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Facultad de Educación y Ciencias Sociales

Escuela de Psicología
Psicoanálisis I

LA CATARSIS DE CATALINA

Integrantes:
Fabiola Contreras
Carla Sánchez
Linda Sepúlveda
Cristián Varas

Noviembre de 2022

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Índice

SECCIÓN PÁGINA

1. Estudios sobre la Histeria - Sigmund Freud (1895)…................. 3


2. El Mecanismo Psíquico de los Fenómenos Histéricos -
(Comunicación Preliminar) (Breuer y Freud) – 1893…………….
4
3. Histeria Traumática y Perceptibilidad de la Conexión Causal
Accidente – Síndrome.……………………………………………...
5
4. Debilitación o pérdida de afecto de un recuerdo…………………
8
4.1 Temporalidad.……………………...…………………………….
8
4.2 Reacción.…………………………………………………………
8
4.3 Olvidos.…………………………………………………………...
8
5. El recuerdo mediante Hipnosis.……………….…………………...
9
6. Condiciones que originan los Fenómenos Histéricos.….……….
9
7. Sobre la Teoría del Acceso Histérico..……………………………
10
8. Caso Catalina: historial clínico de Freud.…..…………………….
12
8.1 Conexión causal e infancia…………………………………….
14
8.2 Consideraciones finales del caso……………………………...
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En el presente trabajo, conforme a lo requerido, buscaremos generar una comunicabilidad de

las ideas centrales del capítulo “EL MECANISMO PSÍQUICO DE LOS FENÓMENOS

HISTÉRICOS - (COMUNICACIÓN PRELIMINAR) (Breuer y Freud) – 1893”, distinguiendo lo

central de lo accesorio, visibilizando una conexión entre estos conceptos y, finalmente, hacer

una breve referencia al Caso Catalina.

I. ESTUDIOS SOBRE LA HISTERIA - Sigmund Freud (1895)

Los “Estudios sobre la Histeria” versan en general sobre las experiencias de Josef Breuer y

Sigmund Freud, los que, al recoger un nuevo método de exploración y tratamiento de los

fenómenos histéricos, actualizan aquellas experiencias que fueron publicadas en 1893 en

forma de una “Comunicación preliminar”. Por tanto, esta “Comunicación” vuelve a ser impresa

en formato de tesis.

Los autores reconocen que no pudieron utilizar metodologías estrictamente científicas, ya que

sus experiencias han sido recogidas en la práctica profesional privada, en el seno de una clase

social culta e ilustrada, y su contenido roza en múltiples sentidos la vida y los destinos más

íntimos de sus pacientes. Esto nos llamó profundamente la atención, puesto que, a pesar de

trabajar con un grupo de personas con características similares y que probablemente

escapaban al común o generalidad de las personas (considerando estatus socioeconómico,

cultural, educación, nutrición, etc.), Freud y Breuer logran construir y comunicar una teoría que

envuelve las bases de la histeria y la conexión con el concepto de sexualidad y su papel en el

desarrollo de la histeria.

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En vista de lo anterior, hemos percibido que Freud comunicó esto como una problemática, ya

que solo pudieron exponer y demostrar fragmentariamente su concepto de sexualidad como

fuente de traumas psíquicos y motivo de la represión de ideas fuera de la consciencia. Junto

con lo anterior, al concluir con el escrito en cuestión, Freud explica que, a pesar de sostener

que se ha efectuado un avance hacia el “descubrimiento del mecanismo psíquico de los

fenómenos histéricos”, sus trabajos nos han acercado al conocimiento del mecanismo de los

síntomas histéricos, más no al de las causas internas de la histeria. Como lo detalla el propio

autor, no han sino rozado la etiología de la histeria, solo aclarando las causas de las formas

adquiridas y la importancia del factor accidental en la neurosis.

Posteriormente, en el texto se describen historias clínicas de consideraciones teóricas, de la

cual hemos extraído la experiencia con “Catalina” para hacer un breve análisis de ese caso; y

finalmente, en un último capítulo, los autores exponen la técnica del “método catártico”.

II. EL MECANISMO PSÍQUICO DE LOS FENÓMENOS HISTÉRICOS -

(COMUNICACIÓN PRELIMINAR) (Breuer y Freud) – 1893

En este capítulo, los autores exponen la investigación efectuada sobre la motivación de los

diversos síntomas y formas de la histeria, es decir, aquel proceso que hizo surgir por vez

primera el fenómeno respectivo, teniendo especial consideración en que el mismo puede haber

sucedido muchos años atrás. Detallan que, en la mayoría de los casos, el simple examen del

sujeto no basta. Lo anterior, dado que recordar o rememorar, puede ser un ejercicio

desagradable para el individuo, o simplemente no recuerda los sucesos acaecidos,

constituyendo posibles bases para el trauma. Además, es posible que ni siquiera exista una

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sospecha sobre la conexión causal entre el hecho con el fenómeno patológico. Es por esto que

Freud consideraba importante el ejercicio de la hipnosis, para despertar los recuerdos

específicos ligados a la primera aparición del síntoma, y así encontrar la conexión buscada.

1. HISTERIA TRAUMÁTICA Y PERCEPTIBILIDAD DE LA CONEXIÓN CAUSAL

ACCIDENTE – SÍNDROME

Se reconoce que el factor accidental, aquel hecho o sucesión de hechos germen del

síndrome, posee en la patología de la histeria un valor determinante. Freud propone que en la

histeria traumática es el accidente lo que ha provocado el síndrome, y es posible deducir que

en todos y cada uno de los ataques que sufre el individuo, se revive por alucinación aquel

mismo proceso que provocó el primero, mostrando así la conexión causal. Interesantemente,

el autor agrega además que, con frecuencia, la causa de los fenómenos patológicos que el

paciente presenta, se aloja en sucesos de su infancia.

Así, si comprendemos que el síntoma relevante para el trauma actual puede haberse generado

por un suceso con larga data en el pasado, la conexión causal se hace relevante al observar la

desproporción entre el síntoma histérico y su motivación (aislada y momentánea), similar a la

que estamos acostumbrados a observar en la neurosis traumática (una suerte de género

especie con la histeria).

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Ahora bien, consideramos importante recalcar lo descrito por Freud en relación con la

perceptibilidad de la conexión causal, relatando 3 posibles escenarios que el mismo autor

distingue:

i. Conexión perceptible. La conexión es perceptible, permitiendo observar

evidentemente cómo el suceso causal ha dado origen al fenómeno que se trata y no a

otro distinto. En la lectura se detalla un ilustrado ejemplo sobre cómo una señora

adquirió un “tic” (hacer un sonido determinado con la lengua) a raíz de una experiencia

singularizada, reproduciendo este sonido durante años al ser confrontada con

excitaciones similares al suceso que le dio origen; da la sensación que existe una

relación casi mecánica.

ii. Conexión parcialmente observable o relacionable. En otros casos no es tan sencilla

la conexión, ya que entre la motivación y el fenómeno patológico existe una relación

más bien simbólica. Un ejemplo citado en el texto explica que sería semejante a la que

un individuo sano constituye en el sueño, cuando se vincula una neuralgia a un dolor

anímico, o náuseas al efecto de repugnancia moral.

iii. Conexión poco observable o relacionable. En una tercera serie, no sería factible

lograr descubrir, al principio, una correlación o nexo causal. A esta serie pertenecen los

síntomas histéricos típicos, como la hemianestesia (anestesia de una mitad del cuerpo),

la disminución del campo visual, las convulsiones epileptiformes (semejante a la

epilepsia o a sus manifestaciones), etc.

De lo anterior se desprende entonces que, en la neurosis traumática, la verdadera causa de la

enfermedad no es la lesión corporal, sino el sobresalto, el trauma psíquico. Cualquier afecto

que provoque los afectos penosos del miedo, la angustia, la vergüenza o el dolor psíquico

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puede actuar como trauma. Además, de la sensibilidad del sujeto y de su reacción depende

que el suceso adquiera o no importancia traumática.

En referencia al afecto, nos parece relevante comprender esta palabra de acuerdo al

Diccionario de Psicoanálisis de Laplanche y Pontalis, que la define como:

Palabra tomada por el psicoanálisis de la terminología psicológica alemana y que

designa todo estado afectivo, penoso o agradable, vago o preciso, ya se presente en forma de

una descarga masiva, ya como una tonalidad general. Según Freud, toda pulsión se manifiesta

en los dos registros del afecto y de la representación. El afecto es la expresión cualitativa de la

cantidad de energía pulsional y de sus variaciones (Laplanche y Pontalis, 1996, p.11).

Freud aclara también que, por su parte, en la histeria común es posible que se configuren,

sustituyendo el intenso trauma único, varios traumas parciales (grupo de motivaciones), que

por su acumulación podrían llegar a exteriorizar un efecto traumático, y cuya conexión está en

constituir fragmentos de un mismo historial patológico. Asimismo, en otros casos son

circunstancias aparentemente indiferentes las que coinciden con el suceso y podrían adquirir la

categoría de traumas.

Finalmente, Freud concluye que la conexión causal del trauma psíquico con el fenómeno

histérico no consiste en que el trauma actúe de “agente provocador”. El trauma psíquico, o su

recuerdo, actúa a modo de un cuerpo extraño, que continúa ejerciendo sobre el organismo una

acción eficaz y presente, como una secuencia circular - no lineal.

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2. DEBILITACIÓN O PÉRDIDA DE AFECTO DE UN RECUERDO

2.1 TEMPORALIDAD

A través de sus investigaciones y experiencias, Freud descubrió que los distintos síntomas

histéricos desaparecían inmediata y definitivamente en cuanto se conseguía despertar con

claridad el recuerdo del proceso provocador; por ejemplo, por medio de la descripción verbal

detallada de dicho proceso por parte del paciente. En esta reproducción del proceso

primitivo, aparecen estos síntomas relevantes -convulsiones, neuralgias, alucinaciones, etc.-

con toda intensidad, para luego desaparecer de un modo definitivo. Por lo anterior, Freud

consideró que sería posible deducir que el proceso causal actúa aún después de largos años,

de forma directa, y no por mediación de una cadena de elementos causales intermedios.

2.2 REACCIÓN

Como lo recalca Freud, si bien la debilitación o pérdida de afecto de un recuerdo depende de

varios factores, como la temporalidad antes descrita, también existe un elemento que se

relaciona con la condición que el sujeto reaccione o no enérgicamente al suceso

estimulante. La reacción implica toda la serie de reflejos, voluntarios e involuntarios, en los

que se descargan los afectos. Al sobrevenir la reacción con intensidad suficiente, desaparece

gran parte del afecto (descarga). En cambio, si se reprime la reacción, queda el afecto ligado al

recuerdo, dando base a posibles estímulos para un futuro trauma.

Según Freud, para que la reacción del sujeto al trauma genere un efecto “catártico”, este debe

ser adecuado, mediante actos o palabras; así el recuerdo del suceso no conservaría la

acentuación afectiva. Además de estas descargas por reacción, Freud considera que otro

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método efectivo de nuestra psiquis para anular la acentuación afectiva sucedería por

asociación, es decir, cuando el recuerdo del trauma se yuxtapone a otros sucesos opuestos y

se corrige por otras representaciones. Por ejemplo, después de un accidente se unen al

recuerdo del peligro y a la reproducción del sobresalto, el recuerdo del curso ulterior de

salvación, y la conciencia de la seguridad presente.

2.3 OLVIDOS

Finalmente, sumado a lo expuesto, Freud agrega aquella debilitación general de las

impresiones y aquel empalidecer de los recuerdos, que constituyen lo que se conoce como

“olvidos”, desgastando aquellas representaciones carentes de eficacia afectiva.

3. EL RECUERDO MEDIANTE HIPNOSIS

Mediante la utilización de la hipnosis durante un interrogatorio, emergen nuevamente recuerdos

de sucesos anteriores con la misma vitalidad de sucesos recientes, muchas veces respecto a

los cuales el paciente presentaba una total amnesia. El recuerdo del trauma psíquico eficaz no

aparece contenido en la memoria del enfermo, hallándose este en su estado normal y solo

surge en ella cuando se le hipnotiza. La razón de esta singularidad está en que tales recuerdos

constituyen una excepción de la regla general de desgaste, la que antes se menciona. Se

demuestra que tales recuerdos corresponden a traumas que no han sido suficientemente

“descargados por reacción”. Los enfermos carecen de estos recursos, para ellos, estas

vivencias están completamente ausentes en la memoria y solo con la hipnosis sería posible

desvelar esos recuerdos con nitidez. Se ha llegado a demostrar que estos recuerdos

corresponden a traumas que no han sido suficientemente abreaccionados.

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Los autores descubren la existencia de por lo menos dos series de condiciones en las cuales

no ha existido reacción alguna al trauma. En la primera, los enfermos no han reaccionado a

traumas psíquicos porque la naturaleza misma del trauma excluía una reacción, o debido a

que el trauma fue demasiado grande, y no tuvo poder para tramitarlo (como sucede en la

pérdida irreparable de una persona amada). En este primer grupo el propósito del enfermo es

olvidar los sucesos penosos en la mayor medida posible de la asociación.

La segunda serie de condiciones está dada por los estados psíquicos con los cuales han

coincidido en el enfermo los sucesos correspondientes. Acá la elaboración asociativa fracasa

porque en el estado normal de la conciencia y el estado patológico en el que surgieron tales

representaciones, no existe una amplia conexión asociativa. Ambas series de condiciones

también pueden coincidir en el mismo enfermo y de hecho coinciden muchas veces.

4. CONDICIONES QUE ORIGINAN LOS FENÓMENOS HISTÉRICOS

“La primera conceptualización propiamente freudiana sobre la histeria es susceptible de ser

ubicada en el texto analizado, pues aquí Freud propone una explicación etiológica novedosa

sobre el origen de los síntomas histéricos, basada en la idea de una defensa contra lo sexual.

En efecto, esta idea representa para algunos autores el inicio de la originalidad freudiana y

también el de cierto distanciamiento respecto del legado teórico de Jean-Martin Charcot,

Hippolyte Bernheim y Josef Breuer” [sic] (Amoruso y Bruno, 2010, p. 45).

Freud habla de estados anormales de la conciencia, en los que surgen estas representaciones

patógenas y para explicarlo menciona el término “double conciencie”, presente en los

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conocidos casos clásicos de histeria, los cuales comparten esta disociación y con ella la

aparición de estados anormales de conciencia, a los cuales reúne bajo el calificativo de

“hipnoides”. Cuando tales estados hipnoides existen ya antes de la aparición manifiesta de la

enfermedad, constituyen el terreno en el que el afecto instala el recuerdo patógeno, con sus

fenómenos somáticos consecutivos.

Respecto a los ataques, mencionan la descripción esquemática realizada por Charcot, quien

planteaba que el “gran ataque histérico” mostraría 4 fases: La fase Epiloide, La de los grandes

movimientos, La de las actitudes pasionales (esta fase si se presenta con intensidad, ocurre en

ella una fase alucinatoria) y La del delirio final.

Las diversas fases del ataque histérico se caracterizarían por la falta de alguna de estas fases,

su aparición aislada o su mayor o menor duración, pero hay también ataques que

aparentemente solo consisten en fenómenos motores. Cuando logran provocar el ataque

durante hipnosis, encuentran que también estos casos encierran en su base el recuerdo del

trauma psíquico o de una serie de traumas.

Concluyen diciendo tener conciencia del avance logrado por los estudios antes mencionados,

reconociendo haberse acercado al conocimiento del mecanismo de los síntomas histéricos y a

la importancia del factor accidental en la neurosis, más no al de las causas internas de la

histeria.

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5. SOBRE LA TEORÍA DEL ACCESO HISTÉRICO

Freud y Breuer, a pesar de tener un entendimiento sobre la descripción del ataque histérico

(grande attaque hystérique) de Charcot, manifiestan que esto no podría sostenerse como una

teoría, ya que no nos acerca a develar la conexión causal entre síndrome y trauma

psíquico, que se ha descrito previamente en el presente trabajo. Por esto, los autores exponen

una teoría y formulan sus postulados con base en sus estudios particulares, por medio del

interrogatorio en plena hipnosis e investigando sus procesos psíquicos durante el ataque

respectivo. Los postulados mencionados se detallan a continuación:

i. Retorno de un recuerdo.

Según Freud y Breuer, existe un contenido invariable y esencial en los ataques histéricos, el

retorno de un recuerdo, asociándolo a la fase de las “attitudes passionelles” de Charcot. Como

se comentó previamente en otros pasajes del presente, existen casos en que es evidente que

el recuerdo reiterativo del individuo versa sobre su propia vida pasada. Sin embargo, en otros

casos, el ataque se manifiesta solo de forma motora/física. No obstante, los autores insisten

que, al examinar a estos pacientes en estados hipnoides, se puede evidenciar y relacionar

dichos ataques puramente motores a intervenciones de recuerdos psíquicos, evidenciando así

que los fenómenos motores del ataque histérico siempre tienen una conexión con su respectivo

contenido psíquico.

ii. Reproducción alucinatoria.

Los autores describen que, una vez que retorna el recuerdo traumático, el contenido de este

consiste en la reproducción alucinatoria del suceso que produjo el recuerdo traumático por

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primera vez. Esta reproducción puede ser acompañada por una diversidad de ideas,

connotaciones y sensaciones (impresiones sensoriales), ligadas a ese momento.

iii. Recuerdo inconsciente - estado segundo de consciencia.

El ataque histérico construye un recuerdo inconsciente, no manifestándose de forma clara y

patente para el individuo en estado de vigilia o normalidad. Los autores aseguran que, al lograr

el individuo hacer completamente consciente este recuerdo, debiera suspenderse su capacidad

de generar ataques.

iv. Condiciones que formaron el contenido mnemónico.

Las condiciones que formaron el contenido mnemónico determinan si serán incorporadas a la

segunda consciencia. Freud y Breuer expresan que han descubierto dos de estas condiciones

determinantes, con alto grado de certidumbre. Un caso es aquel histérico que quiere olvidar

intencionalmente una vivencia o intenta inhibir y suprimir una representación; esto provocaría

que los actos psíquicos ingresen en el estado segundo de consciencia. Otro caso sucede

cuando las impresiones del individuo se han generado mientras se encuentran en estados

psíquicos extraordinarios (conmociones afectivas, estados de éxtasis, autohipnosis). Además,

los autores clarifican que las condiciones descritas pueden combinarse entre sí.

v. Privación de descarga adecuada.

De acuerdo a lo expuesto por los autores, nuestro sistema nervioso tiene una tendencia hacia

la homeostasis, efectuando las descargas necesarias mediante reacciones motrices

adecuadas. Entonces, todas las experiencias psíquicas que forman el contenido de los ataques

histéricos han sido privadas de la descarga apropiada, por diversas razones.

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6. CASO CATALINA: HISTORIAL CLÍNICO DE FREUD

El caso Catalina es uno de los historiales clínicos de Freud de estudios sobre la histeria, y tiene

como particularidad que no se trata de una paciente de Freud, sino de una muchacha que

conoce mientras se encuentra de vacaciones.

6.1 CONEXIÓN CAUSAL E INFANCIA

Consideramos importante destacar que la sujeto no recordaba ni sospechaba la conexión

causal del proceso motivador con el fenómeno patológico. Es decir, un recuerdo infantil

puede estar en estado latente durante años y aflorar en la vida adulta al estar expuesto a un

estímulo que evoque en el inconsciente un recuerdo reprimido. El trauma psíquico de Catalina

actuó como un cuerpo extraño, que continuó ejerciendo fuerza sobre su organismo a pesar

del tiempo transcurrido.

El trauma histérico que Catalina presenta ocurre en su época presexual, su efecto fue nulo en

ese momento, pero adquiere poder traumático cuando ya es mujer y comprende las intenciones

sexuales que su tío tenía hacia ella. Es decir, la primera escena no fue suficiente para motivar

los trastornos, pero al asociarse con la segunda, se actualiza su potencial perturbador.

Este caso demuestra, además, cómo los síntomas tienen relación directa con eventos

sucedidos generalmente en la infancia. Freud relaciona los vómitos y el asco con repugnancia

moral y física; esto se puede apreciar luego que Catalina fuera testigo de un episodio

traumático y explica la importancia de dar expresión verbal detallada al recuerdo del proceso

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provocador (descarga), para que los síntomas histéricos desaparezcan de forma inmediata y

definitiva.

6.2 CONSIDERACIONES FINALES DEL CASO

Finalmente, como comentario del caso Catalina, nos asombró el trabajo y foco que Freud

implementaba en sus investigaciones/sesiones con sus pacientes. Como lo hemos observado

en clases, el hecho de indagar y no satisfacerse meramente con explicaciones biológicas u

orgánicas sobre los síntomas observables, permitió a Freud teorizar respecto al Psicoanálisis.

Asimismo, también nos pareció interesante la búsqueda de la relación causal en la infancia de

los sujetos. Esto no solo por la metáfora del árbol genealógico (división de traumas en otros,

generando nuevas raíces-traumas e incluso nuevo follaje-síntomas), sino también el hecho de

romper el esquema o estigma que la infancia sería irrelevante en la construcción del individuo

adulto, considerando especialmente los posibles traumas que eventualmente exteriorice, tal

cual como se puede apreciar del caso Catalina.

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Referencias Bibliográficas

 Amoruso L y Bruno M, Breve revisión de la primera conceptualización freudiana sobre la

histeria, Perspectivas en Psicología: Revista de Psicología y Ciencias Afines, vol. 7,

núm. 1, noviembre, (2010). p. 45, Universidad Nacional de Mar del Plata.

https://www.redalyc.org/pdf/4835/483555653006.pdf

 Laplanche J y Pontalis J, Diccionario de Psicoanálisis, (1996) p.11, Editorial Paidós.

https://www.bibliopsi.org/docs/guia/diccionario-de-psicoanalisis-laplanche-y-pontalis.pdf

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