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KAREN PITTI
RELIGIÓN Y FILOSOFÍA.
La Filosofía tiene sus cuestionamientos sobre el mundo que nos rodea, se presentan 2 formas:
la materialista, que es lo que se ve; y la idealista, que es lo que no se ve, y es en lo que está
basada la Biblia.
- EL RENACIMIENTO Y HUMANISMO.
El Renacimiento fueron 100 años de grandes cambios en todo los campos de la cultura
europea, que dieron origen a las ideas que van a encontrar el Claro Medieval. Sumados a
sus filas, hay una gran cantidad de hombres como Maquiavelo, Erasmo, Toma Moro,
Lutero, entre otros; que revivieron el pensamiento científico y se atrevieron a dudar de las
ideas de la Iglesia, con base a pensamientos humanistas, y que a la vez fueron reprendidos
por esta.
FILOSOFÍA Y EL ARTE.
Dentro del arte griego y romano, tanto en las pinturas como las esculturas, se relacionaban
con la Mitología y la situación política de la época. El arte para los griegos, significaba saber
hacer, mientras que Aristóteles lo definió como la capacidad para producir cualquier objeto,
orientada por la razón, que hoy en día se denomina como técnica.
La filosofía y el arte han ido de la mano, desde tiempos muy remotos, de un modo intuitivo, se
cree que el verdadero artista está vinculado con el verdadero filósofo.
La obra de arte, proporciona al pensamiento una imagen pura y definida del mundo interior,
gracias a esta imagen, la mirada penetra más allá de las apariencias con el entendimiento del
fenómeno y el filósofo se encuentra en contacto con la esencia íntima de las cosas.
El filósofo Arthur Schopenhauer nos dice que, “toda obra de arte se dirige propiamente, a
mostrarnos la vida y las cosas tal como son en realidad, pero esta realidad no todos pueden
comprenderla inmediatamente porque se halla cubierta por el velo de los accidentes, objetivos
y subjetivos”, y el arte levanta este velo.
Las múltiples esferas a las que los objetos o fenómenos van a pertenecer o pertenecen, dio
origen a que se tenga que hacer necesariamente una clasificación de los diferentes tipos de
conocimientos científicos en diversos grupos. Debido a esto, hoy en día se habla de ciencias y
no de una única ciencia.
Las ciencias se van a definir y diferenciar entre sí, ya sea por su objeto, al cual se van a
interesar; así como también por su método, la metodología utilizada; y sus objetivos, es decir,
el fin que persigue cada tipo de ciencia.
Carl G. Hempel, nacido en 1905 en Alemania, fue un gran empirista lógico y epistemólogo, se
dedicó a la clasificación de las ciencias, ofreciendo una división de estas.
- CIENCIAS FORMALES.
Se refieren a objetos ideales, temporales, como pueden ser los números, las figuras
abstractas. Su modo de poner a prueba los enunciados que proponen, es por medio de la
demostración, es decir, la verificación sobre aquella teoría o hipótesis planteada de las
diferentes pruebas que se pueden establecer, llamadas pruebas demostrativas.
Estableciendo como criterio de verdad, la coherencia entre las proposiciones.
Se refieren a los fenómenos del mundo en el que vivimos, es decir, a fenómenos reales,
como pueden ser los humanos, los animales, incluso los pequeños organismos como las
amebas o protozoos. La condición más importante de las ciencias fácticas, es la
experiencia.
La filosofía se puede entender de dos maneras, por un lado, a una especie de filosofía aplicada
a la política, como hay filosofía de la ciencia o filosofía del arte, etc., una filosofía general que
luego se aplica a distintos campos o aspectos de la realidad de la vida social; y por otro lado, en
cierto modo más radical, en donde la política no es una esfera aplicada de la filosofía, sino que
es la condición misma, de posibilidad de la filosofía.
En principio de los orígenes, Sócrates entendía que lo que hacía (antes de ser condenado a
muerte por la ciudad democrática), enseñar a jóvenes sobre filosofía y política, era a la vez una
actividad de pensamiento, de reflexión, cuestionamiento crítico, la dialéctica, la conversación,
la argumentación racional, y al mismo tiempo una actividad cívica de hacer mejores
ciudadanos, no para ser disociados.
En la obra política de Platón, El mito de la caverna, explica que, es el sabio el que sale de la
caverna, siendo esta la ciudad democrática donde vive la muchedumbre en las sombras de sus
opiniones, sus pensamientos confusos, el sabio ve la luz, pero después de saber, conocer,
contemplar la verdad, regresa a la caverna y trata de persuadir a los prisioneros de ésta, para
que salgan de su estado de tinieblas y vean la luz. Es decir, lo que hace primero Platón, es
separar al filósofo de la ciudad, y luego presentar al filósofo como guía de la ciudad; es la
utopía del filósofo rey.
Esta es la tradición que ha dominado en Occidente, la idea de que tienen que gobernar los
sabios, y se logra mantener hasta el siglo XIX, pero a partir de éste, se produce una crisis.
La filosofía no puede ejercerse aislado al mundo, ni la política puede concebirse al margen del
debate público, la confrontación de las opiniones, la argumentación racional, etc., es decir que,
es bueno para la política que haya un debate público, que el pensamiento sea una actividad
cívica, y es bueno para la filosofía que esté implicada en los debates públicos.