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Parasomnias

Las parasomnias son trastornos de la conducta o comportamientos anormales


que tienen lugar durante el sueño. En la segunda edición de la Clasificación
Internacional de los Trastornos del Sueño se dividen en tres grupos:
parasomnias del despertar, parasomnias asociadas al sueño REM, y otras
parasomnias.
Despertar confusional.
Consiste en episodios confusionales que ocurren durante y después del
despertar, especialmente cuando se despierta de un sueño profundo en la
primera parte de la noche. El individuo presenta desorientación
temporoespacial, habla poco fluida y responde de manera lenta a las órdenes
o preguntas. Suele existir amnesia de lo ocurrido durante el episodio. En
ocasiones se producen conductas inapropiadas. Los episodios repetidos de
despertar confusional son comunes en niños menores de 5 años,
disminuyendo hasta el final de la infancia. Son poco frecuentes en la edad
adulta. También se conoce este fenómeno como borrachera del sueño. Su
prevalencia es mayor en los niños y en los adultos jóvenes, y habitualmente
desaparecen con la edad.
Sonambulismo
se inician durante el sueño e implica que el individuo se levante de la cama y
camine, Antes de comenzar a caminar, los individuos pueden sentarse en la
cama y mirar alrededor de una forma confusa. Además, pueden llevar a cabo
otras conductas aprendidas durante la vigilia, e incluso adoptar
comportamientos agresivos. Los ojos suelen permanecer abiertos y con
sensación de asombro. Durante los episodios, los sujetos se encuentran
profundamente dormidos, siendo difícil despertarles del sueño; cuando esto se
consigue, suelen encontrarse confusos, y con amnesia de lo ocurrido. Es más
frecuente en la infancia, con una prevalencia aproximada de un 17%, y tiende a
desaparecer con la edad, siendo la prevalencia en adultos del 4%. No existe un
tratamiento etiológico, siendo necesario el adoptar medidas que eviten
accidentes
Terrores nocturnos
Se caracterizan por un despertar brusco precedido por gritos, llantos o
sensación de pánico, acompañados de conductas de intenso miedo y signos
vegetativos, como taquicardia, taquipnea, enrojecimiento, sudoración y
aumento del tono muscular. El individuo no suele responder a los esfuerzos de
terceros por despertarlo. En caso de hacerlo suele presentarse confuso
durante unos momentos y no suele recordar más que fragmentos del
contenido del terror. Es típica la amnesia de lo ocurrido al levantarse por la
mañana. Suelen presentarse, como el sonambulismo, en fase de sueño de baja
actividad, en el primer tercio de la noche. Tienen una duración de 1 a 10
minutos. Tienen una prevalencia del 3% en los niños y de menos del 1% en los
adultos (sobre todo entre 20 y 30 años). Provocan malestar clínicamente
significativo o deterioro social, laboral de otras áreas importantes del
individuo. Individuos con estrés postraumático o con trastorno por ansiedad
generalizada presentan mayor riesgo de terrores nocturnos.

Parasomnias asociadas al sueño REM


Trastorno de conducta del sueño REM.
En este tipo de trastorno aparece una repetición con un contenido violento de
los ensueños, acompañados de una actividad física violenta, como golpes,
chillidos o patadas, proporcional y acorde a las escenas del sueño. Suelen
representarse situaciones de lucha o huida y el paciente sueña que es atacado
o está inmerso en una escena de violencia con otras personas o animales y el
movimiento físico está acorde con las escenas que transcurren durante el
ensueño. Como su nombre indica, este trastorno ocurre durante el sueño REM,
etapa en la que el sujeto debe experimentar una completa parálisis por la
distensión del tono muscular, y a través de la polisomnografía, únicamente es
posible revelar la conservación del tono muscular, que es la causa que
posibilita la realización de movimientos.
La presencia de este trastorno se ha asociado al desarrollo de enfermedades
neurológicas degenerativas en un 70% de los caso. Es por este motivo que es
importante detectar estos trastornos de una forma precoz consultando con un
especialista en trastornos del sueño.

Parálisis del sueño aislada


Consisten en una incapacidad para hablar y realizar cualquier movimiento
voluntario con la cabeza, el tronco o las extremidades, debido a una pérdida
completa del tono muscular. Los episodios suelen suceder al inicio de las fases
de sueño REM o en la transición sueño-vigilia. Pueden durar unos segundos o
incluso minutos. Durante los mismos, especialmente si son los primeros
episodios, el sujeto puede experimentar intensa sensación de ansiedad, y
puede también tener alucinaciones.
Pesadillas
Son ensoñaciones muy vivenciadas, de contenido desagradable, y que
producen una importante sensación de miedo en el sujeto, llegando a
despertarle en muchas ocasiones. Ocurren durante la fase REM del sueño, y a
diferencia de los terrores nocturnos, predominan en la segunda mitad de la
noche y el sujeto suele recordar y es consciente de lo sucedido cuando se
despierta. Aunque es muy frecuente en la infancia, los adultos pueden tener
también pesadillas de forma ocasional.
Otras parasomnias
Se incluyen los trastornos disociativos del sueño, la enuresis, la catatrenia o
quejido nocturno, el síndrome de explosión cefálica, las alucinaciones del
sueño y el síndrome de comida nocturna.

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