Está en la página 1de 38

7 AÑOS

DE JULIA FONTANA, JOSE CABEZA Y ROGER GUAL

ARGUMENTO: Cuatro socios, fundadores de una exitosa empresa de aplicaciones


tecnológicas, han sido notificados por Hacienda tras desviar fondos a un paraíso fiscal.
Un mediador tratará de ayudarles a decidir sobre quién de los cuatro debe asumir la
totalidad de la culpa y, por lo tanto, entrar en prisión por fraude fiscal.

ELENCO:
- VERONICA (CFO de la empresa) DIRECTOR FINANCIERO
- MARCEL (CEO de la empresa) DIRECTOR EJECUTIVO
- LUIS (TO de la empresa) DIRECTOR DE TECNOLOGIA
- CARLOS (Jefe de Cuentas de la empresa)
- JOSE VEIGA (Mediador)
- Voz de NATALIA (Abogada)

ESCENA 1
(Carlos y Luis camino a la oficina, conversación en la calle)
CARLOS: Pero, a ver, ¿Por qué la tengo que llamar? ¿Por un polvo?
Ella sí me llamó.
LUIS: Pero ¿No se enojo?
CARLOS: Siempre se enojan, pero después se les pasa.
LUIS: A mí eso nunca me pasa con las minas.
CARLOS: No te pasa porque tenes una tendencia a enamorarte.
LUIS: Es que se enojan.
CARLOS: A ver, a ver, a ver. Hay que diferenciar, un polvo es un
polvo. Hay que tener una especie de sexto sentido con las mujeres.
Es algo que tenes o no tenes.
LUIS: Bueno se ve que no lo tengo.
CARLOS: Luis... lo tenes (Lo agarra por la espalda y como que lo abraza)
LUIS: No me toques. No me toques.
CARLOS: Lo tenes.
(Entran a la oficina, Marcel jugando solo al metegol)
CARLOS: ¿A vos que te pasa, "dudu"?
MARCEL: ¿Trajeron lo que les pedí?
LUIS: Sí. ¿Para qué lo queres?
MARCEL: Lo vamos a necesitar.
LUIS: Me imagino, pero ¿para qué?
MARCEL: Después les cuento.
LUIS: ¿Cuándo?
MARCEL: Cuando llegue Vero.
LUIS: ¿No está en una boda?
MARCEL: Estaba en la iglesia, pero le dije que viniera.
LUIS: ¿Llamó la abogada?
MARCEL: Luis, después les cuento.
LUIS: No es grave, ¿no?
MARCEL: ¿Quién juega conmigo? ¿Te animas? (Invita a jugar a uno
de ellos)
CARLOS: Sí.
(Luis enciende un cigarrillo)
MARCEL: Luis, Luis.
LUIS: ¿Qué?
MARCEL: Acá no.
LUIS: ¿Acá no qué? Perdón
(Entra Verónica)

VERONICA: Buenas. ¿Qué haces fumando?


LUIS: Guau.
MARCEL: ¿Pudiste pasar por tu casa?
VERONICA: Sí, acá lo tengo.
MARCEL: Vero, siento mucho que te pierdas la boda.
VERONICA: Para lo que van a durar... ¿Qué pasa?
CARLOS: No se sabe, es un misterio.
MARCEL: Natalia me llamó esta mañana. Malas noticias, no nos
libramos.
LUIS: No puede ser.
MARCEL: El lunes vienen.
LUIS: La puta madre.
VERONICA: ¿Y ahora qué?
MARCEL: Va a ver qué pueden hacer, pero... está difícil.
LUIS: ¿Y entonces?
MARCEL: Vamos a tener que tomar una decisión.
CARLOS: Ok. ¿Y cuánto nos va a costar?
MARCEL: No es una cuestión de dinero.
CARLOS: ¿Y entonces?
MARCEL: Ahora cada uno de nosotros cancelará todo lo que
teníamos para las próximas horas. Si tienen que hacer un llamado,
háganlo ahora.
(Suena una música, conversaciones telefónicas, al terminar de hablar, la
música se frena)
LUIS: Marcel, ¿Me traes una cerveza, por favor?
VERONICA: ¿Comiste algo?
LUIS: ¿Eh? No, no tengo hambre.
MARCEL: Recién antes de cortar por teléfono… Me dijo Sofía que
los invite al concierto. Es el día 14.
VERONICA: Me comentó que estaba muy nerviosa.
CARLOS: Pobre niña.
VERONICA: ¿Qué va a tocar?
MARCEL: Un nocturno, de Chopin, el número 2. En mi bemol.
VERONICA: ¿Difícil?
MARCEL: Para ella no.
CARLOS: ¿Chloe sabe algo?
MARCEL: No. Cuando termine todo esto. (Le alcanza un agua mineral a
Luis)
LUIS: Esto no es una cerveza.
MARCEL: No quedan.
LUIS: Sí quedan.
MARCEL: Ya tomaste mucho.
LUIS: ¿Cómo?
MARCEL: Que no quiero que tomes más, Luis.
LUIS: ¿Y vos quien sos, mi viejo o qué? (Mirando a Verónica para
encontrar una respuesta) ¿Te parece normal?
VERONICA: No es para tanto.
LUIS: Ah, ¿no? Que te lo haga a vos.
VERONICA: Me daría igual.
LUIS: Seguro...
VERONICA: A ver, ¿Queres que te traiga una?
LUIS: No, dejá. Ya no quiero cerveza ni nada, ya está.
CARLOS: Luis, tomá agua.
LUIS: (Molesto) Uh… ¿Vos también?
CARLOS: Sí, yo también.
LUIS: No quiero agua.
CARLOS: Abrí la botella y tomá un poco.
LUIS: No tengo sed.
CARLOS: ¿Entonces qué? ¿Te la abro yo como a los nenes?
LUIS: ¿Por qué no te vas a la mierda?
CARLOS: Sí, me voy a la mierda.
LUIS: Sí, andate a la mierda.
(Suena el teléfono)
MARCEL: Sí, decime, Natalia. No, aún no. Sí, sí, estamos en eso.
¿Lo tenes localizado? Bueno, cualquier cosa me llamas, chau.
VERONICA: ¿Y?
MARCEL: Está a punto de llegar.
CARLOS: ¿Y de lo otro?
(Golpe, Timbre, Timbre)
MARCEL: ¿José?
JOSE: Sí.
MARCEL: Soy Marcel, encantado.
JOSE: Igualmente. Hablé con usted por teléfono, ¿no?
MARCEL: Conmigo, tutéame, por favor.
JOSE: Ah, bueno. Finalmente vine en un taxi.
MARCEL: ¿Eh?
JOSE: Sí, son 540 pesos.
MARCEL: Ah, bueno.
JOSE: Iba a venir en colectivo, lo que pasa...
MARCEL: Toma. Ya está.
JOSE: Gracias. Toma, el cambio.
MARCEL: No, no, gracias, está bien. Bueno, él es Luis.
LUIS: Luis. ¿Qué tal?
VERONICA: Hola, Verónica.
JOSE: José Veiga. Un gusto.
MARCEL: Y Carlos.
CARLOS: Yo soy Carlos.
JOSE: ¿Qué tal? Encantado, Carlos.
CARLOS: Igualmente.
JOSE: Con permiso.
VERONICA: Adelante.
MARCEL: José, ¿Qué queres para tomar?
JOSE: Eh... Un agua. Por favor.
MARCEL: ¿Con gas?
JOSE: No, sin gas, sin gas. Natural, si es posible. Por favor.
MARCEL: ¿Alguien más quiere algo?
JOSE: Acá te dejo el cambio.
MARCEL: Dejalo… Ya está.
(Luis nervioso golpea sobre la mesa, ruido intermitente)
VERONICA: Luis, podes parar.
(Luis resopla y deja de hacer el sonido que estaba haciendo)
MARCEL: Muchas gracias por venir un sábado.
JOSE: No, ningún problema.
MARCEL: Supongo que conoces la empresa.
JOSE: Sí, claro.
LUIS: Pero, no sabes quiénes somos nosotros.
JOSE: Me imagino que los dueños, ¿no?
MARCEL: Socios fundadores a partes iguales.
JOSE: Muy bien.
MARCEL: Bueno, si te parece bien, voy a ir al grano, acá está el
contrato. Dos copias, una para vos y otra para Recursos Humanos.
Léelo con calma y nos decís qué te parece.
(José murmulla leyendo el contrato)
MARCEL. ¿Te parece bien la cantidad?
JOSE: Me parece muy bien.
VERONICA: No te fíes del presupuesto, será mayor. Puede negociar
cada año dependiendo de quién se incorporen.
JOSE: ¿Y cuánta gente tienen trabajando en el departamento, si se
puede saber?
MARCEL: No tenemos Departamento de Mediación.
JOSE: ¿Y quieren crear uno entonces?
MARCEL: Sí, nos parece muy necesario.
JOSE: ¿Qué objetivos plantean para el departamento?
MARCEL: Ninguno.
JOSE: ¿Ninguno?
VEREONICA: No.
MARCEL: Es un planteamiento más a largo plazo.
VERONICA: Te aseguramos un compromiso de permanencia por 10
años.
JOSE: ¿10 años?
MARCEL: Acá, página 6.
CARLOS: ¿Te interesa el proyecto, José?
JOSE: Sí. ¿Cuándo tendría que empezar?
MARCEL: Hoy. Ahora mismo.
JOSE: ¿Ahora?
MARCEL: Sí. Necesitamos que hagas una mediación. Y si la haces
bien, el puesto es tuyo.
JOSE: ¿Y si no?
MARCEL: Te pagamos por la jornada de hoy.
JOSE: Bueno.
VERONICA: (Mostrándole en un papel o cheque) Esto sería lo que
cobrarías
JOSE: Bueno, es bastante más de lo que yo cobro.
MARCEL: Por las molestias. Claro.
JOSE: No, no es ninguna molestia. ¿Todo esto... para una
mediación? No entiendo.
MARCEL: Es que es una mediación un poco especial.
JOSE: ¿Especial? ¿Por qué?
MARCEL: Porque... nos la haces a nosotros.
VERONICA: Así es.
JOSE: ¿A ustedes cuatro?
LUIS: Sí.
CARLOS: Sí.
JOSE: Bueno, en principio no veo que esto afecte a mi trabajo.
MARCEL: Ah, ¿no?
JOSE: No.
LUIS: Perfecto.
VERONICA: Buenísimo.
LUIS: Genial.
MARCEL: Entonces, ¿Te interesa?
JOSE: Sí. Sí, me interesa. Sí.
MARCEL: Te voy a situar un poco.
JOSE: ¿Puedo tomar nota? ¿No hay ningún problema?
VERONICA: Por supuesto que sí.
MARCEL: Resulta que tenemos un problema grande con AFIP, hace
un tiempo que nos están investigando. Hoy nos enteramos que van
a venir por nosotros.
JOSE: Bien ¿Y?
MARCEL: Y el lunes nos van a caer acá. La Policía Judicial va a
registrar todo esto y se van a llevar computadoras, documentación...
todo. La situación es delicada.
CARLOS: Delicada porque tenemos mucha plata en Suiza.
JOSE: Bien. Dinero negro, me imagino, ¿no?
CARLOS: Sí, dinero negro.
MARCEL: Con lo que van a encontrar acá es muy probable que la
UDEF tenga argumentos para pedir una comisión rogatoria en Suiza
y nos encuentren a todos. Llevamos todo el día acá encerrados
intentando gestionar esta situación sin éxito y por eso te llamamos.
Tenemos que decidir quién de nosotros cuatro va a pagar por esto.
JOSE: ¿Y a qué te referís con pagar?
MARCEL: Bueno, a echarse la culpa y dejar que los otros se libren
del juicio mientras él o ella...va a la cárcel.
JOSE: ¿Por cuánto tiempo?
MARCEL: Siete años.
CARLOS: Siete años.
JOSE: Y… ¿Qué tienen pensado hacer?
CARLOS: ¿Sabes lo que es esto, José?
MARCEL: Es un criptógrafo.
LUIS: El criptógrafo está sincronizado con el servidor del banco que
hace el "backup" y encripta la IP desde la que se conecta, con lo cual
lo que conseguimos es que funcione como si fuera un...
CARLOS: En castellano… Es algo así como una caja fuerte portátil.
LUIS: Exactamente.
MARCEL: Cada uno tiene una cuenta en Suiza con una clave y esto
nos vincula directamente con esas cuentas y cambia la clave cada
cinco minutos. Si nos están investigando y uno de nosotros hace una
transferencia a España, la policía solo a podrá ir por ese.
JOSE: Bien. Entonces van a hacer la transferencia, ¿no?
MARCEL: Sí. Bueno, solo uno de nosotros.
VERONICA: Si las pruebas apuntan claramente a uno, el resto no
estaría acusado de nada. Y sin una acusación y pruebas, la justicia
suiza no le dará al Juez acceso a las cuentas. Son opacas. No
existen.
LUIS: ¿Y el que haga la transferencia qué va a decir?
MARCEL: Que nos engañó, que creó una contabilidad B sin nosotros
saberlo.
LUIS: Y eso salvará a los otros tres.
MARCEL: Y a la empresa.
LUIS: Y a la empresa.
CARLOS: Y a la empresa, claro.
JOSE: Bueno. ¿Están seguros de que quieren hacer esto?
VERONICA Sí. No podemos hacer otra cosa. Agotamos ya todas las
posibilidades y...
JOSE: Concretando, lo que quieren de mí es que los ayude a decidir
quién de ustedes va a hacer esa transferencia.
LUIS: Por favor.
JOSE: Bueno. ¿Y para qué lo del contrato? ¿Por qué no me pagan
por la mediación?
MARCEL: Por dos motivos: primero que, si lo haces bien, es que te
mereces el puesto; y segundo, que nosotros... queremos que a vos
también te interese que a la empresa le vaya bien.
JOSE. ¿Tienen todos el mismo grado de responsabilidad?
TODOS: Sí.
CARLOS: Bue...
VERONICA: ¿Qué?
CARLOS: Lo que dijimos antes.
VERONICA: ¿Vamos otra vez a hablar de esto?
MARCEL: Ya lo hablamos.
VERONICA: Estuvimos dos horas discutiendo esto.
CARLOS: Pero contaselo.
VERONICA: No tiene sentido.
CARLOS: Una pregunta, ¿A vos te conviene tener toda la
información posible?
JOSE: Sí, cuanta más información, mucho mejor.
CARLOS: Contaselo, no pasa nada.
VERONICA: Sí, se lo voy a contar, claro que se lo voy a contar. A
ver, a ver, empezarlo, lo empecé todo yo.
LUIS: Bien.
VERONICA: Teníamos el "deadline de un concurso para el Gobierno.
Me acuerdo perfectamente, estaba agotada. Llevaba no sé cuánto
sin dormir, estábamos trabajando más de cien horas a la semana.
Había noches que hasta dormíamos acá… Justo había venido a
verme mi hermana de Santa Cruz. Vive allá con su familia. Solo iba
a estar tres días, pero teníamos tanto quilombo que no pude verla.
Le prometí que la llevaba al aeropuerto y no pude. Tuvo que llamarme
desde el taxi para decirme que estaba embarazada. Y de pronto
pensé: de todas las horas que llevo trabajando hoy, ¿Cuántas son
mías de verdad? ¿La mitad? Menos, de hecho. 26 minutos por hora…
José, mi tipo impositivo es del 56%. ¿El resto del tiempo de quién es?
Del Estado... A mí no me pareció justo. Bueno, ni a mí ni a ellos. No
es tanto por el dinero. Es por el tiempo… Como ganamos más,
tenemos que pagar más. OK, perfecto. Pero ¿Qué pasa con el tiempo
que gastamos para ganar más? ¿Dónde aparece? ¿Dónde
desgrava? Y si al menos las cosas en este país funcionasen bien,
pero no funciona nada.
JOSE: Y ahí decidiste desviar el dinero...
VERONICA: Empecé a tener un poco más de vista gorda con la
contabilidad. Sí. Primero lo hice solo con mi parte de los beneficios…
Pero en cuanto vieron que ganaban la mitad ingresando lo mismo, no
lo pudieron soportar. Porque esto es así, José. Cuando uno tiene un
yate de 15 metros de eslora, quiere uno de 30, ¿no? Normal. Y
cuando uno tiene una casa en Ibiza, quiere que tenga piscina. ¿No?
Y si tu hija toca el piano, solo te vale un Steinway. Y una vez que
tenes todas estas cosas, te acostumbras a tenerlas y ya no te
alcanza. Queres más de todo y mejor. ¿No, Carlitos? No tiene fin.
MARCEL: Bueno, esto lo hablamos, lo pensamos y lo decidimos
entre todos. Como siempre lo hicimos.
VERONICA: Entre todos.
MARCEL: Todos somos igual de responsables.
JOSE: Bueno, me imagino que habrán pensado en la posibilidad de
un sorteo.
LUIS: Es lo que yo digo.
CARLOS: Ya te dijimos que no. Yo no voy a la cárcel por un sorteo.
VERONICA: Yo tampoco.
MARCEL: José, ¿Tenes hijos?
CARLOS: A ver, acá todos tenemos algo, mi viejo está en una
residencia.
MARCEL: Yo tengo una hija, Sofía. Va a cumplir ocho años. Si voy a
la cárcel, cuando salga tendrá 15. Me habré perdido los mejores años
de su vida. Yo no estoy dispuesto a jugarme el bienestar de mi familia
en un sorteo.
LUIS: Lo hubieras pensado antes.
MARCEL: ¿Qué?
(Luis permanece en silencio)
JOSE: ¿Decías algo, Luis?
LUIS: Que hacemos como dicen ellos. Ya está.
JOSE: Pero parece que no estás seguro, ¿no?
LUIS: A mí me parece que es más fácil hacer un sorteo.
MARCEL: Lo más fácil no siempre es lo mejor.
LUIS: Ya lo sé, Marcel, pero es que no veo más opciones.
MARCEL: Bueno, para eso está José acá.
JOSE: Bueno, opciones siempre hay.
LUIS: ¿Cuáles?
JOSE: ¿Puedo contarte un caso?
LUIS: Sí.
JOSE: Imagínate que dos personas se dirigen a vos porque tienen
un problema, y es que un cliente les regalo una naranja.
LUIS: Una naranja.
JOSE: Una naranja deliciosa. De las que ya no quedan. Y los dos
quieren esa naranja. Entonces, ¿Cómo harías para resolver este
conflicto sin que ninguno de los dos salga perjudicado?
LUIS: Y solo hay una naranja, ¿no?
JOSE: Solo una.
LUIS: La partiría por la mitad y le daría la mitad a cada uno.
JOSE: Pero ahí los dos salen perjudicados porque los dos quieren
una naranja, no media.
LUIS: Entonces lo que yo digo: un sorteo.
JOSE: Pero el que gana se lleva una naranja y el que pierde, nada.
LUIS: Podría... darle a uno la naranja y prometerle al otro que la
próxima será para él.
JOSE: Pero la promesa de una naranja no es lo mismo que una
naranja. Igual que no es lo mismo casarse que prometer que te vas
a casar.
LUIS: Claro. No es lo mismo, no. No sé, es imposible. No sé.
JOSE: ¿Y si yo te digo que hay una solución sin que ninguno de los
dos salga perjudicado? ¿Alguna otra idea?
CARLOS: A uno le doy la naranja y al otro algo para compensarlo.
JOSE: ¿Cómo qué?
CARLOS: Yo que sé, un Rolex, un caballo. Cualquier cosa.
JOSE: Está bien. Pero pensemos un poquito. El de la naranja se va
a sentir perjudicado porque el otro tiene un Rolex. Y el del Rolex
también porque el otro tiene una naranja tan buena que a él lo
tuvieron que comprar con un Rolex.
CARLOS: José, ¿Y vos qué harías?
JOSE: Preguntarles para qué quieren la naranja.
CARLOS: Bien. ¿Y qué conseguirías con eso?
JOSE: Averiguar que uno quiere la piel para hacer una torta y el otro
quiere la pulpa para hacer jugo.
CARLOS: José, no me jodas, sabes que los dos quieren la naranja
para hacer jugo.
JOSE: ¿Por qué?
CARLOS: Porque así es la vida. Todos queremos lo mismo. La única
diferencia: unos lo consiguen y otros no.
JOSE: Tenes razón, Carlos.
CARLOS: Claro que tengo razón.
JOSE: En esta vida todos queremos lo mismo. Exactamente lo
mismo. Vos queres lo mismo que ella, lo mismo que él, y queres
exactamente lo mismo que yo.
CARLOS: Sí.
LUIS: Sí, pero ¿quién va a querer ir a la cárcel?
JOSE: No lo sé. Puede que nadie, pero para eso estamos acá, ¿no?
¿Aceptas la mediación?
LUIS: Sí, sí, sí, acepto la mediación.
JOSE: Bueno, muy bien. Probablemente estemos acá varias horas,
este es el momento de hacer llamadas de teléfono y todo eso. Yo sí
tengo que hacer una.
MARCEL: Sí, claro.
JOSE: Me imagino que acá no se puede fumar, ¿no?
MARCEL: No. En la terraza. Te acompaño.
(Salen de escena Marcel con José)
CARLOS: Tremendo personaje este José, ¿eh?
VERONICA: A mí me parece muy normal. Demasiado normal...
CARLOS: No... Jugando, jugando te mete el perro. Tenemos que
tener cuidado.
Apagón.
ESCENA 2

JOSE: Celulares apagados, por favor.


MARCEL: Nos tiene que llamar la abogada.
JOSE: Entonces solo uno arriba de la mesa y en silencio. Antes que
nada, tienen saber que hay tres reglas fundamentales en una
mediación: la primera, es importante estar de manera voluntaria. Si
alguien siente que esto no va con uno, puede irse en cualquier
momento, yo incluido. La segunda, que es imprescindible escuchar.
Y para eso es necesario el respeto al otro. Están acá porque tienen
un problema. Pero el problema no es la persona de al lado, esa
persona forma parte de la solución. Por lo tanto hay que escucharla.
Y tercero: yo no soy ni juez ni parte, ni apoyo a nadie ni decido nada.
Solo facilito la comunicación. Hago pensar. Son ustedes los únicos
que pueden tomar decisiones, nadie más, así que estaremos acá el
tiempo que haga falta hasta que pacten quién de ustedes hará esa
transferencia. ¿Están de acuerdo? Ahí quedaría terminada la
mediación. ¿Está claro?
VERONICA: Sí.
MARCEL: Sí.
LUIS: Sí.
JOSE: Muy bien. ¿Podemos usar el ajedrez?
VERONICA: Sí.
JOSE: Bueno, necesito que cada uno elija una pieza del tablero.
MARCEL: ¿La que queramos?
JOSE: Sí. Con la que se sientan identificados.
CARLOS: ¿Cómo? ¿Personalmente? ¿En el trabajo?
JOSE: Como persona, en la compañía...
VERONICA: Bien.
(Cada uno agarra una pieza)
JOSE: Verónica tiene el caballo. Marcel, la torre blanca. Carlos, la
torre negra. Y Luis es el alfil. Quiero que me expliquen, usando la
figura, lo que hace cada uno en la empresa.
CARLOS: Bueno la torre negra...
JOSE: Espera. Hablame de lo que hace el alfil.
CARLOS: Pero el alfil es Luis, no soy yo.
JOSE: Sí. Por eso.
CARLOS: Ok. El alfil... El alfil avanza, siempre quiere avanzar, es un
espíritu libre. Y también es nuestro genio particular. Es nuestro CTO.
Jefe de Tecnologías. Básicamente coordina los equipos de
ingenieros, supervisa su labor... Y, bueno, hace mucho tiempo fue el
que inventó los productos que vendemos. Y es el único que entiende
qué es lo que vendemos.
JOSE: ¿Alguien quiere sumar algo más? Incluso el propio alfil...
MARCEL: No, lo definió muy bien.
JOSE: Marcel, ¿por qué no hablas de la torre negra?
MARCEL: La torre negra. Siempre está cerca del alfil. Lo protege. Y
le indica cuándo le toca avanzar. Bueno, la jugada la marcan los
clientes. Él sabe lo que quieren, sabe lo que estarían dispuestos a
comprar. Lee bien a la gente. Por eso es nuestro jefe de Cuentas. Es
el que lleva a los clientes a navegar, a jugar al golf, los invita a
restaurantes de primer nivel. Él se asegura de que estén contentos.
JOSE: ¿Es así?
CARLOS: Básicamente sí.
JOSE: Verónica, ¿nos hablas de la torre blanca?
VERONICA: La torre blanca... es el CEO.
JOSE: ¿Perdón?
VERONICA: El director general.
JOSE: Ah. Manda sobre los demás, ¿verdad?
VERONICA: No, no, no exactamente. Las decisiones importantes las
tomamos entre los cuatro. Pero él marca el camino. Su área es el
pensamiento estratégico, el largo plazo. Digamos que tiene la visión,
sabe por dónde tenemos que ir hacia el futuro. Va... Va dos
movimientos por delante, y en nuevas tecnologías eso es todo. Es
como si tuviera una bola de cristal.
MARCEL: Pero no puede equivocarse.
VERONICA: No debería.
MARCEL: Una posición delicada.
VERONICA: Sí.
LUIS: Bueno, también es al que conocen los clientes, ¿no? Digo que
de pequeño iba al colegio con ellos, vacaciones... Si necesitas
saberlo todo, creo que es un matiz importante, ¿no? Vos invitas a los
clientes a cenar (diciéndole a Carlos) y a él... lo invitan. Es un poco...
JOSE: ¿Y el caballo?
LUIS: El caballo...El caballo es una pieza fundamental porque es
diferente, porque se mueve con otra lógica en el tablero… y porque
nos da mil vueltas a todos. Es nuestra CFO, lleva los números.
CARLOS: Bueno, o los llevaba.
JOSE: ¿Perdón, Carlos? ¿A qué te referís?
MARCEL: Vero hace un año que tiene un hotel con un amigo y
lógicamente eso requiere dedicación y nos acostumbramos a
funcionar sin ella.
VERONICA: No lo decís en serio. Se los dije, si no les parecía bien
podían buscar a otra persona. ¿Lo hicieron? No. Entonces tan mal
no lo hago. Además, estoy en todas las reuniones, vengo todas las
semanas.
CARLOS: En todas no estás.
VERONICA: (Por Luis) Él tampoco está acá siempre.
LUIS: Para, ¿qué?
CARLOS: A ver, no pasa nada, tampoco haces tanta falta.
VERONICA: ¿Y vos que sabes?
CARLOS: Tu trabajo lo puede hacer cualquiera.
MARCEL: Eso no es así.
VERONICA: Sí, irse de putas con clientes es muy especializado.
CARLOS: Sin mí podríamos perder clientes, sin vos no.
VERONICA: Yo puedo hacer tu trabajo.
CARLOS: Y yo el tuyo.
MARCEL: No tenes ni idea de contabilidad Carlos.
CARLOS: ¿Y Vero sabe de putas? (A Verónica) ¿Vos sabes de Putas?
VERONICA: Imbécil.
CARLOS: José, que me está insultando, ¿Lo puede hacer?
JOSE: Sí. Ella puede insultarte y vos podés insultarla a ella, incluso
se pueden insultar todos.
CARLOS: Ah, ok.
JOSE: Yo también me puedo ir si no hay el debido respeto al otro
como ya dije antes.
VERONICA: Perdón.
JOSE: Verónica, ¿Querés hablar de lo que sentís?
VERONICA: Decís que mi trabajo lo puede hacer cualquiera
sabiendo que no es verdad.
CARLOS: Tenes razón. Acá todos somos importantes de una forma
u otra, ¿Está bien? ¿Por qué no nos concentramos en lo que
realmente nos importa? No tenemos mucho tiempo. Seamos
objetivos. Todos sabemos que hay una persona que lo tendría mucho
más fácil en la cárcel. Y esa persona sos vos, Vero.
VERONICA: ¿Yo?
CARLOS: Sí, vos. Estuve investigando.
VERONICA: No me digas. ¿Y qué investigaste?
CARLOS: Que no hay punto de comparación.
VERONICA: ¿De qué hablas?
CARLOS: Las cárceles de hombres son muy fuertes, hay violaciones,
mafia, violencia... Es horrible. No hay comparación con las de
mujeres.
LUIS: Eso es verdad.
CARLOS: Claro.
VERONICA: Ah, ¿Vos también?
CARLOS: Todo el mundo lo sabe, Vero. Marcel, decile.
MARCEL: Visto así, es verdad. Es una realidad.
VERONICA: Sí, sí, no hay punto de comparación. No. No. Para nada.
Yo no sé si ustedes saben que en Argentina el 94% de los presos
son hombres. ¿Lo sabían? ¿Qué significa eso? Las cárceles de este
país están hechas por y para hombres. Y todo el sistema
penitenciario está diseñado por hombres. Supongamos que me toca
en un centro de mujeres. ¿Saben cuántas cárceles de mujeres hay
en este país? ¿A ver? 30, 15... 20, ¿cuántas?
MARCEL: 10. Yo qué sé.
VERONICA: Hay seis. Solo seis. Mis familiares no viven ni en San
Telmo, ni en Ezeiza tendrían que hacer kilómetros para una visita de
una hora y media. El primer año fantástico, los otros seis a mí no me
visita ni Dios… Pero podría ser peor… Me podría tocar en el módulo
de mujeres de un centro de hombres. Básicamente como estar en
una cárcel dentro de una cárcel. La que no está con antidepresivos,
está con sedantes. (Carlos se ríe) No te rías. Además, los hombres
están separados por grados, las mujeres no. Como no hay suficiente
espacio, las meten a todas juntas. Y tenes toda la razón… Sí… a mí
no me violarían mis compañeras. En las cárceles de mujeres se
encargan los mismos policías, en grupo, a cambio de nada y con total
impunidad. (Respira agitada, sale hacia el baño)
ESCENA 3
MARCEL: Vero, si no encontramos a nadie para sustituirte, es porque
yo no quise. Ellos no lo saben, pero ordené a Recursos Humanos
que dejen de buscar.
VERONICA: Ah, ¿sí? ¿Y por qué?
MARCEL: ¿Por qué crees?
VERONICA: No lo sé.
MARCEL: Porque no quiero que te vayas, quiero que te quedes.
VERONICA: No parece.
MARCEL: No voy a dejar que vayas a la cárcel.
CARLOS: (al teléfono) Natalia… Ok. Pero ¿Sabes algo? La puta
madre... Sí, ya te lo paso. Marcel (Le pasa el celular)
MARCEL: Sí, decime.
CARLOS: ¿Estás bien? (A Verónica)
VERONICA: Muy bien.
CARLOS: ¿Queres descansar?
VERONICA: Yo no, ¿Y vos?
MARCEL: (al teléfono) Por favor necesitamos tiempo. Ok. Ok. Ok.
Chau.
LUIS: ¿Qué pasó?
MARCEL: Están intentando localizar al técnico que va a hacer el
informe para el juez.
LUIS: ¿Y eso qué significa?
MARCEL: Pueden venir en cualquier momento.
LUIS: ¿Cómo? ¿Ahora?
MARCEL: Sí, ahora.
CARLOS: Pero ¿Acá? Tenemos que resolver esto ya.
MARCEL: ¿Por qué no hacemos una votación?
VERONICA: Pero ¿Una votación, así, ahora?
JOSE: Es un procedimiento habitual, si todos están conformes, que
cada uno escriba en un papel el nombre de la persona que crea que
es prescindible. Lo hablamos, lo discutimos y el que tenga más votos
hace la transferencia.
VERONICA: ¿Y votar en blanco?
CARLOS: No, no.
VERONICA. ¿Por qué no?
CARLOS: Porque es de tibios.
LUIS: Es que a mí no me parece que votemos por quien hace más
que otro… A mí eso no me parece lo importante.
JOSE: ¿Qué sería lo más importante para vos?
LUIS: Nada, ya fue.
JOSE: No, dale. Decilo.
LUIS: Yo no votaría a nadie por lo que hace o no hace en la empresa.
A mí eso no me parece un criterio. Ya está.
JOSE: Nadie dice que esto es fácil, pero hay que tomar una decisión,
Luis. Fíjate en mi mano. Tengo una pistola. Imagínate ahora que soy
un asesino y voy a matar a una persona. Y te pregunto: ¿quién
debería morir? Solo quiero matar a una, pero si vos no elegís a quién,
los mato a todos. No hay opción, tenes que elegir. Pensa un nombre.
Solo tenes que pensarlo, no me lo digas si no queres. ¿Lo tenes?
¿Crees que tomaste la decisión correcta?… Bien. Ahora agarrá la
pistola. Dale, es un juego. Tomá. Imagínate que esa persona que
pensaste soy yo. Apúntame. Te pregunto por última vez, ¿Estás
completamente seguro de tu decisión? Dispara. Dispara.
CARLOS: No puede.
LUIS: ¿Que no puedo qué?
CARLOS: Hacer algo así.
LUIS: ¿Que no puedo qué, Carlos?
CARLOS: No podes hacer algo así.
LUIS: ¿Que no puedo qué, Carlos?
CARLOS: No me mates, ¿eh? No me dispares. Dale, que no podes
hacerlo.
LUIS: Porque vos lo decís, ¿no?
CARLOS: No podes disparar.
LUIS: ¿Y vos sí? ¿Vos sí podes?
CARLOS: Sí, yo dispararía. Y ellos también.
LUIS: No. No, no. No es cierto lo que dice. (A José)
JOSE: ¿Qué queres decir?
LUIS: Que estás equivocado, Carlos. Que no soy tan bueno como
pensas, que yo también dispararía.
JOSE: Entonces, que cada uno exponga sus argumentos y luego
hacemos la votación. ¿Están de acuerdo? ¿Queres empezar,
Carlos?
CARLOS: Sí, empiezo yo. Me quedé pensando en la pistolita. A ver,
Luis, ¿sabes por qué te dije lo que te dije?
LUIS: ¿Por qué?
CARLOS: No es nada personal, pero imagínate que tenes la pistola
y estás pensando en mí. Eso quiere decir que vas a votar por mí.
Vero y Marcel están de acuerdo, o sea que el que va a la cárcel soy
yo. Llega el día del juicio, te presentas, declaras que no sabías nada,
o sea que mentís.
LUIS: Como ellos.
CARLOS: Sí, sí, como ellos, lo que pasa es que ellos son más... Son
más prácticos que vos. A vos te costaría mucho vivir con algo así.
Pensalo. No es fácil. Me meten en la cárcel... y al principio todo bien
porque soy un tipo fuerte, con carácter, en la cárcel encuentro mi
lugar, o por lo menos es lo que te digo. A la cuarta o quinta visita me
notas mal, diferente, no sé, estoy un poquito cambiado. Habrá
pasado algo, pensas, pero no te animas a preguntar, ya tenes
suficiente comiéndote la cabeza. Preguntándote: ¿Cómo le cague la
vida a este tipo? Y un día venís, y me ves mal, pero mal de verdad,
estoy flaco, perdí peso, como cuando estudiábamos, ¿Te acordas?
Y, claro, un día dejas de venir porque te pone mal verme, te
deprime,.. Y ahí es donde todo se va a la mierda. Porque no podes
dejar de pensar en mí. Pensas en cómo estaré, si habré comido, si
me habrán pegado una paliza. No te podes concentrar en nada, no
podes dormir... Empieza el insomnio, las pesadillas, las pastillas.
LUIS: Ya tengo insomnio, Carlos, yo ya tengo insomnio, y las pastillas
me ayudan, ¿sabes?
CARLOS: Sí, claro que lo sé. La pregunta es: ¿cuánto tiempo más
podes aguantar así? ¿Hasta cuándo? ¿Hasta que hagas una
estupidez?
LUIS: ¿Y en la cárcel estaría mejor?
CARLOS: Por lo menos en la cárcel tendrías la conciencia tranquila...
Porque nos habrías salvado a todos, y nosotros estaríamos en deuda
con vos. Sabes que tengo razón.
LUIS: Aguantaría, Carlos. Aguantaría.
CARLOS: Eso no te lo crees ni vos, Luis. ¿Sabes por qué lo sé?
Porque si te lo creyeras, no insistirías tanto en que lo dejaramos al
azar. Queres que sea un sorteo para no tener que señalar a nadie.
Porque no podes.
VERONICA: No sé, Luis, pensalo.
LUIS: ¿En serio me están diciendo que tengo que ir a la cárcel porque
soy el único que tendría remordimientos?
MARCEL: Yo no estoy de acuerdo.
CARLOS: ¿Con qué?
MARCEL: Con que sea Luis.
CARLOS: Dale, sabes que tengo razón. Además, vas a votar por él…
Luis, él va a votar por vos.
JOSE: Carlos, ¿terminaste tus argumentos?
CARLOS: Sí, sí.
JOSE: Luis, ¿queres decir algo más?
MARCEL: Luis, acá no.
VERONICA: Luis.
LUIS: ¿Tenes fuego?
VERONICA: Luis, no se puede.
LUIS: ¿Que no puedo? ¡Las pelotas que no puedo!
MARCEL: Yo lo veo diferente. Ojo. Me parece muy interesante lo que
dijiste Carlos.
CARLOS: Gracias.
MARCEL: Pero creo que todos los que estemos afuera lo pasaremos
igual de mal.
CARLOS: Sí, sobre todo vos.
MARCEL: ¿Me dejas hablar?
CARLOS: Sí, dale.
MARCEL: ¿Puedo hablar?
CARLOS: Sí, habla.
MARCEL: Yo lo que digo es que hay que ser un poco menos egoísta
y pensar más en la empresa. ¿Qué es lo mejor para la empresa?
¿Eh? Antes dijiste que eras un luchador. Estoy de acuerdo. Es un
espectáculo verte luchar. Sos como un gladiador romano. Y
efectivamente yo creo que serías el que aguantaría mejor la cárcel.
Pero resulta que esto, en la empresa, es irrelevante. Estás acá
porque viniste por Luis, pero realmente a vos todo te cuesta, siempre
estás aparentando, me da vergüenza decirlo, pero es que siempre te
veo como... que estás... a punto de llegar, pero no llegas, y te
preguntas en qué momento nos vamos a dar cuenta de que en
realidad sos un bluf. ¿O no? Porque nosotros pensamos mejor,
nuestras cabezas van más rápido, nos damos cuenta de todo. Vos
estás acá de jefe de Cuentas porque lo que tenes que hacer es caer
bien, y eso lo haces muy bien, sos un crac. Pero cuando los clientes
necesitan algo, me llaman a mí. Estás para hacer el payaso, para
contar un chiste, para pagar el restaurante con la tarjeta de crédito
de la empresa. Eso lo puede hacer cualquiera. Lo podemos hacer
todos.
CARLOS: Yo sí que podría hacer tu trabajo.
VERONICA: ¿Vos?
MARCEL: Hacelo. Si ellos te dejan, a mí me da igual ser el CEO.
CARLOS: No me hagas reír.
MARCEL: Me lo pidieron ustedes.
CARLOS: No soltarías esto, es tu juguete, Marcel.
MARCEL: Mi responsabilidad.
VERONICA: Tener el control no es fácil. Para eso no servís.
MARCEL: Mira, yo le pongo horas más que nadie a esto. Planifico,
detecto errores, contrato gente, despido gente.
CARLOS: Despedir también tiene su mérito.
MARCEL: Hacelo, Charly.
VERONICA: Tiene razón y lo sabes.
CARLOS: ¿No te cansas de salvarle el culo?
VERONICA: Digo lo que pienso si no te importa.
CARLOS: Claro. Lo que pensas...
VERONICA: Sí.
CARLOS: ¿Qué pasa, no te humilló lo suficiente ya? Sos patética.
VERONICA: Yo por lo menos no me invento llamadas. ¿Crees que
nadie se da cuenta? si no tenes a quién llamar, no llames, porque el
patético sos vos. Acá no mandarías ni un día. (Pausa) ¿Continuamos?
CARLOS: ¿Te acordas de Susana? Pelirroja, tetas grandes...
¿Alguien más sabe que Chloe estuvo a punto de divorciarse de
Marcel?... No lo sabías, Verito ¿No?... Sí, se iba a ir de vuelta para
España y por supuesto, se llevaba a Sofía con ella. Pero Carlitos
arreglo todo. Hablé con la mina, le di plata para que se callara la boca,
le conseguí un puesto en la otra punta del mundo, y hablé con Chloe
y le dije que el que se había cogido a Susana era yo. ¿Te acordas o
no te acordas? Marcel ¿Lo solucioné? ¿Tu esposa se divorció de
vos? ¿Tenes a tu hija viviendo a miles de kilómetros? ¿No te
acordas? Acá tienen. Les presento a nuestro CEO. El responsable,
el que soluciona todos los problemas. Pero… pará ¿También les
tengo que recordar cómo conseguimos el primer crédito para la
compañía? El del banco se cagó cuando fui yo a hablar con él. ¿Es
o no es? Marcel, puede que seas más listo y vengas de mejor familia,
pero acá el que tiene más huevos soy yo. ¿Qué pasa? Te falla la
memoria cuando te conviene.
MARCEL: Te equivocas, el que tiene alzhéimer es tu padre.
CARLOS: Porque no te vas a la mierda. Hijo de mil putas.
(En ese momento Luis recibe un golpe de Carlos)
LUIS: ¡Carlos!
VERONICA: ¡A ver! ¡Paren, paren de una vez! ¿Están locos? Luis (Lo
mira que sangra) vení sentate.
(José se levanta para irse)
CARLOS: No, no, no, no te vayas, no te vayas, no terminamos la
mediación.
MARCEL: José. ¿Querés escucharme?
CARLOS: José, no te vayas. Está bien. Perdón, perdón disculpame,
Te pido disculpas.
JOSE: ¿Por qué?
CARLOS: Esto no nos pasó nunca y no va a volver a pasar.
MARCEL: A ver, José, estamos cansados, llevamos muchas horas
encerrados y se descontroló todo. Lo siento, no volverá a pasar.
JOSE: Bueno, yo también lo siento.
CARLOS: Tenés mi palabra, José, tenés nuestra palabra. Por favor,
no te vayas.
JOSE: Pero ustedes no necesitan una mediación, necesitan otro tipo
de trabajo.
CARLOS: Sí la necesitamos, tenemos que terminar esto, por favor.
JOSE: ¿Tengo el compromiso por parte de los cuatro de que esto no
va a volver a pasar?
TODOS: Sí.
TODOS: Sí.
VERONICA: ¿De qué te reís? (A Luis)
ESCENA 4
LUIS: De que al final siempre la ligo yo... ¿Sabes de qué me estoy
acordando, Marcel? De cuando presentamos nuestro primer software
en Las Vegas, en 2003. Me acuerdo que esa noche no pegué un
ojo… estuve preparando la presentación, y a la mañana, cuando me
quedé dormido, me despertaste vos con el teléfono: Luis, jurame que
no te quedaste dormido... y que en medio minuto estas en el 'hall'. Y
yo: "Sí, sí, bajo, bajo, bajo". Como para no bajar. Me acuerdo que
estábamos muy nerviosos, nos la estábamos jugando... Era nuestro
momento, yo con mi iBook blanco y con todos los deberes hechos, el
señor Mike Owen dispuesto a escuchar, y estaba todo, todo listo
menos... El cargador. Ahí la cague, me dejé el cargador, y claro, yo
me quedé como... en "shock", no supe reaccionar, pero la máquina
funcionó, el equipo funcionó. Vero me metió un Lexatin de un
miligramo, ¿te acordas? fue mi primer ansiolítico, creo. Y Carlos
entretuvo al americano con un chiste de un oso... ¿Te acordas? El
oso gay. Y Marcel conseguiste el cargador. Lo conseguimos.
Vendimos el "software", y ahí empezó un poco todo. Y en ese
momento los miré y recuerdo perfectamente que pensé: Esta gente
es mi familia. Bueno eso ustedes lo saben… pero esa noche... me
llamaron y me dijeron que mi viejo se había muerto.
MARCEL: Luis, yo no sabía yo lo de tu papá.
LUIS: Es que a veces parece que ni nos conocemos. La familia es
una mierda, ¿No, Carlos?
JOSE: Bueno. Tendríamos que retomar.
CARLOS: Sí, retomemos por favor.
JOSE: Hasta ahora tenemos los argumentos de Carlos y de Marcel.
Carlos propuso que Luis vaya a la cárcel y Marcel vota por Carlos.
Solamente faltan ustedes dos. ¿Querés empezar, Verónica?
VERONICA: Sí. (Lo mira a Luis) ¿Quieres que lo hagamos juntos?
LUIS: ¿Juntos? ¿Cómo?
VERONICA: Vamos a intentar ser un poco más objetivos, más
racionales porque esto se nos está yendo de las manos.
LUIS: A ver.
VERONICA: Hacemos así… Punto a favor, punto en contra.
LUIS: Ah. Código binario.
VERONICA: Exactamente.
JOSE: No entiendo.
LUIS: Los Códigos binarios solo tiene ceros y unos, supongo que, a
más negras, más motivos para ir a la cárcel.
VERONICA: Exacto.
LUIS: Bien.
VERONICA: ¿Quién soportaría mejor la culpa de mandar al otro a la
cárcel?
LUIS: Gran criterio.
VERONICA: Yo, por ejemplo... ¿Podría vivir tranquila si alguno fuera
a la cárcel? Sí. Marcel... Marcel también, ¿no? Punto a favor.
¿Carlos?
LUIS: También.
VERONICA: También, sí. ¿Y vos Luis?
LUIS: No.
VERONICA: Segundo criterio. ¿Quién es realmente necesario para
la empresa? Yo... Bueno, yo me ofrecí a irme por lo del hotel, así
que... muy necesaria no soy.
MARCEL: Me parece honesto.
VERONICA: Punto en contra.
LUIS: Marcel.
VERONICA: Marcel... Marcel trae clientes, ¿no? Y sin clientes...
LUIS: Sí.
VERONICA: (a Carlos) Vos no traes clientes.
CARLOS: Pero los cuido.
VERONICA: No es lo mismo.
CARLOS: Para mí es igual de importante.
VERONICA: Es cero o uno.
LUIS: Yo lo veo más cero.
VERONICA: Yo también. Punto en contra.
LUIS: Y los clientes también vienen por mis ideas, ¿no? Sí.
CARLOS: No, no, no. Seamos objetivos. ¿Hace cuánto que no creas
algo que podamos vender?
LUIS: Carlos, lo mío... lleva su tiempo.
CARLOS: ¿Cuánto? ¿Cuatro años, cinco años?
LUIS: Carlos, de verdad.
VERONICA: Tercero, la familia. Bueno, todos tenemos familia. Pero
¿A quién lo necesitan de verdad? A mí no.
CARLOS: Mi viejo se puede ir en cualquier momento. Con esto del
alzhéimer nunca se sabe, yo quiero estar con él el mayor tiempo
posible.
VERONICA: En esto tenes tu punto a favor. Lo siento.
LUIS: ¿Y cuándo vas a verlo, Carlos?
CARLOS: ¿Cómo?
LUIS: ¿Qué días vas a verlo?
CARLOS: Cuando puedo.
LUIS: Tu papá cree que vas a visitarlo todas las semanas.
CARLOS: Ya te dije que voy cuando puedo.
LUIS: No.
CARLOS: ¿No qué?
LUIS: No es verdad.
CARLOS: ¿Y vos qué sabes?
LUIS: ¿Cómo se llama su enfermera?
CARLOS: Yo qué sé, las cambian cada dos por tres.
LUIS: Se llama Rosa y hace tres años que está con él.
CARLOS: ¿Vos vas a ver a mi viejo sin decírmelo? Su hijo soy yo.
LUIS: ¿Sí?
CARLOS: Sí.
LUIS: Carlos pasé más Navidades en tu casa que en la mía.
CARLOS: Olvidate de mi familia.
LUIS: ¿Por? ¿Qué? ¿Me vas a pegar? ¿Me vas a pegar otra vez?
¿Sabes que muchas veces me confunde con vos? Cuando voy es
como si fueras vos. Triple empate.
VERONICA: Sí, triple empate.
JOSE: Bien. Verónica y Luis, ¿Terminaron con sus argumentos?
VERONICA: Sí.
JOSE: Entonces procedemos a la votación.
MARCEL: Muy bien.
CARLOS: Te cae como anillo al dedo ¿no?
MARCEL. Es lo que dijimos.
CARLOS: Que bien que te queda ese papel.
MARCEL: Yo no hice nada.
CARLOS: No, lo hace ella por vos. ¿Le prometiste que te la vas a
coger otra vez o ya lo hiciste?
MARCEL: ¿Qué decís?
LUIS: ¿Ustedes están juntos otra vez?
MARCEL: No.
CARLOS: Ellos nunca dejaron de estar juntos, Luis.
LUIS: ¿Todavía, Vero? ¿Todavía estás con él? Cambia mucho el
tema si ustedes están juntos.
MARCEL: (A José) No, eso es una historia que ya pasó. No estaba ni
casado.
CARLOS: Sí, ya pasó… Luis, ¿Sabes lo que le dijo para que
abortara?
VERONICA: Cállate.
CARLOS: Le dijo que no era el momento, que lo importante era la
empresa.
VERONICA: Cállate.
CARLOS: Si me callo, pero… ¿Queres saber lo que me dijo a mí?
Me dijo que eras de esas personas para divertirse y pasar el rato,
pero no para tener hijos.
MARCEL: No. Eso no fue así.
VERONICA: ¿Y cómo fue?
MARCEL: La decisión fue tuya.
VERONICA: Ah, mía... No me digas.
MARCEL: Bueno, ¿Tenemos que hablarlo ahora?
VERONICA: Sí, sí, sí, ¿Por qué no? Sí, me gustaría que lo
habláramos. Así que vos nunca me pediste que lo hiciera...
MARCEL: Lo hicimos juntos.
VERONICA: Yo me sacrifiqué por vos, Marcel… y también por la
empresa. Me dijiste "no es el momento", pero tardaste menos de un
año en casarte y tener a tu hija. Muy coherente… Muy coherente de
tu parte.
MARCEL: Perdoname… eran otras circunstancias.
VERONICA: ¿Y?
MARCEL: Era otro momento.
VERONICA: ¿Por qué?
MARCEL: Lo sabes perfectamente.
VERONICA: Porque a ella la querías y a mí no.
MARCEL: Así es como vos te lo explicas... ¿No?
VERONICA: Explícamelo vos.
MARCEL: Chloe simplemente quería ser madre, formar una familia.
Y vos sos más ambiciosa. No tenías instinto maternal.
VERONICA: Mira, ya está, déjalo.
MARCEL: Vos querías...
VERONICA: Déjalo, ya está. Ya lo dijiste todo. ¿Podemos terminar?
JOSE: ¿Están de acuerdo los cuatro?
VERONICA: Sí.
JOSE: ¿Están de acuerdo?
CARLOS: Sí.
LUIS: Sí.
JOSE: Bien. ¿Marcel?
MARCEL: Sí.
JOSE: Entonces seguimos, agarren un papel cada uno, pongan el
nombre de uno de los cuatro y me lo entregan a mí, por favor.
PAUSA
JOSE: Comenzamos (Abre un papel). Luis.
CARLOS: Lo que dije lo mantengo.
JOSE: Marcel.
LUIS: Perdoname.
JOSE: Luis.
CARLOS: Te lo dije.
JOSE: Marcel. Bien. Tenemos un empate entre Luis y Marcel con dos
votos cada uno.
MARCEL: (Tose. Móvil vibrando) Natalia. No, todavía no. Sí, estamos
en eso, Natalia. (Tajante) Natalia, te estoy diciendo que todavía no.
CARLOS: Bueno está entre ustedes dos.
MARCEL: Ah, ¿sí? No me jodas.
CARLOS: Es lo que salió.
VERONICA: ¿Y ahora qué hacemos?
CARLOS: Si quieren, podemos hacer un sorteo.
MARCEL. El sorteo no sirve, Carlos.
CARLOS: Ahora es diferente.
MARCEL: Ah, ¿Ahora sí?
VERONICA: Estamos en la misma.
JOSE: Yo no lo veo así.
VERONICA: Bueno, estamos casi como al principio.
JOSE: Al principio había cuatro candidatos para la transferencia, y
ahora, por un sistema que pactaron entre todos, solo quedan dos.
MARCEL. Luis, ¿Pensaste alguna vez qué es lo que estarías
haciendo si no estuvieras acá? Si no nos hubiéramos conocido, esto
no existiría. Sinceramente, ¿Vos crees que te iría bien? A los
demás... sí. Sí que nos iría bien, estoy seguro, pero ¿A vos?
LUIS: No sé.
MARCEL: Sos un genio, todo lo que quieras. Y tuviste una idea
brillante que nos hizo ganar millones.
LUIS: Mucho dinero, sí.
MARCEL: Pero... ya está, ¿Ahora qué? ¿Qué vas a hacer? No tenes
iniciativa. Tenes 40 años y hay chicos de 20 que te dan mil vueltas.
LUIS: ¿Qué queres decir?
MARCEL: Que eras indispensable, pero ahora la empresa está a
punto de despegar y hay que soltar. En cualquier momento nos
pueden comprar por mucha plata. Y el único que lo sabe llevar soy
yo. A vos... te toca relajarte, juntar las fichas… mientras nosotros nos
ocupamos de esto. La pregunta es... ¿Cuántas fichas queres?
LUIS: ¿Cómo es eso?
MARCEL: ¿Qué queres por estar siete años en la cárcel?
CARLOS: Luis, escúchalo.
LUIS: ¿Vos lo escucharías?
CARLOS: Sí.
LUIS: Ah, ¿sí?
CARLOS: Sí, ¿Por qué no?
LUIS: Sí, ¿Y qué le pedirías? ¿A ver?
CARLOS: Dinero Luis.
LUIS: Plata. ¿Cuánta plata?
CARLOS: Mucha.
LUIS: ¿Cuánto cuestan para vos siete años, a ver? ¿Cuánto cuestan
siete años?
CARLOS: No sé. Vamos a poner un precio. ¿Cuánto cuesta?
MARCEL: 15 millones.
LUIS: Mira. Yo hubiera dicho 10.
MARCEL: 15 es más justo.
LUIS: Ah, ¿Y eso cómo se mide? ¿Por qué no 20? ¿Les parece bien
20? ¿Eh? 20 millones. ¿Y 30? Suena mejor, ¿no? Más redondo. 30
es un número...
MARCEL: Si te vas de la empresa, sí.
LUIS: Marcel, ¿Vos te irías?
MARCEL: ¿Yo?
LUIS: Sí, vos.
MARCEL: No. No me iría.
LUIS: Pero yo sí lo tengo que hacer... ¿Y vos, Vero? ¿Vos te irías?
VERONICA: No sé, Luis.
LUIS: ¿No?
VERONICA: No, no lo sé.
LUIS: ¿No agarrarías los 30 millones?
VERONICA: No lo sé.
LUIS: Pero en cambio yo sí sé por qué vos irías a la cárcel.
VERONICA: ¿Por qué?
LUIS: Irías a la cárcel si después de esos siete años pudieras estar
con él. Vos, él y Sofía. ¿No es así?
VERONICA: No tenes ni idea.
LUIS: Suena bien, ¿No?
VERONICA: No sabes nada.
LUIS: José ¿Pueden hacer esto?
JOSE: Estamos viendo opciones.
LUIS: Me quiere comprar.
JOSE: Quieren saber qué parte de la naranja queres vos.
LUIS: ¿Y vos qué harías?
JOSE: Yo acá no cuento, estoy para ayudaros.
LUIS: Sí, pero... Pero ¿qué harías? olvídate del mediador, José
Veiga, en tus circunstancias, ¿qué harías?
JOSE: Tiene que ser uno de los cuatro socios.
LUIS: Eso ya lo sé, pero ¿Te pasarías siete años de tu vida... en la
cárcel... por 30 millones?
JOSE: Por bastante menos. Pero esa sería mi parte de la naranja, y
acá estamos para saber cuál es la tuya, qué quieres vos.
LUIS: Fumar mata dice. Están bien los cartelitos estos, ¿eh? Si
fumas, te podés morir. ¿Te imaginas que todo tuviera cartelitos así?
No te vayas con esa mujer, que... te puede destrozar la vida. O no
agarres ese trabajo, no vas a ser feliz. O cuidado con tus amigos, que
pueden que sean unos hijos de puta. Como todo el mundo, ¿no?
Como todo el mundo. Estaría buenísimo que te avisaran. Ok, voy a
hacer la transferencia.
MARCEL. ¿Sí?
LUIS: Sí.
MARCEL: Luis, es lo mejor.
LUIS: Pero a cambio quiero el 51% de las acciones de la empresa.
Eso es lo que quiero.
MARCEL: No, no vas a dirigir la empresa.
LUIS: Puede que lo haga hasta mejor que vos. Voy a tener mucho
tiempo Marcel… mucho.
MARCEL: No lo voy a permitir.
LUIS: Ah, ¿no?
MARCEL: No.
LUIS: Entonces anda vos a la cárcel. ¿Alguien quiere ir a la cárcel?
¿Nadie? Bueno, entonces voy yo.
CARLOS: ¿Entonces cómo sería? ¿Te las cedemos o nos las
compras?
LUIS: No, no, las compro.
CARLOS: ¿A qué precio?
LUIS: Como la última oferta que hicieron.
MARCEL: Carlos.
CARLOS: Acepto.
MARCEL: Carlos. Estás loco.
CARLOS: No, no estoy loco. Estoy hasta los huevos y quiero terminar
ya. Lo hacemos o nos vamos a la mierda.
MARCEL: No, eso no va a pasar. Confía en mí. ¿Podés confiar en
mí?
CARLOS: Paso. De vos y de tu ego. Quiero terminar con esto ya. Yo,
acepto, ¿Vos Vero?
VERONICA: Yo también acepto.
MARCEL: A ver, a ver, a ver, a ver... Estamos todos muy cansados y
nos está costando pensar con claridad. Luis, o pensas otra opción o
empezamos de cero.
VERONICA: No, no vamos a empezar de cero.
MARCEL: Sí.
VERONICA: No, no vamos a empezar de cero. Yo le vendo un 13%,
vos haces lo mismo y Luis tendrá mayoría. No te necesitamos.
MARCEL: Ah, ¿es eso?
VERONICA: Sí, es eso.
MARCEL: ¿Me quieren sacar del medio? Me niego.
VERONICA: ¿Te negas?
MARCEL: Sí. Voy a hablar con el juez y se va a enterar de todo.
VERONICA: ¿Serías capaz? ¿Nos mandarías a todos a la cárcel con
tal de no perder el control?
MARCEL: Esto no tiene sentido y no lo voy a permitir.
VERONICA: No lo vas a permitir.
MARCEL: No. Yo me pase toda la vida levantando este negocio.
VERONICA: ¿Y yo no? Y él. Y él. Todos.
MARCEL: No parece.
VERONICA: Esto ya está resuelto, Marcel.
MARCEL: Mira, Luis es un inútil.
VERONICA: ¿Y qué?
MARCEL: No está preparado para esto.
VERONICA: Para eso estoy yo. ¿O no me crees capaz? Y ¿Sabes
por qué lo vas a permitir? Porque voy a llamar ahora a tu mujer y le
voy a contar absolutamente todo.
MARCEL: No lo vas a hacer, no te interesa.
VERONICA: ¿Y a vos que le cuente que llevamos 15 años
acostándonos? ¿Te interesa, o no? Que feo que sepa que me
conoces antes de conocerla a ella. Que se entere que todas esas
veces que estamos en los hoteles de viaje de trabajo tocas la puerta
para que te abra y no hace falta decir más nada. ¿Quieres que se lo
cuente? No te rías. Porque también le puedo contar que no te alcanza
con cogerte a tu socia, sino también a la becaria de turno o también
a alguna clienta. No sé, si no tienes ningún problema con eso, la
llamo ahora mismo y se lo digo.
MARCEL: Resulta que no te va a creer.
VERONICA: Tengo fotos tuyas.
MARCEL: ¿De cuándo?
VERONICA: Chloe tiene que saberlo. Sí. Y visto tu historial, la
custodia de Sofía será para ella. Lo siento.
CARLOS: Bueno, no te preocupes, los chicos se acostumbran a todo.
VERONICA: Sí, es verdad.
JOSE: A ver, así no se puede seguir.
LUIS: ¿Por?
JOSE: Porque todas las partes tienen que estar de acuerdo.
LUIS: Solo estamos hablando.
CARLOS: Estamos viendo opciones, como dijiste antes.
JOSE: Hay que hacerlo de una manera libre.
LUIS: ¿Libre? Libre no, nadie es libre. Nadie. Míralo en tu contrato.
Seguro está en alguna página. Marcel, ¿aceptas o no aceptas?
MARCEL. Qué asco me das.
LUIS: Sí, mucho asco. Mucho asco, pero ¿Eso es que sí o que no?
MARCEL: Sí.
JOSE: Bueno, entonces termina la mediación.
MARCEL: Sí.
JOSE: Bien. Y si no tienen inconvenientes, ¿me pasan el contrato
para la firma, por favor?
VERONICA: Sí, acá está.
(Vibración de móvil de Marcel)
MARCEL: Natalia. ¿Cómo? Para, para, para, Luis. Espera, te pongo
en altavoz. ¿Qué pasa? Habla ahora.
NATALIA (voz en off) -"Paren todo, se terminó".
MARCEL: ¿Que se terminó?
NATALIA: No hay caso. Nadie va a ir a juicio.
VERONICA: Pero ¿cómo?
MARCEL: ¿Estás segura?
NATALIA: 100% segura. Tenemos mucha suerte. Al final localizamos
al jefe del técnico de Hacienda que detectó el fraude. Un hombre
razonable, dispuesto a escuchar propuestas, y digamos que... nos
entendimos. Vamos a tener que reconocer su ayuda. Tenemos que
darle un poco de dinero, pero a cambio va a modificar el informe para
que el fraude sea inferior a 120000 euros y así no haya delito de
cárcel. Hay que pagar una multa. Lo más importante: el juez no va a
tener nada para decir sobre el tema. Es fundamental que todo siga
como hasta ahora. El lunes como si nada, seguimos con los
proyectos en marcha, reuniones, llamadas, como siempre, ¿Me
escucharon?
MARCEL: Gracias. Más tarde te llamo.
JOSE: Bueno, buenas noches. Si no necesitan nada más de mí, nos
vemos el lunes.

FIN

También podría gustarte