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Neonato
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Reflejos
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Los niños llegan al mundo con conductas biológicas que pueden clasificarse como
reflejos de supervivencia y reflejos primitivos. Los primeros no son más que eso:
reflejos indispensables para adaptarse y sobrevivir, sobre todo en las primeras
semanas de vida, antes de que asuman el control los centros superiores del cerebro.
Por ejemplo, la respiración pertenece a esta categoría, aunque está sujeta, además,
al control voluntario después de los primeros meses. La tos, el estornudo, la
náusea, el hipo, el bostezo y muchos otros reflejos también están presentes en el
momento de nacer y a lo largo de la vida. En cambio, el reflejo de búsqueda y el de
succión, muy importantes para localizar el pezón y obtener leche, tienen carácter
reflejo al inicio, pero se vuelven por completo voluntarios tras unos cuantos meses.
Se pueden presentar muchos eventos críticos en este período:
El ombligo de un neonato
Al ser un recién nacido tu bebé aún tendrá restos del pinzamiento del cordón
umbilical, este tiene que secarse y normalmente se caerá a los 15 días. Pero
deberás prestar atención a los cuidados del cordón umbilical para no tener ningún
incidente. Igual no lo sabías, pero existen bancos de sangre de dicho cordón donde
puedes hacer una donación del cordón umbilical para que sea utilizado en
pacientes que lo necesiten.
En los neonatos también es algo común que tengan una hernia umbilical —un
pequeño bulto cerca del ombligo—, puesto que sus músculos del abdomen aún son
débiles y el intestino puede sobresalir por la abertura umbilical. Normalmente no
es necesario tomar medidas, puesto que con el tiempo el neonato va creciendo y
desarrollándose y se corrige por sí solo. Aun así, acude a un especialista para que
examine la situación y sea él quién te de las indicaciones oportunas para la salud de
tu bebé.
Como ves, el neonato requiere de mucha atención en sus primeros días de vida,
puesto que es donde más complicaciones pueden presentarse. Pero no te preocupes,
en las manos de especialistas la salud de tu bebé no correrá ningún riesgo. En esta
etapa el bebé empieza a crecer y es normal que te preocupe saber cómo se
desarrollan sus sentidos, entre ellos la vista del recién nacido.
La cabeza del bebé puede estar moldeada sobre todo si el parto fue muy
prolongado. Es muy común la forma alargada de la cabeza, aspecto que adquiere al
pasar por el canal de parto. Algunas veces, los recién nacidos pueden tener céfalo
hematomas, que son colecciones de sangre debajo del cuero cabelludo, causadas
por el traumatismo del parto, y que se reabsorben solos con el tiempo.
Todos los recién nacidos presentan las fontanelas permeables. Las fontanelas se
denominan habitualmente “molleritas” y son esas zonas blandas de la cabeza,
donde no se palpa hueso, que se cierran cuando el bebé crece, aproximadamente al
año de vida. Esta zona de la cabeza del bebé es muy frágil y se recomienda tratarla
con mucho cuidado. Evitar las caídas y los golpes, pero ¡no exagerar porque son
resistentes! Por otra parte, también es importante la observación por parte de un
profesional sobre la evolución de las fontanelas ya que determina el correcto
desarrollo óseo del bebé.
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Pueden tener los ojos hinchados, las orejas dobladas y la nariz tapada por
secreciones, características normales en los primeros días de vida. El ojo del recién
nacido es capaz de observar a 20 cm. de distancia, es muy sensible a la luz y ve en
tres dimensiones. La capacidad de prestar atención a estímulos auditivos se
desarrolla ya desde la semana 28 en la panza de la mamá. El bebé gira sus ojos y
luego su cabeza en dirección al estímulo auditivo.
La respiración es rápida y variable. Sucede lo mismo con los latidos del corazón.
Es muy común que presenten, ya sean varones o mujeres, sus pezones inflamados,
e incluso que secreten algo de leche, debido a las hormonas que reciben de la
mamá
durante
el
embarazo y en la lactancia.
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Los
primero
Los primeros cuatro meses Hacia los cuatro meses, la mayoría de los niños ya
duplicaron su peso. La piel pierde el aspecto que tenía cuando la criatura acaba de
s dos
nacer y el cabello fino con que nace empieza a reemplazarlo el cabello permanente.
Los ojos comienzan a enfocarse. Cuando está despierto, balbucea feliz y sonríe
ante los estímulos agradables. Al nacer, el tamaño de la cabeza representa casi la
años de
cuarta parte de la longitud total del cuerpo; pero a los cuatro meses el cuerpo
empieza a crecer y a alargarse con mucha mayor rapidez que la cabeza, y las
proporciones cambian de manera notable. En la juventud, la cabeza constituye
vida
apenas una décima parte de la altura total del cuerpo. Los dientes y los huesos del
niño también están cambiando. En algunos, el primer diente brota entre los cuatro
y los cinco meses. Muchos huesos son todavía cartílagos blandos. Tienden a
doblarse ante la presión y pocas veces se fracturan. En cambio, los músculos se
estiran con facilidad, aunque se lesionan cuando, por ejemplo, se toma al niño de
los brazos y se le columpia. La mayor parte de los reflejos del recién nacido suelen
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En relación con el gateo que se da a los ocho meses y después, conviene mencionar
la interesante serie de estudios efectuados por Karen Adolph y sus colegas (1977),
que demuestran las capacidades de los niños cuando gatean hacia arriba y hacia
abajo de pendientes de diversos ángulos. Por ejemplo, sin entrenamiento previo,
niños de ocho meses y medio de edad subieron pendientes muy inclinadas sin
dudarlo; después, quizá tras examinar la bajada, siguieron subiendo y tuvieron que
ser rescatados por los experimentadores. En cambio, los niños mayores (de 14
meses) discriminaban más: subían caminando por las pendientes y luego se
deslizaban hacia abajo con mucha cautela. A los ocho meses, muchos niños
empiezan a participar en juegos sociales que los hacen reír, y a casi todos les gusta
darle y quitarle un objeto a un adulto. Otro juego que aprenden con rapidez
consiste en dejar caer un objeto, ver a alguien recogerlo y volverlo a tirar otra
fuente de interminable deleite para algunos pequeños.
De los nueve a los 12 meses A los 12 meses, la mayoría de los niños pesan el triple
de lo que pesaban al nacer. Las niñas tienden a pesar un poco menos que los
varones. la mitad de los niños de 12 meses se sostienen de pie sin ayuda y
empiezan a caminar. Como ya mencionamos, la edad en que comienzan a caminar
depende del desarrollo individual y de factores culturales. La capacidad de pararse
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Aunque no son frecuentes hasta más allá de los dos años, es posible que tu hijo
sufra algún despertar por culpa de una pesadilla. ¿Qué las caracteriza?:
- Las pesadillas nocturnas son sueños que tienen un contenido espantoso y que se
viven como algo real.
- Se suele producir en el último tercio de la noche y hacen que el niño se despierte
aterrorizado.
Se suelen manifestar entre los tres y los seis años y no deben alarmar si no son
frecuentes. No obstante, también pueden aparecer a una edad más temprana.
En caso de que el pequeño esté sufriendo una pesadilla o un sueño
especialmente agitado, hay que acudir inmediatamente a consolarlo,
tranquilizarlo y mimarlo.
Es aconsejable encender rápidamente la luz de la habitación, para que el niño
retome el contacto con la realidad rápidamente. Después, acompáñalo un ratito
hasta que vuelva a dormirse, pudiendo dejar un foco de luz encendido.
Si, a la mañana siguiente, el pequeño tiene un recuerdo difuso y no habla del
tema, no es necesario recordárselo.
Para prevenir las pesadillas, los miedos y las inquietudes nocturnas, es
conveniente respetar los horarios y las rutinas. Son técnicas que aportan
seguridad y confianza al niño, además de definir los límites que tanto necesita.
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Visión
De las investigaciones sobre la anatomía sabemos que nacemos con una serie
completa e intacta de estructuras visuales. Aunque la mayor parte de ellas se
desarrollarán en los siguientes meses, los neonatos poseen algunas habilidades
visuales. Los ojos son sensibles a la brillantez; las pupilas se contraen bajo luz
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brillante y se dilatan en la oscuridad. Los neonatos tienen cierto control sobre los
movimientos oculares y pueden seguir visualmente un objeto —digamos un rostro
o la pluma luminosa del médico— mientras se mueve frente a su campo visual.
Enfocan de manera óptima la vista en objetos a una distancia de 17.8 a 25.4
centímetros, y los que se encuentran más lejos aparecen borrosos. Así, pues, casi
no distinguen los detalles de los objetos que están situados en el extremo más
distante de una habitación.
Desarrollo temprano de la percepción visual Entre los primeros cuatro y seis meses
de vida, mejoran con rapidez las capacidades visuales del niño. Explora con los
ojos su mundo aun antes de que pueda tomar las cosas o gatear. La capacidad de
enfocar mejora en forma acelerada; los niños de tres a cuatro meses enfocan la
vista casi con la misma eficacia que los adultos. La agudeza visual también mejora
de manera impresionante.
Audición
Es evidente que los recién nacidos oyen. Se sobresaltan al escuchar sonidos
fuertes. Se tranquilizan con sonidos de tono bajo como los arrullos, y se agitan
cuando oyen silbidos y chirridos. Pero ¿qué tan compleja es la audición en el
recién nacido? Las estructuras anatómicas del oído están bien desarrolladas en el
recién nacido. Sin embargo, en las primeras semanas de vida hay un exceso de
líquido y de tejido en el oído medio; y por tanto se considera que la audición está
tapada —como cuando tenemos un resfriado. Por otra parte, las estructuras del
cerebro que transmiten e interpretan la información auditiva no están del todo
desarrolladas al nacer el niño. Las estructuras cerebrales relacionadas con la
audición seguirán desarrollándose hasta los dos años de edad. Sin embargo, a pesar
de las limitaciones anteriores el recién nacido responde ante varios sonidos.
Incluso en el primer mes de vida es muy sensible a los sonidos del habla. Muestra
una preferencia por la voz humana. Por ejemplo, prefiere escuchar una canción
cantada por una mujer a oírla tocada en un instrumento musical. Puede localizar la
fuente de los sonidos. Desde los primeros días de vida vuelve la cabeza hacia el
sonido o la voz. Pero, curiosamente, se ha comprobado que los niños muestran una
pérdida temporal de esta capacidad en el segundo mes y la recuperan en el tercero.
Desarrollo temprano de la percepción auditiva La agudeza auditiva mejora de
manera considerable en los primeros meses. Aunque el líquido del oído medio
tarda meses en disiparse, los recién nacidos muestran cambios en sus frecuencias
cardiaca y respiratoria al escuchar niveles de tono como los de una conversación
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telefónica. En los siguientes ocho meses responden a sonidos cada vez más suaves.
Los sonidos pueden tranquilizarlos, ponerlos en estado de alerta o molestarlos. Los
sonidos rítmicos o de baja frecuencia por lo general los calman. Los tonos fuertes,
repentinos o de alta frecuencia los molestan. Tales conductas significan que su
percepción está bastante bien desarrollada en los primeros seis meses de vida.
Integración sensorial
Las investigaciones señalan que los sentidos están integrados al nacer o que se
integran pronto y con rapidez. En un estudio se permitió que un grupo de infantes
succionara dos chupones, uno con bordes y otro liso. Cuando se les quitaba y se les
mostraba los dos chupones, fijaban la vista más tiempo en el que acababan de
sentir en la boca. En otro experimento, a niños de cuatro meses se les mostraron
dos películas con una pista sonora que correspondía sólo a una de éstas. Preferían
ver la película correspondiente al sonido. Por supuesto, también debe aprenderse la
integración sensorial, y en especial la perceptual. El niño necesita aprender qué
sonidos corresponden a qué estímulos visuales, qué aspecto y textura tiene la piel
tersa, qué aspecto tiene un perrito ruidoso, etc. Al parecer posee una tendencia
innata a buscar este tipo de nexos cognoscitivos. Después, la integración se
desarrolla con rapidez durante el primer año. La conducta y las emociones se
integran con el tiempo debido a la interacción entre experiencia y maduración.
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Desarro
llo
El niño de 3 a 4 años La
maduración del sistema nervioso del niño le va a permitir
grandes avances en su desarrollo motor. Esto se nota en aspectos tales como:
Psicomo
Mejor coordinación de los movimientos en actividades de saltar, correr, bailar.
Mejor realización de movimientos para manejar objetos con los brazos y
tor
manos como lanzar y botar balones.
Sus habilidades manuales han avanzado consiguiendo mayor precisión en sus
movimientos: pintar, garabatear…
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El niño de 4 a 5 años
En esta edad el niño perfecciona sus movimientos, se cae menos veces. Mejora
mucho su habilidad manual y puede realizar actividades escolares como: recortar,
puntear y colorear con cierta precisión de movimientos.
El niño de 5 a 6 años
El desarrollo de la inteligencia
El desarrollo de la inteligencia supone para el niño un largo proceso hasta conocer
la realidad que le rodea y comprender lo que pasa a su alrededor. Al nacer, el niño
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El niño de 3 a 4 años
El niño, debido a los avances antes comentados, aprende a través de la imitación de
situaciones reales, ve lo que hacen sus papás y hermanos en casa, lo que hace la
profesora en la escuela y los imita jugando. Es a través de este juego (mamás,
casitas, médicos, profesores) como el niño va conociendo lo que le rodea y las
formas de comportamiento de los adultos. A esta edad sólo entiende lo que ve y no
se da cuenta de las transformaciones de una misma persona u objeto. Por ejemplo:
no conoce al padre cuando se disfraza, aunque le oiga hablar. Para el niño, deja de
ser su padre y pasa a convertirse en “eso” en que se ha disfrazado. El papel que
juega el lenguaje en esta edad es fundamental porque da mayor riqueza a estos
juegos, ayudando a fijar los conceptos.
El niño de 4 a 5 años
El niño de cuatro años no es capaz
de dar explicaciones sobre las
cosas que pasan, de la misma
forma que lo hacen las personas
adultas. Lo que hace es unir cosas
sin entender la causa real: “las
nubes se mueven porque yo me
muevo”.
El niño de 5 a 6 años
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anteriores (“a dormir”, “a comer”), e intenta adaptarse a una conjugación más parecida a la del
adulto. Entre los tres y cuatro años debe usar el lenguaje de forma que le permita entender y
realizar preguntas, comprender y producir frases que expresen negación, aunque la perfección
diste del modelo correcto y se conforme con
poner un “no” ante aquello que rechaza: “no,
sopa, no”, “no, nene, no”.
El niño de 5 a 6 años
En esta edad el niño tiene que pronunciar correctamente todos los sonidos de la
lengua y sus errores habrán ido desapareciendo. No debemos olvidar que en el
curso siguiente empieza de forma sistemática la lectura y la escritura y los errores
que tenga en estos aspectos, le pueden perjudicar notablemente en dichos
aprendizajes. No obstante, no debemos alarmarnos en el caso de que algunos niños
tengan dificultades en la pronunciación de la “r”, la “s”, la “z” o “ch”; el ritmo de
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todos los niños no es el mismo y habrá algunos a los que cueste más pronunciar
estos sonidos y necesitarán del año siguiente para conseguirlo. En la utilización de
artículos, pronombres, preposiciones y adverbios, así como en los verbos y su
conjugación, el dominio debería ser total y no existir ningún tipo de problemas.
El niño de 5 a 6 años
La relación familiar sigue siendo muy positiva, centrada especialmente en la
madre, aunque el padre adquiere cada vez mayor
importancia para el niño. Se muestra servicial,
tiende a agradar porque es muy dependiente.
Además, es capaz de mantener un diá1ogo con
cualquier persona adulta. Con sus hermanos
pequeños adopta una actitud proteccionista, con
los otros niños juega y empieza a aceptar las
normas y reglas de los juegos. Siente fascinación
por la televisión, especialmente por los programas
infantiles.
Las etapas del desarrollo suelen clasificarse en cinco áreas principales: crecimiento
físico, desarrollo cognitivo, desarrollo afectivo y social, desarrollo del lenguaje y
desarrollo sensorial y motor.
Disfrutan de estar con sus amigos. Las opiniones de sus amigos se vuelven cada
vez más importantes. Y la presión de los pares puede volverse una preocupación.
Adquieren un sentido de la seguridad por participar con regularidad en actividades
grupales, como 4-H o Scouts.
Tienen más probabilidades de seguir reglas que ellos ayudan a crear.
Tienen emociones que cambian rápidamente. Los arranques de furia son comunes.
Muchos niños son críticos de los demás, especialmente de sus padres. Pueden
parecer histriónicos y, a veces, groseros.
Son impacientes. Les gusta la
gratificación inmediata y tienen
dificultades para esperar a tener lo que
quieren.
Se interesan en el dinero. Algunos niños
pueden obsesionarse con el ahorro y los
planes de ganar y gastar dinero.
Dibujan un rombo.
Dolores de crecimiento
En esta etapa que da comienzo a los cambios físicos en niños y niñas, es posible
que se den los conocidos como dolores de crecimiento. Son dolores óseos causados
por el crecimiento de los huesos, el estiramiento de los músculos y con ellos los
vasos sanguíneos y los nervios.
Desarrollo cognitivo
Este es el periodo de las operaciones concretas, se comienzan a manejar conceptos
espaciales, temporales y numéricos, lo que abre paso a los aprendizajes escolares
que será uno de los hitos más importantes de esta etapa.
Desarrollo emocional
El niño es ahora sumamente sensible y celoso de su intimidad. Debemos tener
mucho cuidado con lo que hablamos delante de otros, ya que puede sentirse
profundamente humillado si los padres o los profesores señalan en público sus
errores, sus miedos o inseguridades o hablan de él.
Su mundo ya no son sólo sus padres, sino que los amigos y compañeros comienzan
a ganar peso en su vida. Las opiniones de sus amigos se vuelven cada vez más
importantes. Es posible que no cuenten a mamá y a papá todo lo que les pasa, sino
que los amigos y compañeros pasen a ser sus confidentes. Los padres tienen que
tolerar y entender este paso no como una falta de confianza sino como un
desarrollo en la autonomía.
El niño es cada vez más autónomo, por lo que es conveniente aumentar las
responsabilidades que tiene en la dinámica familiar, haciéndolo parte de los
quehaceres habituales como recoger la mesa, poner el lavavajillas o separar la ropa
para lavar.
REECOMENDACIONES
La crianza de los niños es una de las tareas más difíciles y satisfactorias del
mundo. En esta parte del libro daremos recomendaciones para que pueda sentirse
seguro y este informado de la forma en como criar y ayudar a los niños.
Los niños son seres llenos de luz, son alegría pura y son
energía, es verdad cuando te dicen que, si un niño viene,
traerá alegría consigo. Pero nos necesitan, desde el primer
respiro.
Es complicado, los papas lo saben, el hecho de empezar a
formar a una persona nueva y pensar que tal vez no lo
hagamos bien. Nadie te dice como ser un buen padre ni
cómo convertirte en uno, pides opiniones y todos tienen
una opinión diferente con la cual aconsejarte que no sabes
cual tomar, ni cual sea la más correcta.
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A todos los papas que leen esto hoy, cada ser en este mundo es diferente, y cada
uno de ustedes tendrá una forma diferente de criar y pensara que es la correcta,
pero, sobre todo, el consejo más importante que deben de llevarse y deben de
aplicar, es que cualquiera que sea su forma de crianza, críen con amor.
Tal vez no todos los que leamos esto hoy tengamos hijos, pero todos alguna vez
fuimos niños, y todos alguna vez necesitamos algo.
Cuando nos convertimos en padres, queremos hacer todo lo correcto, es más
buscamos que sea perfecto y muchas veces no tenemos idea de cómo, pero siempre
hay que voltear atrás, siempre hay que recordar a nuestro yo de niño, y así
sabremos que es necesario, porque lo más importante es saber escuchar, saber
interpretar.
Y sabiendo esto, podremos dar una crianza llena de cariño, llena de amor y de
comprensión, una infancia segura.
Porque al final, lo que más necesitamos cuando somos unos niños y estamos
conociendo el mundo que nos rodea y haciendo preguntas, es ser escuchados con
amor.