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La justicia de Dios

¿Sabe lo que es el clímax en una película? Es el momento de mayor


tensión, en donde el protagonista esta acorralado, a punto de morir y no
puede hacer nada para librarse. Es como de esas situaciones en que se
encuentra entre la espada y la pared. De repente algo pasa y el
protagonista logra librarse de la situación salir ileso.

Ahora Pablo nos esta llevando al momento de mayor tensión en


Romanos, donde el hombre esta atrapado y sin salida ante el juicio de
Dios por el pecado (v. 19). Todos estamos bajo la ley de Dios ya que
tenemos que obedecerla, sin embargo todos hemos violado su ley y lo
único que se espera por desobedecer la ley es la justa ira de Dios.
Nuestro problema es que muchas veces no sentimos la necesidad de
Cristo y su obra en la cruz, porque no nos sentimos pecadores. El mayor
engaño de Satanás es hacernos creer que no somos tan malos. Sabe
que si logra esto, nunca buscaremos al Señor continuamente.
Reducimos el pecado a simples actos como robar, matar, mentir; Pero
Jesús dijo: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu
alma, y con toda tu mente” (Mt 22:37). La realidad nunca amamos así al
Señor, muchas veces tenemos que reconocer que hay otras cosas que
amamos más que a Dios. La batalla más grande de cada cristiano es
reconocer nuestro pecado y reconocer que necesitamos
desesperadamente al Salvador.

Aquí esta el clímax ¡La sentencia se ha dado! El hombre es culpable de


todos los cargos y no tiene salida. ¿Qué sucede entonces? ¿Cómo podrá
salvarse el hombre? Job 25:4 “¿Cómo, pues, se justificará el hombre
para con Dios? ¿Y cómo será limpio el que nace de mujer?” Es entonces
cuando Dios interviene y revela su justicia (vv. 21-22). Porque Dios te da
su justicia por medio de la fe en Jesucristo, tú puedes ser hallado justo
delante de Dios. La intervención de Divina cuando todo parecía perdido.
¿Qué es la justicia de Dios? ¿A qué se refiere con que Dios nos da su
justicia?

I. LA DESCRIPCIÓN DE LA JUSTICIA DE DIOS (VV. 21-22).


A. Es diferente a la ley (v. 21a). La ley son los mandamientos y el
estándar de vida que Dios quiso dar a su pueblo por mano de sus
profetas. Los judíos no entendieron el propósito de la ley. Pensaban que
si obedecían todos los mandamientos de Dios iban a ser salvos, pero la
ley nunca fue dada para salvar. El propósito de la ley era mostrar cuán
imposible es para el hombre, en su propio esfuerzo, vivir a la altura de los
estándares de Dios. Dios exige una obediencia perfecta, pero nadie
puede obedecer perfectamente la ley, por lo tanto la ley nunca puede
salvar. ¿Cuál es el propósito de la ley? (Ro 3:20). Muestra el pecado,
como a los niños pequeños cuando se les dice que no hagan algo y más
lo hacen. Nos muestra cuán pecadores somos con un propósito, el que
deseemos un redentor, un ayudador.

B. Es Bíblica (v. 21b). No es un nuevo mensaje o un evangelio diferente


como algunos predicaban, era el mensaje de las escrituras. Como ya
hemos dicho, las escrituras apuntaban al Mesías que vendría a cumplir la
ley y a hacer justicia perfecta (Jn 5:39; Lc 24:27; Gá. 3:24). Cristo es el
mensaje pero ahora, ¿Cómo puedo obtener la justicia que Cristo ya ganó
en mi favor?

C. Es por la fe (v. 22a). La condición que Dios exige es “creer”. ¿Por qué
por la fe? ¿Por qué no es por amor a Cristo? ¿Por qué no es honrar a
Cristo? ¿o por la obediencia? ¿Qué hace de la fe algo diferente de las
otras virtudes? La respuesta es que todas las virtudes exigen algo de mi
parte (Amar, honrar, obedecer, etc.). Pero la fe es una virtud receptora.
Yo no necesito hacer nada para creer, es una disposición del corazón a
recibir no dar (Jn. 1:12; 6:28-29).

D. Es para todos (v. 22b-23). Ahora Pablo nos muestra el alcance de la


salvación y la justicia que Dios da: Esta disponible para todos los que
creen en Jesucristo como Señor y Salvador (Hch. 13:39). No importa que
sea el peor de los pecadores. Así como nadie es lo suficientemente
bueno para salvarse, así nadie es tan malo como para que no pueda ser
salvado.

II. LA APLICACIÓN DE LA JUSTICIA DE DIOS (VV. 24-25).

Cuando estudiaba en la secundaria, obtenía justificantes. Así aunque no


fuera a la escuela, comoquiera tenía mi asistencia. La justificación
funciona de manera similar. Las demandas de la ley quedan satisfechas
a mi favor sin haberlo ganado ni merecido (v.24a). ¿Cómo lo hizo Dios?
¿Qué fue lo que le costó a Él?

A. Cristo pagó el rescate (v. 24b). La palabra redención se refiere a


pagar el precio, como si alguien le pagara una deuda. Cuando hablamos
de Cristo debemos estar seguros de que las personas entiendan que
tienen una deuda, porque muchas veces no lo saben o no se sienten
responsables. A veces presentamos el evangelio y no le hacemos ver al
pecador su pecado. (1 Cor. 6:20; Mr 10:45). Gálatas 3:10-13. (v. 10) La
ley exigía la muerte de aquel que no cumpliera no todo lo prescrito en
ella (Ro 6:23), esto es la maldición de la ley. Sin embargo Cristo pago el
precio que la ley me exigía a mí por no cumplirla, tomando mi lugar en la
cruz y dándome el perdón de todos mis pecados (Ef 1:7).

B. Cristo calmó la ira de Dios (v. 25a). La palabra propiciación esta


muy relacionada con el propiciatorio, en donde el sacerdote entraba una
vez al año después de ofrecer el cordero por los pecados del pueblo.
Esta palabra tiene la idea de apaciguar o calmar la ira, y nos habla de la
obra de Cristo en calmar la ira de Dios ¿por qué se tenía que hacer esto?
Porque Dios es santo y Él aborrece el pecado (He 10:31). Cristo sufrió el
infierno en mi lugar. Solo alguien eterno podía cargar con el castigo
eterno y en tres días satisfacer la ira de Dios. Solo Cristo pudo hacerlo
(Ap. 5.6-9).

“El hombre es absolutamente incapaz de satisfacer la justicia de Dios a


no ser que pase la eternidad en el infierno” (John McArthur). Es por eso
que el infierno es eterno, es el castigo santo y justo de Dios por el
pecado (Ap 14:10-11)

III. EL PROPÓSITO DE LA JUSTICIA DE DIOS (VV. 25b-31)

A. Él es justo (vv. 25b-26). Dios es un juez justo y él no puede


simplemente pasar por alto la ofensa. Si un juez pasara por algo algun
crimen sólo porque la persona normalmente sea una persona buena,
sería considerado un juez injusto.
Hoy en día el diáblo nos acusa constantemente delante del Señor por
nuestros pecados. Sin embargo Cristo tiene el ministerio de intercesión
(1 Jn 2:1-2). Dios defiende su justicia en Cristo, y de esta manera
muestra que Él es un Dios justo.
B. Él es el que justifica (vv. 26-28). Como ya vimos Dios justifica al que
cree en Cristo, al que le recibe. Esto es verdad no solo para los que
vivimos después de Cristo, sino también para lo que vivieron antes de
Cristo. La cruz de Cristo es el centro y el único medio para tener la
salvación. Este es el evangelio.

Cuando nos sintamos acusados por nuestro pecado o tentados por las
acusaciones de satanás, debemos recordar que «ya no hay condenación
para los que están en Cristo Jesús» (Ro 8:1). Recuerde que el Señor es
nuestra justicia, y a través de él tenemos esperanza (Jer 23:6)

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