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JOHN B.

WATSON: VIDA Y OBRA DEL PSICÓLOGO


CONDUCTISTA

Fue un conductista radical, un antimentalista, y, como tal, criticó a Sigmund Freud y el


psicoanálisis, ya que afirmaba que el estudio de la conciencia y la introspección no tenían
cabida en la psicología como ciencia. La psicología según Watson, solo tenía sentido a través
de la conducta observable y medible, y por eso, sus experimentos se realizaban en el
laboratorio, donde podía manipular el entorno y controlar el comportamiento de sus sujetos.

El objetivo del conductismo es hacer de la psicología una ciencia natural, y por tanto, debe
tener unos métodos que permitan observar, medir y predecir variables. John B. Watson
siempre será recordado como la persona que acuñó y popularizó el conductismo gracias a sus
publicaciones y sus investigaciones.

El condicionamiento clásico

Las aportaciones de Watson al conductismo se deben a sus experimentos de


condicionamiento clásico, un tipo de aprendizaje que implica respuestas automáticas o
reflejas, y que se caracteriza por la creación de una conexión entre un estímulo nuevo y un
reflejo ya existente. Es decir, es un tipo de aprendizaje según el cual un estímulo neutro, que
no provoca una respuesta, llega a poder provocarla gracias a la conexión asociativa de este
estímulo con el estímulo que normalmente provoca dicha respuesta.

John Watson se inspiró en las investigaciones del psicólogo ruso Ivan Pavlov, pero, además,
pensó que el condicionamiento clásico también explicaba el aprendizaje en los humanos.
Watson tenía claro que que las emociones también se aprendían mediante la asociación
condicionada, por lo que las diferencias en el comportamiento entre humanos eran causa de
las distintas experiencias que cada uno vivía.

Si quieres saber más sobre el Condicionamiento clásico y los experimentos de Iván Pávlov,
te invitamos a que leas nuestro artículo: “El condicionamiento clásico y sus experimentos
más importantes”
El experimento con el “pequeño Albert”

Para poner a prueba su hipótesis de que las emociones podían aprenderse por la asociación
condicionada, Watson utilizó a un niño de 11 meses llamado Albert como sujeto
experimental. Hay que mencionar que este estudio no podría llevarse a cabo en la actualidad
por incumpir la ética científica.

Albert fue llevado al laboratorio donde se le presentaba una rata blanca. Cuando el pequeño
se acercaba para tocarla, Watson golpeaba una barra metálica con un martillo. Como
consecuencia del fuerte golpe, el bebé se alteraba y fruto del miedo se ponía a llorar. Watson
repitió este proceso media docena de veces, y observó que, tras distintos ensayos, el pequeño
Albert se asustaba simplemente por el hecho de ver la rata blanca. Albert había aprendido
que cada vez que la rata aparecía, el martillo golpearía la tabla metálica. Es decir, que
anticipaba el fuerte golpe.

Según el científico, esto ocurría por condicionamiento clásico. El Estímulo Incondicionado


(EI) es un estímulo que automáticamente causa una respuesta del organismo. En el
experimento de Watson, haría referencia al golpe con el martillo. La Respuesta
Incondicionada (RI), es decir, la respuesta que ocurre por la presencia del EI, sería el
sentimiento de miedo. La rata blanca sería el Estímulo Neutro (EN), porque no produce
ninguna respuesta en el organismo.

Ahora bien, cuando el EN (rata blanca) se presenta en varias ocasiones junto con el EI (golpe
de martillo) que provoca una RI (miedo), el EN (rata blanca) se convierte en un Estímulo
Condicionado (EC). Entonces, la presencia del EC (es decir, la rata blanca) provoca una
Respuesta Condicionada (RC). La Respuesta Condicionada es igual a la RI (sentimiento de
miedo).

El condicionamiento clásico y las fobias

Este es el mecanismo más frecuente de adquisición de fobias, un fuerte miedo irracional que
sufren algunas personas como consecuencia de que asocian experiencias negativas a la
presencia de alguna cosa (volar en avión, arañas, payasos, entre otras muchas).

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