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ASEDH – CEREBRUM
Lima, Perú. Agosto de 2010
emperatriztorres@bfskinner.edu.pe
“Un golpe hace daño, pero la representación del golpe es lo que causa el trauma”.
“La madre de Beatriz quería ser bailarina. Sus cualidades físicas y mentales le
auguraban una hermosa carrera, pero cuando quedo embarazada pocos meses antes
de la prueba, su bebe adquirió para ella el significado de una persecución:” “Por su
culpa, mis sueños se han echado a perder”. Entonces sintió odio hacia su niña, y
cuando uno aborrece a alguien hay que encontrar razones que expliquen porque
resulta detestable. Le pegaba mientras le explicaba que era por su bien, para que
creciese mejor. En el instante mismo en el que Beatriz recibía los golpes pensaba:
[Pobre mamá, no sabes controlarte, no eres una verdadera adulta].
1. DEFINICIONES DE EMOCIÓN
Ira
Rabia
Odio
Rechazo
Miedo y ansiedad
Celos
Envidia
Timidez
Inseguridad
De las emociones negativas más frecuentes que presentan los niños y los adultos, la
ansiedad y el miedo ocupan el primer lugar.
La ansiedad es un trastorno emocional que causa dolor psíquico y promueve el
estrés y la preocupación. El miedo paraliza y afecta el afrontamiento de las tareas
rutinarias y cotidianas. Ambos, el miedo y la ansiedad, influyen negativamente en
las relaciones familiares y menoscaban el rendimiento escolar en los niños y el
desempeño laboral en los adultos.
Las personas con ansiedad podrían presentar algunos síntomas físicos, como:
-Aceleración del ritmo cardiaco.
-Elevación de la presión arterial.
-Vahídos.
-Fatiga.
-Molestias gastrointestinales.
-Dolor generalizado.
-Tensión o espasmos musculares.
-Sudoración.
-Problemas de sueño.
No dejar para mañana lo que se puede hacer hoy. Si tiene una emoción
negativa, trate de prestarle atención. Preste atención a la siguiente historia, que
clarifica este concepto. María José es una persona que tiene cuatro hermanos y
con todos se lleva mal. No les habla porque ellos la criticaron y no aceptaron la
relación con su pareja, por ello se siente resentida y no quiere saber nada de sus
hermanos. Esa emoción negativa la llena de tristeza y de soledad. Lo maravilloso
sería que sus hermanos la comprendan, le muestren empatía y ella empiece a
cambiar de actitud poco a poco, hasta lograr aceptarlos. el mensaje es: preste
interés sincero por resolver los problemas con sus familiares y amigos.
Los padres deben recordar que ellos son el modelo de conducta de sus hijos, que
de su salud emocional depende el bienestar psicológico de sus niños y por ello
deben conocerse a sí mismos y aprender a controlar sus emociones negativas.
hace sentir mal por el premio recibido. El diálogo interno de este niño es: “Si quiero
algo de mis padres tengo que portarme mal, gritar, llorar, poner mi cara de
molesto, y esperar a que mis padres me insulten, me humillen, me agredan. No
importa, porque al final saldré con mi gusto”. De esa manera se está formando un
niño neurótico, acostumbrado a conseguir lo que quiere, no importa cómo, no
importa si lo maltratan o lo humillan. El resultado es que consigue algo material a
un alto costo emocional.
Los niños pequeños necesitan que la gratificación sea inmediata. Pero más adelante,
cuando crezcan, se enfrentarán a un mundo que no es muy considerado con quienes
exigen que se les dé gusto instantáneamente, y mas bien rechaza a quienes no le
ponen freno a sus explosiones emocionales.
Por todo lo anteriormente expuesto es importante enseñarles a los hijos a regular
sus emociones. Para ellos es importante considerar las siguientes premisas:
3.2.2 Elógielo:
Cuando su hijo haga un esfuerzo por vencer la ansiedad y el miedo, felicítelo. Pero
no lo castigue si falla en el intento. Veamos el siguiente caso: Una niña de 4 a 5
años cuyo comportamiento no ha sido tan bueno en los días anteriores pero hoy se
ha destacado en algo. Podemos aprovechar la situación para reforzarla y mostrarle
que ella es capaz de alcanzar logros. Podemos decirle: “hija esta semana ha sido
difícil, pero has logrado mejorar tus notas en el colegio. Te felicito”. Elogiemos a
nuestros hijos, no lo castiguemos. La ansiedad tiene que aprender a controlarse
porque de lo contrario se generaliza e invade otros aspectos del comportamiento.
Comentarios como “no hay nada que temer” son innecesarios. Los niños deben
aprender a manejar su estrés. Para esto debemos acompañarlos, aceptarlos como
son con sus miedos, su desesperación, sus angustias.
Asimismo debemos tener en cuenta los cuatro elixires emocionales para lograr la
expresión de las emociones positivas:
III. La Alegría Compartida. Es una actitud positiva hacia la vida, es estar contento
y expresar nuestra alegría con reacciones mesuradas.
Debemos grabar estos cuatro elíxires emocionales que nos ayudarán a vivir bien. Y
nuestra misión, como padres, es enseñárselos a nuestros hijos. El aprendizaje de
estos comportamientos promoverá la emisión de emociones positivas que les
permitirán ser felices, alegres y optimistas.
Igualmente, favorecer las cinco fuentes primordiales de energía: La alimentación,
respiración, descanso, sueño y actitudes mentales positivas. Es importante
alimentarlos bien, no les den comida chatarra. El enseñarles a respirar, tomando
aire lentamente y expulsándolo, los ayudaría a calmarse. El descanso es necesario
para recuperar energía. Cuando lleguen los niños del colegio por ejemplo, en lugar
de apurarlos a los gritos de ¡cámbiense!, !sáquense el uniforme! , ¡Cállense!
Acuéstense! Una sucesión de órdenes que terminan por no escuchar. En otro caso….
entra la madre, ve que la hija está comiendo, viendo televisión, la mamá
desesperada caminando de un lado a otro enfrascada en sus próximos compromisos
y viendo como se vuela su tiempo, comienza a exigirle rapidez…..esto genera
tensión y no favorece el bienestar emocional de ambas y resiente la relación. Se ha
perdido el tiempo igualmente con un resultado nefasto. Otro aspecto de los hábitos
saludables es el cuidado del sueño, que duerman bien, que se acuesten temprano a
las 9 de la noche no a las 12, para que descansen.
Para lograr esto se necesitan actitudes mentales positivas de los padres, qu e
sean transmitidas a los hijos en un clima de buena comunicación.
Son dos sentimientos vitales en nuestra vida, a los cuales podemos acceder,
controlando las emociones negativas. Ya los describimos líneas arriba, pero
vale la pena profundizar más en ellos.
La Felicidad
El Optimismo
Se deprime menos.
Supera los contratiempos, las dificultades, las frustraciones.
Sonríe, es feliz.
Contagia su entusiasmo.
Hace amigos con facilidad.
Es admirado y estimado.
Físicamente es más saludable.
Se siente más motivado hacia las diferentes actividades laborales, lúdicas
deportivas.
Presta más atención a las cosas.
“Por uno mismo se hace el mal y uno mismo se contamina. Por uno mismo se deja de
hacer el mal y uno mismo purifica. La pureza y la impureza dependen de uno mismo.
Nadie puede purificar a otro”.
BUDA