12 de Septiembre de 2023

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE QUERÉTARO

FACULTAD DE PSICOLOGÍA
ÁREA CLÍNICA
Campus SJR
Materia: Antecedentes del Método Psicoanalítico.
Nombre del docente: María Guadalupe Reynoso Nieto.
Estudiante: Raldan Ruben Castillo Monroy.

Expediente: 308917.
Psicoterapia de Histeria (1893-95)
¿Qué es lo que quiero saber?
Tomando de referencia el texto anterior, Freud hablo de la psicopatología
enfatizando en la histeria, si bien, no hablo de un tratamiento, quiero pensar que en
este texto si lo hizo, me pregunto ¿Qué tratamiento propone Freud en esta lectura?
¿Qué fue lo que aprendí?

Lo rescatable que veo al comienzo, es la duda de Freud ante la hipnosis al momento

de ejercer la cura catártica. Si bien, de buenas a primeras, se señala que aquella
representación que esté fuera del yo devendrá patógena (haciendo referencia a ser
una representación reprimida). El autor da unas cuantas impresiones acerca de lo
que puede producir el método catártico, a mi parecer, dan entrada a lo que después
formará parte del propio psicoanálisis. El material psíquico patógeno no está al
alcance del Yo, ya que de por medio se encuentra una resistencia, por tanto, el
método –en aquel entonces- será eliminar las resistencias para esclarecer eso
patógeno, eso reprimido. Ahora, el autor se da cuenta sobre la gran gama de
síntomas, recuerdos y representaciones patógenas que puede presentar el sujeto,
a diferencia de antes, que solo daba peso a una representación.

Existe un núcleo de recuerdos que tiene relación con lo traumático: 1) Ordenamiento

lineal cronológico: Los recuerdos van surgiendo de manera cronológica. Desde los
más frescos y recientes, hasta aquellos que comenzaron con lo patógeno. 2)
Ordenamiento estratificados de manera concéntrica en torno del núcleo patógeno.
Esta parte la leí de la siguiente manera: Esclarecer desde los recuerdos de fácil
acceso, hasta los más profundos y oscuros, esto guarda harta relación con lo
anterior, parecería ser que lo cronológico para Freud es este asunto, de ir a lo fácil
a lo difícil, a lo cual, podría traducirse de la siguiente manera: Volver hacía atrás,
hacia la infancia, donde, allí se esconden gran parte de los recuerdos
displacenteros, que de una u otra manera, dieron el comienzo de lo “patógeno”.
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¿Todo esto a que viene? Pues bien, Freud se da cuenta que los síntomas no
solamente provienen de un determinismo, sino de un determinismo múltiple: “Puede
ocurrir que en el material patógeno haya en juego más de un núcleo”. (Freud, 1893-
95 ,pp. 295). La anterior premisa choca con lo que inicialmente dijo (“Existe un
núcleo de recuerdos que tiene relación con lo traumático”), se puede ver al autor un
tanto confuso e inquieto, pues bien, en el caso de la histeria no solamente fue
causada por un factor, sino que, hubieron varios de por medio, esto me recordó al
Seminario 11 de Lacan: Entre la causa y el efecto hay una hiancia donde surge el
inconsciente, es decir, lo que creemos que hizo de causa en cuanto a nuestro
malestar, no es, hay que considerar que muchas cosas puede hacer de causa,
incluso el propio azar, Freud, ya se estaba dando cuenta de ello.

Volviendo al texto, la terapia entonces consistirá en disolver la resistencia: “Es

totalmente infructuoso avanzar en forma patógena directa hasta el núcleo de la
organización patógena”. Antes de avanzar con el método propuesto por Freud, me
gustaría alegar que, el análisis no es tan lineal como propone Freud en el texto,
habrá ocasiones en que los recuerdos salga disparatados, otras veces el sujeto no
irá a consultorio, inclusive, se puede quedar estancado en un solo tema. No digo
que la interpolación de Freud sea incorrecta, me parece que fue acertada, empero,
no sucede de esa manera con todos los sujetos.

A continuación, Freud acertó bien en su método: “Uno empieza por hacer que el
enfermo cuente lo que sabe y recuerda…Se le ocurren una multitud de
reminiscencias sin que sea preciso hacerle preguntas o proponer tareas...Se hará
bien dejarlo reproducir durante algún tiempo sin ejercer influjo sobre él” (Freud,
1893-95 , pp. 297). Traducción: Se escucha y se devuelve la palabra del sujeto,
para que trabaje con eso con lo que acudió a consultorio. El mismo puede hacer
conjeturas sobre su persona, él es quien debe reestructurarse, más no el otro. He
aquí, rompe con el hito de las demás disciplinas, el terapeuta ya no dice que hacer,
sino ahora pone en tela de juicio al sujeto para con su síntoma “¿Qué harás con
ello?”

Por ello, más adelante Freud menciona que se debe liberar de prejuicios respecto
de con quién se va a tratar, a la postre, afirma sobre la humanidad de uno mismo:
es imposible no tener expectativas sobre el paciente.

El autor descubre una característica del síntoma: Este reaparece en cuestión o

surge con intensidad reforzada, a la postre, “este se mantiene durante todo el
tiempo…en el orden del día”. (Freud, 1893-95 ,pp. 301). Espeluznante afirmación,
pensar que en el día a día cada quien ejerce sus síntomas sin darse cuenta, suena
escalofriante. En conclusión, hay que sabérselas con las resistencias, para volver
consciente al enfermo su obstáculo. Al final del texto, el autor hace hincapié cuando
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el sujeto reprocha al terapeuta sobre el que él no podrá auxiliarlo ni socorrerlo sobre

su persona ¿Entonces, cómo pretende ayudarlo? A lo cual Freud responde: No
dudo de que el destino le resultaría por fuerza más fácil que a mí librarlo de su
padecer. Pero usted se convencerá de que es grande la ganancia si conseguimos
muda su miseria histérica en infortunio ordinario. Con una vida anímica restablecida
usted podrá defenderse mejor de este último.” (Freud, 1893-95 ,pp. 309). Cosa que
más adelante dirá en el Malestar de la cultura: Cada quien arréglaselas para con su
conflicto, es cuestión de cada quien.

Freud. S. (1893-95). Psicoterapia de la histeria (1893-95). En Obras completas, Estudios

sobre la histeria (J. Breuer, y S. Freud (1893-95)). (pp.289-309). Amorrortu

Editores.