera: no
Drwey se complementan en muchos astrctos, y, por lo que sé, jamás
están en oposición de importancia. Fueron íntimos amitos desáe los 1 Dewey a¡aliza a Mead en el Joutnal of Philoaoph.g, XXV-III
,(19-l-l-):
o^qs. tng-l'4, v en of Chicago Record' (Nueva Serie)' XVII
años pasadoc en la universidad de Michigan, y juntoc discutieron jl "l-Uiluril¡g
i]!-i I p¿ei. t'zl--ili. Pata el piss. de Mead sobre Dewey véese Internaúonal
constantemente sus problemas de los años de la universidad de i;;;";í'"7-Einír", xL (i930) , "ñáliris 2rl'231, v el artículo--sob¡-e "The Phi-
torophy of John Dewey", que re publicó en el volumcn de 1916 de esa tevrstr.
chicago. El resultado fué una divísión narural del trabajo en la 2 Véanse las obrag de Mead, The Phitosophy of the Present (ed. A¡thur E.
obra común. Ninguno de los dos adquiere para el otro la relación Murphy)-; ili philosophg of the Act (ed. :lo!" V.B¡ewst¿r, Albert M. Dunham,
exclusiva de profesor a alumno; ambos, en mi opinión, eran de ¿i;J;r:iv. lVtóriirl t trioór-"rtt of Thought ín the Nineteenth Centurg (ed. Me.
rrítt H. Moo¡e).
26 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 27
reprcsentan una técnica científica especial. su contribución no se ¡itlad de Michigan. Mead era amigo de Cooley, y en €se ambiente
hallará en cifras, diagramas e iristrumentos, sino en discernimiento rn¡eñó durante tres años. Se iba prestando gradualmente atención,
en cuanto a la naturaleza de los espíritus, las personas y la sociedad. c¡xcialmente por los alemanes, a los aspectos sociales del lenguaje,
Los términos "psicólogo" y ..social", no hace mucho que apa- r la mitologia, a la religión Mead había estudiado en Alema-
-
recieron juntos, o en compañía de categorías biológicas. Ll tradi- ¡i¡-. Aunque estuvo en Berlín, -y y no en Leipzig con Wundt, no
ción ha identificado la psicología con el estudio d. l, p."r*, o c¡be duda de que a la influencia de Wundt debe reconocérsele el
el espíritu individuales. Inch¡so la infruencia posdarwiniana de los nrórito de haber ayudado a aislar el concepto del gesto, al contem-
conceptos biológicos no logró quebrar, durante mucho tiempo, las pl;rr el contexto social en que el gesto funciona; en lugar de ser
presuposiciones individualistas heredadas (como lo evidencian
las di- rimplernente "expresión de emociones" en el sentido darwiniano.
ficultades que encuentra un Huxley para hallar un lugar, en el tos gestos estaban muy avanzados en el camino de ser considerados
proc€so evolutivb, al comportamiento moral), aunqtre formuló Gtapas primeras del acto de un organismo, contestado por otro,
el problema de cómo apareció el espíritu humano en la historia de como indicaciones de €tapas posteriores del acto social. Mead piensa
la conducta animal. En las páginas que van a continuación Mead cs¡rcíficamente en el gesto en términos sociales, y en él encu€ntra
sigue la huella de los procesqs gracias a los cuales las consideraciones los rastros del desartollo de una verdadera comunicación de len'
biológicas obligaron a la psicología a pasar por las etapas del aso- guaje. En un sentido, pues, puede decirse que Mead siguió una senda
ciacionismo, el paralelismo, el funcionalismo y et conáuctismo. si parcialmente iniciada por Wundt, y por cierto que éste, mediante
bien la posición de Mead es conductista, se trata de un conducrismo cl empleo de categorias sociales, le ayudó a corregir las deficiencias
social, no individualista y subcutáneo; no encontró, en ninguna de una psicología individualista a.
de las etapas o escuelas de psicología, una respuesta acerca de cómo No obstante, Mead no fué un simple discípulo de Royce o Tar-
el espíritu ---espíritu desarrollado, reflexivo, creador, responsable, de o Baldwin o Giddings o Cooley o Wundt. Como lo aclaran
consciente de sí- apategió dentro de la historia naturat de la con- tas páginas que siguen, aplicaba a todos ellos una critica básica:
ducta. otro factor tenía que ser tenido cn cuenta: la sociedad. No ninguno quería llegar al límite en lo referente a explicar cómo
obstante, fué afortunado que Mead se encontrase en la trniversidad eurgieron los espíritus y las personas dentro de la conducta. Esta
de chicago cuando el ambiente psicológico intensamente cargado crítica se divide en dos partes: l) todos ellos, en algún sentido,
se precipitó en formas funcionales y conductistas 8. presupusieron espíritus o personas antecedentemente existentes para
Es menos fácil explicar el ingreso de otro factor, el social, en poner en marcha el proceso social; 2) incluso en relación con las
el pensamiento de Mead, puesto que ni él mismo ha buscado los fases del espíritu o de la persona que intentaban explicar socialmen-
rastros de ese desarrollo. Además, Mead tuvo también suerte en te, no lograban aislar el mecanismo de las mismas' El sombrero
encontrarse en ambientes en los que la sociología y la psicología mágico de lo social, del que habían de extraerse el espítitu y la
social comenzaban a tomar la forma de ciencias. Las filosofías idea- p€rsona, estaba en, parte cargado de antemano; y en cuanto al resto,
listas tales como la de Hegel y la de Royce subrayaban ra naturaleza ee hacía simplemente un piadoso anuncio de que la triquiñuela podía

social de la persona y la moralidad llevars¿ a cabo, aunque la exhibición nünca tenía lugar. El esfuer-
Mead había estudiado con
Royce-. Fhcia el 1900 Tarde y Baldwin -y zo de Mead reside en haber demostrado que el espíritu y la persona
habían hecho conrribu-
ciones para una psicología social. Giddings había redactado su obra con emergcntes sociales, y que el lenguaje, en la forma de g€sto
principal, y cooley comenzado su ca¡rera sociológica en la trniver- vocal, proporciona el mecanismo para su emergencia.
t Se ¡econoce a Wundt el mérito dc su voluntarismo, y * dice que ha "intro-
.-.8- El ambientc de e¡o¡díac, y ta-convicció¡ de quc ta pricologh funcioael dg- ducido el gesto vocal" (1930). Por otra patte,-"Wundt no ha analizado el gesto,
¡1!!i-cab1 una f itosof ía conpreta, iuadca captarcc
'The Relation¡ of Struciural-aird_Functi.nd ¡r ii "iii.-"i" ¿"jiirl- ñ.-friár
pivclotüi-t"-Étti.ióii,Í, Th,-
cn cuanto-tal, corno parie de áctos. Lo ha tratado como un anatOmi¡ta y no como
Decenniat págr. 55-73, univlrdi¿.¿ ,íJ ctt.iij,-i-íoi. 'tp;;;
III. un psicólogo". "Wrindt hace de las funcioncs ¡aiales de las exprcciones de l.as emo-
-p.ubticatione, crones una cuesíon postefior: al principio lac considera me¡amente patalelos de
141 e¡norición c¡ c¡gtclt¡no áe1ar_cocepcio¡e¡ dc c¡t" c¡co.l", o?ir.i H¡áui.¿..,
Psicclosíat det sislo XX, Bueno¡ Air.¡, T¡i¿ói,7gll.-ñ.-1. ¡.T-' ----' procesos pcicotógicos'; ( l9l2) . Ei paralilismo de Wundt es rechaz¡do y explicado
metodológicamente .
28 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 29

- Es mi crencia que Mead ha tenido éxito en e¡a{¡ tareas, eqlx-


cialmente en Ia aislación del mecanismo der renguaje por medio áel
Y así, el problema de cómo surg€n el espíritu y la persona hu-
m¡no{¡ en el proceso de la conducta es resuelto por Mead en términos
cual se constituye eocialmente el espíritu y gracias ai cual aparece blo¡ociales. No descuida, como el psicólogo tradicional, el proceso
la persona que tiene conciencia de sí mísma como objeto. cabria du- r¡ri¡t en que se lleva a cabo el desarrollo humano; no descuida, como
dar si, al identificar el espíritu con el manejo de los símbolos, debe rl científico social tradicional, el plano biológico del proceso social
sostenerse que tales símbolos son todos símbolos de lenguaje de r:cEyendo en una concepción mentalística y subjetiva de la socie-
origen social-vocal. si no fuera así, puede haber, en los hombree y drd que supone espíritus anteriores a ella7. Ambos extremos son
en los animales, aslrctos del espíritu gue no entran en la esfera de ;vit¡dos recurriendo a un proceso social en marcha de organismos
la terminología de Mead. En términos actuales, la duda se refie¡e biológicos interactuantes, proceso dentro del cual, gracias a una inter-
a la prioridad genética de los signos-situaciones (símboros ajenos n¡lización de la conversación de gestos (en la forma de gestos
al lenguaje) y símbolos-siruaciones (eímbolos del lenguaje). El vocales), surgen el espíritu y las personas. Y se evita un tercer
problema gira principalmente en torno a la denotación de las cxtr¿mo del individualismo biológico por medio del reconocimiento
palabras "6pítitu" y "símbolo", puesto que m algunas pates Mead dc l¡ naturaleza social del proceso biológico subyacente, del cual
admite los hechos de la reintegración que subraya Hollingworth, rurgen los espíritus.
y los hechoc de la reacción demorada gue acentúa lü¡nter, Ixtro, a El acto individual es visto dentro del acto social; la psicología
diferencia de estos homb¡es, siente que tales procesog no son clasi- y ta sociología quedan unidas sobre una base social; la psicología
ficablec como "símbolo cignificante" o ',espíritu,'. Mead admite ¡ocial se funda en un conductismo social. Ivlead trató de resolver,
que el organismo individual debe tener ciertos prcrrequisitos fisio-
an esos términos, un gran problema planteado por las concepciones
lógicos para desarrollar símboloc de lenguaje; loc que quieren uti-
cvolucionistas: el problema de cómo franquear ta brecha existente
lizar el espíritu y el símbolo en un sentido mEs amplio podrían cntrc el impulso y la racionalidad, de mostrar cómo ciertos orge'
agtegar que el individuo no lograría desarroller símbolor dc len-
nismos biológicos adquieren la capacidad de tener conciencia de sí
guaje cin estar en condiciones dc rcaccionar ante eignoc no lingiifu-
mismos, de pensamiento, de razonamiento abst¡acto, de conducta
ticos y no sociales, en los que un acontocimiento lleva, en aigún con fines fijados, de devoción moral; en pocas palabras, el problema
centro orgánico, a ta expectativa y reintegración de algún otro acon-
de cómo surgió el hombre, el animal racional.
tecimiento ú. sea de ello lo que fuere, con Ia aceptación del uso que
Mead hace de los térm,inos "€q>íritu', y ..p"r*n"',, me parece quc
ha demostrado que espíritu y persona ce engendran, complebmentc, ITI
en un proceso cocial, y que es él quien por primera vez aisló el
mecanismo de dicha génesis. Apenas es necesario decir que una con- Aunque no utilizado por Mead, el término "conductismo so-
secución mucho menor habría bastado para servir de hito en la
cial" puede servir para caracterízú la relación existente entre la
ciencia y la filosofía. La obra de Mead señala una primera etapa posición de Mead y la de John B. Watson. Mead consideraba los
en el nacimiento de la psicología social como ciencia, puesto que puntos de vista de Watson excesivamente simplificados, ya que ha-
sus ideas básicas se remontan a los primeros años de este siglo 0.
úían abstraído el segmento del acto del individuo, separándolo del
acto completo, o social. Aunque Watson habla mucho acerca del
ni-E:ieH1l;;#:'?"ligl[":gí'.Y¿"i;,1TT:[#rf#;!,ffixn lenguaje, la esencia del lenguaje, tal como se encuentra en cierto
1924. UndJtosición esenciatmente afín a le de Mead-;¡;;r;;id;;o"i-i.t,. f.
Markev et The ssmbotíc procese and itt Intcgruilin-i"-élid;;.- úi"iii¡r^o tipo de juego social recíproco, le ha escapado por completo, para
g¡e.l¡ narecjl la crp_licación er¡, ¡in embergó, exce¡ivamente ;-plirti,- ü ¿¡"_
q.u.e ocultarse debajo de la piel. Y aun allí se oculta en los rnovimientos
trnctón €stablecida por Mead entre
-¡lmbotos rignificativos y no siinificrtivor ao
e¡ la m-isma quc ta anterior..ent.c dgro y rímüoro, puesto'que ¡ü áoi-pr¡rncror I Le cútica ¡ Watson queda acla¡ada en este volumen. Las breves indic¡cione¡
¡o-n ambo¡ ¡oci¡le¡. La sección 23 contie¡e un ¡tisbo-de tadisiin;iór qurGi"¡ra.
y
Mead de ta ¡aturaleze de la difcrcncia. .n.u^rrto a ta divergencia di las opiniones de Mead con,respecto_a Coolcy_pueden
6_ una copie-taquigráfica. de lo¡ cu¡eos rei ampliadas leyendo su attículo- "Ccoley'c_ Contribution to American Sociolo-
de l9l2 ¡obrc pricologí¡ eoci¡l dc-
muest¡a que sus ideas ptincipales se ¿ncontrab¡n ya en ¡o fotm-" miá;;;. ---- sical thoughr", American Journal of Sociologg, XXXV (1930), págt, 693
y ciguientes.
30 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 31

de las cuerdas vocales, o en las ¡eacciones que sustituyen a reaccio- ductismo metodológicamente simplificado a los fines de la investi-
nes vocales, y finalmente se pierde por completo en las reacciones grción inicial de laboratorio. El empleo que Mead (y Dewey) hacen
implícitas. En contrasie, pata Mead el lenguaje es un fenómeno ¡tcl término "conductismo", pate sugerir la aproximación a la ex-
objetivo de interacción dentro de un grupo sociar, una complicación periencia y no reflexiva- en términos de conducta, se-
de la situación del gesto, y aun subjetivizado para consiituir el -¡sftsyiy¿
hala simplemente, con un nombre adecuado, 1a dirección implícita
fuero interno del espíritu del individuo, sigue siendo ss6i¿l tn la aproximación evolutiva del pragmatismo, dirección establecida
-r¡¡¡
forma de despertar en el individuo, por sus propios g€stos, las acti- mucho antes de que Watson apareciese en el escenario y continuada
tudes y ¡npeles de otros ínvolucrados en una actividad social después de que lo abandonó profesionalmente.
común. [Jna tercera diferencia surge del hecho de que Mead, en aíno-
Una segunda diferencia reside en el tratamiento de lo privado. nía con el trabajo de Dewey, de 1896, sobre "El Concepto del Arco
Como Kbhler ha hecho observar en su Gesralt Psgcholog1*, le Ref lejo en Psicología", subraya la correlatividad de estímulo y r€ac-
posrción de Watson consiste esencialmente en la preferencia por ción. Los aspectos del mundo se conviert€n en partes del ambiente
una epistemología; tal preferencia afirma, virtualmente, que lo pri- psicológico, se hacen estímulos, sólo en el grado en gue efectúan
vado no puede caer dentro del dominio de la ciencia, aun cuando iu port.rio. liberación de un imp'lso en marcha
8. De tal modo' la
se supíese que existe; de ahí que debamos escribir con el animal r.nribilid"d y actividad del organismo determinan su ambiente efec-
humano frente a nosotros. Describir lo que de tal modo resulta obser- tivo, tan genuinarnente como el ambiente físico afecta la sensibilidad
vable, es correcto, pero, como animales humanos, en realidad obser- ¿e la forÁa. El punto de vista resultante hace más justicia a los
vamos aspectos de nosotros mismos en nuestras actitudes, nuestras ¡spectos dinámicos y agresivos de la conducta que el watsonismo,
imágenes, nuestros pensamientos, nuestras emociones, aspectos qu€ no que da la impresión de considerar el organismo como una mario-
observamos tan completam€nte en otros; y ese hecho es comuni- neta cuyos hilos son manejados por el medio físico. Así, en el caso
cable.
del pensamiento reflexivo, gue Watson trata en el mismo plano
El watsonismo dió la impresión de desechar los contenidos qu. condicionamiento de la rata, Mead está en condiciones de
mismos que una psicología rnadu¡a debe explicar. Mead tenía aguda "l
proporcionar un penetrante análisis de tal reflexión en términos del
conciencia de esta situación, pro, €laramente, creía qu€ su propia iutocondicionamiento del organismo a futuros estímulos, en virtud
versión del conductísmo era adecuada para la tarea. No iniluiría de que puede indicarse a sí mismo, por medio de símbolos, las
simplemente los aspectos sociales descuidados del acto, sino tam- cons.cuencias de ciertos tipos de reacciones a tales estímulos. Esta
bién los aspectos internos del acto, abiertos principal, pero no ex- descripción logra explicar Ia conducta de Watson al condicionar
clusivamente, a la observación del indíviduo espíritu la rati, y no solamente la conducta resultante de la rata condicio-
".to"nt..-El
no se reduciria a la conducta no mental, sino que sería visto como nada,
un tipo de comportamiento genéticamente emergente de tipos no Finalmente, una diferencia básica se refleja m la circunstancia
mentales. En consecuencia, el conductismo significaba para Mead
de que el w¿tsonismo ha parecido a muchos, no sólo que negaba la
no la negación de lo privado ni el descuido de la conciencia, sino experiencia privada, sino que vaciaba a la "experiencia" misma de
la aproximación a toda la experiencia en términos de conducta. todo significado no poseído por la "reacción". Algunos de los con'
Algunos pensarán qu€ este empleo más amplio del término es des- ductistas extremistas han identificado francamente "Yo veo N" con
aconsejable, que el término es de watson. Empero, la utilización "mis músculos oculares se han contraído"; y con la misma franqueza
actual incluye todo lo que puede ser observado y cuantificado por han admitido que esta identificación conduce a una forma conduc-
el conductista radical, y, donde se presente alguna confusión, el tista de solipsismo. Ta[ situación representa, simplemente, la apaú'
conductismo, en ese sentido, podrá distinguirse del watsonismo.
ción en la psicología y la lógica, del escándalo que desde hace m,ucho
Quizás el juício del tiempo considerará al watsonismo como un con-
I Para un desartollo de esta posición, que tanto debe a Mead, vé¡se Tha No-
_ * Hay traducció:r caetellan¡ de ,"te libro: peicologla de la fomm, Bs. Ai¡c¡, ture of Inielligence de L. L. Thursto¡e. El conducticmo de Mead asimila gran
Argonauta, 1948, IT.]. part€ de psicoánálisis, psicología de la Gestalt y psicología existencial'
32 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD
hostiga al pensamiento científico: por un lado, la ciencia se
'3
-tiempo ron funciones de impulsos que buscan expresión. Esta opinión no
ha enorgullecido de ser empírica, de someter sus más sutiles
teorías hrce que la experiencia sea mental ni individual. Porque la e:rpe-
a laprueba de la observación; porel otro lado, he tendido
riencia tiene una dimensión social; porque la persona o el organismo
la metafísica, que considera subjetivos y mentales los datos " "..pr",
de la rc da en un campo, con otros eso Mead tiene derecho, empí-
observación y que niega que los áb¡uto, estudiados tengen
las carac- ricamente, a camenzar con el -por
acto social y a fundar su psicología
terísticas que parecen tener cuando se ros estudia. E1 pragmático
rocial en el conductismo social. La concepción del conductismo así
del tipo de Mead no puede aceptar el intento del realismo .rii.o resultante, más rica y más adecuada, hace que la exposición de Mead
d.
hacerle digerir esta situación. Dicho pragmático
sosriene que el mun- rcsulte de importancia central para el desarrollo de la psicología, al
do, tal como es concebido por la A.nii", se encuentra dentro ticmpo que presenta por primera vez rtn conductismo que puede
del
mundo más amplio y más rico de lo que es experimentado; en pretender ser apropiado para loc problemas de la filosofía 10.
lugar de ser el mundo "real" en tórminos der cuar sc puede despre-
ciar al mundo tal como es experimentado, el mundo dl la ciencia
es
algo cuyo origen debe ser buscado en términos experienciales. TV
Así,
Mead sostenía que la cosa física, aunque principal para la ciencia, es
experiencialmente un derivado de los objetos sociales, es decir, La transformación del individuo biológico en organismo o per-
se
€ncuentra en el orden de la experiencia socialmente derivada.
según sona con espíritu, se lleva a cabo, en la exposición de Mead' por
el punto de vista de Mead, er mundo de ra ciencia se com¡rone de nrcdío de la intervención del lenguaje, en tanto que el lenguaje, a su
lo
que es común y cierto para varios observadores: el mundó
de la ex- vez, presupone la existencia de cierta especie de sociedad y ciertas
periencia común o social, tal como es simbólicamente
formulado. La capacidades fisiológicas en loc organismos individuales.
sugestión de Mead para Ia solución del enigma consiste en una La sociedad mínima debe estar comPuesta de individuos bioló-
insis-
tencia acerca de que el dato básico para la observación es un gicos que participan en un acto social y que emplean los unos las
mundo
€n que otras p€rsonas y objetos tienen la misma accesibilidad primeras etapas de las acciones de los otros como gestos, es decir,
directa
(aunque pueda variar lo completo de la accesibilidad)
que er obser- como guías para la completación del acto. En la "conversación de
vador tiene de sí. Er mundo ex¡xrimentado es conce6idl por gestos" de la riña de perros, cada perro determina su conducta en
Mead
como un reino de acontecimientos naturales, emergentes giacias términos de lo que el otro can comienza a hacet; y lo mismo rige
a la
sensibilidad de los organismos, acontecimiento, qo" ,oi t"o po.o para el pugilista, el esgrimista y el pollo que corre hacia la gallina
propiedad del organismo, como de las cosas observadas. al primer cloqueo de ésta. Semejante acción es un tipo de comuni-
Filosófica-
mente' se trata aquí de una posición de rerativismo objetivo: Ias cación; en un sentido, los gestos son símbolos, Puesto que indican,
cualidades del objeto pueden ser todavía relativas a un Lrganismo significan y provocan acciones adecuadas a las etapas ulteriores del
condicionante. cierta parte del mundo, tal como es experirn-entado, acto del cual son los primeros fragmentos, y, secundariamente, ade-
es privada; pero una porción es social o común, y la cieniia
la forrru- cuadas a los objetos involucrados en tales actos 1r. En el mismo
la. Experiencia privada y experiencia común son conceptos ¡rclares;
lo privado sólo puede ser definido €n comparación cón lJ que es 10 Es posible que Mead no utilice al máximo su conducticmo cu¡ndo no ¡e
muesrra -ei a.fin¡¿ben cuanto al locus de to privado. Para_una_ polible am-Plia-
común. .l¿n, o¿rr. tos Apartadoc 62 y 6j de mi .S¡¡ Theories of Mind, En oc¡¡iore¡
No es posible estudiar aquí las inferencias que este concepto de la fri*J *. conforma- demasiado con considerar al conductismo, metodológicamente,
nada más oue como una técnic¡ de "controt". Véase la Sección 6 de este volumen.
experiencia social ofrece pan, la episremologíi y la filosoiía li Cón frccuencia, Mead parece descuidar la teferencia a un objeto no social,
de la
cíencia 0. se lo menciona pe:a mostrar que el conductismo de Mead como en ta Sección I l. Pa¡ecería que la rcferencia es siempre a una etapa posteriof
del acto. En apariencia, la posición es que originariamente es así, y sólo secunda-
no reduce el mundo experimentado a movimientos de nervios y riamente se haie referencia a las cosar hasta el punto en que se ven complicadas
músculos, aun cuando insista en que los caracteres de este mundo en el proceso social y adquieren significación por mediación de éste. En la sec-
ción 7'babl¡ de la referencia en relación "con uno u otro objeto dentro det campo
del comoortamiento gocial". Esta interpretación guarda a¡moní¡ con su opinión
. .0 Es..claro.que rsta concepción ltaca t¡s base¡ individualistar dc t¡ api¡temo_ de oue lbs obietos físicos están aisladoc, dentto de un proceso social, de los obietos
logía tradicionarmente concebida. yéao- The phit;so;i,;;i'i¡, iitj'p.li". l sociiles. Hacá comprensibles los varios pasajes confusos en que la significación es
34 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 35

sentido puede decirse qu€ los gestos tienen significados, a saber, gado a la etapa de genuino lenguaje, en lugar de comunicación in-
significan las etapas ¡rosteriores del acto que se efectúa y, secunda- consciente; se puede ahora decir que usa símbolos, y no meramente
riamente, los objetos involucrados: el puño cerrado significa el quc reaccione ante signos: ha adquirido un espíritu.
golp€, Ia mano extendida significa el objeto que se rrata de tomar. Al buscar gestos capaces de convertirse en símbolos significantes,
Tales significados no son subjetivos, ni privados, ni mentales, sino y, de tal modo, caPaces de transformar al individuo biológico €n un
que están objetivamente presentes en la situación social.
organismo con espíritu, Mead descubte el gesto vocal. Ningún otro
Ello no obstante, este ti¡ro de comunicación no es lenguaje pro- gesto afecta al individuo mismo tan similarmente como afecta a
piamente dicho; los significados no esrán todavía "en el espíriiu,'; ¡rtros. Nos oímos hablar como nos oyen otros' p€ro no vemos nues-
los individuos biológicos no son aún personas conscientemente co- tras expresiones faciales, ni, normalmente, vigilamos nuestras accio-
municantes. Para que estos resultados se den, los símbolos o gestos
nes. Para Mead, el gesto vocal es la verdadera fuente del lenguaje
tienen que convertirse en símbolos o gesros significantes. Er indi- propiamente dicho y de todas las formas derivativas del simbolismo,
viduo tiene que saber qué está haciendo; él mismo, y no simplemente y, así, del espíritu.
los que reaccionan a é1, debe ser capdz de interpretar la significación
El espíritü es la presencia de símbolos significantes en la conducta.
de su propio gesto. En sentido conductista, esto sería como decir
Ec la sutjetivización, dentro del individuo, del proceso social de
que el individuo biológico debe poder desperrar en sí la reacción
comunicación en que surge el significado. Es la capacidad para indi'
que su gesto provoca en el otro, y luego utilizar dicha reacción del
cerse a uno mismo la reacción (y objetos involucrados) que el gesto
ot¡o para el control de su propia conducta ¡rosterior. Tales gestos
de uno indica a otros, y la capacidad de fiscalizer la reacción en
son eímbolos significantes. Gracias a su empleo, el individuo "adop-
csos términos. El gesto significante, él mismo parte de un proceso
ta el papel del otro" pan la regulación de su propia conducta.
¡ocial, internaliza y pone e disposición de los individuos biológicos
El hombre es esencialmenre el animal adoptador de papeles. La pro-
tos significados que han surgido en las primeras etapas' no sig'
vocación de la misma reacción en la persona y en el otro proporciona
nificantes, de la comunicación de gestos. En lugar de comen-
el contenido común necesario para la comunidad del significado.
zar con los espíritus individuales y llegar hasta la sociedad, Mead
Como ejemplo de símbolo significante, Mead emplea la ten- empieza con un proceso social objetivo y trabaja hacia adentro, me-
dencia a gritar: "¡Fuego!" cuando se ve humo en un teatro ates-
diante la internalización del proceso de comunicación social en el indi'
tado. La emisión inmediata del sonido sería simplemente parte del
acto iniciado, y, en el mejor de los casos, un símbolo no signifi- viduo, por vías del gesto vocal. El individuo, entonces, se ha incor-
cante. Pero cuando la tendencia a gritar "¡Fuego!" afecta al indi- porado el acto social. El espíritu sigue siendo social; incluso en el
viduo como afecta a los otros, y es controlada en términos de tales fuero interno así d¿carrollado, el pensamiento continúa gracias
efectos, entonce$ el gesto vocal se ha convertido en un símbolo e que uno asume los papeles de otros y regula su comportamiento
cn iérrninos de tal asunción de papeles. Puesto que la aislación
de
significante; el individuo tiene conciencia 12 de lo que hace; ha lle-
la cosa física depen de para Mead de la capacidad para adoptar €l
identificada en oc¡giones con la ¡eacción del regundo individuo al gesto del prime-
ro, en_ otrec ctaqat posteriore¡ del ¡cto det cuel el gesto forma parte. y en otras, papel del otro, y puesto que el pensamiento en cuanto a tales objetos
p.or.{itr, cor¡.objctoc ¡eferido¡. Una afirmación de 1924, c¡ el-ecn¡idó de gue la ,opon. adoptar sus papeles, incluso la reflexión del hombre de
e_ignificeción "es la prcsencia dc la ¡eacción del otro ¿n el anim¡l que da el ¡ímÉolo';,
debe ¡er calificada reconociendo.que,-tg la erposición de Mead. cl "otro,, pucdó ciencia acerca de la naturaleza física es un proceso social, aunque
r3'
llega.r.a !er, con e! tigmpo,- el objcto físico. "El mecanismo de pooer conteniio en los objetos en que se piensa no sean ya sociales
cl objeto ec el del simbolismo; l¿s cosas que represetrtan una it"pa posterior del
acto operan en la.qrimcra etapa; el acto definitivo de clavar un clávo-es para nos-
ottos la significación del martillo. Lar significaciones dc las cosas son risultantes tres distitrciones eon aplicables al término "espíritu". Espíritu, en cuanto preeencia
que- "controlan" el acto actual, finea del acto pressntes en el ptoceso en marcha" ¡;'r#;i;;;ignifi.adtes, no es iiéntico a eiperiencia en general ni a erperiencia
(t927'). privada.
. -r2..Fete empleo de la conciencia debe se¡ distinguido de lo que denota el campo 18 Las cosas físicas son objetos involucrados en el acto sociat' objetos cuyos
de la ("expcriencia") dad-a, y del tercer uEo,
que io hace sinónimo de privedo in prp.l.t lJ.-ot-"áopi"t p.to g,¡. "-"- pueden, a 8u v€7: adoptar n'e¡,ttos-papeles'
-cuanto di¡tinto de la expedencia social. En et u¡o actual, "Somos conscientes cuando Vár. ¡i"rt"¿o 23;'tamblén, Íh, Ph-ilotoOla o! the Present, Ensayo Suplemen-
Io que vamor ¡ hacer co¡t¡ola lo que cctamor haciendo,' (1924). Lar mismas t"iió lt,'p"rt. Il: The Philosophg of the Act' Parte II.
36 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD J7
No todos los animales que s€ comunican en el plano de la con- lrrr¡ oer un objeto sí mismo. El mecanismo mediante el cual
pa.ra
versación de g€stos llegan al nivel del símbolo significante. En ver- rrt() es posible desde un punto de vista conductista, es descubierto
dad, Mead cree, claramente, que ningún animal, salvo el hombre, rn lr adopción de papeles involucrada en el símbolo del lenguaje.
ha efectuado la transición de impulso a racionalidad, aunque, lin al grado en que uno puede adoptar el papel de otro, puede, por
por lo general, agrege a esra afirmación la limitación de que no rrl decirlo, mirarse a sí mismo (reaccionar ante sí) desde esa pers-
se dispone de pruebas que sugieran lo contrario. Aparentemente, propio. Y así,
¡re liva, y de tal modo convertirse en un objeto para sí
adopta la posición de que sólo el organismo humano iiene la cons- un¡ v€z más, sólo en el proceso social pueden surgir las p€rsonas, en
trucción neurológica necesaria para el símboro significante. Las afir- €n calidad
fu¡nto que distintas de organismos biológicos
maciones neurológicas de Mead son hechas, con frecuencia, en -personas
rle ¡eres que se han hecho conscientes de sí.
términos congeniales con las formas más antiguas y estáticas de con-
I-o social no es tampoco simplemente el proceso de adquirir con-
ductismo en términos de cantidad de células nerviosas, de posibles
eiencia de la propia persona; la persona de la que uno cobra concien'
combinaciones de células, de ruptura y reasociación de elementos de
cia de ese modo, es social en forma, aunque no siempre en contenido.
antiguas asociaciones antes que en términos de las concepciones análo-
Meed acentúrdos etapas en el desarrollo de la persona: las etapas del
gas r&á$ dinámicas que se puede enconrrar en Child, Lashley, Kóhler y un
Pavlov, sin embargo, sus puntos básicos son independientes de estos iuego y el deporte. En el juego, el niño adopta, simplemente,
papel tras otro de p,ersonas y animales que de un modo u otro han
cambios de las categorías biológicas. Al analizar las condiciones neu- lni.ado en su vida. Ahí se ve, escrito claramente, por decirlo así, la
rológicas del símbolo significante, subraya, por una parte, la im-
rdopción de actitudes de otros mediante la autoestimulación del
portancia de la corteza cerebral, y, por Ia otra, lo que él llama la
¡¡esto vocal, en tanto que en la vida posterior tales actitudes
aPare-
dimensión tem¡roral del sistema nervioso humano capacidad cen más abreviadas y son más difíciles de descubrir. En el deporte'
-la
para que un acto que se desarrolla lentamente sea controlado en su cmpero, uno se ha convertido, digámoslo así, en todos los otros
desarrollo por los actos que él mismo inicia. Entiendo que todo con- que tener dentro de su
involucrados en la actividad común
trol "por el futuro" descansa sobre la posibilidad de semejante con-
frersona toda la actividad organizada,-¡is¡s
a fin de representar exitosa-
ducta. Presumiblemente, son la corteza cerebral humana (cuyo lugar no ha adoptado simple-
mente su propio papel. Aquí la persona
en los más altos reflejos ha sido puesto en claro abundantemente
trror mente el papel de un otro espccífico, sino el de cualquier otro que
los reflexólogos) y la dimensión temporar del sistema nervioso (que la actitud de adop-
parricipe en la actividad común; ha generalizado
permite la fiscalización del gesto en términos de las consecuencias de y uno de
ción de papeles. Según uno de los más felices términos
efectuarlo) Ias que permiten sólo al animal humano pasar del plano la actitud o el
los más fértiles .orri.pto, de Mead, ha adoptado
de la conversación de gestos al del símbolo del lenguaje significante, ra,
papel del "otro generalizado"
y la ausencia de ellas es lo que impide a los pájaros parlanres hablar
Ahora bien, todas las actitudes de otros, organizadas e inco4to-
realmente. Estas dos características, unidas al lugar que ocupa la específicas o generalizadas que pue-
radas a la persona de uno
mano humana en la aislación del objeto físico, son, supuestam€nte, -por
dan ser-, constituyen el "mí". si esto fuese todo lo que hay en la
las bases orgánicas que determinan las diferenciaciones biológicas
persona, la explicación sería extrema y unilateral, no dejaría lugar
entre el hombre y los animales. -pata
la actividad creativa y reconstructiva; la p€rsona no reflejaría
la estructura social, sino que no sería otra cosa que reflejo' La
V
l't En el énfasis que pone en tos conceptos de adopción 9J p.aneles y. del otro
La misma mediación del lenguaje es la que, en esta teoría, hace generalizado, podria muy ii." que Meid hubiese iido ittfloído por la-.escuela
posible la aparición de la persona. En verdad, la persona, el espíritu, irJ.i*i.ririi i"gf..". También".r.n ért. .l problema eta descubtir los medios por
ios crrales el indlviduo adofta ta posición del grupo, juzga sus -propios impulsos'
"la conciencia de" y el símbolo significante son, en cierto sentido, sanciona sus ptopios intetcses en términos de bienestar social y hasta llega t con'
ve rtir la dichi de otros .tt obj.to de sus propios deseos. Hume buscó el mecanismo
precipitados juntos. Mead encuentra que la característica distintiva ritnprti., Adam Smith"lo etaboró'enla idea de los sentimientos morales' en
de la personalidad reside en la capacidad del organismo con espíritu "n-i"
;;;;; ;|i Miti i-nii. buscaban el mecanismo en la doctrina de la asociación de
ideas,
38 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 39

trrsona completa, emlxro, es concebida por Mead como, al mismo rlrl el individuo adquiere el meca-
proceso social de comunicación,
tiempo, un "yo" y un "mí". El "yo" es el principio de la acciín nirmo del pensamiento reflexivo (la capacidad para dirigir su
acción
y el impulso; y, con su acción, cambia la estructura social. Como rn términos de consecuencias previstas para vías de acción alternati-
para sí
dice Mead de las opiniones de Dewey: "El individuo no es un v¡r) ; adquiere la capacidad de hacer de sí mismo un objeto
esclavo de la sociedad. Constituye la sociedad tan legítimamente y de vivir en un mundo moral y científico común: se torna en un
como la sociedad constituye al individuo". Por cierto que cada individuo moral, con fines impulsivos transformados en la procura
acción del individuo, ya sea en los planos de comunicación no lin- ronsciente de fines en vista.
güística o lingüístíca, cambia la estructura socíal en cierto grado, leve- Debidoalsurgimientodesemejanteindividuo,lasociedades
mente en general, en gran medida en el caso del genio y el dirigente. lr¡nsformada a su vez. Recibe, por mediación de la persona social
No sólo la persona, en cuanto ser social, es desarrollada sobre rcflexiva, Ia organización distintiva de la sociedad humana; en lu-
la base del organismo biológico, sino que la sociedad misma, como ¡¡r de repres€ntar su papel social por medio de la diferenciación
medio de la simple
iricológica (como .r, .i ."ro del insecto), o
conjunto orgánico de un orden complejo, no puede ser puesta en por
oposición con sus componentes distinguibles y reconocibles: indi- influencia de loi gestos sobre otros, el individuo humano regula
viduos biológicos en los planos sociales más simples, personas en el ru participación en el acto social teniendo dentro de sí los papeles
,lc otro, involucrados en la actividad social' Al lograr un
plano superior. Este punto es digno de ser establecido, puesto que nuevo
algunos lecto¡es han adquirido la impresión de que el pragmatismo principio de organización social, la sociedad ha conquistado una
a sí
ha perdido al individuo en la sociedad. Puede que ciertas frases de iu.ur' técnica de control, puesto que ahora se ha implantadohasta
Mead sugieran tat cosa en ocasiones, pero el reconocimiento del misma dentro de sus partes componentes' y así regula'
individuo biológico (el "yo" en contraposición al "mí"), y el rJonde ello es hecho exitosam€nte, la conducta del
individuo en tér-
tiene- sobre
hecho de que si bien las p€rsonas presuponen un proceso social pre- minos del efecto que la acción que se propone realizet
una
vio, hacen posible, a su vez, la organización de una sociedad dis- otros. Y, finalmente, en el proceso, la sociedad ha proporcionado
no puede de-
tintivamente humana, deberían acallar todas las dudas. Cualquier tdcnica para su propia tr.rrrfor-t.ión' Racionalmente'
otra interpretación es incompatible con el acento que el instrumenta- ¡car otra cosa que enttegú a cada uno de sus miembros' por interme-
Iismo y la teoría étíca de Mead ponen sobre el pensamiento como dio del
,,mi," el marco social dentro del cual se efectuará la conducta
actividad reconstructora, y sobre el pensador individual como por tal
v hacer a cadauno responsable de los valores sociales afectados
emplear la frase de Drwey- "centro reconstructor de la-para
socie- ¡cción. Bajo la p"tt" a. estancamiento, la sociedad no puede sino
dad" ró.
mostrarse air"d..id" por los cambios que el acto moral d€l "yo"
Por medio de un proceso social, pues, el individuo biológico con creador introduce en el escenario social'
adecuada materia orgánica obtiene un espíritu y una persona. Por
medio de la sociedad el animal impulsivo se convierre en un animal
racional, un hombre 10. En virtud de la internalización o importación
VI
Este no es lugar adecuado para ocupatse de la multiplicidad
de
-.10 V.-parcce que los arriculos de T. V. Smith, rimpáticos pero críticoc.
ideas que Mead entreteje en su esquema general; ni
9!vid3n el -lu-gar que cl individuo biológico ocupa en ta te&ía de la personr dc de las consecuen'
Mead. Dcbido a tale¡ art-ículos, ¡o me prreció necesario trat¡r ciertos aipectos del y.la lingüística; ni de la for'
p€nsamiento de Mead: "Tbe Social Pbitóeophy of George Herben Mead',,'Ametican cirs pata la educación, ia psicopatálogía
-;,Geo.ge
Journol of -Sqiotogg, XXXVII (l93li,'págt. 3ég4g5;
I{ead-a¡d_the_.Pbilosophy
Herbe¡t
of Philantropy", Soc¡¿l Seruice Reoíew, VÍ (1932),
;;;" que su filosofía ensambla en su psicología social' Pero'.como
ilustración de la fertilidad de sus ideas básicas, no puedo dejar
de
págt, 37-5-4l"The Reiigiouc Beariugr of a Sccular Mind: George Herberr'Mcad;,.
J.oumal 9f- Religion' xII (1932),-páss. 200-zlt. véase timbién el a¡tlculo y el
'_'Qeo_r_ge He_rbert Mead" en b Encgclópaldia
mencionar dos puntos relacionados: la teoría de los universales
of the,social ,Scí¿ncec, X, págs. 241- La cuestión no es aquí estrechamente
42; Yan Meter Ame¡, "Q.-ofg. H. Mead, An Appreciation,,,Ilníoeitiig"if Cni- concepto del otro geneteTizado.
cago,Maoazine, XXIII (1930-3 l) , pág. 37O.
10 El problema erpiritu-cuerpo.ó éuerpo-espíritu es naturalmente explicado se haya organizedo
olenos suoe¡iores, así subsistc el individuo biológic-o, aun cualdo
en_fétmino¡ del contraste entre el individuo 6iologico y la percona. A¡í coino tos fi"ffi ##;-L;;;.;i;;;"-r'..-rli.r.t. m"ucho de lo retacionado con el fracaso
primeroo niveles del proceso ¡ocial sub¡isten desp*ués á. qü. r. t"n lo¡ ;;;"i"ü;;;?.;;i;;;ü.s", fase' básicas de la pe¡son¡lidad'
"tteni¿o
4A GEORGE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 4I
filosofica, sino que se refiere a la posibilidad de hacer jusricia, desde qur ec el gesto puede ser conside¡ado como el universal bajo el cual
un punto de vista pragmático, empírico y relativista, a los factores ct?n o en el cual participan como particulares los objetos estímulos;
de estructura, estabilidad y universalidad. Las ciencias matemáticas tn t¡nto que la universalidad de los objetos es el carácter que poseeo
y físicas han dado prominencia a dichos factores, en tanto que las ln común de servir de estímulos para el acto. Al hacer que la uni-
ciencias biológicas y sociales posdarwiníanas han concedido eminen- vg¡¡lidad sea relativa al acto, se la pone dentro de la esfera de
cia a las categorías de cambio y progreso. Sería una señal de imper- un¡ ciencia y filosofía empíricas. Lo único que se niega en este
fección del empirismo moderno el que no hiciese más que volver l?¡lemiento es la necesidad de hipostasiar tales universales, y de
a yuxtaponer una filosofía del Devenir junto a las filosofías del Ser, ptrntear, así, la antítesis de Ser y Dtvenir, que ha demostrado ser
imitando el irnpasv que frenó al pensamiento griego. frt¡l desde Platón hasta Whitehead.
Con frecuencia se afirma que el pragmatista debe ser un nomina- Un segundo elemento en el tratamiento de la universalidad es
lista y que no puede hacer justicia al hecho de la universalidad. En rl factor social. El otro generalizado, en términos de la explicación
realidad, el pragmatista es el que rnás cerca está, en este punto, del que acabamos de ofrecer, puede ser considerado como la universali-
conceptualismo medieval. El nominalismo surge sólo cuando el sím- r¡ción del p?oceso de adopción de papeles: el otro generalizado es
bolo es un simple particular, representante indiferente de una can- curlquiera y todos los otros que hacen la función de particulares, o
tidad de otros particulares. En rigor, emp€ro, el símbolo signifi- que podrían hacerla, en comparación con la actitud de adopción de
cante, como g€sto, no es arbitrario, sino gu€ es siempre una fase de prpeles del proceso cooperativo que se desarrolla' Contemplado desde
un acto, y de tal modo participa de cualquier unive¡salidad que el rl punto de vista del acto, el otro generalizado es el acto de adopción
acto posea. Como lo vió Charles Peirce Ockham mucho ant€s-, dc papeles en su universalidad.
-y con el hábito. tJn acro
la universalidad está estrechamente vinculada En el grado en que lo que el individuo hace o dice es entendible,
es universal porque muchos objetos o aspectos de objetos pueden rceptable, o cierto para cualesquiera otros individuos involucra-
servir como estímulos adecuados: cualquier objeto que clave un clavo dos en una acrividad común (y sin actividad común no habría
ec un ma¡tillo; cualquier objeto en que uno pueda sentarse es un comunidad de significación), en ese grado lo que es hecho o dicho
asiento. Ahora brien, las palabras "martillo" y "asiento", como tiene un nuevo tipo de universalidad: universalidad social. Tal uni-
universales, son segmentos de las actitudes involucradas, y no par- versalidad es, en un sentido del término, un sinónimo de objetividadl'
ticulares aislados; las repeticiones individuales de palabras, como Para el positivista es el más importante tipo de objetividad
un acto específico de martillear o sentarse, son ejemplos (réplicas, -algu-
nos diríin que el único tipo posible. El individuo trasciende de lo
según loc términos de Peirce) de la universalidad de ra actitud. La que se da a ¿l sólo cuando, por medio de la comunicación, descubre
idea o el concepto, como universales, residen en la actitud. Los con- gue su experiencia es compartida por otros' es decir, que su exPe-
ceptos denotan cualesquiera objetos que llenen las exigencias del acto, ¡iencia y las experiencias de los otros se agrupan bajo el mismo uni'
es decir, cualquier objeto que tenga las características adecuadas para versal (en el primer sentido de este término). Donde los particulares
servir como estímulo para el acto a realizarse. De tal modo, la uni- o tos ejemplos de este universal se agrupan dentro de distintas pers'
versalidad no es una entidad, sino una relación funcional de simbo- pectivas experienciales, la universalidad ha tomado dimensiones so-
lízeción entre una serie de gestos y una serie de objetos cuyos miem- ciales. El individuo, por decirloasí, se ha salido de su limitado
bros individuales son "ejemplos" del universal. mundo, adoptando los papeles de otros, recibiendo la seguridad'
Esta posición, elaborada un tanto más allá de las breves refe- por medio de la comunicación empíricamente fundada y probada, de
rencias de Mead, es, esencialmente, un relativismo objetivo en rela- qo. a¡ todos esos casos el mundo presenta el mismo aspecto' Cuando
ción con los universales. Así como los objetos tienen para Mead t"l .ot" se consigue, la experiencia es social, común, cornpartida;
colores y valores en ciertas situaciones que involucran organismos, sólo en comparación con ese mundo común puede el individuo dis-
así los objetos tienen el carácter de universalidad en relación con tinguir su propia experiencia privada.
un acto capaz de ser promovido por varios objetos o aslxctos En su aspecto mínimo, la ciencia es el registro, en forma verba'
de objetos. En semejante situación, el acto o segmento del acto lizada, de los aspectos más universales de semejante mundo común.
42 GEoRGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 43
Alcanza a independizarse de la perspectiva particurar del observador Si el espacio lo permitiese, sería interesante analizat otros int€-
cuando descubrc lo que es común a muchos obsewadores, e ideal- rrogantes planteados por la concepción del otro generalizado. ¿Hasta
mente a todos. Mead demuestra, en su l)€¡etrante análisis de la psi- qué punto, por ejemplo, depende la diferencia entre platonistas y
cología social de la relatividad física (que de ese modo se convierte rcl¡tivistas del grado en que uno adopte el papel del otro genefir-
en un ejemplo de su teoría general de la adopción de papeles) que tiz¡do? La extensión del proceso de adopción de papeles hacia las
la invariación buscada y presumiblemente encontrada reside en la co¡as físicas, ¿puede permitir que uno trascienda completamente a
aislación de una fórmula que sea cierta para er mundo, cualquiera Irx observadores humanos, hasta el punto de pasar significativamente
que fuere el punto de observación. "Independencia de experiencia" rlel positivismo social, que en ocasiones Mead parece considerar como
y "verdad universal" pueden querer decir más que ..independiente rl límite de la metafísica con sentido 18, a un realismo filosófico? r0.
de cualquier experiencia particular" y "cierto para todas lis obser-
,¡Qué conexión tiene la doctrina de Mead, cuando se la une al con-
vaciones", pero no pueden querer decir menos cepto de la experiencia social, con la naturaleza de la verdad y el
Existen distintos grados de tal universalidad sociar. si bien no conocimiento? ¿Hasta qué punto propotciona el otro genetalizado
está ausente en la moral y la estética, es más ampria en ra ciencia, y cl cquivalente psicológico del concepto histórico de Dios, y del
está en proporción con un grado de formalismo posible. La estruc- Absoluto de los idealistas, y lo mismo en cuanto al contraste de
tura relacional del mundo revela la más grande universalidad: Ia Itealidad y Apariencia? Aquí sólo es pcsible plant€ar estos interro-
matemática y Ia lógica son simplemente resurtados finales de la bús- g¡ntcs, y quizás esta digresión y expansión del pensamiento de Mead
queda de invariación estructural. En cuanto mínimos denomina- haya sido injusta para ciettos lectores. Se los ha planteado a fin de
dores comunes del mundo del raciocinio, y por lo tanto de la acción demostrar la potencia de la psicología social de Mead para el enfoque
y del mundo del que se habla, son, digámoslo así, comunes a todos de problemas que el pragmatismo no ha analizado suficientemente
los seres racionales. si bien el propio Mead no amplía sus ocasionales y cn los que los críticos han sido más justicieros al descubrir lagunas.
rtferencias a la lógica, su explicación contiene, en forma implícita,
los gérmenes de una teoría de la lógica y una filosofía de las mate-
máticas. VII
cuando se advierta que la universalidad social es potencialmente
extensible hacia el pasado y hacia el futuro, podrá verse que er ángulo Mead, en común con todos los pragmatistas desde Jarnes, sus-
de ataque de Mead es compatible con el reconocimiento de que, en tcnraba una interesante teoría del valor: que es bueno lo que satis'
relación con los actos cooperativos más generales, existen caract€rís- f¡ce un interés o impulso 20. Pero una vez más, la declaración de
ticas del mundo altámente invariantes. Los aspectos emergentes y Mead en este sentido está hecha en términos relativistas objetivos:
temporalistas de la posición pragmática no están de punta con cual- rl valor es el carácter de un objeto en cuanto a su capacidad de
quier constancia que revele realmente el mundo tal como es experi- ¡ratisfacer un interés ¡ssids ni en el objeto solo ni en un estado
mentado, ni con ningún formalismo que la lógica y las matemáticas -¡s
cmocional del sujeto. Sin embargo, los intereses o los impulsos cho-
logren alcanzar. El pragmatismo sólo quiere evitar cualquier fana- c¡n, y así surge el problema de la norma de valor y la necesidad
tismo en estas cuestiones. Aconseja cordura en cuanto a los principios de evaluación.
mutuos de ser y devenir, al señalar que la universalidad empírica El objeto estético agrupa los impulsos de tono emocional en un
es un carácter de Ias cosas en comparación con el acto, ya sea indivi- todo armonioso; el objeto capaz de estimular y agrupar de tal modo
dual o social. Y, como tal, es una cuestión de más o menos, no de 18 Véase especialmente las págs.ll7 y ll8 de The Phílosophg,oÍ_the Pcesent,
todo o nada 1?. 10 Esta cuestión es analizada en mi i¡tículo "Pragmatism and Metaphysícs",
Philosophical Rettíeluu, 19i4.
20 'En ocasiones Mead habla del vator "como el catácter futuro de un objeto,
.1? E¡ta erpticación del u¡iver¡¡t ca término¡ fu¡cion¡te¡ concede a Me¡d l¡ rn et grado en que determina le acción de uno con respecto a éste".. Aquí sólo se
porición dc un A¡istóteter pordarwini¡¡6 A¡i¡tótclc¡ tibe¡edo, por cl creci- h¡cc rófe¡encia a-su empleo axiológico. Ertc volumen puede ser complemlqtado con
rniento de
-la -¡¡
biología mi¡ma,- de lar imperfeccionc¡ del platonismo.' Mca¿ fué l¡ lectura del análisis más completo que Mead hace áel valor en The Phílosophg
durante toda ¡u vida un estudío¡o de A¡i¡lótele¡. ol the Áct,
11 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 45

los impulsos tiene carácter o valor estético. por medio de un objeto ¡ de formular la ruptura de las alternativas de egoísmo y altruís-

de tal carácter, uno goza "la recuperación del sentido del resultado nro, de afirmación de sí mismo y abnegación, de lo que generalmente
total a partir de lo parcial", "saboreando el fin que está moldean-
¡rrmite el bagaje psicológico de los éticos.
do" 2r. El artista juega con actitudes, despertando en sí, gracias l)icho en términos éticos, Mead insiste en que, en el acto moral'
al empleo de ese medio, los aspectos emocionales de unJ acti- rl motivo para la acción es el impulso mismo, en cuanto dirigido
tud que su trabajo, en distintos grados, comunica a otros provo-
h¡ci¡ un fin social. I.Jna persona social tiene impulsos sociales que
cando en ellos esa actitud. En el grado en que esto ce logra, la
rri¡¡en expresión, y tan impe(ativamente como cualquier otro im'
exaltación esrética es Ia fusión del "yo" y el "rni", hecha posiüle por
puiro. e"i" Mead, los fines morales son fines sociales: en primer
el objeto. Mead creía, sin elaborar sus opiniones en deta[e, que
su l,,g.r, porqoe la única norma para impulsos qu€ los impulsos.hacen
versión de la psicología conductista proporciona una fructifera
para la teoría estética.
base p*¡Ui. r.rid..n la respuesta ácerca de-si el impulso en cuestión se
.lit.n," o muere de su propia satisfacción, y de si expandeporquey armo-
El valor estético, por así decido, es un presente consumatorio niza o limita y derrota- a otros impulsos; y, segundo' la
ofrecido a la persona, por la naturaleza o por el artista; la
tarea de persona, como ser social, debe preocupars€, por dentro y por fuera'
la vida moral consiste en crear, por medio der esfuerzo refrexivo,
una similar integración de impulsos en el plano de ras personas lx)r una armonía social de los impulsos'
teractuantes 22.
in- D esto se sigue que la tarea moral es la observancia de28,todosy el
los valores residentes en las situaciones particulares de la vida
En sus lineamientos esenciales, la teoría ética de Mead es la mis- en un esfuerzo para permitir el
ma que la de Dewey, pero el ángulo de enfoque, a través de la psico-
trato reflexivo con tales valores,
armonía diná-
máximo de satisfacción y expansión máximo de
logia social de la persona, confiere a la concepción un nuevo ,!li.*,..
mica- a los impulro, .q cuestión. La -elacción moral es acción inte-
siendo social, no existe problema psicológico en cuanto a cómo
puede la lxrsona tomar a otros en cuenta en su actividad ligcnte,socialmentedirigida,enlaqueunoactúateniendoencuenta
así como no existe el problema de superar el hedonismo en
refrexiva, cl interés de otros tanto como el propio. No hay un llarilado de los
una opi_ intereses ela raz6n, sino un llarnado de los intereses aislados
al sis-
nión que toma como su unidad básica un aco dirigido sobre objetós. le conducta
La persona, tal como está constituída por sus impulsos, busca los tema de intereses sociales en que está involucreda
de uno. Tal, como yo lo entiendo, es el meollo de la teotía
ética
objetos que permiten la consumación de los impursos. como sociar,
de Mead y, por lo tanto, del pragmatismo' El acto correcto' en
en el grado en que la persona ha incorporado ias actitudes de
otros relación con la situación, es, sin embargo, objetivo y universal
en sí misma, mediante el proceso del lenguaje, se ha convertido Lo co-
los otros, y los valores de los otro, ,on los suyos propios; en
en porque exige el asentimiento de todos los seres racionales'
grado en que la persona adopta el papel del otro g.rr.r"iiz"do,
el ,r..to no es ni un capricho subjetivo ni una esencia situada fuera
valores son los valores del proceso social mismo. La huída
,os dcl tiempo; su universalidad es una universalidad social'
mológica del embrollo egocéntrico, mediante la consecución ie
episte-
Tal punto de vista hace que la vida moral sea una vida más
un
.-s9 ql. incluye los puntos de vista de otros, es análoga en csforzada.yactiva.Sostenidaporfinessocialesyalimentadapor
la teoría la mora-
del valor a la consecución de una rxrsona que incluye en sí ros todos los ctnocimientos que la ciencia puede propotcionar'
va- la creatividad del "yo", de la persona qu€ €s
lores de otros. Esta libre construcción de to que'invorucran -un empero,
lidad exige,
.,mí''.
afirmaciones de Mead demuesrra ra fertilidad del ángulo
ras
,,,á, qo. Y Mead ve el ideal social en una sociedad de
J. .iroqo. tal., personas. Esta sociedad no tendría por meta el mero mante-
del campo del valor. Por cierto qu€ proporciona unalorma más pr:_
nimientoyconsecucióndecualquierseriedevaloresexistenteso
2t "The Nature of
of autoritariamente definidos esto Mead lo llama la filosofía au-
.l:sthetic Experience",
XXXvf (1926), págs. 387, '-'--- ' 'Intemationar Journar Ethics,
-a
tsi.--'
32 una serie de noras de 1926 exp_tesa la cuestión de esta
estético detiene a la vida en un punto.
forma: ..El objeto
E a";.;ñro_cobrase
¿lp vida. El objeto ético es ra.ótg.n;ta.ión-á.'i"-u¡¿" ra pórizt de eeguro
¿" -óáo ¿.-.-1.'fi'"ii ü ,¡, 23 Mead destaca la situación particular, no la vaga noción utilitarista de "socie'
alta consumación. paga la primide ,o,.go-'á.-u¡¿",,.
dad en general".
+6 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 47
gustiniana de la historia. Por el contrario, la filosofía de la historia rl individuo "se realiza a sí mismo en otros mediante lo que hace
de esa sociedad sería tan experimental como el método experimental como lxculiar de é1". La sociedad democrática no deja lugar para
mismo. Se preocuparía de la técníca de rehacer valores por medio lr euperioridad de clase o la posesión o el poder como tal: debe
de la reinterpretación de la situación en términos de los mejores valorar profundamente las superioridades y enorgullecerse de la
conocimientos disponibles, y esa técnica, en apariencia, no podría ruperioridad que surge de la ejecución de las diversas funciones so-
ser sino la moralidad misma. ciales.
Semejante sociedad de seres morales parecería ser la versión de Lo que rige pata los individuos, rige aquí también para las
Mead del ideal democrático. Si bien un universo emergente no naciones. Mead es un internacionalista, puesto que Ia actitud social
puede garantizar futuro alguno, Mead cree que los órganos c insti, que describe no puede detenefse, teóricamente, ante nada que no
tuciones de la vida humana religión, el proceso econó- rea la identificacíón consci€nte, con la sociedad, del hombre como
mico- extienden, en rigor, el-lenguaje,
proceso mismo de adopción de papeles t¡t, y su participación en dicha sociedad. Constantemente se rcfiere e
que ellos involucran. La actitud rcligiosa, basada en la pauta de la Liga de las Naciones como a un intento de los pueblos para lo-
ayuda mutua en las relaciones familiares 21, y la actitud económica de grar la sociedad más amplia de la que ellos mismos se sienten
ofrecer a otros algún exceso en cambio de lo que uno mismo nece- parte, p€ro €n la que aún no €stán en condiciones de ingresar en
sita, son potencialmente universales, y el lenguaje puede extenderse términos de un papel funcional por lo tanto, todavía se ven
tan lejos como se extienda la actividad común. En este sentido, la a
obligados afirmarse en -y,
términos de poder. Las naciones no han
capacidad para adoptar el papel del otro en mayor grado, por une y
aprendido aún a adoptar el papel del otro a participar consciente
cantidad cada vez mayor de gente, pareceria avalrzat en dirección y moralmente en los más amplios procesos sociales a los que en
del ideal democrático, siempre que las personas se convirtieran en rigor están dedicados. En analogía con el individuo, las naciones
pcruonas morales 2ú. Semejante democracia, como lo ve Mead clara- 8e encuentran todavía en el plano del individuo biológico; no han
mente, no tiene una indeseable tendencia niveladora, ni concede logrado aún la personalidad moral; su "yo" no actúa todavía en
ptemioe a la mediocridad. Antee bien, es compatible con grandes un escenarro preparado por un "mí" internacional. Así como dentro
diferencias de capacidad y contribución. La legítima inferencia de de cada grupo social se concede una prima a la contribución de la
la democracia es que cada cual debe rcalizarse a sí mismo por medio persona funcionalmente diferenciada, del mismo modo este inter-
de la participación moral en un proceso coolrrativo. Idealmente, nacionalismo no exige Ia obliteración de las naciones, sino, más
bien, su autoafirmación en el plano moral de las personas sociales.
2¿ El caráctq mí¡tico de ta erperieaci¡ religio¡¡ lo cncue¡tr¡ Me¡d en l¡ ex-
tensión de las actitud¿g ¡ociale¡ hacia cl univc¡¡o cn gcncral. Es sorprendente quc La exposición de Mead hace justicia a los factores de la inicia-
Mee4 no eugiera erprecam?nte cn ninguna pertc le cone¡ión c¡istentc -ent¡e la¡ con- tiva individual y de la preocupación social. Une orgánicamente,
cepciones pcrsonalistas de Dio¡ y el concepto del otro generalizado.
2ó En el ¡entido no moral del té¡¡ri¡o "¡oci¡I", lac guerrae, la dircordia y la dentro de la nación y €ntre naciones, los principios del individua-
dcrorganización aon t¡n ¡ociales como sui opucstos. Et bcóo de gue Mead no óub- lismo y del socialismo, la actitud del precursor y la nota de la
tayara la cuectió¡ de que
-el
problema consi¡te en lograr pcrsonic rronlcr, y no fraternidad de los hombres, que, juntas, caracteÍizan a la demo-
simplemente perro¡¡s sociale¡. d¡ en oca¡iones la imprición de confi¡nz¡ ¡adí crí-
tica en el futuro de¡a¡rollo dc l¡ ¡ociedad human¡, iunque cn otras oportunidader cracia,
Ee muectre suficientemente ¡en¡iblc a lor as¡rectos socialme¡te quebranüdorec de lr
co-nducte (véace.cspecialmente l¡ sección 39). Et énfacie que'el pragmatista ponc ¿Resplandor del alba o del ocaso? Si el ideal democrático se
¡obre la cducación c¡ el corotario lógico de iu teorí¡ étic¡:'la educ"ción debe pro- dirige hacia su realización, George H. Mead, juntamente con John
potcionar le.tégnica por medio de lá cual las personac morales inleti-
gfirt€r y ¡ociatizad¡a- ¡e desarrolla¡án. Lor-trabajoc de Mead Dewey, habrá sido uno de sus principales voceros filosóficos, un
-personac
ób¡e educación
eubrayan cinco puntoe: l) la importa¡ci¡ de la esculel¡ en to referente a propor- Watt Whitman en el reino del pensamiento; si faerzas de derecha
cionar _cig'lific-aciones co¡nunes, helramientae lingüísticrs comunes; 2) er rugar que
ocupa la ciencia en el ptograma de estudios; 3) la necesidad de actividadag rnrnidu- o de izquierda lracen imposible esa realización, Mead habrá ayu-
lativas, que respondan al ¡entido de la realid¡d ¿n la¡ fases de contacto del acto; dado a escribir su epitafio.
4) -la eignificación del juego, como proporcionador del mate¡i¡l para ta adopción
de los pap-eles dc-otr,os, papele-c con lós cuates !e construyc la persóna; 5) el deber Cualquiera que fuere el destino del ideal democrático, las ideas
que tiene_ta escuela de conct¡uir pe$ona¡ morate¡. para io¡ tíiulos de loó trabajos,
véasc la bibliografía. extraordinariamente fértiles de George H. Mead, no sólo han llevado
48 GEORGE H. MEAD
a teorías sociales y éticas de interés intrínseco y proporcionado une
matúz para una expansión significativa del pragmatismo en la
forma de "la filosofía del acto", sino que tienen todos los indicios
de poscer en sí el poder de enriquecer los conceptos de las ciencias
sociales, de sugerir nuevas vías de investigación empírica y de abrir
nuevos .horizontes para la interpretación filosófica,

CH¡.RLes W. Monnls. PARTE I


EL PUNTO DE VISTA DEL CONDUCTISMO SOCIAL

l. Pslcorocf¡, soctAl Y coNDUcrIsMo

Por lo general, la psicología social ha encarado varias fases de


la experiencia social desde el punto de vista psicológico de la expe-
riencia individual. La forma de enfoque que yo sugiero es la de
tr¡tar la experiencia desde el punto de vista de la sociedad, por
to mÉnos desde el punto de vista de la comunicación en cuanto
c.sencial para el orden social. La psicología social, en este sentido,
presupone un ángulo de enfoque de la experiencia tomado desde el
punto de vista del individuo, pero se propone determinar, en par-
ticular, qué pertenece a esa experiencia en razó¡ de que el individuo
mismo lxrtenece a una €structura social, a un orden social.
No puede trazarse un límíte demasiado preciso entre la pcicolo-
gía social y la psicología individual. La psicología social se inte-
iesa especialmente en el efecto que el grupo social produce en la
determinación de la experiencia y la conducta del miembro indi-
vidual. Si abandonamos la concepción de un alma sustantiva dota'
da, desde el nacimiento, del yo del individuo, ¡rcdrernos entonces
considerar el desarrollo del yo individual, y el de su conciencia de
sí mismo dentro del campo de su experiencia, como especial interés
del psicólogo. Existen, pues, ciertas fases de la psicología que es-
tán interesadas en estudiar la relación del organismo individual con
el grupo social al cual pertenece, y estas fases son lo que constituyen
la psicología social, como rama de la psicología general. Así, en el
estudio de la experiencia y la conducta de un organismo individual
o persona, como dependiente del grupo social a que lrrtenece' en'
contramos una definición del campo de la psicología social.
Si bien los espíritus y las personas son' esencialmente, Productos
sociales, productos o fenómenos del aspecto social de la experiencia
humana, el mecanismo fisiológico que sirve de base a la experiencia
50 cEoRGE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 5l
está muy lejos de ser ajeno a la cuestión ----4n verdad, es indispen- rnritirlos con la fuerza suficiente para ser oídos por otros, y a me-
sable- de su génesis y existencia; porque la experiencia y la con- nurlo ¡ólo involucraban los músculos de la garganta, sin producir
ducta individuales, naturalmente, son los fundam¿ntos d€ la expe-
¡ulabras audibles. Y a eso se reducía el pensamiento. LJno piensa,
riencia y la conducta sociales. L,os procesos y mecanismos de esta úl-
¡xro piensa en términos de lenguaje. De tal manera, Watson ex-
tima (incluso los esenciales al origen y existencia de espíritus y pe? I'lie¡ba todo el campo de la experiencia interior en términos de
sonas) dependen fisiológicamente de los procesos y mecanismos de la ronducta exterior. En lugar de llamar subjetiva a tal conducta, la
primera, y del funcionamiento social de la misma. La psicología in- ronrideraba como el campo de la conducta que sólo era accesible
dividual, emlxro, hace decididamente abstracción de ciertos factores rl individuo mismo. Uno podía observar sus propios movimientos,
de la situación, gue la psicología social encara roás íntimamente en su rur propios órganos de articulación, cuando otras peisonas, nor'
totalidad concreta. Enfocaremos este último campo desde un punto ln¡lmente, no podían observarlos. Ciertos campos eran accesibles
de vista conductista. rilo para el individuo, pero la observación no era de una clase
El punto de vista psicológico corriente representa{o por el diferente; la diferencia residía únicamente en el grado de accesibi-
conductismo, puede encontrarse en John B. Watson. El conduc- lid¡d de otros a ciertas obcervaciones. Uno podía ser instalado en
tismo que utilizaremos nosotros es más adecuado que el que emplea un cuarto, a solas, y observar algo que no podía observar ningún
Watson. Conductismo, en est€ sentido más amplio, es, sencillamen- otro. Lo que un hombre observase en el cuatto constituiría su
te' una aproximación al estudio de la experiencia del individuo propia experiencia. Ahora bien, en esta forma ocurre, en la garganta
desde el punto de vista de su conducta, y especial, lrro no exclusi- ¡r cn el cuerpo del individuo, algo que nadie más puede observar.
vamente, de su conducta tal como es observable por otros. Histó- lixisten, por supuesto, instrumentos científicos que pueden ser apli-
ricamente, el conductismo entró en la psicología por ta puerta de la c¡dos a la garganta o al cuergro para revelar la tendencia al movi-
psicología animal. En ésta se descubrió que era imposible emptear miento. FIay algunos movimientos fácilmente observables y otros
Io que se llama introspección. No se puede recurrir a la introspec- r¡ue sólo pueden ser descubiertos por el individuo mismo, Irro en
ción de un animal, sino que es preciso estudiar al animat en térmi- Ios dos €asos no existe diferencia cualitativa alguna. Sencillamente,
nos de conducta exterior. La primera psicología animal agregó, por re reconoce que el aparato de observación tiene distintos grados de
inferencia, una mención a la conciencia, y hasta s€ propuso descu- óxito. Tal, en pocas palabras, es el punto de vista de la pcicología
brir el punto de la conducta en que aparece la conciencia. Dicha conductista de Watson. Pretende observar la conducta tal como
inferencia tenia, quizá, distintos grados de probabilidad, pero no ocurre, y utilizar esa conducta pa.ra explicar la experiencia del indi-
podía ser probada experimentalmente. Entonces, simplemente podía viduo sin introducir la obcervación de una experiencia interna, de
eer dejada de lado, por lo que hacía ¿ ta ciencia. No era necesari¡ una conciencia como tal.
para el estudio de la condu*a del animal individual. FIabiéndose Hubo otro ataque contra la conciencia: el de William James
adoptado ese punto de vista conductista en relación con los ani- en su artículo de 190't titulado Does 'Conscíousness' Exist? 2 James
males infe¡iores, era posible prolongarlo hasta el animal humano. señalaba que si una lxrsona se encuentra en un cuarto, los objetos
Quedaba, sin embargo, el cam¡ro de la introspección, de las <tel interior puedcn ser contemplados desde dos puntos de vista. El
experiencias que son privadas y que pertenecen al individuo mismo moblaje, por ejemplo, puede ser considerado desde el punto de vista
comúnmente llamadas subjetivas. ¿eué había que de la persona que lo compró y lo usó, desde el punto de vista de
-experiencias
hacer con ellas? La actitud de John B. Watson fué la de la Reina sus valores de color -{ue se unen a él en el pensamiento de las
en Alicia en el País de las Macaoilfcs: "¡Cortadles la cabeza!"; tales p€rsonas que lo e$ssrv¡¡-, de su valor estético, de su valor eco-
c(Nas no existían. No existía la imaginación ni la conciencia. warson nómico, de su valor tradicional. Podemos hablar de todo esto en
explicó el campo de la llamada introspección por medio del empleo
de símbolos de lenguaje 1. Estos símbolos no eran necesariamente caps, X y XI.l (De e¡ta,t¡ltima obra hay edición casteltana: EI conductísmo, Buc'
nos Aires, Paid6c, 1947.)
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lE_rpeciatncnte c¡bhaiq, on Intoductiqt to .Con¡r¡tr¡tíu- psychology, z [Publicado e¡ el Joumal of Phílosophy, Psgchologg, dncl Ecíentific Method.
cap. X; Psgchologrg from the Standpoint of a bhaoioriit, ."b. IX; ne¡íii¡o¡¡íí, Reimpreso en Essagr in Radical Empirism.l
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52 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 53

términos de psicología; será puesto en relación con la experiencia rrrnos a ella desde el punto de vista del conductista, siempre que
del individuo. (ln hombre asigna un varor determinado al inoblaje, Iro concibamos demasiado estrechamente dicho punto de vista. Es
y otro le confiere otro valor. pero los mismos objetos pueden ser ¡rreciso insistir en que la conducta objetivamente observable
en-
considerados como partes físicas de una habitación física. James cuentra expresión dentro del individuo, no en el sentido de encon-
insistía en que los dos casos difieren soramente en una disposición lr¡rse en otro mundo, un mundo subjetivo, sino en el sentido de
de ciertos contenidos en distintas series. Los muebles, los'muros, Ir¡llarse dentro de su organismo. Parte de esta conducta aparece
la casa misma, pertenecen a una de las series históricas. Hablamos rn lo que podemos denominar "actitudes", los comienzos de los
de la casa considerándola conetruída, de los muebles entendiéndolos nrtos. Y bien, si volvemos a dichas actitudes, encontraremos que
fabricados. cuando uno entra y valora dichos objetos desde el tlrn origen a toda clase de reacciones. El telescopio, en manos de
punto de vista de su propia experíencia, ponemos la casa y el mo_ un novicio, no es un telescopio en el sentido en que lo es para los
blaje en otra serie. Habla de la misma silla, pero ahora la silla es quc están en la cima del monte Wilson. Si queremos seguir las
pata él una cuestión de ciertos contornos, ciertos colores, tomados liuellas de las reacciones de un astrónomo, tenemos que volver a su
de su propia experiencia. Invorucra la experiencia del individuo. tistema nervioso central, a toda una serie de neuronas; y allí €ncon-
R¡es bien, se puede tomar una sección transversal de los dos órdenes, tfaremos algo que responde a la forma exacta en que el astrónomo
a fin de que en un punto deterrninado se produzca un €ncuentro cncara el instrumento en ciertas condiciones. Ese es el comienzo del
de las dos series. I-a afirmación en términos'de conciencia ímplica acto; es una parte del acto. El acto externo que observamos cons-
sólo el reconocimiento de que el cuarto está, no sólo en la serie tituye una parte del proceso que se ha iniciado en el interior; los
histórica, sino también en la experiencia del individuo. rJttima- valores t que decimos que el instrumento tiene son valores gracias
mente ha habido en la filosofía un reconocimiento cada vez mayor ¡ la relación del objeto con la persona que adopta esa clase de
de la importancia de la insistencia de James en el eentido de que actitud. si una p€rsona no tuviese ese sistema nervioso especial,
se ha puesto en la conciencia muc-ho que deberá ser devuerto al lla, el instrumento no tendría valor ninguno. No sería un telescopio.
mado mundo objetivo 8. En ambas versiones del conductismo, ciertas características que
La psicología, en sí misma, no puede ser convertida en un tienen las cosas y ciertas ex¡xriencias que poseen los individuos
6.
estudio del campo de la conciencia solamente; es, necesariamente, pueden ser consideradas como acontecimientos dentro de un acto
un estudio de un camlp más ext€nso. Es, sin embargo, la ciencia b.ro p.rt. del acto reside dentro del organismo y sólo más tarde
que emplea la introspección, en el sentido de que mira dentro de cobra expresión; creo que Watson ha pasado por alto este aspecto
la experiencia del individuo, en busca de fenómenos no encarados de la conducta. Dentto del acto mismo existe un campo que no es
por ninguna de las otras ciencias, fenómenos a los cuales solo el externo, sino que pertenece al acto, y hay características de esa con-
individuo mismo tiene acceso experiencial. Lo que pertenece (ex- ducta orgánica interna que se revelan en nuestras actitudes, espe-
periencialmente) al individuo qua individuo, y es iccesible sola- cialmente las relacionadas con el habla. Pues bien, si nuestro punto
mente para é1, está, ¡ror cierto, incluído dentro del campo de la de vista conductista tiene en cuenta díchas actitudes, descubrimos
psicología, no importa qué otras cosas sean o no de tai manera que puede muy bien abarcar el campo de la paicología. D -cualquier
incluídas. Y ésa es nuestra mejor clave en er intento de aislar el modo, este ángulo de enfoque tiene particular importancia porque
.l-po de la psicología. En consecuencia, el dato paicológico puede
definirse mejor en términos de accesibilidad. Lo que es accesible, { Vator: el futuro .a¡íctq del objeto, en el grado en que determina ta acción
-- uno hacia
de él (192'4) .
en la experiencia del individuo, sólo para el individuo mismo, es ¡ Un .i un impulso que mantiene el proceso vital mediante la seleccióa
peculiarmente pcicológico. "cto de estímulos quá necesita.
de ciertas clases De tal modo, el_organismo se crea 8u
El estímulo cs ta ócasión para la
expresión del impulso'..
Quiero hacer observar, sin embargo, que incluso cuando llega_ Los estimulos roo m.dior, la tenáencia es li cos¡ real. La inteligencia es la
".bi.trt..
mos hasta el análisis de tal experiencia "interna", podemos acer- selecciór, áe los estímulos que liberatán y mantendrán !a vida y ayudarán a re-
construirla
--" (1927). ¡'? la vista", pero la manifestación del
8 El ralicno fito¡ófico lnod-erqo be ey-udado ¡ tibenr a te pricotoglr dc une Ei;;p¿;ít6'ío ti.n. por quó est?r
i".fiiá fi-Á.ii ti.¡" li cuai se dirige el acto. Ésta es una teleología natutal'
preocupación por une filo¡ofía dc lo¡ c¡t¡do¡ ncntele¡ (lCZi)-.------"-- -' ".t"
cn armonia con una manifestación rnecánica (1925) .
54 cEoRcE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 55

está en condiciones de encarar el campo de la comunicación en una utlmulo más reacción; debe ser tomado como un todo dinámico
forma en que no pueden hacerlo Watson ni el introspeccionista. .eomo algo que está sucediendo-, ninguna parte del cual puede
Nosotros queremos acercarnos al lenguaje, no desde el punto de |rr considerada o entendida por sí mism¡- como un complejo
vista de las significaciones internas que se expresen, sino desde pr()ccso orgánico que se halla implícito en cada estímulo particular y
el contexto más amplio de la cooperación que se lleva a cabo en el rn c¡da reacción individuales involucrados en é1.
grupo mediante los signos y los gestos 6. La significación aparece En psicología social, llegamos al proceso social tanto desde aden-
dentro de ese proceso. Nuestro conductismo €s un conductismo lro como desde el exterior. La psicología social es conductista en
social. el ¡cntido de que parte de una actividad observable ---el proceso
La psícología social estudia la acrividad o conducta del indivi- rrrial dinámico en ejecución, y los actos sociales que son sus ele-
duo tal como se da dentro del proceso social; la conducta de un tncntos componentes- que debe ser estudiada y analwada cientí-
individuo sólo puede ser entendida en términos de la conducta de lic¡mente. Pero no es conductista en el sentido de pasar por alto
todo el grupo social del cual él es miembro, puesto que sus actos ll rxperiencia interna del individuo, la fase interior de ese proceso
individuales están involucrados en actos sociales más amplios, que o ¡ctividad. Poi el contrario, se ocupa especialmente del surgimiento
van más allá de él y que abarcan a otros miembros de ese grupo. rle dicha experiencia dentro del proceso como un todo. Opera, sim-
En psicología social no construímos la conducta del grupo so- ¡rlemente, de afuera hacia adentro, en lugar de hacerlo de adentro
cial en términos de la conducta de los distintos individuos que Io h¡cia afuera, por así decido, en su intento de determinar cómo
componen; antes bien, partimos de un todo social determinado rurge dicha experiencia en el interior del proceso. El acto, pues' y
de compleja actividad social, dentro del cual anatizamos (como no el trayecto, es el dato fundamental en la psicología social y €n
elementos) la conducta de cada uno de los distintos individuos que lr psicología individual, cuando se las concibe en forma conductista,
lo componen. Es decir, que intentamos explicar la conducta del y tiene a la vez una fase interna y otra externa, un aspecto interior
individuo en términos de la conducta organizada del grupo social, y otro exterior.
en lugar de explicar la conducta organizada del grupo social en Estas observaciones generales tienen relación con nuestro ángulo
términos de la conducta de los distintos individuos que p€rtenecen de enfoque. Éste es conductista, p€ro, a diferencia del conductismo
a é1. Para la psicología social, el todo (la sociedad) es anterior a wetsoniano, reconoce las partes del acto que no aparecen a la obser-
la parte (el individuo), no la parte al todo; y la parte es expresada vación externa, y pone el acento sobre el acto del individuo humano
en términos del todo, no el todo en términos de la parte o las en su situación social natural.
partes. El acto social ? no es explicado construyéndolo a partir de

I El e¡tudio del ptoceso del lenguaje o del habla ----rus orígencl y deorrollo--
constituye una rarna de le psicología, porque sólo pucde s¿r enicndidó cn términos
2. Ln stcNlrlcActóN coNDUcrIsrA DE LAs AcTITUDES
de los procesos sociale¡ de conduct¡ dent¡o de un grupo de organismor fnter-
actuantes; porque e¡ una de las actividadcs de dicho grupo. Sin embargo, cl filólogo
ha adoptado a menudo el punto de vista del prisionero encerrado en una celd-a.
El problema que se presenta como crucial para la psicología
El prisionero sabe que otros se encuentran en situación semejante, y quiere entrar humana está relacionado con el cam¡ro que abre la introspección;
en comunicación con ellos. De modo que establece algún mótodo de comunicación, cste campo, aparentemente, no podia ser encarado por una psico-
algún código arbitrario, qluizá, tal como golpear en le pared. Aho¡¡ bien, cada uno
de nosotros, según ese punto de vista, está e¡rcer¡ado en su p¡opia celd¡ de con- togía puramente objetiva, que sólo estudiaba la conducta tal como
ciencia, y, sabicndo que existen otras personas también encei¡adas así, desarroll¡ se da para el observador. A fin de que dicho campo pudiese ser
fotmas de ponerse en comunicación con ellas.
"Un acto sociat puede ser definido como un acto en que ta ocasión o estimulo puesto al alcance de la psicología objetiva, los conductistas como
1._
que libera a un impulso se cncuentra en el caráctcr o cond¡ct¡ de un individuo Watson hicieron lo posible para reducir el campo mismo, para
vivo que Frtenece al ambiente específico del individuo que erperimenta el impulso.
Pero quiero restringir el acto social a la clasc de actos que i-blican coope¡"ción d" negar ciertos fenómenos que supuestamente residían sólo en ese
rnás de un individuo, y cuyo objeto, tal como er definido'por el acto, e¡, en el s.¡tido
de Bergson, un objeto ¡ocial. Por objeto social entiendo uno que recponde e toda¡ del grupo, no en el de los distintos individuos solamente." [De-"The-Genesig of
Ias parter del acto complejo, aunque tales partcs se encuentren en t¡ conducta de rhe Éelf and Social Co¡rtrol", Internatíonal Joumal of Ethics, X.XXV (1925),
distintos individuos. El objetivo de los actoe se halla, puer, €n el proceso vital págs.263-264.1
56 GEORGE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCTEDAD 57
campo, tal como la "conciencia" en cuento distinta de la con- mt¡ exp€riencia secundaria provoca ahora la reacción que pertenece
ducta sin conciencia. El especialista en psicología animal estu- r lr experiencia primaria.
diaba la conducta sin responder a la cuestión de si se trata- Restan algunos contenidos, como los de la imaginación, que
ba de conducta consciente o no t. Pero cuando llegamos al cam- rc muestran más resistentes a este análisis. ¿Qué diremos de las
po de la conducta humana, nos encontramos, por cierto, en condi- te¡cciones que no reslrcnden a ninguna experiencia dada? Podemos
ciones de distinguir reflejos que ocurren sin conciencia. Parece, drcir, por supuesto, que son resultado de experiencias pasadas. Pero
pues, haber un campo al que la psicología conductista no puede lémese los contenidos mismos, la imaginación visual que uno tiene
llegar. El conductista watsoniano hacía, sencillamente, lo posible objetivamente: pose€ contornos; tiene color; tiene valores, y otras ca-
pare m€nospreciar esta díferencia. t¡cterísticas que son aisladas más dificultosamente. Semejante erpe-
El campo de investigación del conductista ha sido, muy prin- ricncia desempeña un papel, y un papel muy grande, en nuestra
cipalmente, el del niño pequeño, con quien los métodos empleados percepción, en nuestra conducta; y, sin embargo, es una experiencia
son precisamente los métodos de la psicología animal. El conduc- que puede ser revelada solamente por la introspección. El conduc-
tista ha tratado de descubrir cuáles son los procesos de la conducta tista tíene quc efectuar un rodeo en torno a este tipo de experiencia,
y de ver cómo pueden emplearse las actividades del niño para ex- ri quiere aferrarse al tipo watsoniano de psicología.
plicar las del adulto. Y es en este punto que el psicólogo hace El mencionado conductista desea analizar el acto, ya s€a indi-
aÍnrecú los reflejos condicionados. Demuestra que, mediante una vidual o social, sin ninguna referencia específica a conciencia atguna
simple asociación de ciertos estímulos, puede obtener resultados que y sin ningún intento de descubrirlo dentro del campo de la con-
no se seguírían de dichos estímulos secundarios solamente. Este con- ducta orgánica o del camlxl mas extenso de la realidad en general-
dicionamiento puede ser trasportado a otros campos, tales como Dbsea, en pocas palabras, negar por completo su existencia como
los del terror por parte de un niño. Se puede hacer que éste tal. Watson insiste €n que el comportamiento objetivamente obser-
experimente temor hacia algo asociando el objeto con otros que vable constituye, completa y exclusivamente, el cam1rc de la psico-
producen terror. El mismo proceso puede ser empleado para ex- logía científica, individual y social. &ja a un lado, como errónea,
plicar una conduct¿ más complicada en la que asociamos elementos la idea de "espíritu" o "conciencia", e intenta reducir todos los
con ciertos acontecimientos que no están directamente relacionados fenómenos "mentales" a reflejos condicionados y similates m€ca'
con ellos, y elaborando este condicionamiento podemos, se cre€, nismos paicológicos ----+n resumen, a términos puram€nte conduc-
explicar los procesos más amplios de razonamiento e inferencia. De tistas. Tal int€nto, claro está, es desencaminado e infructuoso, por-
esta manera, un proceso que pertenece a la psicología objetiva es que es preciso admitir la existencia del espíritu o conciencia como
llevado al campo que por lo general es estudiado en términos de tal, en algún sentido- su negación conduce inevitablemente a evi-
introspección. O sea gue, en lugar de decir ---cuando tenemos ciertas dentes absurdos. Pero aun cuando es imposible reducír el espíritu
experiencias- que t€nemos ciertas ideas, y que dichas ideas invo- o la conciencia a términos puramente conductistas ---{n el sentido
lucran alguna otra cosa, decimos que determinada experiencia ha de anularlo así con una explicación y negar absolutamente su exis-
ocurrido al mismo tiempo que la primera experiencia, de rnodo que tencia como tal-, no lo es, por lo menos, explícailo en dichos
términos, ni lo es hacerlo sin suprimirlo con la explicación o negan-
. 8 La p-sicologíe comparada libró a la psicología general de limitars¿ únicamentc
al. campo del sistema nervioso central, que, gracias a los psicólogor fisiólogor, do su existencia como tal. Aparentemente, Watson supone que negar
había. ocupado--el l'-gar de ta conciencia cbmo -tar, para camio de loo.*tig".i-r., la existencia del espíritu o la conciencia como una materia, sustancia
psrcológicas. I)e tal modo permitió a la psicologii en geneial coa¡ideraiel acto
como un todo, como incluyente de todo el proceso social áe conducta u ocurriendo o entidad psíquica equivale a negar absolutamente su existencia, y
en ¡u interior. En otras palabras, la psicotogía comparada ¿l ion¿uitis¡ro que una explicación naturalista o conductista del espíritu como tal
como su ¡esulrado- ha extendido el campo di Ia psiiología -y ge;eril -¡s
¡istema nervioso cenrral del organismo individual
act está fuera de cuestión. Pero, por el contrario, podemos n€gar su
psicólogos consideren el acto individual como parte'¡ir¡.a-"iie,
? ilL.;i;; "ü¿
iu" lor
dcl -¿. iápiio ioáo sJci"t at existencia como entidad psíquica sin negar su existencia en algún
que en tigol perten¿ce y del que, en un ¡eotidó definido, obtiene ¡u ¡ignificació¡;
aunquc, naturalmente, no hayan perdido por ello ¿l interés en el sisteria nervioó otro sentido; y, entonces, si lo concebimos funcionalmente, se hace
ccntral y en los procesos fisiotógicos que- se producen en ót. posible encararlo en términos conductistas. En pocas palabras, no
58 GEORGE H. MEAD rspfRtru, PERSoNA Y socIEDAD 59
€s posible negar la existencia del espíritu o la conciencia o los fenó- ,r r{:rtc como una persona que montará en é1. Se acerca por el lado
menos mentales, niresulta deseable hacedo; Ixro es posible expli_ ¡rleeuado y está preparada para treparse a la silla. Su forma de
carlos en términos conductistas que son, precisamenti, similares a e¡rroximación determina el éxito de todo el proceso. Pero el caballo
los que emplea watson cuando tot" .or, fenómenos psicológicos nu es simplemente algo que tiene que ser montado. Es un animal
no mentales (fenómenos que, según su definición del cimpo de la r¡ttc debe comer, que lxrtenece a alguien. Tiene ciertos valores eco-
psicología, son los únicos fenómenos psicológicos que exisien). La
n¡imicos. El individuo está dispuesto a hacer toda una serie de cosas
conducta mental no es reductible a conducta no mental. pero la con- rn ¡elación con el caballo, y esa dispcsición está involucrada en
ducta o los fenómenos mentales pueden ser expricados en términos r ullquiera de las muchas fases de los distintos actos. Es un caballo
de conducta o fenómenos no mentales, en cuanto surgidos de com- r¡uc él montará; es un animal biológico; es un animal econór-nico,
plicaciones de estos últimos y resultantes de dichas cámplicaciones.
lirtas características están involucradas en las ideas que tiene del
Si queremos usar la psicología conductista para explicar la con- crballo, Si buscamos este carácter ideal del caballo €n el sistema
ducta consciente, tenemos que ser mucho más minuciosos que wat- ncrvioso central, tendríamos que encontrarlo en todas esas distintas
son en nuestra explicación del acto. Tenemos que tener en cuenta, partes de los'actos iniciados. Habría que lxnsar en cada uno de
no sólo el acto completo o social, sino también lo que ocurre en rllos considerándolos relacionados con los otros pro€esos en que em-
€l sistema nervioso centrar como comienzo der acto dei individuo y plea al caballo, de manera que, no importa cuál sea el acto especí-
como organización del acto. Naturarmente, ello nos lleva más allá
fico, existe una disposición a actuar de esos distintos modos con
del campo de nuestra observación directa. Nos lreva más altá de
ese rcferencia al caballo. En ese sentido podemos encontrar, en el co-
campo porque no podemos llegar al proceso mismo. Se trata de mienzo del acto, precisamente esos caracteres que asignamos al "ca-
un campo más o menos ce¡rado, en apariencia debido a la dificultad hallo" como una idea, o, si se prefiere, como un concepto.
que el país mismo present¿ pr¡ra ser investigado. El sistema ner- Si buscamos esa idea en un sistema nervioso central, tendremos
vioso central está sólo parcialmente explorado. Los resultados ac- que buscarla en las neuronas, especialmente en la conexión entre las
tuales, sin embargo, sugieren la organización del acto en términos neuronas. Existen series completas de conexiones, de tal catáctet,
de actitudes. Existe una organización de las distintas partes del <¡ue podemos actuar de muchas formas distintas, y esas acciones
sistema nervioso, que será responsable de los actos, una organización
¡rcsibles tienen su efecto sobre la forma en que actuamos. Por ejem-
que rep¡esrnta, no sólo lo que está ocurriendo inmediatamente, plo, si el caballo pertenece al jinete, éste actúa en distinta forma que
sino también las etapas posteriores que ocurrirán. si uno !¡e apro- si pertenece a otra persona. Estos otros procesos involucrados deter-
xima a un objeto distante, se aerca él con referencia a lo gue minan la acción inmediata misma y, espccialmente, las últimas eta-
hará cuando llegue. si se acerca a un martilro, está muscularmente pas del acto, de modo que la organización temporal del acto pueda
preparado para tomar el mango del mismo. Las etapas posteriores estar presente en el proceso inmediato. No sabemos cómo se lleva
del acto están presentes en las primeras etapas, no simplemente en a cabo la organización temporal en el sistema nervioso central. En
el sentido de que están preparadas para Innerse en funcionamiento, cicrto sentido, estos últimos procesos que van a ocurrir, y que en
sino en el de que sirven para controlar el proceso mismo. Ellas algún sentido son iniciados, penetran en el proceso inmediato. Un
determinan cómo nos acercaremos al objeto, y los pasos de nuestra tratamiento conductista, si se Io hace Io bastante amplio, si utiliza
primera manipulación del mismo. podemos reconocer, pues, que las complejidades casi indefinidas que existen en el sistema nervioso,
la inervación de ciertos grupos de células del sistema ,r"riioro ..n- puede adaptarse a muchos campos que s€ suponía limitados a un
tral puede iniciar, de antemano, las etapas posteriores del acto. El enfoque introspectivo. Por supuesto, gran parte de esto tiene que ser
acto, como conjunto, puede estar pres€nte determinando el proceso. hipotético. Día a día vamos aprendiendo más en cuanto a qué son
También podemos reconocer €n tal actitud general hacia un las conexiones, pero se trata de conocimientos mayormente hipotó-
objeto una actitud que repres€nta reacciones aliernativas, como ticos. Empero, por lo menos pueden ser presentados en forma con-
las que están involucradas cuando habramos de nuestras ideas acer- ductista. Por lo tanto podemos, en principio, formular conductísti-
ca de un objeto. tlna person a familiarizada con un caballo se acerca camente qué entendemos por idea.
60 .GEORGE H. MEAD ESPÍRITU. PERSONA Y SOCIEDAD 61

lr tonducta de otras lrrsonas cuando, quizí, éstas no tienen con-


). L¡ s¡cNTrIcrcIÓN coNDUcTIsTA DE LoS GEsTos r lrnci¡ de ello. Hay algo que nos revela cuál es el proposi¡6
-¡¡¿
mlnd¡, la actitud del cuerpo que lleva a la reacción. La comunica'
El conductista del tipo watsoniano ha mostrado tendencia a ¡ lón cstablecida de tal modo entre los individuos, puede ser per-
trasportar su principio de condicionamiento al cam¡n del lenguaje. fwl¡. Rrede efectuarse una conversación por medio de gestos, que
Gracias a un condicionamiento de reflejos, el caballo ha quedado aso- no rr posible traducir en lenguaje articulado. Y esto rige también
ciado con la palabra "caballo", y esto a su vez pone en marcha el ¡nrr los animales inferiores. Los perros que se aproximan uno a
juego de reacciones. Empleamos la palabra, y la reacción puede ser r¡lro cn ¡ctitud hostil, sostienen tal conversación de gestos. Caminan
la de montar, comprar, vender o trocar. Estamos preparados para uno ?n torno del otro, gruñendo y haciendo chasquear las mandí-
hacer cualesquiera de estas cosas. Esta afirmacíón, empero, omite bul¡¡, esperando la oportunidad par^ at^car. Ahí hay un proceso
el teconocimiento de que esos distintos procesos que el conductista rhl cual podría surgir el lenguaje; es decir: cierta actitud de un indi-
dice estar identificados con la palabra "caballo" deben ser introdu- virluo que provocase una reacción diferente, y así indefinidamente.
cidos en el acto mismo, o en el grupo de actos, que se reúne en torno lln rigor, como lo veremros, el lenguaje, efectivamente, surge como
del caballo. Ellos componen ese objeto en nuestra experiencia, y la ml cn semejant€ proceso. Sin embargo, nos mostramos demasiado
función de la palabra es una función que tiene su lugar en esa orga- elirpuestos e encarat el lenguaje tal como lo hace el filólogo, desde el
nización: pero, sin embargo, no es todo el proceso. Encontramos esa punto de vista del símbolo empleado ro. Analizamos ese símbolo y
misma clase de organización aparentemente extendida a la conducta de¡cubrimos cuál es la intención que existe en el espíritu del individuo
de animales inferiores al hombre: los procesos que componen trües- rl utilizar dicho símbolo, y luego tratamos de averiguar si el sím-
tros objetos tienen que estar presentes en los animales que no etn- bolo evoca tal intención en el espíritu del otro. Suponemos que en
plean el lenguaje. Por supuesto que el gran valor, o uno de los rl cspíritu de las lxrsonas existen series de ideas, y que estos indi-
grandes valores, del lenguaje es que nos permite controlar €sa orga- viduos emplean ciertos símbolos arbitrarios que responden a la in-
nización del acto. Es éste un punto que tendremos qu€ considerar trnción que los individuos tenían. Pero si quer€mos ampliar el
en detalle más adelante, p€ro resulta importante reconocer que aqu€- (oncepto del lenguaje en el sentido de que he hablado, a fin de
llo a lo que se rcfíere la palabra es algo que puede residir en la expe- quc inco4rcre las actitud€s subyacentes, podremos ver que la
riencia del individuo sin el empleo del lenguaje mismo. El lenguaje tl¡mada intención, la idea de que estamos hablando, está involucrada
recoge y organiza este contenido en la experiencia. Es un instrumento cn el gesto o las actitudes que empleamos. El ofrecimiento de una
para ese fin. ¡illa a una persona que entra en una habitación es, en sí, un acto de
El lenguaje es parte de Ia conducta social 0. Hay una indefinida cortesía. No tenemos por qué suponer que la p€rsone que ofrece se ha
cantidad de signos o símbolos que pueden servir para el propósito ¡firmado a sí misma que la otra quiere una silla. El ofrecimiento
de lo que llamamos "lenguaje". Esramos leyendo la significación de de una silla, por parte de una peñ¡ona de buenos modales, es algo casi
inctintivo. Y ésa es precisamente la actitud del individuo. Desde
.0_- ¿Cfál es el meranismo básico nediante el cuat se tlev¡ a cabo el proceso cl punto de vista del obseryador, se trata de un gesto. Semejantes
¡ocial? Es el mecanismo del gesto, que hace posibler las reacciones adecuadas
para la conducte mutua, por parte de tos distintos organismos individueles invo- primeras etapas del acto social preceden al símbolo propiamente dicho,
lu,crados en el proceso social. Dent¡o de cualquier acto social dado se efectúa un¡ y a la comunicación deliberada. tlno de los importantes documentos
adaptación, por -medio de gestos, de las accionis de uno de tos organismos involu-
c¡ados a las acciones de otro; tos, gestos son rnovimientos del piimer organismo, de la historia de la psicologia moderna, especialmente de la psicolo-
y actúan como estímulos rspecíficos, provocando l¡r rracciones (sociilmente) gía del lenguaje, es Exprcssíon of the Ernotíons in Mqn oú Anímals
adecuadas-del srgundo organisrno. El carnpo de operación de tos gestos es el campo
dentro del cual el surgimiento y desarrollo de ta inteligencia hum-ane se h¡ llevaio de Darwin. En esta obra Datwin llevó su teoría de la evolución al
a cab-o durante el proceso de simbolización de la expe¡iencia que los gestolr ---{s- campo de lo que denominamos "experiencia consciente". Lo que
pecialmente los gestos vocales- han posibititado. La especiálización-del animal
h.mano dentro de este campo del gñto ha sido responiable, en defioitiva, del Darwin hizo fué. demostrar que existía toda una serie de actos o
origen-y, desa¡rollo de ta aétual ¡ociedad humana y'de eur'conocimiento¡, con
todo el dominio sob¡e la n¡turaleza y sobre el medio humano posibilitado pot la r0 ["The Relations of Psychology and Pbilology", Psgchologícal Bulletin,
ciencia. I (1904), 375 v s.l

62 GEoRGE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 6'


comienzos de actos que provocaban ciertas reacciones que no cxpmsan en la obra de otros psicólogos, hombres que se interesaban, como
emociones. Si un animal ataca a otro, o está a punto de atacarlo, el naturalista Darwin, en el estudio del acto, en la información que
o de arrebatar el hueso a otro perro, dicha acción provoca violentas cs proporcionada por un individuo a otro mediante su actitud. Ellos
reacciones que expresan la ira del segundo p€rro. Ahí tenemos une $uponen que tales actos tenían una razón para existir, porque expre-
serie de actitudes que expresan la actitud emocional del perro; y saban algo del espíritu del individuo. Se trata de un enfoque similar
podemos trasportar este análisis a la expresión humana de la al del filólogo. Suponen que el lenguaje existió para los fines de
emoción. trasmitir ciertas ideas, ciertos sentimientos.
La parte de nuestro organismo que más vívida y fácilmente ex- Si uno medita, se da cuenta de que se trata de un falso enfoque.
presa las emociones es el roetro, y hrwin estudió el rostro desde ese Resulta completamente impo'sible suponer que los animales se pro-
punto de vista. Natutalmente, escogió al actor, el hombre cuyo ofi- ponen expresar sus emociones. Y por cierto que no se proponen ex-
cio es expresar las emociones por medio de los movimientos de las presarlas para beneficio de otros animales. Lo más que puede decirse
facciones, y estudió los músculos mismos; y al estudiados se lrropuso es que las "expresiones" ponían en libertad cierta emoción en el indi-
demostrar qué valor podían tener estos cambios del rostro en el acto. viduo, una válvula de escape, por decirlo así, una actitud emocional
Flablamos de expresiones tales como la de cólera, y advertimos ta de que el animal necesitaba, en algún sentido, librarse. En verdad
forma en que la sangre puede inundar el rostro en una etapa y aben- que no podían existir en esos animales inferiores como medios de
donarlo en otra. Darwin estudió la afluenci¡ de sangre que sc pro- cxpresar emociones; no podemos enfocarlas desde el punto de vista
ducía en el temor y en el tenor. En esas emociones puede verse que de la expresión de un contenido que hubiese en el espíritu del indi'
ocurren cambios en Ia ptopia afluencia de sangre. Estoc cambios viduo. Por supuesto, podemos ver cómo, para el actor, podrán lle-
tienqn su valor. Representan, es claro, cambioe en la circulación de gar a convertirse definidamente en un lenguaje. LIn actor, por
la. sangre durante los actos. Estas acciones son generalmentc accio- ejemplo, puede proponerse expresar su cólera, y podrá hacerlo me-
nes rápidas y que sólo pueden ocurrir si la sangre fluye rápidamcnte. diante una expresión del rostro, y así traducir al público la emoción
Es preciso que se produzca un cambio en el ritmo de la circulación, y que quiere hacerle llegar. Empero, no estará expresando su propia
esto por lo general se registra en el scmblantc. emoción, sino simplemente expresando al público la evidencia de
Muchos de nuestros actos de hostilidad se exhiben en actitudes cólera, y si tiene éxito, podtá hacerlo más eficazmente, por lo que
del rostro similares a las de los animales que atacan con los dicntes. respecta al público, de lo que lo haría una 1rrsona realmente enco-
La actitud, o, en un término más generalízado, el gesto, ha sido leúzada. Así, tenemos que esos gestos sirven para expresar las emo-
conservada aún después de que desapareció el valor del acto. El título ciones, p€ro no podemos concebir que surgiesen como tales, es decir
de la obra de Darwin indica su ángulo de enfoque. Estudiaba eso como tales provocasen un lenguaje a fin de expresar una emoción.
gestos, esas actitudes, como expresivos de las emociones, y su¡ronía, El lenguaje, pues, tiene que ser estudiado desde el punto de vista
al mismo tiempo, que el gesto tiene la función de expresar las emo- del tipo de conducta de gestos dentro de la cual existió sin ser, como
ciones. Esa actitud se ha conservado, según dicho punto de vista, tal, un lenguaje definido. Y tenemos que ver cómo puede haber sur-
después de que el valor del acto desapareció. El gesto parece eubsistir gido la función comunicativa de ese tipo previo de conducta.
para los fines de expresar emociones. Naturalmente, uno suponía La psicología de Darwin suponía que la emoción era un estado
ahí una actitud, en la experiencia de los animales, que responde en psicológico, un estado de conciencia, y que ese estado, no podía ser
cierto sentido a las del animal humano. También ahí ee podía formulado en términos de la actitud o de la conducta del individuo.
aplicar la doctrina de la supervivencia del más apto. La inferencia, Se suponía que la emoción existe y que ciertos movimientos propor-
en ese caso particular, ert que esos gestos o actitudes hatúan perdido cionan indicios de ella. Los indicios serían recibidos por otras for-
el valor que tenían en los actos origínales y, sin embargo, sobrevi- mas moldeadas como ella, las que actuarían sobre esa base. Es decir,
vido. Ello indicaba que habían sobrevivido porque servían para presuponía la conciencia como distinta del organismo biológico.
ciertas valiosas funciones, y sugería que tales funciones eran las de El estado consciente era lo que debía ser expresado por el gesto
expresar las emociones. Esa actitud por partc de Darwin se refleja o la actitud. Debía ser expresado en conducta y ser reconocido de
64 CEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 65
algún modo como existente en la conciencia de la otra forma, gra- las sensaciones que res¡rondían a la inervación de los nervios senso-
cias a ese medio de expresión. Tat era la actitud psicológica general riales. Había también el estudio de esos tray€ctos que descienden
que Darwin aceptaba. hasta la víscera, y se los alineaba junto a las experiencias emocio-
Contrariamente a Darwin, sin embargo, no encontramos prueba nales. Todo el proceso de la circulación de la sangre había eido
alguna de la existencia previa de la conciencia como algo que pro- puesto al descubierto, al igual que la acción que involucraba el re-
voque una conducta, por parte de un organismo, que sea de tal cali_ pentino cambio de la circulación de la sangre. El temor, la hostili-
dad como para hacer surgir una reacción adaptativa por parte de dad, la ira, que exigían movimientos súbitos, o el terror, que pri-
otro organismo, sin depender ella misma de tal conducta. Más bien vaba al individuo de la capacidad de moverse, se reflejaban en las
nos vemos obligados a sacar en conclusión que la conciencia es un condiciones viscerales; y también tenían sus aslrctos sensoriales co-
emergente de tal conducta; que, lejos de ser una precondición del nectados con el sistema nervioso central. Había, pues, un tipo de
acto social, el acto social es una precondición de ella. El mecanismo experiencias que no ocupaban un lugar en un mundo estático. Wil-
del acto social puede ser rastreado sin necesidad de introducir en él helm Wundt encaró este problema desde el punto de vista de esa
la concepción de la concíencia como un elemento separable dentro de clase de psicología, que ofrecía una clave por medio de la cual se
dicho acto; de ahí que el acto social, en sus etapas á for*", más ele_ podían seguir esas distintas experiencias dinámicas hasta el meca-
mentales, sea posible fuera o aparte de alguna forma de conciencia. nismo del propio organismo.
El tratamiento que se había dado al sistema nervioso central y
a sus nervios sensoriales y motores había sido el de llevar una co-
4. SuRc¡lrl¡pNTo DEL pARALELIsMo EN LA ps¡col-ocf¡,
rriente nerviosa a un sistema nervioso central, el que, a su vez, era
rcsponsable por una sensación que se 'daba en la "conciencia". Para
La psicología que pone el acenro sobre el paralelismo tiene que
ser distinguida de la psicología que considera ciertos estados de la
lograr una explicación completa de lo que llamamos el acto, había
que seguir hacia arriba el aspecto sensorial y luego, hacia afuera, los
conciencia como existentes en el espíritu del individuo y como suc€-
resultados motor€s que ocurrían debido a Io que pasaba en la con-
diéndose los unos a los otros de acuerdo con sus propias leyes de
asociación. Toda la doctrina de la psicología que sigue a Hume fué
ciencia. La fisiología a que me he referido se apartaba, en cierto
predominantemente asociacionista. Dados ciertos estados de concien-
sentido, del campo de la conciencia. Era difícil trasportar semeja¡te
mecanismo a los anímales inferiores. Eso, ¡ror lo menos, sacaba al
cia, se su¡ronía que eran ¡nantenidos agrupados por otros elementos
psicólogo del campo de la experiencia animat. Darwin consideraba
similares. Entre estos elementos se encontraban los del placer y el
dolor. Relacionada con €ste atomismo de estados conscientes aso- al animal como aquello a partir de lo cual evoluciona la conducta
humana, del rrrismo rnodo que ha evolucionado el organismo hu-
ciados, había una psicología de Ia acción basada en la asociación del
mano, y si eso es cierto entonces debe admitirse que, en algún sentido,
placer y el dolor con ciertas otras sensaciones y experiencias. La
la conciencia evoluciona.
doctrina de la asociación era la doctrina psicológica dominante; tra-
taba la experiencia estática, ant€s gue la dinámica.
El enfoque resultante lo es desde el punto de vista de la con-
ducta misma, y aquí aparece el principio de paralelismo. Lo que
La penetración del aslxcto psicológico, cade vez más profunda-
ocurre en la conciencia corre paralelarirente a lo que ocuffe en el sis-
mente, en el sistema nervioso central demostró que existen series com-
pletas de experiencias que podrían ser llamadas sensaciones y que, sin
tema nervioso central. Es necesario estudiar el contenido de la
forma desde el punto de vista fisiológico y psicológico. El centto de
embargo, son sumamente distintas de lás que pueden ser conside-
la conciencia, dentro del cual se registra lo que afecta a los nervios
¡adas estáticas, tales como el sonido, el olor, €l gusto, el color. La
sensoriales y del cual surge la conducta debida a imágenes de sensación
asociación p€rtenecía a ese mundo estático. Se reconocía, cada vez
más, que había una gran parte de nuestra experiencia que era diná-
y de memoria, debe ser sacado del mecanismo fisiológico; y ein
embargo es preciso encontrar un paralele, en lo que ocurre en el
mica rr. La forma de funcionamiento estaba presente en algunas de
sistema nervioso, para lo que el fisiólogo ha puesto en la conciencia
t1 f-as linear de ta esociación eiguen ta¡ tínea¡ del acto (1924). en cuanto tal. Lo que he mencionado en punto a las emocíones
66 GEoRGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 67

parecía presentar una contraparte físiológica Ínra lo que ocurre en estados físicos con las distintas fases del acto. El paralelismo es,
la conciencia, un camlxr que en apariencia pertenecía particularmente pues, un intento de encontrar analogías entre la acción y los conte'
al aspecto mental de la vida. Odio, amor, cílera son alxrren- nidos experimentados.
temente estados del espiritu. ¿Cómo podrían ser -éstos
explicados en tér- El resultado inevitable de este análisis fué llevar a la psicología
minos fisiológicos? El estudio de los actos mismos desde un punto de una forma estática a una dinámica. No se trataba simplemente
de vista evolucionista, y también el estudio de los cambios que ocu- de relacionar lo que se encontraba en la introspección con lo que se
r'rcn en el organismo mismo cuando se encuentra bajo la influencia encuentra en el organismo; se convirtió en una cuestión de relacionar,
de lo que llamamos una emoción, p¡esentan analogía con esos estadoe unas con otras, las cosas que se encontraban en la introspección, en
emocionales. Podría encontrarse en ellos algo que respondiese decidi- la fo¡ma dinámica en que los elementos fisiológicos eran relacio-
'damente a las emociones. nados a la vida del organismo. La psicología se hizo, 1rcr turno, aso-
(In ulterior desarrollo de esa dirección se da en ta teoría de las ciacionista, motriz, funcionalista y finalmente conductista.
emociones de James. Porque huimos cuando tenemos miedo, y golpea- La transformación histórica de la paicología fué un proceso
mos cuando estamos furiosos, podemos encontrar en el organismo que se llev6 a cabo gradualmente. La conciencia era algo que no
fisiológico algo que reqrcnda al miedo y a la ira. Se trata de una podía ser sencillamente desechado. En los principios de la psicolo-
actitud del organismo que responde a dichos estados emocionalcs, es- gía se produjo un tosco intento de explicar la conciencia como cierta
'pecialmente esas condiciones viscerales que
a me he referido y los re, secreción del cerebro, mas ésta fué solamente una fase ridícula de esta
pentinos cambioa de la circulación que se descubren asociados a l¡s transform¿ción. La conciencia existía pero era algo que podía ser
emociones. Se torna posible relacionar las condiciones psíquicas con puesto en relación cada vez más estrecha con lo que snrcedía en el
condiciones fisiológicas. El resultado fué que se podía hacer una ex- cuerpo. Lo que ocurría allí tenía cierto orden definido. Todo lo
plicación mucho más completa de la conducta del individuo en que ocurría en el cuerpo era parte de un acto. La prirnitiva concel>
térmínos fisiológicos, que se podía encontrar un paralelo, en el meca- ción del sistema nervioso central suponía que se podían localizar
lismo del cue4n y en el funcionamiento de dicho mecanismo, de ciertas facultades del espíritu en ciertas partes del cerebro, Irero un
lo que se explica en términos de conciencia. Esa psicología era de- estudio del sistema nervioso central demostró la inexistencia de tales
nominada, cosa natural, psicología fisiológica. Se trataba de una correlaciones. Se hizo evidente que no había nada más que víag de
explicación, en términos de lo que sucedía en el organismo, del con- comunicación ls. Las células del cerebro eran vistas como partes de lag
tenido que el psicólogo había estado encarando. ¿Qué hay en el aco vías nerviosas provistas de material para continuar el sistema, Irro no
del animal que responda a esa!¡ distintas, así llamadas, categorías psi- se encontró nada que condujese a la conservación de una idea gomo
cológicasl ¿Qué hay que res¡ronda a las sensaciones, a las reacciones tal. No había en el sistema nervioso central nada que permitiese loca-
motrices? Cuando estas preguntas fueron contestadas fisiológica- lizar un trayecto dedicado a las abstracciones. Hubo una época en que
mente, involucraron, es claro, mecanismos ubicados dentro del acto, el lóbulo frontal fué corisiderado como la sede de los procesos de pen-
poftlüe todo lb que sucede en el cuerpo es acción. Puede ser acción samiento, pero el lóbulo frontal tampoco representa otra cosa que
demorada, pero no hay ahí nada que en sí mismo sea simplemente vias de comunicación. Las vías hacen posible una conducta suma-
un e$ado fisiológico que pueda ser comparado con un estado estático. mente complicada, complican el acto enormemente por medio del
Llegamob entonces a las sensacion€s y nos proponemos explicadas en mecanismo del cerebro; Irro no establecen ninguna estructura que
términos de una acción refleja completa. Tratamos con la sensa- res¡ronda funcionalmente a las ideas. D" modo que el estudio de la
ción desde el punto de vista del estímulo, y cuando llegamos a en- conciencia, desde el punto de vista del organismo, llevó inevitable-
carar los distintos estados emocionales, los encaramos en términos mente a los hombres a contemplar la conciencia misma desde el
de la preparación para la acción y del acto mismo, tal como está suce- punto de vista de la acción.
diendo 12. Es decir, se hace ahora esencial relacionar una serie de ¿Cuál es, por ejemplo, nuestra ex¡xriencia que res¡ronde al cierre
12 Así, John Dewey agregó a la doct¡ina de Jame¡ la neccsidad del cosflicto l8 [Entre lor filócofo¡, Heari Bergson destacó e4lecielncnte ese punto. Vóase
en la acción par¡¡ que curgiescn las emocione¡, sl Matiérc et Mémoire.l
68 GEORGE H. MEAD ESPIRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 69

del puño? La pcicología fisiológica siguíó Ia acción a lo largo de r¡ue es la esencia del sistema nervioso central de las formas inferiores,
los nervios que salen de los músculos del brazo y de la mano. La r encuentra allí cierta organización cuya actividad controla otras
experíencia del acto sería, entonces, la sensación de lo que ocurría; ¡ctividades; pero cuando llegamos a la conducta del individuo
en la conciencia como tal existe un conocimiento de lo que el órgano humano, no se encuentra ningún sistema semejante €n que exista
un
está haciendo; hay un paralelismo entre lo que sucede en el órgano lolo centro directivo o grupo de centros' Se puede ver qu€ los dis-
pro-
y lo que ocurre en la conciencia. Este paralelismo, naturalm€nte, no tlntos procesos involucrados en la huída del peligro pueden ser
es completo. Parece haber una conciencia que corresfronde solamente .nr.r, i. tal modo interrelacionados con otras actividades' que la
a los nervios sensoriales la. Tenemos conciencia de algunas cosas y flrc¡lización aparczra en la organización. Se ve que un árbol es un
no la tenemos de otras, y la atención parec€ desempeñar un papel ¡rorible lugar áe fuga, si un toro nos
persiguei Y, en general' se ven
sumamente importante en la determinación de cuál es el caso. El ,oru, qo. permiten que se lleve a cabo la actividad en marcha' un
paralelismo que traE)ortamos no parcce ser completo, sino un para- puede ser el factor determinante de toda
¡rupo ur.irble de centros
lelismo que ocurre solamente en distintos puntos. Lo interesante aquí i¡ actividad del individuo. Este es el concepto que también ha sido
es que el organismo es ahora el que pro¡rorciona las claves para el trreportado ál campo del cecimiento. Ciertas partes del embrión
que
análisis. Sólo algunas partes de la rcacción aparecen en la conciencia comienzan a crecer, y dominan la acción del crecimiento hasta
como tales. El organismo ha ocupado el lugar primario. La psicotogía rlgún otro proceso adquiere predominio. En el córtex, ese órgano
experimental partió de lo que podía aferrar en el sistema fisiológico qJ. .n algún sentido responde a la inteligencia humana, no logramos
y luego pretendió descubrir qué había en la conciencia que restxtn- rn.ontr", ,ringuna fiscaiización exclusiva e invariable, es decir, nin-
¡una eviden.i" d. ella en la estructura de la forma
diese a ello. El hornbre de ciencia sentía que tenía Ia misma seguddad misma' De
que el fisiólogo €n cuanto a identificar esos hechos en el sistema ner- Itgún -odo podemos suponer gue el córtex actúa como un todo'
vioso, y, dados esos hechoc, podía investigar en la conciencia. Era p.io no podemos ,.tro.id., hasta ciertos centros y decir que allí
más sencillo partir de lo neurológico y luego registrar lo que se encoü- irtá alojado el espíritu en pensamiento y en acción' Existe una
traba en lo psíquico. Así, Ia aceptación de alguna clase de paralelismo gnridad indefinida de células conectadas enttt sí, y su inervación'
existente ent¡e los contenidos de la conciencia y los procesos fisio- rn algún sentido, conduce a una acción unitaria' pero resutta
casi
términos del sistema nervioso
lógicos del sistema nervioso central condujo a una concepción diná- it¡oriUl. afirmar qué es esa unidad en
mica de tales contenidos términos de actos-, en lugar de está- .entr.l. Todas las distintas partes de la cofieza parecen estar invo-
-¿n Dt esa forma los contenidoc de la
tica -<n térml¡no¡ de estados-. lucradas en todo lo que o.oir.. Todos los estímulos
que llegan al
conciencia e¡an enfocados dcsde abajo (es decir, naturalístícamente), Úrebro son reflejados ha.ia todas las partes del cerebro' y' sin em-
antes que desde arriba (es decir, trascendentalmente), por medio dc pues' un problema que
brrgo, se consigue una acción unitaria' Resta'
un estudio de los p¡ocesos fisiológicos del sistema nervioso central rn modo alguno está definitivamente resuelto: la unidad de la
¡cción del sistema nervioso central. Wundt se propuso
destinado a determinar qué hay en el espíritu que responda a lac descubrir
actividades del organismo fisiológico. ciertos centtos que fuesen responsables de esa clase
de unidad' pero
que aisle ninguna
Había una duda en cuanto a los centros directores de la acción no existe nada .n la estructuá del cerebro mismo
unificada. Tenemos tendcncia a frnsar en el sistema nervioso central rlc las partes del cerebro destacándola como la que dirige la conducta
desde el punto de vista de un tablero telefónico, con llamadas que .n ,u .onjurrto. La unidad es una unidad de integración' aunque no
llegan y respuestas que salen. Ciertos centros son concebidos como potlemos deci, .r, detalle cómo se produce dicha integración'
principales. Si se retrocede hasta la base del cerebro, hasta la porción Lo que quería hacer resaltar es que el enfoque de la psicología
inevita-
tcórica desde-el punto de vista del organismo debe hacerse,
ltl Siempre tencmos concic¡ci¡ de to quc bcno¡ hecho, ¡u¡c¡ dc b¡cetlo. blemente, a través de un acento puesto sobre la conducta' sobre lo
E¡tamo¡ siempre consciente¡, dircctamentc, ¡ólo de loc procecor ¡ensorialc¡, ¡unc¡ posible tra-
de loa procesos motor¿r; de ebí quc ¡camos con¡ciente¡ dc é¡to¡ ¡ólo ¡ tr¡v€r rtinámico ant€s que sobre lo estático. Naturalmente' es
de aquéllor, que ron ¡u¡ rcsutt¡nte¡. Lo¡ contcnido¡ dc t¡ concie¡ci¡, cn cotrr- bajar en el otro sentido, es decir, contemplar la experiencia desde
el punto de vista del psicólogo y sacar conclusiones acerca de
cucnci¡, tieacn que ¡ar corrcl¡cion¡do¡ co¡ u¡ ¡i¡tema fi¡iológico. o eda¡rtrdor e ét,
en tó¡mino¡ diná¡rico¡, como procclor quc ¡c cfcctú¡n.
70 cEoRGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 7L

lo que sucede en el sistema nervioso central. Es posible reconocer, rionet, tales como la huída del peligro, que representan una sensi'
por ejemplo, que no estamos sencillamente a merced de los distinto¡ bilidad peculiar. Un sonido en cualquier otra dirección no tendría
estímulos que obran en el sistema nervioso central; lo cual es, c[ rt mi¡mo efecto. El ojo es sumamente sensible a los movimientos
carnbio, la opinión natural del fisiólogo. Podemoe ver esos órga- (luc s€ efectúan fuera del campo de la visión central, aunque ese
nos adaptarse a distintos tipos de €stímulos. cuando llegan las onda¡ ftrtor de la retina del ojo no sea tan sensible a las formas y las
de aire, afectan a los órganos especialec del oído; cuando ap"rc.en loc rlirtinciones de color. Se busca un libro en una biblioteca, y se lleva
gustos y los olores, loc estímuloc recorren treyectos en los órganor una especie de imagen ment¿l del lomo del libro; se torna uno
adecuados que rcaccionan. Podrá p¡¡r€cer que existe sólo una rcac- rnsible a cierta imagen de un amigo a quien se va a encontrar'
ción del organismo a los estímulos. Esta posición es adoptada en la l)odemos sensibilizarnos a ciertos tipos de estímulos, y podemos
psicología de Spencer, quien aceptó el principio darwiniano de la evo. conetruir la clase de acción que llevaremos a cabo. En una serie de
lución. La influencia del ambienta es ejercida sobre el individuo, y la n¡cciones en cadena, el individuo realiza una reacción instintiva
adáptación de éste resulta de las influencias del ambiente sobre é1. y lucgo se encuentra en presencia de otro estímulo, y así siguiendo:
Spencer concibió el sistema nervioso central como atacado continua- Íxro, como seres inteligentes, nosotros mismos construímos seme-
mente por estímulos que establecían ciertas vías, de modo gue era el Jantes reacciones organizadas. En el cam¡ro de la atención tiene que
ambiente el que moldeaba al individuo. rxietir un mecanismo en el cual se puedan otganizar los distintos
Sin embargo, los fenómenos de la atención proporcionan dis- r¡tlmulos con referencia a otros, a fin de que puedan ocurrir ciertas
tínto cuadro de Ia conducta. El animal humano es un animal aten- rcacciones. La descripción de esto es algo a lo cual podremos llegar
to, y su atención puede srr concedída a estímulos sumamente leve¡. mediante un estudio de nuestra propia conducta, y por el mofilento
Se pueden captar,sonidos a la distancia. Todo nuestro ptoceso intc- ?ito es todo lo que podemos decir.
ligente párece residir en la atención selectiva de ciertos tipos de ec- El paralelismo en psicología se encontraba principalmente do-
úímulos 16.
Otroc estímulos que bombardean et sistema son desviado¡ tninado por el estudio del sistema nervioso central, y eso llevó in-
de algún modo. Dedicamos nuestra atención a una cosa en eqlccial. cvitablemente a la psicología funcionalistd, motúz, vofuntarista y
No sólo abrimos la puerta a ciertos estímulos y ta cerramos a otros, finalmente conductista. Cuanto más se pudiese explicar de los pro-
sino que nuestra atención es un proceso organizador así como un cesos del individuo en términos del sistema nervioso central, tanto
proceso selectivo. Cuando prestamos atención a lo que vamos a más se empleaba, para ínterpretar la conducta, la pauta proporcio-
hacer, estamos escogiendo todo un grupo de estímulos que repres€n- nada por el sistema nervioso central. Insisto en que las pautas que
tan actividad sucesiva. Nuestra atención nos permite organizar el uno encuentra en el sistema nervioso central son pautas de acción,
campo en que vamos a actuar. Y aquí tenemos al organicmo como no de contemplación, no de apreciación en cuanto tal, sino pautas de
actuante y determinante de su ambi¿nte. No ee trata simplemente ¡cción. Por otra parte, quiero señalar que se puede enfocar el sis-
de una serie de sentidos pasivos atacados por los estímulos que tema nervioso central desde el punto de vista del psicólogo y
vienen de afuera. El organismo sale y decide a qué rcaccionará, y plantear ciertos problemas al fisiólogo. ¿Cómo explicará el fisíó-
otganiza ese mundo. (fn organismo escoge una cosa y otro elige otra logo la atención? Cuando intenta hacerlo, se ve obligado a efec'
distinta, puesto que actuará en forma diferente. Este es un enfoque tuado en términos de las distintas vías de comunicación. Si quiere
de lo que sucede en el sistema nervioso central, un enfoque que el explicar por qué es elegida una vía en lugar de otra, debe recurrir
fisiólogo recibe del psicólogo. e esos términos de vías y acciones. No es posible establecer en el
La fisiología de la arención es un campo que constituye aún sistema nervioso central un principio selectivo que pueda ser apli-
un continente oscuro. El organismo se adapta a ciertos tipos de cado en general; no se puede decir que existe un algo específico en
conducta, y esto resulta de considerabte importancia para deter- el sistema nervioso central que se encuentra relacionado con la aten-
minar qué hará el animal. También se dan en el organismo reac- ción; no se puede decir que hay un ¡roder general de la atención,
Es preciso explicado específicamente, de modo que, aun cuando
16 [Véace lar Scccioncs 13 y l4.l uno dirija su estudio del sistema nervioso central desde el punto
72 cEoRcE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 7}
de vísta de Ia psicología, el tipo de explicación que tendrá que mhnz.o del acto como su propia volición de actuar. Existe sólo una
obtener deberá serlo en términos de las vías que representan acción. írnciencia de ciertos procesos que se llevan a cabo. Empero, el para-
Tal, en pocas palabras, es la historia de la apadción, en su l¡thmo, en esta forma extrema, dejaba fuera de la explicación preci-
forma paralelista, de la psicología fisiológica, una psicología quc r.rncnte procesos tales como los de la atención y del carácter selec-
había pasado a la etapa siguiente al asociacionismo. por lo común tlvo de la concíencia. Si el fisiólogo hubiese podido indicar el rneca-
se pone el acento sobre la atención, al seguir las huellas de esta tran- nlrnro dcl sistema nervioso central gracias al cual organizamos nues-
sición, pero el énfasis puesto sobre la atención proviene principal- tr¡ rcción, quizá todavía predominaría semejante explicación en
mente del estudio del organismo como tal, y, en consecuencia, de- tórminos de ese paralelismo extremo, que consideraría al individuo
bería ser visto dentro del contexto más amplio que hemos presen- romo simplemente consciente de la selección hepha por el organismo.
tado. tlcro el proc€so mismo de la selección es tan complejo, que se hace
erri imposible explicarlo, especialmente en tales términos. La con-
5. Er p¡n¡r¡LlsMo y LA AMBIGüspap DE "coNcrENcIA,' clrncia en cuanto tal es peculiarmente selectiva, y los procesos de
"Conciencia" es un término sumamente ambiguo. A menudo ¡:lccción, de sensibilizaciÍn del órgano a los estímulos, son algo
muy difícil de aislar en el sistema nervioso central. Wílliam James
uno identifica la conciencia con cierto algo que existe en determi-
nadas condiciones y no existe en otras. Se la encara de la maner¡
rñrta que el monto de la diferencia que es preciso conc€d€r a ciertos
más natural, su¡roniendo que es algo que sucede en ciertas condi-
,rtlmulo$ para hacerlos dominantes es levísirlo, Y pudo concebir
ciones del organismo; algo, pues, quc puede ser concebido como un ¡cto de volición que se afena e ciertos estímulos y les corrcede
paralelo a giertos fenómenos del sistema ne¡vioso, pero no paralelo tfrnes un poco más de énfasis del que les habría concedido de otro
a otros. Parece no haber conciencia ninguna que res¡ronda a loc modo. Wundt trató de hacer posible el paralelismo suponiendo la
procesos motores como tales; la conciencia que tenemos de nu€stre rri¡tencia de ciertos centros que pudiesen llevar a cabo esa función
acción es de tipo sensorial y responde a la cor¡iente que viene de rtrtiva. Pero no había ninguna explicación satisfactoria de la
los nervios sensoriales que son afectados por la contracción de ros lorma en que podía conseguirse esa interacción entre un organismo
músculos. No tenemos conciencia de los procesos motores, Irero
y una conciencia, de la forma en que la conciencia podía actuar
pos€emos un proceso sensorial que corre paralelo a ellos. Tal es ¡obre un sistema nervioso central. Dt modo que' en esta etapa del
dc¡errollo de la psicología, tenemos paralelismo más bien que inter-
la situación de la cual surge el paralelismo. Su¡rone, por un lado,
rccionismo.
un organismo que es una organización en marcha, que aparente-
mente puede funcionar sin conciencia. una persona continúa vi- La fase paralelística de la psicología st tevela, no simplernente
viendo cuando se €ncuentra bajo los efectos de un ancstésico general. como una de las formas pasajeras que han aparecido en la investi'
I ¿ conciencia desaparece y la conciencia vuelve, pero el organismo grción psicológica, sino como una que ha servido para un fin evi-
vivo continúa su marcha. Y cuanto más completamente está uno dcntc ytespondido a una necesidad evidente.
en condiciones de explicar los procesos psicológicos en términos del Distinguimos, en algún sentido, las experiencias que llarnamos
sistema nervioso central, tanto menos importante se torna esa con- conscientes de las que ocurren en el mundo que nos rodea. Vemos
ciencia.
un color y le asignamos cierto nombre. Descubrimos que estamos
cquivocados, debido a algún defecto de nuestra visión, y recurrimos
La afirmación extrema en ese s€nrido fué hecha por F{ugo
Münsterberg 16. Supuso que el organismo mismo continuaba fun- a los colores espectrales y lo analizamos. Decimos que existe algo
qu€ es independiente de nuestro proceso sensorial inmediato. Tra-
cionando, Irro que había ciertos estados conscientes que respondían
tamos de aprehender esa parte de la experiencia que puede ser tornada
a ciertos cambios nerviosos. Si uno decía que hacía atgo, ello signi-
como independiente de la propia reacción inmediata de uno. Que-
ficaba que había una conciencia del movimiento de un músculo en
remos aprehenderla de modo de poder encarar el problema del error.
el cueqro al hacer ese algo; uno inter¡retaba la conciencia del co-
l)onde no está involucrado ningún error' no trazamos el límite'
16 [Vóarc Die Wíltmthandlung.l Si descubrimos que un árbol visto a la distancia no existe cuando
74 GEoRGE H. MEAD ESPÍRTTU, PERSONA Y SOCIEDAD 75

llegamos al lugar, entonces hemos confundido alguna otra cosa con ttpt?rcntan el mismo objeto. Deseamos poder separar los contenidos
el árbol. Así, nos es preciso tener un carng) al cual referir nuectra gur varían de loo contenidos que, de algún modo, nos son comu'
propia experiencia; y también necesitamos objetos que sean r€€ono- nu ¡ todos. Nuestros psicólogos se proponen decididamente enfocar
cidos como independientes de nuestra propia visión. Nos hace falt¡ lr rx¡xriencia tal como varía con los individuos. Algunas de dichas
el mecanismo que establezca esa distinción en cualquier momento, ll¡rriencias dependen de la perspectiva del individuo, y algunas
y lo generalizamos de este modo. Elaboramos la teoría de la per. firn pcculiares de un órgano en especial. Si uno es daltónico, tiene
cepción sensorial en términos de los estímulos externos, de modo rr¡xriencias distintas de las de una lxrsona con ojos normales.
que podamos aprehender aquello en lo que podamos confiar para Cuando usamos Ia palabra "conciencia", entonces, con referen-
distinguirlo de aquello en lo que no ¡rodemos confiar del mismo elr ¡ las condíciones variables según la experiencia del individuo'
modo. Aun un objeto que está realmBnte presente puede dar lugar rrr empleo es completamente distinto del que le damos en el sentido
a una discriminación de ese tipo: en el labo¡atorio se distingue entre dr tornarnos inaccesibles al mundo 1?. En un caso tratamos la si-
estímulo y experiencia seneorial. El experimentador enciende cierta lu¡ción de una persona que se duerme, distrayendo o centrando su
luz y sabe exactamente de qué luz se trata. Puede decir qué ocur¡r rt:nción, es'decir nos referimos a una exclusión completa o parcial
en la retina y en el sistema nervioso c€ntral, y luego averigua cuáles dr cicrtas part€s de un campo. El otro empleo concierne a la expc-
son las experiencias. Pone toda clase de elementos en el proceso, de rle ncia de un individuo, en tanto es distinta de la experiencia de cual-
niodo que el sujeto los confunda. Obtiene, por un lado, datos cons- quier otro, y no sólo diferente en ese sentido, sino también €n cuanto
cientes, y, por el otro, loc procesos físicos que se llevan a cabo. difiere de su propia experiencia en drctintas oportunidades. Nuestra
Trasporta este análisis solamente a un campo que es de importancia rrperiencia varía, no simplemente con nuestro propio organismo,
para su investigación i y él mismo tiene objetos que podrían ser rino gambién de momento en momento, ], sin embargo, se trata de
analizados de igual modo. unr experiencia de algo que no ha variado como varían nuestrag
Queremos poder distinguir lo que pert€nece a nuestra propia rr¡rriencias; y como queremos €star en condiciones de poder estudiar
experiencia de lo que puede ser formulado, como decimos, en tér- rrl experiencia en esta forma variable, nos es precíso establecer algu-
minos científicós. Estamos seguros de algunos proc€sos, Ixro no n¡ clase de paralelismo. Podtía intentarse establecer el paralelismo
estamos seguros en cuanto a la reacción de las personas a dichos fuera del cuerpo, pero el estudio de los estímulos nos conduce inevita-
procesos. Recbnoiemos que existe toda clase de diferencias entre los blemente al estudio del cuerpo mismo.
individuos. Tenemos que establecer esta distinción, de modo que Distintas lrcsiciones llevarán a distintas experiencias en relación
nos vemos bbligados a erigir cierto paralelismo entre cosas que exis- (on un determinado objeto, por €j', con una moneda colocada en
ten y tienen un valor uniforme para todos y cosas que varían para cierto lugar. FIay otros fenómenos dependientes del carácter del ojo,
ciertos individuos. Aparentemente, obtenemos un campo de con- ¡r clel efecto de experiencias pasadas. La forma en que la moneda sería
ciencia y un campo de cosas físicas que no son conscientes. ex¡xrimentada depende de las experiencias anteriores que puedan ha-
Quiero distinguir las diferencias que surgen en el empleo del ber ocurrido a los distintos individuos. Para una persona es una mo'
término "conciencia" palra denotar accesibilidad a ciertos contenidos neda distinta que para otrai y, no obstante, la moneda existe como
y como sinónimo de esos contenidos mismos. Cuando uno cierra runa entidad en sí. Más importante aún desde el punto de vista psi-
los ojos, se aparta de ciertos €stímulos. Si uno toma un anestésico, cológico es la p€rspectiva de la memoria, por medio de la cual una per-
el mundo es inaccesible pera é1. Similarmente, el sueño lo torna a flona ve una moneda y otra una distinta. Estos son caracteres que ne-
uno inaccesible para el mundo. Pues bíen, quiero distinguir este cesitamos separar, y en ello reside la legitirnidad de nuestro patale'
uso de Ia conciencia, el de tornarlo a uno accesible e inaccesible a lismo, a saber, en esa distinción existente entre el objeto tal como
ciertos campos, y diferenciarlo de los contenidos que son detenrri-
nados por la experiencia del individuo. Queremos estar en condi- tr [E, incidentalmente, de [n tercer uso.]n que "conciencia" está restringida
"The. Defi-
ll plano'dei funcionamiento de los símbolos, sobie conciencia, véase(190t)
ciones de estudiar una experiencia que varía con los distintos indi- nition of the Psychical", tlnioersítg of Chícago Publicatíone., lll ' 77
viduos, es decir, los diferentes contenidos que en cierto sentido i rr.' ;'wtit ióii"t O¡j..tc Must"Psychology P.etuppose?". Journal of Phi'
losophs, VII (1910), 174 y sg.l
76 GEORGE H. MEAD Espfntru, PERSoNA Y socIEDAD 77
puede ser determinado, física y fisiológicamente,
como común a todor, utlmuloc hasta el cerebro, y decimos que allí se enciende la con-
y Ia experiencia que es peculiar a un organismo patticul"r,
sona particular.
i orr" p.a tl¡rri¡. De este modo, sólo nos queda ubicar en definitiva toda la
rl¡rricncia en el cerebro, y entonces surgen viejos fantasmas epis-
Él establecimiento de esra distinción como doctrina psicorógicr lr¡rológicos. ¿De quién es ese cerebro? ¿Cómo es conocido el cere-
proporciona la clase_de pcícorogía que wundt
h" pr.sená brol ¿Dónde reside el cerebro? El mundo entero llega a ubicarse en
y exhaustivamente. Ha tratado de presentar al orginismo ¿o y su"t;caa, rl teribro del observadcr; y su cerebro está ubicado en el cerebro
dio como objetos físicos idénticos para cualquier experien.ir, mc- rh trdos los demás, y así hasta el infinito. Toda clase de dificul-
que los reflejos que en ellos pro'o.in las
,on-
disúntas .*p..i.rr.i", ,.un Itdu surgen cuando uno intenta convertir esa división paralelista
todos diferentes. Dos rrrson¡¡s que estudian er
mismo siitema i.roioro rn una división metafísica. Es preciso señalar ahora la natutaleze
central en la misma mesa de disección lo verán ptlctica de esa división.
con una pequeRr
diferencia; y sin embargo vcn er mismo sístema
nervioso centrat.
cada una de eltas ha tenido una distinta experiencia
en ese pro..ro.
bien, póngase de un lado el org"rrir-o y su medii como
6. EI PROCN¡MA DEL CONDUCTISMO
41"t"
objeto común y luego-tómese lo que qo.d., po. ,ri ¿..ii y póngasc Hemos visto que el intento de explicar la experiencia del indi'
eso en la ex¡xriencia de los distintos individuos, y implica cierta clase
.t ,.roit"do será vrtluo en cuanto peculiar a él como individuo
un p-aralelismo: por una parte el mundo físico, y por la otra le rle paralelismo. Ló que es accesible sólo para ese individuo, lo que
concienci¡. su vida interior, debe ser explicado en
rlcurre sólo en el campo de
para esta distinción, como lo hemos visto, es una ru relación con la situación dentro de la cual se lleva a cabo. un
- \: base
familiar y justificable, pero cuando se re da Ia forma de una peico-
ba¡e
y otro tiene otra experiencia, y
in{ividuo tiene una experiencia
logía, como lo hizo Wundt, llega a sus límites; lmbas son explicadas en términos de sus biografías: pero existc un
r,i ,. i" ii*a más
allá- nos conduce a dificuttad.". L" distinción iegitima
.i i" qu. t¡regado: lo lue es común a Ia experiencia de todos' Y así nues-
permite que una persona identifique esa fase
d" oni .*p.riá.I" qo" rir explicación científica correlaciona lo que experimenta el indi-
le es peculiar a ella, que tiene qo. ,., estudiada en términos
de un viduo mismo, qlu€ en definitiva sólo puede ser explicado en tórminos
momento de su biografía. Existen hechos que
son importantes sólo rtc su experi.r,.i", aot la experiencia que p€rtenece a todos' Esto es
en cuanto residen en ra biografía del individuo. e¡cncialafindequepodamosinterpretarloqueespeculíaralindi.
La iécnica de esa
clase de separación recurr. ar ambiente psicológico
por u,, tiao y viduo. Siempre ,.p"rittt* lo que es peculiar a nuestra propia reac'
a- la experiencia por el orro. Dc tal modo, cción, lo que podemos ver y otras personas no pueden' de lo
que
in" Irp.i.n.L ¿A
objeto mismo es contrastada con ra experiencia der
individuo, la c¡ común a todos. Referimos a un lenguaje común' a un mundo
conciencia por un lado con el mundo no consciente
por el otro. común, lo que lxrtenece solamente a la experiencia de un individuo.
Si seguimos esta distinción hasta sus límites, llegamos a un Y cuando trasportamos esta relación, €sta correlación' a lo que ocu-
organismo fisiológico que es el mismo para todas ras
¡irsonas, ata- rre física y fisiologicamente, obtenemos una psicología paralelista.
cado ¡ror una serie de estímulos que es la misma p"r"
,oJ*. E, El color u olor peculiar que cualquicra de nosotros capta e3 una
preciso seguir el efecto de tales estímulos en y
el sistemi nervioso cen- cuestión privada. Difiere de la experiencia de otros individuos,
tral hasta el punto en que un individuo en particular tiene una al mismo tiempo existe un objeto comrin al cual se tefiere. Es ta
mis-
experiencia específica. cuando hemos hecho eso en
un caso parúicu- ma luz, la misma rosa, las que están involucradas en tales experien'
lar, empleamos ese análisis como base para generarizar esa distin- comunós a
cias. Lo que tratamos de hacer es seguir estos estímulos
ción. Podemos decir que existen cosas físicas por un lado y individuos. Inten'
aconte- través del sistema nervioso de cada uno de esos
cimientos mentales por el otro. Sulrcnemos que el que respon'
mundo experi- tamos alcan zat la explicación en términos universales
mentado de cada persona es considerado como un
resultado de una de a esas condiciones particulares. Queremos dominarlas hasta don'
serie causa! que reside en er interior de su cereb¡o. .de nos sea posible, y es esa determinación de las condiciones en que
seguimos ros
78 cEoRGE H. ME¡,D ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 79

ocurre la experiencia particular lo que nos permite realizat ese do. [¡i¡ne¡ cntre ciertas situaciones y ciertas reacciones. Es característico
minio rh mt¡ psicología el que no sólo es tan conductista como puede
18.

si uno dice que su experiencía de un objeto está compuesta dc I rn cu¡nto que explici, tan completam€nte como
le es posible' la
distintas sensaciones y luego se propone explicar las condicioncr lr¡rcricncia ¿el in¿ividuo en términos objetivos), sino que además
en que dichas sensaciones ocurtren, podrá decir que expresa dich¡¡ I intcresa obtener esas explícaciones y correlaciones a fin de contro-
condiciones en términos de su propia experiencia. pero son condi. hr l,r conducta en la mayor medida posible. vemos que la psicología
ciones comunes a todos. El rnide, determina qué es Io que está eucc- Or¡¡lerna está interesada en los problemas prácticos, especialmente
diendo, pero el aparato con que mide, en fin de cuentas, está hecho [¡r ric ta educación. Tenemos que guiar las inteligencias de chiqui-
de sus experiencias sensoriales. Las cosas qu€ son calientes o ftíac, llrrr y niños a hacer cierto definido empleo de los medios y a ciertos
ásperas o euaves, los objetos mismos, son explicados en término¡ tlf|r|r definidos de reacciones. ¿cómo podemos tomar al individuo
de sensaciones; Ixro son explicados en términos de sensaciones quc *,,n .u, peculiaridades y llevarlo hacia un tipo de reacción más_ apro-
rlnrldamente uniforme? Tiene que tener el mismo lenguaje
que
¡rodemos hacer universales, y tomamos esos caracteres comunes de
la e¡¡xriencia y descubrimos, en términos de ellos, ras experienciao lr¡r dcmás, y las mismas unidades de medida; y tiene que adoPtar
¡rculiares a los distintos individuos. .trtt¡ cultura definida como fondo para su propia experiencia. Tiene
La psicología está interesada en esa correlación, en descubrir qué r¡uc adaptarse a ciertas estructuras sociales y convertirlas en parte
rclación existe entre lo que ocurre en el mundo físico y lo que ocurr? ,i, ,í. ¿ió-o se logrará eso? Estamos tratando con individuos sepa-
en el organismo cuando une persona tiene una experiencia sensorial. farlo¡, y sin embargo esos individuos tienen que convertirse en
Ese programa frué rcalizado por Hermann Helmholtz 1e. El mundo ¡,.,r., á. un todo común. Queremos obtener la correlación entre
existía en términos que podían ser explicados por las leyes de h ilrl mundo que es común y lo que es peculiar al individuo. De
ciencia, es decir: los estímulos eran explicados en términos físicoc. nrrxto que hacemos que la psicología enfoque las cuestiones de la
Lo que ocurre en el sistema nerüoso podía ser explicado cada vez rrlucaciin y los problemas de la escuela, y tratamos de enalizar
con mayor exactitud, y ello se podía correlacionar con ciertas ex- rlrfcrentes inteligencias para poder explicarlas €n términos que, hasta
periencias definidas que el individuo descubría en su propia vida. ll¡rn<Je sea posible, sean comunes: queremos algo que pueda corre'
Y el psicólogo está interesado en obtener ra correración que existc l¡t,i¡narse con la tarea que el niño tiene que llevar a cabo. En el
entre las condiciones en que sucede la experiencia y lo qo. .r peculiar lr.lrguaje hablado están involucrados ciertos procesos definidos. ¿Qué
al individuo. Desóa hacer que esas explicaciones sean ta' unüersates l,,ry' en él de uniforme y que nos permita identificar qué puede
como resulte posible, y en ese sentido se comporta científicamente. h¡cer el individuo y qué adiestramiento especial habrá quizá que
Quiere explicar la experiencia de un individuo tan ajustadamente rltrte? La psicología penetra también en el campo de las cuestiones
comó pueda, en términos del canr,po que puede cont¡olar, de las condi- ¡¡rmerciales, de venta, de personal; entra en el campo de lo anormal
ciones bajo las cuales aparece. Naturalmente, trata de explicar la y tr¡ta de apoderarse de lo que €s peculiar en el individuo anor'
conducta del individuo en términos de sus reflejos, y retrotrae, tan rrr;rl y de ponerlo en relación con lo normal, y con las estructuras
lejos como le sea posible, los reflejos más complejos del individuo r¡uc reciben su expresión en tales anormalidades. Es interesante ver
hasta las formas más cencillas de acción. Emplea, hasta donde pue-
,¡rre la paicología parte de este problema de obtener correlaciones
de, una explicación conductista, porque puede. ser formulada en
e¡rtre la experiencia de los individuos y las condiciones en que ocu-
términos del mismo campo que él controla.
El motivo que informa a la psicología moderna recibe una ex- ,c y se propone explicar esa experiencia en términos de la conducta;
presión en el campo de los tests mentales, donde se obtienen corre- y que al mismo tiempo trata de hacer un empleo práctico de esa
rorrelación que descubre, paÍa los fines de adiestramiento y fiscali-
-r8 -.[La rigniente interpretación metodotógica det perareriomo ca t¡arizadla mát
z.rción. Se está convirtiendo, esencialmente, en una ciencia práctica,
cn detalle cn le Sección 15.] y ha apartado a un lado los problemas psicológicos y filosóficos
lDlie Lehre oon dem Tonempfindungen; Handbuch dcr phgúolo7írl*n
^ l_t _ t"Ti1.::r,*oor^", en la psicología aso-
Optih.l r¡ue estaban
"t'.UF
80 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 81

que refe-
ciacionista. Tales son las infruencias que otxran en ra psicoroglr ll.ry otra fase de la psicología reciente a la que tendría
conductista. ,trrrrs, a saber, la psicotogía de la configuración'
o psicología de la
t ier,r,l,, que ha despertadJinterés en años recie.ntes' En
ella vemos el
- Esta psicología no es una teoría para oponer a una doctrina aso. comUnes a la
ciacionista, y no debe ser consideradi como tal. Trata de descubrir rrrrrftocimiento de elementos o fases de la experiencia
que dicha cxperien-
. r¡,ericncia del individuo y a las condiciones
cuáles son las condiciones en que surge la experiencia del individuo. en
Tal experiencia es de una clase que nos retrotrae a la conducta a fin 20. generales del campo de la per-
,rr rrrrge Existen ciertas formas
de poder seguirla. Es lo que proporciona una marca distintiva -..j",,rri tanto en la experiencia del individuo como en los objetos
a l¡ un color y
investigación psicológica. La historia y todas las ciencias sociale¡ xrl¡f¡r)s. Pueden ser identificadas. No se puede tomar
La experiencia'
tratan de los seres humanos, pero no son primariamente psicológicas. il'ilrlruirlo a partir de ciertas series de sensaciones'
La psicología puede ser de gran importancia al encarar, aig"-o., lnrltt¡o la del individuo, debe partir de algún
todo' Debe involucrar
tr
economía, el problema del valor, del deseo, los probtemas de la cienci¡ ,il,in ,o¿o a fin de que podamos obtener los elemento-s -T:' ll*"-
este reconocimrento
polítíca, la relación del individuo con el ¿srado, las relaciones perso. ,iltt, O. peculiar impotiancia para nosotrosdelesindividuo y que es
nales que tienen que ser consideradas en función de los individuos. rh rrn elemento comiin en la percepción la percepción
surge
P¡{e 'lescubrirse que todas las ciencias sociales tienen una fase psico- r¡rnritlerado como una condición bajo ta cual
Iógica. La historia no es más que biografía, toda una serie ae uio- un análisis de la experiencia que se basa
¡xrsición qu€ se opor,.
a
nuestra percepción
grafías; y, no obstante, todas las ciencias sociales tratan de loc ,n'lo *opori.i¿r, d. que el todo que tenemos en
separados' La
individuos en sus caracteres comunes; y donde el individuo resalta rr rimplemente una organización de- esos elementos
como distinto es contemplado desde el punto de vista de lo que proporciona otro elemento común a la
i*,,,,f<rri" de la Gesrarf"nos que determina las
logra hacer en el seno de toda la sociedad, o en términos del efecto lr¡'.ri.i.i, del indiviiuo y áet mundo' elemento Así como antes uno
destructor que pueda tener. Pero no nos ocupa principalmente, en r¡rltrliciones en que surge dicha experiencia'
cuanto científicos sociales, el estudio de su experiencia como tal. irul., qu. lon lo' estímulos y con lo que pudiese ser
"r.eglirselas ahora poseemos cierta
La psicología se propone elaborar la técnica que re permita encarar rarlrc¡do en el sistema nervioso central' así
esas experiencias que cualquier individuo puede tener en cualquier rrtrr¡ctura que tiene ;;.:;t reconocida' tanto en la experiencia del
momento de su vida, y que son ¡xculiares a dicho individuo. y rlrrlivicluo como en el mundo condicionante'
el definida'
método de encarar semejante experiencia consiste en averiguar las Una psicologia conductista representa una tendencia
hasta donde sea po-
condiciones en que ocurre esa experiencia del individuo. Debería- Inrrs que'un sistema, una tendencii a explicar' La
del individuo'
mos proponernos explicar la experiencia del individuo, hasta tan
le- rrble , las condiciones en que surge la experiencia
ei tl paraltlismo' El término es in-
r urrctación recibe su op,.'iOn
jos como podamos, en términos de tas condiciones en que
ella surge.
Es esencialmente un problema de control, éste al cual el psi- hrrtunado, en cuant; que lleva l" distinción entre espíritu y
"" 'í que todas las opera-
cólogo se está dedicando. Tiene, naturalmente, su aspecto de investi- ,,;;;;;, .nt.. lo psíquiá y lo físico' Es ciertohasta llegar al sistema
gación en busca de conocimientos. Queremos aumentar nuestros r iones de los estímuios
púed.n ser rastreadas
co- nos encontrafnos en
nocimientos, pero detrás de eso hay un intento de dominar gracias rru.uioro central, de modo que aparentemente
de nuestra piel y re-
al conocimiento que obtengamos; y resulta sumamente interesante ,lndiciones de introducir el'problema dentro
nervioso central' que
ver que nuestra psicología moderna avanza cada vez más en los cam- tr(xeder hasta algo J.t otg"iit-o' el sistema
de una
pos dentro de los cuales puede obtenerse Ia fiscarización. Tiene éxito, -r'rrpi.r."t"tivo de todo lo que ocurre afuera' Si hablamos influye
hasta donde puede establecer correlaciones que es posible poner a h¡2. diciendo que influye sobrc nosotros'-
la verdad es que no
no ejerce influencia hasta
prueba, Queremos aprchender los factores de la natu¡aleza del indi- ¡,;,;;t. golpea r" ttiát del ojo' El sonido
que podemos decir que
viduo que pueden ser reconocidos en la naturaleza de todos ros miem- r¡ue llega al oído, y así siguiendo' de modo
bros de la sociedad pero que pueden ser identificados en el individuo. t.<lo el mundo po.át eiplicado en términos de lo que ocurre den-
son problemas que cada vez avanzan con más f.verza hacia pri-
"t
20 tW^ Kóhte¡, Die phtlskchen Gestalten ín Ruhe und ím stationatm
mera fila. / u,¡an?: Gestalt Psgchologg 'l
8?. GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 83

tro del organismo mismo. Y podemos decir que estamos tratando ll¡rrlte, se consiguen resultados como los de decir gue todo lo que
de correlacionar los sucesos que se dan en el sistema nervioso central, rrurfc en la conciencia tiene que estar localizado, en cierto modo, en
por un lado, y las experiencias del individuo, por el otro. l¡ cabeza, porque se ha seguido los rastros de cierta clase de relación
Pero nos es preciso reconocer que aquí hemos utilizado un e.tajo rrttrrt que afecta a la conciencia. La cabeza de que se habla no es
arbitrario. No podemos tomar el sistema nervioso central de por eí, rr¡rticada en términos dela cabeza que se observa. Bertrand Russell
ni lcs objetos físicos aisladamente. Todo el proceso parte de on rlire que la cabeza real a que se refiere no es la que el fisiólogo con-
tímulo e involucra todo lo que ocurr€. Así, ra psicología correla. "0. trrn¡rla, sino la cabeza del ptopio fisiólogo. A los psicólogos les re-
ciona la diferencia de percepciones con la intensidad física de lo¡ nrlt,r infinitamente indiferente el que esto sea así o no. No es un
estímulos. Podríamos explicar la int€nsidad de un peso que estuvié- que ser
¡rroblema de la psicología actual, y el conductismo no tiene
semos levantando, en términos del sístema nervioso centtil, pero éca y
r¡rn¡idcrado como legítimo hasta cierto punto creer que luego se
sería una forma dificultosa de explicarla. No es eso lo que ra poico- una €x-
rlrrrumba. La psicología conductista sólo se propone obtener
logía trata de hacer. No trata de relacionar una serie de hechos poí- y haga que nuestra correla-
¡rlicación común que resulte significativa
quicos con una serie de hechos neurológicos. Procura explicar las er- r r,in tenga éxito. La historia de la psicología se ha
movido en esta
periencias del individuo en térmínos de las condiciones en que rurge¡r,
rlrrección, y cualquiera que observe lo que ocurre en las Asociacio-
y tales condiciones muy pocas veces pueden ser explicadas en térmi- ner cle Psicologia en los momentos actuales, y la forma en que la
nos neurológicos. ocasionalmente ¡rodemos seguir el proceso baeta
¡rricología es trasportada a otros campos'
verá que el interés, el im'
llegar al sistema nervioso central, Irro es completamente imposibre qu. la infoima, reside en obtener una correlación que permita
i,r,lso
explicar la mayor parte de las condiciones en tales términos. Fisca- i l.r ciencia controlar las condiciones de la experiencia.
lizamos experiencias €n cuanto a la intensidad de lluz que tenemos, dc
los ruidos que producimos; las fiscalizamos en términos de ros efec-
El término ,'paralelismo" tiene una inferencia desdichada: está
l¡isrórica y filosóficamente unido al contraste de lo físico con lo
tos que producimos sobre nosotros mismos por medio del calor y el
¡[fquico, áe la conciencia con el mundo inconsciente. En la
actualid¿d,
frío. Así obtenemos nuestra fiscalización. euízá podamos modificar explicar qué una experiencia en relación
¡o hacemos otra cosa que es
tales efectos operando sobre los organismos mismos, pero en general oculta detrás
¡ on las condiciones bajo las cuales surge. Ese hecho se
tratamos de correlacionar la experiencia del individuo con la situa- "paralelismo", la correlación preciso explicar
rlrl Y para encontrar es
ción bajo la cual ésta surge. Queremos conocer las condiciones en
.rnrbos campos en un lenguaje tan común como sea posible, y el
que prrede aparccú la experiencia. Nos interesa descubrir las leyes de
r onductismo es simplemente un movimiento en esa dirección'
La
correlación más generales que nos sea posible. Pero el psicólogo está trata la conciencia
¡rsicología no es algo que trate de la conciencie; de
interesado en averiguar la clase de condiciones que pueden r.i.ot.-
rlcl individuo en su relación con las condiciones en las cuales la ex-
lacionadas con la experiencia del individuo. Tratamos de explicar la socia'
experiencía del individuo y las situaciones en los términos más comu- ¡x.riencia se da. Es psicología social cuando las condiciones son
nes que ¡rodamos, y esto es lo que confiere su im¡rortancia a lo que
lcs. Es conductista cuando el enfoque de la experiencia se bace a
llamamos psicología conductista. No se trata de una nueva psicología tr',rvés de la conducta 2r'
que aparece y ocupa el lugar de un antiguo sistema. 2r A fin de evitar ciertas i¡fe¡encias metafísicar, quiero decir quc del hecbo
Una psicología objetiva no trata de librarse de la conciencia, rle qce tengamos, por un lado, experiencia individual,_qúe qluizá puede eer privada
sino que tata de explicar la inteligencia del individuo en términos .n ei sentiio de ló personal a qud me he referido, y de que tengamos, -por cl otro
l¡<lo, un mundo común, no se sigue que haya dos planoc separados de existencla
que nos permitan ver cómo se ejerce dicha inteligencia, y cómo ,, ,.rlidod que deban ser distinguidos-metafisicame¡te el uno del otro. Mucho
puede mejorársela. Es natural, pues, que esta psicología busque una ,l,: lo que tp"tec. sencillamentó como expetier,tci¡ de un individuo' coÍlo sus
¡,rnii..'r**iiooes o percepciones, se torni, púbtico más tarde. Todo descubri-
explicación que aproxime entre sí, tanto como sea posible, esas dos -á. ;i, ,oÁirn , con experr€ncras que tienen
i;ri.;;;, ;;; gue -scr cxplicadas en
fases de la experiencia, o que las traduzca a un lenguaje que sea común ;:;;;l;;, L li"g'"fía del descubrilor. El hbmbte puede advertir excepciones
lnf.¡enci"s qo" oirrs petsonas no ven,-y sólo quede registratlas en té¡minoo de
para ambos campos. No queremos dos idiomas, uno de ciertos hechos ",,, p-p1" exp'eriencia. Las pone en esa forma a fin de que otras personas puedan
físicos y otro de ciertos hechos conscientes. si se lleva ese análisis al ,-.i'Uii'"r" i"f.ri.n.i" ,.rrr.lrnt., y luego se propone descubrir cuál es la expli-
,,.i¿n á" ese ixtraño hecho] Elabora hipótesis y tas pone a prueba, y cntoncer
E'l GEORGE H. MEAD
rll¡,¡ se^convierten en p-oeesión común. Es decir que exictc una estrecha rel¡ció¡
.ñlre estos dos campos de to peíguico y lo físico, lo'privado y to público. Hi.emor
cl:(-¡ncione! ent¡e -pued-e
pt¡vado y convertirse.ellos, -reco¡ociendo que el mismo factor ser ahor¡ ¡óto
más tarde en público. E¡ tarca del descubddor, por mcdio
y por medio de sus hipótesis y tñn¡formir
cq'mamente Io _qu! er,cu propia experiencia privadaexperimentos,
-":-:ry_-"lT_ry-"ciones,
en una forma univcr¡¡!.
:-.o mrsmo puede decitcc de ot¡o¡ campos, como €n t¡ ob¡¡ de un gran artirta qur
torn-a Eu! pro-piac emocioneg y tes da üna fo¡ma univer¡at, prri qü. ot-r--pued¡n
penctnr en ella¡.

P ART E I I
ESPfRITU
7. WUNOI Y EL CONCEPTO DEL GESTO

Ilt campode la ciencia social que más nos interesa fué inaugu-
rr,l,r gracias a la obra de Darrvin y a l^ más detallada presentación
rlr Wundt.
Si tomamos la explicación paralelista de Wundt, tenemos un
¡runto de vista desde el cual podemos encarar el
problema de la expe-
irencia social. Wundt se propuso demosttar el paralelismo existente
?ntrc lo que ocurre en el cuerpo, tal como es representado por los pro-
,c¡ns del sistema nervioso central, y lo que sucede en las experiencias
r¡rre el individuo reconoce como propias. Tuvo gue descubrir lo que
rr¡ común a ambos campos q¡3, en la experiencia psíquica' pu-
-tq
rlicse ser explicado en términos físicos
1.

Wundt aisló una valiosísima concepción del gesto que más tarde
¡r. convierte en un símbolo, pero que se descubre en sus primeras €ta-
lr,rs como una parte de un acto social 2. Se trata de esa parte del acto
nocial que sirve de estímulo para otras formas implicadas en el mis-
rno acto social. He proporcionado la ilustración de una riña de pe'

t [Cf. Grundzüge der phgsiologithen Pd71hologie.l,


El iefecto fu¡damentil ?eí parilelismo psicológilo de Wundt es el defecto
f,,.ñ;;;;;i á.-;A; iás--paialetismos psicolSgicos: el .par_alelismo tequerido no
qu€ sólo Ia fase-sensorral' y.no
rr. €n ricor, completo por el lado psíquico Puesto psiqurca¡
l¡ motrii, del proceso fisiológico de la experiencia tiene una corrtlaclón
;t. ;-ü;; .i-ripáá prie"il;-¿e-1ii
d.r paraletisino -requerid.o sóto,pueda cer complctado
i"ilf¿gi,r.L."i.i-qo.á"rh", mod", dest¡ozado. Y- este dcfecto funda'
;,'"";;f;;;;;"."litis*" pri.oi¿gi.o vicia el__análisis de ellas experiencias sfti¡l$
.;;;;i;i;;';; ?; ü-;;";i.;;i6[-. que él basa en -y
supuesto de ese patale'
lismo,
2 ÍVótherpsgchologie, Vol. I. Pa¡a el trataniento que lVtead lacl le Wundt'
..,-párise "The itelatiónr of pty.tology and PSilology;', Psgchological Eul¡etin,
¿í;b;i , ;t;".'-t'f i i- tt., .ol el riás crítico "Tñ.á Imagination
i''I''c"tmeit in wundt'¡
of ivfyth aná Rel¡gion", ibíd.' III (1906)' págs' 393 v ss'l
86 GEoRGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 87

rros como método para presentar el gesto. El acto de cada perro se r ru amo a dar un paseo. Su tratamiento de los gestos estaba plan-
convierte en el estímulo de la reacción del otro Ixrro. Existe, trr(lo en eu casi totalidad en tales términos.
pues, una relación entre ambos; y así como el acto es contestado A Wundt le fué fácil demostrar que no se trataba de un punto
por el otro perro, el primero $ufre, a su vez, cambios. El propio hecho fugltimo de ataque del problema de tales gestos. En el fondo, ellos
de que el otro lxrro esté dispuesto a atacet a otro se convierte en es- Iur rervían a la función de la expresión de los sentimientos; ése no
tímulo para que el otro perro cambie su actitud o su posición. No rr¡ et motivo de que fuesen estímulos, sino que más bien lo eran
bien ha hecho tal cosa, cuando tal cambio de actitud del segundo ¡xrrque formaban parte de cornplejos actos en los que distintos in-
perro hace, a su turno, que el primero cambie de actitud. Tenemos rlividuos estaban involucrados. Se convertían en herramientas por
ahí una conversación de gestos. No se trata, emp€ro, de gestos en el nrcdio de las cuales reaccionaban los otros individuos. Cuando cau-
sentido de que sean significant€s. No suponemos que el perto se diga: ralr¡n cierta reacción, eran cambiados a su vez, ert reacción al cambio
"Si el'animal viene desde esa dirección, me saltará a la garganta, y en- r¡¡e se efectuaba en la otra forma (o individuos de cualquier especie).
tonces yo me volveré hacia ese otro lado". Lo que ocurre es un cam- llorman parte de la organización del acto social, y son elemen-
bio efectivo en su posición debido a la aproximación del otro txrro. trrr altamente importantes de dicha organizacifin. Para el obser-
Descubrimos una situación similar en el pugilismo y la esgrima, v¡dor humano, son exptesiones de emoción, y esa función de
en las fintas y paradas que son iniciadas por parte del otro. Y en- rxpresar emoción puede convertirse legítimamentc en el camlx)
[onces el primero de los dos, a su vez, cambia su ataque; puede que se rlc trabajo del aftista y del actor. El actor se encuentra
efectúe una considerable cantidad de movimientos de avance y de rn ta misma posición que el poeta: expresa emociones mediante su
retroceso antes de que se propine realmente un golpe. Es la misma propia actitud, sus tonos de voz, sus gestos, así como el poeta, por
situación que en la riña de perros. Para r€ner éxito el individuo itr.iio d. su poesía, expresa sus emociones y provoca esa emoción
no debe detenerse a considerar gran parte de su ataque y su defensa: rn los demás. De tal modo tenemos una función que no se encuentra
por el contrario es preciso que Ia lleve a cabo inmediatamente. Tien? cn el acto social de esos animales, ni en gran parte de nuestra propia
que adaptarse "instintivamente" a la actitud del otro individuo. Por conducta, tal como la del pugilista y el esgrimista. Este juego recí-
supuesto, puede razonarla. Puede fintear deliberadamente a fin de proco se lleva a cabo de modo que los gestos ejecutan sus funciones,
abrir un punto d€ ataque. Pero gran parte tiene que hacerse sin deli- provocan las reacciones en lOs Otros, y estas reacciones se c6nvierten
beración. i ,u u., en estímulos para la readaptación, hasta que el acto social
En este caso tenemos una situación en que ciertas partes del acto mismo puede ser efectuado. Otra ilustración de esto €s la relación
se convierten en un estímulo para que el otro individuo se adapte a rlel padre con el niño, el grito estimulante de éste, el tono de res-
dichas reacciones; y esa adaptación se convierte a su vez en estímulo pu.rt" por parte de la forma -padte, y el consiguiente cambio
para que el primero cambie su acto y comience otro distinto. Hay una cn el grito de la forma-niño. Aquí tenemos una serie de adapta-
serie de actitudes, de movimientos, por parte de estos individuos, que ciones-de las dos formas, gue llevan a cabo un acto social involucrado
pertenecen a los comienzos de actos que son estímulos pam las reac- en el cuidado del niño. Y así, en todos estos ejemplos, vemos un
ciones que se presentan. El comienzo de una reacción se convierte en proceso social en el cual se puede aislar el gesto que tiene su función
estímulo para que el primer individuo cambie su actitud, para que cn tal proceso y que puede convertirse en una expresión de emo'
adopte un acto distinto. El término "gesto" puede ser identificado ciones á llegar a ser más tarde la expresión de un significado, una
con €stos comienzos de actos sociales que son estímulos para la idca.
reacción de otros individuos. Darwin estaba interesado en tales gestos La situación primitiva es aquella en que se da el acto social, acto
porque expresaban emociones, y los encaró principalmente corno si que involucra la interacción de distintas formas, y en consecuencia,
ésa fuera su única función. Consideraba qu€, con referencia a otros li adaptación recíproca de la conducta de las distintas formas, en la
individuos, servían la misma función que con referencia a su propia realizición del proceso social. Dentro de dicho proceso se puede
observación. Para Darwin, los gestos expresaban emociones del encontrar lo que denominamos los gestos, esas fases del acto que
a.nimal; en ta actitud del perro veía la alegtía con que acompañaba producen la adaptación a la reacción de la otra forma, Estas fases
88 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 89

del acto llevan consigo la actitud tal como la reconoce el observador, ll ¡retrona del índividuo que lo hace'
El gesto en general' y el gesto
de la
)' también lo que llamamos la actitud interna. El animal puede estar r,,,¿l *n especial, indica.rro o otro objeto dentro del campo
furioso o tener miedo. Estas son actitudes emocionales que están de- rlnrluct¡ sÁcial, un objeto de interés común a todos los individuos
ese objeto' La
trás de los actos, pero son sólo partes del proceso total que se lleva a tnv¡rlucrados en el acto social así dirigido hacia o sobre
cabo. La ira se expresa en el ataqu€: el miedo se expresa en la huída. luncirln del gesto es posibilitar la adaptación entre los individuos
llrvolucrados.n .ualquier acto social dado, con referencia al
Podemos ver, pues, que los gestos signifícan estas actitudes por parte objeto
de la forma, es decir, tienen ese significado para nosotros. Vemos ,, ,,bjctos con que dicho acto está relacionado; el y gesto signifi-
que un animal está furioso y que se encuentra a punto de atacar. Sa- r.t¡te o símbolo significante proporciona facilidades mucho mayores'
gesto no significante' por-
bemos que eso existe en la accíón del animal y que es revclado por la ¡rra tal adaptación y teadaptación, 9ue el
i,,o prouo." en el individuo que 1o hace la misma
actitud del mismo. No podemos decir que el animal quiera hacerlo en actitud hacia él
el sentido de que haya adoptado una determinación reflexiva de ata- io ti¡cia su significación) que la que provoca en otros y
individuos
así le torna
car. IJn hombre puede golpear a otro antes de querer hacerlo; puede qi,n p.ttiripan-con el primeio en el acto social dado'
sobresaltarse y huir de un ruido fuerte que resuena a su espalda, antes el gesto (como componente de
,,,urci.nte i..la actit.rá de ellos hacia
de saber qué está haciendo. Si tiene la idea en el espíritu, entonces conducta subsiguiente a la
l¡ conducta de él) y le permite adaptar su
el gesto no sólo le indica eso al observador, sino que también sig- rlc ellos a la laz de la mencionada actitud' En resumen' la conver-
mucho
nifica la idea que tiene el individuo. En un caso el observador ve r¡cir'rn de gestos conscientes o significantes es un mecanismo
que la actitud del perro representa ataque, pero no dice que ello rrrÁs adecu*ad o y eficaz de adapiación mutua
dentro del acto social
represente una determinación conscientede atacú por parte del perro. y¡ que invoiucra la adopción, por cada uno de los individuos
,¡,,i to ll.u"n a cabo, de las actitudes de los otros hacia él-
Empero, si alguien sacude el puño ante el rostro de uno, surge la que la
suposición de que, no sólo ha adoptado una actitud hostil, sino que c,,nversación de gestos inconsciente o no significante'
también hay alguna idea detrás de ella. Se supone que eso significa, Cuando, en cualquier acto o situación social dada'
un individuo
in<lica por medio de un gesto, a otro individuo' lo
no sólo un posible ataque, sino que, además, el individuo tiene una que éste tiene
idea en su experiencia. ,¡ue hacer, el primer individuo tiene conciencia de la significación
Ahora bien, cuando ese gesto representa la idea que hay detrás de ,i. su propio gesto -< la significación de su gesto aparece en su
y propia experiÁcia-, en la áedida en que adopta la actitud
él provoca esa idea en el otro individuo, entonces tenemos un del
im-
símbolo significante. En el caso de la riña de perros, tenemos un ,.gunao iidividuo hacia ese gesto y tiende a reaccionar ante ella
gesto que provoca una reacción adecuada; en el caso actual tínemos
fü.itr-.nt. del mismo modo como el segundo individuo reac-
un símbolo que responde a un significado en la experiencia del pri- .ion" r. ella explícitamente. Los gestos se convierten en símbolos
mer individuo y que también evoca ese significado en el segundo "t
rignificantes .o"t do provocan implícitamente en un individuo que
individuo. cuando el gesto llega a esa situación, se ha convertido en los hace las mismas reacciones que provocan explícitament€ -{
lo que llamamos "lenguaje". Es ahora un símbolo significante y (lu€ se supone que deben provocar- en otros individuos' los indi-
las conversaciones de
representa cierto significado 8. viduos a quienes están di;igidos; Y en todas
El gesto es esa parte del acto individual frente al que se produce la gestos, d.t tro del proceso social, ya sean externas
(entre distintos
inaiuiaoor¡ o inteinas (entre un individuo dado y él mismo) '
adaptación por parte de otros individuos en el proceso social de la la
conducta. El gesto vocal se convierte en símbolo significante (ca- conciencia que tiene el iidividuo del contenido
y flujo de la signi-
rente de importancia, como tal, en el aspecto simplemente afectivo ficación involucrada depende de que adopte de ese modo
la actitud
gesto llega'
de la experiencia) cuando produce el mismo efecto sobre el individuo del otro hacia sus propt, gestos' De esta manera' todo
que lo hace que sobre el individuo a quien está dirigido o que explí- dentro de un gtupo o comunidad social dados' a representar
un acto
provoca explíci-
citamente reacciona a é1, y de tal modo involucra una referencia a o reacción .sp..i"t, a saber, el acto o reacción que
en el
j-.-[Véase "A Bebaviorisric Account of the Significant Symbol',, tamente .r, .f indi*,iduo a quien está dirigido, e implícitamente
of- Philosophy, X-I)/. (1922),. págs. l5Z v ss.l- Journdl
individuoquelohace;yesteactooreacciónespecialqueelgestole-
90 GEoRGE H. MEAD ESPIRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 9I
presenta, es su significación como símbolo significante. La existenci¡ tintas reacciones. de que la teoría de Wundt sobre el origen
A fin
del espíritu o de la inteligencia sólo es posible en términos de gestol rlel lenguaje pueda ser puesta en práctica, el gesto que emplea e] eri-
como símbolos significantes; porque solo en términos de gestos que ,ner ináividut tiene que ser reproducido, en algún sentido, en la ex-
son símbolos significantes puede existir el pensamiento qo. es sim- ¡rcriencia del individuo de modo de provocar la misrna idea en su
-
plemente una conversación subjetivada o implícita del individuo con- rrpíritu. No debemos confundir el comienzo del lenguaje con sus
sigo mismo por medio de talee g€stos. La internalizaci1n en nuestra ctipas posteriores. Es muy cierto que, en cuanto vemos la actitud
experiencia de las conversaciones de gestos ext€rnas que llcvamos a rlel perio, decimos que representa un ataque, o que cuando vemos a
cabo con otros individuos, en el proceso social, es la esencia del pensa- un¡ persona mirando en torno en busca de una silla sabemos que sig-
miento; y los gestos así internalizados son símbolos significantJs por- nifica que querría sentalse. El gesto significa todos esos procesos'
que tienen las mismas significaciones para todos los miembros de la y csa significación es provocada por lo que vemos. Pero se suftone
sociedad o grupo social dado, es decir, provocan respectivamente las que estamos en los comienzos del desarrollo del lenguaje. si pre-
mismas actitudes en los individuos que las hacen que en los que *,,rrrimos que existe cierto estado psíqtrico que responde a un estado
reaccionan a ellos: de lo contrario el individuo no podría internali- f isico, ¿cómo'llegaremos al punto en que el
gesto provocará el mismo
zarlos o tener conciencia de ellos y de sus significaciones. como vere- ¡¡*rro .n la actitud del otro individuo? En el comienzo' el gesto
mos, el mismo procedimiento responsable de la génesis y existencia rle la otra persona representa lo que uno hará al respecto' No síg-
del espíritu o conciencia s¿gs¡, la adopción de la actitud del otro nifica lo que él está pensando, ni su emoción' Suponiendo que el
hacia el espíritu de uno, -¿o hacia la conducta de uno- involucra ataque airado de él despertara miedo en uno, €ntonces uno no
ten-
también la génesis y existencia, al mismo tiempo, de los símbolos tlríi cólera en el cspíritu, sino miedo. El gesto de él significa miedo,
significantes o gestos significantes. ¡ror lo que a uno respecta. Esta es la situación ptimitiva. cuando un
En la doctrina de V/undt, el paralelismo entre el gesto y la p..ro gianda et-aca a uno pequeño, el pequeño mete el rabo entre las
emoción o la actitud intelectual del individuo hace posible esta- prtas y huye, pero el gesto no provoca en el segundo individuo
blecer un paralelismo semejante en el otro individuo. El g.rto pro- io qo.-prouocó en el primero. La reacción es, por lo general' de una
voca en la otra forma un gesto que despertará o provocará la misma clase distinta que el estímulo del acto social, y se provoca una ac-
actitud emocional y la misma idea. cuando esto ha sucedido, los ción se supone que existe cierta idea que responde a ese
distinta. si
individuos han comenzado a hablar entre sí. Antes me referí a una acto, entonces uno querrá, €n una etapa posteriot, alca¡zar la idea
conversación de gestos que no involucraba símbolos o gestos eigni- que tenía la primera ior-", pero, originariamente, la idea de uno será
ficanres. Los perros no hablan el uno con el otro; no existen ideas la propia idea que responde a cierto fin. si decimos que al gesto "4"
en el espíritu de los perros; tampoco suponemos que el
l)€rro trate corresponde una idea "a" y al gesto B, una idea "b", entonces' €omo
de expresar una idea al otro lrrro. Pero sí el gesto, en el caso del el gesio "A" de la primera forma provoca un gesto "B", Y su idea
relacionada "b", en la segunda forma la idea que responde al
individuo humano, tiene paralelo a cí cierto estado psíquico que €s gesto
la idea de Io que la persona está por hacer, y si este gesto provoca un "A" no es la idea "a", sino la idea "b"' Semejante proceso no puede
gesto semejante en el otro individuo y una idea similar, entonces se pror/ocar en un espíritu precisamente la idea que la otra persona tiene
convierte en un gesto significante. Representa las ideas de los espí, en el suyo.
ritr¡s de ambos. En términos del análisis psicológico wundtiano de la comunica-
Existe cierta dificultad para llevar a cabo este análisis, si acepta- ción, ¿cómo obtiene o experimenta, un organismo reaccionante'
mos el paralelismo de Wundt. Cuando una peñ¡ona sacude un puño la misma idea o correlación psíquica, de cualquier gesto dado' que
ante las naríces de uno, se trata de un gesto en el eentido en que tiene el organismo que hace ese gesto? La dificultad reside
en que
usamos el término, el comienzo de un acto que provoca una reacción Wundt presupone personas como antecedentes del proceso social' a
que'
por parte de uno. La reaccíón puede variar: puede depender de la fin de explicar la comunicación dentro de ese proceso' en tanto
esratura del hombre, puede consistir en que no agite el puño a su por .l contrario, ha de datse cuenta de ellas en términos del proceso
vez, o puede significar una fuga. Es posible toda una serie de die- social, y en términos de comunicación; y los individuos deben ser
92 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 9J

puestos en relación esencial dentro de ese proceso, antes de que lr Hrlégico Ie obliga a dichc dualismo; y, aunque reconoce la necesidad
comunicación, o el conra*o entre los espíritus de distintos indivi. dr r¡r¡blecer una relación funcional entre ellos, en términos del pro-
duos, se haga posible. El cuerpo no es un yo, corlo tal; sólo s€ coñ. frilr de comunicación dentro del acto social, la única relación de esta
vierte en p€rsona cuando ha desarrollado un espítitu dentro del con- rlrrr que puede establecerse sobre su base psicológica es tal, que no
texto de la experiencia social. No se le ocurre a wundt explicar la 1,,¡r., en modo alguno esclarecer la conexión que el contexto de 1¿
existencia y el desarrollo de lxrsonas y espíritus dentro del proceso 'f'al
rllxriencia social tiene con la existencia y desarrollo del espíritu.
social de la experiencia, o en términos de éste; y su presuposición dc .r,ll¡recimiento es proporcionado sólo por el análisis conductista de
que ellos hacen posible este proceso, y la comunicación dentro de é1, lr etrmunicación, y por la explicación de la naturaleza del espíritu
invalida su análisis de dicho proceso. porque si, como lo hace wundt, rn trlrminos de la comunicación a que dicho análisis lleva.
se presupone desde el comienzo la existencia del espíritu, como ex-
plicadora o posibilitadora del proceso social de Ia experiencia, enton- 8. L¡ tult¡clóN Y EL oRIGEN DEL LENGUAJE
ces el origen de los espíritus y la interacción entre los espíritus se
convierten en misterios. Pero si, por el contrario, se considera el La dificültad de Wundt ha sido resuelta en el pasado gracias al
proceso social de la experiencia como previo (en una forma rudimen- r(,ncepto de imitación, Por supuesto, si fuese cierto que cuando una
taria) a la existencia del espíritu y se explica el origen de ros espíri- ¡*rron, sacude el puño ante las barbas de otra ésta la imita, estaría
tus en términos de Ia interacción entre individuos dentro de ese ir¡ciendo lo que haie ella y teniendo la rnisma idea que ella. Existen,
proceso, entonces, no sólo el origen de los espíritus, sino también la tn rigor, cierios c:rsos en que las relaciones son parecidas a los estímu-
interacción de éstos (que de tal modo se v€ que es inherente a la natu- hrs del acto social, pero por regla son distintas. Y, sin embargo'
raleza misma de ellos y presupuesta por su existencia o desarrollo) re ha supuesto generalmente que ciertas formas se imitan entre sí.
dejan de parcc'* misteriosos o milagrosos. El espíritu surge a través Se ha esiudiado mucho esre problema de la imitación y del papel
de la comunicación, por una conversación de gestos ar u' proceso r¡ue, según se supone, r€presenta en la conducta, especialmente en
social o contexto de experiencie no la comunicación a trrvés del li¡ formas inferiores; pero el resultado de este estudio ha sido rni-
espíritu. -y nimízar la imitación, incluso en la conducta de los animales sup€-
De tal modo, Wundt pasa por alto el importante hecho de que riores. El mono ha sido tradicionalmente el animal más imitador,
la comunicación es fundamental para la naturareza de lo que deno- que tal cosa era un mito.
l)cro en los estudios científicos se descubrió
minamos "espíritu"; y precisamente en el reconocimiento de este lil mono aprende rápidamente, pe¡o no imita. Los peros y los gatos
hecho podrán encontrarse principalmente er varor y la ventaja de Iran sido estudiados desde ese punto de vista, y no se ha descubierto
una explicación conductista del espíritu. Así, el análisis de la comu- que la conducta de una forma sirviese a los fines de provocar el
nicación hecho por wundt presupone la existencia de espíritus que ¡nismo acto en la otra forma.
están en condicíones de comunicarse, y esta existencia sigue siendo En la forma humana parece haber imitación en el caso de un
un misterio inexplicable en su base psicológica; en tanto que el aná- gesto vocal, el gesto importante por lo que respecta al lenguaje' De
lisis conductista de la comunicación no hace semejante presu¡rosi- Lodo que el fil,ólogo, en especial, antes de que el pcicólogo obtuviese
ción, sino que, por el contrario, explica la existencia de espíritus en un anáiisis exacro, adoptó Ia suposición de que imitamos los soni'
términos de comunicación y experiencia social; y considerando a dos que escuchamos. Parecía haber muchas evidencias de ello en
los espíritus como fenómenos que han surgido y se han desarro- ciertos individuos animales, especialmente en aquellos que emplean
llado del proceso de comunicación y de la experiencia social en gene- una arriculación fonética más rica, tales como los pájaros. Al go'
ral que, por Io tanto, presuponen es€ proceso antes rrión puede enseñársele a imitar al canario poniéndolo en estrecha
que-fenómenos
ser presupuestos por és¡s-, este análisis logra arrojar verda- relación con éste. El loro aprende a "hablar". Ya veremos que no
deta luz sobre Ia naturaleza de los mismos. wundt conserva un se trata de verdadero lenguaje hablado, pofque el ave no expresa
dualismo o separación entre el gesto (o símbolo) y la idea, entre el ideas, pero por lo común decimos que el loro imita los sonidos que
proceso sensorial y el contenido psíquico, aparecen en su derredor.
¡rorque su paraletismo psi-
94 GEORGE H. MEAD rsPfRtru, PERsoNA Y socIEDAD 95

La imitación, como instinto generar, está ahora desac¡editad¡ h.rría que oira lxrsona actuase de ese modo? ¿La visión de otra
en Ia psicología humana_. Hubo una época en que la gente una suposición imposible'
creía qur
existía un impulso definido, pot p"rt. del animal io-"no, ¡*rrorr" actuandi de otra manera? Es ésta
porr En el paralelismo de Wundt tenemos la base de su explicación
hacer Io que lo veía hacer ott" g*t.. por parre a.
" También entre las formas ros i-ñls nry .lrl lenguaje. Wundt supuso una situación física que tiene cierto
rignificado para la conducta de la forma, y por otra
mucho de aparente imitación.
no desar¡o. parte supuso
lladas existe un habra que no parece ser otra cosa que
imitación. ui .omplejo psíquico de ideas que son' en cierto sentido' la expre-
Existen personas a quienes .onrid.r"-os poco intelig-entes, que biólógicos' Su problema es obtener de
¡?. ¡ión de valores fisiológicos o
piten cosas sin tener ninguna idea de Io que se quiere J..i", un'a pure significante'
r¡ta situación el lenguaje como comunicación
repetición de sonidos que escuchan. pero toáavía sigue en ple ra Existen situaciones tales como las representadas por la conversa'
duda de por qué habría la forma de imitar de ese *oJo. que ciertas
¿lHay al_ lidrn de gestos a que rne he referido, situaciones en las
gún motivo parala imitación? suponemos que toda conducta para que las formas invo-
tienc fa.,ies del acto se convierten en estímulos
como motivo alguna función. ¿cuál es la función de la imitación? del acto' Ahora bien' estas
Ir¡cradas en ellas lleven a cabo su parte
Aparentemente, obtenemos una respuesta en el desarrollo de lac estímulos para las otras formas' en
for. ¡r,rrtes del acto que constituyen
mas jóvenes. El zorro joven sigue a sus padres, caza con elroc, son, pues, parte del
¡u actividad social, son gestts. Los gestos esa
aprtnde a capturar o evitar determinados animales; originariamente
rcto responsable por su influencia sobre otras formas'
El gesto' en
no rcchaza el olor del hombre, I,"ro después de haber estado con el que a la otta
cicrto sentido, repr€senta al acto en el grado en
afecta
zorro viejo, el olor de un hombre le h¿ce huir. Eriste, en este ca'o, puño es el
forma. La amenaza de violencia, como la del cerrado'
una serie de reacciones que se asocian definitivamente a un estímulo en sí el
estímulo para que la otra forma se defienda o huya'
Lleva
especial; si la forma joven acompaña al padre, las reacciones que
rcntido ¿.t ,.tá mismo. No me refiero al sentido en términos
de
exis-
ten en su naturaleza se asocian a ciertos estímulos definidos. D" Para el obser-
una c<¡nciencia reflexiva, sino en términos de conducta'
manera sumamente generalizada, peligro y la del individuo.a ese
¡rodemos hablar del zorto considc- unJor.t gesto significa el respuesta
rando que irnita a sus padres y rehuye al hombte. pero esto no sig-
p.figro. Érorro." cierta clase de acto' Si suponemos una- conciencia
nificaría que la fuga es un acto automático de imitación. El zorro
joven ha sido colocado en una situación en que .n tá .ort no sólo está presente el estímulo en la forma de una sen-
huye, y cuando el eación,sinotambié,..'n'idea,entonceshayenelespíritulasensa.
olor del hombre está presente, se torna definidameíte ,ro"irdo .oo
ción en la que este estímul o aparece, una visión del
puño cerrado' y'
esa reacción de fuga. Ninguna forma joven de los que el puño cerrado' en
animales ínfe- ¡demás, la ldea del ataque. Puede decirse
riores imita simplemente los actos de ra forma adurta, eino que peligro'
ad- cuanto que evoca esa idea, significa el
quiere, durante su período de infancia, la asociación
de un gn¡po de Yb.ien,elproblemaconsisteenintroducirestarelaciónentrela
reacciones más o menos instintivas con ciertas series de estímulo8.
ídea y el símboio mismo en la conversación de
gestos' Como señalé
Las observaciones y salvedades anteriores, como lo ve¡emos, no antes, esta relación no está dada en la reacción
inmediata de lucha
justifican el sentido díscutible en que a menudo se ha empleado o huída. Puede estar presente, peto en lo que resp€cta a la conver-
l¿
noción de imitación. EI término "imitación" se tornó & grande sación de gestos, ,rr, de una clase provoca un acto de una clase
".to
importancia' por un tiempo, en ra psicología socíal y en la rJ.ioto- <listinta en la otra forma. Es decir, que la amenaza involucrada'
gía. Fué usado como base para toda una teoría de la cociología, lleva,digamos,alahuída.Laideadehuídanoeslaideadeataque'
por el sociólogo francés Gabriel rarde.. Al piincipio, el psicólogo, lin la conversación de gestos está la preparación para el proceso so-
sin un análisis adecuado, suponía que en r" p"tsoria exist?a ra ten- .irf .o,,,pf.ro que involucra las acciones ¿e distintas formas indivi-
dencia a hacer lo que hacen otras personas. se puede ver cuán difí- duales, y lo, g.rtor, que son partes del acto' sirven
para estimular a las
cil sería elaborar ningún mecanismo de esa clase. ¿por qué habría ntras formas. Provocan dif.t tttes a ellos. El grito de un niño
".to, de la rnadre; el uno es temor y el
de guiñar una persona, cuando otra hace un guiño?
¿eué estímulo ;;;;";" la reacción del cuidado es en modo alguno idéntica al otro
oi.o p.o,...ión. La reacci1n no
t [Les lois de t'imitation.l acto. si existe una idea, en el sentido r¡¡undtiano decir el con-
-es
96 GEORCE IJ. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 97

tenido psicológico que responde a cierto estímulo especial-, tal idea en la conducta de estqs insectos. Naturalmente, es Un camPo en que
no aparecería en la reacción. Ioclavía €stá por hacerse gran parte del trabajo, pero, aún así' no
Lo que el lenguaje parece e)q)resar es una serie de símbolos que ¡r han encontrado pruebas de ningún símbolo significante'
res¡ronden a cierto contenido mensurablemente idéntico en la expe. euiero dejar ailarada la diferencia entre estas dos situaciones'
riencia de los distintos individuos. si ha de haber comunicación l)ucde haber un alto grado de inteligencia, en el sentido en que usa-
como tal, el símbolo tiene que significar lo mismo pata todos lor nros ese término, en la conducta de los animales, sin ningún símbolo
individuos involucrados. si una cantidad de individuos reaccionan rignificante, sin ninguna presentación de significaciones como taies'
de distintas maneras a los estímuloe, el estímulo significa diferente¡ l.o esencial es la activid"d .oop.t"tiva, de modo que el gesto de
cosas para ellos. si una cantidad de personas levanta un p€so, una uno provoque la reacción adecuada en otros, Pero el gesto de uno
adopta una posición y otra una posición distinta. si se trita de un ¡,ucde provocar reacciones completamente distintas
por parte de otras
proc€so cooperativo que requiere distintas clases de rc¿cciones, en. iut."r, y al mismo tiempo no haber una significación común que
tonces el llamado a actuar por parte de un individuo provoca dic- Ioclas las distintas formas asignen a un g€sto en especial' No existe
tintas reacciones €n los otros. La conversación de gestos no lleva en rringún símbolo común que signifique alimento para las hormigas'
sí un símbolo que tenga una significación universal para todos loc Alimento significa muchísimas cosas' cosas que tienen que ser re-
distintos individuos. Puede ser abeolutamente eficaz sin eso, ya ¡rnidas, que tienen que ser acopiadas, que tienen que ser acatreadas
que el estímulo que un individuo proporciona puede ser el adecuado
¡ror las obr.r", y ser colocadas en la boca
de las hormigas-soldados.
para provocar distintas reacciones en los individuos del grupo. No Ñ., exirt. ninguna prueba de que haya algún símbolo que signi-
es esencial que los individuos concedan una significación idéntica lit¡ue alimento como tal. La vista, el olor de la comida y su posi-
al estímulo especial a fin de que cada uno reaccione adecuadamente. , i,in protocan ciertas reacciones. Una hormiga toma un objeto
ali-
La gente se reúne en una muchedumbre y se mueve de un lado a rrrenticio y vuelve tambaleándose con él a su hormiguero' Más tarde
otro; se adapta a las personas que se acercan a ella, como decimos, rcpresenta algo para ser comido, significa toda una serie de activida-
inconscientemente. Se mueven en forma inteligente los unos con tfcs. El olor que queda a lo largo del camino es un estímulo para
reslrcto a los otros, pero encuentran en los gestos de los otros, otros insectos que siguen por é1, pero no hay símbolo alguno que
en sus actitudes y movimientos, estímulos adecuados para distintac rignifique ".r-ino" ptt" .t. grupo. El olor de una forma exttaña
reacciones. Esto ilustra una conversación de gestos en la que hay cn'el hormiguero significa ataque de otras formas, pero si una hor'
actividad cooperativa sin símbolo alguno que signifique la misma rniga extraña es empapada en un líquido formado macera¡do a
cosa para todos. Por supuesto, es posible que individuos inteli- l,oimigas del hormiguero y luego es colocada en éste, no se produce
g€ntes, en semejantes condiciones, traduzcan e$os gestos en símbo- ningún ataque, aun-cuando esta forma sea mucho más grande' El
los significantes, p€ro no es preciso detenerse a traducir en términos olor no significa un enemigo en cuanto tal' Cornpárense estas dos
de esa clase. Semejante conversación universal no es en modo al- situaciones: en una existe una actividad social altamente compleja,
guno esencial para la conversación de gestos en la conducta coopc- tn la que los gestos son simplemente estímulos para la adecuada
rativa. ,eacción de todo el grupo; en la situación humana hay una reacción
Tal conducta coop€rativa es, presumiblemente, el único tipo de tliferente provocada gracias a símbolos o gestos especiales que-tienen
conducta que uno encuentra entre las hormigas y las abejas. En estac la misma significación para todos los miembros del grupo' Aquí el
complejísimas sociedades existe una interrelación de distintas formas, grito de unlnemigo no es meramente un estímulo para atacar' Sig-
que aparentemente es tan compleja, en muchoe sentidos, como le nifica que una persona de una raza distinta, o de una distinta comu-
conducta humana. En algunos de los hormigueros grandes hay so- nidad, está presente y que se está librando una guerra' Tiene la
ciedades de un millón de individuoe, divididoc en disrintos grulrog .risma signi?icación para todos los individuos, y esa significación
con distintas funciones. Lo que es un esÍímulo de acción para uno '
¡ruede provoca.r toda u.na seric de distintas reacciones'
conduce a una distinta reacción en otro. Existe una actividad coope- Como he dicho, desde el punto de vista de Wundt, el problema
rativa, lrro no hay evidencia alguna de ningrún lenguaje significante cs trasportar este segundo caráctcr a la conveisación de gestcs rnás
98 GEoRGE H. MEAD ESPIRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 99

primitiva, o conducta efectuada a través de una conversación de gcr- nificaría que tenemos una tendencia a hacer lo mismo que hacen
tos. IJna mera reacción inteligente de los distintos miembros de u¡ Irlras lrrsonas y, también, que estas tendencias no sólo están en nues-
grupo a un estímulo simple (el det observador es un estímulo It¡ naturaleza, sino que asimismo se hallan unidas a ciertos es-
simple) no lleva en sí ninguna comunicación. ¿cómo se hará para timulos específicos que significan lo que otras personas están ha-
llegar al lenguaje genuino? Wundt parte de la suposición de quc ricndo. La visión de una p€rsona haciendo algo sería un estímulo
existen condiciones psíquicas que responden a ciertos estímulos, y para que otra p€rsona hiciese la misma cosa. Tendríamos que supo-
una asociación entre ellas. ciertas visiones, olores, y especialmentc ncr que lo que la persona hace es una reacción que se encuentra ya
sonidos, están asociados a ciertas ideas. si, cuando una
lrrsona ern- !n la naturaleza del individuo imitador. Significaría que tenemos
plea determinado sonido, tiene esa idea en su espíritu y cuando fn nuestfa natvraleza todas esas distintas actividades, y que éstas son
el gesto que utiliza, digamos un gesto vocal, provoia el mismo gecto provocadas por el hecho de ver a otras lxrsonas haciendo lo mis-
en otro, entonces ese gesto, en la otra perscrna, provocará la misma mo. Es una suposición perfectamente imposible.
idea en ésta. Digamos que la palabra "enemigo; provoca uÍ¡l r€'G- cuando el.psicólogo llegó a analizar la imitación, la restringió
ción hostil. Pues bien, cuando yo digo "enemigo", la palabra pro- at campo q'ue la gente hacía por casualidad la misma cosa. si una
voca la misma reacción en el espíritu de usted que €n el mío. y ahf "n
pcrsona está corriendo, puede decirse que provoca en otras personas
tendríamos un símbolo especial que tiene una significación común. cl estímulo de correr al mismo tiempo. suponemos que la vista de
si todos los miembros del grupo estuviesen constituídos de modo un animal corriendo es un estímulo para que corran otros animales.
que tuviera esa significación, entonces existiría una base para lr I jsto es sumamente importante para la consetvación
de los animales
comunicación por medio de símbolos significantes. <¡ue viven en rebaños. El ganado que pasta en un prado se mueve
La dificultad que hay €n este análisis a que me he estado refi- dc un lado a otro al mismo tiempo. un animal dejado aftás se
riendo ¡eside en explicar que un gesto especial provoque el mismo mostrará nervioso y no pastará, pero si se lo pone con los demás ani-
gesto .en otro individuo, aun cuando supongamos que la misma males volverá a comportarse normalmente. Lo que hace, lo hace
idea esté asociada al mismo gesro vocal en el otro ináividuo. su- con mejor voluntad si puede hacerlo dentro del grupo. La tenden-
poniendo que la palabra "€nemigo" signifique hostilidad, ¿cómo cia a vagar todos juntos no es un instinto imposible, puesto que
podrá surgir la situación en que una lrrsona diga ..enemigo,, y la podemos concebir que el movimiento de los animales en una direc-
otra diga "enemigo" también? Cuando una lrrsona dice ,,ene- iión tiene qu€ ser un estímulo para los demás animales. Eso es casi
migo", un individuo combatirá y otro huirá. Í .nton tenemo8 rodo lo que existe en el instinto "gregario", si se lo reduce a algo
dos distíntas significaciones que responden al sonido. Lo ",que que- concreto en la acción de la forma misma. El animal actúa más nor-
remos obtener es el estímulo que tiene cierto contenido psíquico malmente cuando está con otros del grupo. Se alimenta mejor que en
que provoca los mismos estímulos €n otra forma, y, por lo tanto, el cl caso contrario. Pero cuando se llega a algún acto específico, casi
mismo contenido. Aparentemente tenemos los comienzos de ese lo único que se puede encontrar es que los animales tienden a mo-
proceso entre las aves parlantes. un estímulo parece provocar los verse en la misrna dirección. Esto podría provocar una fuga
preci-
mismos estímulos en la conducta de la otra forma. por supuesto, pitada del rebaño. Algo por el estilo está involucrado en el así
no lrcdemos decir cuál es el concomitante psíquico en los pája- ,.centinela". IJn animal, un poco más sensible que los otros,
ilamado
ros' pero podemos afirmar que no parece tener la significación que levanta la cabeza y rompe a correr, y los otros animales tienden a
tiene en nuestra experiencia. El loro no quiere decir lo que las frases moverse con la forma centinela. Es claro que no se trata de imitación
significan para nosotros. Hemos notado, sin embargo, que la melo- en el sentido de copia; porque un animal no está copiando al otro
día del canario puede ser aprendida por el gorrión, y muy pronto animal. El primero, simplemente, tiende a cofiú cuando Io hace el
analizercmos en detalle este proceso aparentemente imitativo. otro. si un gato es encerrado en una caja de prueba y llega al punto
Hemos afirmado que no existe evidencia de ninguna tendencia e n que abre la puerta empujando
una palanca, y lo hace lo_bastante
por parte de las formas de imitarse las unas a las otras. si uno intenta a m'enudo, lo primero que hará será empujar la palanca' Y bien' si
explicar tal tendencia, la explicación se derrumba mecánicamente. sig- s€ mete en la iaja otro gato, de modo que pueda ver al primero, no
100 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 101

lo imitará. No hay evidencia de que lo que hace un animal se coo- ttcro en cuanto se feconoce en el organismo una serie de actos que
vierta en estímulo para que el otro animal haga lo mismo. No exirtc rjecutan los procesos esenciales para la vida de la forma, y en cuanto
una actividad imitativa directa. rc intenta poner la experiencia sensible o sensorial en ese marco, la
Empero, parece haber entre los hombres una tendencia a imit¡r, rxperiencia sensible, como estímulo, por así expresarlo, para la reac-
y en particular a reproducir gestos vocales. Descubrinos esta últimr ción, no puede representar un estímulo para reproducir simple-
tendencia entre los pájaros así como entre los hombres. si uno v¡ mcnte lo que se ve y s€ oye, sino que es más bien un estímulo para
a una localidad donde existe un dialecto peculiar, y se queda durantc ¡ealizat el proceso orgánico. El anim¿l ve o huele el alimento y oye
cierto tiempo, se sorprenderá hablando el mismo dialecto, y puedc rl enemigo; la forma padre ve y oye la forma hijo; todos éstos son
tratarse de algo gue uno no quisiera hacer. La forma más sencill¡ ^
?ttímulos para que las formas ejecuten los procesos que son esenciales
de explicarlo es decir que uno ha imitado inconscientemente. Lo prra la especie a que peftenecen. son actos gue van más allá del orga-
mismo rige para muchos otros amaneramientos. Si uno pienca cn nismo tomado de por sí, pero pertenecen a procesos coopetativos en
cierta persona, es muy probable que se sorprenda hablando como lo los que grupos de animales actúan conjuntamente, y son el cumpli-
hace dicha persona. Si determinada persona posee algún manieri¡- miento de los procesos que son esenciales para la vida de las formas.
mo, cabe descubrir que nosotros mismos tendemos a repetirlo cua¡do No se puecle encajar en semejante esquema como tal un impulso espe-
esa persona surge en nuestra Íl€nte. Eso es lo que llamamos "imite- ciat de imitación, y si uno se propone presenta( el mecanismo que hi-
ción", y lo curioso es que prácticamente no existe indicio alguno dc cicse inteligible ese proceso, incluso las complejidades del sistema ner-
semejante conducta por parte de las formas inferiores. Se puede ence- vioso central resultarían inadecuadas. Un individuo se encontraría, en
ñar al gorrión a cantar como un canario, Irro es preciso hacer quc csa situación, como una de las figuras de Gulliver que se propusiercn
aquél escuche constantemente a éste. No se logra con tanta facilidad. nhorrar aliento no hablando, y para ello llevaban a todas partes
El sinsonte parece imitar los llamados de otros pájaros. Pero, en ge- ¡rn bolso lleno de los objetos ecercl de los cuales querrían hablar.
neral, la adopción de los procesos de otros no es natural en las for- sería preciso llevar consigo un bolso parecido, por decirlo así, lleno
mas inferiores. La imitación parece lxrtenecer a la fotma humana, de toáas las acciones posibles, si se las quisiese representar en el
donde ha llegado a cietta clase de existencia consciente indepen- ¡isterna nervioso central. La imitación, entonces, no puede ser to-
diente. mada como una reacción primitiva.
Pero la "imitación" no proporciona una solución para el origen
del lenguaje. Tenemos que recurrir a alguna situación de la que poda-
mos extraer algún símbolo que tenga una significación idéntica, y g. Et cpsro voc¡L Y EL sfMBoLo SIGNIFIcANTE
no ¡rodemos obtenerlo de un simple instinto de imitación como tal.
No hay pruebas de que el gesto tie¡da en general a provocar el mismo El concepto de la imitación ha sido empleado ampliamente en
gesto en el otro organismo.
cl campo del gesto vocal. Aquí tenemos, aparentem€nte' una ten-
La imitación, como simple tendencia, por perte del organismo, dencia, por parte de ciertos organismoc, a reproducir sonidos que
a rcproducir lo que ve u oye hacer a otros organismos es mecánic¡- ,or, .r.oih"dos. Los seres humanos y las aves parlantes pro¡rorcionan
mente imposible; no se puede concebir un organismo construldo de ilustración de ello. Pero aun aquí la "imitación" €s atrnas una ten-
tal modo que todos los sonidos y visiones que se €ncuentran a su dencia inmediata, puesto que se necesita bastante tiempo para hacer
alcance provoquen en él tendencias a reproducir lo que ve y oye en que un pájaro ,.p-dor." la canción, o para que el niño aprenda
esos campos de experiencia. Tal suposición es posible sólo en térmi- .i g.rto ?onético de la forma humana. El gesto vocal es un estímulo
nos de una psicología más antigua. Si uno supusiese que el espíritu pala cierta clase de reacción; no es simplemente un estímulo pa,o la
está hecho de ideas, que el caráctú de nuesira expedencia consciente emisión del sonido que el animal escucha. Por supuesto, el pájaro
no es sino una serie de impresiones de obietos, y si adapiase a üchas puede ser colocado en una situación en que llegue a la mera tepe-
imptesiones, por asl decido, una tendencia motdz, podda concebir ii.iOt d. lo que oye. Si suponemos que un sonido que el páiato
ésta como una tendencia que buscaifa rcproducir lo q,rl viese y oyese. produce provoca otro sonido, cuando el pájaro oye el primer sonido
102 GEORGE H. MEAD ESPIRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 103

responde con el segundo. si uno preguntase por qué una nota ¡il. ¡! recongce tal cOsa, entgnces se Verá q¡e esas notaS es¡reCiales que
ponde a otra, tendría que recurrir a algún proceso en que el gerto
rerponden a este estímulo estarán, por así deciflo, escritas, subra-
vocal tuviese distinta significación fisiológica. Una ilustiación cs cl yr{as. Se tornarán habituales. Estamog suponiendo que una nota
proceso de zureo de las palomas. En él una nota provoca otñ¡ notr
rurita otra, que un estímulo provoca una reacción. Si la nota que
en Ia otra forma. Se trata de una conversación dJ gestos, en la quo provoca la reacción es empleada, no sólo por el canario,- sino
cierta actitud que se expresa en determinada nota provoca otra actitud i¡mbién por el gorrión, entonces, cada vez que éste escuche al
con su nota correspondiente. si la forma quiere provocar en sí l¡ clnario empleará esa nota especial, y si tiene la misma nota en su
misma nota que provoca en la otra, tiene que actuar como actrla t¡ repertorio, entonces existirá una doble tendencia a cteaf esa reac-
otra y usar la nota que emplea ésta, a fin de reproducir la not¡ cián especial, de modo que se la emplea con lnayor frecuencia y se
especial en cuestión. Y, así, se ve que, cuando ubicamos al gorrión y
convierte más definidamente en parte del gorrión' Tales son las
al canario en jaulas vecinas, situación en que el canto de unJ provoct
rituaciones en que el gorrión adopta el papel del canario' en
el
una serie de notas en el otro, si el gorrión se sorprende emitiendo un¡ grado en que existen ciertas notas a las que tiende a reaccionar como
nota igual a la del canario, el gesto vocal tiene que s€r más o menot io hace ef cánario. Esta nota espacial, o serie de notas, tiene un
del mismo tipo. Cuando tal situación existe, el gorrión, en su pro. doble peso, por decirlo de este mpdo. Y es así como podemos en-
ceso de vocalización, emplea las mismas notas que atiliza el canario. tcnder que ei gorrión aprenda el canto del canario. Es preciso su-
El gorrión no sólo influye sobre el canario, sino que además, al ¡ron., o." tendencia similar en ambas formas,
para que reatmente
escucharse a sí mismo, influye sobre sí. La nota que emplea, si e¡
idéntica a la del canario, provoca en él una reacción iguai a la quc ' algún mecanismo de imitación.
haya
pará ilustrar más aún esto, volvamos a la conversación de ges-
la nota del canario provocaría en éste. Tares son la" siiuaciones quG tos en la riña de perros. En ásta el estímulo que un perro tecibe
se han acentuado y mantenido cuando se tiene Io que llamamos "imi-
ttel otro es una ¡eacción distinta de la reacción de la forma esti-
tación", cuando el gorrión emplea realmente un gesto vocal foné- mulante. tfn perro ataca al otro' y está presto a saltar al cuello
tico del canario mediante una nota común al repertorio de ambos, de éste; la répiica por parte del segundo p€rro es un cambio de su
tiende a provocar en sí la misma reacción que sería provocada por posición, quizá para saltar al cuello del primero' Hay una conver-
la nota del canario. Eso, pues, agtegaría p€so a Ia experiencia del ¡ación de gestos, un desplazamiento recíproco de las posiciones y
gorrión en cuanto a esa reacción determinada. actitudes de los lrrros. En tal proceso no habría mecanismo alguno
si el gesto vocal que el gorrión hace es idéntico al que escucha de imitación. Úo p.t.o no imita al otro. El segundo adopta una
cuando el canario emplea la misma nota, se ve que su rcacción será, posición distinta fit d. evitar el salto del primero. El estímulo
en ese caso, idéntica a la reacción a la nota del canario. Esto es lo ie la actitud de un " p€rro no es para provocar en éste la reacción
que confiere importancia especial al gesto vocal: es uno de esos estí- que provoca en el otio. El primer p€rro es influído por su propia
mulos sociales que afectan a la forma que los produce del mismo ,.tito¿, peto, simplemente, ejecuta el proceso de un salto preparado'
modo que la afecta cuando cs producido por otro. E¡ decir que nos de modo que la influencia es sencillamente para ref.oaar el
proceso
escuchamos hablar y el sentido de Io que decimos es el mísmo para que se lleva a cabo. No es un estímulo pata que el perro adopte la
nosotros que para otros. si el gorrión emplea la nota del canario, actitud del otro.
provoca en sí la mísma reacción que le provoca la nota del canario. Sin embargo, cuando uno emplea el gesto vocal, cuando supo-
Entonces, en el grado en que el gorrión utiliza la misma nota quc nemos qo. oo elemento vocal es un estímulo para cierta réplica,
el canario, acentuará las reacciones vocales a esa nota entonces, cuando el animal que emplea ese gesto vocal escucha el
lrorque éstas
ten-
estarán presentes, no sólo cuando el canario la emplea, sino iambién
sonido que resulta, por lo menos habrá provocado en sí
cuando la emplea el gorrión. En ese caso s€ pr€supone que el estímulo del mismo modo que el otro animal. -una ser
Puede
dencia a reaccionar
particular está presente en la forma misma, o r." qoe ¿l estímulo
una tendencia levísima: el león no se asusta apreciablemente con su
vocal que provoca la nota especial que €s aprendida scencuentra p¡e- propiorugido.Elrugidotieneelefectodeatercotizatalanimal
sente tanto en el repertorio del gorrión como en el del canario. qu. .rti at"."rrdo, y también tiene la característica de un desafío'
si
"f
104 GEORGE H. MEAD pspfnlru, PERSoNA Y SoCIEDAD 105
en ci€rtas condiciones. pero cuando lregamos a procesos de
lización tan complicados como ros der caito de roJ pájaros,
voca- rrrn cstímulos para emitir otros sonidos. Cuando hay un sonido
un gesto vocal provoca otro gesto vocal. Estos, natura-lmente,
.i,on*, upccífico que provoca una reacción específica, €ntonces, si este so-
su función en las relaciones de las aves, pero los gestos
tiencn lrirkr es producido por otras formas, provoca esa reacción en la
quieren imporrancia por sí mismos. La locariza.ion
mismos ad. lorma en cuestión. Si el gorrión emplea ese sonido especial, la rcac'
gran papel en un proceso como el del arrullo,
a.r.-piña un r lt'rn al mísmo será la que se escuchará más frecuentement€ que otra
donde orr, ,rol tiendc rullquiera. De tal manera se seleccionarán, en el repertorio del go-
a provocar otra nota. En el caso der rugido der
reón, la reacción no e¡
tanto un sonido vocal como una huída, o, si se prefiete,
ririn, los elemento.s que se encuentran en el canto del canario, y,
una lucha. Lr ¡rlrtualmente, dicha selección establecerá, en el canto del gorrión'
¡eacción no es primariamente una reacción vocal.
Es más bien t¡ lr¡r elementos comunes a ambos, sin suponer una tendencia especial
acción de la forma misma. pero en el canto de
los pájaros, donde
la vocalización es llevada a cabo en forma compricada, rle imitación. H"y ahí un proceso selectivo por medio del cual se
provoca definidamenre cierta reacción, de modo
er estímuto rrcoge lo que es común. La "imitación" depende de que el indivi-
iue el pájaro, cuan- duo influya sobre sí mismo €omo ottos influyen sobre é1, de modo
do canta, es influído por su propio estímulo prr"
orr" ,.".- rlr¡c $e encuentte bajo la influencia, no sólo del otro, sino también
ción que se parecerá a ra que es producid a in ra"aoptriorá ror.i. pr. tlc sí, en cuanto a su empleo del mismo gesto vocal.
reacción que es producida en ér, puesto que
también es producida El gesto vocal, pues, tiene una importancia que no posee ningún
por la influencia de otros, recibe el dobie de énfasis
simplemente provocada por la nota de otros. l"i-riru... (rl ro gesto, No podemos v€rnos cuando nuestro rostro adopta cierta
Es prouo."i, con más rrpresión. Si nos oímos hablar, es más posible que prestemos aten-
f¡ecuencia que la reacción a otros sonidos. y
.s esto fo q* p.opo.- c¡r!n. Cuando uno está irritado, se escucha emplear un tono de cali-
ciona la aparente evidencia de imitación en er caso
de los rl¡d irritable, de modo que se contiene. Pero en la expresión facial
o los gestos vocales 6. El estímuro que provoca un sonido sonidos
puede ser encontrado, no sólo en la,
especiar rlc irritación, el estímulo no provoca en el individuo la misma ex-
oti", for-r. ¿.i grop", ,¡n"
-.i'g.rro ¡rresión que provoca en el otro. Hay más tendencia a descubrirse
también_en el re¡xrrorio del pájaro específico qo.
vocal. Un esrímulo .A provoca la reacción g.
.-pi;" y dominarse en el gesto vocal que en la expresión del semblante.
Ahora ii.n, ,i .t Sólo el actor empl€a las expresiones corporales como medios
estímulo á no se parece B, si suponemos que
? V .r[ provoca a B, dc adquirir el aspecto que quiere que los otros sientan. Obtiene una
entonces, cuando A es-utilizado por
otras formas, éstas^reaccionarán rcacción que le dice qué aspecto tiene, gracias a que utiliza conti-
del modo 8. Si esta.forma.tam_iién emplea el gesro
vocal A, pro_ nuamente un espejo. Expresa ira, expresa amor, exp¡esa esto, aquello
vocará en sí mísma ra reacción g, de modo que-ésta
en relación con otras reacciones, porque es provocada,
s.rá ac.itu"da o lo de más allá, y se examina en un espejo para ver cómo lo hace.
no sólo por (luando, más tarde, utiliza el gesto, éste está presente como imagen
los gestos vocales de las otr", fo.*"r, sino también por
la forma mental. Advierte que €sta exptesión especial provoca terror. Si ex-
misma. Esto no ocurriría nunca, a menos de que existiese
r¡na iden- ctuímoo los gestos vocales, solo mediante el empleo de un espejo
tidad representada por A, en este caso una identidad de estíiulos.
puede uno llegar a la posición en que reacciona ante sus propios
--
El el caso del gesto vocal, la forma escucha su propío estímulo gestos como lo hacen otras lrrsonas. Pero el gesto vocal le proporcio-
del mismo modo que cuando éste es utilizado po, ótr",
formas, de na a uno la capacidad de reaccionar a los propios estímulos como
modo que tiende a reaccionar a su estímulo como ,.".cion"
mulo de otras formas. Es decir que los pájaros tienden
,i .sti Io haría otra lxrsona.
para sí, los chiquillos a hablar paia sí. Los sonidos
a cantar Si existe alguna verdad en el antiguo axioma de que el valentón
que producen es siempre el cobarde, se descubrirá que descansa sobre el hecho de
ó Baldwin hizo un i¡tc¡to par¡ ¡et¡otr¡er
que uno p¡ovoca en sí la actitud de temor que su actitud de bra'
l¡ imit¡ció¡ ¡ u¡ prcceso bio-
vucón despierta en otro, de modo que, cuando se encuentra en una
ü$:,iJii?tti;_"ff ÍT,t::;rjiti*i.¿*j,il'Tr#:li*{;x:
blece el ecrímuro, hace ¡entir ;i ;b; Daldwin [¡maba
nituación especial que le descubre el juego, se advierte que su propia
r €ro rüro- actitud es la de otros. Si la propia actitud de cedet ante la actitud
::i:l'_q. -E1e
tuacron que
proc¡co,
4 "uir"Á.oi.
en y.a"J-;;;^;.d"-ri;r;- ü;';; iü"u
estamos tr¡tando (l9ll). r¡_
amedrentadora de otros provoca la actitud de fanfarronada, se ha
106 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD t07
despertado, en ese grado, ra actitud de valentón
en uno mismo. Hay ¡rtru últimos es que el individuo reacciona a sus propios estímulos
estí'
una cierta cantidad de verdad en esto, cuando volvemos
al efccto ¡lrt mismo modo en que reaccionan otras personas' Entonces el
mulo se torna signifiiante; entonces uno dice algo' Por lo
que sobre la propia persona tiene el gesto que que hace
uno emplea.
En el grado en que uno provoca en sí mismo ia actitud qur l un loro, su "hibla" no significa nada, pero cuando uno dice pata sig-
provoca en otros' la reacción es recogida y diciéndolo
fortalecida. Esa es la únicr [lficantem€nte algo con su piopio proceso vocal' está
base de lo que llamamos imitación. No lós que encuentran al alcance de su voz'
es imitación en er sentido dc rl t¡nto como flara todos se
hacer simplemente ro que se ve hacer a otra persona.
i¡,lo .l gesto iocal está adaplado para esta clase de comunicación'
El mecanismo
es el de un individuo que provoca en sí reacciona o tiende a reaccionar como
ra ácción q* pi";" .n lx)rque e-s el único al cual uno
otro, dando, en consecucncia, mayor k¡ hace otra p€rsona. Es cierto que el lenguaje de las manos
es del
lrso a esas reacciones qu€ a
las del otro y erigiendo gradualmentJ .r"* series que
empleando los gestos.
de reacciones en mirmo caricter. IJno se ve a sí mismo
un todo dominante. Erlo puede hacerse, como decimos, inconscientc. sobre uno del mismo
ui¡ii"tt los sordos. Dichos gestos influyen propio rige- para cual-
mente. El gorrión ignora que está im,itando al canario: no lo
se trata mudo qo. sobre los demás. Ñaturalmente,
todos desarro-
más que de una selección gradual de las notas comunes
a ambos. y ,l,r¡., .i.* dt escritura. Pero estos símbolos han sido
esto rige para cualquier caso de imitación. porque éste es el gesto básico
tl¡dos a partir del gesto vocal específico'
lo que respecta a los sonidos exclamatorios (y ellos respon- otros' En la voca-
,i". i"ntv. en el individuo como influye sobre no obs-
derían en nuestros gestos vocales a ro que se encuentra en los
de ro¡ lizeción de los dos pájaros no se torna srgnificanteo'-Ello
de uno
animales), la reacción a eilos no entra en Ia conversación inmediata,
y la influencia de dichas reaccionec sobre el individuo es relariva-
i.it.,.r mismo tipo áe proceso está presente: el estímulo
que tiende a
tlc los pájaros tienáe prl',ot"' en el átto la respuesta
mente leve. Aparentemente resulta difícil ponerlas en "
.l.rp.rúr, por levemente que fuere' en el primero'
relación con
la co:rversación significante. No nos asustamos conscientemente
cuando hablamos con cólera a otro, pero Ia sígnificación
de lo que
10. EL psws¡IüIENTo, LA coMUNtc¡cIóN Y EL sfMBoLo
9rr.'.19r está siempre presente cuando hablamos. La reacción, en el
individuo, a un grito excramatorio, de r¡ misma clase que l'^ SIGNIFICANTE
,"^"-
ción provocada en el no representa ningún p.p"t i-port"otc especial de
-otro,
en Ia conducta de la forma. La reacción det leon , ." togiio ."r.. Hemos afirmado qu€ no existe ninguna facultad
casi de im¡rcrtancia para la reacción de la forma imitación en el sentido de que el sonido o la visión de la reacción
misma, p"? rro"rrr" para la misma reacción'
reacción a la significación de Io que decimos está
constantemente tle otro constituya un estímulo Provocat
similar
unida a nuestra conversación. continuamente debemos reaccionar ¡ino más bien que, ,i-y" .*i,tt en el lndividuo una acción
al situación que hace posible
gesto que hacemos, si queremos llevar
a cabo con éxito una conver- r la acción de otro, .rrton... hay una esa imitación
sación vocal. La significación de lo que decimos ta imitación. Lo que ahora es necesario para completar
., t, t.i¿.i.i" que provoca una reacción
es que la conducta y el gesto del individuo
reaccionar a ello. se pide a arguien que traiga una
silla a un visi-"
en el otro debería tr*bién tender a provocar la
misma reacción en
tante. se provoca en el otro la tendeniia a tra.." una sila, pero
si er la actitud de un perro
otro actúa con lentitud, uno mismo trae ra si[a. La é1. En la riíra de perros eso no está presente:
,.r..iái ar-gesto ciertos sentidos,
v-ocal es la ejecución de cierto acto, y uno despierta no tiende a provocar la misma actituá en el otro. En
Ia misma'ten- pugilistas' El hombre que
dencia en sí mismo. Uno siempre esti replicándose eso puede lligar a suceder en el caso de dos
tal .o-o ,.gi.rn y ese acto
Ias otras personas. Se supone que, en cierto grado,
tiene qo.'hab"r .f.ciúa una finta provoca cierto golpe en su oponente'
sentido.ha ini-
iden_tidad en la réplica. Es una acción sobre una
base común. tiene esa significación para é1, u"lt d"tit, que en cierto
pero sí ha agi-
_ He comparado las dos situaciones para demostrar cuán ciado el acro €n é1 m^ismo. No lo ha cámpletado,
el camino que debe recorrer el habla o l" .o-orricación, largo harían que lan'
es los centros que
desde la t¡clo en su sistema nervioso central
a lanzat' de modo que
situación en que no existe otra cosa que gritos vocales, z.ase el mismo golpe que su rival es llevado
hasta la
situación en que se emplean símbolos ,ignifi.rrrtrr.
L;-;;;ñ, o [Pa¡a el análisis véase el Ensayo Suplementario
III'I
"
108 GEORGE H, MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 109

provoca en sí, o tiende a provocar, la misma reacción que


despiertr ttflt(le a reaccionar como reacciona la otra persona. cuando habla-
en elotro. Aquí tenemos la base de la ilamada imitación: er piocero rrrr,¡ ahora de esta rcacción, por parte del individuo' a los otros'
tan ampliamente aceptado en la actualidad, en materia de lonvcr, vllvemos a la situación de pedir a alguna persona que haga algo'
sación, de vestimenta y de actitudes. I orrientemente expresamos ial cosa diciendo que alguien sabe 1o
Nos vemos, más o menos conscientemente, como nos ven tot rlur te pide a uno que haga. Tomemos el ejemplo de pedirle a
otros. Nos dirigimos inconscientemente a nosotros mismos como
lo¡ ol¡ui.n lue haga algo y luego hacerlo uno mismo' Quizá la persona
otros se dirigen a nosotros; del mismo modo que el gorrión,
cuando . iui.n t. t" fo.-olado el pedido no lo oye, o bien actúa con len-
recoge la nota del canario, así adoptamos ros dirt..tor que
tenemor trlr¡(l ; entonc€s uno mismo ejecuta la acción' De tal modo uno en-
cerca' Por supuesto' esas reacciones especiares tienen que I ¡f ntra en sí mismo la misma tendencia que se pide al otro
individuo
existir cn
nuestro mecanismo. Provocamos en la otra p€rsona algo que estamot r¡uc realice. El pedido despertó en uno la misma tendencia que en
provocando en nosotros, de modo que inconscientemente adoptamot rl otro. ¡cuán difícil es enseñar a otfo cómo hacer una cosa que
esas actitudes. Inconscientemente nos ponemos en el
lugar de otro, y rrno mismo sabe cómo se hace! La lentitud de la rcacción hace
actuamos como lo hacen otros. euiero, simplemente, aislar aquí ci rlrlícil que uno logre contenerse para no hacer lo que está enseñando'
mecanismo genera!, porque es de importancia fundamentalísíma en tlno ha provo.ado en sí la misma reacción que despierta en el otro
el desarrollo de lo que llamamos conciencia de sí mismo y en la irr¡lividuo.
aparición de la persona. Especialmente gracias al empleo de los gestor Al buscar una explicación a esto, por lo general suponemos en
vocales, estamos constantem€nte provocando en ,rosotao, las
reac. rl sistema nervioso la existencia de cierto número de centros que
e,¡r.in conectados los unos con los otros y que se expresan
ciones que despertamos en otras personas, de tal modo que incor_ en la
poramos a nuestra conducta las actitudcs y gestos de ellas.
La im- ¡rción. si tratamos de descubrir en el sistema nervioso central algo
portancia crítica del lenguaje en el desarrollo de la experiencia
hu. r¡uc responda a nuestra palabra "silla", presumiblemente no en-
rnana reside en este hecho de que el estímulo pueda reaccionar
sobrc ¡,rntraríamos más que una organización de todo un grupo de rcac'
el individuo que habla del mismo modo que reacciona sobre orro. ri,'nes posibles, de tal modo conectadas entre sí' que si una se dirige
Los conductistas como watson afirman que todo nuestro
lrn- *n un" dir..ción llevaremos a cabo un proceso, y si se dirige en otra
samiento es vocalización. Al pensar no hacemos más que comenzar rlirección distinta llevaremos a cabo otro proceso. La silla es,
pri-
un objeto físico que
a emp_lear ciertas palabras. Esto, en determinado sentüo, es cierto. nr¡tiamente, aquello en que uno se sienta' Es
hacia un objeto que
Pero watson no tiene en cuenta todo ro que está invorucrado
en e[o, i(, cncuentra a una distancia. Uno puede dirigirse
¡e encuentra a una distancia y luego entrar en un proceso
a saber, que esos estímulos son los elementos esenciales de sentarse
de complicados
procesos sociales, y que llevan en sí el valor de dichos pro..ro, cuando llegue a é1. Existe un estímulo que excita ciertas vías,
cosa

r¡rrc hace que el individuo se dirija hacia el objeto y se siente'


sociales. El proceso vocal como tal tiene esta gran importincia, y Dichos
es justo suponer que el proceso vocal, juntamente con la inteligencia .*n,rorson,enciertomodo,físicos.Esprecisoadvertirqueexiste
y el pensamiento que lo acompañan, no es simplemente un lo.go r¡na influencia del acto posterior sobre el acto anterior. El
proceso
de elementos vocales especiales entre sí. semejante punto de -üsta posterior que se llevará a cabo, ha sido iniciado ya' y dicho proceso
omite el contexto social del lenguaje ?. ii.n. ,o influencia sobre el proceso anterior (el que ocurre antes de
La importancia del estímulo vocal reside, pues, €n este hecho de r¡ue el proceso comenzado pueda ser completado) ' Pues bien'
ya
que el individuo puede oír lo que dice y de que, al oír lo que dice,
l.r que uno encontraría en el sistema nervioso central, en respuesta
?_ Si uno se remonta a la matriz de
donde rurgm lor gertos, sc dc¡cubrc tonductasubsiguientedelosindividuosqueloshacen;demodoque'sitvicndode
qu€ é¡toc son inhe¡entec ¡ utr aco sorial mayoi d"l .o"'i la conducta subsi-
.oo f"r"ü ; d; lá-'io"o_
lucran. Al tretar de l¡ comuni.".ioo, ."'piii.t ¡og.i d.bc-ó, inrlicios prcvíos, prr" fot'iiaii'iauot q"t t-ttio.n¡n a ellos' de
--l-" ,Looolu. ,o, í;'i;"i"áúid;¡. q;; to' r,"i.", posibilitan la adaptación mutua de los
primeros orígenes en ta conversa.ion lnco"sl¡.nte'ae ;i;il;
¡lrrtintos componcnt€s tiái-iia"ir.. á.t aitó social; y.' además' al provocar
en los
co¡sciente iestos.
co¡r'ersación consciente- ¿. i.¡iór- ,o-.g. .o.náó i*
.á-ri¡...¡¿n
-g*io, exFlí-
convierten -la
en signos, es decir, cuan¿o ilegini-i-.i.n p.r" ros individuoc oue ro¡ ,. i;;;ii;id"";-q* io, t "..rr'iar;il;r ieac.iones, implíiitamente,,gue ,P-rov_ocan
bacen v tos que reaccionan a eltos, sig"'iricaiioner-¿.ii"i¿ii, ,it¡urente en los indivii,t* t-qui'"tt son hechos''tornan posible el surgirniento de
ii-ilr-riiJ"J ¿. u i,t ;.i.t;i; d¿ sí mis-o en rólación con esá adaptación mutua'
Ir0 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 111

a lo que nosotros llamamos un objeto, seria una organización menudo actuamos, con referencia a objetos, de 1o
dr nificación e. A
un gran grupo de elementos nerviosos que obligas. on" podemos
conductl r¡ue podríamos denominar una manera inteligente, aunque
relacionada con los objetos que nos rodeln. LaJ "
compricacion.s con ictuar sin que la significación del objeto esté presente en nuestra
grandísimas, p€ro el sistema nervioso central
tiene uir número ca¡r rxperiencia. Uno puede comenzar a vestirse para la cena' como se
infinito de elementos, y ésüos pueden ser organizados, no sólo
en ¡lice del distraído profesor universitario, y encontral€re €n la catna,
conexión murua espaciar, sino también desde er punto y lle-
poral. En virtud de este úrtimo hecho, nuestra conducta á. u¡rii ,.., en piyama. Cierto proceso de desnudamiento fué comenzado
está con¡. vad-o'a cabo mecánicamente; el profesor no reconoció la significa-
tituída por una serie de pasos qu€ siguen los unos detrás
ción de lo que estaba haciendo. Tenía la intención de asistir a
de lo¡ una
otros, y los últimos pasos pueden haber comenzado ya y La signifícación involu-
estar in. cena, y descubrió que se había acostado.
fluyendo sobre los primeros s. Lo que vamos a hacer r.p.icute fueron
,obrc c.ada en su acción no estaba presente' En este caso' los pasos
lo que estamos hacimdo. Esta organizaciín de los elementos conducta con teferencia
neura- lodos pasos inteligentes que controlaron su
les en referencia a lo que ilamamos un objeto físico
mamos un objeto conc€ptual explicado en términos del
sería lo q". il"- ¡ la alción posterior, pero no pensó en lo que estaba haciendo. Lt
sistema ner- acción postJrior no fuZ un estímulo para su reacción, sino que' sim-
vioso central.
ptemenie, se llevó a cabo una v€z que fué comenzada'
A grandes
rasgos, ra iniciación de dicha serie de reacciones or- Cuando hablamos de la significación de lo que hacemos' estamos
ganizadas constituye lo que res¡ronde a ro gue
lramamos Ia idea o er convirtiendo en un estímulo para la acción a la reacción que estamos
concepto de una cosa. si uno preguntase cuár es la idea a punto de ejecutar. Se convierte en un estímulo
para una etapa pos-
de un
perro,
y tratas€ de encontrar esa idea en el sistema nervioso
centrar, á.on- t.rio, de la acción que ocurrirá desde el punto de vista de esa reac'
traría,todo un grupo de reacciones más o m€nos conectadas a lan-
entre eí ción especíal. En ef caso del pugilista, el golpe que comienza
¡ror vías nerviosas definidas, de modo que cuando uno usa el vocablo zar hacia su oponente provocará una cierta reacción que abrirá la
"p"::? , tiende a provocar ese grupo de reacciones. (Jn perro es guardia de su rival a fin de que el primero pueda golpear' La sig-
un
posible compañero de juegos, un posible enemigo, propi.a.d pien-
a. iificación es un estímulo para la preparación del golpe real que
6a asestar. La reacción qo. p-ro." en
uno mismo o de otra persona. Hay toda una seríe
de reaccione, po_ sí mismo (la reacción de de'
sibles. Existen ciertos tipos de esas reacciones qu€ ,. .i.*rrrr"n fensa) es, pa:': é1, el estímulo para golpear donde encuentre un
en todos nosotros, y hay orros que varían de individuo
in¿i.ri¿oo, .laro. Est" acción que ha iniciado ya en sí se convierte' de tal modo'
pero sierqpre existe una organiiación de las reaccion"s"
qo.- p*¿a en un estímulo para su reacción posterior' Sabe lo que su opon€nte
ser provocada por el término ,.perro,'. De modo qo.
io"nio * va ahacer, puesto que el movimiento de defensa ya ha sido desper-
habla de un perro a otra lrrsona, se provoca en uno mismo tado y se cánvierte en un estímulo para golpcar cuando aparece
un
Ia sede
.de reacciones que se despierta en el otro individuo. ponto d.r.obierto. La significación no habría estado presente en su
Por supuesto, es la relación de este símbolo, este gesto vocar, y reatciones que consti-
con la mencionada serie de reacciones del individuo m-ismo 0 La inclusión de la matriz o complejo de actitudes eipetiencia
,ur.r, .íifqu¡.?riiü".¡6"'"'..i" t".if á"'¿i.i, dcntro de la (li
de cualquiera
tanto inclusión, dentro dc
como del otro, Io que hace que ese gesto vocal se convierta rte los individoo, irr'otoá"-Joi;;-;;-.t*;.ión.o acto
en Io i" ".-p.ii.i.ii, d" eus acli-t-,iJü ¡"ii" aciitu¿es reaccion-es de éstos a
otroe individuos, de las
que yo llamo un símboro significante. un símbolo de ellos hacia él y de las reacciones
tiende a pro- i;";i;a;áe él hacia.jm.,-¿. ür
vocar €n el individuo un grupo de reacciones tales como ;; ól ;';; ..tii"i.t), Á ió¿ó lo que una í.dea rcptesentai. o: .p9',l9,¡t-not' tt
despierta para qo..if.iirrtl l."iti" "en el-espíritu" del individuo dado'
en el ot¡o, pero algo más está involucrado en el hecho de qüe la única base el caso. d-91 -pro-
sea En el caso ¿. l" .oii..i"iüi á.-e.t-tot i*nsciente, o cn
un símbolo significante: esta reacción dentro de uno , ...o?" .á*uoi.i.i¿n tt.u"aü;;;;";.;-iláio d. .11., ninguno de los individuos
palabras como "silla" o "perro,' constituye, pata el -i"io ;;; p;rññ;;i ]1-. ii.i"-áo.ün.i"'¿. ta significacióndedetog ta conversación ----+ea
indivíduo-s-involu-
individuo, tan_ ¡icnificación oo
to un estímulo como una reacción. Esto, es claro, es lo que está ."t"r en tanto que' en er.caso deeje-
;;ffi;;;;;;;ñ;ió'-;"p"r...''.i-li.lir.iittlt"-de-ninguno
Añ-ii;u"f "caso la
conversación de ge8to6 á."r.ii"i.,-" e¡r el del proceso áe comunicación
involucrado en lo que llamamos el sentido de una *",-"=r" ¿-. rág i"¿¡u¡¿oo.-qo. participan en ella tiene
,ig_ cut'do oor medio de .tí;"il;-;;;
porque .e.sa signifi-
iXi'".T.""JiI'¿1i'il'".iüirr?ll¡ál-?.-il *n".i."ción, preciómentesiÉnificación
8 lvéansc la¡ Seccioner 13 y 16.] cación apatece .t .o p;;il; ia conciincia de ta consiste
cn esa apatición. "tf.rü.;-i
tt2 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 113
conducta a menos de que se convirtiera en un estímulo
para golpear ordenamiento, y el lenguaje es aparentemer¡te una cosa enteramente
donde apareciese el lugar desprotegido.
mecánica que reside fuera del proceso de la inteligencia. sin em-
Tal es la diferencia entre ra conducta interigente por parte dc bargo, si se reconoce que el lenguaje no es más que una parte de un
Ios anímales y lo que llamamos un individuo refi-exivo'ro.
que el animal no piensa. No se coloca €n una posición
b".i.o, p.oi.ro cooperaüivo, it pttt. que conduce a una adaptación a la
por la cuer reacción del otro de modo que toda la actividad pueda continuar'
sea responsable; no se-pone en el lugar de la de variabili-
átra p.rrorr" y dicc, enronc€s el lenguaje tiene sólo un limitado alcancc
virtualmente: "Actuará de tal modo yo
f
individuo puede actuar de este modo, y la".to".é
de tal otro,,. si cr tl¡d. Si uno habla con otra persona, puede, qu;izi, advertir el
actitud que provoca en cf cambio producido en la actitud de ésta, y puede advertirlo gracias
puede convertirse en un estímulo para
ducta con significación. cuando la reacción
él,.rrron..r-t.nlmos la con. a algo que no vería una tercera persona' Puede conocer su ama-
de la otra p.r*o" .a neramiento, y esto se convierte en un gesto para uno, en una parte
provocada y se convierte en un estímulo para controlar
su acción, de la reacción del individuo. Existe cierta amplitud posible dentro
entonces tiene la significación del acto de la otra persona
en su pro- clel gesto, en relación con lo que debe servir de símbolo. Podemos
pia experiencia. Tal es er mecanismo general de lo que
lramamo¡ <lecii que es aceprable roda una serie de símbolos distintos con
"pensamiento", porqu€ a fin de que el pensamiento
.*irt" ., preciso una siinificación; pero son siempre gestos, es decír, son siempre
que lraya símbolos, gestos vocales en general, que provocan-
en el partes áel acto del it diuidoo que revelan 1o que éste hará a la otra
individuo mismo la reacción que está pioro."rrdo eri el otro, y
que desde el punto de vista de esa reacción está
tal p.rrot", de modo que, cuando la persona utiliza la clave' aquél
en condiciones dc p.ouo." en sí la actitud del otro. El lenguaje no es siempre arbi-
dirigir su conducta posterior. Involucra, no sólo comunicación
en el irario en el sentido de denotar simplemente, por medio de una pala-
sentido en que se comunican las aves y ros animares, sino
también bra, un mero estado de conciencia. Pero es más o menos arbitraria
una provocación, en er individuo mismo, de ra reacción que
está la parte especial del acto de uno que servirá para dirigir la actividad
despertando en el otro, una tendencia a actuar como
actúa ra otra coop.r"tivi. Distintas fases del acto pueden lograrlo' Lo que pa-
per_so,na. Uno participa en el mismo proceso que
está llevando a cabo y controra ro
la otra person¡ ,... 1ro.o importante en sí puede ser de alta importancia en lo refe-
con referencia i dicha ,.nti rwelár cuál es la aclitud. En ese sentido puede hablarse del
participación. Esro es lo que constituye".iiór, la significación gesto "mismo considerándolo de poca importancia, Ixro-es suma'
de un
objeto, a saber, la reacción común a la propia pJrron" y
a la otra ir.nte i-portante en cuanto a lo que el gesto revelará. Esto se ve
persona, que se convierte, a su vez, en estímulo para
la propia per- en la diferencia existente entfe el carácter puramente intelectual del
sona.
simbolo y su carácter emocional. tfn poeta depende de este último:
si se concibe el espíritu simpremente como una crase de sus- paraélellenguajeesricoyestállenodevaloresdelosquenosotros,
tancia consciente en la que existen ciertas impresiones
y arrráor, y quizás, hacemos completamente caso omiso' Al tratar de expresar
se afirma que uno de esos estados a, or, arnirrersal,
palabra se convierte en puramente arbitraria _'o
entonces una un -.nr"j. en algo menos de diez palabras, no queremos más que
símbolo 1r. Se puede, pues, tomar palabras y pronunciarlas
., -ir-qo. un trasmitir cierta significación, €n tanto que el poeta utiliza lo que
al re- es un tejido realmente vivo, la palpitación emocional de la expre-
vés, como hacen los niños; parece haber absol"t"
liU.rtJp"r" .t ¡ión miJma. Existe, pues, una gran amplitud en nuestro empleo
10 f Pa¡a la naturateza_de. la conducte
animal. véa¡e .,Concerning Anirnel del lenguaje; lxro cualquiera fuera la fase de esta esfera que s¿
P.'.,?,i31-.: psychotogicat niJ¡rw,-iiü'?ríüii, pág¡. 383 v ss.l
"iiil#"i3llql"ff iJff ae3to. Y es el sistema nervioso central el que proporciona el mecanisrno pata
it:reff ":i:"ffi "Í1,::"f*l"l'""*:'.lT':ii:;,1:liu:;
mecanismo del pensamiento, simprámente potqo" lr.ui ñ-;"i;;;i¿n-ji
i¡les actitudes o reacciones implícitas'
la nzón es, en un sentido' un absurdo'
-E--f,*.i.o g.r,o. La identificacipn del lenguaje -Escon
consciente o significante a su.mái atto y pá.i..-to
a.orr-rL. ,..o-lo oiio s.tttido es válidi. válida, en efecto, en el sentido de que el pto'
alguna clasa de actitud implícita (* .í..L,--u"i ieacción iu. n.y.
iniciada ¡in eei levad¡ ffi ;;, i;;il;j;-;;; al acto sociat toral en ta experiencia del individuo dado,
completamente a efecto) en et organismo'qü.-¡...
A g.rió--_uii'"üi oa qo. i" 1"ttitá lit. -ii.o está involucrado en el acto, y de talesmane-ra hace posible
responda a ta n¡anca rcacción hacii et g.rtol poi pr.ü
cotrcsponda a la actitud provocad-a o- i."p.tt'"ár '.o ¿l--áiro ¡iüi"iairo,'i qo. ;i p-.;;; Ái\^ t^zan. Pero aunq-ue el ptoceso de la razón y debe palabras-,¡er llevado
.rt.- otro organismo por cr
'iJ."¡*".. .'.;il; t¿i.inál¿.f procesq del ienguaJe tárminos, es decir, dc
gestcF
-, si el pensamiento ha de desarioúirr. "nur .r
-en
no está simplcmcnte constituido por este último'
"rg"-nir-,n'o
114 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 115

empl€a, constituye una parte de un proceso social, y es siempro cn un campo de la significación. El gesto feptesenta cierta resul-
la parte por medio de la cual nos afectamos a nosotros mismoa t¡nte del acto social, una resultante con respecto a la cual existe una
como afectamos a otros, e intervenimos en la situación social gre- reacción definida por parte de los individuos involucrados en ella;
cias a esa comprensión de lo que decimos. Ello e¡ fundamental pan rle modo que la signiiicación es dada o expresada en términos de
cualquier lenguaje; si se quiere que sea un lenguaje, ec preciso que uno rcacción. ia sigrrificación está implícita ¡q siempre explícita-
entienda lo que dice, tiene que afectarse a sí mismo tal como afoct¡ -si
cn la relación entfe las distintas fases del acto social a que se rcfierc
a los demás. y del cual se desarrolla. Y su desarrollo se cumple en términos de
¡imbolización en el plano de la evolución humana'
I l. SlcurrcrclóN 1¡ Hemosestadoocupándonos,engeneral,delprocesosqcialdela
cxperiencia y la conducta tal como apatece en la provocación' por
Nos referimos es¡recialmente a la inteligencia en el plano humano, *l acto de un organismo, de una adaptación a dicho acto en la reacción
de otro organismo. Hemos también visto que la naturaleza
de la
es decir, a la adaptación mutua de los actos de los distintos indi-
rignificación está íntimamente asociada al proceso social que como
viduos humanos dentro del proceso social humano; adaptación .

que se lleva a cabo gracias a la comunicación: por medio de gestor ,ri que 1a significación involucra esa relación triple entre las
en los planos inferiores de la evolución humána y por símbolo¡
"p"r...,
fas.s d.l acto social áomo contexto en el cual surge y se desarrolla:
significantes (g€stos que poseen significación y, por lo tanto, son rsta relación del gesto de un organismo con la reacción adaptativa
algo más que meros estímulos sustitutos) en los niveles superiorcr rJe otro organirmó (también involucrada en el acto
dado) y con la
completacián del acto d¿ds relación tal, gue el segundo otga-
de la evolución humana.
El factor central de tal adaptación es la "significación". La eig-
-u¡¿
nismo reacciona al gesto del primero como si dicho gesto indicara
nificación surge y reside dentro del campo de la relación entre cl la completación del acto dado o se refiriera a ella' Por ejemplo' la
gesto de un organismo humano dado y la subsiguiente conducta dc reacción del pollito al cloqueo de la gallina madre es una reacción
dicho organismo, en cuanto es indicada a otro organismo humano ;r la significación det cloqueo; el cloqueo se refiere al peligro oa
por ese gesto. Si el gesto indica efectivamente a otro organismo la los alirientos, según el caso, y tiene esta significación o connotación
conducta cubsiguiente (o resultante) del organismo dado, entonce¡ para el pollito.
tiene significación. En otras palabras, la relación €ntr€ un estímulo El f,ro..ro social, en cuanto que involucra comunicación' es en
determinado --{omo g€sto- y las fases ¡rosteriores del acto social cierto s-entido responsable por la aparición de nuevos objetos en el
de las que es una de las primeras fases (si no la inicial) constituye campo de la expeiiencia de los organismos individuales involucrados
el campo dentro del cual se origina y e*iste Ia significación. Esta c¡, .n .r. pro..to. Los procesos o las reacciones orgánicos' en un sen-
de tal modo, un desarrollo de algo que existe objetivamente como tido, constituyen los objetos frente a los cuales son reacciones, es decir,
relación entre ciertas fases del acto social; no ert una adición psíquica cualquier organismo biológico dado es en cierto modo res¡ronsable
a dicho acto, y no es una "idea" tal como ésta cs concebida tra- po. ü existencia (en el sentido de las significaciones que tales objetos
dicionalmente. LIn gesto efectuado por un organismo, la resul- ,i.n.n p.r, él) d; los objetos a los que fisiológica y químicamente
tante del acto social en el cual el gesto es una de las primcras fases, ,racciona. Por ejemplo, no habría alimentos -<bjetos comestibles-,
si no hubiera oiganismos que pudiesen digerirlos. Y similarmente,
el
y la reacción de otro organismo al gesto son los componentes de
una relación triple del gesto con el primer organismo, del gesto con proceso social, en un sentido, constituyelos objetos a los cuales reac-

el segundo organismo y del gesto con las subsiguientes fases del .iorr", o a los cuales es una adaptación' Es decir que los objetos están
proceso social
acto social dado; y esta ¡elación triple constituye la matriz d€ntro constituídos en términos de significación, dentro del
ttc la experrencia y la conducta, gracias a la adaptación mutua
de las
de la cual nace la significación, o que se desarrolla hasta convertir¡e
,.".cionis o acciones de los distintos organismos individuales invo-
* t: - [Vé¡¡e t¡mbiél "Soci¡l Co¡riou¡nc¡¡ and thc Co¡¡ciour¡c¡ of Mcaaiag,,,
(l9l0), ptsr. 397 y ¡¡.; ..Tbc lucrados en ese proceso, adaptación posibilitada por medio de una
Psych-olo9ícal Bulletin,,VU Mat"ii¡"r-of
Social Con¡ciou¡ne¡¡", ,Ioumol of Pniloñphg, l){'(lgil), iOi i-*.i
p¡g¡. comunicación que adopta la forma de una conversación de gestos en
ll6 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD lt7
las primeras etapas evolutivas de ese proceso, y
etapas posteriores.
de lenguaje en lrr dentro de los procesos sociales de la experiencia, por la comunicación
y la mutua adaptación de conducta entre los organismos individuales
La conciencia no es necesaria para la presencia de que están involucrados en ese proceso y que lo llevan adelante. Así
ra significación
en el proceso de la experiencia sácial. úr, g..to
.f..to.áo po, un r1lmo en la esgrima la parada €s una interpretación de la estocada, así,
organismo en cualciuier acto social dado provoca
una reacción pot en el acto social, la reacción adaptativa de un organismo al gesto
pat.te de otro organismo, reacción directamente
relacionada con tl cle otro es la interpretación de este gesto por aquel organismo -+s la
acción del primer organismo y producto de
ella; y ,rn g.*o un significación de ese gesto.
símbolo del resultado der a*o sociar dado de
un orgrni.iio'(er", or- En el plano de la conciencia de sí, semejante gesto se convierte
ganismo que lo hace), en el grado en que
es respondido por otto cn un símLolo, en un símbolo significante. Pero la interpretación
orgrnismo (que por elro también queda involucraáo en
dicio acto) de los gestos no es, básicamente' un proceso que se ejecuta en un
como indicación de ese resulrado. El mecanismo
de la significación espíritu como tal, ni un proceso que involucre necesariamente a un
está, de tal modo, presente en el acto social antes
a" qoi o.urr" lr espíritu: es un proceso externo, abierto, físico o fisiológico, que se
emergencia de la conciencia. Er acto o conciencia
adapiativa del se. ejecuta en el campo reál de la experiencia social. La significación
gundo-organismo proporciona al gesto del primer
nificacíón que posee.
*g"iir." la sig. ¡ruede ser descrita, explicada o expresada en términos
de símbolos
o lenguaje en su más alta y compleja etapa de desarrollo (la etapa
La simbolización constituye objetos no constituídos antes, que alcanza en la experiencia humana), pero el lenguaje simple-
jetos que no existirían a no *r po, ob.
el contexto de retación socíat mente extrae del proceso social una situación que ya está lógica o
rl ql. se lleva a cabo Ia simborización. Er renguaje no siiboriza implícitamente presente en é1. El símbolo de lenguaje es simplemente
simplemente una situación u objeto que exisre un gesto significante o consciente.
posibilita Ia exisrencia o ra aparición de dicha !"
po,
situación"nti.ip"ao;
u ob;eto, Aquí se hacen dos afirmaciones principales: 1) que el proceso
porgue es una parte-del mecanismo por medio .social, gracias a la comunicación que posibilita entre los individuos
del cual esa situación
u objeto es creado. Er proceso social ielaciona
las reacciones de un in- involucrados en ella, es res¡ronsable de la aparición en la natataleze
dividuo con los gestos de otro, en cuanto significaciones de toda una serie de nuevos objetos, que existen en relación con
deesios úrti-
mos, y' por Io tanto, es responsable del surgimiento
y exist€ncia de clla (objetos, esto es, de "sentido común"): y,2), que el gesto de
nuevos objetos en ra,situ¿ción sociar, objetos
dependientes de esas sig- un organismo y la reacción adaptativa de otro organismo a dicho
nificaciones o constituídos 1rcr eilas. Énton*, gesto, dentro de cualquier acto social dado, establecen la relación que
ra significación no
deberá ser concebida, fundimentarmente, como
un estado de con- existe entre el gesto como comie nzo del acto dado y la completación
ciencia, o com., una serie de reraciones organizadas que.*iri.n o resultante del acto dado, al cual el gesto se refiete. Estos son los dos
,ou-
sisten mentalmente fuera del campo de ia experi.nii" " en-
.r, el cual asp€ctos lógicos básicos y complementarios del proceso social'
tran; por el conttatioo,tiene que ser concebida objetivamente, El resultado de cualquier acto social dado es definidamente sepa-
como
existente completamente dentro de ese campo tr. rado del gesto qu€ lo indica por la reacción de otro organismo a dicho
La reacción de un
o-rganismo al gesto de otro, en cuarquier acto sociar
dado, es ra signi- gesto, reJ..ión que indica el resultado de ese acto tal como es seña-
ficación de ese gesto, y también, .n on sentido, ., ,*fnrrfüpo, irao po, el gesto. Tal situación está toda presente --cstá comple-
aparición o el nacimiento del nuevo objeto
t"
del -r.uo cont'enido tamente dada- en el plano no mental, no consciente, antes del
de-un objeto antiguo--, al que .r. g.rto se -o refiere mediante el resul_ análisis de la misma en el plano mental o consciente. Dewey dice
tado del acto social dado, del cual es una de lrs pri_"*s que la significación surge a través de la comunicación
la. Esta afir-
que, repitamos, los objetos, en un sentido legítimo,
ir*r.-p*-
son coistituídos, mación se refiere al contenido a que el proceso social da nacimiento;
18 L¡ naturalezt no a las simples ideas o a las palabras impresas en cuanto tales,
tienc eign_ificación e infc¡encia, pe¡o
Er ¡ímboro no indic¡ción por cím-
¡. ü-.ü;üilil; i d.;.;;i¡'.i.';.¡'iigoir¡_
es distinguíbr- sino al pro..ro social que ha sido tan principalmente responsable
-b-.-r,:i.
en ta naturaleza, peó tor ¡imboioi óri-lr'i'.ü.ñ?.i'iil*-
;1.j.ffi;.r;i.uentrrn 14 [vérse Erperience and Natute,."p. Y.l (Hay traducción castellana-de
est¡
obra; Li expetiencia q la natu¡aleza, I'i¿*iio, Fondo di Cultura Económica, 1950')
l'll

It8 GEORGE H. MEAD espfnttu, PERSoNA Y SocIEDAD 119

por los objetos que constituyen el medio cotidiano en que vivimo¡: hacia la completación de ese acto o relacionada con dicha completa-
un proceso en que la comunicación desempeña el papel más impor_ ción. En otris palabras, la significación involucra una referencia
del
tante. Este proceso puede dar surgimiento en Ia naturaleza a e,,' gcsto de un orianismo a la resultante del acto social que tal gesto

indica o inicia, como objeto de una reacción adaptativa por


nuevos objetos, sólo en el grado en que hace posible la comunic¡. parte de
ción entre los organismos humanos involucrados en é1. y el sen. otro organisnlo; Y la reacción adaptativa del otro organismo es ta
tido en que determina, condiciona y posibilíta su abstracción de l¡ rignificación del gesto.
de todo el mundo de los objetos de sentido 6e1¡1i¡- es el s.n. Los gestos pued"n ser conscientes (significantes) o inco¡scien-
tido en que determina, condiciona y posibilita su abstracción sobre h tes (no Jignificantes). La conversación de gestos no es significante
estructura total de los acontecimientos, como entidades apropiadm porque no es consciente' es decir' cons-
¡,or debajo del nivel humano,
para la conducta cotidana; y en ese sentido, o en cuanto ti.n.r, .ra .¡ente de sí (aunque es consciente en el s¿ntido de involucrar senti-
significación, existen sólo en relación con esa conducta. De la mism¡ rni€ntos o sensaciones). Un animal, en cuanto opuesto a una forma
manera, en una etapa posterior, más avanzada, de su desarrollo, trumana, al indicar al'go a otra forma o expresarle una significación'
la comunicación es responsable por la existencia de todo el reino dc no indica o expresa al mismo tiempo la misma cosa o significación
los objetos científicos como identidades abstraídas a partir de la es. para sí mismo; porque no tiene espiritu ni pe"nsamiento' y. de ahí
tructura total de los acontecimientos en virtud de su convenienci¡ qo. ,ro haya signifiáción en el sentido significante o consciente de
para los fines científicos. .i. Un g""á no significante cuando la reacción de otro organismo
La estructura lógica de la significación, hemos visto, puede ser Írente
",
élno indica, al organismo que lo hace, frente a qué reacciona
encontrada en la riple relación del gesto con la ¡eacción de aáaptación ^
cste otro organismo
15.
y la resultante del acro social dado. La reacción por paite del Muchas sutilezas se han derrochado en el problema del signifi'
segundo organismo al gesto del primero es la adapta.¡6,¡ ._y hacc cado de la significación. Al intentar resolver este problema'
no es
surgir la significación- de dicho gesro como indiiador de la resul- necesario recurrir a los estados psíquicos, porque la natutaleza de
tante del acto social que inicia y en el que ambos organismos quedan la significación, como hemos visto, se encuentra implícita en la
de tal modo involucrados. Esta reración triple o triádica eitre cl estruitura del acto social, implícita en las relaciones entre sus tres
gesto, la reacción de adaptación y la resultante del acto del
social que el componentes individuales básiios: a saber, en la relación triádica
gesto inicia, es la base de la significación; porque la existencia
de la g.r,á d. un individuo, la reacción a ese gesto por un segundo indi-
significación depende del hecho de que la reacción de adaptación del ui¿oo y la completación del acto social dado iniciado por el
g€sto
segundo organismo se dirija hacia la resultante del acto social dado del primer individuo. Y el hecho de que la naturaleza de la signifi-
tal como es iniciada e indicada por el gesto del primer organismo. c¡ción se encuentre de tal modo implícita en la estructura del acto
Así, la base de la significación está objetivamente presente en la con- rocial pone un énfasis adicional en la necesidad, en psicología so-
ducta social, o en la naturaleza en su relación con tal conducta. La cial, de partir de la suposición inicial de un proceso de experiencia
cignificación es un contenido de un objeto, que depende de la rela- rocial y ie conducta en ejecución, proceso en el que está involucrado
ción que un organismo o grupo de organismos tiáe con é1. No ec
esencial ni primariamente un contenido psíquico (un contenido del t6 Existen dos caracteres que pertenecen ?-!_o qoa llamamos "significaciones":
uno ., liiorri.ip"i¡¿n y'li-"ü.-lí ó-unicabilidad. L-a.significación sólo puede
espíritu o de la conciencia), Iloryue no es en modo alguno preciso iiri¡iii.i gi.áó ." qoá "ígrii" r"r.-a.i acroesie que el individuo está provocando ec
que sea consciente, y no lo es en Ia realidad hasta que en el cl otro puede ,.. prouo.rii'ii?i .it*"len senti¿o, siempre hav patticiprción'
froceso y el resultado ¿" ..t" p]i,¡.'i'p*ió";t i"-;;u¡icabilidad, o sea que elsinindividuo
de Ia experiencia social humana emergen ros símbios signiflcantec. signifi-
;";.';;'i.-;. iri -¡rI-. f":q". in¿i." a otros. Eiist¿ comunicación el otro sin provocar
Sólo cuando se identifica con tales símbolog, se torna consciente c¡ción cuando el gesto á.i i"¿-i"i¿r. fi""o.".-t" reacción en que la significación'
la significación. La significación de un gesto por parte de un or. o tender a provócar l" --ir;;;;;;;io" i" "qr¿t- Puede deci¡segesto que provoca la
<lc¡de el punto de tti¿ pttttnit en cl p€to no 8e
ganismo es la reacción de adaptación a aquéf poi p".t. de
otro i.'tü¿r íJ.i"r¿" en"itt.'ü.i-"lt"tttáLt'
el ot-rl lót tii*' dent¡ó- de un acto coopetativo' qu€ la ten'
" menos de
organismo, como indicadora de la resultante det acto social que ini- ;;;;;;s;ifi-;;. p"" rJ' ii¿'i;id";;-ñ;J;,ido" et' el acto a
a meno¡ de que el
dcncia al acto se. pro""I"¿ii'.i;;;;f t;ái;i¡oo oo" io hace' v actitud d¿l indi'
en la
cia; la reaccíón de adaptación del segundo organismo está áirigida individuo qu. cs dit".t"iie-rrl" ii..á¿.-ptt el gestole coloque
viduo que hace et gesto (MS) .
ESPIRITU, PERSONA Y SOCIEDAD
r2l
120 GEORGE H. MEAD
cualquier grupo dado de individuos humanos y del que depende h El sistema nervioso central no presenta simplemente una serle

existencia y desarrollo del espíritu, la persona y la conciencia dc ¡l es Attitl-tittitt inevitables reacciones a ciertos estí-
¡h ¡utomatismos, radiador que
de los mismos. rrrulos específi.os, toio "tit"r la mano de unresuena
tatts detrás
fuerte
r¡ tocado, o ,ob,t'"ltit;;;';";;;; un ruido no sólo el mecanismo
12. I-INrvrRslltp¡o ,r¡. nosotros. El sistema nervioso proporciona,
para reconocer un objeto
p¡ra esa clase de t""Jotil' 'ino i"*ui¿n
Nuestra experiencia reconoce o descubre lo que es típico, y €sto ¡nte cl cual vamos a reaccionar;
y ese reconocimiento puede ser ex-
át on" que responda a cualquiera de
es tan esencial para una adecuada teoría de la significación, como lo ¡rrcsado 4n términos ""iión
de esiímulos' Es decir: uno tiene
es el elemento de la particularidad. No sólo existen hechos de rojo, por Ios componentes de i*to *t"nt y se
ejemplo, sino que además existe en la experiencia un tojo que ct r¡uc clavar un clavo; se tie;de
la mano para tornar el martillo
identificado, por lo que a la experiencia resp€€ta, con otro rojo. Sr ¡l'scubre que ha dt'";;;i;;'
i no se áetiene uno a buscarlo'o sino
pueda emplear' un ladrillo una
puede aislar el rojo como una simple sensación, y como tal es pasr. rlue toma cualquier i'" tot" que
tl ;;;;;Jtio'o"'" dar impulso al golpe' Cual-
jero. Pero en adición a ese carácter de pasajero existe algo que llamr- ¡ricdra que tengan
mos universal, algo que le proporciona una significación. El sucero r¡uier cosa que se poeá; tomar
y sirva para ese iin' será un martillo'
de un objeto
es un color, es rojo, es cierta clase de rojo, y esto es algo que no lise tipo de reacción"q"t-it"tf*'^.íl 'f""^miento es un universal 16' Si el
dcbido a ciertas t"'"tiJ'iit's
genéricas'
tiene un caráctet pasajero en la expresión del color mismo, Si pasamor
de los contenidos particulares ds esta clase a otros objetos, tal?a objeto provoca t'"
1-po'ta cuál fuere su caricter par'
""tti¿n' "o un carácter universal' Es algo que
como una silla, un árbol, un p€rro, encontramos algo que resultr ticular, puede decir;;;; ilt varia-
carácter, a despecho de las
distinguible del objeto, planta o animal especiales que t€nemos en nuede ser ,..ono.ido" i""lr, " *
torno. No reconocemos €n el perro el grupo de elementos sensorial6, l;;;;;;;io.."¿"' "i lot ejemplos indi'iduales .--:-- que
el sistema nervioso central un mecanismo
sino r9ás bien el carál"ter de ser un perro, y a menos de que tengamot Y bien, ¿habú€n por
qu€ h-aea surgir esa reacción'
algún'motivo de interés en ese perro espcial, algún problema cn pueda ser excitado i" *r-rnlitra'
¿Habrá un
variadas que las .t"iiti"ttt t;;; ";
todo otro sentido?
cuanto a su posesión o la probabilidad de que nos muerda, nuestfi¡ para repres€ntar los
complicado
relación con el animal es la relación con un universal: no es má¡ mecanismo de caráctBr lo bastante espa-
que tienen' no sólo dimensiones
que un perro. Si una p€nsona le pregunta a uno qué vió, la respuestl objetos que tratamos, objetos
ciales, sino tr-ui¿"iti'-p;;;itt=t
Ún. objeto tal corno una melodía'
será: un lrrro. (Jno no sabría el color del perro; lo que vió serí¡
simplemente un lrrro en general. un trozo musical, tt unitaria' Oímos las primetas notas
""1*t*ión
y reaccionamo, ti"' tomo a un todo' Semejantea un hombre desde
unidad existe en
Existe aquí una significación que se da en la experiencia misma, " que siguen
.y es esta significación o carácter universal la que se supone que la las vidas presentadas por las biografías
mostrando todo to que corresponde
psicología conductista tiene dificultades en encarar. Cuando hay una su nacimiento hasta su muerte, cartera'
cambios que ocurrieron en su
reacción ante un animal como un psrro, hay una reacción de reco- al crecimiento ¿.t lrom¡r. y tor
nocimiento así como una reacción hacia un objeto del paisaje; y
algo que n::1i-i::ot"dtt
Ahora bien, ¿hay en el sistem" "t'l'io'o podamos proporcionar una
ouj.,", de modo que
esa reacción de reconocimiento es algo universal y no particular. ¡ tales caracteres ¿.i complicado como una me-
¿Puede este factor ser expresado en términos conductistas? Por su- ;;it.;;i¿t .on¿ot'it* de un objeto tan ,,o pr.*.,,t" una dificultad
puesto, no nos interesan las inferencias filosóficas; no nos interesa lodía o una vida? f;r;i, .ompii.".iór,
la metafísica del perro; pero sí nos interesa el reconocimiento que seria, porqu. .t
;;;tral tiene-una cantidad casi infi-
corres¡rondería a cualquier otro animal de la misma clase. Ahora
'i'tij"";;tt*
nita de elementos I tomfi""tiones
posibles' pero' ¿se puede encon-
bien, ¿existe en nuestra natvtaleza una reacción de semejante caráctet conflicto y la'inhibición:
18 La absttacción y los universates son d-ebidos al
qt" debe' ser saltado' y en
universal, de la que se pueda decir que res¡ronde a ese reconocimiento una oared es algo qo"' átUt ser esquivado v'"igo hace posible afe-
de lo que llamamos universal? Tntaté de esbozar la posibilidad de tanto que es ambas ttü''-Jt"ii-iial"ls un 53-ttol?'' Ei lengu'aje
i''ti¿i' para rbs animares
tal explicación conductista. i,f,,.T*J,:,;:,..","'.:: Trri:*tT.,xt'."":T1ü";Tlt*
122 GEORGE H. ME/ID EsPfRlru, PERSoNA Y socfEDAD lzt
trar allí, en el sistema nervioso central, una estructura que regpondl que él tiene en su
¡ndefinida cantidad de elementos. ¿Puede decirse
a cierto tipo de reacción que represente pere nosotros el actitud de
carácar drl rirtema nervioso central un objeto que responda a esa
objeto gu€ reconocemos, en cuanto distinto de las ,i-fl., Glad-
l?conocer a Gladstone, en todos sus carnbios, como el
rcnü. mismo
ciones?
¡tone? Si uno tuviese el mecanismo necesario para hacerlo, ¿podtía
El rcconoci,miento siempre invorucra algo que puede ser darc[. rncontrar en el cerebro del historiador lo que responde a Gladstone?
bierto en una cantidad indefinida de objeto-s. s"t" ,. po.¿.
color una vez, en el sentido de que "color" significa'uii-rel¡ció¡
ver ui f roponi."¿o que tal cosa pudiese hacerse, ¿qué se encontraría? Por En
.inrtá qu. no sería orr" ,."i.iór, única al nombre de Gladstone'
inmediata de las ondas de luz.on la retina de i¡n sistema todas las conexiones gue se lleva-
nervio¡o eicrto modo, tiene que representat
normal. La experien cia aparcce y pasa, y no puede ser repetida. pr,o
lr¡n a cabo .n ,o ."p.ri.ncia, todas las conexiones que quedaron
hay un catácter universar que se da en'la experiencia de ella
--ir-r, ..pal involucradas .r, ,o .oldocta, en el grado en que las análogas
de una infinita canridad de repeticiones. y ,. h" ,opo.r,o cierta
lucedieron en la vida de Gladston.. D.b.
clase de
qL .*o tratarse de
es que hay detrás de la expricación o af,irmación conductiste. en algún punto,
_lo
psicología conductista explica ese carácter de
I¡ unidad, de una unidad que, si ese todo es tocado
que el
la experiencia en térmi.
nos de Ia reacción. Puede decirse que no es posiüre que
p".1" ¡"..t sirrgir .u"lquier otro elemento de la experiencia
iluminar cualquier fase
exista unt historiador tiene de Glaistone. Debe poder
reacción universal, sino sóro una reacción a un objeto. -por en que figura
er contn. de su carácter, destacar cualquiera de las situaciones
rio, hasta donde la reacción puede tener lugar con referencia presente en
Gladstone. Todo esto debe encontrarse potencialmente
un ladrillo, una piedra, un martillo, existe un universal en ¡ Es
forma de la reacción que responde a toda una serie ai-p"rticu.
l¡ r¡l esbozo de Gladstone en el siste,ma nervioso central Morley.
de
nervioso cen-
lares, y los particulares pueden ser infinitos en númcrJ
iiiinirrrq.nre complejo, pero también lo es el sisrema
sino también
pfe que tengan ciertos caracteres en relación con la
,¡.m. tral. No ,.p....nt" .i*pl"-.t tt dimensiones especiales'
está representada en ro que lramamos "reconocimiento".
reacción qut Jir.nriorr., t.mporaleJ. Puede representar una acción demorada' una
empleamos el término "reconocimiento,', puede que
cu"ndo ;;;l¿;;r. d.p"nd" de una reacción anterior; y esta reacción posterior
sólo queramor pu.á., .n ,o ,,r.i-iento antes de que ocurra explícitamente-
decir que hemos escogido un objeto que sirve para -pr€ro
es€ fin par. influir sobre la reacción anterior'
ticular; lo que por ro generar qo.i.-or decir es .r ."ri.t., a.r
io.
objeto que es un estímulo p"ta su reconocimiento se encuentf¡ Podemos concebir, pues' en la estructura del sistema
nervioso
o el reco-
presenüe en nuestra experiencia, Du central, una dimensión iemporal como la dc una melodia'
tal modo, es posible tener algo nocirniento de las notas y ae ta distancia que separa a unas
de otras en
que es universal, distinguido de varios particulares. tealmente
ór.o qo. fod.n,o, la escala, y nuestra apreciación de las mismas €n cuanto
reconocer en cualquier costumbre qué es lo que responde post€riores'
a iistinto¡ ,f..t"d", por .l comiÁzo de nuestra reacción a las notas
estímulos; Ia reacción es universal, y er estímulo, de final. si pre-
|articurar. Mien.
tras este elemento sirva de estímuro, provoque esa ieacción, como cuando €stamos esperando determinada clase
ex-
decir quc el particular se agrupa bajo ese universar.
se puede guntamos ahora cómo se muestra esa exp€ctación en nuestra
Ésa es ra expri-
periencia, tendremos dificultades para detallarla en términos de
cación_que la psicología conductista da a la forma
universal, distin- por
guiéndola del ejemplo particular. .onducta, pero advertimos que la experiencia es determinada
El punto siguiente es más bien una c'restión de grado, ilustrada nuestradisposiciónaresponderanotasposteriores'yesadispo-
presentes' ['a
por los objetos más complejos, tales como una sinfonía,
o una vida, sición puede existir sin que las notas mismas estén
forma en que responderemos a un final mayor o
con todas sus variaciones y armoniosos contrastes. menor d-etermina
cuando un críti- Y es ésa
tico musical analiza un objeto tan comprejo como una la forma en que apreciamos las notas que se presentan-'-
siilonía, a todas
¿podemos decir que existe en el sistema nei*,ioro central ifgo qo. qo.-propor.iona el carítcter de nuestra apreciación
l,
responde al objeto que el crítico tiene ante
sí? o tomemos ra üiogra- "aito¿
las compostiones musicales de cierta extensión'
Lo concedido prin-
al
de un grande homb¡e, un Lincoln o un Gladstone, rnás tarde'
\l donde el cipio es determinado por la actitud hacia lo que vendrá
historiador, digamos Morley, tiene ante sí toda esa vida ilustrado con srx¡
con su Esta es una fase de nuestra experiencia que James ha
ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD r25
t24 GEORGE H. MEAD
que nos
análisis del carácter sensorial de conjunciones tales como "y", "pe- cantidad indefinida de estímulos que varían entre sí es algo
particular' y la comple-
ro", "¿unque". Si se afirma una proposición y se agrega "pero", fopor.ion" la relación del universal con el grande' como lo son
se está determinando Ia actitud del oyente hacia ella. Este no sabe li¿u¿ a.t objeto puede ser tan infinitamente posibles
qué es lo que uno introducirá, pero sabe que existe alguna clase de ios elemento, d.l-rirt..rra nervioso central que repres€ntan
combinaciones espaciales y temporales de nuestra conducta' Pode-
excepción. Su conocimiento no se formula de manera reflexiva, que
mos, entonces, háblar legítimamente de cierta clase de reacción
sino que es más bien una actitud. Existe una actitud "pero", una que puede
actitud "si", una actitud "aunque". Ésas son las actitudes que asu- un Morley tiene con ,.rpJ.,o a un Gladstone, una reacción
€ncontrar su expresión en el sistema nervioso central, teniendo
en
mimos hacia el comienzo de una melodía, hacia el ritmo involucrado
en la poesía; son ellas las que dan sentido a la estructura de aque- €uenta todas sus comPlejidades.
llo que encaramos. [Hasta ahora hemos acentuado la universalidad
o generalidad
Existen ciertas actitudes que asu'mimos hacia una columna o de la reacción en comparación con la particularidad del estímulo
hacia sus basamentos, y sólo necesitamos tener sugestiones del objeto qo. t, provoca. Ahora quiero llamar la atención hacia la dimen-
para provocarlas. El artista y el escultor ejecutan en esas actitu- sión social de la universalidad.l
y un
des, del mismo modo que lo hace el músico. Gracias a la indica- El pensamiento se lleva a cabo en términos de universales'
del objeto por medio- del cual
ción de los estímulos, ellos pueden producir un reflejo de las com- universal es una entidad distinguible
ptejidades de una reacción. Ahora bien, si uno puede producir una lopensamos. Cuando pensamos €n una azada' no nos limitamos
t o.rrro pensamiento a ninguna azada esptcial' Y bien' I
p"tt-
cantidad de ellos y conseguir un reflejo multiforme de todas esas ac-
titudes en la armonía, provoca una reacción estética que consideramos
"r,
samos en la azada universal, debe de haber algo acerca de lo cual
bella. Lo que constituye la belleza del objeto es la armonización pensamos, y eso no se da manifiestamente en el suceso particular
de esas complejidades de la reacción. Hay diferentes estímulos que q,r. p.opot.iona la ocasión para el pensamiento' El pensamiento
provocan una cantidad indefinida de reacciones, cuya naturaleza se tras.i.rr¿1. todos los sucesos. ¿Debemos suponer
un reino de ta-
pensa-
refleja en nuestra experiencia inmediata y que son puestas en rela- les entidades, esencias o substancias para explicar nuestro
ción armoniosa las unas con las otras. Las etapas posteriores de miento? Eso es lo que, en general, suponen todos los.modernos
por
la e:cperiencia misma pueden estar presentes en la experiencia inme- realistas. La respuesti de Dewey parece ser que hemos-aislado'
diata que influye sobre ellas. Dado un sistema nervioso central su- mediodenuestraatenciónabstrayente,ciertascaractedsticasdelas
ficientemente complicado, podemos encontrar una cantidad indefi- azadasqu€sonajenasalasdistintasazadasindividuales,aunque
nida de reacciones, y dichas reacciones pueden ser, no sólo inmediatas, tienensuexistenciaoserendichasazadasindividuales.Estosca-
q:u¡e sea tal' son' por lo tanto'
sino tambián demoradas, y cuando son demoradas pueden estar ya tacteres que se presentan en toda azada
;j;";t "iu"lqoi.." de ellas' Podemos ir más allá y decir que estos
influyendo sobre la conducta actual.
al suceso de las azadas que nacen y-se desgastan'
Y así, en cierto sentido, podemos encontrar, en el sistema ner- .árr.r.r., ,or,
"¡.rro. y pueden ser llamados ob'
vioso central, lo que responda a objetos complejos, con su signifi- fi orr"" palabias, son ajenos al tiem¡ro' calidad de ajenas
Dewey' esa
cación un tanto vaga e indefinida, tales como residen €n nuestra ¡io, o entidades eternos-. Pero, dicenuestro pensamiento no separa
experiencia real ----objetos complejos, no sólo espacialmente, sino, ,l ,i.-po de tales características en
,u s.r d. Ias azadas individuales. . . Dewcy está completamente
con
además, temporalmente. Cuando respondemos a cualquier fase de
en cuanto a que la significación no
estos objetos, todos los otros valores están presentes, listos para in- los realistas arriba mencionados
troducirse en ellos y darles su contenido intelectual y emocional. estáalojadaenlapalabramisma'esdecir:noesunnominalista'
No veo motivo alguno para que uno no encuentre, pues, en la Insiste,sinembargo,,nqotlasignificaciónresideenlaazad'een
organización de esa actitud tal como se presenta en el sistema ner- ;;r" caractdrística que ha surgido gracias a la naturaleza social
del pensamiento. Supongo que podemos decir' en
la terminología
vioso central, aquello a lo cual nos referimos como la significación
del objeto, lo que es universal. La respuesta de la reacción a una que las significaciones han surgido en la experiencia social'
"rrurl,
t26 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD t27
así como los colores surgieron en la expgriencia de los organismol otros individuos. tJn universo de raciocinio es simplemente un sis-
con aparato de visión 17. tema de significaciones comunes o sociales 20.

La significación como tal, es decir, como el objeto del penca. La misma universalidad e impersonalidad del pensamiento y la
miento, surge en la experiencia gracias a que el indiviáuo se esiimul¡ razón son, desde el punto de vista conductista, el resultado de que
a sí ,mismo para adoptar Ia actitud del otro en su reacción hacia et un individuo dado adopte las actitudes de los otros hacia él y de que,
objeto. La significación es ro que puede ser indicado a otros a t¡ finalmente, cristalice todas esas actitudes particulares en una sola
vez que, por el mismo proceso, es indicado al individuo indicantc. actitud o punto de vista, que puede ser llamado el del "otro gene-
Fn el grado en que el individuo se lo indica a sí mismo en el papcl ralizado".
del otro, ocupa la perspectiva de éste, y como ro indica al otro der. Las formas alternativas de actuar bajo un infinito número de
de su propia perspectivá, y cor'o lo que de tal modo es indicado distintas condiciones particulares o en una infinita cantidad de
es idéntico, es preciso que sea justamente aquelro que puede ser desdc distintas situaciones particulares gue son más o menos
distintas perspectivas. Tiene que ser, por lo tanto, un universal, por -fqrm¿s
idénticas para una cantidad infinita de individuos normales- son
lo menos en la identidad que corresponde a las distintas perspectivar todo lo q,i. .o realidad representan los universales (no importa cómo
los
organizadas €n una sola perspectiva, y en el grado .n qo. el prin- los encarl la lógica y la metafísica) ; carecen de sentido apa:,te de
cipio de organización admita otras txrspectiva! que las que están actos sociales en los que están ínvolucrados y de los que extraen su
realmente presentes, Ia universalidad puede ser, lógicam.nt., .*t.n- 21.
significación
dida infinitemente. su universalidad en la conducta, emlxro, alcan-
za sólo hasta el límite en que las diferencias de las distintas perspec-
tivas permanecen sin im¡rortancia con respecto a los caracter., ir,di."- B. L¡ ¡¡¡run¡LEzA DE LA TNTELIGENcIA REFLEXIVA
dos por los símbolos significantes que se emplean, es decir, por lor
gestos que indican al individuo que los usa qué es lo que tales gestor En el ripo de inhibición remporaria de la acción que significa
indican a los otros, para quienes sirven de adecuados estímulos en el p€nsar o an .l que surge la reflexión, se le ofrecen, en Ia experien-
proceso cooperativo 18. .i" d.l individuo, a modo de tanteo y por anticipado y para su
elección entr€ ellas, las distintas posibilidades o alternativas de fu-
El gesto o símbolo significante presupone siempre, para su sig.
nificación, el proceso sociar de la experiencia y ra condu.ta en quc tura acción que le están abiertas dentro de la situación social dada
surge; o, como dicen los lógícos, un universo de raciocinio está
formas diferentes o alternativas de completar el acto
-t¿s
social dado en el cual él está involucrado o que él ya ha iniciado.
siempre inferido como contexto en términos del cual, o como
campo dentro del que, los gestos o los símbolos significantes tienen
el La reflexión o la conducta reflexiva surge sólo bajo las condicio-
en verdad significación. Este universo de raciocinio está constituído 2o Nuestr¡s a¡í - llamadac lcycs del pensamiento ¡on la¡ ¡bstr¡cciones de lea
ab¡tracto, tod¡ la téc'
por un grupo de individuos gue llevan a cabo un proceso social dc ,.1".¡on.r'iá.i"t"r. füá ooctttó ptofgó dc pcnsamiento(l9l2t'.
"*'ri ;d;o--¿.t-*i..o son c¡cncialmcnte soci¡lc¡
;;;;';f -f"J.i --
experiencia común 10 y conducta, en el cual participan, y dentro del lit r.f*i.r." áuraderas han eido sometidis ¡ revisión.-
A la
Quedan les
mism¡ categoríe
.oor,.nt.i1á!'1."i, i i"t ¿.Jo.ii"o.r A. lac infercncieg lógicee.
cual estos gestos o símbolos tienen la misma significación, o un¡ v la ertructure
;;;i;;;; iói ii.itá¿"r universale¡ o conceptos. Son loc elementoe- l¡ conducta ¡oci¡l con
signíficación común, para todos los miembros de ese grulb, ya sea á;.]n-;;il;-¿.-áa".¡olo. En la -edid" cn que en
otrog y con úosotroS mi¡mos indic¡mol lo¡ catacte¡e¡ que pcrdu¡an,r¡- la
pefs-
que ellos los hagan o los dirijan a otros individuos, o que reaccio- ¿¿ rrupo ¡l que pert€necemor y del que surgimor' en csa -medrda estemos
nen francamente a eltos en cuanto hechos o dirigidos a ellos por "..titi
íJi."i¿ü].'qí" en rctació¡-con nüc¡tra.conducta, aquello a lo.que, cn
iiiir oil.¡átl ei "".1"-Ui"
ai"¡¡ t¡ tran¡itoricd¡d- Un¡ metaf ísic¡ que extr¡e e¡tos elemento¡
;I'i,"ffi;;;'.;o;fi;ñ;6"dóte
-á-. d¿ un set sustancial'-pas¡ por alto el.hecbo
.17 fEste- parágrafo h1 sido ¡eteccionado de un ma¡u¡crito: "The pbiro- il ;;];';"ii¿i¿ ¡ri,ánsit"tioa"¿ es est¡ictamente relativa a l¡ ¡ituación en
sgpl-¡I-?f-John D:wty". Fué publicado c¡ el t"te-alb,ni--ji"maf if nl¡i, i.'¿;ililá;i- ¿. l" cual rurgc l¡ refl¿xión_,_de que si-bicn podemos ctrcontr¡r
de 1936.1 ;;;ft;;; siio".ion"r "" -¿,o¿3-¿"'conversación y, pot lo t¿nto, dc pcnsamiento
oue re¡utta ¡icno ¿ las diferencias de la¡ ¡ituacioner' y' en conse{u-encra'.
proPor-
It [Petágrafo rcteccion¡do dc lvfS.l perspoctiva ¡ otre, cata €alidaó dc aJeno pcr-
re un mundo comúo .rirt_q. . . ¡óro cn r¡ .ioni oo mét-odo de trasl¡ción de una
medid¡ cn quc erirtc uoa ex¡rc- tcnece ¡ólo al cerácter i1-. li"pii" qoi .*.. el problema cn reflexión,. y jamás
riencir (de gtupo) común (I\,IS). t¡asciende de l¡ conducta social dentro de la cual surge el método (MD) '
¡l
1'

128 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 129

nes de la conciencia de sí, y hace posible el control y la orgr. $i algu'ien ¡rnetra en una habitación rrnry carnbiado por una lar-
nizaciín intencionadrs, por parte del organismo índiviáual, dc ¡u ¡. y grave enfermedad, o por exposición al sol tropical' los ami-
conducta, con referencia a su medio social y físico, es decir, co. rc. ior' no podrán reconocerle inmediatamente. Existen ciertos ele-
ferencia a las distintas situaciones sociales y físicas en las que se va m?ntos que nos permiten reconocer a un amigo' Puede
qu: t-enga-
involucrado y a las cuales reacciona. La organízación de la pcr. mos que-busa", *, caracteres que tornan exitoso el reconocimiento,
sona es' simplemente , la organización, por el organismo individual, para indicarlos a alguien o a nosotros mismos' Puede que tenga-
de la serie de actitudes hacia su medio 6e6i¿t hacia sí mismo rnos que determinar cuáles son los estímulos que pfovocan una reac-
desde el punto de vista de ese medio, o como -y elemento funcio, ción de ese complejo carácter. Esta es a menudo una cosa sumamente
nante €n el proceso de experiencia y conducta sociales que consti. difícil, como ló evidencia la crítica musical. Todo el público que 1il

tuyen ese medio- que está en condiciones de adoptar. Es esenci¡l llena una sala puede sentirse arrebatado por una composición' y qui'
que tal inteligencia reflexiva sea encarada desde el punto de vistr zl no habrá una sola persona que pueda explicar qué había en la
cuá-
del conductismo socíal. producción qo. prouo."re esa reacción especial, o que pueda decir
Dije, hace un momento, eu€ hay algo involucrado en nuestra ir, ,on las'distintas reacciones en esos individuos' Es un don
explicación de la significación de un objeto que es más que la mer¡ cxtraordinario el del que puede analizar. ese tipo de objeto y descu'
reacción, ¡ror compleja que ella pueda ser. podemos reaccionar ¡ brir cuáles son los estímulos para una acción tan compleja'
una frase musical, y puede que no haya nada en la experiencia, Quisiera llamar la atención hacia
el proceso que nos propor-
aparte de la reacción; puede que no estemos en condiciones de decir .iona=ona indicación de los cafact€res que provocan la reacción. Los
por qué reaccionamos o a qué reaccionamos. Nuestra actitud puede rnimales de un tipo inferior al del hombre reaccionan a ciertos ca-
ser simplemente la de que nos agrada alguna música y no nos agra- racteres con una precisión ajena a la capacidad humana' tales
como
da alguna otra. La mayor parte de nuestros reconocimientos son el olor en el caso del perro. Pero estaría más allá de la capacidad
de un perro el indicar a otro peuo de qué era el olor' Otro
de esta clase. Escogemos el libro que queremos, Ixro no podemos perro
decir cuál es el carácter del líbro. Probablemente podríamos dar no poaría ser enviado por el primero a encontrar ese olor' Un hom-
bre'puede decir cómo iáentifiiar a otro hombre. Puede indicar
una explicación más detallada de las facciones de un hombre a quien cuáles
encontramos por primera vez gue de nuestros más íntimos amigos. son los caracteres que provocarán cierta reacción. Esta capacidad
dis-
con nuestros amigos estamos dispuestos a iniciar ra conversación tingue absolutamente ia inteligencia de un ser reflexivo como el hom-
puedan
en el momento en gue lo están ellos; no t€nemos que estar segurog u.e ¿e la de los animales inferiores, por inteligentes que éstos
de quiénes son. Pero si tratamos de encontrar a un hombre que nog que el hombte es un animal racional' y
ser. Generalmente decimos
ha sido descrito, examínamos atentamente a la persona para asegu- que los animales inferiores no lo son' Lo que yo quería demostrar'
po. lo menos en términos de la psicología conductista' es que lo
rarnos de que corresponde a la explicación que nos ha sido dada. que
Con una p€rsona que nos es familiar efectuamos la conversación sin tenemos en cuenta en esta distinción es la indicación de los caracteres
a la clase de reacción que concedemos a un obj*o'
Señalar
Ixnsar €n €sas cosas. La mayor patte de nuestros procesos de recono- lue llevan
cimiento no involucran esta identificación de los caracteres que nos los caracteres que conducen a la reacción es precisamente lo que dis-
permiten identificar los objetos. Quizá tenemos que describir a una iingo. ot, de pesquisantes que envía a un hombre' de un
persona, y descubrimos que no podemos hacedo " "ig.rr.ia jnteli-
6s¡e6g¡¡sg sab-ueso qo. p.r"ígo. on irombre' FIe aquí dos tipos de
demasiado bien. Puede que tengamos que elegir -l¡ esos detalles, y
"
gencia, ambas especializadas: el pesquisante no podría hacer lo
que
€ntonces, si adoptamos una actitud crítica, tenemos que descubrir t".. "l sabtreso, ni éste lo que ltace el pesquisante' Pues bien' la
inteligencia del pesquisante, €n comparación con la inteligencia
qué hay en el objeto que provoque esa compleja reacción. Cuando del
hacemos tal cosa, estamos recibiendo una explicación de cuál es la reside en esa capacidad para indicar cuáles son los caracteres
2¡'
especiales que provocarán su reaición de capturar al hombre
naturaleza de los objetos, o, sí se prefiere, de su significación. Te- "abueso,
nemos que indicarnos qué es lo que provoca esa reaccíón especial.
-;;;
22 La i¡teligcncia y el conocimiento se encuentran dentto- del proceso de lr
Digamos gue reconocemos a una persona por la índole de su físico. conducta. pensar es .ri ü.pfi.Jo áe. . . presentar el mundo de mcdo
131
130 GEORGE H. MEAD ESPIRITU, PERSONA Y SOCIEDAD
cada uno de
Tal la explicación de un conductista en cuanto a lo qur
sería funcionar una cerradura. Se advierten ciertos elementos'
los cuales provoca una reacción determinada; y lo
está involucrado en la nzón, cuando se razona se está indicando
que se está,ha-
procesos de reacción al prestar atención a
uno a sí mismo los caracteres que provocan ciertas reacciones. si ¡c ciendo es aferrarse a esos
tiene el ángulo y un lado se puede determinar la superficie de un los estímulos. El hombre puede, no sólo combinar las reacciones
triángulo; dados ciertos caracteres, hay ciertas reacciones indicada¡. ya presentes, que es i" q; puede hacer un animal inferior a él'
es posibie p€netrar en esas actividades
e inte-
Existen otros procesos, no exactamente racionales, con ros cuatcr ,ino qo. tambiér, le
específicos' aferrándose
se pueden construir nuevas reacciones a partir de las antiguas. Fuc. ,ro-pi¡rr, prestando atlnción a elementos y luego
den escogerse reacciones que están presentes en otras reacciones, y a las reacciones que responden a esos estímulos especiales
unirlas. un libro de instrucciones puede proporcionar una seric combinándolas para construir otro acto. Eso es
lo que q'J€remos
de estímulos que llevarán a una serie de reacciones, y se las escogc decir al hablar de aprender o de enseñar a otra
persona a hacer
de entre las otras reacciones complejas, quizá como nunca han sido unacosa.SeleindicaadichalrrsonaciertasfasesocaractereseEr-
de reacciones' Es lo
escogidas antes. Cuando se escribe en una máquina de escribir, cíficos del objeto qo. p'ot'oti" ciertas clases
acompaña sólo
puede que se le den a uno instrucciones en cuanto a la forma de que formulamos en g.n;t"t al decir que la conciencia
procesos motores' Podemos fisca-
emplear la máquina. Al comienzo podrá uno formarse una buen¡ a los proceso, *nrorio, y no a los
los motores;
técnica, pero incluso ése es un proceso que involucra la indica- li)ii'¿o"rr^mente los procesos sensoriales' fxro no
especial del cam-
ción de los estímulos para provocar las distintas reacciones. Se unen podemos prestar no.rt,i atención a un elemento
po y, at isí prestar atención y así aferrarnos a un
estímulos que no han sido unidos en el pasado, y entonces esos es- estimulo' coll-
en que conse-
tímulos arrastran consigo las reacciones compuestas. Puede que al r.goit f" fiscalizaoión de la reacción' Tal es la forma
principio sea una reacción tosca, y deberá ser liberada de tas reac- grit""t controlar nuestra acción; no controlamos directamente
vías motrices mismas'
ciones experimentadas en el pasado. La forma en que uno reacciona iuestra reacción por medio de las
para pres-
hacia el doblado de cartas, cuando escribe, es distinta de la forma en En las formis inferiores no existe capacidad alguna
del camfn de la estimula-
que reacciona al escribir la carta en una máquina de escribir. Se co- tar atención a algúi-.lemento analizado
Pero puede decir a una
m€ten error€s, porque las reacciones que se emplean han sido distin- ;iiló.les permita fiscalizat la reacción' se
y la persona podrá
tas, han sido conectadas con toda una serie de otras reacciones. Un persona: "Mira .rro, air" esta cosa, nada más"'
su aten'
profesor de dibtrjo bará a veces gue sus alumnos dibujen con la ?i¡", ,o atención sobre el objeto específico' Podrá dirigir aquél'
que responde a
mano izquierda en lugar de emplear la derecha, porque las costum- ;iil y, de tal modo, aislar la reaccién especial complejas activida-
bres de la mano derecha son muy difíciles de eliminar. Esto es lo Ese es el modo en que interrurnpimo' "otttt"t
que uno hace cuando actúa en una forma racional: se indíca a si des y hacem* poriii. aprenlizaje' Lo que se lleva a cabo al
cuáles son los estímulos que provocarán una reacción compleja, y
"l
pr"rá, atención a los estírnulos específicos que provocan ün acto
por el orden de los estímulos determina cuál será el conjunto de la lrp".i¡, es un análisis del proceso, y este análisis hace posible
como
la
de-
reacción. Ahora bien, el poder indicar estos estímulos a otras p€r- reconstrucción del aÁ. Ui animal iace combinaciones'
sonas o a sí m,ismo, es lo que llamamos conducta racional, en cuanto .i-or, sólo por el método de tanteo' y la combinación que triunfa
distinta de la inteligencia irracional de los animales inferiores y de se conserva.
buena parte de nuestra propia conducta. El gesto, tal como es elaborado en la conducta del grupo huma-
elementos y
El hombre se distingue por su capacidad de analizar el cam¡ro de no, ,iJ. definidament€ para indicar precisamente esos
Existe' es
estirnrulación en forma de poder seleccionar un estímulo antes que otro porr.rto, dentro del campo de la atención voluntaria' y
"ri la atención voluntaria
y asi aferrarse a la reacción que corresponde a ese estímulo, escogién- ;i;, ;r, semejanza fundamental entre pueden ser
dola de entre otras y recombinándola con otras. No se puede hacer i" irrrrotottrria. Una luz brillante' un olor particular'
y que' en esa
algo que logre un completo agnoi¡i9 del organismo
una acción voluntaria
q_ue s€1 favoreblc para, la conducta, de rrodo de que puedan ser alcanzado¡ to¡
fine¡ de I¡ vid¡ de la fotnra (MS).
medida, inhiba toda ot'a actividad' Pero
que se lo señale' de que
Penser ee iádicar en una cosa er indicarla antes de actua¡ (1924) ;.Ñ; de la indicación de cierto carácter' de
.
-pen&rt
133
tJ2 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD

ee lo aferre y, de tal modo, se aferre e la teacciín qu€ le conct. sobrenosotros.Talesloguesehallaimplícitoenlainteligencia


de las formas
ponde. Esa clase de análi¡íc es esencial para lo que llamamos intc. humana, en cuanto distinta det tipo de inteligencia
tomatse de
ligencia humana, y es posibilitado por el lenguaje. inferiores. No podemos decirle a irn elefante que dcbe
la cola del otro elefante; el estímulo no le indicará al
La peicología de la atención expulso a la psicología de la arc, elefante la
una situa-
ciación, Se encontró una infinita cantidad de asociaciones quc misma cosa que nos indíca a nosotros' Podemos crear
residen en nuestra experiencia con referencia a cualquier cosa qu: .ión qo. ,." ut estímulo para el elefante' p€ro no podemos hacer
que ést. se indique a sí Áis*o qué es ese estírrlulo, de modo
de
aparezca ant€ nosotroo, peto la psicología asociacionista no erplicabr
por qué una asociación predominaba antes que la otra. Estableció tener la reacción al mismo en su propio sistema'
pro'
rtglas en el sentido de que ci cierta asociación había sido intens¡, El gesto proporciona un proceso por medio del cual yuno
reciente y frecuente, entonces ella sería la dominante. Pero a menudo voca en-sí la-reacción que podtía ser provocada
en otro' esto no
poi'lo que r€specta a su rnedio
existen en la realidad situaciones en las que p¡rec€ que el elemento ., ;; de su reacción'inmediatt' que haga algo'
más débil de la situación es el que domina al espíritu. Sólo cuando iirico it -ediato. Cuando decimos a una p€rsona
de algo sino el co-
el psicólogo se dedicó al análisis de la atención, se encontró €r Gon- i" l""..i¿r, que obtenemos no es producto ese
diciones de encarar tales situaciones y de darse cuenta de que la proporciona los elementos
mienzo de eilo. La comunicación nos
atención voluntaria depende de la indicación de algún carácter del de lt reacción que pueden ser retenidos en el campo
mental' No
las signi-
campo de la estimulación. Tal indicación posibilita el aislamiento los sacamos afuera, pero están presentes constituyendo proceso
y recombinación de las reacciones. ri.".ion* de los objeios que indicamos. El lenguaje es ur
En el caso del gesto vocal existe una tendencia a provocar cn por.t.orfseindicancierto-sestímulosysemodificalareacciónaellos
proceso social' nos
un individuo la reacción que es provocada en otro, de modo que el en el sistema de la conducta. El lenguaje, como
ha posibilitado el q.r. .oojamos reacciones y las retengamos.en
el
niño representa el papel del padre, del maestro o del predicador. El
gesto, en esas condiciones, provoca en el individuo ciertas reacciones; ,rgi"ir-" del individuo, de-modo que estén presentes allílímites, arbi-
en relación
Ias mismas que provoca en la otra lrrsona y, al ejecutarlas, el indivi- con lo que indicam." Ei gesto real es, d.ntro de ciertos
duo aisla ese caráct€r especial del estímulo. [,a reacción del otro está trario.Yaseaqu€unoseñ-aleconeldedo'oconunamiradadelojo'o
pt"sente en el individuo que aísla el estímulo. Si uno llama rápida- por medio de un gesto vocal en un idioma u otro' todo es indiferente'
cosa que ha
mPnte e una persona en peligro, uno mismo se encü€ntra en la actitud siempre que provoque la rcacción que corresponde a la
de alejarce de un salto, aunque el acto no se lleve a cabo. IJno no corre sido indicada-. Esa es la parte esencial del lenguaje' El gesto debe
o tienda a provocar en él'
peligro, pero tiene en sí c¡os elementos eopeciales de la reacción, y ser tal, que provoque en el individuo,
hablamos de ellos como de significaciones. Explicado en términoc i. ,.r..ió., .oy" ot-ilirrción provoc ari en la reacción de otro' Tal
que fuere' tiene
del sietema ncwioso central, esto significa que ha conmovido ¡us es el material con qo. opur" el espíritu' Por leve
sin una indica-
vías superiores de tal manera que podrian conducir al real apertarc€ que haber alguna clase de gtsto' Aislar-la reacción
de un salto. (Jna persona aprehende las distintas rcaccionec involu- ción de un estímulo .. .tti una contradicción
por definición' He
proceso de comunicación
cradas en la huída, cuando €ntra en el teatro y ve el cartel que le ad- estado tratando de indicar qué hace este
vierte que, en caso de incendio, escoja la salida más próxima. Tiene, en cuanto a proporcionarnos el material que existe en nu€stlo es-
por así decirlo, toda la lista de las distintas reacciones ante sí, y pr€pa- plrli". i" hace poni"ndo a nu€stra disposición gestos que' al -afectar-y
que el otro adopta'
ra lo que hará, escogiendo los distintos elern¿ntos y reuniéndolos en la nos como afectan a otros, provocan la actitud
su papel' Obte-
forma necesaria. El e:rperto en organización llega ¡nra elegir esto, lo que nosotros adoptamor.n l" medida que asumimos
de nuestro propio
otro o lo de más allá, y elige el orden en que estas cosas serán llevadas nemos la actitud, la significación, dentro del campo
control, y .éste consiie en combinar todas las distintas
reacciones
¿ cabo. IJno hace lo mismo en la medida en que tiene conciencia
de sí. Cuando ten€mos que deternrinar cuál será cl orden de una el cor¡struído
p*itr.,
'qo.
á rin ¿. proporcionarnos acto recientemenre
serie de reacciones, las reunimos de ciette man€ra, y podemos hacerlo .i p-Ul.*" .Jig.. Es así como.cabe explicar la conducta racional
porque podemos indicar el orden de los estímulos que actuarán en términos de una psicología conductista'
ilx

tl
I

Í34 GEORGE H. MEAD ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD I15

Quiero egtegú otro factor a nuestra explicación: la relación de ella son


pueda tener. Nuestras ideas de la conducta futura o acefca
del carácter temporal del sistema nervioso con la previsión y lr no.rtril tendencias a actuar en varias formas alternativas' presencia
en
elección 28-
tte una situación ambiental dada o actitudes que pueden i

Elsistema nervioso central posibilita Ia inicíación implícita dr -tendencias


ipri..rr, o ser implícitamente ptovocadas, en la estructura del sistema l

una cantidad de reacciones alternativas posibles, corl referencia nervioso central, en anticipación de la reacción manifiesta a tal situa-
r
cualquier objeto u objetos dados, para la compretación de
cualquicr ;. t que, así, pueden irrgresar como factores determinantes en la
ecto ya iniciado, y ello previamente a la completación efectiva manifiesta. Las ideas' en cuan-
de di. fiscalízación o selección de esa reacción
cho acto; y de tal modo hace posibre el ejercicio de ra erección no en la conducta
inteti. to distintas de los actos' o en cuanto emerg€ntes
gente o reflexiva en la aceptacíón de esa reacción alternativa
única, dc manifiesta, son meramente lo que no hacemos; son posibilidades de
entre las varias posibles, que será rcalizada de manera manifiesta ¡..
reacciones visibles que ponemos a prueba implícitamente-en el sistema
-lo.go
La inteligencia humana, 1nr medio der mecanismo peicológico nervioso central y rechazamos en favor de aquellas sobre las
del sistema nervioso central humano, selecciona delibJradamenil cuales, en rigor, actuamos o que ponemos
en práctica' El proceso de
una de entre las varias reacciones alternativas que son posibles en lr la conducta inteligente .r, .runii,l*ente, un proceso de selección
problemática situación ambiental dada; y si la reacci'ón dada quc una cu€s-
entre varias alternativas; la inteligencie es' principalmente'
selecciona es compleja decir, si es una serie o cadena o grupo tión de selectividad.
o sucesión de reacciones-¿s
simples-, puede organizar esa serie o cadc. La reacción demorada es necesaria pata la conducta inteligente'
na de reacciones simples en forma de posibilitar la solución más adc.
La organización, la prueba implícita y la selección final' por parte
cuada y armoniosa, por parte del individuo, del problema ambien. sociales
del ináividuo, de sus rea..iones manifiestas a las situaciones
tal dado.
que le enfrentan y que le presentan problemas de adaptación'
serían
Es la entrada de las posibilidades arternativas de ra futura reac- imposibles si una u otra reacción manifiesta a los estímulos
ambienta-
ción en Ia determinación de Ia conducta presente, en cualquier ei- les-dados tuviese que ser inmediata. sin la reacción
demorada, o salvo
tuación ambiental dada, y su funcionamiento, por medio iet me- en términos de ella, no podría ejercerse ninguna fiscalización
cons-
ciente o inteligente sobre la conducta; porque gracias a este
canismo del sistema nervioso centrar, como par¿ de los factores proceso
o
condiciones que determinan Ia conducta presente, lo que
decisive- de la reacción selectiva puede ser selectiva sólo porque es
mente establece el contraste entre la conducta inteligenie y la
con-
-que
demorada- opera la inteligencia en la determinación de la conducta'
ducta refleja, instintiva y habitual --{nme ra reaccián demorada y En rigor, es este prol.ro ío qot constituye la inteligencia'
El sis-
Ia reacción inmediata. Lo que ocune en la conducta orgánica actual tema nervioso central no proporciona solamente el necesario meca-
es siempre, en algún sentido, un em€rgente del p"r"do, y nunca sino también la necesaria condi-
nismo fisiológico para est;pric"so,
podría haber sido predicho exactamente por anticipado ción fisiológica de reacción demorada que este
pfoc¿so presupone'
--nunca
podría haber sido predicho sobre la base de un conocimiento, para resolver los pro-
1nr La inteligencia es esencialmente la capacidad
completo que fuere, del pasado y de las condiciones del pasado que posibles consecuen-
blemas de la conducta actual en términos de sus
tienen atingencia con su emergencia; y en el caso de la coniucta orfá_ de la experiencia
cias futuras tal como están involucradas en la base
nica inteligentemente controlada, este elemento de es¡nntaneidad se _.la capecidad, por lo tanto, para resolver los problemas
pasada
destaca especialmente en virtud de la influencia present-e ejercida
sobre de la conducta pr€sente il^\,, del pasado y el futuro o con refe-
tal conducta por los posibles resultados o cons:€cuencias futuros que y previsión' Y
rencia a ellos; involucta al mismo tiempo memoria
demorar'
28 [Véace también Sección l6.J el proceso del ejercicio de la inteligencia es el ptoceso de
que dichar ¡eacciones ertén preparadar etrte, dc que lteguemor or[^nirx y seleccionar una reacción a los estímulos de la situación
ar oDJero. lT"-ITjrj.
^, ^i|-.P ür nu€st¡o mundo estuviesc encine dc nosotroc, no tendríimos "tiempo del
para rneditar. Habría una sola forma de reaccionai
a esc mu¡do. aribiental dada' El proceso es posibilitado por el mecanismo
sistema nervioso centlal, que permite que el individuo
Gtacia¡ a gug ó¡qanoc de di¡tanci¡ y su capacidad para lac reaicione¡ adopte la
el individuo vive en-el fururo con t" ó*l¡iriálJ?. planear su vida d¿morad¡¡,
actitud del otro hacia él 1 se convie rta de ese modo en un
a ese futuro (l 9j I ). con ¡,eferenci¡ objeto
136 GEORGE H. MEAD ¡sPfRITU, PERsoNA Y socIEDAD 137

para sí. Ésta es Ia forma más eficaz de adaptación al medio coci¡!, ciones de temor son, entonces, Provocadas por la rata blanca' aun
y por cierto que al medio en general, de que dispone el individuo. cuando se no produzca ningún sonido
2Ú'

(Ina actitud de cualquier clase rcpresenta el comienzo, o l¡ Elreflejocondicionadodelospsicólogosobjetivosestambién


iniciación potencial de uno u otro acto compuesto, un acto ¡oci¡l empleado ¡lor Watson para explicar el proceso del pensamiento'
en el que, juntamente con otros individuos, está involucrado cl Seg,in .r. ionto de vista, utilizamos gestos vocales en relación con
indiv'iduo que adopta la actitud dada. La hipótesis tradicional ¡fir- las"cosas, y por medio de ellos condicionamos nuestros reflejos hacia
maba que el elemento intencional de la conducta debía ser, c! las cosas en términos del proceso vocal. si tenemos una tendencia
definitiva, una idea, un motivo consciente, y eue, por lo tanto, a sentarnos cuando hay una silla cerca, condicionamos ese reflejo
debía involucrar la presencia de un espíritu o dependeide ella. pero con la palabra "silla". originariamente, la silla es un estímulo que
el estudio de la naturaleza del sistema nervioso central demuestn prouoa, ese acto de sentarse, y, una vez condicionado' el niño
pue-
que, en forma de actitudes fisiológicas (expresadas en series fisio. ie llegar a realizar el acto mediante el sólo empleo de la pala-
lógicas específicas), existen distintas completaciones posibles del ¡rt. Ño puede establecerse ningún límite especial para semejante para
acto dado, previamente a su completación teal, y que, gracias a eltar, proceso. Él pro..ro del lenguaje está particularmente adaptado
las primeras partes del acto dado son afectadas o influídas (en la ese condicionamiento de reilejos. Poseemos una cantidad
infinita de
conducta presente) por sus fases posteriores; por consiguiente, cl reacciones para los objetos que nos rodean' Si podemos condicionar
elemento intencional de la conducta tiene una sede fisiológica, unr dichas reaiciones por medio del gesto vocal, de modo que cada
vez
base conductista, y no es necesaria ni fundamentalmente ónscientc que se produzca cierta reacción utilicemos al mismo tiempo ciertos
o psíquico.
elementos fonéticos, entonces podremos llegar a un
punto en que
la reacción será provocada cada vez que surja ese gesto vocal' El
pensamiento seríi, entonces, no más que el empleo de esos distintos
14, CoNpucrIsMo, wATsoNIsMo Y PENSAMIENTo REFLExIvo .I.-.nto, vocales juntamente con las reacciones que ellos provocan'
Los psicólogos no necesitarían buscar, en el proceso del pensamiento'
He analizado la posibilidad de poner el concepto o idea denrro nada más cJmplicado que el simple condicionamiento de los reflejos
de la esfera del tratamiento conductista, intentando, de tal manera, por los gestos vocales.
liberar al conductismo, en la forma en que es presentado por watson, Desde el punto de vista del análisis de la experiencia involu-
de Io que parece ser una imperfección. Al ,.trotr"., el proceso crada, esta explicación parece sumamente inadecuada. Para ciertos
pensante al proceso pa.dante, watson Fnrcce identificar el pensa- tipos de .xper-iencia, qoi"á r." suficiente, tln cuerpo de sotdados
miento con la ¡nlabra, con el símbolo, con el gesto vocal. Lo hace exhibe una serie de reflejos condicionados. Cierta for-
"áiestrados
transfiriendo un reflejo de un estímulo a otro: reflejo condicionado mación es lograda mediante ciertas órdenes. El éxito de éstas
reside
es el nombre técnico del proceso. El psicólogo aísla una serie de re-
en una ¡eacción automática, cuando son emitidas' Ahí' natural-
flejos que responden a ciertos estímulos específicos, y luego permite mente, hay acción sin pensamiento' Si el soldado piensa' dadas
las
que dichos reflejos se expresrn en distíntas condiciones, de-modo que
circunstancias €s muy probable que no actúe; su acción depende'
punto
el estímulo mismo sea acompañado por otros estímulos. Descubr en cierto sentido, de Ia ausencia de pensamiento. En algún
que esos reflejos pueden ser luego producidos por el nuevo estím¡¡lo, pero des-
es preciso gu€ se lleven a cabo complicados pensamientos'
jerarquía'
aun €n ausencia de lo que ha sido previamente el estímulo necesado. pui, d. que ello ha sido hecho por los oficiales de superior
La ilustración típica de esto es la del niño que se asusta de un ratón .t pro..ro debe tornarse automático. Reconocemos que esta €xpti'
blanco porque le fuó presentado varias veces al momento en que 6e .r.iór, no hace justicia al pensamiento que debe llevarse a cabo en
producía a su espalda un sonido fuerte. El sonido fuerte ocasiona
26 El temor del ¡iño a la oscuridad puede haber $lgido del hecho de-que
miedo. La presencia de la rata branca condiciona esa reacción de s¿ viese desoertado eot o".ttt.pitoJ tto.ttó y sintiesemiedó en ta oscu¡ided' Esto
t€mor, de modo que el niño siente miedo hacía el animal. Las reac- ;'.'i;rü;;;;;tír¿., i.- .i onr porl6. interpretación en términos de condi-
cicnamiento.
139
ESPfRITU, PERSONA Y SOCIEDAD
138 GEORGE H. MEAD
estímulo por otro; p":: i1:t
la jerarquía superior. Es cierto que la gente subalterna ejecuta cl clichos estírnulos, tte sustituir un ?t
proceso no pueden ser explicadas slm-
que llevan a cabo I

proceso sin pensar. Ahora bien, si el pensamiento es llevado a cabo "itj""" i

en el plano milútar elevado en las mismas condiciones, el conduc- nt.Tl':,1jli;i: de una s'ra ra
y_ de I

tista no logra explicar qué tiene la planificación de específico. Alll ?1.':'i"o1i'';;,*'-iento puede llltl

de que se sentara' la solicitud


ocurre algo sumamente definido que no puede ser explicado en tér- solicitud hecha a o"" ptoo"' de la silla' Uno puede
ocupar el lugar dt ;;"^t:;ii"
l1l

con cualquier otra cosa' y en


minos de reflejos condicionados. "--,"pttlrta ese caso
Esta conducta sin pensamiento del soldado, al cumplir con la estar completamente ;t;;;á;
furiciona en el reflejo original;
orden en formp de que la simple emisión de la orden implica eu el estímulo no es el;i;;i";"t alguna a la silla'
ejecución, es característica del tipo de conducta de los animale¡ uno podría entrar y sentarce sin ereltal-atencióncuadro del mecanismo
pero tal swtitución no nos proporciona el pide
inferiores. Empleamos ese mecanismo para explicar los complicadoc silla' ni la idea de qué le
instintos de ciertos organismos. una serie de reacciones sigue a la que en algún sentid"'**"aTa-la mecanisrno
que tenernos semejante
otra; la completación de una fase ¡rcne al animal en contacto con la persona qo. h"g"' Yo sugerí a esas
un rnecanisrno que responde
ciertos estímulos que libcran otros, y así de seguido. Se descubren en el sistema nervloso central' provocan éstas pue-
complicadas ,.,.tiotii ; q";
i* estírnulos que del todo'
grandes complicaciones de este proceso, especialmente en las honnigas. qot oo i' t¡ttottdo
den poner en marcha un proceso y sin
El pensamiento característico de la comunidad humana está presu- una Dersona nos lo pide'
rniblemente ausent€ en aquellas comunidades. La avispa que acopia No nos sentamos ""f-t*t toando es'iniciado; estamos dispues-
embargo .t pr*t'o,l;'J;"
sentido'
a las arañás paralizadas como alimento para larvas que jamás verá Nos preparamos para 9::
y con las cuales nunca ha entrado en contacto, no actúa en tér- tos a sentarno,, *'J'"lil--t"it-"t'
haciendo el gráfico de una
campana
minos de previsión consciente. La comunidad hum¡na que acumula minado proceso p-t-'a"átit' para cumplir con
de conducta, y entonces estamos
y" prto"-'ados
alimentos en cárnaras frigoríficas, y que más tarde los utiliza, hace, rnoto"' que ya están presentes
en cierto sentido, lo mismo que la avispa, pero la distinción im- los distinto, p"o''-Los impulsos
han agitado las distiias- "L''
y las reacciones pueden producirse
portante reside en que la acción es conscientemente intencional. El
más fácil y más
t' piititot"'Át"tt cierto en lo
individuo que dispone el acopio en cámaras frigoríficas se presenta, "go'"itn*' -Esto.
que respecta f" d" lo* distintos actos entr€ :-i;i:dt-:t
a partlr
en realidad, a sí mismo, una situación que surgirá y determina sus " 'ifl'tit"- a otro' y podemos construir'
métodos de conservación con referencia a futuros usos. agregatun proceso de reacción un reflejo
de la form" i"'ti"lio" iiferior'
ro 1"i se denomina
La explicación que Watson pro¡rorciona del condicionamiento en cierto sen-
ser indicado'
de reflejos no hace referencia a esas partes de la experiencia. Tal general en'nuestra;;;";;';;á o:* Podemos concebir reac-
nervioso'
tratamiento ha sido aplicado experimentalmente sólo en experien- tido, por la estructura del sistema a esos objetos' a lo
ciones gue surgen con sus
distintas
cias como las del niño. Watson trata de elaborar un mecanismo "'pot*"" de esos objetos'
que, en ot.t' p"l"i'l;' il;;;*
las significaciones
sencillo que pueda ser aplicado ampliamente sin tener en cüenta tll"' l" significación del
todas las complicaciones involucradas en tal aplicación. Por supues- La significación de una silla t' "tt""i-tt' pueden ser inervadas'
martillo es clavar el clavo;
y estas
to, es legítimo que una nueva idea busque su aplicación más amplia ""ttiont'de estos procesos en el
aunque no sean t;;t;t"d';'
La. íneruación
y luego trate de salir al encuentro de las dificultades específicas. qtizá necesaria para lo que llamamos
Ahora bien, ¿es posible reformular nuestra explicación de la psico- sistema nervioso t";iá es
logía conductista, de modo que pueda hacer más justicia a lo que significación nracrtñtatse si la excitación newiosa en-
comúnmente llamamos conciencia de lo que estamos haciendo? FIe
-"olo "lil;;;; i';;; h" de I o que I I a
sugerido que por lo menos lndríamos proporcionar, en el sistema . r.: "".::' J:l':- lJ:t' :'::Tj
nervioso central, un cuadro de lo que responde a una idea. Parece mamoslaidea'Nosencontramosto"-on'eiplicaciónparalelista cor-
de la aparente diferencia existente
t"t'e las ideas y los estadosexpli-
que eso es lo que queda de la explicación de Watson. Éste agrega, psiquica y la
simplemente, una setie de reacciones a ciertos estímulos, y demues' porales, to qo"-ii"'n"-o". t" txptitttión
"rrr,ten ,¿.]ril., neurorógicor. Fodri" obj.t"t.. que la psico-
tra que el mecanismo del organismo está en condiciones de cambiar cación física
t40 GEORGE H. MEAD ESPÍRTTU, PERSONA Y SOCTEDAD 141

logía conductista establece una cantidad de mecanismos, pero onll adicstrailo un animal
romete simplemente a los ejercicios' tal como es
lo que llamamos conciencia. podría decirse que la .on.*fun dc db. a experimentos'. sin
cn el circo. El niño es similarmente expuesto
proc€sos que he venido describiendt, la organización propiamente dicho
1int9s ü ¡r.nr"-i.nto algüno por su parte. El pensamiento objeto con la
distintas ¡eacciones en el sistema nervioso central, nJ.r, en fin dr rignifica que este proceso i. a'otiat la silla como
cuentas, distinta de lo que describía warson. También él tiene todr palabra "silla" ., orr-pro..so que los seres humanos
en sociedad
t€nerse en
una serie de reacciones que responden a la silla, y condicion¡ t¡ il.urr, cabo y luego subjetivizan Tal conducta ha de
cuenta,"ciertamente, tanto como la conducta condicionada
reacción mediante el gesto vocal "silla". cabe sospechar que eso que ocu-
ar
todo lo que hemos hecho nosotros. y sín embargo, .orno i. dicho, rre externam€nte, y tendría que ser tenida en cuenta más
aún' trror-
reconocemos que existe cn la conciencia algo más que semejantr más irnportante que entendamos el proceso del
que es sumamente
reacción condicionada. La reacción automátiia que pioduce el pensamiento que el resultado del mismo'
¡ol.
dado es distinta de la conducta que involucra pensamiento en rel¡- Y bien, ¿dónde se lleva a cabo este proceso del pensamiento?
torno a 1¡ cues'
ción con ella y la conciencia de Io que estamos haciendo. Si se quiere, describiendo aquí un rodeo en
"rroy si lo que ocurre-en.la región
&'a peicología conductista ha tratado de librarse de las compti. tión de qué es la concienci^, o a la de
caciones más o menos metafísicas involucradas en la erección dc delcerebrotienequeseridentificadoconlaconciencia.Estepro-
lo psíquico contr¿ el mundo, del espíritu contra el cuerpo, de lr blema no es paicológico. Lo que pregunto
es: ¿dónde ocurre ese
Watson' son condi-
conciencia contra la materia. se sintió que ello conducía a un callejón
;;;;;;", por medio á.i-.ott, ti "t-tttttido de
Porque este proceso
sin salida. Tal pararelismo se habría demostrado valioso, pero der. cionados-todos nuestros reflejos o reacciones?
y no puede ser explicado por los
puás de que se'lo utilizó en el análisis de lo que ocurre en el sistem¡ se lleva a cabo en la conducta
-qot
nervioso central, condujo, ni más ni menos, a un callejón sin ¡alida. reflejos condicionaios d-e- él' Se puede explica: el
La oposición del conductisra a Ia introspección está justificada. No "'oít"n
temor que siente el iino n"ti" la rata blanca
por medio del condi'
es una empr€sa fructífen, desde el punto de vista del estudio psico- cionamiento de sus reflejos, pero no se puede explicar la conducta
lógico. Puede considerarse ilegítimo que watson la borrc sin más ni reflejo por de
de Mr. Watson ,r .oi¿úionir el mencionado -medio
un
que
más y diga que lo único que hacemos es escuchar las palabras que pro- on" ,.ri. de reflejos condicionados' a menos se establezca
nunciamos subjetivar4ente; por cierto que ésta es una forma com- super-Watson para condicionar los reflejos de
aquél' Ese proceso
inco4rorado a la
pletamente inadecuada de encarar lo que ilamamos introspección. de condicion"-i.nto ái los reflejos tiena que ser
establecer una m€nte
Empero, es verdad que la introspección, en cuanto medio de tratar conducta misma, no en el sentido metafísico de
fenómenos que deben ocupar a la picología, es bastante ineticaz. á. oo mlodo espiritual, un espítitu que actúe enpor el cuerpo' sino
Lo que ocupa al conductista, aquello a Io que tenemos que volver, como un proceso real que potd" ser encarado
la psicología
es la reacción misma, y solo en la medida en que podamos traducir en pie' pero el psi-
conductista. Los probleias iretafísicos siguen
explicar ese - proceso de
el contenido de la introspección en términos de reacción ¡rodremos cólogo tiene gue ;;;; t" condiciones de
obtener alguna doctrina psicológica satisfactoria. No es necesario que J.-ios reflejos tal como ocurre en la conducta
condicionami.rrto
la psicología se meta en cuestiones metafísicas, Ixro es im¡:ortante que misma.
necesario para tal con-
no pierda de vista la reacción que se emplea en er anárisis psicológico Podemos encontrar parte del mecanisrno
mismo. ducta en .t ,irt"-" it*io'o central' Podemoe identifkar algunos
tal; ;;; el temblor de la rodilla, y seguir el estí-
Qtuiero insistir en el hecho de que el proceso por medio del de los reflejos,
y vuelta'
cual esas reacciones que son las ideas o las significaciones llegan a mulo desde et refle¡o hasta el sistema nervioso central
reflejos' Con
Pero no cabe segu,ii en detalle la mayoría de
asociarse con ciertos gestos vocales, reside en la actividad del orga- los
-
y presen-
nismo, en tanto que en el caso del perro, el niño y el soldado, este t"t.* .t.rn.rrtos aáecuados, podemos establecer la analogía
y que r€s-
proceso ocurr€, por así decirlo, fuera del organismo. El soldado es irrno, la complicada organización a que me he referido
a los oüjetos que nos ro{e-an y a los objetos más
adiestrado por medio de toda una serie de evoruciones. No sabe por complejos'
;;; ahora'
tales como orr" ,inioiía o una biografía' La cuestión'
qué le es dada esta serie espccial, o qué empleo se le dará; se Ie reside
,llil
rj

142 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD


r4t
no sólo provoca
en saber si la mera excitación de esos grupos de reacciones es lo en tal trasmisión, está el hecho de que el estímulo
que recibe la reacción
que nosotros entendemos por idea. cuando nos proponemos tr¡. ta reacción, ,irro qo., ia.-et, el individuo
ducir semejante idea en términos de conducta, .tt logrt de confor. emplea también ese estímulo, ese gesto
vocal' y provoca la reacción
de lo que sigue'
matnos con un poco de conciencia, ¿podemos trasportar esa idea ¡ cn sí mismo. f"r .r, poi to *tnos' el comienzo
la complicación
la conducta y, por lo menos, expresar en ésta lo que queremoc eig. En la conducta d¿ pá,to no podemos encontrar y
nificar al decir que tenemos una idea? Podría ser más sencillo supo. posterior. El perro ,. para sobre sus patas traseras -camina
"áto no puede darse
ner que cada uno de nosotros tiene guardado un poco de concienci¡ con ellas cuando usamos uni palabra especial, Ixro
otro' reaccionar a
a sí mismo ese estímulo q"t ít da algún
y que las impresiones son producidas en la conciencia, y que, como Puede
por así decirlo' en el condi-
resultado de la idea, la conciencia, en alguna forma no explicada, ó1, pero no puede participar él mismo'
provoca la reacción en el sistema mismo. pero lo que debe pregun- sus reflejos pueden ser condi-
cionamiento de sus p'opiot reflejos; bien'
él mismo' Ahora es
tarse al conductísmo es si puede expricar en términos conductist¡s cionados por otro, p"i" nt puede
hacerlo
proceso de autocon-
qué se entiende por tener una idea o un concepto. .rr.."rirri." del habla significante el que este
Acabo de decir que la explicación d€ Warson acerca del simplc ái.ion"mierrto se lleve a cabo continuament€'
habla que no se en-
condicionamiento del reflejo, la puesta en marcha de cierta serie dc Existen, es claro, ciertas fases de nuestra
que llamamos conciencia de sí'
reacciones cuando se emplea la palabra, no parece responder a esc cuentran dentro ¿. f" ttitt" de lo
de la gente a lo largo
proceso de alcanzar una idea. Responde al resultado que puede darse ii"v .i-Uf., qo. f,"t ocurrido t" tl h"blt de individuos tuvo
ya teniendo una idea, porque, sólo habiéndola ya alcanzado, uno i. i.t Jgf.s iambios de los que ninguno dellos habla significante'
puede empezat a rcalizatla, y entonces suponemos que todo el pro- conciencia alguna. Pero cuando h"bJt-os
qot el individuo que escucha una palabra
ceso sigue. EI logro de una idea es rnuy distinto del resulrado de queremos siempre ¿..J
palabra con referencia a sí
tener una idea, ¡rorque lo primero involucra el establecimiento o emplea, en cierto sendd;, esa misma
una comprensión personal de lo
condicionamiento de reflejos, que, por sí mismos, no pueden ser ññ. Eso es lo que llamamos-
empleados para explicar el proceso. Pues bien, ¿en qué condiciones it.-t. ¿i... El individuo,elnomismo
sólo está PreParad" 111"
y tiende a
estímulo que oye -lt1::iontt'
ocurre esto? ¿Podemos indicar esas condiciones en términos de con- sino que además tttiiiza persona que
relación con una
ductal Podemos explicar en términos conductistas cuál será el resul- ,."..ion", a él a su vez. Esto rige en y entiende. lo qo"
tado, pero, ¿podemos también explicar en términos del conductismo .t pi.t .f habla significante con otra' Conoce y cierto sentido está
está pidiendo a la ;;; ;*""a que haga'
el proceso de alcanzat y de tener ideas? en
a cabo el proc€so'
El proceso de alcanzar una idea es, en el caso del niño, un proceso pro.rl."tao en sí mism i l^ " "ión para llevar
de dirigirse
de relación con los que le rodean, un proceso social. puede luchar Li- pro..ro de dirigirse a otra persona es un proceso
la que se pto-
por sí solo sin t€ner una idea de lo que está haciendo. En su sí reacción
i"-ii¿" a uno misi¡c, y de ptovocar en primera se.ha-dirigido' en
conversación consigo mismo no existe mecanismo alguno para con- voca en el otro; y l" p""ottt a quien la
la medida €n que tienl concientii de lo
dicionar ningún reflejo por medio de los gestos vocales, pero en que hace' tiende-a emplear
y, por lo a provocar en- sí la reacción
sus relaciones con otros individuos puede condicionarlos de ese el mismo gesto voc;l ,tanto'
modo, y ello ocurre también en la conducta de los animales infe- por lo menos' a ejecutar el pro-
;;;; ñtocado el otro;esatiende'
conduita. Esto es distinto de la acción
riores. Podemos enseñar a un p€rro a hacer ciertas cosas en respuesta ceso social qo. inroio.ra
la persona entiende lo
a palabras especiales. Condicionamos sus reflejos por medio de cier- del soldado, po,q* en el habla significante
tos gestos vocales. Del mismo modo, un niño llega a referirse a que se le pide qo. ftngt y consiente-en
llevar a cabo algo de lo cual
da instrucciones a otro en
una silla mediante la palabra "silla". Pero el animal no tiene una ella misma se convier-te á" ptttt' Si uno
calle' recibe' él mismo'
idea de lo que va a hacer, y si nos detúviéramos aquí en el niño, cuanto a la forma de llegai a deterrninada
se identifica con el otro indi-
no podríamos atribuirle ninguna idsa. En la trasmisión de una todas esas d.tattaáas irr*ño..iorr.s.
por efecto de la orden'
idea está involucrado lo que no puede ser explicado en términos de viduo. El oyente ,'o " rnot'"t simplemente que la otra
ese condicionamiento de un reflejo. He sugerido que, involucrado ,ino qo. se da a sí mismo las mismas instrucciones
t45
t44 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD
ondas luminosas' a la retina
y
persona le da. Eso, en términos conductistas, es lo que qucrcnroa
m,aÍeta son trasferidos' por las-
decir cuando afirmamos que ra persona tiene conciencia ie algo. lúego al sistema ";;tJ;;"i'a'
at.-odo que vernos la lpz en
lugar esas vibnciones'
Y por cierto que siempre se infieie que er individuo tiende ¡ cfc. el punto en que suponemos que tienen tit'to tiempo' y en el tras-
tuar el mismo proceso que la p€rsona a quien se ha dirigido; r Por supuesto, esa ;;i;¿; "*igt
pro¡rorciona a sí los mismos estímulos, y, así, toma parle lugar un cambio fisico en et objeto'
en rl curso de esa acción puede tener
error. en la percepción' sinc
que
mismo proceso. En la medida en que condiiiona ,o, propio,
reflcjot, No sólo existe esa posibilidad de ante nos'
€se proceso p€netra en su experiencia. podemos .qoi.'o.""to' incluso
en el objeto que vemos
;; postetiot a la pet'
. lreo que es importante reconocer que nuestra pcicología con. otros, puesto que l""" ü; temporalmente
ductista, al tratar de Ia inteligencia huáana, riene qu. pteslntar turbación oo. n""ti t*1f"t' L"
lo' -tiene una velocidad finita'
rr retina y el punto del sis'
situación que acabo de describir, en la que persona conoce l¡ y el proceso que se if"t" " t"¡" entre la que el de
'na emplea él mirnro proc€so mucho más largo
significación de lo que se le dice, si el individuo tema nervioso central-t'es un nosotros
algo que res¡ronde al mismo gesto gue observa, diciéndoselo una y la luz. La situació" tonut"ientemente ampliada Para
partió
estrellas' Vernos la luz que
otre vez a sí mismo, poniéndose en el papel de la persona quc tc en el ejemplo de la l;;;t las
el sol que vemos tiene ocho se-
habla, entonces capta la significación de io que esclucha, tiene l¡ del sol hace unos ;;;;Ños;
estrellas tan lejanas' que consu-
idea: la significación se ha tornado suya. Esra clase de situación .r gundos de antigüedtá, v i"itten
nosotros' Así' nuestras percep-
la que parece estar involucrada en lo que ilamamos espíritu e,, cü'n. men mucho, ,not-io''para llegar.a -obit"-os
qot en cierto tnomento en el
to ial: este proceso social, en el que un individuo afecta a otroc, cl ciones tienen .o"¿itá'it'
obsraculiza el proceso nervioso,
trasportado a la experiencia de los individuos de tal modo afec. sistema nervioso ;il; "rg"
experiencia particular' De un
"=i modo
tados 20. El individuo adopta esta actitud, no simplement€ en form¡ entonces no se produce esa
de io qot está detrás de la
de repetición, sino como p_arte de ra compricada ieacción social quc semejante obt.nt"'ll*i" t-prit"irón con
el hecho neurológico
se está llevando a cabo. La necesidad de e:cplicar €ste proceso en explicación p,t"ltti't"; si relacionamos aparentemente' dos
tenemos'
términos de conducta es lo que está involuciado en uni adecuad¡ lo que ocurre .n "ot"'" experiencia'perturbación producida en el
explicación conductista, en comparación con una simple explicación cosas cornpl.t"-t"it ái'tint"''
La
., p'ott'o eléctrico' químico o mecánico
del reflejo condicionado. sistema nervioso .*r"i "" nerviosos' en tanto que lo
que
que se lleva a cabo en los elementos decir es que
vemos es una r"' t"itt*¿"' v
lo más que podemos
15. no podemos
lo otro' pottto que
Cbvoucr¡sMo Y PARALELISMo PsIcoLÓGIco lo uno ., ,p"*""'it"it p"ttrti" a
Podría parecer que el conductismo llega a lo que se llamaría
á..i. qo. lós dos sean idénticos' en lugar de^establecer
Ahora uit", t" ftJología conductista'
un paralelismo en relación con la neurología y la psiiología, esto es, nervioso central t:t: on"
causal
en la retación entre lo que ocurre en el sistema nerviosá central y estos sucesos en el sistema -serie
que es, por lo -*;t'-;;;dicional
a la experiencia sensorial' toma
Ia experiencia que le es paralela o coffesponde a ello.
considerándol" tomo lo
que responde
toda la reacción
Cabría argumentar, ¡rcr ejemplo, que existe en la retina una "i- "-Uit"" en este caso' No ubica ta
excitación debida a la perturbación que ocurre afuera, y que una al objeto .olo""io-qot-"t*o'' la luz nervioso; no la pone'
sensación de color, o una experiencia de un objeto coloreaáo, sólo experiencia ." n"itJ "lguno
del sistema
consi-
dentro de una cabeza' Russell
aparece cuando la excitación llega a determinado punto del sistema en los términos de Mr' Russell' en punto
efecto de lo que ocurre
nervioso central. creemos ver el objeto en el punto en que esa dera la.*pu'i"ni"'tt*t ¿ -el
trrer- lleva a cabo en la cabeza' Señala que'
turbación ocurre afuera. Es decir que vemos, pongamos por caso, en que .l p,ott'o causal se
puede ubicarse
cabeza dentro de la cual
una luz eléctrica. Pero se nos dice que la luz representa cambios desde su punto ; ;;;: la de otras
sólo e¡ la cabeza
físicos que se producen a enormes velocidades i qo. de alguna esa experienti" t*i"t empíricamente a
a uno dónde se lleva cabo
esa
20 [Vé¡¡c Seccio¡e¡ 16 y Z1,l
personas. El fi'iói;;; le explica
t46 GEORGE H. MEÁD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD t47
excitación. [Jno ve la cabeza €n cuestión y ve además con la ime, componentes del acto social, que la existencia de la signíficación
ginación qué hay dentro de esa cabeza, pero, según esta
tesie, to presupone.
que ve tiene que estar dentro de su propi a cabáza.
Russe[ sarc La conciencia o erperiencia, de tal modo explicada en términos
de todo este embrollo diciendo que ta , b"r^ a que se refiere
no del proceso social, no puede, sin embargo, ser ubicada en el cere-
es la cabeza que vemos, sino la involucrada en
ef análisis fisioló. bro, no sólo porque taiubicación involucra una concepción espacial
gico. Y bien, en lugar de supon€r que el mundo experimentado, cuanto
del espíritu (concepción que por lo menos es injustificada en
como tal, se encuentra en el interio, d" orr" cabeza, ribicado
en el euposición nada criticamente aceptada), sino también porque seme-
pünto en que se lrevan a cabo ciertas perturbaciones
nerviosa!, jante ubicación conduce al solipsismo fisiológico de Russell . y a
el conductista relaciona el mundo de la experiencia con todo ia, insopur"bles dificultades del interaccionismo' La conciencia es
el
acto del organismo. Es cierto, como acabamos de decir, que esc funcional, no sustantiva; y en cualquiera de los principales sentidos
mundo expcrimentado no epercce, sarvo cuando ras distinl, .*- que en
del término debe ser ubicada en el mundo objetivo' antes
citaciones llegan a cierros lx¡ntos del sistema nervioso centrar;
er el cerebro; pertenece al medio en que nos €ncontramos' o es carac-
también cierto que si se corta cualquiera de esas vías, se elimina terística de é1. No obstante, lo que está ubicado en el cerebro' lo
otro tanto de ese mundo- Lo que er conductista hace, o debería que se lleva a cabo en é1, es el proceso fisiológico por el cual per-
hacer, es tomar el acto completo, todo el proceso de la conducta, demos y r€cuperamos la conciÁcia: un proceso en cierto modo
como la unidad para su expricación. Al así hacer, tiene que tener análogo al de bajar y subir una cortinilla de ventana'
en cuenta no simplemente el sistema ncrvioso, sino también el Ahora bien, como hemos visto antes, si queremos controlar el
resto del organismo, porque el sistema nervioso no es más que proceso de la experiencia o la conciencia, podemos recurrir a los
una parte especializada de todo el organismo. distintos p.o..ror del cuerpo, especialmente a los del sistema ner-
La conciencia como materia, como experiencia, desde el punto vioso. Cuando establece-ot ott paralelismo, lo que tratamos de
de vista de Ia psicología conductista o dinámica, e, mera*"rrt"
er hacer es explicar los elementos del mundo que noÚ permiten contro-
ambiente del grupo humano individual o social en cuanto
cons- lar los procesob ,,de la experiencia. El paralelismo reside entre el
tituído por ese grupo individuar o sociar, o dependiente de ér o punto .r, qo. tiene lugar la conducta y la reacción experiencial' y
existencialmente relarivo a é1. (otra significación iel término .,con- ,..r.*o* que determinar los elementos que nos permitirán controlar
ciencia" surge en relación con la inteligencia reflexiva, y otra
aun, ta reacción misma. Por lo general, controlamos esa reacción por
en relación con los asp€ctos personales o subjetivos áe la expe- medio de objetos situados fuera del organismo, antes que dirigiendo
riencia contrastados con los asp€ctos comunes o sociales.) la atención al organismo mismo. Si queremos mejor luz' ponemos
una bombilla eléctrica de más potencia. Nuestra fiscalización,
por
Todo nuestro mundo experiencial naturareza tal como
hacia los objetos mismos' y
-ra
Ia experimentamos- está b¡ísicamente relacionado con el proceso lo común, consiste €n una reacción
entre
social de la conducta, un proceso en que los actos son iniciaios por á.rd. .r. punto de vista el paralelismo está establecido el
gestos que funcionan como tales porque, a su vez, provocan
reac-
objeto y l" p"r.epción, entre le luz eléctrica y la visibilidad' Esa es
ciones adaptativas de otros organismos, indicadoras -de la comple- la clase'de paral.lismo que establece el individuo corriente; estable-
tación de los dctos que ellas inician, o referentes a esta completación,
y
ciendo un paralelis-o .rrtr. las cosas que le rodean su experiencia'
escoge los caracteres de la cosa que le permitirán controlar la ex-
o resultantes de ella. o sea que el contenido del mundo objetivo, a sí mismo viendo
tal como lo experimentamos, está constituído, en gran medida, por periJncia. Su experiencia es la de mantenerse
'ror", los
las relaciones del proceso social con é1, y, especialmente, por la qo. le ayudan, y, en €onsecuencia, escoge en objetos los
pero si la
relación triádica de la significación, que es creada dentro de ese caracteres que se expresarán en esa clase de experiencia;
dificultad lue experimenta se debe a alguna p€rturbación de su
proceso. Todo el contenido del espíritu y de la naturaleza, a éste' En
en la sistema ,r..uio.o central, entonces tendrá que recurrir
medida en que adquiere el carácter de una significación, depende
este caso el paralelísmo será entre su experiencia
y las excitacio-
de esa relación triádica, dentro der proceso social y entre las nes del sistema nervioso central. Si descubre que no ve bien' es
fases
ilrl
l,l8 GEORGE H. MEAD EsPfRItu, PERSoNA Y SocIEDAD t49
posible que encuentre alguna perturbación
en el nervio óptico, y ft culpa de un daño físico, la interpretación involucra un complica-
paralelismo será enrre ru viriótt y
dísimo proceso de pensamiento. En lugar de saltar simplemente
er funcionamienro áii- o.,,r a
óptico. Si le interesan ciertas imágenes mentales que ti.ne, un .o.üdo, cambiamos nuestra dieta, hacemos más ejercicios o
a las experiencias gue en el pasad-o afectaron al sistema rtcutft
ncrvior modificamos nuestras inversiones. Este proceso de pensamiento'
central. ciertos efectos de ta[es experiencias en el sistem¡ que es la elaboración de nuestras reacciones al estímulo' es un pro-
ne¡vio¡
central están aún presentes, de moio que si se
estabrece ür prrlr ..ro qo. también, necesariamente, se ejecuta en el organismo' Y' sin
lelismo descubrirá que ést€ reside enrre acontecimi.rrto cmbaigo, oí error suponer que lo que llariramos pensamiento
firrao y
"l cent¡ar. s"-i¡.n,. ",
Ia condición presente de su sistema nervioso
-pir" ,a. puedaltar ubicado en el organismo o dentro de la cabeza' Le
Londad o maldad de la inversión reside en la inversión, y la carac'
lación se convierte en cuesrión de máxima i.p"rt.*i,
nuestra percepción. Los rastros de ras experieicias
t"¿r
terística valiosa o peligrosa de la comida está en la comida, no
en
p"saias inter.
vienen continuamente en el mundo percibiáo. po., y el organismo de-
¡ili,
trnder aquello gue en el organiüo responde a esta etapa
p*a .pn. nuestfa cabeza. La reiación existente entre €sto
pende de la clase de reacción que adoptemos, y es una relación
que
da
nuestra conducta, a nuestra ¡ecordación, rrrr.rt." La forma en que
,.rpu.r," inra. cstá planificada en el sistema nervioso central'
ligente al presente en términos del pasado,"-estabrecemo,
reaccionaremos se encuentra allí, y en las conexiones ti¿ne
tismo entre lo que ocurre en er sistema nervioso céntral y
oi prr.la. posibles
pre-
ta expe. que haber conexiones de experiencias pasadas con reacciones
riencia inmediata. Nuestra memoria depende de ra coidición
dr ,.r,t.r, a fin de que pueda producirse el pensamiento' Conectamos
ciertas vías de comunicación de nuestr a iabeza, y estas
condicionct toda una serie de cosas de especialmente las que han pasa-
tienen que ser descubiertas para dominar ros procesos de esta crer. "fo.t",
do, con nu€stra situación presente, a fin de poder hacer frente-inte'
Esta clase de correlación es cada vez más advertible a medid¡ ligentemente a algún peligro distante. En el caso de una
mala in'
que vamos de las imágenes en cuanto tales al proceso del penm. versión o una p.rtoibt.iótt orgánica, el peligro está lejos aún'
ti.n!o. La inteligencia involucrada en la percepcióo r.sulta com. pero, sin embargo, t€nemos que reaccionar a él de modo de evi-
plicada enormemente en ro que flamamos-"pensamiento".
uno iarlo. Y el proceso involucra una complicada conexión' que debe
percibe un objeto en términos de su reacción hacia ét. si advierte ser €ncontrada en el sistema nervioso central, especialmente en la
su conducta, con frecuencia descubre que vuelve la cabeza a un medida en que representa el pasado' Y así, pues' consideramos
costado para ver algo, debido a ros rayos luminosos que han
ilc- lo que o.uro ,r, .l *irt.aa nervioso central como paralelo de lo
gado a la periferia de su retina. Vuelve la cabeza p"r" *r., que reside en la experiencia. Si nos viésemos obligados a efectuar
de qul
se trata. Llega a usar el térmíno ,,consciente de que hay aigún cambio en ei sistema nervioso central, en la medida en
qu€
algo
ahi", Podemos tener Ia impresión de que arguien, en medio de un flai.r. ser efe*uado dentro de los conocimientos actuales, podría-
gentío, nos está mirando, y nos rotpt.ttd.-os volviendo
lz cabeze rnos asistir a Io que ocurre en los procesos de ese sistema' Ten-
para ver quién nos mira, y nuestra tendencia a volvernos
dríamos que aplicar nuestros supuestos remedios al
nos revel¡ sistema nervio-
el hecho de que hay rayos que salen de los ojos de otras personar. so centraí mismo, en tanto que en los casos previos deberíamos
Es cierto, en relación con toda nuestra experiencia, que es la reacción habercambiadolosobjetosqo.loafectan,Enlaactualidadpode-
con-
la que nos da Ia interpretación de ro que nos lrega en er estímulo, y mos hacer muy poco en foima ditecta p€ro nos es factible
dicha atención es lo que convierte en percerxi¿n lo que ilamamoc cebir las teacciones que nos permitirían afectat nuestra
memoria
"sensación". La interpretación de la reacción es lo qo. propor.iona tratamos de seleccionar el
et f io.*to pensamienio. Por supuesto, que tenemos \-9!ez1 más
-orn.nro áel día y las condiciones en
contenido de ésta. Nuestro pensamiento es simplemente una elabora-
despejada, si nos es preciso hacer algún trabajo difícil'
ción de dicha interpretación en términos de nuestra propia reacción. Esa es
El
sonido es algo que provoca un respingo ; la luz es alfo que tenemoc favora-
on, ior*" indirecta i. trrt.t de conseguir una reacciónproduz-
que mirar. Cuando. el peligro es algo que quizás está muy
lejos, ble de los elementos nerviosos del cerebro a fin de que
la probabilidad de pérdida de fondos por .f.clo de una mala inver- can cierta cantidad de pensamiento' Es la rnisma clase
de para-
sión, la posibilidad de pérdida de argunos de nuesrros órganos por lelismo que reside .ntr. lo, sistemas de iluminación de nuestras
1,,1

lll
150 GEORGE H. MEAD EspfRltu, PERSoN^ Y SoCIEDAD l5l
casas y la experiencia que tenemos de la visibilidad. En un cer cuanto a ese hecho. En consecuencia, estos
efectos se tornan €spe-
tenemos que prestar atención a condiciones exteriores
y en er otrg cialmente importantes, p€ro el "paralelismo"
no es distinto' para tl

.oodoitiita, del que existe entre la tibieza de


a condiciones interiores del sistema nervioso central, una
íir, d. doml.
_
"
nar nuestras reacciones. No existe paralelismo en general
entrc rl """'p.l."f.gi"
á; el aplrato de calefacción instalado en ella'
mundo y el cerebro. Lo que la psicología condrictista tr"t" dr
hacer es €ncontrar en las to¿ó nucstro ,ru* l. ,aa*
ciones, lo que responde a"."..ioo.r, "r, del
las condiciones
cambiar, mejorar, a fin de que nuestra conducta -oo¿o"qoi qo.r.__ 16. Er ssPfnITU Y el sflreol-o
resulie
pasado que existe en nuestra experiencia presente"iiror".
- - -El está a[f de las cosas' nu€strat
debido al sistema nervioso central, que se encuentra He intentado señalar que las significaciones
conducta
en relación con
el resro del organismo. si uno ha adquirido cierta facilidiá pa' responi;;" lt t't'otio'u del organismo en su sea
ideas de ellas, posi-
I

que hace que esto


tocar el violín, esa experiencia pasada queda registrada con referencia a ellas. La estructura
en lo, ncr. central'
ble fué encontrada fti-"ti"-*te en el sistema nervioso
vios y en los músculos mismos, pero piincipalriente .o tiene' en un sentido'
.orr"*ioo.¡ que
que se encüentran en el sístema nervioso central, Una de las peculiarid"des de este sistema es tl

en toda la serie a hacer pueden ser


de vías de comunicación que son mantenidas abiertas de una dimensión temporal: las cosas que varnos
modo
dispuestas en orden t.ipot"l, de modo que los procesos-posteriores'
que, cuando llegue el estímulo, sea liberada una
compleja serie de para determinar los procesos I

complicadas reacciones. Nuestro pasado en su iniciación, puedan €star presentes


l,"rmanece con nosotÍot forma
en términos de esos cambios que han resurtido de nuestra anteriores;lo que oi-o' h"tt' puede determinar nuestra
"
experien-
cia y que, en algún senrido, están registrados en ella. inmediata de encarar el objeto'
L" Écoüar
El mecanismo del sistema neryioso c€ntral nos permite
tener
inteligencia de la forma humana resiáe en ese complicado
iominio
Iogrado gracias al pasado. El pasado del animal humano
está conc-
pr.r.rrro.ntérminosdeactitudesoreaccionesimplícitas'laspo-
tantemente pres€nte en Ia facilidad con que actúa, pero siblescompl.t".iorr.r,-anifestacionesy-alternativasdecualquieracto t1

pasado está simplemente ubicado en el sistema


decir que ese
determinado en que ;;"t involucraios; y este hecho debe ser ad'
nervioso central no e¡ control que las fases
una afirmación correcta. Es cierto que sernejante mecanismo
tiene
;;;;td" t ,..ono.i¿o, .i t'i'to¿ del.evidente primeras fases'
qle existir a fin de que el Rlsado po.d" aparecer en porr.rior., d. .o"lqoi., acto dado ejercen sobte sus
nuestra experien- proporciona un me-
cia, pero ésra es una parte de ras iondiciües, no
la úníca condicióa. Más específicamente, el sistema nervioso centtal
Si uno reconoce a alguien,- tiene que ser gracias al hecho ae que .anirm-o de reacción implícita que permite
al individuo poner a lxue- il
fra para un acto ya
visto a ese individuo en el pasadó, y cuando se le ve
nuevamente,
ba implícitamente .'"ri", completaciones posibles de tal
iniciado, anticipándose " t' tá*pt"tación
real del acto
se presentan las tendencias a reaccionar como
se hizo en el pasado; -y
t" ba'e dt esa prueba' la que resulte
pero el individuo tiene que estar pr€senre, manera escoger n".n ti,
o tiene que haber;iguien 'J" o ponerla abiettamente
parecido a é1, a fin de que ello
fueda ocu*ir. Ef pasado ¿ii. o, más deseable paa ejecutarla explícitamente permite al indi-
en efecto. El sistema nervioso int'al'
encontrado en el mundo presente 2?. Desde .l punto en resumen'
¿. ,,ri"t"l. U su conducta' La posibilidad
psicología conductista, escogemos el sistema
nervioso central sólo viduo ejercer domini'o consciente sobre la con-
principarmente
de ra reacciór, ¿.*o."¿" es ro que
porque él es eI mecanismo inmediato por diferencia
medio der cual opera la que la reacción
ducta reflexiva de l" to"¿ott" no reflexiva'
nuestro organismo pata-hacer que el pasado en
actúe sobre el presente. superiores del sistema nervioso
Si queremos entender la forrna .r, qu. el organismo ,."aa¡orr" es siempre inmediata' Los centros
, tipo de conducta ' -al hacer
cierta situación que tiene un pasado, i"rr.-o, que
estudiar los efec_ central están involucrados en el primer
en el sencillo
tos producidos sobre
.el organismo por las acciones p"rrá* qo" p"rifl. la interposición, entre el estímulo y la reacción'de una u otra
han quedado en el sistema nerviosJ cenrral. N" nry loá" .r, arco estímulo-reacción, de un proceso
de selección
reacción posible --de entre toda una sg¡is- y de combinaciones de
t" teoría del pasado, vétse The Philosophg of the precent,
o rT-rÍlí* plgi- reacciones al estímulo dado'
'l
152 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD r5t
Los procesos mentales tíenen lugar en este campo de actitude¡ específico, tal como el al medio de la forma espe-
que corresponde
expresado por el sistema nervioso central; y este campo es, por lo cífica. Las formas cuya conducta les as€gura el futuro' es claro'
tanto, el cam¡ro de las ideas: el camtxl del control del comporta. eobrevivirán. En tal afirmación, indirectamente por lo menos' se hace
miento actual en términos de sus consecuencias futuras, o en térmi- que el futuro determine la conducta de la forma por medio de la
nos de la conducta futura; el campo de ese tipo de conducta inte. ..tro.tor" de las cosas tales como existen en la actualidad de resul-
ligente que es peculiarmente característico de las formas superiorel tas de acontecimientos Pasados.
de vida, y especialmente de los seres humanos. Las distintas actitu- Cuando, por otra p"tt., hablamos de conducta reflexiva' nos
des expresables por medio del sistema nervioso central pueden ser referimos definidamente a la presencia del futuro en términos de
organizadas en distintos tipos de actos subsiguientes; y las reacciones ideas. El hombre inteligente, en cuanto distinguido del animal in-
demoradas así posibilitadas ¡ror el sistema nervioso central son la teligente, se imagina lo que ocurrirá. El animal pu€de actuar de
característica distintiva de la conduct¡ mcntalmente controlada o moáo de los alimentos para el mañana. Las ardillas aco'
inteligente 26. "r.gor"ir.
pian nueces, pero no afirmamos que la ardilla imagine el cuadro de
¿Qué es el espíritu como tal, si queremos pensar en términos con- io qo. sucederá después. La ardilla nace durante el verano' ! úo iil
tiene instrucciones de otras formas, pero comienza a almdcenar
nue-
ductistas? Espíritu, por supuesto, es un término sumamente ambi-
ces igual que las ardillas mayores. Tal acción demuestra que la ex-
guo, y yo quiero evitar ambigüedades. Lo que sugerí como carac-
terístico del espíritu es la inteligencia reflexiva del animal humano, periácia
^ho,nb,e
no podría dirigir la actividad de un animal dado' El
que puede ser distinguida de la inteligencia de las formas inferiores. p..."uido, por el contrario, sigue decididamente cierto ca.
Si intentáramos considerar la razón como una facultad especifica que mirro, s.l-agina cierta situación, y dirige su conducta con referencia
trata con lo que es universal, encontraríamos en las formas inferio¡es a ella. La ardilla obedece a ciertos impulsos ciegos, y la ejecución
de sus impulsos conduce al mismo resultado que el acopio de
ce'
reacciones que son universales. También podemos señalar que la
reales en .l ."ro del hombre previsor' Sin embargo' este cuadro de
conducta de dichas formas €s int€ncional, y que los tipos de conduct¡
lo que será el futuro, .n .ornto determinante de nuestra conducta
que no conducen a ciertos fines son eliminados. Esto parecería cons-
üituir una respuesta para Io que denominamos "espíritu" cuando p..rrnt., es la caracteristica de la inteligencia humana ---el futuro llli
hablamos del espíritu animal, pero cuando hablamos de la inteli- como presente en térrninos de ideas.
gencia reflexiva la reconocemos, en general, como correspondiente Cuando nos formulamos semejante cuadro, lo hacemos en tér-
sólo al organismo humano. El animal no humano actúa con re- minos de nuestras reacciones, en términos de lo que haremos' Existe
pro-
ferencia a un futuro en el sentido de que tiene impulsos que buscan cierto problema ante nosotros' y nuestra explicación de dicho
blema se hace en términos de una situación futura que nos permi-
expresión, expresión que sólo puede ser satisfecha en la experiencia
posterior, y, de cualquier modo que se la explique, esta experien- tirá encararlo gracias a nuestras reacciones actuales' Esa clase de
aislar
cia posterior determina cómo será la experiencia presente, Si uno pensamiento caracteriza a la forma humana' y hemos intentado
acepta una explicación darwiniana, dirá que sólo sobreviven aque- sumecanismo.Loesencialdeestemecanismo€sunamaíetadeindi-
car catacterísticas de las cosas que fiscalizan teacciones
y que tienen
llas formas cuya conducta guarda cierta relación con un futuro
distintos valores pan la forma misma, de tal modo que dichas
-28. Al considerar el papel o. función del sistema nervioso central
- lo despecho características atraigan la atención del organismo y produzcan un
de important€ que e8- en l¡ conduca huma¡¡ inteligeote, debemo¡ -a tener en la víctima atrae la atención de la bestia
cu?nt¡, no obstante, cl hecho de que tal cotduct¡ es esenCial y fundamentalmente resultado deseado. El olor de
y su fu-
socia-l; que-involucra y pre¡upone un proc€so vitrl perpetuamente en marcha; y a. fr..", y prestando atención a ese olor satisface su hambre
que la unidad de este proceso social en funcionamiento de cuelquiera de cui
,oá. ¿cuál es la diferencia que existe enrre tal situación y la
actos comDonentes- es irreductible, y no puede rer analizada
-o en particular para
sepatarla cimplemente en una cantidad de elcmentos ne¡vio¡os aistadás. Este bccho conducta del hombre que actúa, como decimos' racionalmente?
debe ¡er reconocido por el psicótogo cocial. Estos eleÍrsnte nervio¡o¡ aislado¡
residen dentro de la unid'd del proceso social en marcha, o dentro de l¡ unidad La diferencia fundamenial reside en que este último individuo in-
persona y a sí mis-
de cualqliera de los actos ¡ociale¡ en quc dicho proce¡o rg arpr€&r o re corporiza; dica esa característica, cualquiera que fuere' a otra
y el análicis que los aísla.----el análi¡is del cual són lo¡ recultaáo¡ o productós fina-
tes- no destruye t¡l unid¡d, ni pu¿de de¡truirla. mo;ylasimbolizacióndetalcaracterísticapormediodeesegesto
154 GEORGE H. MEAD ESPíRITU, PERSONA Y SOCIEDAD t5'
indicativo es lo que constituye el mecanismo que prolrorciona, por lo blanca; el hombre no tiene miedo de la huella, sino del oso' Puede
decirse que la huella y el sínr.bolo que se refieren al oso son'
en cierto
rlenos, Ios implementos necesarios para la conducta inteligente. Acl,
sentido, la condición de la rcacción o la provocan' pero el oso' y
uno señala cierta huella y dice que representa a un oso. Ahore bien,
identificar esa clase de rastros por medio de algún símbolo, de rrodo no el signo, es el objeto del temor. La aislación del símbolo' como
que pueda ser utilizado por distintos miembros del grupo, pero trl, p.ráit. a uno aferrarse a €sos cafacteres dados y aislarlos en su
especialmente, más tarde, ¡rcr el individuo mismo, es característico relación con la reacción. creo que ello es lo que caractetiza a nues-
de la inteligencia humana. Poder identificar "esto como lo quc tra inteligencia humana en un grado especial' Tenemos una serie
y
conducirá a aquello" y obtener alguna clase de gesto, vocal u otro de símboios por rnedio de los cuales indicamos ciertos caractetes'
cualquiera, que pueda ser empleado para indicar la inferencia a otro! al indicarlos los apartamos de su medio inmediato y mant€n€mo$
y a sí mismo, a fin de posibilitar el dominio de la conducta con refc- simplemente orr" *1" relación. Aislamos la huella del oso
y con'
rencia a ella, es lo distintivo de la ínteligencie humana, lo qu€ no ,.ru'"*o, sólo esa relación con el animal que la produjo. Reaccio-
a ello con-
ce encuentra en la inteligencia animal. namos ante eso y ante ninguna otra cosa' IJno se aferta
siderándolo una indicaci¿n ¿el oso y del valor
que tiene ese-objeto
Lo que hacen tales símbolos es €scoger las características particu- La
en la experiencia como algo que tiene que ser evitado o cazado'
lares de la situación a fin de que la reacción a ellas pueda estar con
relación
presente en la experiencia del individuo. Podemos decir que están ."p".i¿¿ para aislar .roJ."áttttt" importantes' en $u lo
presentes en forma ideal, como en la tendencia a huir, €n une con- el objeto y .on la reacción que corrmponde al objeto' es' creo'
tracción del estómago cuando encont¡amos las huellas recientes dc q". j* lo general quelemos decir cuando hablamos de que un ser
Tal
un oso. El indicio de que se trata de un oso provoca la reacción dc humano está pensanáo en algo o de que tiene un pensamiento'
evitar al animal, o, si uno ha salido a cazatlo, indica el nuevo pro- capacidad esr;blece una amplísima diferencia entre el condiciona-
greso de la cacería. La reacción es incor¡rorada a Ia experiencia antes ro de reflejos en el caso de la rata blanca y el proceso humano
-i.t
de que sea puesta en práctica abiertamente por medio de la indica- de pensar por medio de símbolos 20'
ción y ecentuación del estímulo que la instiga. Cuando ese símbolo posible este nivel de la ex-
¿Qué hay en la conducta que hace
es utilizado pan la cosa misma, entonces, según los términos de p"rieniia, esta selección de ciertos caracteres en su relación con otros
'Watson, uno está condicionando un reflejo. La visión de un oso
1.r".,.r., y con las reacciones que éstos provocan? Mi respuesta' cla'
haría que uno s€ alejara corriendo, la huella condicionaría ese re-
flejo; la palabra "oso", pronunciada por uno rnismo o Ircr un 20Lassignificacionesdecosasuobjetos.gonelrealidadptopiedadesocu¡li-que'
amigo, puede también condicionar el reflejo, de modo que el signo .t"d.s irrñ;i.iiir-..ff"r;'iüquier significación dada está ubicad¡ en la cora
..1¡ tieoe'i.---b;;;j; empleamos cl símbolo, nos referimog a la
viene a representar la cosa, por lo que respecta a la acción. como decimos, la significación de le¡ cosas
significación.le un".orl.'.t;-;ñb"i.s'representan
He tratado de destacar la diferencia entre el tipo de conducta pre- u objetos que tren€n significacioncs; son po¡clones deteririnadas de erperiencie
crperienci¡ no dircctamentc
'cedente y el tipo que he ilustrado mediante el experimento del chi- oue indican, ¡eñalan o ,ip"*otto otras -porciones deen
lil..i1'* i'¿lf*?-.t y €n la sttuacrón {ue.cualqui¿ra.de ellas se
-o..rrto (ó es experimentada inmediatemente). A¡í, el
quillo con la rata blanca y el ruido que se produce a espaldas del #:il,;"¿Jü--.¿" pi.r.nr. que un c¡tímulo
primero. En esta situación existe un condicionamiento del reflejo, símbolo es algo más qu."o^i*i.."'.-rtl..iJiriiiirio -más -mero
Dara una reacción ,.iri¡" l;;áü;ft;' Porque el reflejb :?iqttt-"i19t- t"
en cuanto que no hay separación de los distintos elementos. Pero iJrlid."" " .li'iri,i¡J'i,i'ii"iiJ ng involucra o no nccesita involucrat
cuando hay un condicionamiento del reflejo que involucra la pa-
""ii-pi.
conciencia. En tanto qri'ii-á..ü" a un símbolo
involucra v debe involucrar con'
cieocia. Lo¡ reflejos .r"di.i;;e;;;ál lo-."*i*.ia de la¡ ¡ctitudes v significacioncs
la base
labra "oso", o la visión de la huella del animal, existe en la expe- que ellos involucran .#i;;ü; ti-itngu"jt' -y' oor lo tanto' establccen
inteligcnte' El lenguaje
riencia del individuo la separación del estímulo y la reacción. En .r
o componen -.."n,,-o iil;,i,*-¡.;;';.la'cánducta mutuament€ cómo serán sus
es el medio por el cual iil ñüiíüi"" pt;;a;í indicarse
los objetos' No
est€ caso el símbolo quiere decir oso, y esto, a su vez, significa ale- reacciones lcs objctos, ], üi'iii, .i¡i* soo 1ts sicnificacionec de invotucra siem-
jarse o continuar la caza. En tales circunstancias, la persona quc
"
es un mero sistema de *1f!.¡iJ iáiiiii.i¡át. L"..o-oduct" racional
G¡i, o"' indicación, hecha al indi-
l'fe una referencia *fl.;iTi;'ff;;;:;;r,-;; tienen para otros individuos'
encuentra las huellas del oso no teme a las huellas, terne al oso. Las íi;";:'?.'il;üi¡riJ,iiiü.J q'u. ,i, ,..ion." o g.rior
Y la base experimental o;;;;ü tte tal conduct¡ --el mec¡nismo neurofisio'
huellas representan a un oso. El niño tiene miedo de la tata, de lógico del pen.umiento-1; btli; á-ó ¡t-ot visto' en
el sistema nervioso
modo que la reacción de temor se cumple ante la vista de la rata ce¡tral.
t56 GEORGE H. MEAD EsPfRITU, PERsoNA Y socIEDAD 157

ro está, se formula en ténr¡inos de una serie de símbolos como lor modo que las distintas reacciones puedan organizarse en una
forma
que surgen €n nuestra conducta social en la conversación de geltotr d¿ acción 80.
en una palabra, en términos de lenguaje. creo que la situación en que uno busca condicionar reflejos está,
Un hombre que camina a campo traviesa llega de pronto a un ¡rcr lo que resp€cta a la inteligencia efectiva,
siempre pres€nte €n
precipicio que no puede franquear de un salto. seguir adr. iorrna d. un problema. Cuando un hombre marcha simplemente
euiere
Iante, pero el precípicio impide que esta tendencia sea piresta cn hacia adelant., bor." las indicaciones del camino, pero lo hace in'
práctica. En semejante situación surge una sensibilidad hacia tod¡ conscientemente, Ve el camino que tiene delante de sí; en esas con-
clase de características que el hombre no ha advertido antes.
cuando diciones no tiene concienoia de buscarlo' Pero cuando llega al
se detiene, decimos, su espíritu queda liberado. No busca simplc- ¡bismo, ese movimiento hacia adelante es detenido por el proceso
mente la indicación de que el camino siga adelante. El perro y cl mismo de retroceder ante €l precipicio. Ese conflicto, por así decirlo,
hombre tratarían, ambos, de encontrar un punto donde cru-zar. pcro le deja en libertad para ver tódt ott" serie de otras cosa¡¡' Ahora
bien'
Io que el hombre podría hacer, y el prro no, sería advertir que lar qu€ rePresenten distintas posibilidades
to que verá serán los.aract"res
paredes del precipicio pa¡ecen juntarse en cierta dirección. Escóge lor de acción dadas las circunstancias. El hombre se aferca
a esas dis-
mejores lugares para intentarlo, y ese ángulo de enfoque los distintos estímu'
eue se rü- ¡"r* p"riuilidades de reacción, en términos de
giere a sí mismo determina la dirección en que-se encaminirá. si cl los que se pres€ntan, ! sü capacidad Para ret€nerlas es lo que cons-
perro viese a corta distancia un lugar estrecho, correría hacia é1, pero tituye su espíritu.
probablemente no se vería afectado por la aproximación gradual quc No tenemos prueba alguna dc semejante situación en el caso
el individuo humano puede indicarse simbólicamente. de los animales lnferiores, como queda suficientem€nte aclatado
El individuo humano vería otros objetos que le rodean, y harle por el hecho de que en la conducta de ningún animal podemos en-
que otras imágenes apareciesen €n su exlrriencia. ve un árbol quc contrar en detalle ningún símbolo, ningún método de comunica-
ción, nada qo. ,.rpotáa a esas distintas reacciones de modo
podría servir de puente para traE)oner el espacio que tiene ante ¡í. que
Podría intentar varias clases de acciones posibles qo. r. le ocurrirían éstas puedan ser retenidas, todas, en la experiencia del individuo. Eso
en tal situación, y se las formularía por medio de ros símbolos que de la
es lo !u" diferencia la acción del ser reflexivamente inteligente
condu.ta de las formas inferioíes; y áse es el mecanismo
emplea. No ha condicionado simplemente ciertas reacciones mediantc que hace
una
ciertos estímulos. si lo hubiese hecho, esraría rigado a ellas. Lo que posible el lenguaje. Tenemos qu€ reconocer gue el lenguaje es
hace, gracias a esos símbolos, es indicar ciertos caracteres que están
goElacto¡eflerivoconsisteeilunafecoDst¡uccióndelcampodelaspcrcep-
presentes, para poder tener esas reacciones listas para darse.
Con_ cione¡, de modo que -¡"Jqut loc impulsos q'ue se encontt¡ban en
.. iái"" posurt
templa el abismo y piensa que ve los bordes uniéndose; y puedc :;;ii;¿,;;.í;;-á. i'nr,iui, ii' "Li6".que uno'de pued" ocui'it graciar a una rerdaptación
;"";;; áJ-irr"ct..írti."r-iri.t- los impulsos en conflicto €ncuenttc
que corra hacia ese punto. O se detendrá para preguntarse si no ü;' el campo de'tar percepcione¡ han p¿netre'
;;lü;;.J¿"'il;;'d;:*É;;;;; en
p-üüi."-it'.*pi.tiO"'de lo qüe inhibía la acción' De
habrá algún otro medio para apresurar el cruce. Le detien€ una do orros impulsos qo. .n .{
variedad de otras cosas que podría hacer. Advierte todas ras posibi- cse modo, la anchura ¿íií.-*ip-i.i, i;liü .i .impulso de saltar. 4o?I::
:;ilü'ü É'iiiái.i ¿;;;; grieti más angosta' v el impulso de
lidades de cruzat ¡l otro lado. Puede aferrarse a todas ellas por
;;;;i"*' incluso cl
sequir adel¡nte .n.u.nrri" r,i i;;;-;-";;-cémbinación dá impulsos,
dei movimiento h¡cia ia gti*a más angosta'.
medio de símbolos y relacionarlas entre sí a fin de conseguir una -" i;';;;;;i;r;¿i¿; po.il t.n.r tugar-mcdian-te tr aparición de.otro.¡ cafacteres
acción final. El comienzo del acto está presente en su experiencia. censori¡les en el campo liii-iiiia;fitJtto. S" descibre un tablón lo suficien'
temente largo para .ro"l.'i" [tfir-. bo-" el. individuo va tiene el
complejo de
Ya tiene una tendencia a dirigirse en determinada dirección, y lo .oní;'á"1 que conducen r' ú"rri.tl"'i.o]ó.t¡o ¡ob¡e el ibitmo, .se convierte
irnoulsos
en
que querría hacer ya está en é1, determinándolo. y no sólo está 'l*pJ""rg""i-¿" ¿. impütsos que -llevan al hombrc hacia su puntoel
á;';;.;i"":E;-o¡ng"ono-?. lor Jor'i".ot estaría él dispuesto en a reaccionat.ante
en su actitud esa determinación, sino que además tiene lo que eg el otro el descu-
Ii-rln'"iá,-t.r-on .".o ta-im"gei i" la brecha más angosta,
escogido por medio de la frase "eso es estrecho, puedo franquearlo ;;i;i;;;. i.i l"¡fOrl, si "" i"ui.r. en su natur¡leza ieaccione¡ que tcspondiesen
a esos obietos: y toidiilir. i i, ,ál"ción
-fii-emente¡o le sensibilizarían I sus estímulos,
de un salto". Está presto a saltar, y ese reflejo está preparado para """, Es esta libertad'
¡i no estuviesen liberadaJ-á.'-¡i¡it"r -organizados. nuest-ra conducta
ttfltxión'
determinar lo que él hace. Esos símbolos, en lugar de ,., on ,rr.- o"ü, r.-q".-.árr.tituv.-it-pr.tü"it¡t" át..la Y 9s-
rondicionamiento de reflejos, son formas de escoger los estímulos de í*i"i l"r.l'".rlexiva lo qt; ó;;;¿i*a esa libertad a los individuos humanos en
¡u vida de grupo (MS).
158 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD 159

parte de la conducta. El espíritu involucra, emtrro, una relación despiertos, debe cumplir con los requisitos de una vida familiar ---és-
con los caracteres de las cosas. Esos caracteres se encuentran en l¡¡ tas son cosas esenciales que repr€sentan una scrie de reacciones en
cosas, y en tanto que los estímulos provocan la reacción que en un ta que, inevitablemente, una involucra a la otra- Empero, hay otras
sentido se encuentra presente en el organismo, las reacciones sc pro, reacciones que varían. Podemos satisfacer, no simplemente nues-
ducen con reslrcto a cosas que están afuera. El proceso no es un tro gusto, sino también nuestro capricho, en los adornos que em-
producto mental, y no se lo puede poner dentro del cerebro. L¡ pleemos. Ellos no son esenciales. Hay ciertas reacciones que varían,
mente es esa relación del organismo con la situación, que se realizt en tanto que existe cierto cuerpo de reacciones más o menos unifor-
por medio de una serie de sírnbolos. madas qu€ p€rmanecen invariables. Las series organizadas de reac'
ciones responden a las significaciones de las cosas, responden a ellas
en su universalidad, es decir, en la reacción habitual que es provocada
17. Lr npr¡cróN DEL EspfRrru coN LA REAccróN por una gran variedad de estímulos. Responden a las cosas en su
Y EL AMBIENTE relación lógica.
Acabo de referirme a la relación de la sustancia, en cuanto se
Hemos visto que los procesos mentales tienen telación con la refleja en el cuerpo de costumbres, cotl las variadas reacciones que
significación de las cosas, y qu€ estas signifiiaciones pueden s€r ex- responden a los atributos. En la relación de causa y efecto existe la
plicadas en términos de actitudes del individuo altamente organi- relación de las reacciones entre sí, en el sentido de dependencia, invo-
zadas. Estas actitudes involucran, no solo situaciones en las que los lucrando la adaptación de las etapas que habrán de recorrerse con
elementos son simultáneos, sino también situaciones que involucren referencia a la cosa que tiene que ser llevada a cabo. La disposición
otras relaciones temporales, como, por ejemplo, Ia adaptación de que puede aperecer en un momento en términos de medios y fines
la reacción actual a las reacciones posteriores qu€, en cierto sen- aparece en otro en términos de causa y efecto. Tenemos ahí una
tido, ya han sido iniciadas. Tal organizeción de actitudes con relación de dependencía de una reacción a otra' una relación nece'
referencia a lo que llamamos objetos es lo que constituye pare saria que reside dentro de un sistema mayor 31. De lo que vamog
nosotros la significación de las cosas. Estas significaciones, en a hacer depende el que escojamos este medio o aquel otro, una serie
la terminología lógica, son consideradas universales, y ya hemos causal o la otra.Nuestras costumbres están adaptadas de tal modo,
visto que esta universalidad se adhiere en cierto sentido a una que si decidimos hacer un viaje, por ejemplo, tenemos un cueqpo
reacción habitual, en contraste con el estímulo particular que pro- de costumbres relacionadas que comienzan a funcionar: preparar las
voca dicha reacción. La universalidad se refleja, en términos con- maletas, comprar los billetes de fetocarril, sacar dinero para usar-
ductistas, en la identidad de la reacción, aunque los estímulos que lo, seleccionar libros para leerlos durante el viaje, etc. Ffay toda
provocan esa reacción sean tdos distintos. Podemos formular esa una serie de reacciones organizadas que inmediatamente s€ ponen
explicación en forma lógica y decir que la reacción es un universal en funciones en sus adecuadas relaciones recíprocas, cuando una
en tanüo que los estímulos son particulares que se agrupan bajo persona decide que quiete hacer un viaje' Es preciso que haya tal
tal universal. organización en nuestros hábitos para que un hombre pueda te-
Estas relaciones de las actitudes entre sí esclarecen la relación ner la clase de inteligencia que en realidad tiene.
de una "sustancia" con sus atributos. Hablamos de una casa, en Tenemos, pues, €n Ia explicación conductista, un lugar para lo
cierto sentido, como de una sustancia a la que puede ser aplicado e[ que se supone que €s el contenido poculiar del espíritu, es decir, la
atributo del color. El color es un accidente inherente a cierta significación de las cosas. Me he referido a esos factores llamándolos
sustancia como tal. Esta relación de la inkrencia de cierto carácter actitudes. Naturalm¿nte, hay en el mundo aquello que responde al
a cierta sustancia es una relación de una reacción específica, como grupo de actitudes. Esquivamos aquí los problemas lógicos y meta-
la de los objetos de adorno que nos rodean con el grupo de accio- físicos, tal como lo hace la psicología moderna' Esta psicglogía trata
nes involucradas en el vivir en una casa. La casa debe prote- 91 La representación involucra ¡elación de acto¡ anteriores con actos poste-
gernos, debe cuidarnos cuando estamos dormidos y cuando estamoc riores. Esta rilación de las reacciones p¡opotciona la inferencia (1974) .
160 GEORGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD t6l
de conseguir el control; no quiere resolver las.dudas metafí¡ica¡. rnamos consciente, se trata del proceso orgánico total represen-
Y bien, desde el punto de vista de la psicología conductista, podemol tado por esos elementos orgánicos. Estos procesos son, como hemos
explicar en términos de actitudes lo que llamamos la signifícación dc visto, actitudes de reacción, adaptaciones del organismo a un medio
las cosas; la actitud organízada del individuo es lo que el psicólogo complejo, actitudes que sensibilizan la forrna a los estímulos que
retiene en esta situación. Por lo menos, es tan legítimo de su partc liberarán la reacción.
el explicar la significación en términos de actitudes como lo era pate El punto que quiero acentuar es la manera en que esas acti$des
un psicólogo anterior explicarla en términos de un concepto estático determinan el medio. Existe una serie organizada de reacciones que
que t€nía su ubicación en el espíritu. primeramente envían ciertos telegramas, luego seleccionan los medios
He señalado que en el sistema nen¡ioso central se puede encon- de trasporte, después nos envían al banco a conseguir dinero y luego
trar, o, por lo menos, suponer justificablemente, precisamente la cuidan que tengamos algo que leer en el tren. A medida que avan-
complejidad de reacción, o el mecanismo de las complejidades de zamos de una serie de reacciones a otra, n6s encontramos escogiendo
reacción, que hemos venido analizando. Si hablamos de una lrrsona el medio que responde a €sa serie de reacciones siguiente. Terminar
que pasa por las etapas a que me he referido, para prepararse para una reacción es ponernos en una situación en que podamos ver otras
un viaje, tenemos gue suponer que no solo loq elementos nerviosor cosas. La aparición de los elementos retinianos ha proporcionado el
son esenciales para las etapas, sino que la relación de las rcaccione¡ mundo dcl color; el desarrollo de los órganos del oído ha propor-
en el sistema nervioso central es de tal clase, que si la persona ejecuta cionado el mundo del sonido. Elegimos un medio organizado en
una reacción, está inevitablemente preparada para encontrar el estí. relación con nuestra reacción, de modo que eS¡¡¡¡ actitudes, en cuanto
mulo que pondrá en libcrtad otra reacción vinculada. Tienc quc tales, no sólo representen nuestras reacciones organizadas, sino, ade'
existir en el sistema nervioso central una organización de sus elemen- más, lo que existe para nosotros en el mundo, la fase especial de la
tos, sus neuronas, para todas las combinaciones que pueden entrar realidad que tiene qu€ ser escogida por nosotfos mediante nuestra
en un espíritu y para la relación de reacciones interdependientes entre reacción. Podemos reconocer que la sensibilización del organismo a
sí. Algunas de ellas han sido identifícadas en el estudio fisiológico del los estímulos, que pondrá en libertad sus reacciones, es Ia respon-
sistema nervioso, €n tanto que otras han sido supuestas sobre la base sable del hecho de que vivamos en esta clase de medio antes que en
de dicho estudio. Como he dicho antes, no es el proceso fisiológico aquella otra. vemos las cosas en su relación terrporal, que correspon-
específico que s€ lleva a cabo dentro de las neuronas el que, como de a la organización temporal gue se encuentra en el sistema nervioso
tal, se supone que responda a la significación. Los psicólogos fisio- central. Vemos las cosas como distantes de nosotros, no sólo espa-
lógicos anteriores hablaron de un proceso psíquico específico, pero cial, sino también temporalmente; cuando hacemos esto, podemos
en la actividad mecánica, eléctrica y física que se lleva a cabo hacer lo otro. Nuestro mundo está decididamente planificado por
82'
en el nervio nada hay que res¡ronda a lo que denominamqs una idea. las reacciones que habrán de ocurrir
Lo que ocurre en el nervio en una situación particular es la iner- Esdifícilexplicarquéqueremosdecircuandodividimoscierta
vación de cierta reacción que significa esto, lo otro y lo de más allá, situación entre el organismo y su medio. ciertos objetos existen para
y ahí se encuentra la especificidad de cierta organizaciín nerviosa. nosotros debido al carácter del organismo. Tómese el caso de los
La organización tiene lugar en el sistema nervioso central. En cierto alimentos. si aparece en el mundo un animal que puede digerir hier-
sentido, se puede decir que la organización de la empresa se cumple bas, como un buey, entonces Ia hierba se convierte en ün alimento'
en la oficina del ingeniero. Pero lo que se encuentra allí en los planos Ese objeto, es decir el pasto en cuanto alimento, no existía antes.
y en el cuerpo de estadísticas no es la verdade¡a producción que se El advenimiento del buey presenta un nuevo objeto. En ese sentido,
cumple en la fábríce, aunque esa oficina organice y coordine las dis- los organismos son responsables por la aparición de series enteras
tintas ramas de la empresa. Del mismo modo, el sistema nervioso
central coordina todos los distintos procesos que cumple el cue4>o. 32 Le estructura del medio es una ptanificación de l¡s r€acciones orgánicas
Si hay en el organismo algo así como un mecanismo puramente hacia la cualquiet medio, ya sei social o individual' es una planificación
""toi"Lr";lágica á.i ,.to al áual rcsponde, un acto que busca expresión
;;-l;;;;i;ra
fisiológico que responda a la experiencia gue corrientemente lla- manif iesta.
.ry

162 cEoRGE H. MEAD ESPÍRITU, PERSONA Y SOCIEDAD L63

de objetos que no existían antes ee. La asignación de significación rn relación con él; asi como otros caracteres de ese mundo son poseí-
al organismo y al medio tiene su expresión en el organismo así como dos por él sólo con referencia a los organismos individuales mismos,
en Ia cosa, y dicha expresión no €!¡ una cuestíón de condiciones peí- o en relación con ellos. La relación del proceso social de la conducta
quicas o mentales. Existe una expresión de la reacción de la reqxreeta --< la relación del organismo social- con el medio social es aná-
organizada del organismo al medio, y tal reacción no es simplemente loga a la relación de los procesos de la actividad biológica indivi-
una determinación del organismo por el medio, puesto que aquél dual- o la relación del organismo individua[- ssrr el medio físico-
determina a éste tan absolutamente como éste determina a los órga- biológico 84.

nos. La reacción orgánica es reslrcnsable de la aparición de toda una El paralelismo a que me he estado refiriendo es el paralelismo
serie de objetos que no existían antes. rntre el conjunto del organismo y los objetos que responden a é1.
Hay una estructura o Eestolt, definid¿ y necesaria, de la sensibi- lln el buey existe el hambre, y también Ia visión y el olor que hacen
lidad dentro del organismo, que determina, selectiva y rclativamente, ingresar el alimento. El proceso no se encuentra sencillamente en el
el carácter del objeto ext€rno que percibe. Lo que denominamo¡ cstómago, sino en todas las actividades de pastar, de rumiar, etcé-
conciencia tiene que ser inco4rorado a esa relación e¡tre un organis- tera. Este proceso está íntimamente relacionado con el llamado ali-
mo y su medio. Nuestra selección constructiva de un medio mento que existe afuera. El organismo establece un laboratorio bac-
-<olo-
res, valores emocionales y cos¡l{¡ por el estilo- en términos de nues- teriológico, tal como el que lleva el buey para hacerse cargo del pasto
tras sensibilidades fisiológicas: eso es, esencialmente, lo que queremoc que entonces se convierte en alimento. Dentro de ese paralelismo se
decir cuando hablamos de conciencia. Hemos tendido a ubicar his- encuentra lo que denominamos significación del objeto, específica-
tóricamente esa conciencia en el espíritu o en el cerebro. El ojo y los mente en la actitud organizada de la reacción, por parte del orga-
procesos relacionados dotan a los objetos de color, eractamente del nismo, hacia los cara€teres y las cosas. Las significaciones están pre-
mismo modo que un buey dota al pasto del carácter de alimento, sentes, y el espíritu está ocupado con esas significaciones. Los estí-
no en el sentido de proyectar sensaciones en los objetos, sino más mulos organizados responden a las reacciones organizadas. Es la
bien en el de ponerse a sí mismos en rclación con el objeto que hace organización de las diferentes reacciones entre sí en sus relaciones
posible la aparición y existencia del color como una cualidad del con los estímulos que ponen en líbertad, lo que constituye el objeto
objeto. Los colores son inhcrentes a los objetos solo en vittud de peculiar de la psicología al encarar lo que llamamos "espíritu". Por
sus relacione$ con los organismos percipientes dados. La estructum lo general limitamos el término "mental", y por lo tanto el término
fisiológica o sensorial del organismo percipiente determina el conte- "mente" o espíritu, al otganismo humano, lnrque en él encontramos
nido ex¡rrimentado del objeto. ese cuerpo de símbolos qu€ nos permite aislar esos caracteres, esas sig-
El organismo, pues, es €n un sentido responsable por su me- nificaciones. Tratanos de distinguir la significación de una casa de la
dio. Y puesto que el organismo y el medio dependen mutuamente del cemento, las piedras, los ladrillos que la componen como objeto
para su existencia y se determinan el uno al otro, se sigue de ello físico, y al así hacer nos referimos a la utilización de aquélla. Eso
que el proceso vital, para ser adecuadamente entendido, debe eer con- es lo que hace de la casa una cuestión mental o espiritual 86. Aislamos,
siderado en términos de sus interrelaciones.
El medio social está dotado de significaciones en términos del 3a Un orgrnismo social dccir, un grupo eocirl de organismor indivi-
duales- conetiluye o crea Er¡ -e¡
propio medio erpecial dc objetos, así como etr
procesc) de actividad social; es una organización de relaciones obje- el mismo sentido- un organismo individuel conrtituye o crea su propio-ymedio
tivas que surgen en relación con un grupo de organismos dedicados especial de objctoe (que, ein embargo, eg mucho más ¡udimentario que el nedio
construído por un organismo cocial).
a tal actividad, en procesos de ex¡rriencia y conducta sociales. Ciet- 8ú La n¡tu¡ateza nundo exte¡no- cstá objetivamente p¡esente, en opo'
tos caract€res del mundo exterior son poseídos por éste sólo con refe- -el de etta, o en oposición al pensador individual mismo.
sición a nucstra cxperienci¡
rencia a un grupo social interactuante de organismos individuales, o Aunque los objetor ¿xternos cxisten indepcndientemente_ del individuo que €xpc'
rimeita, poseed ciertas características cn virtud de ¡us relaciones con la cxperiencie
del individuo, o con su espíritu, que no poseerían de otro modo o sepatador de
88 E¡ eca¡ ¡el¡ciones. Egtas características son las rignificaciones pata é1, o, en general,
cencu¡abte h¡blar dcl proccro-alime¡to, en cl anim¡t. como coa¡titu- pa¡a [osotros. Le distinción entre objetos físicos o realidad fisica y-la experiencia
yente dcl objeto-alimento, Cicrtamcnte, ron rchtivor cl uno ¡l otro (lvIS). mental o autoconsciente de eso¡ objetos o esa realidad distinción e¡tre expe-
-la
t64 GEORGE H. MEAD ESPÍRTTU, PERSONA Y SOCIEDAD r65

si se prefiere, los materiales de construcción desde el punto dc vista d¿l rp¡rec€, o, si se prefiere, emerge. Necesitamos reconocer que estamos
físico y el arquitecto. Existen varios puntos de vista desde los cuate¡ iretando la relación existente entre el organismo y el medio seleccio-
se puede considerar una casa. La madriguera en que vive un animal nrdo por su propia sensibilidad. Al psicólogo le interesa el meca'
es, en un sentido, la casa del animal, pero cuando el ser humano nismo que la especie humana ha desarrollado para lograr el control
vive en una casa, ésta adquiere para él lo que denominamos un carác- dc dichas relaciones. Las relaciones han existido antes de que fuesen
ter mental, que presumiblemente no tiene para el tog) que vive en hechas las indicaciones, pero el organisrno no las controlaba en su
su cueva. El individuo humano tiene la capacidad de escoger, de un¡ propia conducta. Originariamente no posee m€canismo alguno con
casa, los elementos que responden a sus reacciones, a fin de contro- cl cual pueda controlarlas. El animal humano, emp€ro, ha ela-
Iarlos. Lee el anuncio de una nueva clase de caldera, y entonces puede borado un mecanismo de comunicación de lenguaje, por medio del
conseguir más tibieza, tener una sala más cómoda que antes. El hom- cual puede lograr esa fiscalización. Ahora bien, es evidente que
bre está en condiciones de controlar el proceso desde el punto de gran parte de ese mecanismo no reside en el sistema nervioso central,
vista de sus propias reacciones. Obtiene significaciones, y de cse sino en la relación de las cosas con el organismo. La capacidad para
modo controla sus reacciones. Su facultad para escogerlas es lo que escoger esas significaciones e indicarlas a otro{i y al organismo es una
hace de la casa una cuestión mental. También el topo tiene que en- capacidad que proporciona un poder peculiar al individuo humano.
contrar sus alimentos, salir al encuentro de sus enemigos y evitarlos, El control ha sido posibilitado por el lenguaje. Y es ese meca-
p€ro no suponemos que sea capaz de indicarse a sí mismo las ven- nismo de dominio sobre la significación, en ese sentido, el que,
tajas peculiares de su madriguera con rrespecto a cualquier otra. Su afirmo, ha constituído lo que llamarnos "espíritu". Sin embargo,
casa no pos€e características mentales. La mentalidad reside en la los procesos mentales no residen en las palabras, del mismo modo
capacidad del organismo para indicar aquel elemento del ambiente que la inteligencia del organismo no reside en los elementos del sis'
que responde a sus reacciones, a fin de poder controlar dichas reac- tema nervioso central. Ambos son pafte de un proceso que se lleva
ciones de varias maneras. En eso consiste la rnentalidad desde el a cabo entre el organismo y el medio. Los símbolos desempeñan su
punto de vista de la psicología conductista. En el topo y otros anima- papel en este proc€so, y ello es lo que hace tan importante la comu-
les existen complejos el€mentos de conducta relacionados con et me- nicación. Del lenguaje emerge el campo del espíritu.
dio, pero cl animal humano puede,indicarse a sí mismo y a los otroc Es absurdo contemplar al espíritu simplemente desde el punto
cuáles son los caracteres del medio que provocan esas reacciones com- de vista del organismo humano, porque' aunque tiene su foco allí,
plejas y altamente organizadas, y por medio de tal indicación está en es, esencialmente, un fenómeno social; incluso sus funciones bioló'
condiciones de controlar las reacciones. El animal humano tiene la gicas son primatiamente sociales. La experiencia subjetiva del indi-
capacidad, por sobre la de adaptación de los animales inferiores, de viduo debe ser puesta en relación con las actividades naturales, socio-
€scoger y aislar el estímulo. El biólogo rcconoce que los alimentos biológicas del cerebro a fin de posibilitar una explicación aceptable
tienen ciertos valores, y si bien el animal humano responde a esos del espíritu; y esto podrá hacerse sólo si se reconoce su naturaleza
valores como lo hacen otros animales, también puede indicar ciertos social. Más aún: la parvedad de la experiencia individual aislada
caracteres de los alimentos que significan ciertas cosas en sus reac- de los procesos de la experiencia social de su medio so-
ciones digestivas hacia ellos. La mentalidad consiste en indicar esos cial-, debetía ser evidente' Debemos, -aislada
pues, considetat al espíritu
valores a otros y a uno mismo, a fin de poder controlar las propiac como surgido y desarrollado dentro del proceso social, dentro de la
reacciones.
matriz empírica de las interacciones sociales. Es decir: debemos ob-
La mentalidad, desde nu€stro ángulo de enfoque, aparece sim-
tener una experiencia individual interior desde el punto de vista de
plemente cuando el organismo está en condiciones de señalar signi-
los actos sociales que incluyen experiencias de individuos separados,
ficaciones a otros y a uno mismo. Este es el punto en qne el espíritu
en un contexto social en que interactúan dichos individuos. Los pro'
riencia intema y extern¡- reside en el hecbo de que estr última c¡tá ocuptda pot cesos de la experiencia posibilitados por el cerebro humano, son posi-
las significaciones o constituída por ella¡. Los objetor erperimcntador tienen rig- bilitados sólo para un grupo de individuos interactuantes: sólo para
nificaciones definidas para lor individuos que piensan en elloc.
r66 GEORGE H. MEAD
organismos individuales que son micmbros de una sociedad; no para
el organismo individual aislado de otros organismos individuales.
El espíritu surge en un proceso social, sólo cuando ese proceso,
como un todo, entra en la experiencia de cualquiera de los individuo¡
dados involucrados €n ese proc€so o está presente en ella. Cuando
tal ocurre, el individuo tiene conciencia de sí y tiene un espíritu:
se torna consciente de sus relaciones con ese pro€eso como un todo
y con los otros individuos que participan en dicho proceso junta-
mente con é1. Adquiere conciencia de ese proceso en cuanto modi-
P ART E I I I
ficado por las r€acciones y las interacciones de los individuos
cluso él mismo- que lo están llevando a cabo. La aparición-in- evo-
LA PERSONA
lutiva del espíritu o la inteligencia ocurre cuando el conjunto del
proceso social de la experiencia y la conducta es internalizado en 18, LT PTRSONA Y EL ORGANISMO
é1, y cuando la adaptación del individuo al proceso es modificada
y refinada por la percatación o la conciencia que él tiene del propio En nuestra exposición del desarrollo de la inteligencia hemos
proceso. Es mediante la reflexión que el proceso social es internali- sugerido ya que el proceso del lenguaje es esencial para el desarrollo
zado en la expcriencia de los individuos implicados en él; por de la persona. La persona posee un carácter distinto del organismo
tales medios, qu€ permiten al individuo adoptar la actitud del fisiológico propiamente dicho. La persona es algo que tiene des-
otro hacia é1, el 'individuo está conscientemente capacitado para arrollo; no está presente inicialmente, en el nacimiento, sino que
adaptarse a ese p¡oceso y para modificar la resultante de dicho pro- surge en el proceso de la experiencia y la actividad sociales, es decir,
ceso en cualquier acto social dado, en términos de cu adaptación al se desarrolla en el individuo dado de resultas de sus relaciones con
mismo. La reflexión, pues, es la condición esencial, dentro del pro- ese proceso como un todo y con los otros individuos que se encuen-
ceso social, para el desarrollo del espíritu. tran dentro de ese proceso. La inteligencia de las formas inferiores
de la vida animal, como gran parte de la inteligencia humana, no
involucra una persona. En nuestras acciones habituales, por ejemplo
en nuestras idas y venidas Por un mundo que existe simplemente
y al cual estamos adaptados de una manera, que no involucra
ningún pensamiento, existe cierta proporción de experiencia sensorial,
tal como la que tienen las personas cuando acaban de despertar, un
simple "estar allí" 1. Los caracteres que nos rodean pueden existir en
la experiencia sin ocupar su lugar en relación con la persona' Natu-
ralmente, en tales condiciones uno debe distinguir entre la expe'
riencia que tiene lugar inmediatamente y nuestra propia organi-
zación de la misma en la experiencia de la persona. Luego de efec'
tuar un análisis, uno dice que cierto objeto tenía su lugar en su
experiencia, en la experiencia de su persona. En forma similar, or'
g"nirr,¡or normalmente nuestros recuerdos al hilo de la persona. Si
asignamos una fecha a las cosas, las fechamos siempre desde el punto
de vista de nuestras experiencias pasadas, Frecuentement€ tenemos
1 En el original iaglés, thereness' (N' del T.)

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