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Investigación y terapia del comportamiento 135 (2020) 103732

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Investigación y terapia del comportamiento

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Editorial

Memorias de 100 años de investigación del condicionamiento del miedo humano y expectativas para su futuro T

RESUMEN

Este número especial celebra el centenario del estudio Little Albert, publicado en febrero de 1920, que marcó el nacimiento de la investigación sobre el condicionamiento del miedo humano.
La colección de artículos en este número especial ofrece una instantánea del floreciente estado de este campo en la actualidad. En este editorial, primero rastreamos las raíces históricas del
campo y luego proporcionamos un análisis conceptual de las muchas formas en que el condicionamiento del miedo humano se usa actualmente en la teoría y el desarrollo del tratamiento, con
especial referencia a las contribuciones en este número especial. Ivan P. Pavlov supuestamente afirmó que "si quieres nuevas ideas, lee libros antiguos". No podríamos estar más de acuerdo;
Estamos convencidos de que rastrear las raíces de nuestro campo ilumina las tendencias actuales y contribuirá a dar forma a nuevas direcciones para los próximos 100 años de investigación.

1. Introducción
El estudio de Little Albert fue el primer experimento de condicionamiento del miedo
jamás realizado en un sujeto humano. Como mostraremos más adelante, este único
experimento con un solo sujeto y solo mediciones crudas fue pionero en los principios de
la psicopatología experimental y la terapia conductual. Pasarían varias décadas más
antes de que estos dos dominios adquirieran fuerza, pero los principios básicos ya se
detallaron en una serie de artículos en las décadas de 1910 y 1920 por John Broadus
Watson, autor principal del estudio Little Albert. También tuvo un enorme impacto en la
psicología experimental al convencer a sus colegas investigadores de que cambiaran
sus métodos y objetivos, y al mismo tiempo sentó las bases para la psicología aplicada
basada en el laboratorio. Los elementos de su enfoque de la psicología, que él acuñó
como conductismo, siguen siendo la corriente principal hoy en día, aunque muchos
psicólogos dudarían o se negarían a identificarse como tales. Pero cualquiera que
practique la psicología experimental o el tratamiento de exposición está siguiendo los
pasos de John B. Watson. Esto incluye a los investigadores que se centran en los
mecanismos cerebrales. Justificaremos estos
afirmaciones a continuación, pero echemos un vistazo más de cerca primero al estudio
que cambió la cara de la psicología.
2. Cómo Albert se asustó de las ratas
Un niño pequeño llamado Albert no mostró signos de miedo cuando se enfrentó a
una variedad de estímulos, incluidos una rata, un conejo, un abrigo de piel o incluso un
periódico en llamas. Una de las pocas cosas que molestó al pequeño Albert fue un fuerte
ruido metálico. John B. Watson y Rosalie Rayner aprovecharon estas diferencias en la
reactividad emocional para probar la posibilidad de condicionar las reacciones
emocionales. Para hacerlo, pusieron la rata frente a Albert y luego produjeron el ruido
metálico golpeando un martillo en una barra de acero suspendida.
La primera sesión experimental contenía dos parejas de la rata y el ruido fuerte. Una
semana más tarde, Albert mostró algún signo de miedo cuando se expuso a la rata sola
("... al principio sin tendencia a alcanzarla", Watson & Rayner, 1920, p. 4). Después de
cinco emparejamientos más en esa sesión, la exposición a la rata sola provocó una
fuerte reacción de miedo, como se indica en las notas experimentales: “En el instante en
que se mostró la rata, el bebé comenzó a llorar. Casi al instante, giró bruscamente hacia
la izquierda, cayó sobre el lado izquierdo, se puso en cuatro patas y comenzó a
arrastrarse tan rápido que fue atrapado con dificultad antes de llegar al borde de la mesa”.
(Watson y Rayner, 1920, pág. 5). Cuando se le presentaron bloques de juguete, por otro
lado, Albert estaba tranquilo e interactuaba de manera lúdica. Esto indicó que el fuerte
sonido metálico no indujo un estado de ansiedad crónica en Albert. Su miedo recién
aprendido era específico de la rata, o eso parecía.
Watson y Rayner plantearon la hipótesis de que las reacciones de miedo condicional
se extenderían más allá del estímulo condicional (la rata).2 Investigaron esta hipótesis
empleando un procedimiento de prueba de generalización, en el que, después de cinco
días, expusieron a Albert a la gama de estímulos de la medida de referencia del
preacondicionamiento (conejo, abrigo de piel, etc.). La mayoría de los estímulos ahora
también provocaban las reacciones de miedo. Una repetición de la misma prueba 5 días
después arrojó resultados similares. Inmediatamente después de la última prueba, el
perro y el conejo se emparejaron con el ruido fuerte por primera vez, seguido de otra
ronda de pruebas de generalización en un contexto diferente (una sala de conferencias
bien iluminada, en lugar de la sala del laboratorio a oscuras). . En este nuevo contexto,
las reacciones de miedo eran más débiles pero aún perceptibles ante los estímulos
condicionales originales y nuevos. Las pruebas de seguimiento después de un mes aún
mostraban signos de miedo a la rata ya los demás estímulos. Watson y Rayner
concluyeron (p. 12; cursiva agregada): “Estos experimentos parecen mostrar de manera
concluyente que las respuestas emocionales directamente condicionadas, así como las
condicionadas por la transferencia, persisten, aunque con cierta pérdida en la intensidad
de la emoción”.

2
Watson, Rayner y sus contemporáneos solían utilizar los términos "condicionado" e "incondicionado" para denotar los diferentes estímulos y respuestas en la situación de condicionamiento.
Sin embargo, se ha señalado que se trata de una traducción inexacta del texto original en ruso (Todes, 2014). La traducción correcta habría sido 'condicional' e 'incondicional', que capta más
directamente la observación central del condicionamiento: un estímulo llega a provocar una respuesta condicionalmente al haber sido emparejado con un estímulo que incondicionalmente
provoca una respuesta dada. Para mayor corrección, usamos los términos 'condicional' e 'incondicional' en todas partes, excepto en las citas y en las referencias directas a los títulos de los
artículos.

https://doi.org/10.1016/j.brat.2020.103732

Disponible en línea el 18 de septiembre de

2020 0005-7967/ © 2020 Elsevier Ltd. Todos los derechos reservados.
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Editorial
reacción, durante un período superior a un mes. Nuestra opinión es que persisten y
modifican la personalidad a lo largo de la vida”.
Dado que el miedo recién condicionado no desaparecía por sí solo, Watson y
Rayner abogaron por la necesidad de métodos activos que pudieran eliminar dicho
miedo. Todos estaban listos para probar una serie de métodos, pero Albert fue
adoptado y abandonó el hospital antes de que pudieran llevar a cabo los experimentos
previstos. En la sección de Discusión del documento de 1920, dieron generosamente
sus ideas para tales métodos, que incluyen (1) exposiciones repetidas a la rata, (2)
emparejar a la rata con recompensas positivas, (3) comportamientos de acercamiento
estimulantes hacia la rata y (4) modelado de interacciones sin miedo con la rata. No
se necesita mucho para reconocer los ingredientes clave de la terapia cognitiva
conductual moderna para reducir el miedo y la ansiedad. Además, y como se ilustra
en este número especial, estos métodos propuestos continúan figurando entre los
temas más populares en el campo del condicionamiento del miedo humano (extinción,
contracondicionamiento, acercamiento-evitación, aprendizaje social).
Unos años más tarde, Watson pudo probar los métodos propuestos en
colaboración con Mary Cover Jones, quien se había graduado de Vassar College,
Baltimore, el mismo año que Rosalie Rayner, coautora de Watson en el estudio Little
Albert. Por recomendación de Rayner, Mary Cover Jones había asistido a una
conferencia de fin de semana de Watson en la Universidad de Columbia, Nueva
York, en 1919, tras lo cual decidió embarcarse en estudios de posgrado en psicología
con el objetivo de probar los métodos propuestos para eliminar los miedos en los
niños. Los resultados aparecieron en dos artículos de 1924 (Jones, 1924a,b), uno de
los cuales informaba del caso de Little Peter, que tenía miedos muy similares a los
instalados en Little Albert. Con gran ojo para los detalles y la sistematicidad, probó
los diferentes métodos y registró los índices de comportamiento del progreso de
Peter durante estas sesiones de exposición. El contracondicionamiento demostró ser
la técnica más eficiente en este caso. Curiosamente, también informó de un caso de
restablecimiento avant la lettre cuando el miedo a las ratas de Peter volvió después
de haber sido atacado por un perro (como se indica en el punto b en el gráfico de la
página 465 y se aclara en el texto principal de la página 466). ; Jones, 1924a).
La ambición traslacional del campo del condicionamiento del miedo humano
tiene sus raíces en estos dos estudios fundamentales sobre Little Albert y Little Peter.
El estudio de Little Albert tradujo efectivamente los principios del condicionamiento
pavloviano de los reflejos salivales en los perros a las reacciones emocionales en un
niño humano. Watson consideró esta traducción entre especies como uno de los
objetivos centrales de la psicología: "El hombre y el animal deben colocarse lo más
cerca posible de las mismas condiciones experimentales".
(Watson, 1913, pág. 252). Este enfoque todavía se sigue en muchos estudios
actuales que prueban hipótesis del laboratorio de roedores en el condicionamiento
del miedo humano. El estudio de Little Peter, por otro lado, brindó un ejemplo
temprano de traducción del laboratorio a la clínica en el que los principios del
laboratorio se prueban en un entorno aplicado con el objetivo de optimizar el
tratamiento basado en la evidencia. Para Watson, el tratamiento es psicología
experimental aplicada y los clínicos son practicantes de principios científicos.
El estudio de Little Albert y los puntos de vista de Watson presagiaron la
psicopatología experimental como un campo de investigación psicológica: “El interés
[del psiquiatra] está principalmente en el paciente y no necesita ser particularmente
científico. El psicólogo, por otro lado, no puede darse el lujo de descansar hasta que
controle sus fenómenos, hasta que no solo pueda producir [respuestas desadaptativas]
y estudiar las leyes de su producción, sino también reducirlas y romperlas a voluntad
y aprender los principios con los que se basan. trolling su reducción. Debe encontrar
un procedimiento uniforme que permita al menos una reproducibilidad aproximada
de sus resultados. En general, debe tener sus fenómenos bajo tal control que pueda
observar su comienzo, curso y final”. (Watson & Morgan, 1917, p. 168, cursiva
agregada).
Es casi increíble que un solo experimento con un solo participante fuera tan
innovador a la luz de los enfoques contemporáneos del tratamiento clínico y la
investigación traslacional. Y hubo incluso más que eso: el estudio de Little Albert3
también tuvo amplias implicaciones teóricas .
2
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3. Reacciones emocionales condicionadas
Es interesante que Watson y Rayner no titularon su artículo de 1920 “El caso del
pequeño Albert” o “Un modelo de laboratorio del miedo”.
En su lugar, eligieron “Reacciones emocionales condicionadas”. Es posible que este
título normalmente no llame mucho la atención, pero fue acertado.
En ese momento, el campo de la psicología estaba dominado por el método de
introspección de Wundt. Este método se basó en sujetos entrenados en el método
introspectivo para observar e informar sus propias reacciones conscientes a
situaciones externas. Un estudio consistió, por ejemplo, en sujetos entrenados que
vieron imágenes de diferentes tonos de gris e informaron cómo estos provocaban
atributos de sensación aislables, como calidad, extensión, duración, intensidad,
claridad, etc. (ver Watson, 1913, pp. 249-250 ).
Watson criticó este método por tres motivos. En primer lugar, no estaba de acuerdo
con que la psicología experimental debería apuntar a analizar los estados conscientes
en elementos aislables introspectivamente. Más bien, afirmó, “su objetivo teórico es
la predicción y el control de la conducta” (Watson, 1913, p.
248). La relevancia de la psicología para otros campos científicos y la sociedad no
vendrá de la introspección interminable de las propias impresiones conscientes. En
cambio, requerirá identificar las variables que predicen y controlan el comportamiento
de manera confiable. Al condicionar las reacciones emocionales, Watson mostró
cómo incluso los fenómenos más íntimos, nuestras emociones, están sujetos al
control ambiental. Además, este enfoque arroja luz sobre el mecanismo que genera
estas emociones, en lugar de proporcionar un inventario interminable de sus
apariencias.
La segunda crítica de Watson al método de introspección fue que las réplicas
eran prácticamente imposibles. Las diferencias en los resultados entre experimentos
idénticos siempre pueden deberse a diferencias en el dominio del método introspectivo
por parte de los sujetos entrenados en el laboratorio de uno. O, como dice Watson:
“Si fallas en reproducir mis hallazgos, no se debe a alguna falla en tu aparato o en el
control de tu estímulo, sino a que tu introspección no está entrenada… El ataque es
hecho sobre el observador y no sobre el escenario experimental.”
(Watson, 1913, pág. 249). Al confiar en comportamientos objetivamente observables,
por otro lado, la replicabilidad del condicionamiento de las reacciones emocionales
es comprobable: "La psicología, tal como la ve el conductista, es una rama
experimental puramente objetiva de la ciencia natural" (Watson, 1913, p. 248).
La tercera crítica a Watson tenía que ver con la relevancia de la psicología como
disciplina científica y aplicada. ¿A quién le importan las impresiones conscientes
subjetivas de un sujeto entrenado que está viendo tonos de gris? Fuera del laboratorio
de Wundt, afirma Watson, prácticamente nadie. “El psicólogo es constantemente
preguntado por sus propios alumnos, así como por los médicos, educadores y
juristas: “¿Por qué no trabajas sobre las emociones? Son de más importancia en la
guía y el control del organismo humano que cualquiera de vuestros sutiles trabajos
sobre los umbrales. (Watson y Morgan, 1917, pág. 164). Al estudiar las reacciones
emocionales condicionales , esperaba aumentar la influencia de la psicología en la
ciencia y la sociedad. “Si la psicología siguiera el plan que sugiero, el educador, el
médico, el jurista y el hombre de negocios podrían utilizar nuestros datos de manera
práctica, tan pronto como podamos, experimentalmente, obtenerlos”. (Watson, 1913,
pág. 251).
4. La teoría de las emociones de John B. Watson
El estudio de Little Albert fue pionero en el campo de la psicopatología
experimental y desafió a los introspeccionistas, pero también sirvió para contrastar
diferentes teorías de la emoción. Watson y Morgan (1917) esbozaron las diferentes
perspectivas sobre la emoción que existían en ese momento.
3
Para obtener más información sobre el estudio de Little Albert y sobre la
historia de vida de su participante, remitimos al lector interesado a Beck,
Levinson y Irons (2009), Digdon, Powell y Harris (2014), Eelen y Vervliet
(2006) , Field y Nightingale (2009), Hermans, Boddez y Vervliet (2019), Powell,
Digdon, Harris y Smithson (2014).
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Editorial
Desde el trabajo de Charles Darwin se había convertido en la corriente principal que
compartimos expresiones emocionales con muchas otras especies y que incluso
nuestras emociones pueden haberse desarrollado a través de los principios de la
selección natural (Darwin, 1872). Watson y otros creían que al menos algunas emociones
básicas deben heredarse hasta cierto punto, pero quedaba la cuestión de con cuántas
emociones básicas nacemos. Existían entonces dos enfoques psicológicos diferentes
con respecto al problema de la emoción.
Edward Thorndike propuso que la mayoría de nuestras emociones se heredan.
Hizo todo lo posible para analizar todas las emociones humanas posibles y enumerar
con gran detalle las asociaciones de estímulo-respuesta que caracterizan estas
emociones (Thorndike, 1913).
Watson aplaudió este esfuerzo de analizar sistemáticamente las emociones humanas,
pero dudó de que fueran todas heredadas. Después de observar cientos de bebés en
su propio laboratorio (Watson & Rayner, 1921), Watson llegó a una conclusión diferente:
“Tenemos motivos para pensar que muchas de las reacciones que Thorndike considera
originales en la naturaleza del bebé son indudablemente el producto del medio
ambiente” (Watson & Morgan, 1917, p. 165). También cuestionó el enfoque metodológico
de Thorndike: “Dependiendo ciegamente de que las reacciones emocionales son
hereditarias, hemos puesto énfasis en tratar de enumerar los cientos de objetos y
situaciones que producen el centenar de reacciones emocionales, en lugar de tomar
emo ciones tal como las encontramos y tratando de ponerlas bajo control
experimental” (Watson & Morgan, 1917, p. 168). Una verdadera comprensión psicológica
de las emociones, según Watson, se basa en la capacidad de predecir y controlar estas
emociones.
Sigmund Freud adoptó un enfoque opuesto al de Thorndike.
Freud proporcionó una descripción muy parsimoniosa de las emociones, pero demasiado
limitada a los ojos de Watson (Watson & Morgan, 1917). La teoría de Freud destaca la
primacía de una sola emoción básica, a saber, el sexo (refraseada por Watson como
'amor'; la terminología actual sería 'deseo'). Todas las demás emociones se derivarían
posteriormente de esta única emoción básica (p. ej., el miedo puede derivar de la
aprensión de que un ser querido pueda desaparecer). En su propio análisis sistemático
de los comportamientos infantiles, Watson observó más expresiones emocionales y
discrepó con el único énfasis en la emoción del sexo. Además, el estudio de Little Albert
demostró que los miedos pueden desarrollarse a través de simples emparejamientos de
un estímulo neutral con un estímulo aversivo. “El miedo no adquiere su potencia de
ninguna manera derivada del amor. Pertenece a la naturaleza original y heredada del
hombre” (Watson & Rayner, 1920, p. 14). Además atacaron el método psicoanalítico
con una profecía irónica: “Los freudianos dentro de veinte años... cuando analicen el
miedo de Albert a un abrigo de piel de foca... a los tres años intentó jugar con el vello
púbico de la madre y fue regañada violentamente por ello. (De ninguna manera estamos
negando que esto podría
14).condicionarlo en algún otro caso)” (Watson & Rayner, 1920, p.
Watson ocupó una posición intermedia entre Thorndike y Freud.
Basándose en las observaciones de cientos de bebés en su propio laboratorio, afirmó la
primacía de tres emociones básicas en el bebé de las que se derivan todas las
emociones en la vida adulta: el miedo, el amor y la ira. Pero, “Se puede argumentar que
si estas tres reacciones emocionales son las importantes y que si los estímulos que las
provocan son tan simples y toscos como ahora suponemos que son, entonces nuestra
teoría de las emociones es superficial y evidentemente incapaz de preocuparse por la
enorme complejidad en el matiz de las reacciones emocionales en los adultos”. (Watson
y Morgan, 1917, pág. 168). Creía haber encontrado la respuesta en el mecanismo de
Pavloviano
acondicionamiento. Llegó a creer que a través del condicionamiento, un número
creciente de estímulos desencadena estas emociones y que a través del condicionamiento
por transferencia (generalización), las diversas emociones se combinan e interactúan
en una variedad cada vez mayor de estímulos que dan forma a la rica variedad de
experiencias emocionales.
El estudio de Little Albert desafió la hipótesis de Freud de que la emoción del miedo
se deriva simplemente del sexo y también desafió la hipótesis de Thorndike de que la
mayoría de las emociones de la vida adulta se heredan. En
3
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Según los ojos de Watson, el mecanismo del condicionamiento pavloviano (más la
transferencia/generalización) fue suficiente para explicar el desarrollo de todas las
emociones de la vida adulta a partir de un parsimonioso conjunto de tres emociones
heredadas: miedo, amor y rabia. Esta cruda teoría de la emoción obviamente está
desactualizada, y desde entonces se ha cuestionado el concepto de las emociones
básicas (Lange, Dalege, Borsboom, van Kleef y Fischer, 2020), pero supuso un
importante paso adelante en su momento. Esto demuestra aún más las implicaciones
generalizadas de este único estudio con un único participante para múltiples direcciones
de investigación psicológica.
5. El neurocientífico del comportamiento dentro de John B. Watson
Watson tenía un interés primordial en la biología animal y humana. El término
'Conductismo' parece sugerir que solo se preocupaba por estudiar las leyes entre los
estímulos y las reacciones externas , pero esto no es del todo cierto. De hecho, el
énfasis estaba en la psicología como una rama de las ciencias naturales y en el uso de
la metodología experimental para predecir y controlar el comportamiento. Pero su interés
también se extendió a las estructuras biológicas internas que hacen posible el
comportamiento, como la anatomía funcional de los músculos, las glándulas y el sistema
nervioso central. La biología humana ocupó un lugar destacado en su libro Behaviorism
(Watson, 1924), una colección de conferencias introductorias a la psicología conductista,
donde le dedicó dos capítulos completos. Abrazó los mecanismos biológicos en la
medida en que contribuyeron a la comprensión del comportamiento. Incluso en su propio
laboratorio, durante los intentos iniciales de establecer técnicas de condicionamiento
humano, aplicó una variedad de medidas psicofisiológicas, como el reflejo psicogalvánico
(similar a la respuesta de conductancia de la piel), el reflejo pupilar, el reflejo respiratorio
(reflejo respiratorio). parámetros volumétricos) y latidos del corazón (Watson, 1916).
Watson agradeció las contribuciones de la biología a la comprensión del
comportamiento, pero también desconfiaba de un énfasis demasiado limitado en el
sistema nervioso central: "¿Deberíamos nosotros, como conductistas, estar especialmente
interesados en el sistema nervioso central?" (Watson, 1924, pág. 43). Argumentó que el
sistema nervioso central no es más importante en la producción del comportamiento que
los músculos o las glándulas. Es solo una de las muchas partes de todo el organismo
que hacen posible el comportamiento: “Para el conductista, el sistema nervioso es, en
primer lugar, una parte del cuerpo, no más misteriosa que los músculos y las glándulas;
2º, es un mecanismo corporal especializado que permite a su poseedor reaccionar más
rápidamente y de una manera más integrada con los músculos o las glándulas cuando
recibe un estímulo dado de lo que sería el caso si no estuviera presente el sistema
nervioso”
(Watson, 1924, pág. 43). Hay muchas especies sin un sistema nervioso central que
ajustan su comportamiento adaptándose a su entorno.
Todo esto es comportamiento, hacia arriba y hacia abajo en la escala evolutiva. Watson
está de acuerdo en que el sistema nervioso central hace posibles patrones de conducta
más complejos, pero esto no es más esencial para la comprensión de la conducta que
los músculos y las glándulas.
Este audaz argumento sirvió para separar aún más la visión conductista de la
introspeccionista. “Para entender por qué hiere los sentimientos del introspectivo que el
conductista no ponga más énfasis en el cerebro y la médula espinal que en los músculos
rayados del cuerpo, los músculos simples del estómago, las glándulas, etc., debes
recordar que el sistema nervioso para el introspectivo siempre ha sido una caja
misteriosa: todo lo que no podía explicar en términos "mentales" lo metía en el cerebro.
Muchas de nuestras llamadas psicologías fisiológicas están llenas de imágenes bonitas
de esquemas del cerebro y la médula espinal”. (Watson, 1924, p. 43, cursiva agregada).
¿Podría ser esto más relevante hoy? En los últimos años, se ha reconocido cada vez
más que el atractivo seductor de las imágenes coloridas de las activaciones cerebrales
puede obstaculizar la ciencia rigurosa (Beck, 2010; Hopkins, Weisberg y Taylor, 2016;
Weisberg, Keil, Goodstein, Rawson y Gris, 2008). La trampa del introspectivo puede
haberse abierto una vez más. Dado que un solo patrón de actividad cerebral siempre
será compatible con múltiples teorías psicológicas, las interpretaciones psicológicas de
las activaciones cerebrales basadas en fMRI son necesariamente especulativas. Aún
así, son la regla y no la excepción. Esto amenaza con debilitar la psicología y
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Editorial
en última instancia, también la neurociencia: la neurociencia necesita una
experimentación conductual rigurosa (Krakauer, Ghazanfar, Gomez-Marin,
MacIver y Poeppel, 2017).
Por supuesto, existen muy buenos argumentos para centrarse en el cerebro,
donde se produce la mayor parte de la plasticidad neuronal. Pero Watson nos
recuerda que el cerebro no vive en el vacío. Es una de las muchas partes que
median entre la entrada del estímulo y la salida de la respuesta. Por lo tanto, “…
el conductista tiene que estar vitalmente interesado en el sistema nervioso pero
sólo como parte integral de todo el cuerpo” (Watson, 1924, p. 43).
6. Desarrollos post-watsonianos en el condicionamiento del miedo humano
Poco después de la publicación del estudio de Little Albert, los informes de
casos clínicos confirmaron que las fobias se remontan a experiencias de
condicionamiento aversivo (Anderson, 1927; Bagby, 1922). Es bueno repetir
aquí que esto era diametralmente opuesto a la visión freudiana dominante en
ese momento, que afirmaba que los síntomas de ansiedad (incluidos los
síntomas fóbicos) resultan de los deseos sexuales reprimidos. Los tratamientos
se centraron en estos deseos sexuales subyacentes y su represión, más que en
el miedo mismo. El nuevo enfoque afirmaba que los problemas de miedo eran,
bueno, problemas de miedo, y debían ser tratados como tales.
En el laboratorio de condicionamiento del miedo, los primeros desarrollos se
centraron en replicar el estudio de Little Albert (Bregman, 1934; English, 1929;
Jones, 1930; Moss, 1924). La mayor parte del trabajo fue realizado por Harrold E.
Jones, esposo de Mary C. Jones y profesor asistente en la Universidad de
Columbia. Perfeccionó los métodos utilizados por Watson de muchas maneras.
Para el positivista Jones, el uso de los informes de los observadores para inferir
reacciones emocionales aún era insuficiente para una investigación
verdaderamente objetiva del condicionamiento del miedo humano. Presentó sus
primeros resultados en el simposio anual número 36 de la APA en 1927, titulado
“Respuestas psicogalvánicas condicionadas en bebés”. En tres bebés, emparejó
estímulos previamente indiferentes (cutáneos, auditivos y visuales) con
estimulación eléctrica de la piel y observó consistentemente un aumento de las
respuestas psicogalvánicas (similar a la reacción de conductancia de la piel).
Jones señaló que “… el comportamiento manifiesto de los bebés no mostró
efectos correlacionados; la evidencia del condicionamiento se derivó enteramente de los
(Jones, 1928, pág. 184). En un estudio de seguimiento, incluyó además un
estímulo neutral que se presentó con la misma frecuencia pero nunca junto con
la estimulación eléctrica, como una comparación de referencia para la respuesta
psicogalvánica condicional (Jones, 1931). Condicionamiento diferencial,
estimulación eléctrica aversiva, registro de conductancia de la piel: ¡Ha nacido
el laboratorio de condicionamiento del miedo humano!
Durante la década de 1930, el énfasis se desplazó del ángulo clínico-
traduccional y emocional hacia la traducción entre especies de los principios
básicos del condicionamiento clásico a sujetos humanos. Un factor en esto es
que el trabajo completo de Pavlov se volvió accesible recientemente con la
publicación de una traducción completa al inglés de su libro Conditioned Reflexes
(Pavlov, 1927). Antes de eso, solo los conceptos básicos del trabajo de Pavlov
eran accesibles, incluido Watson, en una conferencia traducida publicada en The
Lancet (Pavlov, 1906). Bass y Hull (1934) tomaron la iniciativa con el estudio de
la generalización condicional del miedo ("irradiación") al reproducir lo más
fielmente posible un experimento de generalización del laboratorio de Pavlov en
el que la distancia espacial entre estímulos táctiles servía como dimensión de
similitud. Los sujetos estaban desnudos y acostados boca abajo en un banco.
Una estimulación táctil sobre el hombro fue seguida por una intensa estimulación
eléctrica en la muñeca. Durante la prueba, estímulos táctiles más distantes en la
espalda del sujeto hacia la pantorrilla desencadenaron respuestas psicogalvánicas
progresivamente más débiles, lo que resultó en la forma típica del gradiente.
Bass y Hull también caracterizaron el gradiente de generalización de la extinción.
Pero notaron debidamente algunos obstáculos con su procedimiento
recientemente desarrollado: “Varios hombres se negaron a actuar como sujetos
porque se oponían a recibir descargas eléctricas o quitarse la ropa” (Bass & Hull,
1934, p. 54).
La década de 1930 se convirtió en la década de la generalización. En
particular, Carl I. Hovland publicó una serie de cuatro artículos con investigaciones
sistemáticas del gradiente de generalización en el condicionamiento auditivo.
Investigación y terapia del comportamiento 135 (2020) 103732
(Hovland, 1937a, 1937b, 1937c, 1937d). Manipuló factores como frecuencias e
intensidades de tonos, condicionamiento diferencial, tasa de refuerzo,
entrenamiento de extinción, lapso de tiempo, etc. Los resultados refutaron la
teoría de generalización de la irradiación cortical de Pavlov (Pavlov, 1927).
Según esta teoría, el grado de generalización entre dos estímulos refleja la
distancia cortical entre sus representaciones neuronales. La activación de una
representación se esparce (“irradia”) sobre la corteza y activa la otra
representación proporcionalmente a la distancia recorrida. Los resultados de
Bass y Hull (1934) confirmaron previamente esta teoría, porque los estímulos
táctiles de las partes del cuerpo están demasiado organizados en la corteza
somatosensorial: la distancia cortical entre el hombro y la pantorrilla es mayor
que entre el hombro y la zona lumbar. Las frecuencias tonales se organizan
topográficamente en la corteza auditiva primaria, por lo que el gradiente de
generalización sobre las frecuencias tonales también estaba en línea con la
hipótesis de la irradiación (Hovland, 1937a). Pero entonces Hovland demostró
un gradiente similar sobre las intensidades de los tonos, que no se distribuyen
espacialmente sobre la corteza (Hovland, 1937b). Esto refutó la hipótesis de la
irradiación e inspiró nuevas conceptualizaciones del proceso de generalización
(Hull, 1947; Lashley & Wade, 1946).
Hovland (1937c) también investigó la extinción y recuperación de las
respuestas psicogalvánicas condicionales. Uno de sus experimentos tenía como
objetivo probar la 'desinhibición' en humanos. Este fenómeno, una vez más
descrito por primera vez por Pavlov (1927), se refería a la observación de que la
adición de un estímulo neutral a un estímulo condicionado y extinguido
desencadena el regreso de la respuesta condicional (ver también Switzer, 1933).
Como estímulo neutral adicional, Hovland apagó las luces de la casa y, de
hecho, observó un retorno de la respuesta psicogalvánica. En la medida en que
los cambios de luz/oscuridad pueden considerarse cambios contextuales
(Vansteenwegen et al., 2005), este informe representa la primera demostración
de renovación contextual (renovación AAB específicamente). Los teóricos del
aprendizaje de la época explicaban la extinción en términos de aprendizaje por
inhibición, que podía verse fácilmente alterado por el paso del tiempo o por
cambios en la situación externa (como la adición de un estímulo neutral; Pavlov,
1927; Hull, 1943). Estas ideas todavía están arraigadas en la visión actualmente
dominante
registrossobre
instrumentales”
el aprendizaje y la retención de la extinción del miedo (Bouton,
2002).
Es interesante ver que muchos de los procesos que se investigan hoy en
día ya estaban a la vanguardia en el trabajo pionero de Watson y en la ola
subsiguiente de investigadores del condicionamiento del miedo humano
(extinción, generalización, recuperación…). Hay más ejemplos, como Cook y
Harris (1937) , quienes informaron que instruir a los sujetos de que una luz verde
sería seguida por una estimulación eléctrica provocó inmediatamente una mayor
respuesta psicogalvánica en la primera presentación de la luz verde. Del mismo
modo, instruir la ausencia de más estímulos después de los emparejamientos
reales de luz y descarga abolió la respuesta condicional de inmediato. Tales
demostraciones de condicionamiento instruido y extinción instruida generaron
gran interés en los últimos años (Mertens, Boddez, Sevenster, Engelhard, & De
Houwer, 2018).
Pero es igualmente interesante notar lo que no estaba en la agenda de
investigación en esos días: las diferencias individuales. El campo estaba
orientado a traducir y probar los principios básicos del laboratorio de Pavlov al
caso humano. El objetivo era revelar las leyes universales del aprendizaje: en
qué nos parecemos todos, no en qué diferimos. No obstante, el propio Pavlov
tenía un gran interés en las diferencias individuales. Incluso desarrolló una
tipología temperamental de sus perros, como representante de distintas
organizaciones del sistema nervioso central, y documentó cómo éstas influían
en el curso del condicionamiento (Pavlov, 1927). Este aspecto del trabajo de
Pavlov se ha retomado más recientemente, con un aumento del interés en las
diferencias individuales en el condicionamiento del miedo humano, paralelo a un
cambio modal hacia la personalización en la investigación biomédica y un mayor
énfasis en el individuo en las humanidades y la sociedad como un entero.
4
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Editorial
7. De pie sobre los hombros de gigantes
Cien años después del desarrollo del procedimiento de condicionamiento del miedo
humano, el número de líneas de investigación y publicaciones en la actualidad no tiene
precedentes. Además de lo que discutimos anteriormente, se plantaron semillas
adicionales para esta riqueza en las décadas de 1960, 1970 y 1980.
Podría decirse, sin embargo, que el campo realmente despegó a fines de la década de
1990, cuando los desarrollos novedosos en el laboratorio animal encontraron interés clínico.
Por un lado, el trabajo seminal de Mark Bouton sobre la extinción y recuperación del
miedo, y su implacable argumentación a favor de su aplicabilidad clínica, allanaron el
camino para una agenda de investigación clínica traslacional centrada en la extinción
(Bouton, 2002). Por otro lado, el trabajo de Joseph LeDoux sobre los procesos neuronales
de condicionamiento del miedo en ratas (LeDoux, 2003) y el advenimiento de las técnicas
de neuroimagen funcional (MRI) en humanos encendieron la validación experimental de
la traducción entre especies al caso humano. Las líneas Bouton y LeDoux se unieron a
principios de la década de 2000 con el trabajo de Gregory Quirk, Elisabeth Phelps y otros,
que impulsaron una investigación sobre los procesos neuronales y de comportamiento de
la extinción y el retorno del miedo (Milad & Quirk, 2012). Los hallazgos de que los
complementos farmacológicos pueden fortalecer el proceso celular de extinción del miedo
y aumentar la retención de la extinción a largo plazo reforzaron aún más la atención en
esta área (Singewald, Schmuckermair, Whittle, Holmes y Ressler, 2015). También surgió
fascinación con respecto a los informes de que la administración de agentes farmacológicos
antes o después de presentar un estímulo condicionado por el miedo puede reducir la
respuesta al miedo y su regreso en ausencia de más entrenamiento de extinción (es
decir, técnicas de interferencia de reconsolidación; Beckers & Kindt, 2017). Aunque parte
del entusiasmo inicial se ha desvanecido después de un par de replicaciones fallidas
(Chalkia et al., 2020; Chalkia, Weermeyer, Van Oudenhove & Beckers, 2019), se
mantienen las esperanzas de que los desarrollos de laboratorio innovadores mejoren
algún día los tratamientos actuales para el sufrimiento psicológico. .
El campo contemporáneo del condicionamiento del miedo humano se ha diversificado
más allá de la investigación de extinción y reconsolidación. Con este número especial,
tomamos una instantánea de los muchos temas de investigación diferentes que se están
cubriendo hoy. A pesar de su variedad, todos los artículos que contribuyen tienen una
cosa en común: el modelo de condicionamiento del miedo humano que fue desarrollado
en forma embrionaria por Watson y sus aliados hace un siglo. Cada artículo que contribuye
utiliza este modelo de condicionamiento del miedo desde un ángulo único y, a menudo,
interdisciplinario. Esto atestigua la fuerza del modelo en la intersección de muchos
intereses de investigación diferentes, pero esta posición interseccional también puede
invocar el peligro de perder claridad conceptual. ¿Qué quieren decir los investigadores
contemporáneos cuando hablan del modelo de condicionamiento del miedo? Esto no
siempre está claro. A continuación, analizamos los diferentes usos de este término en la
literatura, porque creemos que la claridad conceptual es fundamental para el progreso
futuro. En el camino, nos referimos a las contribuciones al número especial actual en
cursiva.
8. Significados del término 'modelo de condicionamiento del miedo humano'
Los términos que usamos para describir nuestros esfuerzos de investigación pueden
influir en nuestro pensamiento sobre los procesos involucrados. Por ejemplo, cuando
aplicamos una 'tarea de atención' en nuestros experimentos, somos propensos a
interpretar cualquier resultado en términos de procesos de atención. En nuestros artículos,
a menudo usamos el término "modelo de condicionamiento del miedo humano" para
describir el tipo de experimentos que realizamos. Sin embargo, hay muchos significados
que van bajo ese término general. Una visión clara de esos significados puede contribuir
a una interpretación precisa de los resultados de nuestra investigación.
8.1. Un modelo como procedimiento que modela otra cosa
El condicionamiento del miedo humano es ante todo un procedimiento. En términos
generales, un procedimiento es lo que hace un investigador cuando realiza un experimento
(De Houwer & Hughes, 2020). En el caso del condicionamiento del miedo, esto implica
(muy en la tradición de Watson y su sucesor Jones) presentar parejas de estímulos
aversivos y evaluar
5
Investigación y terapia del comportamiento 135 (2020) 103732
cambios en la respuesta relacionada con el miedo. Es importante delinear el proceso
hipotético en un modelo a partir de su procedimiento. Esta es la razón por la que el
modelo de condicionamiento pavloviano sigue siendo relevante hoy en día: aunque se
han descartado algunas hipótesis iniciales sobre los procesos (incluida la teoría de
Pavlov; 1927), el procedimiento sigue vivo.
Un procedimiento se convierte en un modelo en el verdadero significado de la palabra
si los investigadores asumen que modela o proporciona una analogía para otra cosa (es
decir, el fenómeno objetivo; Weisberg, 2013). El uso de modelos de laboratorio es
omnipresente en la ciencia. Por ejemplo, en las ciencias biomédicas, los canales de iones
sintéticos a veces se utilizan como modelo de los canales de iones naturales, ya que esto
facilita aspectos del proceso de investigación (Chen & Hou, 2018). En el caso del
condicionamiento del miedo humano, el fenómeno objetivo a menudo se refiere al
sufrimiento psicológico que se observa en los trastornos relacionados con la ansiedad y
el estrés (a veces como parte de otras formas de sufrimiento, como el dolor crónico;
Meulders, 2020). Como con cualquier modelo, esto plantea la pregunta de hasta qué
punto los hallazgos obtenidos con el modelo son informativos con respecto al fenómeno
objetivo. Cuando estudiamos el condicionamiento del miedo humano en el laboratorio,
¿solo aprendemos sobre el comportamiento y los procesos (neuronales) que ocurren
dentro de los límites de ese procedimiento, o también aprendemos algo sobre el
sufrimiento psicológico en el mundo fuera del laboratorio? Este tema de la validez externa
es tan crítico para el campo del condicionamiento del miedo humano que varias
contribuciones en el número especial lo tocan (Bach & Melinscak, 2020; De Houwer,
2020; Fullana, Dunsmoor, Schruers, Savage & Bach, 2020 ; Hammell, Helwig, Kaczkurkin,
Sponheim y Lissek, 2020; Pöhlchen, Leuchs, Binder, Blaskovich y Nantawisarakul, 2020).
Trataremos este asunto con más detalle en la sección 8.
8.2. Un modelo como hipótesis sobre la causa de la conducta.
El término modelo de condicionamiento del miedo se usa a veces para referirse a
una teoría (el proceso hipotético) más que a un procedimiento. En este sentido, el modelo
de condicionamiento del miedo sostiene que las quejas relacionadas con la ansiedad, el
trauma y el estrés en la población son efectos condicionantes (al menos para un
subconjunto de pacientes; Rachman, 1977), lo que significa que resultan de un
emparejamiento previo de estímulos . (De Houwer y Hughes, 2020; Vervliet y Boddez,
2020). Una vez más, la influencia de Watson es clara en esto.
La mayoría de los investigadores también invocan un mecanismo mental específico
cuando usan el término modelo de condicionamiento del miedo en este sentido. Por
ejemplo, según un punto de vista influyente, invocar el modelo de condicionamiento del
miedo implica invocar un paisaje mental que consiste en asociaciones entre
representaciones de estímulos (para una discusión crítica de los modelos de formación
de asociaciones y puntos de vista alternativos, consulte De Houwer y Hughes, 2020). Las
asociaciones se pueden definir como enlaces que transmiten la activación de una
representación a otra, lo que puede recordarnos la forma en que una tira de alambre de
cobre conduce la electricidad (Haselgrove, 2016; Mitchell, De Houwer, & Lovibond, 2009).
Las representaciones a menudo permanecen indefinidas, pero pueden entenderse como
huellas mentales, comparables a las huellas físicas (p. ej., un letrero de neón o un dibujo
en arcilla; Holland, 1993; Skinner, 1977). Entonces, la idea aquí es que la presentación
del estímulo condicional activa tanto su propia representación mental como la del estímulo
incondicional, que (a través de alguna forma no especificada) luego conduce al miedo. La
simplicidad del modelo de formación de asociaciones puede ser lo que lo hace tan
atractivo. Sin embargo, existe el riesgo de que los investigadores traten la activación
asociativa como un lienzo en blanco sobre el que proyectan una variedad de construcciones
realmente incompatibles. Por ejemplo, la activación asociativa se ha tratado como
equivalente tanto a las expectativas sobre eventos futuros como a los recuerdos de
eventos pasados, lo que parece contradictorio (para una discusión extensa, ver
Jozefowiez, 2018). En otras palabras, los investigadores pueden esperar más de las
asociaciones en comparación con lo que permite el constructo sensu stricto.4
4
Cabe señalar que el término modelo puede servir para resaltar que también se puede
considerar pragmáticamente que el modelo de formación de asociaciones es solo uno de los posibles.
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Editorial
9. Probar el vínculo entre el modelo y el sufrimiento fuera del laboratorio
Hemos visto que el término modelo de condicionamiento del miedo se usa en
algunas ocasiones para referirse a un procedimiento de laboratorio que tiene como
objetivo modelar (es decir, simular) el sufrimiento psicológico como se ve en los trastornos
relacionados con la ansiedad y el estrés, mientras que en otras ocasiones se usa para
referirse a más o hipótesis menos precisas sobre el origen de tal sufrimiento en la
población. El estudio de los moderadores de la relación entre los emparejamientos de
estímulos y los cambios de comportamiento (es decir, de los efectos de condicionamiento)
es crucial para evaluar el valor del modelo de condicionamiento del miedo en ambos sentidos del
fenómeno
término. objetivo no es el criterio crucial. Los modelos difieren por definición de su
Primero, con respecto al valor del procedimiento de laboratorio, es esencial evaluar
si lo que modera el desempeño en el laboratorio también modera las quejas relacionadas
con la ansiedad y el estrés en el mundo fuera del laboratorio. Si es así, entonces esto
respalda la validez externa del modelo (es decir, lo que se aprende del modelo se
extiende al fenómeno objetivo) y podemos estar seguros de que podemos continuar
invirtiendo en la investigación del condicionamiento del miedo (ver De Houwer y Hughes,
2020; Scheveneels, Boddez y Hermans, 2019; Vervliet y Raes, 2013). La idea aquí es
que un mayor número de moderadores que muestren efectos paralelos en el modelo y
para el fenómeno objetivo aumentará la posibilidad de que un factor nuevo y no probado
también muestre efectos paralelos (por ejemplo, una nueva intervención desarrollada en
el laboratorio; ver Keller , Hennings y Dunsmoor, 2020; Lipp, Waters, Luck, Ryan y
Craske, 2020). Esto requiere un programa de investigación que pruebe los moderadores
en el modelo y el fenómeno objetivo, y que evalúe la superposición de los efectos.
En segundo lugar, con respecto al desarrollo de la teoría, acumular conocimiento
sobre las condiciones moderadoras bajo las cuales los emparejamientos de estímulos
producen reacciones de miedo aumentadas, nos permite refinar nuestras teorías sobre
las vías hacia las quejas relacionadas con la ansiedad y el estrés en el mundo fuera del
laboratorio. Esto nos permitirá hacer predicciones (más) precisas sobre el inicio y el
curso del sufrimiento psicológico.
Los últimos 100 años han sido testigos de una plétora de investigaciones de
laboratorio sobre moderadores, y varios artículos de este número especial continúan con
esta importante tradición. Por ejemplo, la medida en que los emparejamientos de
estímulos darán como resultado una respuesta de miedo puede depender de las
características de los estímulos, el comportamiento que se investiga y el participante
(para obtener una taxonomía completa, consulte De Houwer & Hughes, 2020). A
continuación, analizamos a estos moderadores y hacemos humildes sugerencias para
otros 100 años de progreso en la investigación del condicionamiento del miedo humano.
9.1. Características del estímulo
Pavlov y Watson enfatizaron la importancia de los apareamientos de estímulos como
requisito previo del condicionamiento, pero no prestaron mucha atención a las
características de los estímulos involucrados. Los últimos 100 años han demostrado que
se trata de un descuido: los estímulos son moderadores clave del condicionamiento del
miedo. El alcance del cambio de comportamiento debido a los emparejamientos de
estímulos depende de hecho de las características del estímulo, incluida la relevancia
del miedo del estímulo condicional (p. ej., flores frente a arañas; Öhman y Mineka, 2001),
la fuente de estimulación (p. ej., interocepción frente a
(continuación de la nota
al pie) análogo que puede ayudarnos a organizar u obtener conocimiento sobre el comportamiento
(es decir, el objetivo). Como tal, el modelo de formación de asociaciones no necesariamente tiene
que corresponder a lo que realmente es en la mente, e incluso es poco probable que lo haga
(Boddez et al., 2020). Esta idea del modelo de formación de asociaciones como un análogo quizás
sea más fácil de comprender si se considera que también se podría realizar dicho modelo
físicamente (por ejemplo, un paisaje real con letreros de neón que están conectados con cables de
cobre) en lugar de verbalmente (es decir, cómo normalmente se presentan en artículos y libros de
texto; Weisberg, 2013), del mismo modo que se pueden construir modelos físicos (p. ej., diferentes
canales iónicos sintéticos) de un fenómeno físico (p. ej., canales iónicos naturales). Incluso si el
funcionamiento de dicho modelo físico no se corresponde completamente con el funcionamiento de
la mente, aún puede ayudarnos a organizar y obtener conocimiento sobre el comportamiento (de la
misma manera que podría hacerlo una metáfora, o incluso una "analogía").
6
Investigación y terapia del comportamiento 135 (2020) 103732
exterocepción; véase Meulders, 2020) y la intensidad del estímulo (p. ej., un estímulo
incondicional fuerte frente a uno leve; Dunsmoor, Kroes, Braren y Phelps, 2017).
Con respecto a la cuestión de la validez externa, el procedimiento estándar de
condicionamiento del miedo ha sido criticado por basarse en material de estímulo
relativamente simple (p. ej., figuras geométricas como estímulos condicionales) en
comparación con lo que puede provocar miedo en la vida diaria (p. ej., una audiencia).
en el que algunas personas fruncen el ceño). No negamos que esto pueda ser así, pero
sí nos oponemos a una argumentación exclusivamente en términos de similitud
superficial. Si los estímulos en el modelo parecen o no estímulos involucrados en el
fenómeno objetivo (Weisberg, 2013). La pregunta crucial, y esencialmente empírica, es
si los resultados del estudio obtenidos con un modelo tan simplificado aún se extienden
al fenómeno objetivo, o si los modelos con estímulos más complejos harían un mejor
trabajo. A pesar de que Watson y sus sucesores enfatizaron el potencial de traducción
del condicionamiento del miedo desde los primeros días del campo, este trabajo empírico
aún es sorprendentemente raro y se necesita con urgencia (Scheveneels, Boddez,
Vervliet y Hermans, 2016).
Con respecto a la formación de teorías, el papel de la intensidad del estímulo se ha
incorporado en algunos modelos. Por ejemplo, el modelo Rescorla-Wagner (1972) incluye
parámetros que reflejan la intensidad del estímulo condicional e incondicional. Sin
embargo, todavía falta un modelo que tenga en cuenta todas las características de los
estímulos.
9.2. Características de respuesta
El alcance del cambio de comportamiento que se debe a los emparejamientos de
estímulos también puede depender de la respuesta condicional que se investiga. De
acuerdo con el trabajo pionero de Harold Jones, las medidas típicas incluyen respuestas
fisiológicas (p. ej., conductancia de la piel; para una discusión y una nueva herramienta
de análisis, consulte Bach & Melinscak, 2020) y también calificaciones (p. ej.,
calificaciones de expectativa de EE. UU.; Boddez et al., 2013). Además, hay un
resurgimiento del interés (Pittig, Wong, Glück, & Boschet, 2020) en los procedimientos
que además permiten a los participantes prevenir la ocurrencia del estímulo incondicional
por medio de una respuesta designada (es decir, una respuesta de evitación). Sin
embargo, son posibles otras medidas. Por ejemplo, se puede medir si el estímulo
condicional llega a evocar una imagen visual del estímulo incondicional (es decir,
imágenes o “visión condicionada”; ver Mertens, Krypotos y Engelhard, 2020) o incluir
medidas cerebrales. La inclusión de múltiples medidas es de especial interés teórico en
el caso de disociaciones de respuestas y en el caso de que las respuestas formen una
red causal. Discutimos ambos casos a continuación.
Las disociaciones de respuesta (p. ej., conductancia de la piel versus expectativa
de EE. UU.; Bechara et al., 1995) proporcionan una ilustración clara de cómo la magnitud
del cambio de comportamiento debido a los emparejamientos de estímulos (es decir, del
efecto de condicionamiento) puede depender del comportamiento que está bajo
investigación (es decir, moderación por características de respuesta). Hasta ahora, las
teorías se han centrado casi exclusivamente en los mecanismos candidatos que impulsan
la adquisición de información sobre las relaciones de estímulo en la memoria, pero
sorprendentemente están poco desarrolladas cuando se trata de dar cuenta de la
heterogeneidad de la respuesta al miedo condicional (es decir, el nivel de desempeño;
Honey, Dwyer, & Iliescu, 2020; Miller, Barnet y Grahame, 1995).
Esto también se ilustra por el hecho de que los términos 'recuerdo del miedo' y 'respuesta
del miedo' a veces se usan indistintamente, aunque hay casos en los que recordar un
evento aversivo y tener miedo no van de la mano (para una discusión detallada ver
Boddez , Moors, Mertens y De Houwer, 2020; Zenses, Baeyens, Beckers y Boddez,
2020). Vemos el desarrollo de una cuenta de respuesta como un desafío fundamental
para el futuro de nuestro campo. Como tal, coincidimos con Baeyens, Vansteenwegen y
Hermans (2009, p. 199) en que una teoría del condicionamiento “que puede explicar
todo excepto el comportamiento condicionado, carece de algo esencial”.
En el campo de la psicología en general, hay un aumento en el interés por
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estructuras de red que detallan relaciones entre variables (Borsboom, Cramer, & Kalis, 2019). La idea
general de esto podría extenderse a las respuestas condicionales. De hecho, ya está comenzando a
surgir evidencia de redes causales de respuestas condicionales. Hay, por ejemplo, investigaciones en
curso sobre si los cambios condicionales en los juicios de contingencia (a veces denominados
"conciencia de contingencia") causan cambios condicionales en la fisiología (Mertens & Engelhard,
2020), sobre las respuestas fisiológicas condicionales que preceden a la evitación (Hunt, Cooper,
Hartnell, & Lissek, 2019; Pittig, Wong, Glück, & Boschet, 2020), y sobre el efecto de la manipulación
(farmacológica) de las respuestas cerebrales sobre las respuestas condicionales (Esser, Fuss, &
Haaker, 2020). Una comprensión profunda de las redes causales entre las respuestas es de interés
teórico, porque una red completa podría considerarse una teoría mecanicista que incluye solo eventos
observables (para el investigador y/o para el participante; Skinner, 1953) y estaría desprovista de
eventos no observables . constructos (p. ej., asociaciones mentales).
9.3. Características del sujeto
Como se señaló en la sección sobre desarrollos post-Watsonianos, la comunidad investigadora
está muy involucrada en la investigación sobre las diferencias interindividuales (por ejemplo, en
personalidad, edad, sexo, composición genética) en la medida en que los emparejamientos de
estímulos dan como resultado una respuesta de miedo (es decir, diferencias en la "condicionabilidad
de los rasgos"; Hammell, Helwig, Kaczkurkin, Sponheim y Lissek, 2020; Klein, Shner, Ginat-Frolich,
Vervliet y Shechner, 2020; Peyrot, Brouillard, Morand-Beaulieu y Marin, 2020; Pöhlchen, Leuchs,
Binder, Blaskovich y Nantawisarakul, 2020). La idea es que, manteniendo iguales todas las demás
características (p. ej., las intensidades de los estímulos), algunas personas mostrarán más miedo
cuando se enfrenten a parejas de estímulos en comparación con otras personas. Esta idea podría
servir como una explicación candidata de por qué no todas las personas que se enfrentan a un evento
de condicionamiento aversivo desarrollan quejas relacionadas con la ansiedad en la vida real (Mineka
y Zinbarg, 2006).
La comunidad de investigación fomenta la esperanza de que las diferencias individuales en el
desempeño del condicionamiento puedan eventualmente proporcionarnos un marcador premórbido de
quejas relacionadas con la ansiedad y el estrés. Para que este enfoque tenga éxito, se requiere que
las características individuales afecten el nivel de respuesta en el procedimiento de condicionamiento
del miedo de la misma manera que afectan el resultado (p. ej., quejas de ansiedad) al enfrentarse a
ciertos estímulos emparejados fuera del laboratorio. (por ejemplo, ser confrontado con comentarios
negativos después de una presentación). En otras palabras, este enfoque requiere la ausencia de
fuertes interacciones entre las características individuales y la otra modalidad candidata.
eradores Por ejemplo, si los individuos solo mostraran un condicionamiento más fuerte con un tipo de
estímulo (p. ej., retroalimentación crítica) o un tipo de comportamiento (p. ej., pensamientos negativos)
que no está modelado en el procedimiento de condicionamiento del miedo, entonces no se puede
esperar una predicción exitosa. (ver también Vervliet & Boddez, 2020). Si este resulta ser el caso,
entonces los modelos hechos a la medida que incluyen los estímulos relevantes y
Los patrocinadores pueden entrar en escena. Aunque los modelos hechos a la medida (p. ej., para
quejas de ansiedad social; p. ej., Blechert et al., 2015) pueden servir para propósitos de investigación
importantes (p. ej., explicar y desarrollar un tratamiento para tales quejas), dichos modelos tendrían
limitaciones como marcador premórbido. , porque necesariamente apuntarían solo a una gama
restringida de quejas.
En términos más generales, puede valer la pena considerar el estado de los resultados que
pretendemos predecir en los estudios de condicionamiento del miedo sobre marcadores premórbidos.
Los diagnósticos similares al DSM y algunos de los cuestionarios de uso frecuente pueden permitir
que demasiada heterogeneidad en los perfiles de quejas sean resultados útiles (o predictores para el
caso; Borsboom, Cramer y Kalis, 2019) y es probable que sean solo sustitutos distantes de los factores
que hacen el trabajo causal (p. ej., historial de aprendizaje previo u objetivos; Moors, Boddez y De
Houwer, 2017). De hecho, se ha argumentado que la ciencia avanza reemplazando conceptos que
carecen de una explicación estructural (por ejemplo, el aire ha sido rechazado como un concepto
científico porque está compuesto por diferentes componentes como oxígeno, nitrógeno y
7
Investigación y terapia del comportamiento 135 (2020) 103732
carbonita; Moros, 2017).
Por último, pero no menos importante, una mayor condicionabilidad solo conduciría al sufrimiento
en la vida real si el individuo se expone adicionalmente a emparejamientos de estímulos
desencadenantes (p. ej., retroalimentación crítica después de una presentación; Mineka y Zinbarg,
2006). Sin embargo, como se indicó anteriormente, los teóricos actuales tienen poco que decir acerca
de lo que convierte a los meros emparejamientos de estímulos, a los que todos estamos constantemente
expuestos, en emparejamientos de estímulos que sustentan fuertes efectos de condicionamiento.
Mientras carezcamos de ideas precisas sobre qué tipo de emparejamiento de estímulos se espera que
desencadenen el sufrimiento, seguirá siendo difícil hacer una anamnesis adecuada en los estudios de
investigación o en la práctica clínica. Incluso en estudios prospectivos elegantes en los que se sigue a
los grupos en riesgo (p. ej., soldados o bomberos) a lo largo del tiempo (p. ej., Lommen, Engelhard,
Sijbrandij, van den Hout y Hermans, 2013), puede haber diferencias importantes en las características
de los emparejamientos de estímulos a los que están expuestos los participantes (p. ej., ¿se movió un
soldado a 10 m o 100 m del lugar donde golpeó la granada?). En resumen, existe la necesidad de
teorías que permitan predicciones más precisas sobre las diferencias individuales en el inicio y curso
del sufrimiento psicológico.
10. ¡Larga vida al modelo humano de condicionamiento del miedo!
Hemos argumentado que, siguiendo el trabajo pionero de Watson, el procedimiento de
condicionamiento del miedo humano nos brinda una caja de herramientas para estudiar el aprendizaje
y la emoción. Los estudios de laboratorio han revelado amplia información sobre las condiciones bajo
las cuales los emparejamientos de estímulos dan como resultado respuestas de miedo y han
alimentado la discusión sobre los mecanismos que impulsan la adquisición de información sobre las
relaciones de estímulo. Algunos elogian la investigación sobre el condicionamiento del miedo, pero
otros la critican por su potencial para informar la práctica clínica. Argumentamos que esta es
esencialmente una pregunta empírica y esperamos un gran avance en este tema, así como nuevos
hallazgos e ideas interesantes de investigación durante los próximos 100 años. El futuro comienza
hoy: Esperamos que la colección de excelentes artículos en este número especial prepare el escenario
para este emocionante esfuerzo.
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1
Nota del autor: Bram Vervliet y Yannick Boddez contribuyeron por igual.
ÿ
Autor correspondiente. KU Leuven, Tiensestraat 102, 3000 Lovaina, Bélgica.
ÿÿ
Autor correspondiente. Universidad de Gante, Henri Dunantlaan 2, B-9000 Gante, Bélgica.