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PROTOCOLO DE

ATENCIÓN PSICOLÓGICA PARA


PACIENTES CON
VIH - SIDA

Balza, A.,
García, E.,
Llanos, A.,
Ramos, D.,
Tovar, T.
UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA
FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN
ESCUELA DE PSICOLOGÍA
DEPARTAMENTO DE PSICOLOGÍA CLÍNICA

PROTOCOLO DE
ATENCIÓN PSICOLÓGICA
PARA PACIENTES CON
VIH - SIDA

Balza, A.,
García, E.,
Llanos, A.,
Ramos, D.,
Tovar, T.
PROTOCOLO DE
ATENCIÓN PSICOLÓGICA
PARA PACIENTES CON
VIH - SIDA
ÍNDICE
Introducción i
Propósito, objetivo general y objetivos especificos
y usuarios 4
Perfil y Competencias del Psicólogo 6
Capítulo I: ¿Qué es el VIH - SIDA? 8
Prevención del VIH SIDA 9
Factores de Riesgo 10
Rol del Psicólogo 11
Capítulo 2: Evaluación psicológica 14
Capítulo 3: Protocolo de Intervención breve en
Atención Secundaria 17
Sesión 1: Psicoeducación 20
Sesión 2: Instauración de hábitos saludables y
respiración 22
Sesión 3: Reestructuración Cognitiva 24
Sesión 4: Reestructuración Cognitiva 25
Sesión 5: Psicoeducación y Cierre 26
Conclusión 28
Referencias Bibliográficas 29
Anexos 31
i

ÍNTRODUCCIÓN
Las infecciones de transmisión sexual son provocadas por bacterias, virus, hongos,
protozoos y artrópodos. Algunas de estas infecciones tienen cura, sin embargo, algunas
como el VIH, no tienen cura aún. La ciencia ha estado realizando constantes estudios
para crear un tratamiento que la erradique en personas contagiadas y una vacuna que
la prevenga, pero aún no se ha logrado ni un tratamiento que cumpla con estas
características, ni una vacuna que inmunice al organismo.

Para el año 2020, a nivel mundial aproximadamente 1,5 millones de personas


contrajeron la infección por VIH, y aproximadamente 680.000 millones de personas
fallecieron a causa de enfermedades relacionadas con el SIDA (Programa Conjunto de
las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida [ONUSIDA], 2021). Además las estadísticas
presentadas por ONUSIDA (2021) señalan que en el 2020, el 84% de personas que
vivían con el VIH conocían su estado, y entre las personas que conocían su estado, el
87% tenían acceso al tratamiento. Asimismo, el 90% de personas que conocían su
estado y tenían acceso al tratamiento habían logrado la supresión viral, y solo el 66%
tenía una carga viral indetectable.

El diagnóstico de VIH puede ocasionar en el paciente afecciones tanto psicológicas


como físicas, además de un deterioro en la percepción social que se tienen en relación
al VIH es en su mayoría negativa, lo que contribuye a que la persona infectada evite
acudir a centros de salud para tratar la infección por miedo a ser juzgado o rechazado,
incluso suelen evitar comentarlo a la familia, esta percepción disminuye el empleo de
conductas orientadas a la solución pertinente del problema. Los pacientes con VIH
generalmente son discriminados o etiquetados, el estigma hacia estas personas ha
desencadenado una serie de conductas poco saludables (no buscar la ayuda necesaria)
que disminuyen la esperanza de vida y aumentan el riesgo de muerte (Aristegui, 2012;
Gallego y Gordillo, 2001).

Estudios como el de Gallego y Gordillo (2001) han demostrado que esta carga negativa
en cuanto a la percepción de los pacientes con VIH ha generado una serie de trastornos
psicológicos que complejiza el abordaje de los casos. El aislamiento, estrés crónico,
sentimientos de culpa, distorsiones en el pensamiento, tristeza, ideación suicida son
algunos de los trastornos psicológicos presentes en las personas portadoras del virus.
Otro estudio realizado por Granada (2018) indica que una red de apoyo deficiente y la
presencia de trastornos psicológicos como la ansiedad están asociados a un mayor
riesgo de abandono de la terapia antirretroviral como tratamiento principal de este
virus.
ii

Partiendo de lo planteado y descrito hasta ahora, resulta adecuado establecer un


protocolo de intervención corta que permita al profesional de la psicología, de la mano
con los médicos orientar a los personas a poner en práctica conductas que lleven al
autocuidado y conservación de su salud, ya que como se ha mencionado, la no
adherencia al tratamiento en pacientes con VIH genera consecuencias perjudiciales a
corto y largo plazo, que terminan deteriorando progresivamente el estado físico y
psicológico de la persona que lo padece y únicamente a través de tratamiento
farmacológico y psicoeducación, es posible generar cambios significativamente positivos
en cuanto a los síntomas.

Debido a la necesidad de abordaje multidisciplinario en pacientes con VIH, se ha


elaborado este protocolo que está orientado hacia el abordaje psicológico en pacientes
que están iniciando con el tratamiento antirretroviral, con el fin de que el psicólogo
pueda fungir como guía y acompañante para alcanzar la adherencia al tratamiento,
fortaleciendo las indicaciones médicas y modificando pensamientos disfuncionales que
el paciente pueda tener asociados a la enfermedad y a las formas en las que esta influye
en su funcionamiento diario

El presente protocolo está conformado por tres capítulos, en el Capítulo 1 se presenta


la definición del VIH, algunas consecuencias de no tratarlo, los factores de riesgo, la
importancia de tomar el tratamiento antirretroviral en conjunto de la práctica de
conductas que promuevan la salud o el recobro de la misma y el rol del psicólogo. El
Capítulo 2 se explican las áreas a indagar en un primer contacto con el paciente. En el
Capítulo 3 se presenta la propuesta de intervención a nivel secundaria, en un total de 5
intervenciones se busca generar una adecuada adherencia al tratamiento a través de
técnicas como la psicoeducación, la relajación, la instauración de hábitos saludables y la
reestructuración cognitiva.
CUIDEMOS LA VIHDA
4

Propósito del protocolo


Servir de guía en la atención para pacientes con Virus de Inmunodeficiencia Humana.
Busca orientar al profesional de psicología en los procedimientos de actuación para una
adecuada adherencia al tratamiento tomando en cuenta los factores de riesgos, con el
fin de que los pacientes puedan identificar la importancia del tratamiento antirretroviral
y el cambio de conducta necesario para el recobro de su bienestar, evitando asimismo
el avance de este virus.

Objetivo general
Brindar un manual de procedimiento que permita orientar al psicólogo clínico en el
acompañamiento e intervención para promover la adherencia al tratamiento en
pacientes con VIH.

Objetivos específicos
Instaurar la adherencia al tratamiento antirretroviral.
Disminuir la probabilidad de ocurrencia de conductas de riesgo en pacientes con
VIH.
Aumentar la probabilidad de ocurrencia de conductas de salud en relación al VIH.

Usuarios
Este protocolo está dirigido a psicólogos y/o estudiantes de psicología interesados en el
abordaje hospitalario específicamente en la atención secundaria de pacientes con Virus
de Inmunodeficiencia Humana.
5

Perfil y Competencias del


Psicólogo para el abordaje

El psicólogo que haga uso de este protocolo debe conocer sobre el VIH y la
importancia del uso correcto del tratamiento antirretroviral y los factores de
riesgos que pueden incidir en el avance del virus. Aunado a ello es sumamente
necesario que cuente con las siguientes destrezas terapéuticas:

Lenguaje paraverbal, en el que se incluya un adecuado tono de voz, manejo


del discurso y entonación acorde a la situación.

Comunicación no verbal, con el que mediante el contacto visual, la postura


corporal, expresión facial y gestos manuales pueda mostrar interés por lo
que el paciente manifiesta en la sesión.

Función evocadora, para que mediante el uso de la escucha activa, la


empatía, pueda facilitar la expresión emocional en el paciente acompañada
o no de alguna verbalización.

Uso adecuado de estrategias conductuales como reforzadores y/o castigos


para orientar el comportamiento del paciente en sesión.

Conocimientos sobre la medicina conductual y los modelos de abordajes de


salud en psicología.
6

Modelos de Salud en
Psicología
Este protocolo está sustentado en El Modelo Psicológico de la Salud de Ribes
(2008) propone dos categorías descriptivas, la primera consiste en los procesos

psicológicos y las condiciones del organismo en función al comportamiento del


individuo, todo esto enmarcado en un medio sociocultural. Por su parte, la otra
define los resultados y consecuencias de dichos procesos, tomando en cuenta
las características funcionales de la conducta, es decir, que tan vulnerable pueda
estar el organismo para la producción o prevención de una patología y
finalmente las conductas dadas por la alteración biológica. Se basa en los
principios de la teoría del interconductismo, según el modelo, un programa
eficaz debe tener en cuenta esta interacción entre el individuo y el entorno.

También se toma en cuenta El Modelo de Creencias en Salud desarrollado por


Hochbaum, Kegels y Rosenstock (1950 c.p Moreno y Gil, 2003) si bien el objetivo
primario era la prevención, años después se aplica también en el cumplimiento
de los regímenes médicos prescritos, es decir al proceso de tratamiento. Este
modelo se deriva de la siguiente hipótesis: la conducta de los individuos
descansa principalmente en dos variables: a) El valor que el sujeto le atribuye a
una determinada meta y b) La estimación que el sujeto hace de la probabilidad
de que una acción llegue a conseguir una meta.
LA IGNORANCIA NO TE
PROTEGE
8

Capitulo I:
¿Qué es el VIH - SIDA?
El virus de inmunodeficiencia humana (VIH) consiste en una disminución de los
linfocitos T-CD4, los cuales regulan y coordinan la respuesta autoinmune. Una vez

que infecta la persona se caracteriza por ser asintomática en las primeras etapas,
la duración de esta etapa varía de una persona a otra, y está determinada por la
cantidad de virus recibido al momento de la infección, así como también de la
capacidad de respuesta inmune que sea capaz de producir el cuerpo durante ese
periodo. Luego de esto ocurre la fase sintomática, pasando la respuesta
autoinmune a ser insuficiente para la cantidad del virus, cuando se llega a ese
punto, la persona es muy vulnerable a infecciones oportunistas por lo
comprometido que se encuentra el sistema inmune (Tobón y Vinaccia, 2003). El
VIH como virus no genera de modo directo alguna enfermedad, sino que deja al
organismo vulnerable ante patologías, que en condiciones normales no afectarían
gravemente la salud del individuo.

El paciente con VIH puede verse afectado por diversas afecciones tanto
psicológicas como físicas, como puede ser que se generen cuadros depresivos y/o
ansiosos, dificultades para dormir, aislamiento social, baja estima, síntomas de
TOC, hipocondría, es por ello que de no seguir la atención profesional pertinente
este virus puede dar paso al Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA)
definida como una enfermedad infecciosa y crónica que ocasiona una disminución
total de las defensas naturales del organismo, trayendo como consecuencia que se
produzcan otras afecciones físicas debido a que el organismo no tiene forma de
defenderse ante agentes patógenos, pudiendo generarse tumores, neumonía,
toxoplasmosis cerebral, etc., que a su vez complejiza aún más el pronóstico del
paciente (Tobón y Vinaccia, 2003; Piña y Sánchez, 2007).
9

Factores de Riesgo
Entre los factores de riesgos más comunes en el VIH están:

La tendencia al riesgo en conjunto: El paciente en cada situación tomará como


referencia la estabilidad de las situaciones y las posibles consecuencias de sus
respuestas, si el mismo ha logrado controlar el virus al encontrarse en una situación
estable puede incurrir en conductas tales como tener relaciones sexuales con
distintas parejas sexuales, sin protección y sin conocer el seroestatus de estas,
ignorando un posible recontagio, esto puede aumentar la probabilidad de reiniciar y
mantener la conducta a pesar de que haya una mayor probabilidad y/o magnitud de
la consecuencia de recaer (Piña y Sánchez, 2007; Ribes, 2008).

La toma de decisiones: Unido al ejemplo anterior de una vez controlado el virus, al


momento de tener relaciones sexuales con una persona que se desconoce su

seroestatus, se presentan dos opciones para decidir, la primera es la obtención de


placer sexual sin tomar en cuenta posibles consecuencias vs el no tener relaciones
sexuales por falta de preservativos, y al ser la primera la que puede brindar un
refuerzo más inmediato, suele ser la conducta ejecutada (Piña y Sánchez, 2007).

Ambigüedad en la toma de medicamentos: Es posible que ante la presencia


presencia o el diagnóstico de una enfermedad oportunista, se recete medicamentos
extras al antirretroviral, donde el paciente puede considerar que la cantidad de
medicamentos no concuerda con el estado de salud (este puede verse alterado por
la percepción del sujeto, el cual podría sentirse o mostrarse mejor a cómo puede
estarlo) y considere que no debe tomarlos. Algo similar ocurre con la toma del
antirretroviral, donde el paciente por desinformación, puede considerar no
necesitarlo y pensar que con el tiempo se curará (Tobón y Vinaccia, 2003; Piña y
Sánchez, 2007).

Valores sociales del contexto asociados a el VIH: Existe un fuerte prejuicio a


esta patología, que influye significativamente en la conducta de afrontamiento del
paciente, generando aislamiento, temor a que su familia les rechace, es decir una
serie de factores sociales que pueden influir negativamente en la toma de
decisiones a la condición de salud, puede que la persona precisamente por estos
10

prejuicios evite asistir a especialistas que puedan brindarle la orientación adecuada para
iniciar con la medicación necesaria y así aumentar los niveles de CD4 y disminuir la
carga viral.

Tratamiento
A pesar que el VIH no tiene cura en la actualidad, sus implicaciones pueden ser
contrarrestadas con tratamiento médico antirretroviral y el cambio de conducta en pro
del recobro y mantenimiento del bienestar.

Al momento de acompañar a una persona afectada por el virus se debe inculcar


comportamientos de adhesión, los cuales permitirán que el paciente pueda afectar la
funcionalidad de su propio comportamiento, controlando y/o evitando el avance de la
enfermedad a través del consumo de los antirretrovirales. Además de esto, es necesario

informarle y detallarle al paciente mediante la psicoeducación sobre el rol del medico en


su proceso de tratamiento, el objetivo en la comprensión del trabajo del personal
médico quien es el único proveedor de salud de las personas a nivel biológico, y que la
asistencia por sí sola al psicólogo no será suficiente, ya que el trabajo de este ultimo
esta orientado a brindar las competencias comportamentales para que el paciente se
desenvuelva eficazmente en el nuevo estilo de vida que le tocará desarrollar a partir del
diagnóstico y el tratamiento (Tobón y Vinaccia, 2003; Piña y Sánchez, 2007).

Diversos estudios han demostrado como la adherencia al tratamiento ha resultado ser


crucial para garantizar calidad de vida a los pacientes con VIH. En ese sentido es de
notar la importancia de un abordaje multidisciplinar que incluya tanto atención médica
como psicológica y social en el que se trabaje desde el cumplimiento de la prescripción
médica correspondiente hasta el tratamiento de los aspectos psicológicos relacionados
a la enfermedad, y por supuesto se generen ciertos cambios en el contexto inmediato
del sujeto como mecanismo de prevención de recaídas. Son tres aspectos
fundamentales que si no se abordan conjuntamente difícilmente exista una adherencia
11

adecuada. En otras palabras, ningún abordaje por sí solo, sea el médico o el psicológico,
surten los efectos deseados, es la combinación de estos lo que permite la adopción de
conductas adecuadas frente a la enfermedad.

Un paciente que deje de tomar la medicación por un tiempo prolongado tendrá como
consecuencia un deterioro de las funciones del sistema inmune, debido a que el virus
empieza a replicarse de forma agresiva, además de que se generará una resistencia por
parte del virus, ocasionando que a futuro el virus pueda hacerse inmune al
medicamento, es por ello que la adherencia al tratamiento en este diagnóstico debe de
ser tan riguroso, por lo que se deben orientar las conductas a ser funcionales para que
la modulación biológica sea apropiada, debido a que si se interrumpe el tratamiento se
termina desarrollando una vulnerabilidad biológica, puesto que el organismo se
encontrará de nuevo comprometido, que, en el caso de un paciente con VIH generara
otras enfermedades oportunistas (Tobón y Vinaccia, 2003; Piña y Sánchez, 2007;
Nazario, 2019).

En primera instancia es importante trabajar las situaciones y estilos interactivos, puesto


que son los que definen como el paciente se ha enfrentado y se enfrentará a
situaciones donde se carecen de criterios de cómo responder de manera usual por su
novedad, esto en cuanto a velocidad y precisión de comportamientos efectivos,
respecto a los pacientes con VIH es importante centrarse en los niveles del estrés,
puesto que, el estrés afecta el sistema inmune, siendo este sistema altamente afectado
por el VIH (Piña y Sánchez, 2007; Ribes, 2008).

También, al momento de realizar el abordaje terapéutico es importante tomar en


cuenta en el paciente: la toma de decisiones, tolerancia a la ambigüedad, tolerancia a la
frustración, tendencia al riesgo, impulsividad/no-impulsividad y reducción de conflicto
para orientar adecuadamente la intervención (Piña y Sánchez, 2007; Ribes, 2008).

Rol del Psicólogo


En atención secundaria el psicólogo se orienta a lograr una adecuada adherencia al
tratamiento es por ello que su atención se basa en informar la importancia de cumplir
las prescripciones médicas correspondientes aunque los resultados puedan tener
efectos retardados, es decir, que pueden pasar días, semanas e incluso meses antes de
12

ver resultados, y las posibles complicaciones o efectos secundarios que puede implicar
la interrupción del tratamiento.

El rol del psicólogo en el área de la salud es oferecer independientemente de la


patología, un acompañamiento psicológico, básicamente el objetivo es ofrecer un
abordaje multidisciplinar que se enfoque no solo en contrarrestar los efectos físicos-
orgánicos de la enfermedad, sino también orientar y dotar a los paciente de
herramientas o estrategias que le permitan afrontar y mitigar las consecuencias
psicológicas y psicosociales que puede generar el VIH en la vida del individuo.

Rol del P
s
Acompañar

ic
Educar
al paciente y a
ólo
la familia
go
Dotar de
Herramientas
Lograr la Adherencia
del paciente al
tratamiento

Reforzar las estrategias y alentar las


labores de los otros profesionales de la
salud que están interviniendo
Figura 1. Síntesis del Rol del Psicólogo en el desarrollo del
Protocolo de Atención Psicológica para pacientes
con VIH-SIDA
DETENGAMOS JUNTOS EL
VIH
14

Capítulo 2:
Evaluación psicológica
La entrevista es el recurso más utilizado en el campo de la psicología, tanto a nivel
clínico como laboral y social; en el área clínica ha recibido especial atención por parte de
ciertos autores considerándola como parte fundamental de la evaluación conductual
para la terapia individual (Silva, 1991).

Para el abordaje inicial del caso se debe utilizar una entrevista semiestructurada, que se
caracteriza por un guión formado por áreas pertinentes que el psicólogo desea explorar
de acuerdo al caso. Este tipo de entrevista sigue un orden determinado, sin embargo
puede ser flexible a la hora de recoger la información, es decir que en caso de surgir
preguntas, dudas o comentarios fuera de lo previamente establecido, el psicólogo
puede hacer uso de las destrezas terapéuticas descritas anteriormente para
comprender lo que el paciente desea manifestar en ese momento, lo que facilita el
establecimiento de la alianza terapéutica (Perpiñá, 2012).

Motivo de
Consulta

Enfermedades Sueño

Áreas de Vida
del paciente Recreación
Familiar
Alimentación

Consumo de
Sexualidad y Sustancias
Pareja

Figura 2. Ruta para la Evaluación Psicológica.


15

En primera instancia la evaluación psicológica debe orientarse a explorar el motivo


de consulta e indagar en aspectos de la vida del paciente tales como:

Área sexual y de pareja en la que se exploren las siguientes preguntas: ¿Actualmente


se encuentra en una relación de pareja?, Sí: ¿Hace cuánto?, ¿Está al tanto de su
diagnóstico?, ¿Cómo es su relación de pareja?, ¿Cómo le hizo saber el diagnóstico?,
No: ¿Ha tenido parejas sexuales posterior al diagnóstico? Sí: ¿Usa preservativos?,
¿Tiene pareja una pareja sexual estable o varias?, ¿Ha recibido educación sexual? Si:
¿Quién se la proporcionó o de dónde la obtuvo?

Aspectos familiares, las preguntas deben orientarse a conocer ¿Con quién vive?,
¿Cómo es su relación con ellos?, ¿Cómo describe la relación con sus padres? Si tiene
hermanos, ¿Cómo se lleva con sus hermanos?, ¿Existe algo que quisiera cambiar en
su ambiente familiar?

Área de sueño, evaluar si ¿Tiene algún tratamiento médico actualmente?, ¿Cuál y qué
dosis?, ¿Tiene antecedentes de enfermedad mental o física en su familia?, ¿Cuándo
fue la última vez que fue a realizarse un chequeo médico?

Área de alimentación, conocer ¿Cómo es su alimentación?, ¿Normalmente a qué hora


come?, ¿Dónde come?, ¿Con quién?, ¿Es alérgico (a) alguna comida?

Área de enfermedades, preguntar ¿Cómo es la relación con su médico tratante?,


¿Tiene algún tratamiento médico actualmente? Sí: ¿Cuál y qué dosis?, ¿Qué hace para
recordar tomarlo?, ¿Tiene antecedentes de enfermedad mental o física en su familia?,
¿Cuándo fue la última vez que fue a realizarse un chequeo médico?

Área de sustancias, se debe indagar sobre ¿Ingiere bebidas alcohólicas? Si: ¿Qué
cantidad y con qué frecuencia lo hace?, ¿Desde hace cuánto tiempo?, ¿En qué
situaciones normalmente lo hace?, ¿Con quién?, ¿Fuma cigarrillo? Si: ¿Con qué
frecuencia lo hace?, ¿Desde hace cuánto tiempo?, ¿En qué situaciones normalmente
lo hace?, ¿Con quién?, ¿Consume alguna otra sustancia psicotrópica? Si: ¿Qué
cantidad y con qué frecuencia lo hace?, ¿A qué edad aproximadamente te iniciaste en
el consumo?, ¿En qué situaciones normalmente lo haces?, ¿Con quién?

Área recreativa, preguntar ¿Qué hace en su tiempo libre?, ¿A cuáles sitios le gusta ir?
¿Asiste a las reuniones familiares? De ser no ¿Por qué?, ¿Tienes amigos?, ¿Con que
frecuencia comparte con ellos?, ¿Qué te gustaría hacer?
"El tratamiento
del VIH/SIDA es un
compromiso de
por vida que exige
la adhesión
estricta a los
protocolos de
medicamentos, la
atención
constante y una
relación de
confianza con los
proveedores de
atención de salud"
David Mixner.
Activista Internacional por los Derechos Humanos.
17

Capítulo 3: Protocolo de
Intervención breve en
Atención Secundaria
La prevención secundaria corresponde a las acciones destinadas a la detección precoz
de la enfermedad y su tratamiento oportuno, lo que incluye acciones de recuperación
de la salud. El objetivo consiste en reducir la prevalencia de la enfermedad, debido a
esto las medidas van a estar orientadas a detener o retardar el progreso de una
enfermedad o problema de salud, ya presente en un individuo en cualquier punto de su
aparición

Al momento de preparar la intervención psicológica de un paciente con una patología


crónica como el VIH deben tenerse en consideración las creencias individuales y de las
personas cercanas al paciente sobre la enfermedad o el tratamiento médico de la
misma, ya que de ello va a depender en gran medida la adherencia al tratamiento.
Muchas de estas creencias asociadas a la enfermedad están asociadas a
preocupaciones sobre el curso de la enfermedad, percepción incierta del futuro,
pensamientos y emociones negativas, incluso pensamientos de muerte. Además del
estigma social que acompaña a la mayoría de estos padecimientos (Reynoso y Becerra,
2014).

La intervención va dirigida a la aplicación de herramientas para proporcionar un cambio


en los procesos cognitivos, biológicos y sociales de los pacientes. Es necesario que el
psicólogo tenga los conocimientos necesarios en cuanto a la patología, así como del uso
de las herramientas, asi como tambien se considera importante conocer de las distintas
áreas de vida del paciente para poder realizar una intervención adecuada, a partir de
esto la ruta de acción consta de:

La evaluación
La intervención Secundaria (para fomentar la adherencia al
tratamiento)
18

INTERVENCIÓN

Informar sobre el VIH, su tratamiento


SESIÓN 1: y sus consecuencias tanto médicas
como psicológicas así como la
importancia de instaurar unnuevo de
estilo de vida a partir de ahora.

Establecer objetivos y metas de la intervención


para instaurar y fortalecer la adherencia al
tratamiento.

Educar en Hábitos Saludables


SESIÓN 2:

Entrenar en Relajación Progresiva

SESIÓN 3: Identificar y cuestionar los


pensamientos automáticos
negativos
Instaurar/generar pensamientos
funcionales

Fortalecer el mantenimiento de las


SESIÓN 4: creencias y pensamientos funcionales
generados

Concluir el proceso terapéutico, cierre y


análisis aprendido e Invitar a continuar
SESIÓN 5: acompañamiento psicológico en caso de
considerarse necesario

Figura 3. Sesiones y objetivos del Protocolo de Atención


Psicológica para pacientes con VIH-SIDA
19

Tabla 1. Protocolo de Intervención.

Estrategias de Materiales
Sesión Duración Objetivos
Intervención

Informar sobre el VIH, su Psicoeducación Informativos que


tratamiento y sus considere
consecuencias tanto médicas necesario como:
como psicológicas así como la diapositivas,
1 1 hora importancia de instaurar un trípticos,
nuevo de estilo de vida a partir infografías y/o el
de ahora. que considere

Establecer objetivos y metas de


la intervención para instaurar y
fortalecer la adherencia al
tratamiento.
Educar en hábitos saludables Diapositivas,
2 1 hora Psicoeducación trípticos, infografías
Disminuir la tensión muscular Entrenamiento y/o el que considere
relacionada con el manejo en relajación Música. Protocolo
emocional progresiva de entrenamiento
en relajación

Identificar y cuestionar Reestructuración Registro escrito,


3 1 hora
pensamientos automáticos Cognitiva lápices
negativos
Establecimiento
Instaurar/generar de Rutinas
pensamientos funcionales

4 1 hora Fortalecer el mantenimiento Reestructuración Hojas, lápices


de las creencias y Cognitiva
pensamientos funcionales
generados

Concluir el proceso terapéutico, Psicoeducación


5 1 hora
cierre y análisis aprendido.

Invitar a continuar
acompañamiento psicológico
en caso de considerarse
necesario
20

Sesión 1: Psicoeducación
Una vez obtenida la información en el proceso de evaluación, se inicia la intervención a
partir de la psicoeducación, y los objetivos están dirigidos a: Informar sobre el VIH, su
tratamiento y sus consecuencias tanto médicas como psicológicas así como la
importancia de instaurar un nuevo de estilo de vida a partir de ahora; y establecer
objetivos y metas de la intervención para instaurar y fortalecer la adherencia al
tratamiento.

La psicoeducación es crucial al inicio de todo proceso terapéutico, pues se busca que la


persona comprenda lo que le sucede, el psicólogo explica de forma detallada todo lo
relacionado a los aspectos relevantes de la enfermedad, el tratamiento y sobre todo la
importancia sobre el proceso terapéutico y sus resultados (Tobón y Vinaccia, 2003; Piña
y Sánchez, 2007). Debido al desconocimiento que se puede tener en relación al VIH, es
necesario impartir información completa de la patología, las formas de trasmisión,
aspectos tales como, el tiempo de vida del virus fuera del organismo, las diversas
etapas, sobre el avance del virus, y cómo puede generarse una mejoría a través de un
tratamiento antirretroviral

Por otra parte, también es necesario explicar todos los riesgos que conlleva el descuido
y no tratamiento. El mayor de estos riesgos y la verdadera causa de muerte con este
diagnóstico son las enfermedades oportunistas, debido a que el sistema inmune se ve
cada vez más comprometido y el cuerpo es incapaz de defenderse de virus o bacterias,
que, aunque sean “simples” para una persona con un sistema inmune fortalecido, en
una persona con VIH-SIDA puede conllevar complicaciones graves como hospitalización,
ingesta de una gran cantidad de medicamentos y de no tratarse, la muerte.

No obstante, es necesario aclarar que, si el tratamiento se lleva a cabo de acuerdo a las


indicaciones médicas, y se logran alcanzar niveles óptimos de CD4 y una disminución de
la carga viral, se podrá continuar con una vida normal, a pesar de que se deba realizar
algunos cambios de conductas como: no beber alcohol en el horario del tratamiento
antirretroviral, usar preservativos, protegerse las heridas, procurar una alimentación
adecuada, así como los cuidados necesarios que amerite en el transcurso de su
enfermedad. Se le debe informar al paciente la relación que guarda el sistema
inmunológico con las emociones y sobre cómo estás últimas influyen en las defensas
del cuerpo contra enfermedades.
21

Esta psicoeducación también va dirigida también a los familiares para que comprendan
la condición del paciente con el fin de que eviten discriminarlo, debido a que la red de
apoyo permitirá un desarrollo adecuado para contrarrestar la enfermedad, además de
que se evitará situaciones de estrés. También se busca brindar el acompañamiento
necesario a los familiares ya que se ven afectados al estar en el contexto próximo del
paciente, dotarlos de estrategias de afrontamiento y conocimiento sobre la enfermedad
resulta indispensable para recuperar el bienestar psicológico.

Debe tomar en cuenta la realización de los materiales informativos que considere


necesario como: diapositivas, trípticos, infografías y/o el que considere para presentar,
describir y explicar los elementos mencionados, así como de brindar respuesta a las
preguntas que surjan. Es importante destacar mantener el tratamiento indicado por su
médico además del estilo de vida saludable a través de buenos hábitos alimenticios, de
sueño, de ejercicios, entre otros factores necesarios para la salud de los pacientes por
lo que se deben mencionar las conductas de riesgo.

Finalmente, se debe establecer con el paciente los objetivos y metas de la intervención


destacando que el fin de la misma es instaurar y fortalecer la adherencia al tratamiento
que le permitirá una mejor calidad de vida.
22

Sesión 2: Instauración de
Hábitos Saludbles y Relajación
Durante ésta sesión, el psicólogo tendrá que enfocarse en primer lugar en instaurar una
adhesión al tratamiento rigurosa, para ello, tendrá que comenzar a instaurar hábitos
que promuevan la ingesta de las dosis recetadas según las indicaciones médicas,
ayudándose bien sea con horarios, el uso de alarmas, registros específicos o
aplicaciones que permitan llevar el tracking o monitoreo (Tobón y Vinaccia, 2003; Piña y
Sánchez, 2007). En esta sesión se volverá a hacer uso de la psicoeducación, igual que en
la sesión anterior, debe tomar en cuenta la realización de los materiales informativos
que considere necesario como: diapositivas, trípticos, infografías y/o el que considere
para que el paciente comprenda la importancia de cumplir el tratamiento en su
totalidad tal y como ha sido establecido, la consecuencia de no seguir dichas
instrucciones puede provocar la resistencia del virus,

Así mismo, otro de los aspectos a considerar en cuanto a los hábitos saludables, tienen
que ver con los hábitos básicos tales como la alimentación y el sueño en el autocuidado.
Frecuentemente, debido a la depresión la persona afectada puede perder llevar un ciclo
de sueño inadecuado, en el que es mayor las horas de sueño que las horas que se
mantiene activo; del mismo modo puede existir una pérdida de apetito importante, en
ese sentido se deben llevar a cabo estrategias para el recobro de dichos hábito.

Debe reiterarse el uso del preservativo como conducta básica en la disminución tanto
de una reinfección como de la transmisión del virus a otras personas; informar sobre lo
necesario de mantener esta práctica es crucial, no solo para evitar la propagación del
virus sino para evitar contraer otro tipo de ITS, teniendo en cuenta que la paciente
además fue diagnosticada con Herpes, por lo que el uso de preservativos es
fundamental.
23

Otros elementos que también contribuyen a la instauración de hábitos saludables para


aumentar el bienestar de la persona, pueden incluir el motivar a la persona a que
asuma pequeños retos que traigan de nuevo a la vida reforzadores/ incentivos y
motivos de alegría. También se abordan otras áreas de vida, como las relaciones
sociales y familiares, o las actividades laborales, tratando de hacerlas significativas para
el paciente. Recuerde que es común probar diferentes medios para lograr reconectar
con la ilusión de vivir y establecer proyectos de futuro.

Finalmente, cuando se considere necesario, para disminuir la tensión muscular


relacionada con el manejo emocional que acompaña en el transcurso de la enfermedad
se realizará el entrenamiento en relajación ya que se ha demostrado que el manejo de
las tensiones que produce el manejo inadecuado de las emociones pueden tener
consecuencias agravantes en el transcurso de la enfermedad, por lo que se considera
necesario que el paciente aprenda a relajarse en las situaciones que le generan tensión,
para esto puede utilizar la implementación del protocolo de Relajación Progresiva (Ver
anexo 1) tomado de Golfried y Davison (1981) con adaptaciones de Cautela y Bruni
(1987).
24

Sesión 3:
Restructuración Cognitiva
Esta técnica parte de la idea que al cambiar o modificar los pensamientos automáticos
disfuncionales se modifica consecuentemente la conducta y la emoción que se genera.
En tal sentido, se enseña al paciente a identificar los pensamientos y a modificarlos por
otros positivos o realistas que contribuyan con el cambio conductual esperado (Núñez,
Tobón, Vinaccia & Arias, 2006). En este punto, es necesario que se identifiquen las
creencias y pensamientos distorsionados generados por desinformación e información
incompleta que tiene el paciente sobre el VIH.

Tomando en cuenta la estrategia previamente aplicada el objetivo es modificar


pensamientos negativos de la situación cómo “me voy a morir” “ya de nada va a servir
que haga algo” entre otros, por pensamientos positivos o funcionales respecto a la
enfermedad. También se tendrá que trabajar en las creencias que puedan entorpecer el
tratamiento médico, la primera y más común es la relacionada con la negación de la
enfermedad, puesto que, aunque hayan recibido el resultado del diagnóstico, se el
paciente se niega a creerlo, en estos casos es importante cambiar esta visión de
negación por pensamientos de aceptación que luego deberán enfocarse a generar
conductas orientadas a mejorar su bienestar físico. En ciertos casos la religiosidad o
espiritualidad puede dificultar el inicio del tratamiento, ya que en muchos casos le
impide el uso de medicamentos o por la estigmatización en su comunidad religiosa se
niega a tomarlos, en ese sentido es necesario que el paciente tome conciencia de la
gravedad de la enfermedad y de la utilidad de los medicamentos para el recobre de su
salud.
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Sesión 4:
Restructuración Cognitiva
Se orientará al mantenimiento de las creencias y pensamientos funcionales generados
en la sesión anterior, no obstante, también se buscará si existe la presencia de otras
distorsiones cognitivas que están complicando la adherencia al tratamiento u
ocasionando conductas de alto riesgo. Pues, el centro de ésta técnica es enseñar
habilidades específicas para controlar directamente las preocupaciones y ayudar a
retomar gradualmente las actividades que la persona evita debido a la enfermedad
(Núñez, Tobón, Vinaccia & Arias, 2006).

Las bondades que aporta el uso de ésta técnica, se basa en que se abordan tanto
pensamientos y emociones o sentimientos disfuncionales, que le imposibilitan la
adaptación de la persona al medio y llevar un estilo de vida saludable. A pesar de que el
paciente se encuentre en lo que se podría considerar como saludable, el psicólogo debe
tener en cuenta que la paciente sabe que tiene una enfermedad crónica, que puede en
algunas circunstancias llevarle a tener pensamientos distorsionados de percepción
cercana a la muerte, sobre todo si llegaron a presentarse enfermedades oportunistas
en algún punto del tratamiento, ocasionando que puedan presentarse en estas etapas
patologías duales con ansiedad o depresión, dependiendo del caso es probable que se
necesite asistencia psiquiátrica, en el caso de no requerirse (o igual si se requiere), se
debe trabajar en función a la superación de las etapas más críticas, que lograron ser
superadas con los tratamientos médicos.

El fin último es que el paciente comprenda que está retomando el control al apegarse a
su tratamiento y que esto aumenta la probabilidad de obtener resultados positivos, y
que ahora debe mantener sus pensamientos dirigidos a mantener su bienestar físico, y
que es comprensible que pueda sentirse en algunas situaciones ansioso o deprimido,
pero siempre teniendo en cuenta todo lo que ha logrado para contrarrestar estos
episodios.
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Sesión 5:
Psicoeducación y Cierre
Es importante continuar explicando la importancia de los antirretrovirales en la mejoría
y mantenimiento de la enfermedad, así como la resistencia que se generará si no se
cumple a cabalidad el tratamiento. Se debe destacar, que debe seguir con el
tratamiento de por vida, salvo que el médico tratante decida cambiar el tratamiento por
algún otro, pero no que por tener los valores esperados, debe de dejar de tomarlo,
debido a que esta es hasta ahora una enfermedad sin cura, pero que a pesar de todo,
con esos niveles será capaz de tener una vida similar a la que tenía antes de ser
diagnosticada con VIH.

También se puede recomendar la asistencia a otros especialistas, puesto que serán


capaces de brindarle una información más detallada en cuanto a algunos elementos,
como podría ser un nutricionista especializado, debido a que puede ocurrir un aumento
o disminución considerable de peso, y este especialista podría brindarle una guía de
una dieta que le permita, según sea el caso mejorar su peso. Hay que recalcar que
debido a que el sistema inmune es el afectado, es de vital importancia trabajar sobre
todos los componentes que conforman la salud, lo físico, lo psicológico y lo social.

El psicólogo tratante debe tener en cuenta que adicional a la instauración de conductas


y otras técnicas, su trabajo también incluye escuchar las preocupaciones de los
pacientes, motivarlos e incluso hacer notar la parte positiva de la vida. Es por eso que se
debe recalcar en la invitación a un acompañamiento psicológico prolongado en caso de
existencia de otros trastornos de comorbilidad y, en caso de que se juzgue conveniente,
la instauración de las Habilidades para la Vida. Las habilidades para la vida, comprenden
habilidades sociales, emocionales y cognitivas que le permiten a la persona llevar un
estilo de vida saludable basado en el autoconocimiento, el manejo de sus propias
emociones, problemas y conflictos, comunicación asertiva y la toma de decisiones. De
esta forma el paciente puede encontrar sentido a todo el esfuerzo que ha venido
realizando para recuperar su salud.
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También, se debe insistir en un acompañamiento psicológico prolongado cuando se


identifique si hay un mantenimiento en comportamiento de riesgo o en el caso de que
el paciente se haya resistido a seguir las indicaciones médicas y no haya iniciado el
tratamiento o en su defecto lo haya realizado de forma incompleta o intermitente
debido a que el diagnóstico se dio en una fase avanzada de la enfermedad, es muy
probable la existencia de alguna enfermedad oportunista significativa que contribuya
negativamente con el pronóstico de su salud, en otras palabras la persona entrará en
una fase terminal en la que básicamente se necesita un nivel de intervención diferente
al propuesto en el presente protocolo y debe comenzarse con el acompañamiento para
la preparación de la muerte, la elaboración del proceso de duelo, cuidado paliativos y
acompañamiento a los familiares. Con el objetivo de hacer frente a posibles alteraciones
emocionales, facilitar la despedida del paciente y sus seres queridos. El rol del psicólogo
en estos casos es servir de apoyo y brindar la contención necesaria (Tobón y Vinaccia,
2003).
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Conclusiones

La realización de este protocolo vino de la necesidad existente de contar con un


material que permita un abordaje adecuado basado en las investigaciones y estudios
disponibles al momento, a su vez, se demuestra lo fundamental que resulta el
acompañamiento psicológico en el proceso de tratamiento y sus repercusiones a nivel
individual, familiar, comunitario y social, lo que da cuenta del valor que aporta
actualmente la medicina conductual en el tratamiento del Virus Inmunodeficiencia
Humana (VIH).

Diversos expertos han señalado que a pesar de los últimos avances farmacológicos, la
mejor forma de combatir el VIH/SIDA en la actualidad resulta ser la educación
preventiva y la adherencia al tratamiento. En estos casos, el Modelo de Creencias
permite proporcionar las herramientas conductuales necesarias y deseables al
momento de generar los cambios pertinentes asociados a la modificación de conductas
de riesgo, así como también fomentar los comportamientos considerados dentro del
marco de factores de protección. Por su parte, el Modelo de Salud Biológica de Ribes, el
cual considera que el bienestar psicológico y físico depende principalmente de los
hábitos de vida, tomando en cuenta que la salud es un proceso dinámico que puede
desarrollarse (Ribes, 2011)

Asimismo, tanto el diagnóstico temprano como un tratamiento adecuado resultan


fundamentales, sin embargo, en muchos casos se carece de resultados favorables si no
se cuenta con la identificación de los factores de riesgo que propician dichas
enfermedades o las vuelven más graves. Aunado a esto, generalmente los pacientes con
VIH generalmente son discriminados o etiquetados, el estigma hacia estas personas ha
desencadenado una serie de conductas poco saludables (no buscar la ayuda necesaria)
que disminuyen la esperanza de vida y aumentan el riesgo de muerte. Por ello, el rol del
psicólogo es importante, porque su ejercicio permitirá facilitar la adherencia al
tratamiento, que en estos casos es de suma importancia.
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SI-DAN GANAS DE TENER
LA MEJOR CALIDAD DE
VIDA POSIBLE
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ANEXOS
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Anexo 1
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