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Son las 2 de la madrugada y en 5 horas debes levantarte para ir a trabajar. Llevas dos horas en
la cama dando vueltas, y por mucho que lo intentas no logras dormirte. Lo has probado todo
para conciliar el sueño rápidamente, contar ovejas, etcétera, pero cada minuto que pasa te
sientes más angustiado y más preocupado. Cada vez tienes menos tiempo para dormir y
pensar en esto te mantiene más desvelado.
Entre el trabajo en la oficina, los estudios y tu vida social tus jornadas son sumamente
agotadoras. Llegas a casa sintiendo que caerás desmayado en la cama, y sin embargo, al
momento de conciliar el sueño los pensamientos te acosan y automáticamente estás alerta al
100%.
A este fenómeno se lo conoce como ansiedad nocturna, y es uno de los tipos de insomnio más
frecuentes y que puede aparecer momentos puntuales o durante largos periodos de tiempo
por diversos motivos.
Esta desagradable sensación puede aparecer por diferentes motivos, y seguro que alguna vez
en tu vida lo has experimentado. La ansiedad nocturna te invade cuando entras ese círculo
vicioso en el que tienes muy claro que debes dormirte pero esos pensamientos negativos y
esa ansiedad solo hacen que alimentar esta situación negativa. Tienes sueño, pero no puedes
relajarte.
Nuestra mente tiene una tendencia a rumiar, y si le damos más vueltas a un asunto
empeoramos las cosas. Una vez que esas reflexiones se adueñan de nuestra atención la
preocupación interrumpe seriamente nuestra capacidad de dormirnos.
Quizás sea un aviso sobre algo que puede salir mal, y en el mejor de los casos, por ejemplo, es
una manera de avisarnos de que debemos salir en busca de un trabajo porque nos estamos
quedando sin dinero, etc
Pero también puede ocurrir que la ansiedad nocturna sea consecuencia de preocupaciones
imaginarias o anticipadas que tenemos y que estamos exagerando, puede ser un síntoma del
estrés que estamos sufriendo y que nos impide dormir, e incluso puede ser consecuencia de
realizar entrenamiento físico de intensidad justo antes de acostarnos, lo que activa nuestro
sistema nervioso y, a su vez, nos impide desconectar cuando estamos metidos en la cama.
PROPUESTAS DE TRATAMIENTO: