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UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DEL PERÚ

FILOSOFIA DE DERECHO

TAREA ACADÉMICA II

TEMA:

ANÁLISIS DE CONTENIDO DE LA LECTURA: "KAREN LLONTOY Y ERA

COMITÉ DE DD.HH"

INTEGRANTE:

Zegarra García, Milagros

Lima, 11 de Noviembre del 2022

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KAREN LLONTOY Y ERA COMITÉ DE DD.HH

El 27 de junio de 2001, Karen Llantoy Huamán, de 17 años de edad, se sometió a una


ecografía en el Hospital Nacional Arzobispo Loayza. El 3 de julio del mismo año, el
médico gineco obstetra Ygor Pérez Solf le informó que el feto de tres meses que
gestaba sufría de anencefalia, es decir, de una “grave malformación congénita,
caracterizada por la ausencia del cerebro, la falta de calota craneana (cráneo) y el
cuero cabelludo” (Promsex).
El Dr. Perez le señalo que tenía dos opciones: continuar o interrumpir la gestación;
recomendándole la interrupción del embarazo mediante un legrado uterino, debido a
que su vida corría riesgo en caso de continuar con el proceso. Karen aceptó la
interrupción del embarazo, por lo cual se le practicaron los estudios clínicos
necesarios, lo cuales confirmaron el padecimiento de feto. Karen en compañía de su
madre se presentó en el hospital para ser internada para la intervención, el Doctor
Pérez le informó que debía solicitarse la autorización por escrito al director del hospital.
Siendo Karen menor de edad, su madre, la señora Elena Humana Lara, presento
dicha solicitud. El 24 de julio del 2021, el Dr. Maximiliano Cáceres, Director del
Hospital, respondió por escrito, que no era posible realizar la interrupción
de la gestación, por cuanto hacerlo sería contravenir a las normas legales peruanas.
Ante ello, la joven fue obligada a llevar a término un embarazo a pesar de que
implicaba grave riesgo a su salud física y cuyo desenlace fatal se conocía de ante
mano. Durante ese periodo su salud mental se deterioró gravemente
desencadenando un cuadro depresivo con severas repercusiones para el desarrollo
de una adolescente, pues Karen tenía apenas 17 años cuando ocurrieron los hechos.
En el inciso 1 del artículo 2° de la Constitución Política del Perú establece como
derecho fundamental de la persona: “A la vida, a su identidad, a su integridad moral,
psíquica y física y a su libre desarrollo y bienestar”. En nuestro país el aborto es
considerado un delito penal “Ética de Máximos”; pero se crea el debate cuando nos
encontramos frente a un aborto terapéutico, cómo pasó con Karen Noelia Llantoy
Huamán que demanda al estado ante el Comité de Derechos Humanos presentando
como cuestión de fondo: Derecho a un recurso efectivo.

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A pesar de que el aborto, por razones de salud, no es considerado un delito en el
Perú, el Estado niega su inclusión en la política pública, “Ética de máximos “con lo
cual infringe el derecho de las mujeres a interrumpir un embarazo cuando este afecta
su salud. La OMS, que define a la salud como el estado bienestar físico, mental y
social, ¿y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades?
En nuestro país, esta causal se fundamenta en la protección de la salud de la mujer
“Ética de Mínimos” y está tipificado en el Código Penal, el cual señala: No es punible
el aborto, practicado por un médico con el consentimiento de la mujer embarazada o
de su representante legal, si lo tuviera, cuando es el único medio para salvar la vida
de la gestante o para evitar en su salud un mal grave y permanente. Cuando es el
único medio para salvar la vida de la gestante o evitar en su salud un mal grave y
permanente, debe de ser practicado por un médico según el artículo de Dador (2012)
Artículo 119. “No es punible el aborto practicado por un médico con el consentimiento
de la mujer embarazada o de su representante legal, si lo tuviera, cuando es el único
medio para salvar la vida dela gestante o para evitar en su salud un mal grave y
permanente”. Dador señala que con esta condición se establecen dos protecciones
distintas, aunque relacionadas, “evitar la muerte” y “preservar la salud”; el primero está
vinculado al derecho a la vida y el segundo a la preservación de la salud. La diversidad
de valores en una misma sociedad puede acarrear problemas en la convivencia y
en la legislación evidencia un conflicto entre las éticas de mínimos y máximos,
en términos de justicia y de indicadores de salud pública. En el texto nos explica cómo
se presenta médicamente la Anencefalia en los fetos y el desenlace que tienen al
continuar con el embarazo, afectando la vida del feto imposibilitando concretar la
vida, por la afección mortal que sólo le permitirá vivir unas horas, en el mejor de los
casos días. Según la clasificación internacional de enfermedades, las
malformaciones congénitas del Sistema Nervioso se pueden clasificar en:
Anencefalia y malformaciones congénitas similares, Encefaloceles, Microcefalias,
Hidrocefalias, Espina Bífida y otras malformaciones congénitas de la médula espinal.
La Anencefalia se puede definir como un cierre defectuoso del neurólogo anterior
durante la 4ta semana de gestación. En el momento de nacer, se denota como una
masa de tejido degenerado que queda al descubierto. Por lo expuesto, exigir
a la madre a alargar el sufrimiento al llevar un embarazo médicamente mortal para su
hijo, es violar el derecho a la libertad de decidir su salud, el derecho a tener una vida

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sana, a gozar de una salud física y mental dela mujer y adolescente. En el caso de
Karen Llantoy. En este caso defendemos ante una sociedad justa, con valores
morales y éticos, respetable de los derechos humanos a la vida digna de la madre; la
cual fue sometida a alargar su sufrimiento y dolor hasta el parto, sin recibir tratamiento
psicológico después de ver morir a su hijo a los cuatro días de nacido. La interrupción
médica del embarazo por razones de salud no centra su debaten el derecho a la
maternidad voluntaria, sino en la situación excepcional de protección de la salud de la
mujer. En el Perú, el acceso bajísimo del aborto no penalizado, no es justificado
dada la alta incidencia de muerte materna y cálculos no bien estimados de
morbilidad extrema grave. En síntesis, reafirmamos nuestra postura puesto que, el
respeto a la vida dignas uno de los derechos universales que tenemos como
personas en una sociedad democrática con valores y principios. En segundo lugar,
todos tenemos el derecho a la salud física y mental de la madre cuando el feto pone
en riesgo su vida. Es por esto que el caso de Kelly Llantoy es justificada la demanda
contra el estado y el hospital que le negó la autorización para el aborto.

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