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Los pacientes pueden hablar entre dientes de forma repetida, y algunos sufren lesiones por los
obstáculos con los que tropieza o las escaleras. Los pacientes no recuerdan haber soñado
después de despertar o la mañana siguiente y por lo general no recuerdan el episodio.
Las benzodiazepinas al ir a dormir, en especial clonazepam 0,5-2 mg por vía oral al acostarse,
típicamente ayudan si las medidas conductuales no son totalmente eficaces, pero estos
fármacos tienen efectos adversos significativos.
Terrores nocturnos
Durante la noche, los pacientes repentinamente gritan, se agitan y parecen estar asustados e
intensamente activados. Los episodios pueden provocar sonambulismo. Los pacientes son
difíciles de despertar. Los terrores nocturnos son más comunes entre los niños y se producen
cuando los niños están parcialmente despiertos o se despiertan del sueño N3; por lo tanto, no
representan pesadillas. En los adultos, los terrores nocturnos pueden asociarse con problemas
psicológicos o trastornos por uso de alcohol.
Para los niños, el consuelo de los padres es a menudo la base del tratamiento. Si se afectan las
actividades cotidianas (p. ej., si se deteriora el trabajo escolar), puede servir el empleo de
benzodiazepinas de acción intermedia o prolongada (p. ej., clonacepam 1 a 2 mg, diazepam 2 a
5 mg) al acostarse, pero estos fármacos tienen efectos adversos significativos. Los adultos
pueden beneficiarse de la psicoterapia o del tratamiento farmacológico.
Pesadillas
Las pesadillas afectan más a menudo a los niños que a los adultos. Suceden durante el sueño
REM, y su frecuencia aumenta cuando se produce fiebre, un cansancio excesivo o angustia
mental, o después de haber consumido alcohol.
Trastorno de conducta del sueño asociado con el sueño con movimientos oculares rápidos
(REM)
La verbalización (a veces blasfemia) y los movimientos a menudo agresivos (p. ej., agitar los
brazos, pegar puñetazos o patalear) ocurren durante el sueño REM. Estos comportamientos
pueden representar el paso a la acción de los ensueños en pacientes que, por razones
desconocidas, no tienen la atonía que normalmente está presente durante el sueño REM. Los
pacientes son conscientes de tener sueños vívidos cuando se despiertan después de los
comportamientos.
Este trastorno del sueño REM es más frecuente entre los ancianos, sobre todo aquellos que
tienen trastornos degenerativos del sistema nervioso central (p. ej., enfermedad de
Parkinson, enfermedad de Alzheimer, demencia vascular, atrofia multisistémica, parálisis
supranuclear progresiva). Puede aparecer una conducta similar en pacientes con narcolepsia o
en los que usan inhibidores de la recaptación de noradrenalina (p. ej., atomoxetina, reboxetina,
venlafaxina). En pacientes con trastorno del comportamiento del sueño REM, la sinucleína se
acumula en las neuronas, como ocurre en los trastornos neurodegenerativos, como la
enfermedad de Parkinson, la atrofia multisistémica y la demencia con cuerpos de Lewy. Algunos
pacientes desarrollan enfermedad de Parkinson años después de que se diagnostica el trastorno
de conducta del sueño REM.
El diagnóstico del trastorno del comportamiento durante el sueño REM puede sospecharse
sobre la base de los síntomas que informan los pacientes o el compañero de cama. En general,
la polisomnografía permite confirmar el diagnóstico. Puede detectar una actividad motora
excesiva durante el sueño REM; la monitorización audiovisual puede documentar movimientos
corporales y vocalizaciones anormales. Se realiza un examen neurológico para descartar los
trastornos neurodegenerativos. Si se detecta una anomalía, puede realizarse una TC o una RM.
El tratamiento del trastorno de conducta del sueño REM consiste en clonazepam en dosis de 0,5
a 2 mg por vía oral al acostarse. La mayoría de los pacientes deben recibir el fármaco
indefinidamente para prevenir las recurrencias; el potencial de tolerancia o de abuso es bajo.
Una alternativa es la melatonina en dosis de 3 a 12 mg (pero no se conoce una dosis óptima).
Habría que advertir a su compañero de cama sobre el riesgo de sufrir un daño y es posible que
desee dormir en otra cama hasta que se resuelvan los síntomas. Se deben retirar los objetos
punzantes que se encuentran junto a la cama.
Los calambres de los músculos de la pantorrilla o del pie suelen darse durante el sueño en
personas de mediana edad o ancianos sanos.
Su prevención incluye el estiramento de los músculos afectados durante varios minutos antes
de dormir. Su aplicación en el momento de aparecer los calambres alivia los síntomas
rápidamente y es preferible al tratamiento farmacológico.
Se han utilizado muchos fármacos (p. ej., quinina, suplementos de calcio y de magnesio,
difenhidramina, benzodiazepinas, mexiletina); es probable que ninguno de ellos sea eficaz y los
efectos adversos pueden ser importantes (sobre todo con quinina y mexiletina). Puede ser útil
evitar la cafeína y otros estimulantes simpáticos.