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En esta serie de posts quisiera recuperar los conocimientos básicos que el médico debe dominar,
por su gran utilidad en la práctica clínica diaria. Este mensaje se magnifica aún más en el caso de
las consultas que atienden urgencias respiratorias, donde esta exploración es de utilidad diaria.
En esta primera publicación, quisiera centrarme en las dos proyecciones que se consideran básicas
y necesarias para tener una visión del tórax desde puntos de vista distintos y no caer en posibles
errores de interpretación que pueden producirse al valorar una estructura tridimensional (el tórax) en
solo dos dimensiones.
Figura 2: En la proyección postero-anterior, se coloca al paciente con el pecho en contacto con la placa
receptora, con sus manos sobre las caderas, para desplazar lo más lateralmente posible las escápulas y que
estas no alteren la imagen de los campos pulmonares 1.
Colocación: para saber si el sujeto a estudiar se coloca bien centrado con respecto a la incidencia
del haz de rayos X, mediremos la distancia entre el borde interno de las clavículas y la línea
imaginaria que uniría las apófisis espinosas dorsales. La distancia a ambos lados debe ser la misma
(Figura 4).
Visualización de los campos pulmonares de forma completa. La imagen debe incluir completamente
ambos ápex y senos costo-diafragmáticos.
2. Tórax lateral:
Figura 6: Radiografía de tórax lateral normal2.
En la proyección lateral, el paciente eleva los brazos por encima del nivel de los hombros y coloca
su costado izquierdo sobre la placa receptora. Buscamos con ello que el corazón se sitúe lo más
cerca posible de esta, con el mismo fin que en la postero-anterior: minimizar su sombra y ajustar al
máximo la imagen obtenida a su tamaño real.