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Hasta hace poco hablar de duelo por separación podía sonar extraño, de hecho, aún

mucha gente se toma a la ligera el cese o término de la relación de pareja, diciendo cosas
como:

Es lo mejor que podías haber hecho, total no servía para nada. Esta frase benevolente
va directa a tu estómago, ya que a tu ex-pareja la elegiste tú y puede que sea el padre /madre
de tus hijos.

Pega directamente en tu autoestima, acompañada de un sentimiento de fracaso.

Vas a estar mejor solo/ sola, así puedes hacer lo que quieras.

Ya no vas a tener problemas con tu familia. Que puede ser real, pero para ti es igual de
doloroso.

Es lo mejor para tus hijos. Puede que sí, pero conlleva un sufrimiento y un reajuste.

No te pongas así, le pasa a todo el mundo…

El proceso de duelo por separación, requiere una elaboración en solitario o a través del
COUNSELING

También se puede llamar trabajo de duelo, que no hay que pasar por alto, ni como
decía antes tomar a la ligera.

Tus pensamientos pueden ir en la dirección “yo estoy bien, no lo necesito”. Te aseguro


que no es verdad.

Ante cualquier perdida, sea de pareja, relación de amistad, trabajo… surgen unos
sentimientos, que como no los entiendas, canalices y trabajes en ellos se pueden convertir en
enfermedades tanto físicas como mentales (duelo complicado).

Te pueden acompañar toda la vida.

Este recorrido tiene sus reglas, tiene sus pautas, tiene sus mapas y el conocerlos te
ayudará a llegar más firme al final del camino.

La elaboración del duelo, requiere de tiempo, dependiendo de varios factores


(Factores del duelo en proceso de divorcio)

Tu personalidad

El grado de amor y vivencias habidas en tu relación

La cantidad de pertenencias adquiridas conjuntamente

Si habéis tenido hijos durante la relación

Así como la claridad con la que vivas lo irreversible de la ruptura.

Pero, ¿Qué es el duelo?

Para Jorge Bucay 2004 en el camino de las lágrimas, el duelo es un proceso de


elaboración normal, que debe suceder, frente una perdida y que tiende a la adaptación y
armonización de la situación interna y externa de las personas, frente a la nueva realidad.
La palabra duelo significa dolor y por tanto, el proceso de duelo por separación, en
este caso, será un proceso de pasar por el dolor ante la separación de la pareja, también puede
ser por pérdida o simplemente por situaciones muy dolorosas que te ocurren y tienes que
asimilar, ordenar, y experimentar.

Los sentimientos, que, aunque quieras evitar, son los que te van a conducir a aceptar
el hecho que ha pasado.

No sé si te has dado cuenta, vives en una sociedad que te transmite que debes estar
siempre bien, alegre y feliz.

Que el dolor y el sufrimiento son malos, lo cierto es que tus emociones negativas no
son malas como a priori te puedan parecer, están ahí para ayudarte a algo, y si luchas contra
ellas y las niegas, al final el resultado es que no terminan de desaparecer.

Es cierto que hay sufrimientos inútiles. Vives continuamente interpretando lo que te


pasa y según esas interpretaciones así te sientes.

Si interpretas hechos neutros como ataques, sentirás la misma ira que si realmente te
estuvieran atacando, si interpretas fallos o errores sin mucha importancia como pruebas de tu
poca valía, realmente sentirás un malestar acorde con estas ideas.

Este tipo de sufrimiento es inútil, porque de alguna forma lo provocas tú con tu forma
de interpretar las cosas. Sin que realmente la situación sea tan negativa o siendo
objetivamente negativa a veces sufres más de lo que te corresponde porque lo magnificas.

Así que en este caso permítete sentir el dolor, la ira y la tristeza para así poder pasar
tu proceso de duelo por separación.

Como dice fonegra 2001, el duelo es un proceso de ajuste emocional después de una
perdida, durante el cual diversas emociones luchan entre sí.

Según el DSM- IV- TR el duelo es una reacción a la muerte de una persona querida.

Señala síntomas característicos de un episodio depresión mayor como la tristeza,


insomnio, pérdida del apetito y estado de ánimo depresivo.

Esta definición evidencia la perspectiva de la muerte ya que normalmente el duelo patológico


está asociado a la pérdida de un ser querido, pero es aplicable también a otro tipo de perdidas
como la que estamos viendo aquí por separación o por divorcio.

Los síntomas asociados pueden ser replicables a la vivencia del duelo por separación o
divorcio, pero en este caso estaríamos hablando de un duelo complicado que habría que tratar
a través de terapia.

Vivencia individual del duelo

Cada pareja es un mundo, con circunstancias diferentes e individuales, con cargas


afectivas y materiales también diferentes, además de tener hijos o no.

Todo esto hace que en la ruptura de pareja el proceso sea personal y diferenciado.

Todo esto hace que en la ruptura de pareja el proceso sea personal y diferenciado[
Hay que tener en cuenta:

Quién finaliza la relación (no es igual dejar que se dejado o dejada)

El motivo de ruptura no es lo mismo que sea porque no te llevas bien o porque hay otra
persona y descubres una infidelidad

También influye la forma en que se acaba la relación, si se habla o no hay oportunidad de


explicación, si es por una pelea o es consensuado

Qué impacto tiene en tus circunstancias vitales: tener hijos o no, cómo te quedas
económicamente, si tu red de apoyo y amistades eran individuales o compartidas o de la otra
parte …

Características de la propia relación mantenida: años de convivencia, tipo de convivencia,


que te aportaba esa relación…

Características personales: no es lo mismo la ruptura a los 20 años que a los 50 años, si


tienes una vida laboral y de ocio o no, si es la primera ruptura que la cuarta…

Y también afecta qué te va a pasar a partir de la ruptura, cómo se comporta la ex-pareja, no


es lo mismo que no pare de llamar a que se mude a otra ciudad, que si te da problemas con los
hijos y no hay buena comunicación, que te controla y te vigila y te hace la vida imposible…

Qué impacto familiar y social tiene: no es igual verte apoyado/ apoyada por familia y amigos
a que si te critican y reprochan continuamente. Incluso en el caso de los hijos.

Proceso o Trabajo de duelo: 9 FASES

Los autores siguen sin ponerse de acuerdo en el número de fases, también las pueden
llamar etapas e incluso tareas, como he dicho depende de quien las defina.

Para esta entrada, he elegido a mi parecer la clasificación más completa propuesta por
la terapeuta Begoña Ramos González.

Más abajo te puedes ayudar con una Check-list de otra clasificación algo más
sintetizada, pero que resume las etapas más relevantes.

Incredulidad o negación

Es la primera fase a la que te enfrentas.

Cuando eres tú la parte que rompe la relación esta fase parece inexistente, y digo
parece, porque puede que haya aparecido esta negación durante alguna etapa de la relación
donde empiezas a barajar la posibilidad de separarte.

Está claro que se observa de forma evidente si eres abandonado o abandonada sea por
el motivo que sea.

Es una fase que se corresponde con el shock inicial de la noticia y con el mecanismo de
defensa de no querer enfrentarte a esa realidad.

No hay duración establecida para esta fase, lo habitual es pasarla los primeros días o
semanas desde que recibes la noticia.
Si tu ex-pareja tarda en abandonar el hogar o si las circunstancias de la ruptura han
sido confusas; como, por ejemplo: una pelea muy fuerte donde no crees que se vaya a cumplir
la amenaza, una ruptura muy brusca sin una etapa previa de conflicto o malestar o si las
explicaciones no son muy claras.

Insensibilidad

Cuando dejas de negarte a el hecho en sí de la ruptura o empiezas a creértelo, entras


en una fase muy curiosa dónde dices no sentir nada.

Si esta es la etapa por la que estás pasando ahora. Hablas del tema igual que si te
comentan una noticia de la televisión, sin ningún tipo de emoción, como una mera descripción
de hechos pasados, presente y puede que hasta futuros.

Quizás eres consciente de lo raro de la situación.

Puedes relacionarlo con el hecho de creer que en realidad no estabas tan enamorada o
enamorado como pensabas en un principio. Que has aceptado muy rápido la ruptura y has
pasado página.

Puedes notar que eres incapaz de conectar con tus emociones y no solo con las
negativas sino también con las positivas es como si viviera bloqueada o bloqueado
emocionalmente.

Te extraña que no llores ni te enfades demasiado pero también que no te alegres ni


seas capaz de emocionarte como lo hacías antes.

Aquí existe un bloqueo y necesitas sentir que puedes avanzar en tu duelo.

Tristeza

A esta fase es fácil llegar, cuando te crees lo que está pasando y superas el bloqueo
inicial, empieza la tristeza y el dolor.

Si hay una emoción que corresponda más que otra cualquiera al duelo, esta es sin
duda, la tristeza.

Es la emoción que corresponde a cualquier tipo de pérdida, es sana y necesitas pasarla.

Si hay una emoción que corresponda más que otra al duelo, esta es sin duda, la
tristeza.

Es la emoción que corresponde a cualquier tipo de pérdida, es sana y necesitas pasarla.

Aparece de forma natural siempre que pierdes algo, desde el niño que pierde su
juguete al que quiere mucho hasta la persona que pierde su empleo, o cuando un buen amigo
o amiga se distancia por algún motivo.

Actualmente es muy difícil tener la capacidad para emitir esta respuesta y ser
considerada como buena y necesaria, normalmente se promueve la felicidad y la alegría.

También lo puedes ver como un signo de debilidad y quieres estar fuerte por ti y por
tus hijos, ya que intentas normalizar la situación para no afectarlos.

Al final no te permites ni les permites tener pequeños momentos para estar triste y
llorar.
Puede pasar que en momentos puntuales exploten descontrolados e inoportunos.

Otras veces la tristeza la puedes esconder, porque tu ex pareja no se lo merece.

En otras ocasiones puedes asociarlo a la depresión y cada vez que te notas la más
leve tristeza pones en marcha una serie de mecanismos de distracción y auto-mensajes
positivos o auto-regaños para cortarla lo más rápido posible.

Aquí tienes que aprender a manejar esta emoción para poder seguir con tu vida y tus
actividades.

Miedo angustia y culpa

En muchas ocasiones después de varias semanas de tristeza pueden aparecer en ti


nuevas emociones que se van intercalando con esa tristeza.

Las fases, como he dicho antes, no necesariamente tienen que seguir un orden ni pasar
por todas ellas. Puede que estas emociones aparezcan antes que la tristeza o no aparezca, sino
que directamente pase de estar triste hasta comida con rabia o con rencor directamente.

El miedo

Aparece con bastante frecuencia, suele ser miedo a lo desconocido.

Puedes tener miedo a lo que te depara el futuro

A enfrentarte a nuevas tareas, que llevaba antes la otra persona y que al tener que
hacerlas en tu nueva situación, no vas a saber si eres capaz de llevarlas a cabo.

Miedo a llevar sola tus hijos y a ser capaces de enfrentarte a todo lo que requiere esa
responsabilidad y educación.

Quizás miedo a todo y a nada en concreto, sólo al futuro que puedes sentir peor que
lo ya conocido.

La angustia

Se mueve a veces como en forma de ansiedad y suele aparecer normalmente en los


trámites de la separación.

-Ante el juicio.

-Ante los trámites y las decisiones de las pertenencias que se queda cada uno o una.

-Las decisiones de custodia y pagos por los hijos.

Todo esto te puede crear gran ansiedad, sobre todo si no has quedado en buenos
términos y la capacidad de resolución de problemas está mermada.

También puede pasar que tras la ruptura tengas información de tu ex pareja y te


pueda crear desasosiego.

La información que te va llegando sea o no relevante; por ejemplo: el saber que está
saliendo con otra persona o que le han visto en algún sitio con alguien o simplemente que
sigue su rutina y aficiones y tú estás en casa con la sensación de parálisis y pérdida vital.
Me temo que de todas estas informaciones la que más impacto emocional puede tener
en ti es conocer una infidelidad pasada una que ocurrió durante la relación.

Que el motivo de la ruptura fuera otra persona con o sin infidelidad.

La culpa

Aunque parezca lógica en el caso de que tú hayas dejado la relación por el motivo que
sea y sobre todo si no ha sido de mutuo acuerdo.

Lo cierto, es que también puede aparecer si eres abandonado o abandonada. Puedes


identificarte en ese sentido.

Aquí es donde te pueden aparecer los temidos y autodestructivos” y si hubiera…”, “y si


en vez de…” que además de negativo son poco prácticos y lo peor de todo es que pueden
llegar a ser interminables.

Tienes clarísimo que tu ex es el malo o la mala de la historia y te ves como una


auténtica víctima de todo lo ocurrido sin apreciar realmente la responsabilidad que has tenido
en la relación y en la ruptura.

La ira

Puedes identificarla en forma de enfado o rencor.

Estás sumergida/o en la fase del porqué continuo, de las conclusiones, incluso es una
fase donde pueden aparecer la necesidad de venganza o castigo.

Aquí es donde tomas conciencia de lo que te ha pasado, de la pérdida y vives la


ruptura como un ataque personal o una injusticia.

En esta etapa es donde verbalizas todo el esfuerzo y sacrificio que has hecho por tu ex
-pareja. y ahora ves inútiles y con la sensación de haber perdido un tiempo valioso.

Así te puedes sentir sobre todo si eres el abandonado o abandonada.

Como en todas las fases no es negativa, después de haber estado triste y angustiado o
angustiada durante un tiempo, esta emoción parece que proporciona una fuerza y ánimos que
llevabas dormidos y que en su justa medida te conducirán a la siguiente fase y por tanto a que
continúe el proceso y finalice.

Aunque es una fase muy funcional también es una de las más peligrosas porque es
muy fácil quedarse atrapado/ atrapada en ella.

Seguro que has visto a personas que mucho tiempo después de su ruptura o
separación, incluso años hablan de sus parejas con el mismo odio y rencor que se hubiera
pasado una semana.

El descontrol

Esta tapa suele venir frecuentemente después de la ira o a la vez que está.

Puede surgir una energía renovada, con ganas de enfrentarte al mundo, salir,
arreglarte de nuevo, cuidarte más físicamente e incluso es frecuente que tengas que tengas
ganas de cambiarte el look: como el pelo, ropa maquillaje.
Reflejan al fin al cabo necesidad de cambio.

Está tapa es bonita cuando llega, aunque siguen intercalándose las emociones
positivas con las negativas.

En esta etapa puede sentir que vives una segunda juventud porque hay muchas ganas
de hacer actividades, tener planes, salir de copas…

Teniendo hijos también, puede parecer que no, lo que pasa que es más complicado
sobre todo para la persona en la que ha recaído la custodia de los hijos.

También es difícil el poder llevarlo a cabo cuando recibes críticas o reproches de tu


entorno familiar que no entiende ese cambio y suele pensar que va a ser permanente y no
temporal.

Ten en cuenta que normalmente es temporal ya sea un corto largo periodo de tiempo,
dependerá de tus características personales, tus circunstancias y lo que quieras conseguir de
esta fase.

En la mayoría de los casos tu autoestima se ha visto dañada tras la separación,


especialmente si has sido la abandonada o el abandonado o ha habido terceras personas
implicadas en la ruptura.

Sientes la necesidad de volver a verte bien y de volver a quererte como lo has hecho
en un tiempo atrás.

A esta etapa la puedes llamar baño de autoestima.

Pueden aparecer relaciones, pero de manera transitoria porque tienes que tener en
cuenta que esto sigue siendo una etapa más de tu proceso de duelo por separación.

Nostalgia

Esta fase la puedes vivir como una vuelta a la tristeza, aunque no suele darte con tanta
intensidad.

La emoción que predomina en la nostalgia, no necesariamente echando de menos a tu


anterior pareja sino las vivencias que compartiste con ella, el tener alguien al lado, él no
encontrarte solo o sola, el ver que tú paseas con tu hijo con tu hija por el parque y no tienes
nadie al lado.

Tienes que llevar a tu hijo al médico y antes casi siempre ibas en compañía de tu pareja
y ahora lo tienes que hacer solo o sola, en definitiva, echas de menos los buenos tiempos, la
ayuda y la compañía de vivir con otra persona. Sientes que tu compañera actual es la soledad.
Un trago amargo, lo sé.

Esta es una buena tapa para hacer una revisión de lo ocurrido en tu vida. Ver tu
separación desde otra perspectiva.

Aquí no sueles tener en cuenta tan solo lo negativo o lo positivo, sino que eres capaz
de hacer un balance y verlo con la calma del paso del tiempo y la madurez del aprendizaje.

Puedes notar que tienes más necesidad de estar en soledad menos ganas de quedar
con amigos que antes y probablemente busques más excusas para quedarte en casa incluso los
fines de semana.
Hay que tener en cuenta que la nostalgia es una es una emoción de la familia de la
tristeza que reclama aislamiento e introspección.

En esta etapa te perdonas y perdonas y es aquí también donde te pueden empezar las
dudas y miedos sobre el futuro, especialmente sobre futuras relaciones.

Es una buena etapa para hacer una revisión del papel que has tenido en otras
relaciones y que necesitas cambiar para tu futuro aprendiendo de los errores del pasado.

En definitiva, esta fase se vive de manera más relajada.

]En definitiva esta fase se vive de manera más relajada.

Serenidad

En la tapa de serenidad concluye el duelo.

Aquí y ahora necesitas estar bien.

Es en este momento donde tú sientes que estás cansada o cansado de pasarlo mal y
quiere pasar página, seguir con tu vida.

Es donde comienzas a retomar los contactos sociales y todas tus rutinas.

Eres capaz de exponerte a situaciones y lugares que has estado evitando.

Sales o quedas si de verdad te apetece y te viene bien, pero si no, puedes quedarte en
casa tranquilamente.

No te extrañe que aparezcan pequeños momentos de tristeza o nostalgia, pero sin


duda sabrás desecharlos con auto- mensajes de ánimo.

Aceptación

No es una etapa en sí, es cuando sabes conscientemente que el proceso ha concluido.

Eres capaz de pensar en tu pareja sin dolor.

Puede que incluso ya tengas información de tu ex sin angustia ni ansiedad y sin tener
ninguna emoción negativa.

En general vas a tener un estado de ánimo positivo y estable, te ves fuerte y capaz de
seguir tu camino.

Ya no te aferras a ninguna idea de volver, ya recuerdas a esa persona te sientes


liberada o liberado y capaz de rehacer tu vida llegado el momento.

El camino ya lo has hecho y si lo has desarrollado bien, seguramente has aprendido y


crecido gracias a él.

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