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Lectura: Lupia 2016. Uninformed.

Why people know so Little about politics and what


we can do about it

Capítulo 3: Tres definiciones


En este capítulo se definen tres términos: información, conocimiento y competencia, y sus
relaciones entre sí.
A) Conocimiento es memoria
El conocimiento es un atributo de la memoria. Es la capacidad de recordar atributos de objetos y
conceptos y las relaciones entre ellos. El conocimiento que cada uno de nosotros tiene proviene
de nuestros recuerdos de experiencias pasadas y de cómo conectamos estas experiencias entre sí.
Cuando un educador trata de aumentar los conocimientos de una persona, en realidad está tratando
de hacer que la persona tenga recuerdos nuevos o diferentes. Un segundo atributo del
conocimiento es que es factivo. Un tercer atributo del conocimiento es que hay diferentes tipos.
Podemos distinguir entre una memoria declarativa y no declarativa (recursos de habilidades y
procedimientos, que se acumula lentamente mediante repetición). Los recuerdos declarativos y
no declarativos constituyen, en conjunto, el conocimiento que se tiene de la política.
B) La información es lo que transmiten los educadores
Una distinción importante entre la información y el conocimiento es que los educadores tienen
un control más directo sobre la información que transmiten que sobre el conocimiento que otros
pueden obtener de esa información. Es la combinación del contenido de la información y el
procesamiento de la información por parte del posible alumno que afecta a que la información del
educador se convierta en el nuevo conocimiento del alumno. Los educadores no tienen ningún
control directo sobre el procesamiento de la información de los futuros alumnos. Por lo tanto, los
educadores sólo tienen una capacidad indirecta para influir en los conocimientos de los demás.
Defino la información como un medio para transmitir atributos de observaciones, datos e ideas.
Al igual que otras definiciones, la de este libro define la información como "el conocimiento o la
'noticia' de algún hecho o acontecimiento; la acción de contar o el hecho de que te cuenten algo.
Para aumentar el conocimiento y la competencia, el atributo clave de la información es que puede
ser comunicada de una persona a otra.
Aunque esta definición ofrece un punto de partida, deja fuera una propiedad de la información
con la que muchos educadores tienen que lidiar: la información no tiene por qué ser fáctica. Si,
por ejemplo, una persona cree que el azul es el mejor color, esta afirmación es información. Esta
información puede almacenarse en la memoria. Puede transmitirse a otros. Pero no tiene por qué
ser cierta. Muchas observaciones, datos e ideas que se manifiestan como información son en
realidad representaciones erróneas o potencialmente desagradables.
En algunas circunstancias, dar información a una persona aumenta sus conocimientos y su
competencia. En otras circunstancias, proporcionar información no tiene ese efecto. Además,
ciertos tipos de información pueden reducir la capacidad de las personas para realizar una tarea.
Numerosos investigadores han descubierto que cuando a los miembros de grupos históricamente
oprimidos se les dice que otros miembros de su grupo han sacado malas notas en una prueba
concreta, posteriormente obtienen peores resultados en las pruebas que sujetos similares a los que
no se les da esa información.
Así que la información puede ser falsa y la información no tiene por qué ser útil. Sin embargo, el
aumento del conocimiento requiere información. ¿Cómo puede tener este efecto la información
si puede ser falsa o inútil?
Podemos responder a esta pregunta, al menos en parte, distinguiendo entre información y
conocimiento. Un primer punto de distinción es que la transmisión de información de una persona
a otra es necesaria para que esta última aumente sus conocimientos. Pero la transmisión de
información es sólo un paso en el proceso de creación de conocimiento. Un educador puede
transmitir información a una persona en un intento de aumentar sus conocimientos, pero la
información es todo lo que el educador transmite directamente. Es incorrecto decir que un
educador transmite directamente conocimientos. Aumentar los conocimientos de otra persona es
una consecuencia potencial de la transmisión de información a esa persona, pero el aumento de
los conocimientos no es una consecuencia automática o incluso frecuente del suministro de
información. La información puede ser incorrecta, distraer o simplemente ser ignorada. Por lo
tanto, un problema persistente para los educadores es determinar qué tipos de información pueden
ofrecer un valor real a los destinatarios. Aquí es donde la relación entre información y
competencia adquiere relevancia.
C) La competencia existe con respecto a una tarea y un criterio evaluativo.
El Webster's New Collegiate Dictionary define a una persona como competente si tiene "la
capacidad o las cualidades necesarias o adecuadas". Decir que una persona es competente es decir
que es competente en algo. En otras palabras, la competencia es con respecto a una tarea.
Mi atención se centra en las competencias en el ámbito político o de la política. Me refiero a estas
habilidades como competencias cívicas. Una competencia cívica se refiere a la capacidad de un
ciudadano para llevar a cabo tareas bien definidas en roles como el de votante, jurado, burócrata
o legislador.
Muchos educadores están motivados por la creencia de que aumentar ciertos tipos de competencia
cívica añade valor a las sociedades en las que viven. Los educadores suelen querer que el público
aplique ciertos tipos de conocimientos a ciertos tipos de tareas. Por tanto, cuando describo lo que
hacen los educadores y cómo pueden ser más eficaces, me refiero a los esfuerzos de los
educadores por:

• proporcionar información a los futuros alumnos


• como medio para aumentar sus conocimientos
• de manera que ayuden a los futuros alumnos a alinear sus creencias o comportamientos
con un criterio de competencia, es decir, un determinado conjunto de hechos y valores
que se consideran "mejores" para los futuros alumnos o una comunidad a la que
pertenecen.
Los educadores pueden afirmar que sus esfuerzos son valiosos para los futuros alumnos si el
aumento de la competencia en estas tareas es algo que ellos o sus comunidades valoran. Si hay
tareas mesurables, se puede medir si los individuos tienen conocimientos suficientes para lograr
los objetivos. Se mide mediante criterios que evalúan la eficacia. Unos criterios de competencia
claramente establecidos pueden centrar el esfuerzo de un educador.
Capítulo 5: La lógica de la competencia
Este capítulo aclara la relación lógica entre los tipos de información que puede transmitir un
educador y la competencia en los tipos de tareas que realizan las personas. Los términos necesidad
y suficiencia describen relaciones lógicas entre dos o más elementos. Los educadores que
entienden estos términos pueden distinguir mejor la información que aumenta las competencias
deseadas de la que no tiene ese poder.
X es una condición necesaria para Y si Y sólo puede ocurrir después de que ocurra X. X es una
condición suficiente para Y si la ocurrencia de X significa que Y también debe ocurrir. Si se da el
caso de que X ocurre si y sólo si ocurre Y, entonces X es una condición necesaria y suficiente
para Y.
Si la capacidad de una persona para recordar un hecho específico es una condición necesaria para
la competencia en una tarea concreta, los educadores que quieran hacer posible la competencia
deben asegurarse de que la gente recuerde este hecho. Si la capacidad de la persona para recordar
el hecho es suficiente para la competencia, entonces la información que permite el recuerdo
también puede aumentar la competencia. Si la capacidad de recordar un hecho específico no es
necesaria ni suficiente para la competencia, entonces ofrecer esta información no producirá los
beneficios que acabamos de mencionar.
En este capítulo, utilizo los conceptos de necesidad y suficiencia para aclarar qué tipos de
información son más (y menos) capaces de aumentar el conocimiento y la competencia.
A) Los datos indican qué información es necesaria para la comunicación
Muchos críticos utilizan la incapacidad de la gente para recordar instantáneamente los nombres
de las figuras políticas, los atributos de las políticas públicas o determinados acontecimientos
históricos como base probatoria para hacer amplias generalizaciones sobre la incompetencia. Tres
aspectos de la ignorancia de los votantes merecen especial atención. En primer lugar, los votantes
no sólo desconocen cuestiones políticas concretas, sino la estructura básica del gobierno y su
funcionamiento. Esto sugiere que los votantes no sólo no pueden elegir entre programas políticos
específicos que compiten entre sí, sino que tampoco pueden asignar con precisión el crédito y la
culpa de los resultados políticos visibles a los titulares de los cargos adecuados. Este tipo de
críticas ignoran el hecho de que, en muchos aspectos de la vida, las personas utilizan diferentes
tipos de memoria e información para fundamentar sus decisiones.
A las preguntas que miden componentes específicos de la memoria declarativa las llamamos
preguntas de recuerdo. Existe la suposición de que la capacidad de una persona para recordar los
tipos de preguntas formuladas en las encuestas es una condición necesaria para tener un
conocimiento más amplio de un tema determinado o competencia en una tarea determinada. Sin
embargo, muchas de las preguntas de recuerdo más citadas miden el conocimiento de hechos que
no son necesarios ni suficientes para aumentar la competencia de los ciudadanos incluso en tareas
muy sencillas.
Para muchas decisiones políticas no existe un único conjunto de hechos que sea necesario para la
competencia. En cambio, las personas toman decisiones competentes utilizando diferentes tipos
de conocimientos. Los recuerdos no declarativos son una de las vías de acceso a la competencia.
Las señales proporcionan una vía diferente y son una razón muy común por la que la capacidad
de recordar un hecho concreto es innecesaria para importantes tipos de competencia.
Un indicio es un elemento de información que puede sustituir a otra información como base de la
competencia en una tarea concreta. Es un atajo de información, una forma sencilla de hacer
inferencias complejas.
En muchos casos, los educadores pueden aumentar su eficacia comprobando si existen otras vías
de acceso a la competencia, tal vez más eficaces. Para muchos temas políticos, los indicios
proporcionan estas rutas. Un indicio común en los contextos políticos es la identificación del
partido. Para muchas personas, saber si un candidato es demócrata o republicano puede ayudarles
a emitir los mismos votos que habrían emitido si tuvieran acceso a pistas suficientemente
informativas o conocieran muchos más datos relevantes sobre los candidatos.
Dado que a menudo existen indicios eficaces para las elecciones políticas, suele ser falso afirmar
que el desempeño competente en las tareas políticas requiere el conocimiento de "todos los
hechos". La competencia es la capacidad de realizar una tarea con respecto a un criterio concreto.
Por lo tanto, aunque la competencia suele requerir el recuerdo de algunos hechos, la presencia de
pistas y la eficacia potencial de los recuerdos no declarativos hacen innecesaria la memoria
declarativa de muchos hechos para la mayoría de los tipos de competencia.
B) ¿Qué información es suficiente para la competencia?
Conocer todos los datos es innecesario para muchos tipos de competencias. Los educadores que
distinguen entre la información suficiente y la insuficiente para una competencia deseada pueden
aumentar esa competencia de forma más eficaz y eficiente.
¿Qué información es suficiente para ser competente? El efecto de casi cualquier información
sobre la competencia de un individuo depende de lo que éste ya sepa. Lo que la gente aprende de
la nueva información depende de lo que ya sabe y cree.
Los experimentos de McKelvey y Ordeshook mostraron una gama inesperada de condiciones en
las que (a) los votantes desinformados votan de forma competente, y (b) los resultados de las
elecciones son idénticos a los que se habrían obtenido si todos los votantes estuvieran
suficientemente informados. Este tipo de hallazgos ha hecho que se reconsidere el papel de los
indicios en la política.
Investigaciones posteriores identifican muchas condiciones en las que las personas saben lo
suficiente para elegir las pistas que les ayudan a tomar las mismas decisiones que habrían tomado
si supieran mucho más y si trataran de utilizar esa información para actuar de forma coherente
con determinados valores. 19 Esta investigación demuestra que, cuando la información sobre la
calidad de los indicios es más fácil de adquirir que la información sobre las políticas, los votantes
que parecen no estar informados pueden emitir los mismos votos que habrían emitido si hubieran
tenido acceso a una información muy detallada. 20 En conjunto, descubrimos que el umbral de
conocimiento para votar de forma competente es más bajo de lo que muchos de los llamados
críticos de la ignorancia pública habían conjeturado. En lugar de tener que disponer de
información detallada sobre todas las consecuencias de sus elecciones, puede ser suficiente que
el votante sepa lo suficiente para elegir bien qué pistas utilizar.
Los politólogos Paul Sniderman y John Bullock han demostrado cómo las reglas y normas
electorales afectan a las necesidades informativas asociadas al voto:
En las democracias representativas, los ciudadanos no eligen directamente las alternativas. Sólo
pueden elegir entre las alternativas del menú de opciones que se les presenta. Ese menú se
simplifica, se coordina y se defiende sobre todo a través de la competencia electoral entre los
partidos políticos. En consecuencia, afirmamos que los ciudadanos de las democracias
representativas pueden coordinar sus respuestas a las opciones políticas en la medida en que
las propias opciones están coordinadas por los partidos políticos.
En otras palabras, Sniderman y Bullock citan la competencia entre partidos políticos como un
factor que produce señales eficaces. Para ver por qué la competencia partidista tiene este efecto,
es útil saber que la mejor manera de obtener un cargo electivo en muchas sociedades democráticas
es ser el candidato oficial de un partido político importante. (ej: EEUU es difícil ser elegido si no
eres del PD o el PR. Esto ocurre, en parte, porque a muchos ciudadanos les resulta difícil entender
lo que harían estos candidatos si fueran elegidos. Los candidatos que representan a un partido
importante, en cambio, son más fáciles de asociar con las posiciones que probablemente seguirán
cuando ocupen el cargo.).
Una de las razones por las que conocer la identificación partidista de un candidato puede ser tan
valioso es que, una vez que los partidos obtienen el control de una legislatura o de un cargo
ejecutivo, tienen importantes incentivos colectivos para gobernar de forma que protejan y mejoren
la "marca" del partido. Con estos incentivos de lealtad, el conocimiento de la identificación
partidista de un candidato puede ser una pista poderosa para los votantes.
Para aumentar la competencia, el contenido de un indicio debe ser suficiente para ayudar al
votante a diferenciar lo que haría y lo que no haría si conociera otra información suficiente para
votar de acuerdo con el criterio de competencia pertinente. Es posible que los educadores tengan
que enseñar algo más que las claves partidistas comúnmente utilizadas para alcanzar los niveles
de competencia deseados.
La pregunta correcta no es si los indicios siempre (o nunca) producen decisiones competentes,
porque sabemos que la respuesta a ambas preguntas es "no". La pregunta constructiva que hay
que hacer es: "¿En qué condiciones son necesarias o suficientes las pistas para tomar decisiones
competentes?"
C) ¿Cuánta información requiere la competencia colectiva?
En ocasiones, un educador busca ayudar a un grupo a tomar una "mejor" decisión con respecto a
un criterio de competencia. Para aclarar la relación entre la información y la competencia en estos
contextos, consideremos un ejemplo sencillo. En caso de un referéndum, supongamos que la
elección de un electorado es competente si es la misma elección que la mayoría habría hecho si
todos los electores conocieran un conjunto concreto de hechos muy destacados sobre las
consecuencias de la elección.
¿Hasta qué punto son competentes los electores para tomar tales decisiones? La respuesta a esta
pregunta está fuertemente influenciada por el hecho de que la votación típica ofrece una opción
binaria. Un electorado competitivo sólo necesita averiguar cuál de las dos alternativas es mejor
que la otra con respecto al criterio. Visto así, nuestra pregunta de competencia se convierte en
"¿Puede el electorado elegir la mejor de las dos alternativas?".
El Teorema del Jurado de Condorcet Generalizado afirma que si cada votante de un electorado
tiene más probabilidades de hacer una elección correcta que de no hacerla, entonces, a medida
que el número de votantes aumenta hasta el infinito, la probabilidad de que la mayoría haga la
elección correcta llega al 100%. La aparente magia del Teorema del Jurado se basa en la
suposición de que todos los votantes, por término medio, tienen más probabilidades de acertar
que de no hacerlo, que cualquier error de los votantes se produce al azar y que los errores no están
causados por un factor común. Si grandes segmentos del electorado son llevados fácil o
sistemáticamente a votar en contra de sus intereses, entonces la competencia agregada del grupo
está en peligro.
No es necesario que todos los miembros de un grupo estén bien informados, tengan muchos
conocimientos o sean individualmente competentes para que un elec- torado en su conjunto tome
decisiones competentes. Saber esto puede ayudar a los educadores a aumentar las competencias
importantes con mayor eficacia. En otras palabras, los educadores que tratan de mejorar la
competencia de un grupo pueden no necesitar proporcionar la misma información a todos los
votantes. Por supuesto, este ejemplo se centra en la competencia con respecto a una sola cuestión.
Si la información en cuestión aumenta otras competencias valiosas, entonces puede haber buenas
razones para proporcionar más información común a más miembros del grupo.
D) El problema del martes
En muchos casos, algunas personas tienen problemas que quieren resolver y otras tienen
información que quieren dar. Las personas que dan información a otros tienen diversos motivos.
Por desgracia, muchas personas que dan información por motivos generosos se equivocan sobre
el tipo de información que valoran los demás. A veces la gente da a otra información que no
quieren o no necesitan. En educación, los motivos deseables no tienen por qué producir resultados
deseados.
Ideas principales:
• Es necesario disponer de cierta información para obtener conocimientos.
• Muchos tipos de información no son útiles para obtener ciertos tipos de conocimiento.
• Algunas informaciones son falsas.
• El conocimiento es un atributo de la memoria.
• Una persona puede ser competente en muchas cosas y a la vez ser ignorante en muchas
otras.
• Si una información es necesaria para la competencia, ningún otro indicio es suficiente
para sustituirla.
• En muchos casos, una información concreta no es necesaria para la competencia.
• Los educadores pueden transmitir directamente la información, pero no el conocimiento.
El conocimiento proviene de una combinación del contenido de la información y de la
forma en que el posible alumno procesa la información.
• La forma en que las personas procesan la información depende de lo que ya saben. Una
información que es suficiente competencia de una persona puede no tener ningún efecto
sobre la competencia.
• Si las personas tienen diferentes tipos de conocimientos previos, el aumento de la
competencia puede requerir dar diferentes tipos de información a diferentes personas.

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