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Muerte de niños

La muerte perinatal es una perdida relativizada por la sociedad; ya que se minimiza el dolor y se
sugiere inmediatamente tener otro bebe.
Esto hace que el duelo que se lleve a cabo y se congele el dolor.
Para la recuperación emocional y psicológica, los padres requieren de un espacio para validar y
expresar sus sentimientos. y poder llevar a cabo la tarea de curación.
1) Reconocer la pérdida.
2) Respetar el propio duelo.
3) Respetar el impacto producido en la pareja .
4) Hablar con otros hijos sobre el tema.
5) Buscar contención y ayuda si es necesario, en un profesional.

La muerte de un hijo obliga a los padres a readaptase a una nueva realidad que se muestra cruel
e ilógica, Por lo tanto, el duelo es un trabajo emocionalmente exigente, debemos llegar a un
acuerdo con el hecho de que nuestro hijo está muerto construir una nueva vida en la que el
niño no vive físicamente pero que, a pesar de ello, por siempre estará presente en cada
recuerdo, en cada latido de nuestro corazón.
La identidad personal de cada uno de los padres en relación a su hijo ha cambiado así como
también su comportamiento y estilo de vida.
Junto con esta pérdida se ha desvanecido una parte de su futuro, de sus sueños y ~e su
identidad por lo que los invade una gran sensación de remordimiento,
impotencia y culpa por ~o haber podido proteger a su hijo de la. muerte.
Por lo tanto, la pérdida de un hijo rompe con el equilibrio familiar que tenías hasta ahora...
repentinamente tú ya no eres el mismo y tu pareja tampoco.
Te vuelves notablemente más impaciente y cada pequeño error se convierte en una
oportunidad para liberar el enojo, y la impotencia que te ha invadido desde la pérdida de tu
hijo. Inclusive es posible que tiendas a insistir o magnificar aquellos aspectos desagradables de
tu pareja sin prestar atención a sus actitudes positivas.
Una de las situaciones más complejas que puede existir es cuando los cónyuges se culpan
mutuamente por la muerte y/o cuando uno de ellos se siente personalmente responsable.
En este caso, es esencial que el matrimonio busque asistencia terapéutica. Esto puede verse aun
más profundizado en el caso de factores más específicos como, por ejemplo, cuando culpas a tu
cónyuge por esta pérdida debido a que él era el conductor en un accidente de coche en el que
tu hijo falleció, cuando hay culpas mutuas por no haber podido advertir las señales de alerta en
caso de que haya sido un suicidio o bien cuando ya los problemas maritales que había con
anterioridad a esta muerte
vuelven a surgir con mayor fuerza. Inclusive, aún cuando nuestra pareja no podría haber hecho
nada para evitar esta pérdida, podemos culparlo por lo sucedido debido a la impotencia, el
enojo y el dolor que nos abruma generando un fuerte impacto en el vínculo amoroso que hasta
ahora los unía.
Al duelo que estás atravesando se le añade un enorme desafío: conocerse de nuevo con tu
pareja en la experiencia más dolorosa de la vida.
En este sentido, la relación amorosa podrá cambiar de dos maneras.
Se encontrarán tan distintos que no saben cómo relacionarse entre sí por lo que deciden poner
fin al matrimonio o lograrán fortalecer la pareja luego de haber desandado juntos este camino
emocionalmente tanexigente.
Es que el dolor causa estragos hasta en nuestras fibras más íntimas obligándonos a hacer un
enorme esfuerzo para preservar las relaciones eón los demás en un momento en el que no
tenemos energías para siquiera levantarnos de la cama. Por eso la honestidad así como la
predisposición a la comunicación entre los miembros del matrimonio es esencial para mantener
este vínculo en tiempos de crisis.
En este sentido, la muerte de un hijo puede hacer aflorar los siguientes conflictos en la pareja.
Distancia emocional, cambios en la crianza de los hijos, en la socialización, etc.
El dolor por la pérdida es tan física y emocionalmente agotador que muchos padres en duelo no
tienen la energía suficiente para hacer que su matrimonio funcione. Por supuesto, esto no
significa que el amor se haya esfumado sino que todos tus esfuerzos se encuentran
concentrados en comprender esta ausencia.
Por lo tanto, el acompañamiento terapéutico así como la comprensión y respeto mutuo los
ayudará a aceptar no sólo que cada uno de ellos tiene una nueva identidad bajo la cual deben
reconstruir su vínculo sino que además es esencial validar la respuesta individual que cada uno
de ellos manifiesta frente a esta pena.
El duelo es el proceso que se pone en marcha inmediatamente luego de haber perdido a un ser
querido. Muchas veces se confunde el inicio de un duelo por la ausencia de las típicas
manifestaciones de dolor. Sin embargo hay tantos modos de manifestar el dolor cómo seres
humanos. La ausencia de dolor, el shock, la aparente "normalidad" como también la
desesperación, o el llanto ininterrumpido pueden acompañar los primeros momentos de un
duelo normal.
En la expresión de dolor se funden una combinación de múltiples factores que incluyen la
pérdida en si misma, el vínculo o relación con el fallecido, la personalidad, la historia de
pérdidas, como también el estilo de afrontamiento personal y/o familiar.
Será la tarea del terapeuta ayudar al consultante a encontrar un sentido y construir un
significado para su pérdida, creando un lazo de unión entre pasado, presente y futuro.

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