Está en la página 1de 13

¿Dios Es Un Genocida?

Hijos de los profetas

Hijos de cortesanos y profetas de Baal: aconsejaban al rey


Jeroboam para castigar al pueblo.

Singularidad de hechos (lo destaca)

No es la normalidad del actuar de Dios (mounstruo moral)

Respuesta objetivo (moralidad de mandatos bíblicos): nuestros


deberes morales están enmarcados por los mandamientos de
Dios (correcto o incorrecto para nosotros)

Una orden de Dios se convierte un “Deber moral”. No hacerlo es


un error moral

Dios no tiene ningún deber moral con nadie. Está dentro de su


prerrogativa lo que decida. en base amor, sabiduría y justicia y
no por capricho.

El mundo busca ser enjuiciado.

Una de las objeciones más comunes a la fe cristiana de parte del movimiento del nuevo
ateísmo tiene que ver con la ética del Antiguo Testamento. Richard Dawkins, en su libro
“El espejismo de Dios”, resume este sentir así:

“El Dios del Antiguo Testamento es, indiscutiblemente, el personaje más desagradable de
toda nuestra ficción; celoso y orgulloso de ello, injusto y controlador, enfermo, rencoroso,
sediento de sangre étnica, misógino, homofóbico, racista, infanticida, genocida, filicida,
pestilante, megalomaniaco, sadomasoquista, caprichoso, malevolente, y abusador''.
Dios siempre dio tiempo para arrepentimiento

Noé predicó arrepentimiento a sus contemporáneos durante 120 años antes del diluvio
(Gen. 6:3; 7:6). Pasaron 430 años desde que Dios le dijo Abraham sobre la maldad de los
amorreos hasta el tiempo en el que Josué los conquistó (Gen. 15:16; Josué 12). Y eso es
encima de la conciencia que aplaude y acusa a cada ser humano (Rom. 2:14-15). La
conquista de Jericó fue la primera bajo el mando de Josué (Josué 6), y podemos
preguntarnos, ¿era cada vuelta que daba el pueblo de Israel a Jericó una oportunidad para
que se rindieran y sometieran al único y verdadero Dios?

Dios soberanamente es quien determina el momento en que la maldad de un pueblo debe


ser juzgada, como fue el caso de Sodoma y Gomorra, donde no se encontraron ni diez
justos (Gen. 18:32). Además, también leemos sobre las oportunidades que muchos pueblos
tenían de hacer acuerdos de paz con Israel (Jos. 11:19).

La única razón por la cual hoy el juicio de Dios no ha sido final sobre individuos y naciones
inicuas es porque Él aún está guiándolos diariamente al arrepentimiento (Rom. 2:4).

El juicio de Dios siempre es contra el pecado, y es serio

Ningún juicio de Dios en la Biblia se basó en la etnicidad, sino que siempre fue debido al
pecado. En Deuteronomio 9:4-6 leemos:

“No digas en tu corazón cuando el SEÑOR tu Dios los haya echado de delante de ti: ‘Por
mi justicia el SEÑOR me ha hecho entrar para poseer esta tierra’, sino que es a causa de la
maldad de estas naciones que el SEÑOR las expulsa de delante de ti. No es por tu justicia
ni por la rectitud de tu corazón que vas a poseer su tierra, sino que por la maldad de estas
naciones el SEÑOR tu Dios las expulsa de delante de ti, para confirmar el pacto que el
SEÑOR juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob. Comprende, pues, que no es por tu
justicia que el SEÑOR tu Dios te da esta buena tierra para poseerla, pues eres un pueblo de
dura cerviz”.

Cualquiera que ha leído el Antiguo Testamento sabe que la gran mayoría está enfocado al
juicio que Dios hace contra su propio pueblo.

Nadie puede acusar a Dios de xenofobia. Israel nunca tuvo ventaja o tolerancia de parte de
Dios por su pecado solo por ser su pueblo escogido. El enfoque del juicio de Dios siempre
fue el pecado. Y parte de la razón por la que muestra su juicio es para mostrarnos qué tan
grave es el pecado.

Nosotros tenemos la tendencia a minimizar la gravedad del pecado y a buscar maximizar


los atributos de amor y misericordia, sin darnos cuenta que sin el juicio y la ira de Dios, lo
único que hacemos es diluir la razón por la que el evangelio son buenas noticias. La razón
por la que una cura para el cáncer o el sida es tan anhelada es precisamente porque
entendemos los efectos devastadores de estas enfermedades. Cuando tenemos oportunidad
de ver de una manera real lo grave de una situación, comenzamos a ver lo glorioso de la
solución.

Además, si nosotros tuviéramos la oportunidad de ser testigos del nivel de maldad de las
naciones cananeas, tendríamos una perspectiva diferente sobre el juicio de Dios.  Hay algo
dentro de todo ser humano que se goza en ver que el mal sea castigado y que la verdadera
justicia prevalezca. Naciones que practicaban el sacrificio de bebés a sus dioses, orgías de
bestialismo, incesto, homsexualismo como ofrendas de adoración, y violencia desmedida
fueron juzgadas severamente por Dios. Y su juicio fue perfecto. Las deidades que crearon
como Baal y Anath reflejaban los mismos placeres en los que la nación ahora encontraba su
identidad y satisfacción: violencia y sexo.

Israel nunca exterminó completamente a otra nación

Una de las claves para entender el alcance de cada conquista de Israel tiene que ver con el
lenguaje bélico del medio oriente de la época. Por lo regular, cada conquista se describe
con el uso de la hipérbole. Por eso se habla de un exterminio total (hombres, mujeres,
niños, animales). Es el equivalente de decir hoy cuando un equipo de fútbol derrota a otro
7-0, “los aniquilaron”.  La misma Biblia nos muestra que el lenguaje que usa no es tan
absoluto como parece. Por ejemplo, aunque en Josué 10:40 se afirma “la destrucción de
todo lo que tenía vida, como Dios se lo había mandado”, estas naciones siguen siendo
mencionadas más adelante en Josué (23:7, 12-13), en Jueces (1:21, 28-28; 2:10-13), y
nuevamente tenemos en 1 Samuel 15 la destrucción total de los amalecitas, aunque vuelven
a aparecer en 1 Samuel  27:8 y 30:1.

Entonces, ¿qué sucedió realmente? La respuesta que muchos eruditos dan es que las
ciudades que fueron conquistadas por Israel eran ciudades de liderazgo militar, religioso y
político, no ciudades de poblaciones civiles en general.

En la narrativa bíblica solo encontramos la destrucción total por fuego de tres ciudades por
el pueblo de Israel: Jericó, Hai, y Hazor (Jos. 6:24; 8:28; 11:13). La evidencia histórica y
arqueológica apunta hacia un desplazamiento gradual de la mayoría de ciudades en donde
la conquista representó dominio, no destrucción (Deut. 6:10-11).

La mayoría de las guerras de Israel fueron defensivas, aun durante el tiempo de Josué.
Considerando la violenta realidad de la supervivencia de naciones en esa época, las
experiencias y conquistas de Israel no son tan violentas y excesivas como las de la mayoría
de naciones que los rodeaban.

El plan de Dios ha sido la redención de todas las naciones desde el principio

La ley mosaica siempre hizo provisión para los extranjeros que moraban con Israel, y Dios
mostró su amor y misericordia al incluir a muchos de ellos (como Rahab y Rut) dentro de la
genealogía del Mesías, participando así en el mismo plan redentor de Dios. El plan de Dios
desde el principio siempre ha sido la redención de todas las naciones, no solo una (Hechos
17:26-27; Ap. 5:9; 7:9).
Aunque los genocidios en la Biblia sean difíciles de explicar, en la narrativa bíblica
encontramos a un Dios que ama a sus enemigos (Rom. 5:8-10) y que entregó a su propio
Hijo, sometiéndolo a padecimiento (Is. 53:10) para hacer posible la reconciliación y la paz
(2 Cor. 5:18-19). También vemos a un Dios que hará una guerra final contra el mal (a una
escala mucho mayor que cualquier batalla del AT) para traer justicia y paz finales y
permanentes (Ap. 19:15; 20:9).

Así que, ¿cómo contestamos cuando alguien pregunta sobre los genocidios en la Biblia?
Propongo que contestemos dando un panorama más completo:

El mensaje en toda la Biblia es la justicia de Dios en traer juicio contra el pecado, la


paciencia de Dios en demorar el juicio, la misericordia de Dios en proveer perdón del
juicio, la gracia de Dios en dar salvación del juicio a aquellos que merecen condenación, y
el amor de Dios demostrado en derramar el juicio sobre su propio Hijo en nuestro lugar
(Rom. 2:4-5; 3:23-26; 5:8-11).

Tan doloroso como es este tema, saca a relucir lo que nosotros y nuestra cultura necesitamos
escuchar más que nunca: Dios es santo, la gente es pecadora, el mundo está quebrantado, y Su
juicio es justo.

Primero, todo ser humano en el planeta merece el juicio de Dios. En este momento, todos los
humanos en todas partes —desde la amable anciana de al lado hasta el criminal endurecido en el
corredor de la muerte— son profundamente pecaminosos. Y nacieron de esta manera. Desde su
nacimiento, todos los seres humanos son culpables, no solo por sus propios pecados, sino también
por el pecado de Adán que se les ha transmitido (Ro. 5:12). Y la pena por el pecado es clara: “La
paga del pecado es muerte” (Ro. 6:23).

Entonces, qué significa esto? En cualquier momento, Dios podría tomar la vida de cualquier
humano como juicio por sus pecados. Y estaría totalmente justificado al hacerlo. No le debe la
salvación a nadie.

Esto cambia rápidamente nuestra perspectiva sobre la conquista cananea. En lugar de que nos
sorprenda que Dios juzga a las personas por sus pecados (incluso en grandes cantidades), tal vez
deberíamos sorprendernos de que espere tanto tiempo para hacerlo. Cada uno de nosotros está
vivo y respirando únicamente debido a la increíble paciencia y gracia de Dios.
2) Nuestras expectativas no están bien calibradas

Segundo, el momento del juicio de Dios no siempre coincide con las expectativas humanas.
A veces pensamos que Dios debería juzgar primero a las personas más pecaminosas e ir
bajando por la lista. Pero Dios no siempre obra como nosotros lo queremos. De hecho,
Jesús recalcó este punto exactamente cuando se le preguntó por qué la torre de Siloé se
derrumbó y mató a un grupo de personas. Jesús respondió:

“¿O piensan que aquellos dieciocho, sobre los que cayó la torre en Siloé y los mató, eran
más deudores que todos los hombres que habitan en Jerusalén? Les digo que no; al
contrario, si ustedes no se arrepienten, todos perecerán igualmente”, Lucas 13:4-5.

Eso duele. En otras palabras, las personas no tienen que ser los peores pecadores para
recibir el juicio de Dios. Y Él no está obligado a juzgarlo todo simultáneamente.

Mientras que los cananeos no eran las únicas personas pecaminosas en el mundo, y no
necesariamente las peores, sus pecados eran atroces. Dios los expulsó de la tierra
principalmente porque sus prácticas eran “detestables” a su vista: idolatría exagerada,
hechiceros y médiums, perversiones sexuales, incluso sacrificar a sus propios hijos a los
dioses (Dt. 18:9-14).

A pesar de estas prácticas, Dios había sido increíblemente paciente con los habitantes de
Canaán por generación tras generación, incluso desde la época de Abraham (Gn. 15:13-16).
Sin embargo, la paciencia de Dios había expirado.

3) Dios juzga a través de medios

Tercero, Dios usa una variedad de instrumentos para cumplir su juicio. Claro, Él podría
milagrosamente quitarle la vida a los cananeos de una vez. Pero Dios históricamente ha
usado varios medios para juzgar.

En esta época de la Escritura, tales medios ya han incluido desastres naturales,


enfermedades y pestes, sequías, y colapso económico. Además, en numerosos puntos, Dios
levanta un ejército humano para cumplir sus propósitos. Y en la conquista cananea, Él usa a
la nación de Israel como su instrumento de juicio.

Aquí llegamos a una diferencia clave entre la conquista cananea y el genocidio moderno.
Ambos implican una gran pérdida de vidas. Ambas involucran ejércitos humanos. Pero la
primera es un instrumento del justo juicio de Dios, mientras que la segunda son humanos
que asesinan a otros para sus propios fines. En la superficie puede haber similitudes, pero
definitivamente no son lo mismo.

Un ejemplo podría ayudar. Imagine un escenario en el que un humano inyecta a otro una
toxina mortal que lo mata. ¿Eso es asesinato? Depende. Si fue hecho por un miembro de
una pandilla que quería eliminar a un miembro de una pandilla rival, la respuesta sería sí.
Pero si lo hiciera un funcionario de la prisión federal autorizado por el Estado para
administrar la inyección letal, la respuesta sería no.

En la superficie, los dos actos pueden tener el mismo aspecto. Pero todo se reduce a si la
toma de vida está debidamente autorizada. El problema no es si se toma una vida, sino
cómo y por qué.

4) Su juicio es justo

Déjame intentar dibujar todo esto junto. Si todo ser humano merece juicio (y así es), y si
Dios está justificado en quitar la vida cada vez que decide ejecutar juicio (y lo está), y si
usa varios instrumentos para ese juicio (incluyendo ejércitos humanos), entonces nada
inmoral hay en la conquista cananea.

El juicio de Dios es justo, incluso si no lo entendemos completamente.

Objetar a la conquista requeriría oponernos a todos los actos del juicio de Dios. ¿Nos
oponemos también al diluvio de Noé, a la destrucción de Sodoma y Gomorra, a las plagas
en Egipto, y así hasta a la cruz misma?

Al final, la conquista de Canaán sigue siendo un tema difícil y complejo. Y, sin embargo, si
la conquista se ve dentro del contexto de la cosmovisión cristiana, y no desde afuera, las
objeciones se desvanecen. El juicio de Dios es justo, incluso si no lo entendemos
completamente (Is. 55:8-9). Y si quitamos eso, nos queda algo diferente al Dios del
cristianismo.

Analizando los hechos a la luz del texto

Eliseo es el profeta sucesor de su maestro (si el termino maestro es permitido aquí, pues el
texto habla de una relación entre señor y siervo, aunque tampoco la comparación va muy
lejos) Elías, quien fue llevado por Dios en un carro de fuego con caballos de fuego al cielo
en un torbellino (2 Reyes 2:11). Ya Eliseo había sido elegido por Dios como sucesor de
Elías en el ministerio profético al estilo de Israel en esas épocas. Este tipo de profetas de
este periodo eran conocido por muchas características, pero la más representativa de ellas
era que estos fungían como voz de Dios en la tierra. Él hablaba por ellos, ellos eran su
palabra aquí, y en este caso, en Israel. Esta verdad es atestiguada en todo el texto bíblico.
Solo por mencionar un caso que atestigüe esto, Hebreos 1:1-2 nos dice:

Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres
por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó
heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.

Estamos ante un texto que confirma que Dios hablaba a través de los profetas. Su palabra
estaba en boca de ellos, y era por esto que él los escogía. Como estos eran sus
representantes en la tierra, solo él podría elegir a aquellos que llevarían este privilegio.
Aunque Elías viene a ser símbolo de todos los profetas, Dios confirma a todos que Eliseo
fue elegido como sucesor de este hombre tan admirado por los hijos de los profetas y
temido por el Israel que le daba la espalda a Dios. Antes de llegar a esta escena, el texto
registra que él había hecho dos milagros por medio de Eliseo ante los ojos de todos, para
confirmarlo como sucesor digno de Elías: abrir en dos las aguas del rio Jordán y sanar las
aguas en unos manantiales para todo un pueblo. Incluso, uno de ellos fue el mismo acto que
Elías había realizado: dividir las aguas en dos. Las dos historias son como siguen:

Primero Elías en 2 Reyes 2:7-8

Y vinieron cincuenta varones de los hijos de los profetas, y se pararon delante a lo lejos; y
ellos dos se pararon junto al Jordán. Tomando entonces Elías su manto, lo dobló, y golpeó
las aguas, las cuales se apartaron a uno y a otro lado, y pasaron ambos por lo seco.

Luego, Eliseo en 2 reyes 2:13-15

Alzó luego el manto de Elías que se le había caído, y volvió, y se paró a la orilla del
Jordán. Y tomando el manto de Elías que se le había caído, golpeó las aguas, y dijo:
¿Dónde está Jehová, el Dios de Elías? Y así que hubo golpeado del mismo modo las aguas,
se apartaron a uno y a otro lado, y pasó Eliseo. Viéndole los hijos de los profetas que
estaban en Jericó al otro lado, dijeron: El espíritu de Elías reposó sobre Eliseo. Y vinieron
a recibirle, y se postraron delante de él.

Es más, en esta última escena vemos que reconocen a Eliseo como legitimo sucesor de
Elías, y aunque esto no era tan necesario, pues Dios ya lo había elegido, sí demuestra que
ante los ojos de todo Israel él era la voz de Dios en la tierra.

Teniendo en cuenta todo esto, pasamos al punto en cuestión y que es de nuestro interés.

Ni niños ni calvo, solo insultos y rechazos a Dios

Es justamente en el verso 23 donde comienza todo. Vemos como Eliseo sale de Jericó y
sube a Betel (se encontraba en las mismas tierras de la tribu de Benjamín) y le salen al
encuentro en su camino unos muchachos de la ciudad de Betel que se burlaban de él. El
primer problema con la idea popular y lo que el texto nos dice es que muchachos y niños no
es lo mismo. Y sin ánimos de extenderme demasiado en una discusión lingüista en español,
recurramos al término hebreo del cual se tradujo esta palabra: náar. El significado de ella
no es el de un niño como se piensa a nivel popular (y solo es usado como tal en Éxodo 2:6
para hablar de Moisés como un bebe, y en ese caso el contexto nos lo especifica), sino que
habla de jóvenes u hombre jóvenes en un rango de edad que tiene como mínimo 12 años y
máximo 30, o un número próximo. Así, cuando se habla de muchachos, no hay que pensar
en niños, sino en hombres en este rango de edad. Esta misma palabra y su uso se puede ver
en 1 Samuel 20:35; 1 Reyes 3:7; 11:17).

Acerca de esto, leemos que (Kaiser, 1996):


Niños pequeños es una traducción desafortunada. La expresión hebrea se traduce mejor
como muchachos jóvenes u hombres jóvenes. A partir de numerosos ejemplos en los que se
especifican las edades en el Antiguo Testamento, sabemos que se trataba de niños de doce
a treinta años. Una de estas palabras describió a Isaac en su sacrificio en Génesis 22:12,
cuando fácilmente tenía poco más de veinte años. Describió a José en Génesis 37:2
cuando tenía diecisiete años. De hecho, la misma palabra describió a hombres del ejército
en 1 Reyes 20: 14-15…

La fraseología aquí suele ser usada para apoyar la idea de niños, pero no es correcto.
Aunque con frecuencia suele hacer mención del tamaño, también se refiere a la calidad en
importancia, como comparar la luna con el sol (luz “menor”, Génesis 1:6) y referirse a
casos legales insignificantes (Éxodo 18:26) y pesos “menores” (Deuteronomio 25:13).
También se usa para referirse a joven cuando se refiere a personas que obviamente son lo
suficientemente mayores como para ser maduras (como las que rodean la casa de Lot y
exigen violar a los visitantes, Génesis 19:11). Entonces, esta palabra por sí solo no nos dice
nada sobre las edades de los muchachos o que haya que suponer per sé que eran niños.

Podemos seguir viendo otros usos de la palabra en:

 Génesis 9:24 donde describe a Cam como el hijo más joven de Noé. Dado que Cam
era obviamente bastante maduro en este momento (lo suficientemente mayor como
para burlarse del estado desnudo ebrio de Noé, y también estaba casado), está
bastante claro que la palabra (como se indica) puede usarse comparativamente y no
significa simplemente una persona pequeña (a menos que Cam fuera un enano). Se
usa de la misma manera con Jacob en Génesis 27:15, donde claramente este no es
un niño, y de Raquel en Génesis 29, donde ella está en edad de casarse. Del mismo
modo, Otoniel en Jueces 1: 13; 3: 9, Milca en 1 Samuel 14:49 y David en 1 Samuel
16:11, y así sucesivamente.
 Existe un versículo donde se entiende que significa un niño muy pequeño, y es 1
Samuel 20:35, pero esto tiene su debida explicación. Podría ser comparativo (por
ejemplo, el muchacho era más joven que Jonatán).

Al final el punto es que la palabra por sí sola no es suficiente para determinar que se
trataban de niños, y de niños de 4 años como se suele caricaturizar la escena.

Con bastante probabilidad, esta fraseología que se usa aquí es para referirse a ellos como
vagabundos sin estatus social. La frase se usa en otros lugares, pero ninguno es inequívoco
en el sentido de un niño pequeño. 2 Reyes 5: 1 se acerca más, ya que dice que la carne
leprosa de Naamán fue curada para convertirse en la de un niño pequeño, pero esto supone
que Naamán no era particularmente viejo; si él fuera un hombre mayor, entonces su carne
podría haberse convertido en la de un joven de 20 años. Otros usos, como 1 Reyes 3: 7, en
el que Salomón se refiere humildemente a sí mismo, podrían significar niño pequeño, pero
contextualmente también podrían tener sentido al referirse a la insignificancia social, a una
baja calificación de honor. La frase se usa con Hadad en 1 Reyes 11:17, pero solo dos
versículos después, a Hadad se le da una princesa egipcia como esposa, ¡así que no podría
ser demasiado joven o pequeño!
Ahora, atendiendo al contexto socio-cultural, la más probable es que estos muchachos
fueran algo más que muchachos inocentes que salían a entretenerse, pues en verdad se
trataba de ladrones, vándalos. La clave aquí es el concepto de supervivencia corporativa: en
esta época, cada miembro de la familia tenía que hacer una contribución para ayudar a la
familia a sobrevivir, ya que en estos días no había servicios sociales, ni controles de
asistencia social, ni supermercados. Dado este elemento, preguntemos: ¿por qué un número
tan grande de muchachos (si los osos mataron a 42, nos dice que algunos escaparon y que el
número era más grande), están así agrupados y no estaban en casa contribuyendo a la
supervivencia corporativa de sus propias familias?

El hecho de que estuvieran agrupados en un número tan grande sugiere que, en realidad,
eran una banda de ladrones que sobreviven por su cuenta, probablemente al robarles a otros
sus vidas y propiedades; ciertamente no eran dueños de sus propias granjas ni salían a
cazar. Es una señal de desconocimiento sugerir que se unieron solo por esta ocasión y que,
por lo demás, eran inocentes y amantes del hogar. Quienes ofrecen este consejo
simplemente no pueden borrar las implicaciones obvias de estar juntos, y su
comportamiento, en el contexto del entorno social de la Biblia. Tampoco se hace suficiente
hincapié en el hecho de que había al menos 42 allí, pues ¿cuántas personas había en la
multitud para empezar? ¿50? ¿100? ¿400? Si estos viajaban en grupos de 42 o más,
burlándose de adultos respetables e incluso de un conocido hombre de Dios, nos podemos
comenzar a imaginar qué violencia podrían haber infligido a personas indefensas. Y eso
incluye a Eliseo: cualquiera que no piense que toda esta burla fue un preludio al daño físico
no está mirando de manera realista la historia y el contexto socio-cultural de la época.

De otro erudito leemos (Archer, 1982):

Un estudio cuidadoso de este incidente en su contexto muestra que fue mucho más grave
que un delito personal leve. Era una situación de grave peligro público, tan grave como
las grandes bandas juveniles que deambulan por las secciones del ghetos de nuestras
modernas ciudades estadounidense. Si estos jóvenes matones iban en grupos de cincuenta
o más, burlándose de adultos respetables y listos para burlarse incluso de un conocido
hombre de Dios, no se sabe qué violencia podrían haber infligido a la ciudadanía del
centro religioso del reino de Israel (como Betel), si se les hubiera permitido continuar su
curso desenfrenado.

Estos muchachos que salían de Betel llaman a Eliseo Calvo. Pero no solo esto, la expresión
completa es: “¡Calvo, sube! ¡Calvo, sube!”. ¿Cuál es el problema con esto por parte de
estos vándalos? Los siguientes:

1. Eliseo no era viejo para ser calvo. Leemos que (Kaiser, 1996):

¿Pero Eliseo era un anciano con poca paciencia y sentido del humor? Esta acusación
también está distorsionada, ya que Eliseo apenas tenía veinticinco años cuando ocurrió este
incidente. Vivió casi sesenta años después de esto…

Eliseo se menciona por primera vez en 1 Reyes 19 en la época de Jehú, quien más tarde
sería un rey de Israel (841-14), pero antes de que Jehú fuera ungido rey. Esto es en el
momento de Acab (874-853) en una historia justo antes del final de su reinado. Como no
estaba casado y todavía trabajaba para su padre, habría tenido entre 13 y 16 años cuando
conoció a Elías. Esta sería la edad normal cuando un joven también era aprendiz.

Este evento con los osos ocurrió justo después de la muerte de Ocozías, rey de Israel (853-
52). Entonces, en ese momento, no pudo haber tenido más de 20 años. Murió en 2 Reyes
13, en el tiempo de Joás, rey de Israel (798-782). Entonces, si hacemos los cálculos, hay al
menos sesenta años en la vida de Eliseo después de este evento.

La acusación de los muchachos identificaba a Eliseo como un leproso, un marginado


despreciable de la sociedad. De cualquier manera, el insulto es más que burlarse de una
calva. Para ellos, estabas calvo porque 1) estabas de luto; 2) eras un esclavo que había
trabajado en condiciones difíciles; 3) estabas enfermo y por lo tanto ritualmente impuro (un
leproso), o 4) carecías de virilidad y poder. Cualquiera de estos convierte las burlas de
Eliseo en algo realmente negativo, y no hay opción para burlas inocentes.

También debe tenerse en cuenta que, como profeta en lugar de Elías, Eliseo era un agente
oficial del pacto entre Dios y el pueblo de Israel. Él representaba lo que para muchas
personas sería orden y seguridad en un mundo altamente caótico. Insultarlo estaba casi al
nivel de insultar a Dios, porque Eliseo representaba a Dios ante la gente.

2. Imagínenos que era calvo. El insulto sería aún peor.

La calvicie natural era rara en este tiempo y cultura. Las causas artificiales comunes que
exacerban la calvicie (usar sombreros ajustados que cortan la circulación en el cuero
cabelludo, medicamentos modernos) aún no existían, aunque sí aparecían entre la clase
esclava / laboral que trabajaba en condiciones difíciles (lo que respalda el punto que fue
vergonzoso). Algunos pueden sugerir que debido a que tiene un componente genético en
algunas personas, es imposible que fuera poco común, pero eso descuida el punto obvio de
que la esperanza de vida más baja del día significaba que pocas personas alcanzaron la edad
de la calvicie prematura, y aquellos que lo hicieron eran típicamente ricos y por lo tanto
tenían altas calificaciones de honor. Si la calvicie puramente natural fuera tan común y se
aceptara como una parte natural del envejecimiento, entonces es imposible que se haya
considerado vergonzoso.

Además, la línea de tiempo muestra que Eliseo era muy joven, mucho más joven que la
edad de la calvicie prematura, salvo en condiciones excepcionalmente raras. Por lo tanto, la
única razón por la que sería calvo sería porque estaba de luto por Elías, que acababa de ser
llevado por Dios. Si ese fuera el caso, entonces la burla era extremadamente ofensiva, como
burlarse de alguien que lloraba en un funeral. (Es un consejo de desesperación sugerir que
debido a que el texto no dice específicamente que Eliseo se afeitó la cabeza, esto significa
que no lo hizo: los lectores de un texto de alto contexto sabrían que afeitarse la cabeza era
la respuesta normal de un doliente).

Y por último, se nos dice que (J.H. Walton, 2004):


Si Elías era un hombre de pelo abundante, la calvicie de Eliseo contrastaba
marcadamente, lo que quizá sugirió a algunos que éste nunca podría tener los mismos
poderes que su maestro. Si esta mofa era un repudio a su oficio y llamado, fue impugnada
notablemente por el inmediato cumplimiento de su maldición…

En pocas palabras, el insulto en términos modernos sería así: no tiene las pelotas para ser
sucesor de Elías, o tan siquiera profeta.

El erudito del Antiguo Testamento John Whitcomb sugiere que la expresión era de
(Whitcomb, 1971):

“…desprecio extremo. Pronunciaban una maldición divina sobre él, por lo que la calvicie
era a menudo la señal externa (Isaías 3: 17a, 24)”.

3. La segunda parte de la burla: sube…

La segunda parte del insulto lo hace aún más claro. Sube puede aludir a nada más que la
ascensión de Elías al cielo. Difícilmente puede significar algo así como seguir por el
camino, ya que eso era lo que Eliseo ya estaba haciendo. No está claro por qué se eligió
esto como un punto de burla, pero hay tres posibilidades: 1) Se le dice a Eliseo que
ascienda de la manera en que Elías lo hizo, lo que significa perderse (y por lo tanto es un
rechazo de su servicio como ministro del pacto de Dios, y de nuevo, un fuerte rechazo de
Dios) o de lo contrario este es un desafío de honor que exige que Eliseo demuestre su
poder. Es bastante probable que sea esto último, porque la invocación de los osos equivalía
a tal exhibición bajo los términos del pacto de Dios.

También podría significar que piensan que su duelo es una farsa y que en realidad asesinó a
Elías. Pero no creo que esto sea probable.

De que esta burla no era tan inocente y de que era algo grave y ofensivo no solo para él sino
a Dios, es más que evidente. Sin dejar de mencionar que este enfrentamiento tuvo lugar en
el centro de culto anti Dios.

Con relación a este caso, Glenn Miller dice lo siguiente:

Mientras Eliseo viajaba de Jericó a Betel, varias docenas de jóvenes (hombres jóvenes, no
niños) lo confrontaron. Quizás eran jóvenes falsos profetas de Baal. Sus burlas,
registradas en la jerga de su época, implicaban que si Eliseo era un gran profeta del
Señor, como Elías era, él debería ir al cielo como Elías habría hecho. El epíteto calvo
puede aludir a los leprosos que tuvieron que afeitarse la cabeza y fueron considerados
parias detestables. O simplemente pudo haber sido una forma de desprecio, porque la
calvicie no era deseable (véase Isaías 3:17,24). Como era costumbre que los hombres se
cubrieran la cabeza, los jóvenes probablemente no sabían si Eliseo era calvo o no…
Miraron al profeta de Dios con desprecio… Eliseo entonces lanzó una maldición sobre los
villanos. Esta maldición no surgió del orgullo de Eliseo, sino de su falta de respeto al
Señor, como se refleja en el trato que le dieron a su portavoz (1: 9-14). Nuevamente, Dios
usó animales salvajes para ejecutar su juicio (véase, por ejemplo, 1 Reyes 13:24). Que 42
hombres fueron mutilados por los dos osos sugiere que se había organizado una
manifestación masiva contra Dios y Eliseo.

Eliseo pronunció una maldición similar a la maldición del pacto de Levítico 26: 21-22. Se
advirtió sobre el juicio que vendría sobre toda la nación si persistiera en la desobediencia
y la apostasía (ver 2Cr 36:16). Así, Eliseo los primeros actos eran indicativos de su
ministerio que seguiría: las bendiciones del pacto de Dios vendrían a quienes lo miraran
(vv. 19-22), pero las maldiciones del pacto de Dios caerían sobre aquellos que se
apartaron de él.

En pocas palabras, que el efecto de la sentencia del juicio que vino sobre los muchachos es
la consecuencia que Dios dijo que vendría sobre la desobediencia de su pacto. Este
elemento peculiar nos deja ver que insultar a este profeta de Dios era ir contra Dios, por eso
es un insulto a él, y por eso es que Dios es quien ejecuta el juicio, no Eliseo.

Es necesario notar que nada de lo que Eliseo dijo implica que iban a venir esos osos, fue
Dios quién no solo defendió a su profeta, sino que lo vuelve a validar castigando a aquellos
que creían que este no tenía los pantalones para llenar el puesto de Elías, o que no había
sido elegido por Dios.

Existe un desacuerdo al respecto de que si los osos mataron a 42 de estos muchachos.


Particularmente yo no le veo problemas a decir que sí, pues Dios no estaría cometiendo
ningún acto de maldad, pues él no posee un deber moral que le prohíba tomar la vida de los
demás. Lo que sí posee es el atributo de la justicia, y aquí se ve que no actúo de forma
arbitraria sino justamente, al defender a un justo de estos vándalos. Esto sí es ir según su
naturaleza. Si hubiera ido en contra, entonces sí tendríamos un problema real, como el que
suponen aquellos que creen que Dios al matar deja de ser bueno, no sabiendo que en
ausencia de un deber moral para sí que se lo impida, esto no es malo para él.

Los que sugieren que estos osos no mataron a los 42 muchachos se basan en ciertos
elementos, que de ser verdad (y es lo que nos interesa) habría que aceptarlos. Pero aún si no
lo son, no tenemos problemas con aceptar la opción por defecto ya mencionada. Ellos se
basan en los términos hebreos usados aquí, más el hecho de que solo eran 2 y que de la
única manera en que 2 osos atraparían a esos 42 muchachos es si ellos le hacen frente con
armas y piedras (lo que vuelve a validar que eran pandilleros, y no niños inocentes).

Conclusión

Terminamos este post haciendo saber que esta escena no describe a unos niños inocentes
que en su inocencia se burlaron de la calvicie de alguien. No. Hablamos de pandilleros mal
intencionados, con influencias paganas del culto a Baal, contrarias al Dios del profeta, que
tenían la intención de atacarlo, no sin antes mostrar su desprecio por él y Dios, al sugerir
que este era un calvo despreciable que no llenaba los pantalones de Elías, no fue elegido
por Dios y si tiene tanto poder por qué no asciende como Elías, para que se termine de ir
lejos con su Dios al cual despreciaban. Y, es a estos pobres angelitos a los que Dios castiga
con 2 osos, para defender a su siervo y validar que él sí lo escogió. Lo gracioso de todo
esto, y aunque no se puede apreciar en este escenario, es que Dios hizo el doble de milagros
a través de Eliseo que con los que hizo con Elías.

Dios sí hizo algo en este escenario, y no fue impedir el ataque de los osos, como tal vez
sugeriría nuestra sensibilidad. Lo que hizo, y era lo necesario, fue defender a su siervo.

También podría gustarte