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22 de

octubre
del 2022
Prevención del Delito: Corrupción

Eduardo Dueñas Padilla


EDUCEM Plantel Yurecuaro
22 de octubre del 2022
Definición de corrupción.
Corrupción es un término que generalmente indica el mal uso por parte de un funcionario
de su autoridad y los derechos que se le confían, así como la autoridad relacionada con
este estado oficial, oportunidades, conexiones para beneficio personal, contrario a la ley y
los principios morales.
Esta definición congrega todos los comportamientos que integran este fenómeno y
permite dar claridad frente a:

 No es una conducta. Es un fenómeno social que abarca gran variedad de


conductas.
 No se restringe al sector público. Como tal, puede ocurrir en cualquiera de los
sectores de la sociedad (incluido el sector privado).
 Parte de una “relación de poder o de confianza”, la cual deriva del rol que ocupan
las personas dentro de la sociedad o dentro de un esquema organizado complejo
(entidad pública, sociedad, grupo familiar, etc.).
 No depende del uso del poder, vinculado ello a grandes cargos con
responsabilidades y poder de decisión, sino que se centra en la actividad que cada
uno, alineado con el “rol” o las expectativas que se tienen frente al mismo, debe
cumplir en la sociedad;
 Se plantea la conducta orientada a la “obtención de un beneficio”, el cual no
necesariamente debe contener un enfoque o elemento patrimonial. Puede tratarse
de un beneficio o utilidad de cualquier naturaleza;
 No se identifica con un delito. La corrupción es un “fenómeno” que integra
variedad de conductas. Estas conductas, de acuerdo con el marco de referencia
normativo de una sociedad, pueden tener una respuesta en el derecho penal, en el
derecho administrativo o incluso una respuesta exclusivamente desde el reproche
social;
 La definición no contrae ningún ingrediente o elemento subjetivo. Ello quiere decir
que el acto de corrupción no siempre es intencional (aun cuando lo sean la
mayoría) y puede derivar también de imprudencia, negligencia o impericia (culpa);
 La corrupción no está condicionada a la existencia de “condena” o “sanción” que
así la declare;
 Ahora, no debe haber equivocaciones: ¡no existen pequeños actos de corrupción!
Esta clasificación únicamente ha servido para excusar aquellas conductas que a
diario se realizan por las personas en sus actividades (como funcionario,
ciudadano o miembro de un grupo familiar, entre otros).

Corrupción según el código penal.


Al que sin derecho obligue a otro a dar, hacer, dejar de hacer o tolerar algo, obteniendo
un lucro para sí o para otro o causando a alguien un perjuicio patrimonial, se le aplicarán
de dos a ocho años de prisión y de cuarenta a ciento sesenta días multa.
Algunos tipos de corrupción.
El soborno: Es el nombre técnico que se le da a la tristemente famosa mordida. Se trata
del servidor público que recibe un beneficio extra, y por lo tanto ilegal, por hacer o dejar
de hacer algo que era su responsabilidad. Quien lo entrega es igualmente responsable.
Desvío de recursos: Peculado es robar y el desvío es utilizar los recursos públicos para
un fin privado y distinto de su objetivo inicial.
Tráfico de influencias: Se da cuando un servidor público usa su poder para propiciar que
algún asunto tome una ruta determinada. Es esa llamada que se hace para empujar o
desatorar algo con un beneficio para quien hace la llamada.
Abuso de funciones: Es el servidor público que se olvida de un principio básico: sólo
puede hacer aquello para lo que está legalmente autorizado.
Enriquecimiento ilícito: consiste en el incremento del patrimonio de un funcionario
público con significativo exceso respecto de sus ingresos legítimos. Obstrucción de la
justicia: Se da cuando un servidor público trata de evitar que un acto ilícito se denuncie,
se investigue o se sancione.
Corrupción en México.
La Corrupción en México ha sido tradicionalmente señalada por muchos analistas como
uno de los principales problemas políticos del país. Además, las encuestas a principios del
siglo, señalan que el grado de corrupción existente ha afectado negativamente
a la legitimidad política, transparencia de la administración y eficiencia económica en
cuanto a rendición de cuentas del país hacia el interior y exterior de sí mismo. La gran
mayoría de estas prácticas corruptas han ido desarrollándose y sentando sus bases a lo
largo de varios siglos de historia, fueron dejadas como herencia de la gran élite política
para la consolidación de una oligarquía mediante un gobierno autoritario y represor. En el
año 2014 durante la realización del Índice de Percepción de la Corrupción –una medida
entre 0 (Muy Corrupto) y 100 (Muy Transparente) de los niveles de corrupción percibidos
por el sector público en 175 países y territorios evaluados– México obtuvo una calificación
de 35, y ha sido catalogado como uno de los 70 países más corruptos en el mundo, así
como el país más corrupto de los 34 estados que conforman la OCDE

Bien jurídico tutelado


Los bienes jurídicos que tutela el derecho penal son los más necesitados de protección
por el valor que representa el objeto de tutela como son la vida, la libertad, el patrimonio,
la seguridad, la salud entre otros.

Bien jurídico tutelado del delito de corrupción.


Entre los Artículos 212 y 227, el Código Penal de México establece las figuras de los
delitos de corrupción atribuibles a los servidores públicos (denominación conforme con la
nomenclatura constitucional). Los servidores públicos están definidos en el Artículo 212 y
los tipos de delitos en el Título Décimo:
Delitos cometidos por Servidores Públicos y en el Título Décimo Primero: Delitos
cometidos contra la administración de justicia. Entre los delitos se encuentran el ejercicio
indebido del servicio público (Art. 214), el abuso de autoridad y la desaparición forzada de
personas realizada por un servidor público (Art. 215), la coalición de servidores públicos
para tomar medidas contrarias a una ley o reglamento, o para impedir su ejecución (Art.
216), el uso indebido o abusivo de atribuciones y facultades (Arts. 217 y 220), la
concusión (Art. 218), la intimidación (Art. 219), el tráfico de influencia (Art. 221), los
cohechos activo y pasivo y el realizado ante servidores públicos extranjeros (Arts. 222 y
222 bis ), el peculado (Art. 223) y el enriquecimiento ilícito (Art. 224). El Artículo 225
detalla y castiga diversas infracciones que pueden cometer los jueces en el ejercicio de
sus funciones. Por último, el Artículo 226 penaliza el empleo de la violencia por un
servidor público para hacer efectivo un derecho o un pretendido derecho.
Órganos e Instituciones Encargados de la Lucha Contra la Corrupción
En la medida en que el acceso a la información pública gubernamental puede constituirse
en un instrumento de prevención y de control de la corrupción, los organismos creados
por la LFAIP, es decir, el Instituto Federal de Acceso a la Información Pública, las
Unidades de Enlace y los Comités de Información, colaboran en estas funciones.
Instituto Federal de Acceso a la Información Pública
El Instituto Federal de Acceso a la Información Pública fue creado como un órgano de la
administración pública federal, con autonomía operativa, presupuestaria y de decisión,
encargado de promover y difundir el ejercicio del derecho de acceso a la información;
resolver sobre la negativa a las solicitudes de acceso a la información y proteger los datos
personales en poder de las dependencias y entidades (Art. 33).
Riesgo de corrupción.
El riesgo de corrupción es la probabilidad de que la entidad sufra un perjuicio o un daño,
como consecuencia de su vinculación directa o indirecta, real o no, con actos de
corrupción cometidos o facilitados por acciones u omisiones de alguno de sus
representantes, directores, administradores, funcionarios o contratistas de cualquier nivel.
Riesgos asociados a la corrupción.

 Riesgo material. El primero de los riesgos se denomina riesgo material y consiste


en que:
i. La entidad se convierta en fuente de actos de corrupción asumiendo su realización
como sujeto por conducto de los funcionarios que la integran (corrupción desde la
entidad);
ii. que sea el instrumento o herramienta para que terceros materialicen actos de
corrupción (corrupción a través de la entidad) o
iii. Que la entidad sea víctima de actos de corrupción (corrupción en contra de la
entidad).
 Riesgo legal. El riesgo legal es la posibilidad de que, como consecuencia de la
comisión de un acto de corrupción, la entidad o alguno de sus funcionarios
terminen:
i. Vinculados a un proceso (administrativo o judicial).
ii. Sancionados administrativa o judicialmente.
iii. Declarados judicialmente responsables y obligados al pago de una multa o
indemnización.
 Riesgo económico. El tercer riesgo sería el económico, que consiste en la
posibilidad de que a consecuencia de la realización de un acto de corrupción la
entidad sufra pérdidas económicas. En el caso de las entidades públicas, el riesgo
económico está dado por la posibilidad de desviación de recursos del Estado, o
por cualquier forma de detrimento del patrimonio público.
 Riesgo operacional. Todas las entidades públicas deben establecer procesos y
procedimientos para desarrollar su actividad de manera segura, económica, eficaz
y eficiente.
 Cuando esos procesos no se cumplen correctamente, o se cumplen de manera
imperfecta, comienza a desatarse una serie de riesgos. Uno de ellos es
precisamente que la entidad sea víctima de actos de corrupción o que sea
utilizada para esos fines. Finalmente, es posible que haya un procedimiento
inapropiado, insuficiente, inadecuado y que, como consecuencia de ello, se
presente un acto de corrupción. Eso también deriva en un riesgo operacional.
 Riesgo reputacional. Es la posibilidad existente de que el nombre de la
organización, o alguno de sus funcionarios (lo que impacta así sea indirectamente
a la entidad), sea mencionado públicamente a través de medios de comunicación
o simplemente sea percibido en la opinión pública como relacionado con actos de
corrupción.
 Riesgo de contagio. Es la posibilidad de pérdida que una entidad puede sufrir,
directa o indirectamente, por una acción o experiencia de un vinculado. Es decir, el
riesgo de corrupción o la situación de un tercero, por el hecho de estar relacionado
o vinculado con la entidad. El relacionado o asociado incluye personas naturales o
jurídicas que tienen posibilidad de ejercer influencia sobre la entidad.

4 hábitos para que tú y yo combatamos la corrupción todos los días


La corrupción no es exclusiva de los políticos y las empresas: los ciudadanos de a pie
también podemos caer en ella. Sin embargo, también podemos combatirla incorporando
hábitos en nuestra vida diaria.
La corrupción es el abuso del poder encomendado para el beneficio propio. Diversos
estudios calculan que le cuesta a México entre 2 y 10% del producto Interno Bruto.
Esta práctica no solo se circunscribe a los presuntos desvíos de recursos hechos por
políticos, la creación de empresas fantasma o los sobornos que pagan las grandes
empresas, los ciudadanos de a pie también podemos ser corresponsables.
Por ejemplo, mientras el 51% de los mexicanos aceptó dar un soborno en rubros como
servicios, salud y educación, en Argentina y Chile la cifra fue de 16 y 22%,
respectivamente, de acuerdo con el ‘Barómetro Global de Corrupción 2017’ de
Transparencia internacional.
“La corrupción de los ciudadanos se da en cosas muy comunes, infracciones de tránsito,
sobornos para obtener permisos o licencias de construcción. Pero también se da en otros
ámbitos, en donde los beneficios son mayores como en losas contrataciones con
gobierno, licitaciones”, dice Luis Pérez de Acha, comisionado del Sistema Nacional
Anticorrupción.
¿Qué hacer?
Para frenar el círculo vicioso de la corrupción, los ciudadanos podemos seguir algunos
consejos básicos:

1. Exigir nuestros derechos


El primer paso es conocer los tipos de corrupción que existen. No hay una, sino múltiples
expresiones que van desde un soborno a la policía hasta el lavado de dinero.
“No hay manera de que el país cambie si creemos que la corrupción se únicamente darle
o no mordida a un policía, para muchos ciudadanos parecería que es el único acto de
corrupción y piensan ‘si no le doy dinero, entonces no pasa nada’”, comentó Max Kaiser,
director de anticorrupción del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO)
La corrupción genera costos monetarios directos e indirectos para la sociedad. Los
directos incluyen el dinero que los ciudadanos y las empresas destinan a pagos de
sobornos para agilizar, aprobar o evitar trámites, pagos, solicitudes o inspecciones.
Los indirectos van desde una disminución en la inversión extranjera, una
mayor desigualdad en la distribución de los recursos o en una erosión de la legitimidad y
confianza en las instituciones.
El costo promedio de un acto de corrupción fue de 2,799 pesos por adulto víctima de
corrupción en 2015, mientras que por empresa víctima de corrupción fue de 12,243 pesos
en 2016, de acuerdo con el INEGI.
“El ciudadano común está atado de manos en muchas ocasiones, en otras si tiene
algunos márgenes de maniobra para evitar incurrir o fomentar la corrupción. (…) Hay que
conocer nuestros derechos, cuando nos detienen en la calle y nos amenazan con llevar el
coche al corralón, en muchas ocasiones eso está prohibido”, dijo Pérez de Acha.
Adicionalmente, cuando existe una mayor percepción de corrupción en la administración
de justicia (MP y policías judiciales) hay mayor recepción de quejas por la Comisión
Nacional de Derechos Humanos.
2. Decir NO
No solo basta con conocer los tipos de corrupción, los ciudadanos también
debemos aprender a negarnos a estos actos.
“Es muy sencillo señalar la corrupción de la clase política, de las grandes empresas, pero
es menos sencillo aprender a decir que no. Aunque pueda ser riesgoso, decir que no es la
única forma de no ser parte del problema”, dijo. Kaiser.
“No hay facilitar este tipo de actos, debemos resistirnos porque si no, solo logramos
soluciones de corto plazo y estamos derribando lo poco o mucho que pueda quedar de las
estructuras del Estado”, comentó Pérez de Acha.
3. Denunciar
México se situó en el lugar 66 de 69 del Índice Global de Impunidad en el 2017, con lo
que se ubica como la cuarta nación más impune. Esto es un reflejo de que la ciudadanía
confía poco en los mecanismos de denuncia.
No obstante, los especialistas coinciden en que los ciudadanos deben arriesgarse a
denunciar.
“Hay que tener el valor cívico de denunciar a aquellos servidores públicos que pretenden
hacer su labor a través de la corrupción si no denunciamos nunca habrá casos suficientes
en las instancias que resuelven, investigan y sancionan y podrán seguir diciendo ‘aquí no
pasó nada’”, dijo Kaiser.
Agregó que, si el ciudadano cree que puede haber algún riesgo por presentar una
denuncia como alguna venganza de un servidor público o una empresa, puede buscar
alternativos como las denuncias anónimas, acudir a los medios de comunicación, entre
otras instancias.
4. Organizarse
Para no ser el único que intente presionar a las autoridades en un caso de corrupción, los
ciudadanos deben organizarse, para de esta manera, multiplicar su fuerza.
“A veces, es difícil ser el único que dice que no, que pretende modificar la forma de hacer
las cosas en un sector, tema o comunidad”, comentó Kaiser, quien agregó que también
hay que participar en las discusiones políticas en este contexto electoral, para conocer las
soluciones que ofrecen los candidatos para atacar la corrupción.

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